Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 2 de junio de 2019

«Para mí, Cuba lo tiene todo»

Conversar con José Manuel Ortiz Núñez, director general del Hotel Iberostar Parque Central, nos recuerda que ninguna ley garrote puede apagar voluntades de amigos sinceros

Publicado: Sábado 01 junio 2019 | 10:33:43 pm.

Autores:

images/authors/2017/10/FDkGVi_05-10-2017_15.10.22.000000.jpg
Alina Perera Robbio
 
assets/backend/adminlte/dist/img/user.jpg
Calixto Ferral
 
Como quiere que todo funcione y fluya del mejor modo posible, José Manuel Ortiz Núñez (Madrid, 1979), director general del Hotel Iberostar Parque Central, se angustia, se inquieta cuando llega a un lugar nuevo. Así es, nos ha dicho, hasta que las cosas toman el paso deseado.
Cuba, el motivo de este diálogo, la Isla a la cual el enemigo de siempre ha puesto la mano de hierro sobre el cuello —mano que ahora quiere apretar hasta la asfixia a través de la ley Helms-Burton y de su título III— apareció en la vida de nuestro entrevistado por razones profesionales. Y por lo que pudimos apreciar, no parece que el sombrío panorama de amenazas haya enfriado el cariño y los sueños de futuro que la Isla inspira en Ortiz.
Él estudió Hotelería en la ciudad de Sevilla. Esa fue una elección que había tenido clara desde sus 16 años de edad y que como tal comunicó a su padre cuando cumplió los 18. Los estudios universitarios y sus consiguientes prácticas implicaron conocer disímiles lugares, sobre todo de su tierra natal y de Gran Bretaña. Fue esa una suerte que se acrecentó con el título de universitario en la mano.
A sus 23 años José Manuel Ortiz asumió la subdirección en un hotel de Marbella. En 2010 entró al Grupo Iberostar; y a partir de ese momento los viajes fueron más recurrentes y el desempeño más intenso. Poco faltó para que partiera a Croacia para dirigir dos hoteles, pero los acontecimientos tomaron otro rumbo.
Mientras trabajaba en un hotel urbano, en Santa Cruz de Tenerife, Ortiz fue convocado a una reunión en Mallorca. La cita era con «el Presidente de Iberostar, quien evidentemente me conocía bastante del paso por los diferentes hoteles en que yo había estado; él visitaba mucho los hoteles, por lo cual le veía bastante, y la reunión era con él, en su despacho. Mandó a buscar un folleto sobre Cuba y me lo mostró. Lo que más destaco de aquel momento es que don Miguel transmitía ilusión. O sea, que Cuba no es un país cualquiera para él. Vi en él, hablando del tema, la misma ilusión con que ha sabido levantar toda la compañía».
En algún momento de nuestra estancia en el Hotel Iberostar Parque Central, nos encontramos, casualmente, con el señor Miguel Fluxá Roselló, presidente del Grupo Iberostar. «A Cuba se le quiere, o no se le quiere; y con ella pasa igual: o te quiere, o no». Así nos dijo al saludar, en claro mensaje de que los verdaderos cariños no admiten términos medios.
Todavía estos reporteros, en el instante del saludo, tenían fresca en su memoria la emoción sentida por Fluxá en octubre de 2018, cuando se inauguró en La Habana el Hotel Iberostar Grand Packard, segundo con categoría cinco estrellas plus en la capital. Entonces comentó a los presentes su placer por estar en el hotel que se estrenaba al cabo de 25 años de «contacto constante» con la Isla. Esa vez patentizó su gratitud por la confianza que a él le habían conferido los cubanos para emprender una obra de tal rigor.
Otros detalles de cercanía marcaron nuestra entrevista con Ortiz: en su despacho, por ejemplo, una de las paredes mostraba una amplia imagen de la visita, en 1963, del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz a la antigua fábrica de ron Bacardí. A sugerencia de un trabajador, a quien el líder había preguntado sobre qué nueva marca de ron proponía, nació el nombre de Caney. Ese instante y otras imágenes muy cubanas, aderezan los espacios del hotel.
El 8 de abril de 2015 llegó Ortiz a Cuba con la tarea, dada por Fluxá Roselló, de asumir un hotel gigantesco. «Te designamos porque tenemos que hacer allí muchas cosas, y quiero que te vayas a Cuba». Y una vez en el lugar de destino, comenzó un período de adaptación. 
Más que en años, el tiempo de estancia de Ortiz en la Isla debería medirse por sus jornadas de entrega que pueden ser de hasta 16 horas cuando hace falta. «De Cuba lo más importante es —nos ha explicado— entender dónde uno está, y sobre todo la cultura, la idiosincrasia».
—De esta etapa entre nosotros, ¿qué aprendiste de Cuba y de los cubanos?
—En mi primera experiencia de trabajo en la cayería norte de Villa Clara me encontré una plantilla muy noble, personas llanas. Había gente de Santa Clara, pero también de todos los pueblos de los alrededores. Había trabajadores que hacían viajes de tres horas en ómnibus para llegar. Tenían, muchos de ellos, un nivel cultural importante.
—¿Fue fácil, o no, interactuar con los trabajadores cubanos?
—Adaptarme al personal cubano fue fácil. Adaptarme quizás a las problemáticas que tenía el hotel, fue complicado, porque el lugar tenía en ese momento muchas dificultades que había que afrontar y solucionar. Esa fue la parte difícil. Estuve allí un año y 11 meses.
—¿Tuviste éxito cambiando esa realidad?
—Sí. Se recuperó la confianza de los turoperadores, mejorando el servicio y las instalaciones. Todo con un equipo de trabajo más motivado que hizo subir la reputación del hotel, el cual volvió a ser el hotel líder del Cayo Santa María en mi período.
