La mipyme privada Los Cuki, de Pinar del Río, establece alternativas para la comercialización local de alimentos a precios asequibles.
Este producto periodístico forma parte de la cobertura especial Nuevos actores económicos y desarrollo local en Cuba (2023-2025). #DesarrolloLocalParaCrecer
La Habana, 30 ene.- “Tratamos que el producto llegue un poco más barato al mercado”, asegura José Joaquín Díaz, fundador de la mipyme Los Cuki, que con una maquinaria ensamblada por su propio colectivo produce alrededor de tres toneladas diarias de alimentos procesados en Consolación del Sur, Pinar del Río.
Para el licenciado en agronomía, de 62 años de edad, desarrollar el negocio familiar demanda muchos retos, entre ellos, mejorar la tecnología de la planta de procesamiento, disponer de mayor cantidad de materia prima y mantener la venta de sus producciones a precios asequibles a la comunidad, muy afectada por la inflación como el resto del país.
“Tenemos un punto de venta (diaria) en el mercado (de Consolación del Sur), con alrededor de 18 productos. Los sábados participamos en las ferias de la provincia y también abastecemos a puntos de venta de la ciudad de Pinar del Río”, explica.
En esos sitios, la población encuentra ofertas como pulpas y néctares de frutas naturales, botellas de jugo y puré de tomate, salsa china, vinagre y adobo criollo, que oscilan entre 30 y 150 pesos en moneda nacional (precios equivalentes de 0,25 a 1,25 dólares según la tasa de cambio oficial en el país).
La Resolución 148/2023, “Metodología para la elaboración de las fichas de costos y gastos de productos y servicios para la evaluación de precios y tarifas”, del Ministerio de Finanzas y Precios, en vigor desde julio de 2023, es una de las medidas gubernamentales para intentar frenar la vertiginosa inflación en Cuba.
Envases reciclados y otras soluciones
Entre las alternativas para mantener rangos de precios asequibles, el administrador de Los Cuki opta por comprarle directamente a la población las botellas vacías, a cinco pesos moneda nacional (0,04 USD), antes que pagar 50 pesos (0,41 USD) a mipymes locales que las producen.
Norma para evaluar precios y tarifas en Cuba
Según Vladimir Regueiro, ministro de Finanzas y Precios, la nueva metodología contenida en la Resolución 148/2023, tiene un criterio inclusivo de todos los actores económicos, entre ellos, los no estatales, para contar con un único sistema empresarial que debe operar en igualdad de condiciones.
Esa norma establece las pautas para confeccionar fichas de costos y gastos de productos y servicios que se ajusten a las características y la complejidad de diferentes actividades. Tales documentos deben favorecer la concertación por los gobiernos locales de precios racionales con los actores económicos, obligados a mostrar las bases de las determinaciones de sus precios y tarifas.
Ante la demora del Ministerio de la Agricultura para facilitarle el acceso a nailon para envasar alimentos, Díaz decidió comprar un rollo de ese material y preparar bolsas de productos con las selladoras instaladas en la pequeña industria.
“Pero hace casi un año que no envasamos nada porque prácticamente no hay cosechas de viandas ni frutas”, lamenta el emprendedor, al referirse a los impactos del huracán Ian en su paso por el occidente cubano en septiembre de 2022.
“La provincia se va recuperando poco a poco, ya empezamos la campaña de siembra en enero. Vamos a empezar a ver guayaba. Pero es una fruta muy cara”, añade.
Al respecto, apunta que tanto los campesinos como las cooperativas comercializan la caja de guayaba en unos 1500 pesos cubanos (12,5 USD). A eso se suma el costo de procesarla y envasarla, lo cual encarece el producto final.
Sin embargo, hace énfasis en que siempre tratan de comercializar sus producciones a precios asequibles, “porque el que sufre es el que va al mostrador (a comprar). ¿Cuántos familiares tengo yo que también tienen que ir a un mostrador?”.
Más allá del encadenamiento productivo
Como parte del encadenamiento productivo de los actores económicos de Pinar del Río, la mipyme Los Cuki tiene contratos con las empresas provinciales La Conchita y la de producción de cítricos. “Nos apoyamos mutuamente. Nos facilitan alguna materia prima que necesitemos para preparar fórmulas de jugos y néctares, por ejemplo”, comenta Díaz.
Precisamente, de esa línea de producción basada en el aprovechamiento de frutas naturales, se benefician cuatro niñas y niños de la comunidad que padecen diversas enfermedades. De forma gratuita, cada mes, reciben 30 jugos cada uno.
A partir del encadenamiento con otra empresa privada local, la pequeña industria espera contar con un suministro de azúcar que le permita aprovechar su capacidad para producir dulces de frutas en conserva, como cascos (mitades) de guayaba, anuncia Díaz.
Otro proyecto, agrega, consiste en echar a andar una planta de aceite a partir del procesamiento de girasol, soya, maní y ajonjolí.
El emprendedor, al que muchos criticaron cuando en 2017 pidió un crédito al banco, se compró una bicicleta y, bajo una licencia de trabajador por cuenta propia, comenzó a vender dulces en la calle y luego fundó una empresa privada. Ahora aspira a convertir Los Cuki en un proyecto de desarrollo local. (2024)
Más de una vez me he preguntado si Fidel Castro tomó nota de la sentencia que tanto Lenin gustó apuntar en su extensa obra:“Los hechos son tercos; si no pueden entrar por la puerta, saltan por la ventana”.
