Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 23 de marzo de 2021

Antes de que acabe el 2021 el pueblo cubano habrá sido inmunizado (+ Video)

  , Cubadebate

Para ofrecer detalles sobre la actual fase III de ensayos clínicos de los candidatos vacunales Abdala y Soberana 02, el recién iniciado estudio de intervención en instituciones científicas y de la salud y la continuidad del camino hacia la vacunación masiva de la población cubana contra la COVID-19, autoridades del Ministerio de Salud Pública y BioCubaFarma y los directores generales del CIGB y el Instituto Finlay de Vacunas comparecen este martes en la Mesa Redonda.

En video, la Mesa Redonda

¿Cuál es la situación epidemiológica en el país?

Desde la llegada de la pandemia a Cuba, el país acumula 68 250 casos confirmados: 66 966 cubanos y 1 284 extranjeros. En el país se han enfermado 63 269 personas, pues 4 981 son casos importados. 

Al ofrecer estos datos en el inicio del programa televisivo, la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública, señaló que la tasa de incidencia en los últimos 15 días es de 103.5 por cada 100 000 habitantes.

“Es una cifra reciente que nos parecía imposible cuando los científicos comenzaron a pronosticar el decursar de la pandemia en aquellas primeras apariciones en la Mesa Redonda. Realmente, el país se ha enfrentado a tres momentos en el desarrollo de este brote epidémico”.

Recordó que la primera etapa se produjo durante la introducción de la enfermedad en el país. Luego, hubo un segundo momento en el que se logró el control. Finalmente, hubo un tercer rebrote que estamos enfrentando actualmente. Durante todos esos períodos, se han tomado un grupo de medidas que se fueron adoptando en dependencia de las condiciones.

La última etapa de contagios, el tercer rebrote, ha afectado a todas las regiones del país. Solo un municipio no ha reportado casos: Yateras. “Hoy, la situación más compleja se centra en dos provincias del país, a partir de la densidad poblacional y la cantidad de casos. Son los lugares más importantes desde el punto de vista del desarrollo socioeconómico: La Habana y Santiago de Cuba”, apuntó.

“En el caso de La Habana, al terminar la última semana, nosotros estamos diagnosticando 5 286 casos. Es la segunda semana con una discreta reducción de casos. Parece ser que en el resto de los territorios vamos teniendo algún nivel de freno, no de control.

“Mientras tengamos tasas tan elevadas en dos polos poblacionales tan importantes, se mantiene el riesgo para todo el país”, subrayó.

La viceministra de Salud Pública precisó que, de las cifras brindadas cada mañana por el Dr. Durán, un poco más de la mitad, el 56%, corresponden a La Habana, que está terminando la semana con la tasa de incidencia más alta del país, de 292 casos por cada 100 000 habitantes, mientras que Santiago de Cuba registra 102 por cada 100 000 habitantes.

Otros territorios tienen niveles de afectación importantes: Pinar del Río, aun cuando al concluir la última semana tuvo una discreta disminución de casos; Granma, que presenta un rebrote importante y no se había enfrentado a este fenómeno, “por lo que los mecanismos de control no están tan reforzados”, y Sancti Spíritus, donde se  incrementa la cantidad de casos.

“Si comparamos las poblaciones de estos lugares e inclusive la distribución geográfica de los casos, no es difícil comprender que con un grupo de medidas incrementadas pudiéramos tener en un menor tiempo un control de la situación.

“No es el caso de La Habana y Santiago de Cuba, donde todos somos testigos de la amplia dispersión de la enfermedad”, remarcó.

Se han recuperado casi el 95% de los enfermos de COVID-19

La doctora Peña García lamentó el fallecimiento de 401 personas por la enfermedad, lo que implica una tasa de letalidad de 0.59. “Si nos comparamos con el resto del mundo y la región, podemos pensar que no es un problema, pero para nosotros la pérdida de la vida de una sola persona es un gran problema”.

En contraste, se han recuperado casi el 95% de los enfermos de COVID-19 en el país. “Nuestros intensivistas, que se han vestido con traje de gala, por decirlo de algún modo, nos reclamaban que solo hablamos de los recuperados. También hay que hablar de quienes se han salvado luego de pasar por las terapias intensivas”, dijo.

En esta última etapa −comentó− se han estado atendiendo a diario, como promedio, 65 casos en categoría de críticos o graves. “Para nosotros son números alarmantes, pero si los comparamos con la región nos hemos preparado con muchas camas de terapia, utilizamos todos los recursos del sistema y, afortunadamente, no hemos tenido que utilizar todo ese arsenal”.

“Quizás, si no tuviéramos todos los mecanismos de los que hablaremos hoy, en un futuro nos hicieran falta esos recursos y muchos más”, apuntó.

Las indisciplinas también están golpeando

Reconoció que la transmisión en instituciones, centros de trabajo o estudio, también está golpeando. “Cuando se da un brote en un centro de trabajo, allí confluyen personas de varios territorios, y se convierte en un diseminador para lugares donde no había infección previa. Por tanto, la responsabilidad de las instituciones laborales es esencial.

“Hay que cumplir las indicaciones, casi lemas ya, según las cuales no debe entrar nadie con síntomas respiratorios a trabajar, hay que pesquisar todas las mañanas. Todos debemos estar alertas ante la presencia de la tos seca, la fiebre, el malestar general y otros síntomas que caracterizan la COVID-19 y no acudir a laborar, sino a las instituciones de salud”.

Informó que actualmente los servicios de salud cuentan con los test de antígenos para discernir en un corto periodo de tiempo entre el Sars-CoV-2 y otras afecciones respiratorias. “Tenemos todos los mecanismos creados para enfrentar esta situación”.

“A veces hay fallos, sobre todo relacionados con la llegada del transporte para el traslado a los centros de aislamiento. Pero le pedimos a la población que, en primer lugar, denuncie estas situaciones por los canales habilitados, y, segundo, que asuma la importancia del aislamiento.

Cada vez que hay un caso sospechoso o con un test de antígeno positivo, tiene casi 99% de probabilidad de ser un caso positivo de COVID-19. Está probado que si usted saca a esa persona del entorno donde se mueve, los contactos directos tendrán menor probabilidad de infectarse. No es así cuando llegan a las instituciones al cuarto o quinto día, con lo que, además, tienen mayor probabilidad de desarrollar formas graves de la enfermedad”.