—¿Cuáles fueron las claves que llevaron a ese éxito?
—La clave estuvo en la adaptación, en la constancia, y en trabajar con pasión. El éxito es un resultado. Uno puede alcanzarlo, pero ese es un tema de superación y de constancia en el trabajo. Si tengo que trabajar 14 horas, lo hago; si tengo que hacerlo 16, también. Lo más importante en mi experiencia es que hay que apostar por los recursos humanos, preocuparse por todos los aspectos en su trabajo, pues ahí está la clave del éxito, en un equipo motivado y unido».
—¿Cuál fue tu siguiente lugar?
—Estuve luego un mes y días apoyando operaciones en La Habana, hasta que me aprobaron el Parque Central, donde estoy desde mayo de 2017. 
—¿Cuba marca de algún modo la diferencia en tu trayectoria de trabajo?
—Cuba a mí me ha dado más cosas de las que yo he podido aportar trabajando. Ha significado una experiencia muy intensa. Para mí es algo que me llevo en la maleta, y en mi corazón. Ha sido una superación de muchos desafíos. Ha sido enfrentarse a un buen número de problemas; pero al final te das cuenta de que todo se puede resolver, y cuando vas pasito a pasito, mejorando cosas, la satisfacción es tremenda.
—Si te pidiera tres filosofías para el trabajo que has aprendido aquí, ¿cuáles mencionarías?
—En primer lugar el valor de respetar. Lo otro es la humildad. Yo por suerte he hecho de camarero, he alistado habitaciones, las he supervisado, he trabajado en cocina también. Eso te da una visión general de todo lo que conforma un hotel. Cuando he sido director no he tenido miedo a hacer el trabajo de subdirector.
«La otra filosofía es que hay que tocar las cosas con la mano. Hay que recorrer todos los rincones del hotel, supervisar servicios, estar con los clientes y apoyar al equipo de trabajo donde acontece el servicio; que no te lo cuenten. Si yo he tenido que ver un problema en las habitaciones o en las bombas de agua, eso no podía analizarse desde un despacho».
—¿Cuántas potencialidades reales tiene la Isla, en tu opinión, para desarrollar el turismo?
—Para mí, Cuba lo tiene todo. En primer lugar, una magia especial, algo que atrapa. El cubano es muy particular: cuando te abre su corazón, desde su pequeño orgullo de ser, es muy amable y deja al cliente muy satisfecho.
«Hay una fortaleza que tiene todo el personal cubano que no la hay en otros países. He visto, con problemas graves, gente trabajando 18 horas, levantadas a las tres, cuatro de la mañana, abriendo un agujero en una zanja para ver dónde había rotura de una tubería. He visto gente trabajando sin irse para su casa. El cubano es muy luchador; eso es algo innato en él. Cuando hay dificultades, se unen todos y encuentran la solución. Probablemente el enigma de la corta recuperación de Cuba a raíz del deterioro sufrido por los hoteles con el paso de un huracán, consista en que la gente llegó y empezó a trabajar a machetazo limpio, para abrir los caminos. Ese sentimiento de pertenencia, que sacrifiques tanto por tu gente y por tu centro de trabajo, es una gran fortaleza. Esas cosas son sentimientos de lucha que el cubano lleva en el ADN.
«Sí. Potencialidades tienen muchísimas. Espectaculares. Aquí tienen un tema muy importante para el turismo, que es la seguridad. En mi opinión, tal fortaleza hay que ponerla un poquito más en valor; es algo que debe estar en todos los catálogos: sol, playa, y seguridad. Y lo otro es que los cubanos tienen mucha cultura.
«Por otra parte, el tema de la música es espectacular, y aquí por ejemplo, en La Habana, los clientes alucinan, se quedan maravillados porque en todas las esquinas hay música, y de excelente calidad. Cuba tiene, además de su tabaco y de su ron, magníficos lugares con sus historias. Remedios, en Villa Clara, es un pueblo bonito. Trinidad en Sancti Spíritus… Quiero ir a Camagüey, a Holguín, a Santiago de Cuba, a Baracoa en Guantánamo…».
—Hablas como quien piensa quedarse por largo tiempo…
—De momento estamos aquí. Pasa el tiempo y ya llevo cuatro años y algo más. Aquí hay muchas cosas, muchos atributos que son valiosos para el turismo. Habrá que crear nuevos servicios… Tenemos que seguir apostando por la calidad, mejorar las infraestructuras, y seguir invirtiendo para que los hoteles brillen. Además de apostar fuertemente por una formación de calidad de Hotelería para preparar a todos los jóvenes, pues hay muchos hoteles en desarrollo y tenemos que brindar el mejor servicio para ganar clientes fieles.
Es decir que la apuesta por Cuba crece, en momentos como estos…, preguntamos a Ortiz, y él sigue hablando de proyectos futuros, y de su hotel que mucho le gusta: «el Parque Central es un lugar importante, con grandes retos. Me gustan los hoteles urbanos, me apasionan…».
En su pasión, y en su franqueza, encontramos la respuesta esperada: con ley garrote no se apagan las voluntades de los amigos sinceros.

Bolivia exportará a Cuba carne de res, pollo y leche en polvo

Sábado, 01 de Junio de 2019

FM Bolivia.- Bolivia firmó un acuerdo interinstitucional internacional de cooperación en materia de agricultura para exportar carne de res, pollo y leche en polvo a Cuba, informó el viernes el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras. «Una delegación de Bolivia conformada por representaciones de la Cancillería y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, concretó la exportación de carne de res, pollo y leche en polvo al mercado de la República de Cuba», remarca un boletín de prensa.