Sin embargo, y aunque esa terquedad supere a la de las mulas, está por saberse si la de los llamados inquisidores de la Fe revolucionaria, en Cuba, es aún mayor y hasta linda con lo infinito. Ídem para su antípoda, los adalides anticomunistas al otro lado del Estrecho de La Florida.
Unos y otros defienden sus dogmas a capa y espada, aunque la realidad les derribe sus “sagrados íconos”; claro, está por saberse si el fundamentalismo se debe a sincera fe mal encausada, o a un vulgar interés creado, que de todo hay en la viña del Señor.
Los inquisidores de la Fe ¿fidelista, raulista, ahora canelista?, parecen olvidar que Fidel Castro dijo que con los principios no se negocia, y por ende se deduce que con todo lo demás sí se puede.
Innegociables son la independencia, la libertad – capacidad de elegir con conocimiento de causa – y junto a aquellas la justicia social y la solidaridad, todos valores de la identidad cubana, aún en la crítica situación criolla, en que tanto las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Cuba (bloqueo) como el agotamiento del modelo económico invitan a interrogar si existe una crisis de valores y de credibilidad.
Fuente: Internet. El discurso de los inquisidores de la Fe
Los adalides anticomunistas, opuestos viscerales al proyecto socialista cubano, rechazan de plano cualquier trato del Gobierno de Estados Unidos con el de la mayor del Caribe; apoyan in extremis al bloqueo y se oponen a cuanto beneficie al pueblo cubano.
Video publicado en X de la Congresista María Elvira Salazar, ferviente adalid.
Dos ejemplos de la intolerancia son la percepción acerca de las micro, pequeñas y medianas empresas ( mipymes) y la referida a la posición de Cuba en el Índice de Desarrollo Humano.
¿Mipymes “a la hoguera”?
Tras dos décadas mínimo de negativas o dilaciones y varios congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC), ¡mipymes desde agosto del 2021!
Inquisidores y adalides bastante han hecho y hacen para provocar un retraso que en las reformas económicas de proyectos socialistas como China y Vietnam apenas existió , y que en ambos países ha significado un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) aún motivo de atención planetaria.
Carmelo Mesa-Lago, Profesor Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh, señaló en su artículo Cuba se queda atrás, que la otrora llamada Perla de las Antillas se está retrasando en sus índices económicos y de bienestar social respecto a ambas naciones.
“Mientras Cuba sufrió un estancamiento económico y un declive en el período 2009-2020, la tasa promedio anual del PIB de China creció casi ocho veces el promedio de Cuba y la de Vietnam creció cinco veces el promedio de Cuba…En cuanto a indicadores sociales, entre 1989 y 2020 el salario promedio anual ajustado por inflación en el sector estatal aumentó 289% en Vietnam y 217% en China, pero cayó 46% en Cuba…La salud suele ser considerada una de las áreas de mayor progreso en Cuba. Así era en 1989, cuando la isla se ubicaba entre los primeros países latinoamericanos y entre los socialistas de Europa del Este; pero las crisis de los 90, y la actual, han provocado un severo retroceso”.
Mientras tanto, la ampliación en Cuba de las formas de gestión no estatales – cooperativa y privada – impacta por sus resultados: según el economista Dr. Juan Triana Cordoví, desde las legislaciones que ampliaron su existencia en agosto del 2021, hasta la fecha, y no obstante el bloqueo estadounidense más varias formas de resistencia y hasta hostilidad internas, los actores no estatales han logrado:
9652mipymes (ya son más de 10 070)
5 138 cooperativas
106 empresas mixtas
596 000 trabajadores por cuenta propia
Aportan al PIB el 7,7% al cierre del 2023, según la viceministra de Economía y Planificación, Johana Odriozola Guitart .
Grosso modo, evitaron por simple compensación una caída en el PIB del 6%, tras ser ésta en términos netos de 1-2% en el 2023.
Triana también apuntó que “cuando aún las pymes no llegaban a 5 mil, empleaban (junto a otras formas no estatales) el 35,7 % de todos los trabajadores (sector empresarial estatal 29,6%)… Hoy (se) “reconoce la existencia de 262 mil empleados en las mipymes y, de ellos, 183 mil son empleados nuevos. O sea, las mipymes, con apenas dos años de nacidas, en condiciones muy difíciles, enfrentando los prejuicios de un lado y del otro, las restricciones de un lado y del otro, han creado un cuarto de millón de puestos de trabajo, de los cuales el 69,8 % son nuevos empleos “.
Acotación al margen: ese cuarto de millón significa que se reubicó a similar número del millón de trabajadores estimados como sobrantes en el empleo estatal. O sea, que las mipymes redujeron el llamado desempleo oculto en ¡25% en dos años!
Por supuesto, panacea no son, santas menos, pero las cifras evidencian que si las formas no estatales hubieran estado antes en el grado que hoy, o en uno mayor, Cuba habría ganado un tiempo precioso.
Olvidado está: pero ya en los documentos del III Congreso del PCC (¡1985!) se planteó la intención de extender las cooperativas desde la agricultura “a otras ramas de la producción y los servicios” – si bien no las mipymes -, lo que al día de hoy ilustra sobre cuánto tiempo perdido.