La salud pública juega un rol vital en la detección precoz y en la pesquisa diaria. “Para ello nos hemos apoyado en factores de la comunidad y representantes de las organizaciones de masas. Sin embargo, también tiene que haber responsabilidad individual para con el entorno social, el centro de trabajo, la familia, en la detección de posibles casos positivos”.

Hay medidas que en la fase actual resultan imprescindibles, insistió. “Hay personas que se quejan por el cierre, porque no pueden salir de La Habana. Sin embargo, ahora mismo en la capital hay una elevada tasa de transmisión, y usted pone en riesgo a otros territorios al trasladarse con una infección manifiesta o asintomática”.

Las gráficas de comportamiento de las últimas semanas indican que parece haber una lenta tendencia hacia una meseta, pero con indicadores altos. “Esa meseta no es conveniente, porque seguimos con los fallecidos, con casos graves y críticos”, aclaró.

Es importante no confiarnos solamente en la vacuna

“En este momento circulan otros virus respiratorios. Por eso el test de antígenos es muy importante, pues tiene la capacidad de acercarnos a lo que pudiera ser la positividad de un enfermo con el Sars-CoV-2. Y eso está en el policlínico; por tanto, hay que ir. Es importante precisar que estos test son para aquellos pacientes con síntomas.

“El asintomático que tiene contacto directo con un positivo debe aislarse, y aun dentro de su vivienda debe mantener el nasobuco, practicar el distanciamiento y cumplir otras medidas. En las provincias donde están creadas las capacidades para el aislamiento institucional, este aislamiento debe respetarse”, enfatizó.

Recordó que durante todo el año de la pandemia se han probado diferentes protocolos. “Empezamos calculando el periodo de incubación de la enfermedad hasta 14 días. Nos dimos cuenta de que perdíamos tiempo con personas en los centros de aislamiento, porque empezaban a enfermarse antes. Fuimos ajustando este indicador y llegamos a la conclusión de que realizando el PCR al quinto día detectamos la mayor cantidad de personas que se infectan y ganamos tiempo.

“Hoy tenemos 22 laboratorios de biología molecular en el país. Comenzamos con cuatro. La intención es que cada provincia cuente con su laboratorio y eso es un lujo. No hemos escatimado en el gasto que le cuesta al país asegurar que estén los laboratorios, los reactivos y los medios. Los científicos cubanos han aportado fórmulas para los reactivos, medios de transporte, los hisopos”, destacó.

Sobre la situación con los falsos positivos, apuntó que “cuando tenemos una duda, lo repetimos. Para esta tecnología no hay en todos los lugares la experticia suficiente. Apenas llevamos un año con esta afección, hemos tenido que formar personal; cuando pasa un tiempo adquiere destreza.

“Es importante no confiarnos solamente en la vacuna. Hay que seguir respetando el código de vida, practicando el distanciamiento y cumpliendo las medidas de protección individual y colectiva. Ahí están las claves del éxito para que Cuba, en un futuro no muy lejano, vuelva a tener el control de la enfermedad”, afirmó.

¿Qué es y cómo se realizará el estudio de intervención?

“Si hoy estamos aquí informando sobre nuestros cinco candidatos vacunales y sobre una estrategia de desarrollo y regulatoria, la cual estuvo antes, está ahora y continúa; si podemos hablar de una vacunación ya a escala de población, podemos hacerlo, en primer lugar, por la política científica que ha desarrollado la Revolución”, dijo la doctora Ileana Morales Suárez, directora nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, al comenzar su intervención en la Mesa Redonda de este martes.

“Podemos hacerlo por la visión del Comandante en Jefe sobre lo que debiera ser la biotecnología en función del pueblo, por un sistema de salud y una agencia reguladora de referencia, un centro para el control de los ensayos clínicos de referencia internacional. Toda la simbiosis que hay entre la industria y el sistema de salud lo hacen posible”, añadió.

Explicó que hay que hablar de dos grandes momentos. “Uno que tiene que ver con el desarrollo y los estudios clínicos de los candidatos vacunales. Es un momento que avanza en varias etapas, en distintas fases y en estudios de intervención, los cuales robustecen todo el estudio con una mayor cantidad de información y las autorizaciones necesarias.

“También estamos hablando de estudios de intervención, a escala poblacional pero en forma de estudio, que en este caso se va a realizar en La Habana. En ese momento de ir ampliando los estudios y levantando información más allá del ensayo clínico pero en forma de estudio, con una metodología y grupo de datos, se pasará entonces a diversos tipos de estudios e intervenciones.

“Eso nos va a tener ocupados en lo que queda de marzo y hasta mayo. Son estudios grandes, de hasta 240 000 personas. Conllevan una organización casi perfecta, muy minuciosa, entre los centros promotores, la agencia reguladora, el centro de control de ensayos clínicos y el ministerio de Salud Pública, y además el aseguramiento logístico, las dosis del candidato vacunal, cadenas de frío, preparación del personal y comités de ética. “En Cuba, esto se sabe hacer”, aseguró.

Una vez se emita por la agencia reguladora un permiso de uso de emergencia o registro, “que esperamos que se logre, por los resultados que se están obteniendo, viene un segundo momento: la introducción de la vacuna y la extensión a escala poblacional, que podría ser para el mes de junio.

“En ese sentido, los estudios clínicos fase III marchan bien y se desarrollan como estaba previsto, los de Soberana 02 en La Habana y los de Abdala en varias provincias orientales”, precisó.

Igualmente, se está desarrollando el estudio de intervención en los trabajadores de la salud en La Habana, con 150 000 personas. “Se está haciendo en dos grupos, cada uno de 75 000”.

“Próximamente tendríamos, si se aprueba, un estudio de intervención con las mismas características en trabajadores de la salud de Guantánamo, Santiago de Cuba y Granma, con el candidato Abdala y en más de 120 000 sujetos. Con los mismos rigores y aprobaciones, la misma organización y los pasos que han sido establecidos con Soberana 02”.

Explicó que en La Habana el estudio de intervención abarca más de 140 sitios vacunatorios, con más de 300 enfermeras certificadas.

“Haber comenzado ya la fase III en las tres provincias orientales, les aporta entrenamiento y visión al personal. Nosotros estuvimos recientemente en las tres provincias y todos los equipos médicos y autoridades se están entrenando para esa intervención, que ya supera en varios cientos el ensayo clínico.

“En ese avance y con todos esos resultados, estaremos desarrollando el estudio de intervención de población en La Habana”.

Recordó que la capital ya tiene ocho municipios en el ensayo fase III y otros siete que no están participando. “Este estudio está diseñado para que coincidan los dos candidatos, Soberana 02 y Abdala, en la intervención, pero no en el mismo municipio.