Según ese documento, en apego a las formalidades legales y los requisitos sanitarios, establecidos por ambos países, se concretó la exportación de esos productos bolivianos.

Ese acuerdo, se consolidó en el marco de la III Reunión del Grupo de Trabajo para la complementariedad entre Bolivia y Cuba, que se realizó en La Habana.

La delegación boliviana entregó cuatro ejemplares firmados del acuerdo interinstitucional internacional de cooperación en materia de agricultura a su contraparte cubana para su respectiva firma y próxima entrada en vigencia.

La reunión concluyó con un intercambio de propuestas del plan de trabajo para la ejecución de las actividades de cooperación contempladas en el acuerdo.

Las reuniones se iniciaron el pasado 11 de marzo, cuando la delegación cubana realizó visitas in situ a plantas productoras y aserraderos de madera, a la empresa avícola Sofía, a Pil Andina, para la producción de leche en polvo y a la Planta de Amoniaco y urea de Bulo Bulo, para establecer preacuerdos para la compra-venta de diversos productos bolivianos.


Bolivia exportará a Cuba carne de res, pollo y leche en polvo

Con información de Prensa Latina

El gobierno de Bolivia exportará a Cuba carne de res, pollo y leche en polvo, productos con los que la Isla tratará de paliar la escasez de alimentos que atraviesa.

Según la agencia Prensa Latina, en la III Reunión del Grupo de Trabajo para la Complementariedad Económica entre los dos países, representantes de ambos gobiernos concretaron también acciones para la cooperación en el sector agropecuario.

Ileana Núñez, viceministra cubana de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, y su homólogo boliviano, Benjamín Blanco, firmaron un contrato para la exportación hacia La Habana de madera, urea y tejidos, todo por valor de más de 12 millones de dólares.

El acuerdo estableció que la Empresa Comercializadora de Materias Primas y Productos Intermedios (Maprinter) de Cuba importará largueros de madera dura para travesaños de líneas férreas.

También la industria Ligera de la Isla se beneficiará de la compra de tejido tubular de polipropileno, así como de hilazas de algodón, destinadas a la fábrica de medias Mediatex.

En 2018 se anunció que Cuba estaba dando pasos para la importación desde Bolivia de carne, leche y sus derivados.

La alimentación de los cubanos depende entre 60 y un 70 % de las importaciones.

Tras las nuevas sanciones de EEUU, en los últimos meses la escasez de alimentos se ha recrudecido, lo que ha provocado largas colas en los establecimientos comerciales de toda la Isla.

Recientemente se informó que el Grupo Empresarial Ganadero tiene el objetivo de entregar mensualmente cinco kilogramos de carne percápita: dos de porcino, dos de ganado menor y uno de ave.

La economía que necesitamos

Por JOSEPH E. STIGLITZ

Después de 40 años de fundamentalismo de mercado, Estados Unidos y países europeos con ideas afines están fallando a la gran mayoría de sus ciudadanos. 

En este punto, solo un nuevo contrato social, que garantice a los ciudadanos la atención médica, la educación, la seguridad de jubilación, la vivienda asequible y el trabajo decente a cambio de una remuneración digna, puede salvar al capitalismo y la democracia liberal.

NUEVA YORK - Hace tres años, la elección del presidente de los EE. UU. Donald Trump y el referéndum Brexit del Reino Unido confirmaron lo que aquellos de nosotros que hemos estudiado durante mucho tiempo las estadísticas de ingresos ya sabíamos: en la mayoría de los países avanzados, la economía de mercado ha fracasado en grandes sectores de la sociedad.

En ninguna parte es esto más cierto que en los Estados Unidos. Considerado durante mucho tiempo como un niño del cartel por la promesa del individualismo de libre mercado, hoy en día, Estados Unidos tiene una mayor desigualdad y menos movilidad social ascendente que la mayoría de los otros países desarrollados. Después de haber aumentado durante un siglo, la esperanza de vida promedio en los Estados Unidos ahora está disminuyendo. Y para aquellos que se encuentran en el 90% inferior de la distribución del ingreso, los salarios reales (ajustados por la inflación) se han estancado: el ingreso de un trabajador de sexo masculino típico hoy en día es alrededor de hace 40 años.

Mientras tanto, muchos países europeos han tratado de emular a Estados Unidos, y los que tuvieron éxito, especialmente el Reino Unido, ahora están sufriendo consecuencias políticas y sociales similares. Es posible que Estados Unidos haya sido el primer país en crear una sociedad de clase media, pero Europa nunca se quedó atrás. Después de la Segunda Guerra Mundial, en muchos aspectos superó a los EE. UU. En la creación de oportunidades para sus ciudadanos. A través de una variedad de políticas, los países europeos crearon el estado de bienestar moderno para brindar protección social y realizar inversiones importantes en áreas donde el mercado por sí solo podría gastar menos.

El modelo social europeo, como se conoció, sirvió a estos países durante décadas. Los gobiernos europeos pudieron controlar la desigualdad y mantener la estabilidad económica frente a la globalización, el cambio tecnológico y otras fuerzas disruptivas. Cuando estalló la crisis financiera de 2008 y la subsiguiente crisis del euro, los países europeos con los estados de bienestar más fuertes, particularmente los países escandinavos, obtuvieron los mejores resultados. Contrariamente a lo que a muchos en el sector financiero les gustaría pensar, el problema no era una participación demasiado estatal en la economía, sino demasiado poco. Ambas crisis fueron el resultado directo de un sector financiero poco regulado.