Entretanto, inquisidores y adalides “enojados”: los primeros claman iracundos ante un supuesto “abandono de los principios” y responsabilizan a las formas no estatales por la inflación galopante que Cuba sufre, mientras las estadísticas oficiales y la cotidianidad demuestran que el incremento de oferta aportado por esas formas contrarresta a dicha inflación, la cual sin aquellas operando sería mayor de lo que ya es.
Insisten, insisten los inquisidores en los supuestos precios abusivos y especulativos de las mipymes; para ellos, el supuesto abuso comercial es el origen de la inflación, cuando ya es harto conocido que las causas son el bloqueo, la hostil situación internacional y un déficit fiscal que para el 2024 se estima en 18,5% del PIB, segundo mayor del orbe según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
O sea, los “ilustres inquisidores” hacen causa de lo que es efecto ¡Vaya “dialéctica”!
Entretanto, salarios y pensiones reales ” al sótano”, en tendencias de largo plazo, mientras la desigualdad social asciende y la palabra pobreza se presenta en la palestra pública.
Los adalides no quedan a la zaga de los inquisidores:obstaculizan cuanto pueden el acceso de las formas no estatales a la banca estadounidense y así demuestran su hipocresía, porque nadie sabe en cuántos documentos dicen promover la propiedad privada.
Llegan tan lejos adalides e inquisidores, que por algo el presidente Díaz-Canel expresó:”… a ese propósito aportan algunos desde las posiciones más extremas: desde la derecha convocando a privatizarlo todo y al cambio de sistema, y también desde una supuesta izquierda demonizando cualquier espacio al mercado. Como siempre, los extremos se tocan y ambas posiciones coinciden en un punto: la crítica lapidaria al término socialismo y a cualquier intento de solución nacido de la gestión gubernamental”.
Mas ojo atento: recientes resoluciones gubernamentales dictan aumentos de impuestos a las formas no estatales; varios economistas los califican de inflacionarios – se les ha llamado bomba de inflación – y de suyo se desprende que tienden a coartar el éxito demostrado sobre el terreno: ¿”puñalada trapera” de los inquisidores, cuando las mipymes se benefician de exenciones fiscales en medio planeta, dado su alto riesgo como emprendimiento?
A la bomba de inflación se suman otras medidas; ejemplo entre muchos, colindante con el absurdo, es prohibir a las mipymes la importación comercial de motocicletas.
Medida monopólica, al parecer destinada a reservar el mercado al ensamblaje de ciclomotores eléctricos que se realiza en Cuba, en asociación económica internacional con China; según los reportes, ese ensamblado no llegaría al 25% de la capacidad fabril, a la altura de febrero del 2023.
“El trivial asunto de las motocicletas” es parte de uno de los dogmas del extinto diz que socialismo real: el monopolio estatal del comercio exterior, abolido por China y Vietnam, y en ambos países la derogación con resultados impactantes.
Guste a quien guste, pese a quien pese, en Cuba está sobre el tapete eliminar ese dominio, si bien es un debate casi subterráneo; numerosas evidencias en la escena económica avalan la irrentabilidad del monopolio ,más ante un número creciente de actores económicos operando en el comercio exterior, lo cual obliga a un dinamismo casi imposible bajo semejante control.
El tema se ha discutido en varios eventos a lo largo de años y el consenso ha sido derogar, mientras no tan callado estaría el gobierno.
Ya en el 2014, un despacho de Reuters informó de un seminario realizado en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, donde el economista Juan Triana dijo que “El costo de no reconocer la importancia de la competencia para el desarrollo se paga en menores tasas de crecimiento que el potencial, la asignación incorrecta de recursos, niveles de productividad y eficiencia por debajo de las fronteras de posibilidades del país y sobre todo con un significativo desestímulo a la innovación, uno de los motores principales motores del desarrollo”.
“‘Probablemente el denominado monopolio estatal de comercio exterior resulta en un fuerte obstáculo para diversificar y crecer en las exportaciones”, expresó por su parte Miguel Alejandro Figueras, Premio Nacional de Economía en el 2007.
No obstante las opiniones de éstos y otros expertos, las resistencias están y no son de juego.
Prueba al canto: nada menos que en el VIII Congreso del PCC (abril del 2021), un muy influyente líder de opinión expresó que “esperando hacer estallar el principio socialista del monopolio del Estado sobre el comercio exterior, (otros)vienen reclamando que se autorice la importación comercial privada en el ánimo de establecer un sistema no estatal de comercio interior”…que meses después fue una realidad.
Discursos van, vienen, pero el hecho terco aporrea puertas: el dinamismo que requiere el comercio exterior cubano está siendo coartado por un dogma que perjudica a todos los actores económicos, no sólo a los no estatales.
Según datos oficiales , hasta noviembre del 2023 el valor de las importaciones de las formas de gestión no estatal ascendió a los 1 072 millones de dólares, de los que 772 millones correspondieron a las mipymes, 277 millones a los trabajadores por cuenta propia y 23 millones al resto .
Cuba importó en el 2022 poco más de 2 600 millones de dólares en bienes de consumo. Las importaciones de las mipymes representaron el 40 % del total en ese rubro.
En buena dialéctica, el incremento de lo cuantitativo está clamando por el salto cualitativo, aunque el dogma…es el dogma.