“El diseño de conducción del ensayo sí será al unísono. Es un reto y una innovación tremenda en el campo de los estudios clínicos, organizacional, un desafío tremendo en esa sinergia entre los dos centros promotores de los productos, el centro regulador, el centro de control de ensayos clínicos, el Minsap y la población que participa”. 

“En total, toda esta intervención abarcaría a 1.7 millones de personas entre 19 y 80 años. De este modo, se completan los dos millones aproximadamente que participarán en toda esta fase de desarrollo de productos, recogida de datos y robustez de ambos expedientes, que se dará entre marzo y hasta mayo en La Habana. 

“Toda la experiencia que tenemos ya en fase III y el día y medio del estudio de intervención en personal de la salud, ya eso es un ensayo que luego se multiplicará varias veces”.

Al explicar por qué se elige a La Habana, puntualizó que se busca la eficacia, la seguridad y el impacto en incidencia y enfermedad, en la provincia más afectada por la COVID-19. 

“Ya avanzando, sobre junio estaríamos entregando los expedientes y evaluaciones al Cecmed. A partir de ahí, podrían darse dos caminos: uno, la aprobación de uso de emergencia por la propia situación epidemiológica, o un registro de cualquiera de los aprobados para estos casos.

“El uso de emergencia es una vía regulatoria muy usada en situaciones de este tipo en el mundo y que, además, puede adelantar algo del camino regulatorio. 

“Con la aprobación del uso de emergencia o el registro condicionado o de otro tipo, estaríamos planteándonos ese camino hacia la vacunación de una manera mucho más masiva de la población.

Al cierre de agosto deben estar inmunizadas unas seis millones de personas

“Hemos pensado que ese camino a la vacunación a escala poblacional, cuando se tengan los permisos, pueda darse a partir de grupos de riesgo. Por ejemplo, los grupos etarios y trabajadores de la salud, empezando por los mayores de 60, estratificando en edades y avanzando en todas las provincias del país”.

“Podemos asegurar esto porque estamos viendo los números con las capacidades productivas. Si estamos hablando de estos números es porque está garantizado. Si decimos que entre junio y julio vamos a comenzar a vacunar a las personas mayores de 60 años, es porque tenemos esa capacidad. Sabemos que son alrededor de 2.2 millones de personas. 

“Al cierre de julio y primeros días de agosto, estaríamos completando estos grupos, que suman aproximadamente cuatro millones, para comenzar en agosto con un promedio de seis millones y así hasta ver un horizonte alrededor de septiembre.

“Es una estrategia integral que avanza por estratos: primero, un ensayo clínico; luego, estudios de intervención en poblaciones que epidemiológicamente son de muy alto interés y más tarde a escala más poblacional; un posible registro o aprobación de uso de emergencia y luego una vacunación a escala poblacional empezando en grupos de riesgo en todo el país. Sumando todos estos grupos hasta que se llegue a un porcentaje en el país que garantice una protección a escala poblacional”.

En este momento hay en Cuba más de 90 000 personas en ensayos clínicos fase III. Ya comenzó con 150 000 sujetos en La Habana el estudio de intervención, entre ellos más de 70 000 trabajadores de la salud y la ciencia, y se comenzará con otros 120 000 en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, a los que se sumarán luego los de todo el país, para un total de 490 000.

Se unirá un gran estudio de intervención poblacional en 1.7 millones de personas en La Habana. Más tarde, si están autorizados en uso de emergencia, esos estudios de intervención continuarán por estratos para todo el país, y para agosto se espera estén vacunados unos seis millones de cubanos y que antes de que finalice 2021, toda la población cubana esté vacunada.

Buenas tardes amigos y enemigos. (Con perdón de Silvio).

Por Rene Gonzalez Sehwerert. https://www.facebook.com/
rene4the5/

A los enemigos: Fue un placer

Ahora a los amigos:

No dejaron de sorprenderme algunas reacciones a mi pasado post, en que abordaba lo que para mí es el peso del debido proceso en esta lucha, aun cuando sea por la supervivencia, frente a la ola reaccionaria generada por Donad Trump, su efecto sobre la contrarrevolución -siempre tan dependiente ella- y nuestras respuestas.

Me sorprenden también las muestras de apoyo que han generado unos pocos ataques. Debe de ser que la virulencia del lenguaje tomó preminencia por sobre la cantidad de personas que optaron por ello. Aunque no me parece que fuera para tanto, lo agradezco.

Cuesta trabajo creer que haya quienes -minoría, por suerte- no toleren el debate. No pude dejar de pensar en que mientras una persona, allá en Miami, es objeto de persecución McCartista por ser amigo de mi hermano y hacerse unas fotos conmigo, aquí me suceda algo parecido por expresar un criterio. Ahí lo dejo.

Entre esa mayoría que respetuosa y civilizadamente expresó sus opiniones, favorables o no, se manifestaron ideas y conceptos, respaldados por la legitimidad que otorgan el respeto y la limpieza de las intenciones. Me gustaría referirme a algunos:

Aunque uno pudiera sentirse tentado a agradecer a quienes concibieron mi post un acto de valentía, preferiría declinar el merecimiento. Nunca pensé que al opinar me estaba embarcando en algún riesgo y lo sigo pensando.

Otro tema recurrente y más que fundado es el de “no dar armas al enemigo”. ¿Quién no se ha visto en la disyuntiva de decidir entre expresarse o no, para dar o no dar armas al enemigo? ¿Cómo se pone en la balanza el daño que nuestras palabras pueden hacer en boca hostil, frente al perjuicio o el beneficio esperado que en esas circunstancias puede ofrecer nuestro silencio? No hay conflicto interno que supere a ese, cuando nos vemos ante la necesidad de opinar sobre cosas que nos atañen y duelen a todos.

En esas circunstancias, sólo nos queda desear que hayamos tomado la decisión correcta, hacerlo lo mejor posible y esperar que nuestro propósito de estimular a una reflexión colectiva rinda el fruto esperado.

Muchos compañeros piensan que debo dirigirme a las instituciones, a exponer mis puntos de vista, y aseguran que serán escuchados. Con toda franqueza, me parece eso más pretencioso que escribir un post en una página de Facebook. No puedo imaginarme en las oficinas de un ministerio, robándole tiempo a un funcionario -de vez en cuando, además un amigo- para decirle lo que debe de hacer.