DESPUÉS DE LA CAÍDA

Ahora, la clase media está siendo vaciada a ambos lados del Atlántico. Revertir este malestar requiere que averigüemos lo que salió mal y trazamos un nuevo rumbo, adoptando el capitalismo progresista que, al tiempo que reconoce las virtudes del mercado, también reconoce sus limitaciones y garantiza que la economía funcione en beneficio de todos.

No podemos simplemente regresar a la edad de oro del capitalismo occidental en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando un estilo de vida de clase media parecía estar al alcance de la mayoría de los ciudadanos. Tampoco deberíamos quererlo necesariamente. Después de todo, el "sueño americano" durante este período estaba mayormente reservado para una minoría privilegiada: los hombres blancos.1

Podemos agradecer al ex presidente de los EE. UU., Ronald Reagan, y al ex primer ministro británico, Margaret Thatcher, por nuestra situación actual. Las reformas neoliberales de la década de 1980 se basaron en la idea de que los mercados sin restricciones traerían prosperidad compartida a través de un proceso de goteo místico. Se nos dijo que la reducción de las tasas impositivas sobre los ricos, la financiarización y la globalización daría lugar a mejores niveles de vida para todos. En cambio, la tasa de crecimiento de los EE. UU. Cayó a cerca de dos tercios de su nivel en la era de la posguerra, un período de estrictas regulaciones financieras y una tasa impositiva marginal superior al 70%, y una mayor participación de la riqueza y los ingresos de este el crecimiento limitado se canalizó al 1% superior. En lugar de la prosperidad prometida, obtuvimos desindustrialización, polarización y una clase media en disminución. A menos que cambiemos la secuencia de comandos, estos patrones continuarán o empeorarán.

Afortunadamente, existe una alternativa al fundamentalismo del mercado. A través de un equilibrio pragmático de poder entre el gobierno, los mercados y la sociedad civil, podemos avanzar hacia un sistema más libre, más justo y más productivo. El capitalismo progresivo significa forjar un nuevo contrato social entre los votantes y los funcionarios electos, los trabajadores y las corporaciones, ricos y pobres. Para que un nivel de vida de clase media sea una meta realista, una vez más para la mayoría de los estadounidenses y europeos, los mercados deben servir a la sociedad, y no al revés.

INVASIÓN DE LOS SNATCHERS DE RIQUEZA

A diferencia del neoliberalismo, el capitalismo progresivo se basa en una comprensión adecuada de cómo se crea el valor hoy. La verdadera y sostenible riqueza de las naciones no proviene de los países explotadores, los recursos naturales y las personas, sino del ingenio humano y la cooperación, a menudo facilitada por los gobiernos y las instituciones de la sociedad civil. Desde la segunda mitad del siglo dieciocho, la innovación que mejora la productividad ha sido el verdadero motor del dinamismo y los niveles de vida más altos.

El rápido progreso económico inaugurado por la Revolución Industrial, después de siglos de estancamiento, descansa sobre dos pilares. La primera es la ciencia, a través de la cual podemos aprehender el mundo que nos rodea. La segunda es la organización social, que nos permite ser más productivos trabajando juntos de lo que podríamos ser solos. Con el tiempo, instituciones como el imperio de la ley, las democracias con sistemas de control y equilibrio y las normas y estándares universales han fortalecido ambos pilares.

En una breve reflexión, debería ser obvio que estas son las fuentes de la prosperidad material. Y, sin embargo, la creación de riqueza a menudo se confunde con la extracción de riqueza. Los individuos y las corporaciones pueden enriquecerse al depender del poder del mercado, la discriminación de precios y otras formas de explotación. Pero eso no significa que hayan hecho ninguna contribución a la riqueza de la sociedad. Por el contrario, tal comportamiento a menudo deja a todos los demás en una situación peor. Los economistas se refieren a estos ladrones de riqueza, que buscan obtener una mayor proporción de la torta económica de la que crean, como buscadores de renta. El término se originó en las rentas de la tierra: quienes las recibieron no lo hicieron como resultado de sus propios esfuerzos, sino simplemente como consecuencia de la propiedad, a menudo heredada.

Este comportamiento dañino prevalece especialmente en la economía de los EE. UU., Donde cada vez más sectores están dominados por unas pocas empresas. Estas mega corporaciones han usado su poder de mercado para enriquecerse a costa de todos los demás. Al cobrar precios más altos, han reducido efectivamente los estándares de vida de los consumidores. Con la ayuda de las nuevas tecnologías, pueden, y lo hacen, involucrarse en una discriminación masiva, de manera que los precios no son establecidos por el mercado (encontrando el precio único que iguala la demanda y la oferta), sino por determinaciones algorítmicas del máximo que un cliente desea. pagar.

Al mismo tiempo, las corporaciones estadounidenses han utilizado la amenaza de la deslocalización para reducir los salarios nacionales. Y cuando eso no ha sido suficiente, han presionado a los políticos para que debiliten aún más el poder de negociación de los trabajadores. Estos esfuerzos han demostrado ser efectivos: la proporción de trabajadores que pertenecen a sindicatos ha caído en la mayoría de las economías avanzadas, pero especialmente en los EE. UU., Y la proporción del ingreso que se destina a los trabajadores ha disminuido precipitadamente.

NO HAY EXCUSAS

Si bien los avances en tecnología y el crecimiento de los mercados emergentes ciertamente han jugado algún papel en el declive de la clase media, son de importancia secundaria para la política económica. Sabemos esto porque los mismos factores han tenido diferentes efectos en todos los países. El aumento de China y el cambio tecnológico se han sentido en todas partes, pero EE. UU. Tiene una desigualdad significativamente mayor y menos movilidad social que muchos otros países, como Noruega.