Así, los extremos se tocan, mientras “Cuba paga”: si por un lado los inquisidores niegan rotundamente la idea de abolir – aunque se imponga la realidad, pero igual es tiempo perdido-, por el otro los adalides hacen cuanto pueden para impedir que el gobierno de Estados Unidos permita el acceso de las formas no estatales a la banca de ese país, lo cual agilizaría el comercio exterior cubano en forma inédita.
Quizás no exista mejor medidor de la calidad de vida en un país que el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual integra como variables a la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización de adultos, la de matriculación desde primaria a universidad y la paridad de poder adquisitivo. Así se obtiene un valor integrado que refleja la calidad de vida y además permite comparar èsta, de manera asequible, con la de otras naciones.
IDH Cuba: evolución
Aunque no es objeto de estas líneas un análisis del IDH cubano, una observación: el de 1990 fue de 0,680 y el del 2022 0,764; o sea, se avanzó en la calificación 0,84; sin embargo, se retrocedió en lugar mundial desde un 53 a un 83, en 30 años, para así caer a un ritmo de ¡ casi un sitio anual!
Duele apuntarlo, pero es así: Cuba se ha estancado respecto al orbe o está en una recesión estructural de largo plazo.
Los inquisidores, respecto a las crudas verdades del IDH, son cuidadosos: no desautorizan los datos, como regla, pero insisten en que la única causa de la caída es el “malvado bloqueo yankee”; no importa que el gobierno reconozca errores, ni que por causa de los mismos y de dilaciones como la de no haber ampliado antes las formas no estatales, pospuestas por años, Cuba haya perdido un tiempo precioso.
Tampoco se hable de que el modelo económico está agotado, ni que la inflación galopante “destroza” al salario real, y menos que la desnutrición se enseñorea en las mesas de un porciento de jubilados.
Los adalides, por su parte, rechazan de plano al IDH: según ellos, la situación es aún peor de lo que la tendencia decreciente revela. Además, buena parte de la información primaria para calcularlo proviene del gobierno cubano, “ese falsificador contumaz”. No importa que cientos de expertos de Cuba y otros países colaboren en un esfuerzo conjunto: el IDH cubano es mentira.
La prensa, la prensa
Los adalides son influyentes en la prensa de Estados Unidos y gozan de hegemonía a lo Gramsci en la de La Florida; los inquisidores sí parecen tener control sobre la “del patio”, o al menos se deduce por la ausencia en los medios de voces comprometidas con el proyecto socialista cubano, pero críticas hacia la política económica oficial; motivos hay para disonancias, y medio pueblo deseando enterarse de los disensos.
Por ende, error craso de los inquisidores y pérdida de credibilidad por carambola, porque ése es el saldo de las censuras; más con 7,5 millones de cubanos que acceden a Internet y a las redes sociales, para así llegarse a un 68% de la población vinculado al ciberespacio.
Simple: el criollo se entera del opinar de las voces críticas y de mucho más por medios no adscritos al PCC, o mediante X o Facebook.
A los adalides no les va del todo mal – y hasta bien les va – porque hacen política estadounidense en los Estados Unidos, a propósito del tema Cuba y frente a un electorado de origen cubano, en favor de sus intereses estadounidenses.
A los inquisidores no parece que bien, porque por fe errónea o mal encausada, o vulgar interés creado, se están desconectando del mundo real.
A menos, a menos, que sus intereses creados “guarden conejos en sombreros”; que tras sus intolerancias estén pèrfidas intenciones…
El emprendimiento es un proceso de gestión que se debe insertar en el funcionamiento de la economía y el entramado empresarial del país. El trabajo refleja el estudio sobre estos temas, para el apoyo a los actores económicos y la toma de decisiones en nuestra nación, el cual se desarrolló desde un enfoque multidisciplinar, en un cuerpo analítico para el estudio y el fomento del emprendimiento en cualquier forma de propiedad. El trabajo muestra el marco conceptual que se adopta sobre emprendimiento, las condiciones del contexto y evolución de los actores, haciendo énfasis en las mipymes y los obstáculos para que puedan integrarse al tejido empresarial del país.
INTRODUCCIÓN
Los estudios sobre emprendimiento son muy recientes en Cuba, pues ha sido un tema muy poco abordado. Este comportamiento se debe, entre otras razones, a que el tema se consideró, por décadas, asociado al desarrollo capitalista. No es hasta los trabajos previos al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), en relación con los Lineamientos de la política económica y social del Partido la Revolución , y en el VII Congreso del PCC, con la Conceptualización del modelo económico y social, que la academia se suma al esfuerzo del país para reconocer los aportes de los emprendimientos al desarrollo y, de esta forma, ofrecer una amplia diversidad de estudios sobre emprendimiento, desde la experiencia internacional hacia las condiciones de Cuba. (Comité Central del Partido Comunista de Cuba, 2021)
El año 2011 resulta un punto de inflexión importante, por la apertura de espacios al trabajo privado, cooperativo, y con el perfeccionamiento de las empresas estatales, lo cual favorece las investigaciones en el campo del emprendimiento y la innovación. En los inicios de esta etapa se encuentran los primeros núcleos de producción de conocimiento sobre el tema, de un grupo mucho más concentrado en algunas áreas, que constituyó el germen para el surgimiento de la Red de Emprendimiento e Innovación de la Universidad de La Habana.
