Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 3 de febrero de 2022

¿De qué depende la inflación y la recuperación de la economía cubana?

Dr Pavel Vidal Alejandro

Dr Omar Everleny Pérez Villanueva

Horizonte Cubano

I

Los cálculos oficiales, que daban como resultado la posibilidad de un aumento del valor real de los salarios y las pensiones, no tomaron en cuenta ni el contexto económico de 2021 ni la diversidad de relaciones que hay en la economía.

February 03, 2022

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Durante más de dos décadas las empresas estatales, los trabajadores por cuenta propia, las cooperativas, las empresas con inversión extranjera, los agricultores y las familias estuvieron operando en Cuba con una muy baja inflación. De 2000 a 2019 la tasa de inflación oficial en pesos cubanos se ubicó en alrededor de 1,3%. Seguramente el Índice de Precios al Consumidor (IPC) oficial subestimó la inflación en algunos puntos, pero así y todo eso no cambia la conclusión sobre este extendido período de estabilidad monetaria que comenzó en la segunda mitad de la década de los 90.

Tal característica monetaria favorable de la economía muchas veces fue soslayada o confundida con las insatisfacciones y críticas en relación con el bajo poder adquisitivo de los salarios, la dualidad de monedas y la escasez perene de los mercados de consumo. Estas y otras fallas de la economía han empeorado durante los últimos años en medio de un contexto económico muchísimo más complicado que lo usual y dañado por la pandemia del coronavirus. Ahora, además, sí se sufre una altísima inflación.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la República de Cuba (ONEI) comenzó a publicar el año pasado el IPC mensual, lo cual representa un paso de avance: antes solo se publicaba el IPC anual y un rezago de varios trimestres. Para 2020 la ONEI calculó una inflación de 18,5%. En 2021, hasta noviembre, la inflación acumulada la ubicaba en 69.5%,[i] la más alta desde el Período Especial (largo período de crisis económica que comenzó como resultado del colapso de la Unión Soviética en 1991).

Los datos actuales oficiales de inflación están basados en un IPC que tiene una base muy desactualizada, del año 2010. Es decir, emplea la estructura de gastos promedios de las familias de hace diez años para ponderar los mercados y productos en el cálculo del nivel de precios promedio de hoy. Esta base solo considera un 18% de ponderación al mercado no estatal,[ii] lo cual no permite capturar la expansión que ha tenido el sector privado durante la última década y no se ajusta a la situación actual de crisis, que obliga a recurrir de forma creciente al mercado informal para adquirir bienes de primera necesidad y productos y servicios de todo tipo. Ello explica que en las estadísticas oficiales se esté subestimando bastante una inflación todavía mayor.

Usando una metodología internacional (curva de Philips), que considera el efecto de la devaluación del peso, de la escasez de productos y del aumento de salarios, se puede llegar a un estimado de una inflación alrededor de 500%,[iii] lo cual coincide con la información anecdótica indicando que, como promedio, los precios de la mayoría de los productos subieron entre 4 y 8 veces en 2021. Con estos estimados, Cuba se ubicaría actualmente con la mayor inflación de la región después de Venezuela.

La inflación y la reforma monetaria

La baja inflación que presentó la economía cubana desde la segunda mitad de los años 90 tuvo tres determinantes fundamentales:

  1. El régimen de tasa de cambio fijo que acompañó al peso cubano y al CUC (peso cubano convertible) en todo este tiempo. Es decir, al no ajustarse las tasas de cambio se mantuvo anulado el efecto traspaso[iv] hacia los precios finales que enfrentan los consumidores.
  2. La decisión de mantener congelados los salarios nominales en el sector estatal (y las pensiones) durante la crisis de los años 90, y de realizar muy pocos ajustes al alza en los años siguientes, con algunas excepciones (2005 y 2006: +16%; 2014 y 2015: +20%). En todo el período 1990-2019 el salario promedio nominal en el sector estatal creció a una tasa anual del 5,3%. Se mantuvo así a raya el incremento de la demanda de consumo proveniente de los ingresos de los trabajadores en el sector estatal.
  3. La reducción y mantenimiento del déficit fiscal en bajos niveles, aunque con una tendencia creciente desde 2015. Del año 2000 al 2019 el déficit fiscal como proporción del PIB (producto interno bruto) se ubicó en 4,2%. Ello permitió una mayor estabilidad en el crecimiento de la oferta monetaria, la cual tiene una alta dependencia de los desequilibrios fiscales debido al uso de la monetización de estos (hasta 2014 en que comienzan a usarse los bonos públicos).[v]
Se puede notar que estas tres determinantes fundamentales de la baja inflación en las décadas anteriores presentaron en 2021 un cambio radical como parte de la reforma monetaria y en medio del complicado contexto doméstico e internacional. La tasa de cambio oficial se devaluó 24 veces y la tasa de cambio informal más de 3 veces, con lo que aumentó el costo en pesos de los bienes importados y se activó el traspaso hacia el precio finales que enfrentan los consumidores. Los salarios en sector estatal aumentaron como promedio cinco veces, y también las pensiones, expandiéndose así el valor nominal de la demanda de bienes y servicios. El déficit fiscal se ha ubicado cerca del 20% del PIB y ello obliga a imprimir más dinero para financiarlo.