Del mismo modo, donde la desregulación financiera ha ido más lejos, también lo han hecho los abusos del sector financiero, como la manipulación del mercado, los préstamos abusivos y las tarifas excesivas de las tarjetas de crédito.

O considere la obsesión de Trump con los acuerdos comerciales. En la medida en que los legisladores han maltratado a los trabajadores estadounidenses, no se debe a que los negociadores comerciales de los países en desarrollo sean más astutos que los negociadores estadounidenses. De hecho, los Estados Unidos suelen obtener casi todo lo que piden. El problema es que lo que pide refleja los intereses de las corporaciones estadounidenses, no de los ciudadanos comunes.

Y por más mal que estén las cosas ahora, están a punto de empeorar. Considerar la desigualdad de ingresos de Estados Unidos. La inteligencia artificial y la robotización ya están siendo consideradas como los motores del crecimiento futuro. Pero bajo el marco normativo y normativo vigente, muchas personas perderán sus empleos, con poca ayuda del gobierno para encontrar nuevos. Los vehículos autónomos por sí solos privarán a millones de sus medios de vida. Al mismo tiempo, nuestros gigantes tecnológicos están haciendo lo que pueden para privar al gobierno de la capacidad de respuesta, y no solo haciendo campaña para reducir los impuestos: están demostrando el mismo genio en evitar impuestos y explotar a los consumidores que previamente mostraron en el desarrollo de los recortes. innovaciones Además, han mostrado poca o ninguna consideración por la privacidad de las personas. Sus modelos de negocio y comportamiento están efectivamente exentos de la supervisión.

Aún así, hay esperanza en el hecho de que nuestra disfunción económica es el resultado de nuestras propias políticas. Algunos países que enfrentan estas mismas fuerzas globales han adoptado políticas que han llevado a economías dinámicas en las que los ciudadanos comunes han prosperado. A través de reformas progresistas capitalistas, podemos comenzar a restaurar el dinamismo económico y garantizar la igualdad y la oportunidad para todos. La principal prioridad debería ser frenar la explotación y fomentar la creación de riqueza, y esto puede hacerse mejor, o solo, por personas que trabajan juntas, especialmente a través del gobierno.

EL ESTADO INDISPENSABLE

Independientemente de la forma que tome el arrebato de riqueza, desde el abuso del poder de mercado y las asimetrías de la información hasta el aprovechamiento de la degradación ambiental, existen políticas y regulaciones específicas que podrían prevenir los peores resultados y generar beneficios económicos y sociales de gran alcance. Hacer que mueran menos personas debido a la contaminación del aire, las sobredosis de drogas y las "muertes por desesperación" significará tener más personas que contribuyan de manera productiva a la sociedad.
 
La regulación ha tenido un mal nombre desde que Reagan y Thatcher la convirtieron en sinónimo de "papeleo". Pero la regulación a menudo mejora la eficiencia. Cualquier persona que viva en una ciudad sabe que sin semáforos, una simple "regulación" que rige el flujo de automóviles a través de una intersección, viviríamos en un embotellamiento perpetuo. Sin estándares de calidad del aire, el smog en Los Ángeles y Londres sería peor que el aire en Beijing y Delhi. El sector privado nunca se encargaría de frenar la contaminación. Solo pregúntale a Volkswagen.

Trump y los cabilderos que ha designado para desmantelar al gobierno de los Estados Unidos están haciendo todo lo posible para eliminar las regulaciones que protegen el medio ambiente, la salud pública e incluso la economía. Durante más de cuatro décadas después de la Gran Depresión, un marco regulatorio sólido impidió las crisis financieras, hasta que se vio, en la década de 1980, como una innovación "sofocante". Con la primera ola de desregulación llegó la crisis de ahorros y préstamos, seguida por una mayor desregulación y la burbuja punto-com en la década de 1990, y luego la crisis financiera mundial en 2008. En ese momento, los países de todo el mundo intentaron volver a escribir las reglas para Prevenir una recurrencia. Pero ahora la administración de Trump está haciendo lo que puede para revertir ese progreso.

Así también, las regulaciones antimonopolio implementadas para garantizar que los mercados funcionen como se supone que deben hacerlo - competitivamente - se han retirado. Al frenar la búsqueda de rentas, las prácticas anticompetitivas y otros abusos, mejoraríamos la eficiencia, aumentaríamos la producción y estimularíamos más inversiones. Mejor aún, liberaríamos recursos para actividades que realmente mejoran el bienestar. Si menos de nuestros mejores estudiantes ingresaran a la banca, tal vez más irían a la investigación. Los desafíos en ambos son grandes, pero uno se enfoca en aprovechar a los demás, el otro en agregar a lo que sabemos y a lo que podemos hacer. Y, dado que la carga de la explotación tiende a pesar más en quienes se encuentran en la base de la pirámide económica, reduciríamos la desigualdad y fortaleceríamos el tejido de la sociedad estadounidense.

Como lo implica el término, el capitalismo progresivo reconoce tanto el poder como las limitaciones de los mercados. Es simplemente un hecho que, dejándolo a su alcance, el sector privado siempre producirá demasiado de algunas cosas, como la contaminación, y muy poco de otras, como la investigación básica, que es la base de la innovación y el dinamismo económico. El gobierno tiene un papel central que desempeñar no solo para impedir que el sector privado haga lo que no debe, sino para alentarlo a que haga lo que debe. Y a través de la acción colectiva, a través del gobierno, podemos hacer cosas que no podemos hacer solos y que el mercado por sí solo no hará. La defensa es el ejemplo obvio, pero las innovaciones a gran escala, como la creación de Internet y el Proyecto Genoma Humano, son ejemplos de gastos públicos que han transformado nuestras vidas.