Prefiero, aplicando una dosis de mesura, hacer lo que haría cualquier ciudadano porque eso es lo que soy: Un cubano más, además revolucionario, ambas cosas por elección y muy contento de mi condición ciudadana. Con un título que merecen miles de compatriotas, algunos más que yo, que otorga cierto peso a mis opiniones, y que efectivamente me obliga a cuidar de lo que digo y asumir el peso.

En cuanto a las instituciones, trato de relacionarme con ellas sólo por asuntos de mi trabajo, midiéndome mucho por respeto al tiempo que esos compañeros tienen que dedicar a múltiples temas, y sólo cuando es absolutamente necesario. En ellas se me reciproca con igual respeto y colaboración.

Entonces ¿Por qué escribí?

Porque creo en el deber de contribuir, desde la opinión, a que las cosas nos salgan mejor. Estos espectáculos, hoy tan de moda, son la primera etapa de una tortuosa y turbia construcción entre realidad virtual y mundo real, en que rebotan de la tarima a las redes, de las redes a las noticias, de las noticias a las acciones políticas contra Cuba; y de vuelta al mundo virtual el producto final será consumido, en las propias redes, por nuestros hijos, formará sus percepciones e incidirá en su conducta. Cuando ese producto final llega intacto a su destino, me duele.

Esos hijos a los que nosotros mismos hemos enseñado a ser sanos, inquisitivos, inconformistas, justos y sensibles son el consumidor último al que va dirigida esa construcción. Sólo la invulnerabilidad jurídica de nuestras decisiones y la solidez de nuestros argumentos pueden servir de contrapeso, ante sus ojos, a un montaje de tal factura. Ejemplos sobran en estos últimos meses de arremetida furiosa, casi desesperada, que hemos enfrentado con éxito.

Tan importante en nuestro caso es la justeza de las decisiones que tomemos como la infalibilidad de su sustento. Hemos decidido construir una sociedad nueva y eso tiene un precio. En un mundo signado por la hipocresía y el cinismo, nadie como Cuba está obligada a una exquisita correlación entre forma y contenido. No tenemos derecho a una licencia imperial para cometer impunemente un genocidio, o diezmar a nuestros adversarios, o sacar ojos a perdigonazos como se ha otorgado a Israel, Colombia o Chile. Estamos obligados a hacer no sólo lo correcto, sino a hacerlo perfecto. Es el costo de proponerse una sociedad donde por vez primera la justicia humana sea lo primero.

El desarrollo humano nos ha provisto de las redes, y hemos aceptado el reto de usarlas. Siempre he considerado que los cubanos tenemos mucho que aportar a ellas, sin temer al debate franco, respetuoso e inteligente, aún si implica a quienes con igual franqueza, respeto e inteligencia entran a adversarnos. Si hubiera duda, sólo hay que leer los comentarios que desde la otra orilla hemos tenido que eliminar por su lenguaje ofensivo, amenazante, vulgar y soez. Si ese es el trigo que pueden sacar a nuestra crítica, sirva de medida.

En cuanto a mí, nativo analógico, consciente además de que mis palabras tienen cierto peso, mi elemento vital seguirá siendo el mundo real. Perdonen si alguna vez siento algún impulso de meterme en esto. Sólo espero una lectura completa de mis garabatos, que se me devuelva el mismo respeto que otorgo, que aprendamos a escucharnos los unos a los otros sin molestia, y que pensemos en la posibilidad de crecer en un debate sano, franco y civilizado.

Si esa fuera la premisa, pues buenas noches, amigos y enemigos.

Cuba: téngale más miedo a un adulón que a un agente de la CIA.


Por estos días he visto en las redes un número apreciable de opiniones sobre el "affaire" Karla María Pérez González, la joven periodista contrarrevolucionaria a la que, en uso de la legalidad vigente, se le impidió la entrada a Cuba, su país de origen.

Sobre el asunto también tengo mis opiniones, y es probable que las ordene y publique, aunque desde ahora adelanto que son polémicas. Sin embargo, sin perjuicio de lo que decida, sí he observado que a lo largo de los intercambios se ha manifestado una contracultura del debate que ha llegado al extremo de cuestionar los juicios del Héroe de la República de Cuba René González Shewerert, en forma que a mi entender linda con el irrespeto...y no soy el único que así opina.

No se pueden ver los árboles sin dejar de ver el bosque, dice un sabio refrán. Si entre cubanos somos incapaces de elevarnos hacia una verdadera cultura del debate, muy mal que vamos. Sobre todo ante los complejos escenarios que "aporrean" a las puertas de Cuba. Por tal motivo, y viendo venir futuras controversias, apunto algo así como "consejos de mayores". Se los dejo de tarea. Son tres, tres nada más...

1.-"…aquí ha habido durante bastante tiempo la tendencia a suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacían el juego al enemigo, ayudaban al enemigo y a la contrarrevolución. A veces hay el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser útil al enemigo. Y nosotros hemos descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante el trabajo de los órganos de prensa. Y hemos estimulado el espíritu crítico. Llegamos a la convicción de que es necesario desarrollar mucho más el espíritu crítico. Yo lo he estimulado al máximo porque constituye un factor fundamental para perfeccionar nuestro sistema.” (Fidel Castro, Cien horas con Fidel. Ignacio Ramonet).

2.- “Hay que desterrar la apología y la autocomplacencia; no se trata de describir cuánto hemos hecho, sino de analizar con sinceridad cuánto de lo que se hizo dio realmente resultados y qué debemos hacer para que nuestro trabajo sea mejor… debemos aprender no sólo a discrepar, sino a estimular el libre debate de las opiniones discrepantes, para que las ideas sean mejores y el convencimiento mayor…Téngale más miedo a un adulón que a un agente de la CIA.” (Raúl Castro, citado por Manuel David Orrio en "Cuba, la prensa y un debate sobre socialismos ¿reversibles?" http://www.rebelion.org/noticia.php?id=31605)

3.- “No hay que temer a las discrepancias en una sociedad como la nuestra, en que por su esencia no existen contradicciones antagónicas, porque no lo son las clases sociales que la forman. Del intercambio profundo de opiniones divergentes salen las mejores soluciones, si es encauzado por propósitos sanos y el criterio se ejerce con responsabilidad".(Raúl Castro. Discurso pronunciado en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 24 de febrero del 2008. http://www.granma.cubaweb.cu/.../02/25/nacional/artic05.html)


Si no hay pan, ¿casabe? La tragedia del pan

Nuestro pan depende de las importaciones de trigo. Hasta hace muy poco creía imposible producir trigo en Cuba, de pronto conocí que no era tan así.