Foto: Cubanosporelmundo.com

Dentro de la lógica del llamado ordenamiento monetario, el gobierno ha tenido cierto control sobre el efecto traspaso que ocurre desde la devaluación de la tasa de cambio oficial hacia los precios de los consumidores, toda vez que esta transmisión ocurre a través de productores, empresas mayoristas y empresas minoristas estatales, sobre los cuales puede poner ciertos límites.

Pero también se viene depreciando la tasa de cambio paralela (ya en valores por encima de 80 pesos por dólar bancario (MLC) y de 90 pesos por euro[vi]), lo que se transmite mediante los crecientes mercados no estatales sobre los cuales el gobierno no tiene control directo. Esta es una parte de la explicación de por qué la inflación de 2021 se quedó fuera de los estimados oficiales calculados en el diseño de la reforma monetaria.

La dolarización con el uso del MLC (dólar bancario), institucionalizada por el Banco Central desde mediados de 2019, también ayuda a entender la mayor tasa de inflación. Ello aumenta la sensibilidad de los precios de los consumidores a las fluctuaciones de la tasa de cambio. Es decir, no es solo que al devaluarse la moneda aumenta el costo de los insumos importados y eso lo transmitan los productores a los precios finales de los bienes y servicios. Debido a la dolarización, ocurre un efecto más directo. Hay bienes que se venden dentro de las fronteras en dólares (MLC) una vez que se deprecia la moneda aumenta inmediatamente para los consumidores el valor en pesos de estos bienes.

La inflación reduce el poder adquisitivo de los ahorros, los salarios y las pensiones. En 2021 los salarios estatales y las tensiones se incrementaron nominalmente como parte de la reforma monetaria, lo cual constituyó una protección (parcial) frente a la inflación. Sin embargo, este aumento de salarios no se presentó oficialmente como una protección. Erróneamente se presentó la reforma monetaria como una vía para mejorar el poder adquisitivo de los salarios y se levantaron falsas expectativas en medio de una crisis económica tremenda.

Se han desvirtuado los propósitos de la reforma monetaria, que no es posible evaluar objetivamente por los resultados e indicadores de 2021. Se podía anticipar que la reforma monetaria era un “trago amargo”[vii] para la economía. Ponerla en práctica en medio una recesión, una crisis de balanza de pagos y un cierre de fronteras al turismo implicó que sus disrupciones financieras se conjugaran y multiplicaran con los efectos de otros choques desestabilizadores e inflacionarios. Ponerla en marcha en este complejo contexto también dilata en el tiempo la realización de sus potenciales beneficios.

No obstante, para ser justos se debe decir que Cuba no es ni el primer ni el único país que aplica una devaluación de la tasa de cambio e intenta unificar un sistema de cambios múltiples en medio de una crisis. Internacionalmente, más bien esta ha sido la regla y no la excepción. Un estudio muy completo de Kiguel y O'Connell en 1995[viii] examina las dificultades sufridas por las economías que solían trabajar con tipos de cambio duales en los años 60 y 80.

Una de las conclusiones del estudio es precisamente que, en su mayoría, la decisión de unificar el mercado cambiario ocurrió durante una crisis, y menciona como ejemplo los casos de Venezuela (1989), México (1987), Argentina (1989) y a las antiguas economías socialistas. También se pudiera añadir que en este siglo las devaluaciones y reformas de los regímenes cambiarios latinoamericanos hacia sistemas más flexibles también ocurrieron en medio de una crisis: México (1994), Colombia (1999) y Argentina (2001), por ejemplo.

La reforma monetaria y el ajuste de las tasas de cambio se implementan para que haya más transparencia financiera y los precios reflejen mejor la realidad económica, y a partir de esta mejor información e incentivos se tomen mejores decisiones: más exportaciones y producción nacional, cierre de empresas estatales inviables financieramente, inversiones más eficientes, decisiones que impliquen ahorros de recursos y menos subsidios.

Pero lo anterior toma un tiempo en manifestarse y requiere otras reformas y políticas para que puedan potenciarse los beneficios en el mediano y largo plazo. Es un error pensar la reforma monetaria como una forma de redistribuir riquezas y obtener resultados inmediatos.

Los cálculos oficiales, que daban como resultado la posibilidad de un aumento del valor real de los salarios y las pensiones, no tomaron en cuenta ni el contexto económico de 2021 ni la diversidad de relaciones que hay en la economía. Fue solo un cálculo contable mal hecho. La economía no son registros contables únicamente, de los que abusó el diseño de la reforma monetaria. Una cosa es el análisis económico y otra la contabilidad.

El diseño de la reforma tuvo demasiado de contabilidad y este fue uno de sus pecados originales que llevó a generar expectativas sesgadas con relación con sus impactos de corto plazo en los salarios y las pensiones. Con un modelo sencillo (curva de Phillips), que considera algunas relaciones económicas esenciales, ya era posible anticipar desde principios de 2021 que las proyecciones oficiales de inflación no se iban a cumplir.[ix]










II


Se distingue al sector biotecnológico y farmacéutico como posible impulsor del crecimiento y el lugar de donde podrían llegar recursos en divisas para rescatar a la economía de la actual crisis en la balanza de pagos.


Las huellas de la crisis en el aparato productivo

Las autoridades económicas cubanas estiman que la economía creció un 2% en 2021. Ello representa un tercio del crecimiento promedio estimado por la CEPAL para la región y queda lejos de reponer la contracción de 10,9% en 2020. Además, se aprecia que en estos años de crisis se han agravado distorsiones estructurales históricas y aparecen nuevas vulnerabilidades.

