diciembre 29, 2017
Lo difícil no es la pregunta sino la respuesta.
En más de una ocasión heleído u oído la pregunta de ¿qué se debe entender por socialismo en la actualidad?. Como a veces digo en broma, en clases, lo difícil no es la pregunta sino la respuesta. Por supuesto que hay respuestas pero habría que analizar el socialismo como una fase del modo de producción comunista o como un sistema socioeconómico y político, y eso no es lo que pretendemos en este momento. Quizás tampoco pueda hacerlo, porque tal respuesta involucra a diferentes saberes de las ciencias sociales además de tomar en cuenta la complejidad del momento histórico. La pretensión, sin ser sencilla, es más concreta. Nos interesa hablar de una parte de ese concepto, es decir de la economía socialista en la transición al socialismo o en su construcción, que es el término que reconoce la Conceptualización del Modelo.
Es muy importante, porque en todo debate si no están claros los conceptos las discusiones pueden tornarse bizantinas. Ahora en la blogósfera y en otros medios pululan los términos: “centrismo”, “neoliberalismo”, “capitalismo”, “socialismo”, “tercera posición”, “teorías confrontacionales y no confrontacionales”, entre otros. Algunos son tan “viejos” como la historia moderna otros de más reciente facturación.
Sin ánimo de armar una conferencia estructurada y densa, porque estoy en un blog y no en un aula de una de nuestras tantas universidades propiedades de todo el pueblo, quisiera recordar muy sumariamente algunas definiciones y conjeturas acerca de que es una economía socialista o en tránsito al socialismo.
De los geniales pensadores alemanes al genial teórico y político ruso.
Marx y Engels concibieron la economía comunista como la negación absoluta del capitalismo y sus principales rasgos eran la propiedad social sobre todos los medios de producción, el fin de la explotación del hombre por el hombre, la planificación contraria a la anarquía y al mercado y la satisfacción de las necesidades materiales y espirituales de todos los miembros de la sociedad a través del trabajo cooperado de todas las personas aptas para hacerlo. En Crítica del Programa de Gotha Marx establece una diferencia entre la economía comunista en su fase inferior o socialismo y en su fase superior o comunismo, pero lo hace tomando en cuenta la distribución de las riquezas a partir del desarrollo de las fuerzas productivas.(Marx y Engels, “Manifiesto del Partido Comunista”, Primer capítulo de “La Ideología Alemana, Marx “El capital”, tomo 1, “Crítica del Programa de Gotha”, Engels “Anti Duhring”, “Principios del Comunismo”…)
No concibieron el socialismo conviviendo por mucho tiempo con el capitalismo que sería arrasado por la revolución socialista mundial, mucho menos que el socialismo triunfara en un solo país y no precisamente de los más industrializados, que tratara de abrirse paso en medio de un capitalismo mundial entrado en su fase monopolista y que lapropiedad comunista conviviera con la capitalista y con la pequeña propiedad privada.No pudieron concebirlo, por diversas razones, pero así sucedió y fue Lenin al frente del partido comunista y de una parte del pueblo quien hizo realidad la utopía marxista, solo que en otras condiciones y bajo diferentes reglas de juego.
Lenin no solo aceptó la estructuración de la sociedad comunista en dos fases socialismo y comunismo sino que incluyó el período de transición del capitalismo al socialismo que había sido contemplado por Marx como un período político.Lo más importante, demostró que esa economía en transición no era homogénea sino heterogénea integrada por 5 tipos de economías distintas: la socialista, la capitalista, la pequeña producción mercantil, la economía natural y el capitalismo de estado.
No solo en la teoría sino en la práctica le asignó a la propiedad socialista la misión fundamental en la transición al socialismo, como la base económica del poder político. «Mientras el proletariado sostenga firmemente el poder en sus manos, mientras mantenga con firmeza en sus manos los medios de transporte y la gran industria, el poder proletario no tiene en ello nada que temer.» (Lenin, El impuesto e especie, Obras completas... tomo 43, p. 246).
Concebía el carácter socialista de las cooperativas determinado por la economía de base estatal. “Se olvida que, debido a los rasgos peculiares de nuestro régimen estatal, la cooperación adquiere un significado de verdad excepcional.”(Lenin, “Sobre la Cooperación”, Obras Escogidas en 3 tomos, tomo 3) En esa misma obra Lenin ofrece un cuadro muy general de la economía soviética en 1923 a partir de las organizaciones económicas básicas existentes: las consecuentemente socialistas o estatales,las capitalistas privadas controladas por el Estado socialista y por último las empresas cooperativas, entonces solo un proyecto. En este caso Lenin se abstraía de otros actores económicos como los millones de campesinos y los pequeños productores mercantiles urbanos, porque le interesaba subrayar el papel esencial de la cooperación en aquellas condiciones.