El presente artículo tiene el objetivo de mostrar los resultados de seis años de trabajo de esta Red en los temas de emprendimiento y, al mismo tiempo, caracterizar la etapa actual del emprendimiento con la aparición de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
CONTRIBUCIONES A LOS ASPECTOS CONCEPTUALES SOBRE EL EMPRENDIMIENTO
Los cambios que tuvieron lugar a partir de la aprobación e implementación de los Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución en el año 2011 y la Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, así como del Plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030, en el año 2016, ratificaron el papel del sector no estatal de la economía como un factor facilitador de la construcción socialista en la actual etapa. Por ello, se hizo necesario clarificar el término -limitadamente comprendido y también satanizado- y evidenciar los alcances de los emprendimientos.
Para el logro de los dos propósitos antes mencionados, la Red desarrolló el estudio de los referentes teóricos del emprendimiento y su funcionamiento en otros países de la región y de Europa, para identificar sus particularidades, los sectores y ramas en que interviene, sus relaciones con el Estado y el Gobierno, así como los mecanismos de fomento existentes por parte de los gobiernos. De igual forma, se investigó de forma sistemática el trabajo por cuenta propia como una de las formas de expresión del emprendimiento en Cuba, lo que ha permitido conocer su evolución en el país, su distribución por tipo de actividad, sus experiencias e inquietudes, así como sus potencialidades y limitaciones.
Se realizó un amplio análisis bibliográfico y se pudo constatar que la pro ducción científica cubana identificada proviene de tesis de pre y posgra do, artículos en revistas especializadas, capítulos de libros y, en menor medida, ponencias y libros. Estas fuentes para el estudio del trabajo por cuenta propia (TCP) corresponden a un período que abarca desde el año 2007 hasta 2021.
Lo anterior nos permite afirmar que el inicio de la producción científica sobre el tema del emprendimiento, en Cuba, data de la década del 2000, aunque es preciso aclarar que el material identifi cado de este periodo se limita a dos artículos publicados en la revista Economía y Desarrollo en 2007. Asimismo, se detectó que el momento de mayor productividad se produjo en la década siguiente, en el año 2018, con un total de treinta y dos recursos identificados, aunque es evidente una clara tendencia de productividad ascendente. Por otra parte, el análisis permitió comprobar que resulta significativa la diversidad de áreas del conocimiento desde las cuales se ha estudiado el TCP.
Las revistas en las que se identificaron fuentes para el estudio del TCP son fundamentalmente del campo de la economía, se identificaron un total de 285, sin embargo, solo 19 comparten la autoría de fuentes. La concentración de la producción científica por autores muestra que la mayoría de los artículos cuentan con un solo autor (143) y en solo 25 se aprecia colaboración autoral, aunque esta no supera los tres autores por artículo. Esto indica un bajo grado de colaboración entre los autores que abordan el tema de la TPC, así como una escasa investigación interdisciplinar.
El análisis temático de la producción científica permitió identificar que la dimensión más abordada fue la de estructura empresarial (productividad del trabajo, exportaciones y tejido empresarial), con 41 materiales, y la menos representada fue el sistema educativo, con solo dos materiales.
De acuerdo con las actividades de TCP, el estudio temático permitió identificar que los análisis transversales fueron las más abordados, pues un total de 61 trabajos tratan aspectos tales como: el empleo juvenil, estrategias, identidad e imagen, subjetividad social, roles, soporte legal, inequidad de género, políticas crediticias, entre otros. Asimismo, se puede afirmar que las actividades más estudiadas fueron las de gastronomía, desarrollo local, turismo, cooperativas y arrendamiento. Las actividades menos estudiadas resultaron ser las de agricultura, cuidadores y comunicación, con solo un recurso de información para cada una de ellas.
Al ser una temática en Cuba de reciente desarrollo, no existe un amplio espectro bibliográfico, en cuanto a diversidad de temas y profundidad en el estudio. Esto exigió de la Red confeccionar un repositorio de bibliografía extranjera, articular equipos de investigación que fortalecieron la transversalidad para realizar la conceptualización requerida de la categoría de emprendimiento, establecer sus vínculos con la noción de TCP e insertarse en el entramado económico del país, de forma tal que se pudiera caracterizar y periodizar su evolución en el tiempo.
Los principales aportes obtenidos del estudio anterior se resumen en:
La conceptualización del emprendimiento como un proceso de gestión que se inserta en el funcionamiento de la economía y el entramado empresarial del país. Por esto, depende de la existencia de un ecosistema emprendedor que facilite o restrinja su desarrollo, de ahí que no se sujeta exclusivamente de las competencias y habilidades personológicas de quienes emprenden, sino de las condiciones existentes que propicien o no el emprendimiento.
Schumpeter (1935) enfatizó en el rol del emprendedor como hombre de acción, el cual podía llevar a cabo nuevas combinaciones que condujeran a nuevos productos, métodos de producción o comercialización, y demás. Kizner (1979) señala el rol del emprendedor en conducir las fuerzas del mercado y el mecanismo de precios. Esa mirada se realiza fuera de la empresa a diferencia de Schumpeter y Coase que lo analizan dentro de esta. En los años 80, tanto Casson (1982) como Hébert y Link (1988) enfocan al emprendedor como alguien que toma decisiones en ambientes de incertidumbre, identificando oportunidades.