En la estructura del PIB se refuerza la tendencia a la reducción del peso relativo de los sectores de bienes como agricultura e industria manufacturera, y de actividades de la construcción y el transporte, en una economía que por su grado de desarrollo requiere una contribución mucho mayor de estos sectores. En 2020 los servicios representaron el 72% del PIB cubano.

La formación bruta de capital se ha mantenido muy deprimida: cayó al 9,9% del PIB según datos de la ONEI de 2020, muy por debajo de la media latinoamericana (17,2%) y muy distante de aquellos países asiáticos que han emprendido una ruta acelerada hacia el desarrollo partiendo del mismo sistema socioeconómico, como es el caso de China y Viet Nam, pero también por debajo de economías como las de Corea del Sur o Costa Rica.

En el caso cubano, las inversiones también evidencian un alto grado de concentración en servicios, hoteles y en la administración pública. Se descuidan otros sectores. Los casos más llamativos son la industria manufacturera y la agricultura que, tal como se mencionaba, han perdido aporte al PIB, y en los tres últimos años sus desempeños decrecen. Esto se puede explicar, entre otros factores, por el bajo valor de las inversiones realizadas en estos sectores.
La agricultura y el turismo

La agricultura absorbe el 20% del empleo total y su aporte directo al PIB fue de 2,8 % en el 2020, un reflejo de la baja productividad y coincide con que gran parte de las empresas con números rojos en la economía se concentra en este sector.[i]

En la agricultura los cambios siguen siendo insuficientes. Se han flexibilizado los mecanismos de comercialización, pero sin que se lleguen a implementar verdaderos incentivos y señales de mercado para el sector agropecuario. Nada asegura que el cambio de la escala territorial (a los municipios) garantice el éxito de los mecanismos administrativos en la contratación y la formación de precios que no funcionaron a nivel nacional[ii]. A pesar de las 63 medidas que el gobierno cubano dice haber tomado en el sector, todavía ello no se refleja en resultados que lleguen a las metas que el propio gobierno planificó (ver Tabla 1).


Fuente: Ministerio de Economía y Planificación. Principales aspectos del plan de la economía nacional 2022, diciembre de 2021.

La producción azucarera, por su parte, alcanzó menos de 700 000 toneladas en 2021, unas de las más bajas de los últimos cien años. Múltiples son los problemas que atañen a tan bajos desempeños de ese renglón histórico. Si bien hay problemas de descapitalización y calidad de los suelos que se han venido acumulando por años, hay otros factores que parecerían superables en el corto plazo si se promueve la inversión y transformaciones en los principales cuellos de botella y se cambia drásticamente el sistema de incentivos a los productores, gerentes de las unidades estatales y sus equipos de trabajo, junto a los trabajadores.

En 2021 el turismo logró una pendiente de recuperación, aunque no en el escenario más optimista de marcado repunte, sino en uno mucho más moderado de lento despegue y todavía con mucha incertidumbre en cuanto a la evolución de la pandemia. Las cifras distan mucho de lo alcanzado años atrás. El año pasado (2021) debe haber cerrado con cifras por debajo de los 324 000 visitantes. Esto representa un 30% de lo recibido en 2020, cuando el país estuvo nueve meses casi sin turistas.

En 2021 las llegadas de estadounidenses a Cuba tienen valores irrisorios. Cierran con una de las cifras más bajas de los últimos veinte años con apenas unos 6 000; eso es el 10% de los que se recibieron en 2020. La llegada de cubanos residentes en el exterior totalizó unos 46 956 visitantes al cierre del 23 de diciembre; eso es el 33% de los que arribaron el año anterior. Un punto de apoyo ha llegado desde el aumento del turismo nacional que paga en CUP y se hospeda principalmente en hoteles de sol y playa, especialmente en los principales polos de desarrollo turístico como Varadero, la cayería norte de Villa Clara y Ciego de Ávila.

Se estima que en 2021 los ingresos en divisas por servicios de turismo serán de unos 675 millones. Y en los servicios de telecomunicaciones se prevén exportaciones por 786 millones dólares en el año 2021. En total, las exportaciones de servicios ascienden a 6 767 millones dólares, en 2021 y la de bienes a 1 875 millones de dólares.[iii]

El comercio exterior

El desempeño del comercio exterior sigue estando marcado por los límites impuestos por las sanciones estadounidenses, y se le añade este año el deterioro de los términos de intercambio, dado que la inflación mundial impacta el valor de las importaciones, sobre todo por el aumento de la factura de alimentos que tanto peso tiene en el balance comercial. La crisis en la balanza de pagos ha dejado al gobierno con menos divisas y acceso a financiamiento para sostener las importaciones y apoyar las exportaciones.

El desbalance comercial de bienes tipifica el desempeño del comercio exterior cubano a partir de 1959, y se mantiene hasta la actualidad, aunque los efectos reales son más serios a partir de 1991. Las exportaciones de bienes no han logrado despegar, a pesar de que siempre aparecen entre las prioridades de la agenda oficial. El caso más dramático se encuentra en el producto típico cubano del agro: el azúcar.