La definición de Lenin de la economía socialista en construcción como un sistema de tipos o formas económicas bajo el dominio de la propiedad socialista en su forma estatal es de particular importancia teórica y metodológica para representarnos la esencia de nuestra economía, socialista por su carácter pero heterogénea por su composición estructural.
Precisamente su naturaleza socialista está determinada, en lo fundamental, por el predominio de la propiedad socialista de todo el pueblo y todas las demás ventajas que de ello se derivan, aunque hacerlas realidad en todas sus magnitudes es aún una asignatura pendiente. No obstante asumir y aplicar la teoría de “botar el sofá” sería fatal.
Otras contribuciones esclarecedoras.
El economista polaco Wlodzimierz Brus creador de una teoría sobre el modelo descentralizado de dirección económica en su país, válido para otros países socialistas, nos brinda una definición que considero paradigmática sobre la economía socialista.
“Una economía tiene carácter socialista si los medios de producción fundamentales son propiedad social y no privada; si, en consecuencia, las relaciones entre los hombres en el proceso económico se basan en la cooperación en el empleo de los medios de producción comunes…si la cuota del producto que corresponde a los individuos y a los grupos se establece según el trabajo o según criterios sociales y no según la propiedad privada…” (W. Brus, El funcionamiento de la economía socialista”, Oikos-tau. s.a. ediciones, Barcelona, España, 1969)
Brus no puede ser acusado de oficialista, extremista, estalinista u otros tantos regalos conceptuales que nos hacenlos que no concuerdan con los que defendemos este socialismo imperfecto. El economista polaco fue considerado revisionista, reprimido política y académicamente. Esta reflexión pudiera asumirse con cierta flexibilidad tomando en cuenta que data de 1968, que Polonia era un país con cierto desarrollo industrial, miembro del CAME y del pacto de Varsovia, que no estaba bloqueado por los Estados Unidos, además de otras ventajas que no tiene la economía cubana, pero en realidad es un buen referente conceptual para nada reñido con los documentos programáticos del VII Congreso del PCC.
Alfredo González nos ofrece importantes reflexiones sobre la economía socialista que rebasan los criterios estrictamente económicos. Para el destacado investigador cubano, premio nacional de economía:
“Una economía socialista tiene aspectos esencialmente diferentes a una economía de mercado capitalista; aun cuando se trate de una economía socialista en la que existen diversas formas de propiedad, relaciones monetario-mercantiles y espacios de mercado.
“El socialismo es un sistema distinto que aspira a crear una sociedad que rompa con el fatalismo de que un grupo de hombres exploten económicamente a otros muchos. Se parte, entre otras cosas, de una concepción ética que considera que no puede haber igualdad ni fraternidad cuando unos pocos concentran a veces riquezas que pueden superar el PIB de algunos países, y muchos otros carecen de lo más elemental. Se puede estar o no de acuerdo con el socialismo, pero lo que no se puede dejar de considerar que estas aspiraciones establecen diferencias importantes en el peso relativo de los criterios ético-sociales para el funcionamiento de la economía y sobre el propio papel del Estado.” (Alfredo González.Prólogo a: “Instrumentos para el análisis económico” de Oscar Echevarría, y otros. INIE 2001).
Es una cavilación no solo económica sino política porque obliga a aquellos que se oponen a la limitación de la propiedad privada y proponen la conversión de una parte de los activos estatales en diferentes tipos de empresas privadas nacionales con o sin participación estatal a responder si esas acciones no implican latransgresión de esas normas y principios económicos y éticos.
Tres economistas cubanos nos dejan una noción sintética pero a mi juicio muy precisa de la relación entre la propiedad social, la economía socialista y el socialismo. “…lo que hemos deseado destacar hasta aquí, es la hegemonía de la propiedad social como elemento sine qua non de un proyecto socialista.”.(Julio Carranza, Luis Gutiérrez y Pedro Monreal. Cuba, la reestructuración de la economía, una propuesta para el debate, Editorial de Ciencias sociales, La Habana 1995)
La “Conceptualización del Modelo” ofrece una importante información argumental acerca del carácter y características de la economíasocialista en construcción.