En sentido general, hasta finales de los noventa, las definiciones enfatizan en el individuo emprendedor y sus características. Sin embargo, la visión del emprendimiento como un proceso, permite un análisis multifactorial de la relación del emprendedor con diversos factores contextuales y del negocio. Tanto es así que Shane y Venkataraman (2000) definen el emprendimiento como un proceso de descubrir y explotar oportunidades. Por su parte, Carlsson et al. (2013) analiza sobre: «por qué, cuándo y cómo alguna persona y no otra descubre y explota una oportunidad y por qué, cuándo y cómo un modo de explotar esa oportunidad y no otro» (p. 915). Esta es una definición bastante aceptada internacionalmente y cuestiona el enfoque centrado solo en el emprendedor.
Se puede afirmar, entonces, que no existe consenso en cuanto a lo que es clave en el estudio del emprendimiento. Sin embargo, al analizarlo como proceso permite enfocarse en el individuo y el contexto, así como en su interacción, en la búsqueda de oportunidades y vías para explotarlas. Para profundizar en tal proceso es necesario dar una mirada desde diferentes disciplinas. En el análisis del emprendimiento como proceso también existen diversos acercamientos. Así, Rodríguez (2009) valora que en este proceso: «el individuo es el centro de atención, en una relación dialógica entre su desarrollo y la creación de valor económico» (p. 109). Además, Mishra y Zachary (2014) lo proponen como un proceso de creación de valor que pasa por tres grandes etapas: la oportunidad, la competencia y las recompensas. Kantis et al. (2014) habla de emprendimiento dinámico en el proceso de creación de una pequeña empresa y su transformación en una compañía competitiva y con proyección de crecimiento, para lo que valora diez dimensiones, a través del enfoque sistémico del Programa de Desarrollo Emprendedor (PRODEM). Esta perspectiva fue asumida por la Red en su investigación sobre las condiciones para el emprendimiento en Cuba, adaptado a las características del país.
La caracterización del TCP en Cuba (hasta la creación de mipymes), sus antecedentes y orígenes, su evolución en el tiempo, por distribución territorial, por grupos etarios y por sexo, así como las actividades más representadas y la evolución del propio marco regulatorio. El TCP ha comenzado a abordarse como una forma de emprendimiento, al presentarse en él características fundamentales que los definen: negocios con cierto grado de complejidad que generan un valor añadido al producto o servicio que prestan y se desarrollan sobre la base de ideas frescas y novedosas, nunca antes puestas en práctica por los establecimientos estatales. A su vez, los emprendedores estudian el entorno y explotan sus oportunidades, asumen altos riesgos de diversa índole y se enfrentan a la toma de complejas decisiones.
La sistematización del término «trabajo por cuenta propia» en Cuba incluye la contradicción que se produce al englobar todo el TCP bajo una misma concepción, independientemente del tamaño y tipo de actividad que se ejerza. Su concepto jurídico se define como un conjunto de individuos que, por un lado, desarrollan una actividad por cuenta propia y, por otro, los que laboran en condición de subordinación, lo que excluye la posibilidad de la existencia de una relación de empleo que lleva consigo la subordinación, la ajenidad y la remuneración, así como una prestación de naturaleza laboral y sostenida en el tiempo. Esto limita su accionar y potencialidades de desarrollo, al equipararlos con lo que, en otros países, se conoce como emprendimientos autónomos, cuya escala de actividad es muy baja y que usualmente está asociada a la subsistencia. Esta constituye una de las causas por las que se identifica este proceso bajo la denominación TCP. La estructura territorial y por actividades de estos actores permaneció altamente concentrada en unas pocas provincias (cinco de ellas concentran el 65 %) y prácticamente sin cambios hasta el año 2021. El TCP circunscrito a un conjunto de actividades autorizadas (esto se modificó en 2021), mayoritariamente de poco valor agregado, no favorece una mayor interrelación del sector no estatal entre sí y con el resto del tejido empresarial. La participación femenina como dueñas es baja y existe un incremento de jóvenes en estos espacios. Uno de los resultados de esta investigación de mayor relevancia se relaciona con verificar que el TCP, en su análisis histórico -desde 1976 hasta 2019- no ha constituido un factor de desarrollo sino una variable de ajuste ante situaciones de crisis o de necesidades de empleo (Díaz, 2020).
CONTEXTO INTERNACIONAL Y NACIONAL
El emprendimiento a nivel internacional es el proceso que alimenta la creación de nuevas empresas, como norma privadas, y de negocios en una empresa existente (conocido como intraemprendimiento o emprendimiento corporativo). Se considera un elemento dinámico de la economía que promueve la innovación, aspecto crucial de la competitividad -mucho más en las condiciones de producción diferenciada, no masiva y destinada a nichos de mercado específicos- que caracteriza a estos negocios y donde los países subdesarrollados pudieran poseer ventajas competitivas.
Por tanto, para lograr un ecosistema que estimule el emprendimiento, es práctica en el mundo generar condiciones y políticas. Sin embargo, en América Latina estas, por lo general, se encuentran fragmentadas, lo cual no ayuda a focalizar las necesidades de fomento del emprendimiento en las líneas de desarrollo de los países.
Cuba ha vivido desde 1968 -después de la ofensiva revolucionaria- un largo período de estatalización, solo se han mantenido negocios privados en el sector agrícola y de transporte. Desde 1976, el TCP se ha estimulado y desestimulado, acorde a los vaivenes de la economía, hasta la última propuesta realizada en el año 2011.