Los problemas de competitividad también tienen una expresión en la alta dependencia a la importación de alimentos, medicamentos y a una amplia variedad de bienes intermedios que han mantenido una participación superior al 60% del total de las importaciones, sin que se haya podido avanzar en la sustitución eficiente de algunas, un punto muchas veces declarado objetivo prioritario en la agenda oficial.

Una de las características de la economía es el peso de los servicios en el intercambio externo del país, lo cual hace que los déficits presentados en la balanza comercial de bienes se conviertan en superávits con la inclusión de los servicios. Pero en 2021 los servicios no parecen haber compensado el desbalance comercial, con lo que se agrava la crisis en la balanza de pagos.

Foto: Granma

La situación financiera externa cubana ha llevado a que nuevamente la política oficial intente priorizar decisiones para estimular la obtención de divisas por parte de las empresas e instituciones. A pesar de la devaluación de la tasa de cambio, de la exhortación oficial a la sustitución de importaciones y a la generación de exportación, la presencia de una elevada centralización se mantiene como uno de los frenos más importantes para el cumplimiento de estos objetivos.

Las reglas de juego no han cambiado lo suficiente para las empresas estatales, a pesar de las numerosas medidas que el gobierno dice haber puesto en marcha. Constituye un ejemplo de cómo las decisiones asociadas a la reforma monetaria, en este caso, la devaluación de la tasa de cambio, por sí sola no basta para transformar el entorno en que operan las empresas, mejorar su competitividad y favorecer los resultados del sector externo de la economía. Una vez más: la reforma monetaria requiere políticas y cambios complementarios para que se materialicen sus beneficios.

La economía toca fondo y se recupera con asimetrías

Los datos del PIB trimestral revelan que la economía cubana ya tocó fondo y comenzó su recuperación desde el segundo trimestre de 2021. Después de estar decreciendo durante siete trimestres consecutivos (desde el tercer trimestre de 2019) el PIB regresó a tasas anuales positivas en el segundo y tercer trimestre de 2021 (todavía no están publicados los datos del cuarto trimestre).

En el segundo trimestre de 2021, el PIB creció un 7,9% en relación con el mismo período del año anterior. Ello estuvo impulsado por los crecimientos anuales de los sectores de educación (106%), hoteles y restaurantes (42,9%), salud pública y asistencia social (20,5%) y transporte, almacenamiento y comunicaciones (12,5%). En el tercer trimestre de 2021 el PIB creció 2,4%, impulsado esta vez por los crecimientos de los sectores de transporte, almacenamiento y comunicaciones (23,4%) y también salud pública y asistencia social (32,5%).

Si bien se trata de una recuperación promedio de la economía, quedan visibles las notables asimetrías ya mencionadas. Mientras los sectores referidos (todos concentrados en servicios) crecen a tasas de dos dígitos en los últimos trimestres, otros continúan contraídos también a tasas de dos dígitos. Por ejemplo, en el tercer trimestre todavía la agricultura se ubicaba con tasas interanuales de -11,6%, las pesca con -12,4% y la industria manufacturera con -10,2%. Tampoco toca fondo el comercio con -11,3% y la cultura y deporte con -13,3%. Hoteles y restaurantes, que había crecido significativamente en el segundo trimestre, se desplomó un 23,8% en el tercer trimestre.

Para 2022 el Ministerio de Economía y Planificación espera un aumento del PIB del 4%, lo cual parece estar dentro del rango de lo posible. La recuperación del turismo, aunque gradual, junto a la inmunización gracias a las vacunas nacionales, permitirán evitar nuevas restricciones extremas a la movilidad interna y ayudarían a sostener la reapertura de aeropuertos y fronteras, aunque con flujos de visitantes que estarán determinados por la evolución de la variante Ómicron y otros desarrollos que pueda presentar la pandemia.

Aunque es difícil predecir las cantidades, se puede esperar cierto alivio para la economía a partir de que comiencen a fluir los ingresos por turismo al sector estatal y privado y lleguen más ayudas y remesas de la comunidad cubana en el exterior.

La apertura a PYMEs (pequeñas y medianas empresas), cooperativas no agropecuarias y trabajadores por cuenta propia en nuevas actividades le imprimirán un mejor ritmo de reactivación al empleo y a los ingresos de las familias, aunque matizado por un contexto macroeconómico complejo que limitará sus oportunidades y su rentabilidad. Las pymes comenzarán a impulsar la innovación, le añaden flexibilidad al tejido empresarial y contribuirán a la competitividad de las grandes empresas, tanto nacionales como extranjeras.

La apertura al sector privado facilita la necesaria reestructuración del sector estatal y el cierre o redimensionamiento de las empresas estatales que se han mostrado en pérdidas después de la devaluación de la tasa de cambio. Esta decisión constituye el complemento inmediato más importante para potenciar las ganancias de eficiencia que pueden derivarse del ordenamiento monetario.

La exportación de las vacunas nacionales parece que se va a constituir en un elemento importante de la reactivación económica.

En términos de valor de exportaciones, los medicamentos tuvieron su mejor momento en el año 2013, cuando llegaron a reportar ingresos por más de 600 millones de dólares, beneficiados por los acuerdos con Venezuela, dado que acompañaron la prestación de los servicios médicos en ese país. Sin embargo, al igual que el total de exportaciones, han presentado una caída, seguida de un estancamiento.