El sector privado tampoco proporcionará muchos de los servicios universales que constituyen la base de una sociedad decente. La razón por la que el gobierno de los EE. UU. Creó el Seguro Social, Medicare, Medicaid y el seguro de desempleo e invalidez es que los empresarios y las empresas no brindan estos servicios esenciales, o lo hicieron con costos y restricciones inaceptables (como la denegación del seguro de salud a las personas con pre- condiciones existentes). Y en muchas de estas áreas, el gobierno ha demostrado ser más eficiente que el sector privado. Los costos administrativos de la Seguridad Social son una fracción de los de los planes privados de jubilación, y la Seguridad Social cubre una gama más amplia de riesgos, como los relacionados con la inflación.

NUESTRA ÚNICA OPCIÓN

El tipo de regulaciones y reformas de sentido común que he descrito son necesarias para restablecer el crecimiento y poner una vida de clase media al alcance de la mayoría de los estadounidenses y europeos. Pero no son suficientes. Lo que necesitamos es un nuevo contrato social del siglo veintiuno para asegurar que a todos los ciudadanos se les garantice el acceso a la atención médica, educación, seguridad en la jubilación, vivienda asequible y un trabajo decente con un salario digno.

Muchos países ya han demostrado que se pueden lograr elementos discretos de este contrato social. Después de todo, los Estados Unidos están solos entre los países desarrollados al no reconocer la atención médica como un derecho humano básico. Irónicamente, mientras EE. UU. Gasta más en atención de salud, tanto per cápita como en porcentaje del PIB, que cualquier otro país desarrollado, su sistema predominantemente privado produce peores resultados. La esperanza de vida en los Estados Unidos es apenas superior a la de Costa Rica, un país de ingresos medios con una quinta parte del PIB per cápita de América.

Los Estados Unidos pagan un alto precio por estas fallas, cuyos costos probablemente continuarán creciendo con el tiempo. La tasa de participación en la fuerza laboral para los hombres en edad de primera edad se encuentra en mínimos históricos, y la tasa para las mujeres también ha comenzado a disminuir. Muchos de los que han abandonado el mercado laboral padecen problemas de salud crónicos y toman medicamentos recetados para el dolor, lo que contribuye a la crisis de opioides que viene a definir a la América de Trump. Con un 21% de los niños estadounidenses que crecen en la pobreza, la falta de inversión constante en la educación pública, sin duda, pesará sobre la productividad futura.

Desde una perspectiva capitalista progresista, la clave para entregar un nuevo contrato social es a través de una opción pública para servicios que son esenciales para el bienestar. Las opciones públicas amplían la elección del consumidor y estimulan la competencia. La competencia, a su vez, llevará a precios más bajos y más innovación. Muchos esperaban que la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare) de 2010 incluyera una opción pública para el seguro de salud. Pero, en el evento, los cabilderos de la industria lograron que se eliminara de la cuenta final. Eso fue un error.

Más allá de la atención médica, los EE. UU. También necesitan una opción pública para las cuentas de jubilación, las hipotecas y los préstamos estudiantiles. En el caso de la jubilación, esto podría significar que las personas que desean un mayor ingreso durante la jubilación tendrán la opción de contribuir más a la Seguridad Social durante sus años en la fuerza laboral, con aumentos proporcionales en los beneficios de jubilación. Esto no solo sería más eficiente que pagar en un plan complementario privado; También protegería a los ciudadanos de las empresas explotadoras de gestión de la riqueza. De hecho, muchas de estas empresas han cabildeado en contra de tener que cumplir con cualquier obligación fiduciaria, argumentando efectivamente que si no pueden proteger a sus clientes, entonces no pueden ganar suficiente dinero para justificar su existencia. Los conflictos de intereses, desde esta perspectiva, son solo parte de la brusquedad del capitalismo del siglo veintiuno: ¿por qué incluso obligar a las empresas a revelarlos?

Además, debido a que los bancos estadounidenses ahora afirman que no pueden asumir el riesgo de suscribir hipotecas, aproximadamente el 90% de todos los préstamos hipotecarios están respaldados por el gobierno federal. Pero si los contribuyentes ya han asumido casi todo el riesgo mientras el sector privado sigue cosechando todos los beneficios, no hay razón para no tener una opción pública. El gobierno podría comenzar a ofrecer una hipoteca convencional del 20% a 30 años a cualquiera que haya pagado impuestos durante cinco años, a una tasa un poco superior a la tasa a la que se le presta dinero. Y, a diferencia de las hipotecas privadas, que fueron diseñadas virtualmente para garantizar que millones de personas perdieran sus hogares en la crisis financiera, se podría diseñar una opción pública para permitir que los trabajadores permanezcan en sus hogares cuando enfrentan una situación de penuria temporal.

VOLVER A LA MORALIDAD

La mayoría de estas propuestas son obvias; sin embargo, las reformas económicas que necesitamos enfrentarán serios desafíos políticos debido a la influencia de los intereses creados. Ese es el problema con la grave desigualdad económica: inevitablemente da lugar y refuerza la desigualdad política y social.

Cuando surgió el movimiento progresista original durante la era dorada de finales del siglo XIX, su objetivo principal era arrebatar la gobernabilidad democrática a los grandes capitalistas monopolistas y sus compinches políticos. 