La Conceptualización del modelo económico y social expone los objetivos estratégicos de las transformaciones en Cuba y sirve de guía para materializar esa visión de país independiente, soberano, socialista, próspero, democrático y sostenible; es, por tanto, un documento programático que define los fundamentos de la sociedad que se desea, entre ellos reconoce la pequeña empresa privada. El VII Congreso del Partido Comunista de Cuba reafirmó los cambios que se venían produciendo en la economía cubana, entre ellos, la ampliación del TCP, como parte de la actualización del modelo económico y social cubano, los cuales están constituidos por emprendedores privados que pueden contratar fuerza de trabajo y se gestionan como empresas y otros que son realmente trabajadores por cuenta propia o autónomos Es decir, los documentos centrales aprobados por el Partido Comunista de Cuba, así como la Constitución de la República consideran el trabajo privado como parte consustancial de la economía y al emprendimiento como un elemento propulsor del desarrollo (Asamblea Nacional del Poder Popular, 2019).
La necesidad de dinamizar la economía deprimida ante un brutal bloqueo y coyunturalmente por la pandemia, impone el reto de elevar la eficiencia y productividad de la empresa estatal y propiciar la formalización, como pequeñas empresas, de todos aquellos emprendimientos que hoy existen bajo las licencias concedidas para el ejercicio del TCP, así como de todos los que puedan surgir para responder a las necesidades del desarrollo. Uno de los aportes esenciales del sector privado estaría en proveer a la economía de mayor flexibilidad y agilidad para comenzar el varias veces pospuesto, pero necesario, proceso de restructuración productiva.
Las últimas decisiones del país se enrumban en tal dirección con la legislación aprobada sobre micro, pequeñas y medianas empresas, cooperativas no agropecuarias (CNA) y trabajo por cuenta propia (TCP). Estos actores deberán complementarse entre sí y con las empresas estatales y mixtas, tal y como enuncia uno de los principios de la estrategia de desarrollo económico y social.
Tal complementariedad debe estar conducida por los propósitos de desarrollo del país, para lo cual es indispensable que en todos los actores se fomenten los procesos de emprendimiento, la apropiación de buenas prácticas existentes y se promuevan las condiciones para su crecimiento económico. El diseño de políticas será central para enfocar las necesarias sinergias y el desempeño innovador de cada uno de los actores.
La experiencia internacional y la práctica en Cuba muestran la necesidad de realizar investigaciones en este campo y la utilidad de los resultados obtenidos.
CARACTERIZACIÓN DE LAS MICRO, PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS EN CUBA. UNA FORMA DE EMPRENDIMIENTO
Las micro, pequeñas y medianas empresas es la forma natural de reconversión de trabajos por cuenta propia que funcionaban como empresas no reconocidas, al mismo tiempo que invierten en nuevas empresas.
En agosto de 2021 se aprueba el Decreto-Ley No 46 (Consejo de Estado, 2021), la cual reconoce las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) privadas, refrendadas en la Constitución de la República desde 2019 (Asamblea Nacional del Poder Popular, 2019). Los principales aspectos contenidos en la norma son:
Se organizan mediante sociedad de responsabilidad limitada, pluripersonal o unipersonal
Los socios pueden ser cubanos residentes mayores de 18 años. Solo se puede ser socio de una mipyme.
Se puede ser socio de una sola mipyme, sin embargo, se puede ser socio de una cooperativa y trabajador por cuenta propia al mismo tiempo.
El capital social es aportado por los socios en dinero, bienes o derechos. No existe una aportación mínima.
Se constituyen bajo escritura pública y registro mercantil, después de ser aprobadas por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP).
Es posible la existencia de mipymes mixtas con cooperativas, Estado y capital extranjero
Las micro, pequeñas y medianas empresas en Cuba (hasta octubre del 2022) suman casi 5 530, de ellas aproximadamente un 20 % son micro empresas, casi el 50 % son pequeñas y alrededor del 30 % son medianas. Es decir, cerca de un 70 % son empresas que a priori pareciera que poseen algún tipo de proyecto de negocio, es decir, que superan el estadio de la subsistencia.
Las mipymes se concentran en tres sectores: manufactura, construcción y gastronomía. Las medianas se concentran en manufactura y construcción, mientras que en las microempresas se destaca la presencia de la informática.
Los ocupados en estas empresas son aproximadamente 108 000; no obstante, esa cifra no indica nuevos empleos, ya que muchos ocupados provienen de otros empleos como los mismos TCP que se reconvierten. Se observa que el 45 % de los ocupados eran desempleados, los cuales encuentran en este sector una fuente de empleo.
El promedio de socios es de dos y el 53 % son sociedades unipersonales. Del total de socios, son mujeres solo un 24 % y casi un 25 % son jóvenes entre 18-35 años, lo cual indica la necesidad, en estos sectores, de acciones afirmativas para apoyarlos en un posible desempeño como socios/as.
En cuanto a la distribución territorial en el país, las mipymes y cooperativas están sobrerrepresentadas en el occidente del país, pues poseen el 39,5 % de la población y concentran el 54,1 % de las mipymes y nuevas CNA. Por su parte, la Región central evidencia menor cantidad, al mostrar solo el 30,2 % de la población y 19,2 % de las empresas (Oficina Nacional de Estadística e Información, 2022). La mayoría de estos actores económicos se concentra en las cabeceras municipales de cada provincia. Es bueno precisar que muchas de las mipymes aprobadas aún se encuentran en proceso de legalización, así la Oficina Nacional de Estadística e Información (2022) indica solo 3 655.