En 2019, antes de la pandemia, se reportaba un valor exportado de medicamentos de 267 millones, lo que significaba un 55% menos que el máximo alcanzado en 2013. Este es un valor cercano al de la exportación de azúcar o tabaco. Representaba el 13% del total de exportaciones de bienes del país, y un poco más del 2% del total de exportaciones de bienes y servicios.

Se distingue al sector biotecnológico y farmacéutico como posible impulsor del crecimiento y el lugar de donde podrían llegar recursos en divisas para rescatar a la economía de la actual crisis en la balanza de pagos. El préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE)[iv] sin lugar a dudas es una ayuda financiera importante y un voto de confianza internacional en el potencial de las vacunas cubanas.

El crecimiento económico del 4% este año y la mejora de algunos indicadores no serán suficientes para revertir el desabastecimiento de materias primas y de bienes de consumo, y no desligarán completamente a las empresas y a la población de un contexto económico de crisis e inflación, pero se distinguirán algunas señales de alivio.




[iii] Elaboración propia en base al informe del Ministerio de Economía y Planificación. Principales aspectos del plan de la economía nacional 2022. Diciembre de 2021.

Foco de prioridades en Cuba apunta hacia inflación y desigualdades

La crisis estructural de la economía cubana, agravada por los efectos de la pandemia y la persistencia del embargo/bloqueo estadounidense, complican aún más la disponibilidad de recursos.


Clientes aguardan en el exterior de un mercado para adquirir alimentos, en el municipio de Centro Habana de la capital cubana. Además del déficit de ofertas de bienes y servicios, el crecimiento exponencial de los precios en el mercado informal obedece a fenómenos de “ilegalidad, reventa y especulación”, sostienen autoridades.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

La Habana, 4 feb.- El control de la inflación que agujerea los bolsillos de las familias y concretar estrategias para reducir márgenes de desigualdades, incluidos aquellos en el acceso a alimentos y medicinas, son urgencias planteadas en Cuba para este año.

Durante la primera reunión del año del Consejo de Ministros, el presidente Miguel Díaz-Canel insistió en que “tenemos que trabajar más intensamente en varias tareas; en primer lugar en las medidas para mejorar los abastecimientos a la población y contener la inflación”, sin ofrecer detalles sobre posibles estrategias, de acuerdo con un reporte oficial el 1 de febrero.

“Un reto será estabilizar los parámetros socioeconómicos, que pasa por asegurar lo básico. Y con ello me refiero a alimentación, medicamentos, transporte, tanto en cantidad como en calidad, y en función de eso lograr una calidad de vida”, sostuvo en diálogo con IPS la jurista cubana Mylai Burgos.

Luego, “es fundamental dar atención prioritaria a grupos vulnerables, en primer lugar adultos mayores, además de menores, personas con discapacidad, mujeres, miembros de la comunidad LGBTIQ y personas racializadas”, complementó la también Investigadora de la Academia de Derecho de la Universidad Autónoma de México.

Para la especialista en temas de derechos humanos, la otra línea de atención debería estar relacionada “con el espacio de convivencia o territorial –pensándolo como un espacio sociocultural-, es decir, los barrios en situación de marginalidad”.

La crisis estructural de la economía cubana, agravada por los efectos de la pandemia y la persistencia del embargo estadounidense que este jueves 3 de febrero cumple 60 años, complican aún más la disponibilidad de recursos que, reflexionó Burgos, posibilitaría “redistribuir esa riqueza bajo políticas sociales para personas y grupos vulnerables, lo cual implica mayor bienestar”.


Trabajadores de la empresa Aguas de La Habana rehabilitan redes de suministro a viviendas en el municipio de Regla. Tras las protestas de julio, el gobierno inició labores de reanimación y mejora de las condiciones de vida en unos 70 barrios desfavorecidos de La Habana y de otras ciudades, donde se solucionan necesidades básicas como el acceso a agua y saneamiento, reparación y construcción de viales y viviendas.

La espada de la inflación

Datos de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei) muestran que Cuba cerró 2021 con un crecimiento del Índice de Precios al Consumidor de 77,33 %, pero la cifra solo tomó en cuenta indicadores en el mercado formal.

A través de su cuenta en Twitter, el economista cubano Pedro Monreal opinó que el dato “tiende a subvalorar la inflación porque el cálculo asume estructuras de consumo de hace más de 10 años”, y lo contrastó con la estimación de 740 % de la Unidad de Inteligencia de la publicación británica The Economist, a comienzo del año.

El incremento generalizado de los precios promedio se ha agravado desde enero de 2021 con el reordenamiento monetario, un necesario pero postergado proceso que incluyó la eliminación de la doble moneda y de subsidios, devaluación del peso, así como un incremento en los precios de bienes y servicios.

El ordenamiento elevó el salario mínimo al equivalente a 87 dólares y el máximo a casi 400. En el caso de las pensiones, la más baja corresponde a 63 dólares.

La medida fijó una tasa oficial de 24 pesos por dólar, pero ante la imposibilidad de comprarlos en el Banco Central la ciudanía recurre al mercado informal donde se transa a alrededor de 100 pesos por dólar.

El propio gobierno reconoce problemas en el diseño e implementación del ordenamiento durante el cual aumentó el nivel de liquidez en la ciudadanía, frente a un déficit de ofertas estimado en 700 millones de dólares, según cifras oficiales.