Por  Dr.C Juan Triana Cordoví, OnCuba
marzo 22, 2021
en Contrapesos


Foto: Getty Images vía BBC.


En una edición de la semana pasada del Noticiero Nacional de Televisión, uno de sus conductores calificó como tragedia los avatares de la mayoría de los cubanos para adquirir y poder comer ese alimento que tiene como base fundamental el trigo y que algunas veces se parece a aquel otro que un día conocimos bajo el nombre de pan. También lo elevó, y creo que con toda razón, a “problema de seguridad nacional” en atención a que las carencias de otros alimentos han convertido al pan, a su adquisición y consumo, en un asunto de extrema sensibilidad.

Los cubanos, prácticamente todos, sin importar ni la cuantía de sus ingresos, ni el lugar donde habitemos —el centro de una ciudad o un poblado alejado y casi perdido en alguna montaña— podemos acceder todos los días a ese alimento. Que cada cubano todos los días se lleve a su estómago aunque sea un pequeño pedazo de ese producto, que a veces se acerca más a un “no-pan”, no sólo es una preocupación del gobierno, sino también una ocupación, que involucra a decenas de personas, yo diría que la mayoría de ellas, decentes, honestos, buenos cubanos, comprometidos, revolucionarios.

Una larga fila de personas —que va mas allá de la Cadena del Pan y de la “cola p´al pan”— se involucra en ese propósito todos los días, desde quienes deciden los dineros que hay para comprar la harina o el trigo, quienes reciben la “materia prima” en el puerto, hasta quienes se ocupan de transformarla y elaborar el producto final. Son, sin dudas, miles de personas en todo el país. Nosotros, los consumidores, por lo general solo vemos a los que “hacen el pan”, algunos de los cuales, son, efectivamente, panaderos.

La Tarea Ordenamiento también tuvo la virtud de hacer más evidente que nunca la mala calidad del pan, la inconformidad de los consumidores y lo poco acertada de la relación precio/ calidad del pan nuestro de cada día.

El pasado mes de enero en el programa Mesa Redonda, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, informó que «en estos días, en las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus y Granma entre 13 y 14% de la población no compró el producto; en Artemisa, Mayabeque, Villa Clara y Las Tunas fue el 8%, y entre 3 y 4% en el resto de los territorios».

“Hubo casos como el del municipio de Minas, Camagüey, donde el día primero una parte importante de la población no adquirió el producto. Por supuesto, hacia allí también se dirigieron las acciones, porque eso para nosotros no es un hecho común y este es uno de los productos que mayor estabilidad ha tenido y que es de las primeras cosas que la población espera tener”. Comentó la ministra que aunque la falta de calidad no es problema nuevo, hoy las personas exigen más que al pagar el producto se tenga la calidad por la que se está pagando.

Pero en realidad la insatisfacción con nuestros panes es tan vieja como la desaparición de las tradicionales panaderías que todos nuestros barrios y pueblos tuvieron una vez, una buena parte de ellas horneando con madera ese delicioso “pan cubano” que todavía algunos recordamos era dejado en las puertas de nuestras casas todos los días temprano en la mañana y que increíblemente nunca desaparecía, incluso allí en los barrios más pobres. Costumbre esa —la de dejar el pan en la puerta— que se repetía en otros países del mundo, pero que ya ha desaparecido en todos.

Con “la panadería del barrio” también desapareció el «panadero del barrio» y lamentablemente una buena parte de la cultura panadera que se trasmitía de padres a hijos y que a veces incorporaba “outsiders” a la familia como aprendices, casi siempre, como un favor a alguna familia amiga. Producir pan era, al menos en nuestro país, más que un negocio que no enriquecía a muchos, tradición y cultura.

Hoy, la apertura del trabajo por cuenta propia ha permitido rescatar algo de la cultura y del oficio panadero. Se producen incluso variedades de pan, desde el “baguette” hasta otras muy sofisticadas, claro que a precios para nada accesibles a todos, pero igual son bienvenidos, por lo que significa en el rescate de una cultura necesaria y de lograr alguna variedad en la oferta. Solo me duele que entre esas múltiples variedades de nuevos e innovadores panes, no regrese con nosotros el pan cubano, algo que Don Eusebio logró en aquella panadería de la calle Obispo hoy también lamentablemente semi perdida en su esencia misma.

Para los cubanos, el pan es de trigo. El trigo se importa. Los recursos para importar son escasos y por lo tanto, se importa la mayor cantidad de trigo que se puede, con el dinero que se puede, con la calidad que se puede.

Si bien el adagio popular reza “a falta de pan casabe“ la disminución de la producción y la oferta de productos agropecuarios frescos lo ha transformado en su opuesto “a falta de casabe…. pan” y ello hace crecer la demanda de pan y presiona a la importación de trigo, algo no posible dada la situación de nuestros ingresos en MLC.

Como se ve más abajo las importaciones de trigo han tenido una tendencia a la baja.


Mientras, la producción nacional de harina de trigo se comportó de forma poco favorable hasta el año 2019.

Nuestro pan depende de las importaciones de trigo. Hasta hace muy poco creía imposible producir trigo en Cuba, de pronto conocí que no era tan así. Desde hace un tiempo, allá por Jarahueca, un campesino cubano siembra y cosecha trigo, con variedades cubanas obtenidas en el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical con rendimientos de hasta 4 toneladas por hectárea y hace muy poco dos panaderos artesanales, empeñados en producir pan de calidad se dieron a la tarea de sembrar trigo aquí, en tierras de la Ciudad de la Habana, con no tan malos resultados. En el 2019 el rendimiento mundial fue de 3,3 toneladas por hectárea.


Trigo cubano producido en el Cacahual. Las espigas están en la sala de la casa del autor.

La producción de harina, como es de esperar, también ha experimentado una tendencia a la disminución.


Es muy probable que en el 2020 ni las importaciones, ni la producción, crezcan de forma significativa dada las condiciones bajo las cuales ha tenido que desempeñarse la economía cubana.


Parcela de trigo cubano sembrado y producido en el Cacahual.

Aunque no estoy absolutamente seguro, son dos las empresas estatales encargadas de producir el pan para la mayoría de las cubanas y cubanos. Es, sin dudas, una gran tarea que constantemente enfrenta restricciones para adquirir sus insumos, pero también estoy convencido de que con esos mismos insumos se puede lograr un producto de mucha mejor calidad, de hecho hay algunas “panaderías estatales” que lo logran.