Lo mismo ocurre con el capitalismo progresista de hoy. Requiere que revirtamos el esfuerzo sistemático del Partido Republicano para privar de derechos a grandes segmentos del electorado a través de la supresión de votantes, el gerrymandering y otras técnicas antidemocráticas. También requiere que reduzcamos la influencia del dinero en la política y restauremos los controles y balances adecuados. La presidencia de Trump nos ha recordado que tales controles son indispensables para el correcto funcionamiento de la democracia. Pero también ha expuesto los límites de las instituciones existentes (como el Colegio Electoral, a través del cual se elige al presidente, y el Senado, donde un estado pequeño como Wyoming, con menos de 600,000 personas, tiene el mismo voto que California, con casi 40 millones), subrayando la necesidad de una reforma política estructural.

En juego tanto en América como en Europa está nuestra prosperidad compartida y el futuro de la democracia representativa. La explosión del descontento público en Occidente en los últimos años refleja una creciente sensación de impotencia económica y política por parte de los ciudadanos, que ven sus posibilidades de que una vida de clase media se evapore ante sus ojos. El capitalismo progresivo busca frenar el poder excesivo del dinero concentrado en nuestra economía y nuestra política.

Pero hay mucho más en juego: nuestra sociedad civil y nuestro sentido de identidad, tanto individuales como colectivos. Nuestra economía moldea lo que somos, y durante los últimos 40 años, una economía construida en torno a un núcleo de materialismo amoral (si no inmoral) y de búsqueda de ganancias ha creado una generación que abarca esos valores.

No tiene que ser así. Podemos tener una economía más compasiva y solidaria, basada en cooperativas y otras alternativas a la empresa con fines de lucro. Podemos diseñar mejores sistemas de gobierno corporativo, donde más que solo importan las ganancias a corto plazo. Podemos y debemos esperar un mejor comportamiento de nuestras empresas que maximizan los beneficios, y una regulación adecuada eliminará algunas de las tentaciones de portarse mal.

Hemos realizado un experimento de 40 años con el neoliberalismo. La evidencia está en, y por cualquier medida, ha fallado. Y por la medida más importante, el bienestar de los ciudadanos comunes, ha fracasado estrepitosamente. Necesitamos salvar al capitalismo de sí mismo. Una agenda de reforma capitalista progresiva es nuestra mejor oportunidad.

Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics, is University Professor at Columbia University and Chief Economist at the Roosevelt Institute. He is the author, most recently, of People, Power, and Profits: Progressive Capitalism for an Age of Discontent (W.W. Norton and Allen Lane).

Traductor Google -



Compañía Carnival pide desestimar demanda por uso de puerto en Cuba

31 mayo 2019 | +



Llegada del crucero Adonia a La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La compañía de cruceros Carnival solicitó desestimar una demanda interpuesta en su contra bajo un título legislativo activado por el Gobierno estadounidense como parte de la creciente hostilidad que mantiene hoy contra Cuba.
De acuerdo con el servicio de noticias legales Law360, Carnival Corp., propietaria de empresas como Carnival Cruise Lines, con sede en Florida, realizó la petición este jueves a un tribunal federal de ese estado norteamericano, al decir que no es aplicable el Título III de la controvertida Ley Helms-Burton.
Ese acápite, aunque formaba parte de la normativa aprobada por el Congreso en 1996, no había sido activado por ninguna administración estadounidense hasta que la de Donald Trump decidió hacerlo el pasado 2 de mayo.
A través de ese título se permite a ciudadanos de Estados Unidos presentar reclamaciones contra personas y entidades, incluso de terceros países, que tengan inversiones en propiedades nacionalizadas en Cuba después del triunfo de la Revolución, el 1 de enero de 1959.
El mismo día en que comenzó a aplicarse la medida, una compañía identificada como Havana Docks presentó una demanda contra Carnival en Miami, Florida, porque dice ser “propietaria legítima de ciertos bienes inmuebles comerciales” en el Puerto de La Habana.
Según esa reclamación, desde que Carnival comenzó a enviar cruceros a Cubaen mayo de 2016, “inició, condujo y promovió a sabiendas e intencionalmente su negocio de líneas de cruceros comerciales a Cuba” al embarcar y desembarcar a sus pasajeros en la propiedad en cuestión “sin la autorización del demandante”.
Pero en la solicitud presentada este jueves a la jueza de distrito Beth Bloom, la línea de cruceros sostuvo que la mencionada ley no definió que el “tráfico” signifique el uso de muelles para realizar viajes legales a Cuba, lo que generalmente está permitido por el Departamento norteamericano del Tesoro.
Además, la firma añadió que Havana Docks solo tenía un interés de propiedad temporal en las terminales hasta el 2004, y que el Gobierno cubano recuperó la operación de las terminales a partir de entonces.
De acuerdo con Carnival, eso significa que en el momento del supuesto “tráfico” en 2016, la propiedad pertenecía al Gobierno cubano como resultado de la expiración de la concesión, por lo cual no habría pertenecido al demandante en el momento del uso del puerto, incluso si no hubiera habido nacionalización.
Varios expertos legales sostienen que el alcance de la aplicación del Título III, el cual ha sido rechazado por numerosos sectores estadounidenses y por muchas naciones, dado su carácter extraterritorial, dependerá de la interpretación que hagan los tribunales del lenguaje de la normativa.
(Con información de Prensa Latina)

¿Cuáles serán las economías más exitosas en el 2030?

-junio 2, 2019


Fotografía: inverse.com

Aunque resulte imposible predecir el futuro en las ciencias, hay ciertos datos que nos dan un criterio para proyectar cuáles serán los países más exitosos en cuanto a su economía en los próximos 10 años ¿Quieres sorprenderte con los resultados?