“Es agónico garantizar la alimentación diaria; para comprar pan, una botella de aceite o carne de pollo debes hacer colas durante horas. La leche solo se consigue en el mercado negro, y comer frutas, hortalizas y viandas con frecuencia se ha vuelto un lujo”, dijo a IPS la enfermera Adelaida Núñez, residente en el municipio de Diez de Octubre, uno de los 15 que conforman La Habana.

Autoridades de gobierno explican que además del déficit de ofertas, el crecimiento exponencial de los precios en el mercado informal obedece a fenómenos de “ilegalidad, reventa y especulación”.

Subrayan que tras la revalorización de productos, el alza de tarifas de servicios, y los reajustes de algunas como las de la electricidad, se han mantenido sin cambios.

No obstante, reconocieron que el coste de la canasta de bienes y servicios representa el doble de los 60 dólares previstos inicialmente para gastos mensuales.

Asimismo, el reordenamiento mantuvo la dolarización parcial de la economía, con la permanencia desde 2019 de establecimientos para vender electrodomésticos, alimentos y otros bienes, mediante tarjetas magnéticas respaldadas por cuentas en divisas convertibles.

Envuelto en la polémica y críticas por las segmentaciones del mercado que genera, las autoridades insisten en que el mecanismo busca recaudar divisas y con una parte de ellas, abastecer los comercios donde concurre la población cuyos salarios e ingresos son únicamente en pesos cubanos.

En este contexto se ha mantenido la cartilla de racionamiento, en vigor desde 1962, y mediante la cual se vende cada mes a los 11,2 millones de habitantes de la isla algunas cantidades de arroz, azúcar, granos, café, aceite y proteína animal.

Aunque insuficientes, dichos insumos alivian parte de las necesidades de muchos hogares, sobre todo los de bajos ingresos y de grupos vulnerables.

El alza del costo de la vida fue uno de los factores que combustionó las protestas del 11 de julio de 2021 en unas 40 ciudades y otras localidades.

Las autoridades atribuyeron las acciones a una operación de golpe blando financiada por el gobierno de Estados Unidos, destinada a forzar un cambio de régimen.

Si bien ocurrieron acciones vandálicas contra comercios e instituciones, muchos de los manifestantes reclamaron de manera pacífica cambios económicos y políticos en este país de sistema socialista.

Para analistas, las muestras de descontento respondieron, entre otros factores, a reiterados cortes de energía, el desabastecimiento de artículos de primera necesidad, y la venta de alimentos en divisas.


Vista exterior de la embajada de Estados Unidos en La Habana. La persistencia del embargo estadounidense, que este 3 de febrero cumple 60 años, complican aún más el desempeño de la economía cubana, urgida de cambios estructurales que garanticen el desarrollo y modernización de Cuba.

Acelerar las reformas

Según cifras oficiales, este país insular caribeño culminó 2021 con una crecimiento de 2 % del producto interno bruto y para este año los pronósticos prevén un alza de 4 %.

Antes de concluir 2021, Cuba deberá reiniciar los pagos de los intereses de la deuda externa a los acreedores del Club de París, de acreedores gubernamentales, postergados durante dos años, debido a los problemas financieros derivados de la pandemia.

Con resultados poco palpables aún, el gobierno adoptó decenas de medidas destinadas a reanimar las empresas estatales e incrementar las producciones agropecuarias, y desde septiembre aceleró la constitución de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y cooperativas no agropecuarias, que ya sobrepasan las 1700, y donde sobresalen las relacionados con el sector alimentario.

Economistas cubanos dentro y fuera de la isla insisten en la urgencia de acelerar el programa de reformas socioeconómicas que desde 2011 recibieron el aval de la ciudadanía, y pautó las claves de un modelo de desarrollo socialista.

Entre otras propuestas, recomiendan además de aprobar un programa antinflacionario, reemplazar el esquema de planificación centralizada, fomentar y regular de manera adecuada la competencia empresarial, y quitar los límites al ejercicio privado de profesiones como la arquitectura o guías turísticos, cuyo aporte podría beneficiar al presupuesto estatal mediante el pago de contribuciones.

A ello suman exhortaciones para hacer más atractiva la Ley de Inversión de Extranjera (2014), eliminar el monopolio estatal sobre la importación y exportación de insumos, además de acabar con los frenos en la producción de alimentos en una nación que debe comprar de 70 % a 80 % de los que consume.

Tras las protestas de julio, el gobierno inició labores de reanimación y mejora de las condiciones de vida en unos 70 barrios desfavorecidos de La Habana y de otras ciudades, donde se solucionan necesidades básicas como el acceso a agua y saneamiento, reparación y construcción de viales y viviendas.

“Creo que los gobiernos tienen la obligación de dar prestaciones, impulsar políticas de bienestar y sociales, porque concentran los recursos, y mucho más tratándose de Cuba. Pero otro rasgo importante es la obligación de generar condiciones para que la ciudadanía sea activa”, reflexionó Burgos.

A su juicio, es importantísimo “ver los barrios vulnerables como espacios sociopolíticos en los cuales se generen condiciones para que las personas desarrollen sus capacidades y potencialidades desde el punto de vista económico, lo cual incide en lo social”.

De acuerdo con la experta, puede hacerse “mediante créditos, otras formas de financiamiento, capacitación o estructuración de mipymes o cooperativas que generen productividad, ya sea de servicios o culturales, y que mejoren sus condiciones de vida”.