Sin embargo, los esfuerzos por mejorar la calidad, controlar los recursos y evitar las “desvíos” no logran evitar esa llamada “tragedia”. Llevamos décadas insistiendo en las mismas soluciones, que no van a las causas y por lo general repiten esquemas condenados al fracaso, así que esperar que esas soluciones recurrentes den otros resultados no parece lógico.

Le pregunté a un panadero amigo mío qué hacía falta para hacer buen pan. Después de detallarme el ABC técnico del asunto, terminó diciendo; pero sin amor al oficio, respeto al producto y al cliente, casi nunca se logra.

Garantizar una oferta de pan relativamente abundante, con una calidad adecuada y a precios asequibles, al menos para una buena parte del pueblo, parece una tarea de gigantes, pero nos han convocado a “hacer cosas distintas”, a innovar. Creo que el pan nuestro de cada día, su organización, su modelo de gestión, están listos para ser sujetos de esa innovación (en este caso institucional) que permita hacer cosas distintas.

Ciencia e innovación tienen que significar crecimiento económico y desarrollo social

El pasado lunes fue la defensa de la tesis en opción al grado de Doctor en Ciencias del Presidente de la República. La investigación trata sobre la gestión del gobierno basado en ciencia e innovación para el desarrollo sostenible de Cuba


22 de marzo de 2021 23:03:59


Este lunes fue la defensa de la tesis en opción al grado de Doctor en Ciencias del Presidente de la República. La investigación trata sobre la gestión del gobierno basado en ciencia e innovación para el desarrollo sostenible de Cuba. Foto: Alejandro Azcuy

En Cuba hay una necesidad inaplazable de hacer más efectivas las alianzas universidades-centros de producción-entidades de Ciencia, tecnología e innovación, como premisa para lograr un mayor impacto de las investigaciones sobre los programas de desarrollo de la Isla.

En el reciente artículo publicado en la revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, argumenta cómo el sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación es pequeño y se encuentra débilmente interconectado, requerido de nuevas formas de gestión que transformen ese escenario y repotencien el aporte de la ciencia, a la tecnología y la innovación a la economía, a la sociedad, a la soberanía y a la cultura del archipiélago.

¿Qué metas se plantea la sociedad cubana que demandan capacidades humanas, cognitivas y tecnológicas avanzadas?, se pregunta el mandatario. Habla del desarrollo basado en el modelo económico y social que nos define como nación soberana, independiente, socialista, democrática, próspera y sostenible, y reitera que, para concretarlo, es imprescindible crear y aprovechar capacidades de conocimiento, ciencia, tecnología e innovación.

«Las metas que el país se ha propuesto plantean un conjunto de desafíos de alta complejidad que solo pueden ser asumidos movilizando todos los recursos disponibles en materia de capacidades de investigación-desarrollo, conocimiento avanzado, educación y potencial humano altamente calificado», valora.

Resalta el desarrollo sostenible y la prosperidad como aspiraciones que, «en términos del socialismo cubano, tienen que significar crecimiento y desarrollo económico y, a la vez, desarrollo social, caracterizado por la equidad y la inclusión social».

Menciona la urgencia de prácticas científicas y tecnológicas afines al desarrollo sostenible e inclusivo, de conceptualizaciones que al respecto han surgido, entre ellas la de Ciencia de la Sostenibilidad, y asegura que «las prácticas científico-tecnológicas desplegadas (por Cuba) en el combate contra la covid-19 han posibilitado ofrecer alternativas (…) que permiten enfrentar un desafío global de primera magnitud a la vida humana».

Ciencia, tecnología y valores, todos juntos, ofrecen a Cuba la posibilidad de enfrentar contingencias nuevas y viejas, enfatiza Miguel Díaz-Canel Bermúdez. «Estos valores siempre están presentes, pero en condiciones como las que impone la COVID-19 se expresan con especial intensidad».

El Jefe de Estado subraya que, en el contexto de cerco económico y financiero en el que nuestro país enfrenta el coronavirus, las limitaciones de recursos y la ambición tecnológica se combinaron para dar lugar a «una “heurística de innovación” que ha aportado un conjunto importantísimo de innovaciones de productos, equipos, procedimientos y protocolos de atención a los pacientes».

A su vez, esas innovaciones han permitido prevenir el contagio, el paso a la gravedad de los pacientes más vulnerables, el tratamiento de la enfermedad moderada, el de la severa, y la recuperación de las personas curadas, procurando reducir posibles secuelas.

Asevera que la Ciencia de la Sostenibilidad se beneficia de la cooperación transdisciplinaria y la articulación intersectorial, y ejemplifica que, para enfrentar a la pandemia, se crearon grupos y subgrupos de ciencia coordinados por direcciones de la Salud Pública y de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas de Cuba, e integrados por diversas instituciones.

«Ese tipo de trabajo anticipatorio, colectivo, intersectorial y transdisciplinario, centrado en la innovación orientada a preservar la salud humana, puede considerarse un signo propio de Ciencia de la Sostenibilidad», sugiere el Presidente. «Un rasgo que se ha atribuido a la Ciencia de la Sostenibilidad es que ella es capaz de operar en la interfaz ciencia-política. Se trata de un complejo escenario donde tiene lugar el intercambio entre científicos, los decisores y el público involucrado».

LOS APORTES Y EL MÉTODO

«La comunidad científica se involucró en un diálogo directo y constructivo con los más altos representantes del Gobierno cubano, y en ese diálogo se construyen las principales decisiones tecnológicas y sociales».

Acerca de la novedad de los aportes de la industria biofarmacéutica de Cuba, para combatir la covid-19, «es variable», refiere Díaz-Canel. «Entre los más novedosos están cuatro candidatos vacunales».

A la vez –dice–, se han logrado producir en el país instrumentos imprescindibles para enfrentar la pandemia, equipos de ventilación deficitarios en el mercado, en un contexto de amplia demanda mundial, y que han permitido un significativo ahorro económico por sustitución de importaciones, esfuerzo en el que han colaborado el sector privado y el público.

«Es un buen ejemplo de esfuerzo para crear capacidad tecnológica autónoma opuesta a la dependencia tecnológica; muestra de que es posible creer en la capacidad propia de generar nacionalmente y reducir las importaciones, objetivo del mayor interés para la política gubernamental cubana».

A juicio del mandatario, la innovación permite aprovechar oportunidades, afrontar amenazas, disminuir la dependencia respecto de algo o alguien, sustituir importaciones, materias primas, generar un producto exportable o un nuevo mercado.