Desde la gestación de las mipymes con el Decreto-Ley 46 (Consejo de Estado, 2021), estas surgen con un grupo importante de limitaciones para su accionar, tales como:
Barrera de entrada (listado de actividades prohibidas), establecido por el Decreto 49/2021 (Consejo de Ministros, 2021).
El primer mecanismo les impide elegir cómo exportar e importar, y las obliga a realizarlo mediante una empresa estatal, con toda la burocracia y lentitud en los procesos que la caracterizan, por solo mencionar dos factores de la ineficacia del procedimiento establecido.
El régimen tributario es eminentemente recaudatorio, establece unas tasas impositivas inequitativas, iguales para todo tipo de empresas, grande, medianas, pequeñas y micro. El listado negativo, visto como un paso superior al existente anteriormente -listado de 127 actividades permitidas-, es extremadamente restrictivo en varias actividades como turismo, servicios profesionales, telecomunicaciones, entre otras.
Además se muestran otros problemas no menores a los anteriormente expuestos, como los que se señalan a continuación:
Ecosistema emprendedor: está organizado alrededor de las empresas estatales como único actor. El marco jurídico que ampara las políticas, el sistema financiero y los exiguos mercados está orientado a estas empresas estatales, sin considerar el resto de los actores, de igual modo las reglas de juego y la cultura de negocio que prevalecen.
Las empresas estatales: son en su mayoría monopolios o poseen el poder del mercado y, por tanto, disfrutan de la libertad de establecer precios y condiciones al resto de los actores según su conveniencia para paliar, en muchas ocasiones, una gestión insuficiente.
Financiamiento: este es un aspecto central para el desempeño de los actores de propiedad no estatal. Las resoluciones del Banco Central de Cuba (2021a, 2021b, 2021c) son restrictivas en el otorgamiento de créditos, en cuanto a exigencias, garantías, tiempos, tasa de interés. Hasta octubre de 2022 se habían otorgado créditos en CUP solo al 9 % de las mipymes y en MLC, al 0,3 %
Capacitación y asesorías: algunas organizaciones como la Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC) han ofertado, sobre todo, cursos; y también por negocios privados de manera informal. Pero faltaría la oferta de asesorías y entrenamientos por territorios, quizás mediante centros de desarrollo empresarial.
Las condiciones similares para todos los actores que han primado como base para toda la base normativa sobre mipymes: este aspecto posee dos problemas (de interpretación y desigualdad). Las condiciones similares se refieren a la competencia en el mercado, no que los mecanismos tributarios, de inversión extranjera, y demás, sean iguales que para las empresas estatales. Además, son similares a conveniencia del Estado, pues para el acceso a la divisa, el arrendamiento y compra de autos, el arrendamiento de locales, etc. no hay similitudes.
A todo lo anterior se adiciona la situación económica tan compleja que vive el país con un proceso inflacionario que se alimenta de la falta de oferta de las empresas estatales y del tipo de cambio en crecimiento del mercado informal, al cual tienen que acceder las mipymes para poder obtener divisas que les permitan operar. Todo esto implica establecer altos precios en CUP que les permitan cerrar el ciclo.
Sin embargo, la respuesta del Consejo de Ministros es aprobar un plan de más de 40 directivas generales encaminadas a un mayor enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, entre las cuales se entiende el incremento abusivo de precios, el mercado informal, etc. Nadie estaría en contra de tales medidas si ellas fueran el producto de un análisis de las causas y no solo de los efectos visibles, ya que muchas de esas ilegalidades y delitos son el resultado de no haber tomado acciones a tiempo de tipo estructural.
REFLEXIONES FINALES
El desconocimiento del papel que pudieran desempeñar para la economía cubana tales empresas se manifiesta en la ausencia de políticas de fomento para las existentes, el régimen tributario establecido y todo lo referido anteriormente.
El ecosistema empresarial del país está diseñado para las empresas estatales, no se ha modificado y no se observa intención de hacerlo, ni en la revisión de normas jurídicas, de mecanismos financieros y tributarios, ni en la creación de instituciones de apoyo, ni en políticas o instrumentos de incentivo hasta el momento.
Se hace necesario aprender de las buenas prácticas de América Latina y de sus errores en el tratamiento a las mipymes. No es conveniente, dada la situación económica del país, equivocarse en cuestiones por las que ya han transitado otros países.
Ante todo debe existir voluntad política no solo para crearlas, sino para generar las condiciones para su crecimiento, al eliminar los obstáculos antes expuestos y establecer políticas de fomento tomando en cuenta sus particularidades.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Asamblea Nacional del Poder Popular (2019). Constitución de la República de Cuba. Editora Política. [ Links ]
Herbert, R. y Link, A. (1988) The Enterpreneur: Mainstream Views and Radical Critiques. Praeger. [ Links ]
Kantis, H. et al. (2014). Índice de condiciones sistémicas para el emprendimiento dinámico. Una herramienta para la acción en América Latina. Asociación Civil Red Pymes Mercosur. [ Links ]
Kizner, I. (1979). Perception, Opportunity and Profit: Studies in the Theory of Entrepreneurship. University of Chicago Press [ Links ]