ED: EG

La adopción cautelosa de dólares digitales por parte de la Fed

Feb 1, 2022 KENNETH ROGOFF

CAMBRIDGE – Los gobiernos de muchos países, principal mente el de China, siguen experimentando con las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC por su sigla en inglés). Money 3.0 está avanzando a toda velocidad y, con su reciente documentación técnica, titulada “El dólar estadounidense en la era de la transformación digital”, la Reserva Federal de Estados Unidos, claramente rezagada, finalmente ha comenzado a intervenir, aunque sólo de manera poco entusiasta. La cautela de la Fed es entendible, ¿pero es excesiva?

La Fed fija una vara extremadamente alta para introducir un dólar digital minorista. Por empezar, nos dicen que la nueva forma de moneda debe brindar beneficios de manera más efectiva que otros métodos, supuestamente en referencia a las stablecoins digitales vinculadas al dólar y a las cuentas bancarias existentes. Por ejemplo, un supuesto beneficio de un dólar digital es ofrecer una “compensación en tiempo real” para pequeños pagos, lo que por supuesto la moneda en papel ya hace, y la Fed planea introducir en breve pagos electrónicos de 24 horas a través de los bancos. La moneda digital también debe proteger la privacidad (las autoridades chinas dicen lo mismo) y no debe facilitar la actividad criminal, lo cual es irónico dada la popularidad del billete de 100 dólares en la economía sumergida global.

Lo más problemático de todo es el requerimiento de la Fed de que los beneficios esperados a partir de introducir un dólar digital superen cualquier riesgo que esto pueda crear. Es un obstáculo muy difícil pero razonable. A pesar de todos los defectos de la infraestructura financiera existente del mundo, su funcionamiento interno se ha mantenido esencialmente intacto durante décadas. Imaginemos un escenario de pesadilla en el que un dólar digital mal diseñado dejara abierta una “puerta trasera” que permitiera que una potencia extranjera hostil cerrara todo el sistema financiero global basado en el dólar de una sola vez.

Dejando de lado los riesgos, no es difícil de entender por qué la Fed se muestra particularmente reticente a cualquier cambio cuántico en el sistema financiero existente. Después de todo, el dominio internacional del dólar le aporta infinidad de beneficios a Estados Unidos. Reduce las tasas de interés que tienen que pagar los ciudadanos y las corporaciones estadounidenses, para no mencionar aquellas para el mayor prestatario del mundo, el gobierno de Estados Unidos –lo que Valéry Giscard d’Estaing, el entonces ministro de Finanzas de Francia, llamaba el “privilegio exorbitante” de Estados Unidos.

El dominio del dólar también les da a las autoridades norteamericanas una influencia sobre la estructura del sistema financiero global, inclusive un acceso privilegiado a información sobre las transacciones mundiales con dólares. Asimismo, le permite a Estados Unidos imponer sanciones financieras significativas. Rusia ha sido objeto de sanciones financieras selectivas desde su anexión de Crimea en 2014, pero la administración del presidente Joe Biden ahora amenaza con medidas mucho más fuertes en caso de una invasión rusa de Ucrania.

Mientras otros bancos centrales lideran la tarea de introducir monedas digitales, algunos temen que la Fed pueda encontrarse en la posición de Eastman Kodak (que alguna vez hizo una fortuna procesando película) cuando llegó la fotografía digital, o de los fabricantes de relojes mecánicos suizos cuando los relojes digitales se volvieron ubicuos.

Pero hay otra razón más sutil para la reticencia de la Fed frente al dólar digital: Estados Unidos sigue siendo fundamentalmente una democracia y una economía de mercado. Si bien el gobierno tiene un poder regulatorio y legal considerable para implementar la adopción de su moneda digital, esto se aplica sólo hasta un punto. No se puede obligar a la población norteamericana a aceptar una transición que no quiere. ¿Recuerdan cuando el Tesoro intentó popularizar los billetes de 2 dólares porque ahorraría dinero en la impresión de billetes de un dólar?

De manera que, cuando Estados Unidos efectivamente intente introducir un dólar digital minorista –cosa que creo que terminará haciendo-, tal vez sólo le dé un mordisco a la manzana. En este momento, el rango de tecnologías y opciones para las CBDC es casi ilimitada. (La Autoridad Monetaria de Singapur recientemente realizó un concurso para diseñar el dólar de Singapur digital y la ronda final –en la cual participé como juez- no tenía menos de 15 entradas diversas)-. Si el gobierno chino decide que eligió la tecnología equivocada para su CBDC, puede decirle a todo el mundo que quiere dar marcha atrás. Pero si el primer intento de la Fed con un dólar digital fracasa, debido a una falta de interés público y a una acometida política, tal vez tenga que esperar décadas antes de intentarlo de nuevo.

Una cuestión visiblemente ausente en la documentación técnica de la Fed es cómo el organismo planea regular las tecnologías financieras descentralizadas de Web 3.0, un dominio donde las autoridades estadounidenses hasta el momento parecen estar perdidas en acción. En particular, los reguladores estadounidenses necesitan con urgencia hacer mucho más para guiar y restringir el crecimiento de las criptomonedas privadas y sus muchos derivados. Como señaló la senadora estadounidense Elizabeth Warren, “las criptomonedas son la nueva banca en las sombras”. La opinión generalizada de que las criptomonedas se utilizan básicamente para inversión y no para transacciones y flujos de capital –una visión a la que suscribe el documento de la Fed- es una mera ilusión, como ha demostrado la investigación reciente.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha sostenido que introducir una CBDC estadounidense debilitará la demanda de criptomonedas. Ésta es una de las motivaciones de la Fed para producir su documentación técnica. Pero gran parte de la demanda de criptomonedas como Bitcoin proviene de la economía sumergida global, ya sea para compras de drogas ilegales en la Internet oscura, evasión de sanciones por parte de oligarcas rusos, fuga de capitales, lavado de dinero o evasión impositiva.