A continuación te presentamos el top de los 5 países con las mejores economías para el año 2030 según Standard Chartered, un banco multinacional nativo de Reino Unido, quienes realizaron una interesante estimación económica basada en el Producto Interno Bruto o PIB nominal, el cual intrínsecamente incluye la inflación en un país, además de adicionar el poder adquisitivo de la población.
Top 5 de las economías más exitosas para el 2030:

5) Turquía con 9.1 billones de dólares de PIB.


4) Indonesia con 10 billones de dólares de PIB.


3) Estados Unidos con 31 billones de dólares de PIB.


2) India con 43.6 billones de dólares de PIB.


1) China con 64.2 billones de dólares de PIB.


De acuerdo a esta estimación, el ranking estaría protagonizado por países con economía que hoy se clasifican como emergentes, resultando así ganador el gigante asiático, seguido de la India y luego EEUU en tercer lugar.

En el mencionado informe se indica que: “los pronósticos de crecimiento a largo plazo se basan en un principio clave: la porción del PIB mundial de los países debería eventualmente converger con la cantidad de población».

Una de las razones por la que se justifica la posición de la india en el estudio, es la juventud de su población, ventaja que posee sobre los demás países cuya edad poblacional cada vez está envejeciendo más. Por su parte, en la India aproximadamente el 50% de la población tiene menos de 25 años, siendo considerado el país con más jóvenes en el mundo.
¿Qué hay de América Latina?

Como un dato alentador, en la lista Brasil ocupa el sexto lugar, con un PIB proyectado en 8,6 billones de dólares, representando a la región latina de una gran manera.

ProEconomía es un medio digital independiente que se mantiene activo gracias a las donaciones sus colaboradores y lectores.

Ciego de Ávila y los altibajos del comercio



Grandes colas en las tiendas de Cego de Ávila. Foto: Invasor.

Casi 5 millones de pesos le debía el comercio avileño a las arcas del país por todo lo que debió haberse vendido hasta el cierre de abril y no se vendió. Pero el enfoque podría ser también que tal valor, los casi cinco millones de pesos, se los debe el Comercio a los consumidores en una lista de productos que no logran completar, ya no solo por los altibajos de la disponibilidad, sino por la manera en que los expenden. Y ese “renglón” ni viene en barco ni se justifica con la falta de liquidez o de combustible.
Esta semana, por ejemplo, usted podía comprar cuatro paquetes de salchichas en la Cruz Verde (si se enteró en el momento justo, tuvo el dinero, el tiempo para hacer la cola y la dicha de alcanzarlas). Si todo ello se alineó, pudo adquirir cuatro paquetes allí y haber tenido mejor suerte si lo hacía en El Flamboyán donde vendían 10 paquetes por persona. El martes pudo salir de la Boutique del bulevar, La Fortuna, con una caja de malta Bucanero y renunciar a tomarse una sola lata en cualquier otro lugar.
Ese mismo día, la Cadena de Tiendas Caribe anunciaba que no tenía sal en sus tiendas “porque la planta de secado de la salina de Guantánamo estaba rota”, mientras la Corporación CIMEX informaba que había logrado importar de algún lugar (que no precisó) un contenedor de sal; terrible suceso para esta isla rodeada, según el poeta, por “la maldita circunstancia del agua por todas partes”.
Ambas cadenas coincidían solo en la situación del pollo, en declive ilustrativo de abril a mayo, ya que de un mes a otro CIMEX vio disminuir los contenedores del producto de 11 a cuatro. Por su parte, Tiendas Caribe distribuía el último contenedor que le quedaba durante la última semana de mayo: y un contenedor con sus 24 toneladas (t) llevadas a sus 1000 kilogramos cada una, no representa un día de venta en los establecimientos de Ciego y Morón, excluyendo de la repartición al resto de los municipios.
Por ese y por otros sinfines de ejemplos, hasta ahora lo más estable siguen siendo las colas… y la reunión que cada martes desde la vicepresidencia del Consejo de la Administración Provincial (CAP) intenta distribuir cifras que, a veces, no parecen ni divisibles. ¿30 cajas de huevos pequeños que, como promedio, se comercializan cada semana de manera liberada, dónde se ubican? ¿Y 40 toneladas de cerdo, contra las 300 toneladas que cada mes podía recibir la Gastronomía?
Ante semejante rompecabezas gubernamental resulta paradójica “la inestabilidad” de inspectores, agentes del orden y trabajadores del Comercio con indicaciones homogéneas, porque hoy el déficit de coordinación agudiza el déficit del mercado. Termina, entonces, agregándole desconciertos a un maestro, supongamos, que está en un aula, al tiempo que alguien hace la cola cinco veces y el dependiente reconoce su cara las cinco veces y, no obstante, le despacha las cinco veces y el alguien se va a su casa con 50 libras de arroz (o si lleva a su “núcleo” de cuatro podría salir con 200).
Pese a las indicaciones nacionales de ordenar la comercialización, las medidas avileñas han sido, a lo sumo, tibias. Lo normado está clarísimo, aunque entre lo regulado y lo liberado se aprecia un desorden que no obedece a lógica de horarios, lugares y cantidades.
De ahí que, cuando en la reunión del CAP una escucha que el Porcino no logra, siquiera, entregarle a la Industria Cárnica los porcientos conveniados para elaborar sus derivados; que la ganadería anda concluyendo el mes por el 57 por ciento de sus entregas; que la Pesca no sobrepasa las 40 toneladas de hamburguesas y croquetas en un mes; o que el yogurt no se comercializa de manera liberada porque la cobertura de soya alcanza, apenas, para el de la canasta normada…; se juzga con mayor encono cualquier entorpecimiento a la hora de distribuir y regular. Incluso, puede hacerse sin haber salido de una cola de cuatro horas con las manos vacías y la incertidumbre sobre la mesa.
(Tomado de Invasor)