“Las relaciones de propiedad sobre los medios de producción definen la naturaleza de todo sistema socioeconómico, dado que la forma de propiedad dominante condiciona las relaciones de producción, distribución, cambio y consumo en la sociedad.
“A ello se debe que el papel principal de la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción constituya un principio esencial.
“La existencia de formas de propiedad y de gestión no estatales tiene como objetivos posibilitar que el Estado y el Gobierno se concentren en las complejas tareas que le son propias, tributar a la eficiencia integral de la economía, generar empleos productivos, desplegar iniciativas, impulsar las fuerzas productivas, incrementar los ingresos al Presupuesto del Estado y contribuir al bienestar en función de los objetivos del desarrollosocialista.(Conceptualización del Modelo Económico y Social de Desarrollo Socialista, capítulo 2.)
Definiciones, concepciones y caminos: hacia el socialismo o hacia el capitalismo.
Las definiciones no son concepciones, estrategias, programas o políticas con decisiones económicas, mucho menos normativas jurídicas, pero sí reflejan aspectos esenciales de la realidad y han sido certificadas por la práctica y el conocimiento científico, pueden participar proactivamente en la realización de aquellas.
Son paradigmáticas las definiciones de Marx, Engels y Lenin sobre el capitalismo y el imperialismo, acerca del comunismo y el socialismo, sobre el papel del Partido y su unidad con el pueblo, y acerca de quiénes son los verdaderos enemigos del pueblo.
Constituyen verdadero modelos conceptuales las definiciones de Che sobre la planificación socialista, el papel del hombre y el cuadro en la construcción del socialismo.
La definiciones contenidas en el concepto de Revolución del Comandante en jefe Fidel Castro presiden la Conceptualización del Modelo y más que ello deben presidir los ideales y conductas de todos los revolucionarios sin diferenciar el tipo de trabajo(físico o intelectual) y responsabilidad administrativa, científica, docente, política o de otro género que asumamos.
La “Conceptualización” del Modelo, documento contentivo de denticiones y principios raigales puede dejar en unos u otros determinadas insatisfacciones de contenido o forma, o de ambas, pero es el resultado de un proceso de propuestas de varios años que se discutió antes del Congreso, durante el mismo y después. En el último proceso de consulta participaron un millón 600 mil cubanos, alrededor del 14 % de la población, respetable cifra tomando en consideración que si se descuenta la población no adulta, la penal, la que no se encontraba en el país en esos meses, y otros grupos poblacionales la relación sería mayor.Las 149 mil 658, propuestas para la Conceptualización se integraron en 34 mil 991 atendiendo a su similitud, de ellas 8mil 683 de carácter conceptual.
Se puede discrepar con definiciones y valoraciones de este y de los demás documentos del VII Congreso. De hecho leí un artículo de un economista cubano que hacia señalamientos críticos puntuales a algunos de los lineamientos y me pareció correcto el método y coincido con algunas de sus apreciaciones. Otra cosa es hacer propuestas de estrategias y políticas en dirección diametralmente opuestas a los objetivos de la actualización del Modelo. Los recordamos:
“Los objetivos estratégicos de la actualización del Modelo son: garantizar la irreversibilidad y continuidad de nuestro socialismo afianzando los principios que lo sustentan, el desarrollo económico y la elevación del nivel y calidad de vida con equidad. Todo ello, conjugado con la necesaria formación de los valores éticos y políticos, en contraposición al egoísmo, el individualismo y el consumismo enajenante y depredador.” (“Conceptualización del Modelo…”, capítulo 1.)
Dos sistemas socioeconómicos y políticos están explícitos e implícitos en esa formulación: el socialismo y el capitalismo.
En todo caso la negación del espíritu y la letra de las definiciones y concepciones a las que no hemos referido debería ser fundamentado desde la relación economía-política, economía y sociedad, economía e ideología, entre otras variables esenciales. Ninguna necesidad económica por trascendental que seapuede justificar un proyecto que se oponga a las bases de los objetivos y principios de la construcción del socialismo.
Frescas están las palabras del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro, acerca de los graves perjuicios para la economía estatal de la dualidad monetaria y cambiaria y de la urgencia de eliminarla pero sin afectar los fundamentos de la construcción del socialismo y subrayó el papel estratégico y fundamental de la propiedad socialista.(Raúl Castro, discurso de clausura de la Asamblea Nacional, diciembre 2017)
Cualquier proyecto, plan o programa no tiene futuro si se concibe al margen de definiciones y concepciones principistas, más si se oponen rotundamente a estas.