Los espacios de la innovación no se limitan a las empresas, afirma. «Se puede y se debe innovar en la administración pública, en las comunidades, en las escuelas, entre otros espacios».

Las empresas –sostiene Díaz-Canel– son actores decisivos en los sistemas de innovación, «pero el rol del Estado y el valor de la política deben considerarse un elemento clave para promover actores fortalecidos, interacciones vigorosas y sistemas regulatorios que permitan generar dinámicas innovativas relevantes. Y lo que es más importante: ponerlas al servicio del desarrollo sostenible e inclusivo».

Plantea, igualmente, la necesidad de desarrollar capacidad tecnológica autónoma, y producir, en el país, todo lo que sea razonable y posible; «sustituir importaciones y generar exportaciones, supone capacidad tecnológica e innovadora».

Deja claro, también, que la formación y superación de cuadros de la administración pública deben de incorporar conocimientos sobre política y gestión de innovación, a la vez que se perfecciona la formación en gestión de la innovación en los cuadros del sector empresarial.

Advierte que el aprovechamiento de las capacidades de ciencia, tecnología e innovación no se da de manera espontánea, que lograrlo exige superar estilos y pensamiento arcaicos, generar interacciones, sinergias, y disponer de regulaciones que apoyen los esfuerzos en favor de la innovación.

«No se trata solo de hacer más y buena ciencia, sino de orientarla, conducirla socialmente del modo que sea más conveniente a los intereses de la nación», concluye, en su artículo, el Presidente de la República.

Aumentar la producción de alimentos, una necesidad impostergable

web@radiorebelde.icrt.cu / Livhy Barceló Vázquez

En Audio: Aumentar la producción de alimentos, una necesidad impostergable (I)

El impacto de la pandemia junto a los altos niveles de importación en materia de alimentos, un bloqueo cada vez más agresivo y una descapitalización del sector agroindustrial, desde el llamado Periodo Especial, reflejan las principales causas del déficit de oferta de productos alimenticios para el consumo social.

El viceministro del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Roberto Pérez Pérez resaltó que la factura de importación de alimento constituye uno de los gastos más elevados en los que incurre el país y su permanencia dependerá del nivel de ingreso por exportaciones de otros renglones y de la fluctuación de precios en el mercado internacional.

Al referirse a la factura de importación de los alimentos del balance, el directivo del MEP explicó que los gastos oscilan entre mil 600 millones a 2 mil millones de dólares anualmente, “existen cinco productos que ocupan casi el 70% de la factura, entre ellos el arroz, el maíz, la soya, la leche y el trigo. Siempre que se produzcan incrementos de precios o problemas financieros, como los que enfrentamos en el país, obligatoriamente esos productos recibirán el impacto de los ajustes”.

Igualmente hizo referencia a los precios en el mercado internacional con una tendencia al alza. Por citar un ejemplo el arroz se cotiza hoy en el mundo a 563 dólares la tonelada, lo cual evidencia un crecimiento de un 12 %. Otro tanto ocurre con el maíz, el aceite comestible, el trigo y la harina de soya, este último con cifras casi incosteables para nuestra economía, con incremento de un 35%.

El recrudecimiento del bloqueo, durante la administración de Donald Trump, obstaculizó el financiamiento de la economía cubana, al limitar el ingreso de divisas al país, con expresión en la disminución de importación de fertilizantes en un 34% y de plaguicidas en un 35%,  además de alimento animal, maquinarias agrícolas y otras materias primas. Todos altamente necesarios para el buen desempeño de la actividad agrícola. 

La disminución en la producción de viandas, hortalizas, frijoles, maíz y arroz, no solo se expresa por la caída de los rendimientos agrícolas, sino también por una reducción en las áreas a sembrar, “hay producciones como el frijol que si usted no tiene los fertilizantes y los plaguicidas la producción se limita, entonces los productores tratan de concentrar la producción en las áreas donde tienen algún nivel de respaldo”, acotó Pérez Pérez.

En el caso de la actividad pecuaria las mayores afectaciones han estado en la producción porcina, con una reducción cercana al 50%. En los últimos años Cuba llegó a producir alrededor de 180 mil toneladas de carne de cerdo. El pasado año la producción apenas superó las 90 mil toneladas, a consecuencia de la elevada dependencia de la importación de alimentos y otros componentes para la fabricación de piensos.

“En el 2020  se incumplieron las entregas al estado de producciones fundamentales como leche, carne vacuna, el maíz y los frijoles. Este último, con posibilidades de entregar más de 50 mil toneladas al balance, de un plan de 25 mil toneladas solo se entregaron unas 9 mil. En el caso del arroz, con una protección parcial en cuanto al respaldo de recursos, se logró cumplir con un plan ajustado para el año de unas 104 mil toneladas al balance”, ilustró el vice titular del MEP.

Viceministro del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Roberto Pérez Pérez

Una insuficiente capacidad de gestión de las entidades productivas, el no aprovechamiento de las potencialidades del mercado interno de insumos y de los resultados científicos, un manejo ineficiente de los suelos, así como la falta de logística y de servicios en comunidades agropecuarias son otros de los factores internos que inciden en los bajos niveles productivos.

El sector no siempre ha contado con la prioridad necesaria para la ejecución de inversiones, ni tampoco los programas aprobados, se han ejecutado con la integralidad requerida, ni se han obtenido los resultados esperados.

Más de cien millones dólares se destinaban anualmente para ofertar de forma liberada, a través de la red de comercio minorista, productos como arroz, frijoles y chicharos. Sin embargo, el nuevo contexto económico obligó al país a prescindir de dichos gastos para priorizar otros igualmente necesarios.

De forma categórica, el directivo del Ministerio de Economía y Planificación ratificó que en las condiciones actuales no será posible restablecer la venta, de forma liberada, de determinadas nomenclaturas. “En la medida que la producción nacional de señales de recuperación estaremos en condiciones de incorporar de forma controlada algunos productos, ejemplo de ello los chícharos. El país lo ira valorando y siempre que sea posible lo hará”.

En la Estrategia Económica y Social, para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la Covid-19, quedan sentadas las bases para una trasformación integral de la actividad agrícola. Se buscará incrementar los niveles productivos y de esa forma mejorar la oferta de alimentos para el pueblo.

Producción de alimentos una necesidad impostergable

 En la Estrategia Económica y Social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial provocada por la COVID-19 está previsto la puesta en práctica de un grupo de medidas de apoyo a la gestión de los productores, para que logren incrementar y diversificar los niveles de oferta de alimentos para el pueblo.

Para el segundo trimestre del año está previsto la apertura de una banca de fomento que ayudará a financiar de forma progresiva el sector agrícola, así lo dio a conocer el viceministro de Economía y Planificación Roberto Pérez Pérez quien explicó que la medida requerirá de un esfuerzo del presupuesto del estado.

“Debemos destinar hacia la actividad agropecuaria fondos que provengan de la colaboración internacional y otras fuentes de capital. Habrá que buscar una mayor integralidad entretodos los recursos financieros, incluidos los del balance”.

Se aprobó además que los productores agropecuarios puedan obtener liquidez o financiamiento en divisas por exportación y las ventas en frontera de sus productos, así como a las cadenas de tiendas en moneda libremente convertible (MLC) y a la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM). Dicha medida puede ayudar al reaprovisionamiento de los productores, que hoy no dependen exclusivamente de los recursos dispuestos por el balance.

Ante la limitación de recursos, el grupo GELMA, adscripto al Ministerio de la Agricultura, creó de manera gradual en todas las provincias del país mercados mayoristas de insumos, con ofertas en divisas de producciones en consignación. Pese a que todos los productores no tienen acceso a financiamiento en divisas, aquellos que operen con MLC podrán hacer uso de la medida y adquirir los insumos que hoy el balance no puede cubrir.

Producción de alimentos una necesidad impostergable

Según la tendencia, el directivo del MEP señaló que esta previsto que la comercialización de insumos, a través del grupo GELMA, crecerá en los próximos meses y enfatizó que de forma transitoria, la medida puede ayudar a la recuperación del sector, pero siempre bajo la idea de disponer, en el futuro, de un mercado totalmente en moneda nacional.

Se evalúan las normas jurídicas para la entrega de tierras en usufructo con vistas a realizar adecuaciones. Los productores que hagan un manejo eficiente de la tierra podrán ampliar sus áreas cultivables y se podrán rescindir de contratos por mal uso o poco aprovechamiento de las mismas. Igualmente se podrán entregar en usufructo, bajo condiciones especiales, áreas reservadas para programas de desarrollo y que demora su puesta en explotación.

El vice titular del Ministerio de Economía y Planificación insistió en redoblar los esfuerzos para impulsar el autoabastecimiento municipal de productos agropecuarios, medida que en las condiciones actuales, tiene una importancia estratégica y apuntó que los últimos tiempos se refuerza el concepto de producciones más locales, desde los propios consejos populares.

El país promueve la siembra de cultivos más rústicos y de ciclos cortos. Tendrán una atención diferenciada los productos más demandados por la población, y que requieren menos insumos para su cultivo como la yuca, el plátano, la malanga, la calabaza y el boniato. Asimismo se trabaja en la recuperación y construcción de nuevos módulos pecuarios en todas las entidades donde sea posible, incorporando las especies avícolas, porcinas, ovino-caprino y cunícola, así como la micro vaquería.

Producción de alimentos una necesidad impostergable

Si bien el país ha dictado políticas para incrementar la producción de determinados cultivos se hace necesario que desde los territorios se definan las nomenclaturas. Los gobiernos provinciales y municipales tienen que evaluar la demanda real de la población. Del intercambio con los productores, al igual que hoy se discute para fijar un precio hay que discutir lostipos de  producciones”, comentó Pérez Pérez.

Indicó además que el programa de desarrollo del sector está previsto explotar al máximo los espejos de agua en función de desarrollar la piscicultura e incrementar el uso de las plantas proteicas para el desarrollo de alimento animal, con fuentes nacionales de materias primas y la promoción de la inversión extranjera directa.

El viceministro de economía subrayó que a corto plazo lo más importante será el esfuerzo propio y la explotación de todas las posibilidades de producción, investigación e innovación.

“Debemos adecuar toda la base productiva y de apoyo a las condiciones reales del sector agropecuario. Se hace necesario que las empresas no sea un freno a las cooperativas, sino un elemento que apoyo y que despeguen como entidades económicas. En el coto plazo no vamos a tener los insumos que tradicionalmente importamos”.

Producción de alimentos, una necesidad impostergable (III)

Dentro de la Estrategia Económica y Social para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis mundial generada por la COVID-19 se aprobó una política para la comercialización de productos agropecuarios, y próximamente se emitirán las normas jurídicas para su implementación. 

El viceministro de Economía y Planificación, Roberto Pérez Pérez destacó que la política busca, en primera instancia, flexibilizar la comercialización de productos agropecuarios para todos los actores económicos que participen en el proceso de forma ordenada y legal. Insistió además en sustentar la comercialización con un enfoque de cadena de valor, “hay producciones que lo pueden lograr en un mediano plazo como es el arroz”.

Insistió en la importancia de implementar los comités de compras públicas, órgano a nivel municipal que permita identificar quiénes son aquellos productores con más condiciones y posibilidades de ofertar los mejores precios para el consumo social en hospitales y escuelas. Asimismo aclaró que quienes produzcan para este mercado deberán saber que el gobierno se rige por un presupuesto que tiene sus limitaciones.

Uno de los principios de la política es mantener una permanente actualización y divulgación de los precios de los productos de cara al consumidor y que estos conozcan cuáles han sido aprobados centralmente o fijados por los gobiernos provinciales y, en el caso de los municipios, los establecidos por acuerdo de las partes.

El vice titular del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), insistió en necesidad de incorporar en las rutinas de trabajo tanto de productores como comercializadores un intercambio constante, en mesa de negociación que les permita fijar, desde la racionalidad, los precios a los productos agropecuarios.

“Hay que lograr espacios de intercambio y que tanto productores como acopiadores y el gobierno del municipio, en representación del pueblo,  discutan sobre los problemas existentes, se fijen los precios, se reconozcan las necesidades del pueblo y exista un punto de consenso”.

Las producciones que por problemas logísticos y financieros de las entidades acopiadoras y comercializadoras no puedan ser compradas en correspondencia con lo establecido en los contratos, se podrán expender a otras formas de gestión económica existentes en el país.

“Si usted reconoce que hay un trabajador por cuenta propia o una cooperativa no agropecuaria que puede comercializar de forma minorista determinadas producciones, tampoco puede limitarse a criticar precios elevados. Tenemos que facilitarle el acceso a los productos que él va a comercializar y después exigirle que no sean abusivos”, valoró Pérez Pérez.

Las transformaciones tanto en los esquemas productivos agropecuarios como en el diseño de una nueva política de comercialización le permitirán al país cambiar la realidad que hoy nos muestra un desabastecimiento, casi permanente, en mercados agropecuarios.