Es irrefutable la necesidad actual de una regulación estricta del uso de criptomonedas de las economías avanzadas, y de otras CBDC en tanto vayan siendo utilizadas a nivel internacional. La reticencia de la Fed a apresurarse a lanzar un dólar digital es entendible, pero no es una excusa para el ritmo lento de la reforma regulatoria.

KENNETH ROGOFF Professor of Economics and Public Policy at Harvard University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in Financial Economics, was the chief economist of the International Monetary Fund from 2001 to 2003. He is co-author of This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly and author of The Curse of Cash.

Si usted tuviera 3 minutos a solas con el Presidente y el Primer Ministro, ¿qué les recomendaría priorizar? (2da. parte)





Como en años anteriores, Temas ha invitado a un grupo de destacados expertos para que ofrezcan su visión calificada sobre el año que empieza. Ellos son economistas, sociólogos, politólogos, comunicadores, médicos, promotores, activistas y otros conocedores de diversos campos y prácticas.

En esta oportunidad publicamos las respuestas enviadas por un grupo de sociólogos, investigadores sociales, psicólogos y activistas a la última pregunta de la Letra de Temas 2022.

3. Si usted tuviera 3 minutos a solas con el Presidente y el PM, ¿qué les recomendaría priorizar?

Mayra Espina. Socióloga

Situada en el difícil y complejo lugar de la presidencia, que no quiero para mí, daría más relevancia al corto plazo, considerando que es urgente y dramático para Cuba superar aceleradamente la larga crisis, con una lógica de modernización, inclusión y participación, aceptando y manejando, in situ, los retos, tensiones y contradicciones de la combinación de una economía de mercado que requiere conservar su intencionalidad social y emancipadora, en un escenario externo hostil.

Algunas ideas posibles, elaboradas por la academia, que estoy segura el Presidente conoce, y sugiero volver a revisar, para activar opciones que pueden tener un impacto rápido y consistente sobre la solución de los nudos principales de la crisis:

  • Elevar incentivos a la producción y servicios en todos los sectores de propiedad. Ampliar el peso posible del sector no estatal, con una reconsideración de la noción de “medios fundamentales de producción” y de la relación propiedad social-propiedad privada.
  • Disminuir controles e intermediarios y controladores de la burocracia estatal; solo los imprescindibles. Revisar mecanismos de importación y exportación para todos los sectores de propiedad, ampliando sus competencias.
  • Revisar prioridades de asignación de recursos. Inversiones alejadas de las prioridades del modelo aprobado: altas asignaciones al turismo, cuando las predicciones de incremento de visitantes en los próximos cinco años no lo justifican, mientras que la agricultura y otras actividades productivas apenas reciben apoyos. La desbalanceada inversión turística, además, desconoce otras oportunidades de desarrollo y condena a la dependencia de un sector altamente vulnerable y de opciones limitadas.
  • Implementar aceleradamente políticas sociales de amparo y bienestar, asistenciales y autotransformativas. Prioridades: superación de deudas históricas, oferta para jóvenes, protección infancia y tercera edad, opciones de trabajo, ingresos y hábitat dignos, mejoras en salud y educación.
  • Transformar la esfera política y jurídica, para activar la participación ciudadana directa a escala local y macro en los asuntos de gobierno, asegurar transparencia y rendición de cuentas total a todos los niveles, habilitar asociacionismo y derecho de manifestación, asegurar irrestrictamente el debido proceso y la garantía de los derechos ciudadanos ante la ley.

Marta Núñez Sarmiento. Socióloga

  • Estudiar los conocimientos sobre estos problemas y las propuestas de soluciones que los científicos sociales han producido desde inicios de la Revolución. Desgraciadamente, no conocerán las investigaciones que se destruyeron. Tener siempre presente las advertencias de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, en noviembre de 2005.

Maritza López McBean. Trabajadora social. Red Barrial Afrodescendiente

  • He tenido ese privilegio con el presidente Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, y eso ha marcado un antes y un después en mi vida. Fue afectivo, respetuoso, y su impacto ha sido extremadamente positivo para la mayoría de los se relacionan con nosotros.
  • Les diría lo mismo que expuse en las dos respuestas anteriores: cómo lo estamos haciendo en el caso de los Talleres de Transformación y el activismo barrial antirracista en el que participo activa y conscientemente. Insistiría en que no dejen a un lado las cuestiones ideológicas y sociales, en paralelo al desarrollo económico del país.

Luisa Íñiguez Rojas. Géografa. FLACSO-Cuba

  • Es urgente hacer todo lo posible por elevar el bienestar material y espiritual de la población, como sé que es la voluntad de ustedes. Se requiere una atención detallada a los efectos negativos inmediatos y a corto plazo de TODOS los déficits: en la salud social, física y mental de la población, en particular de los grupos más vulnerables. Se debe observar y valorar de forma permanente los límites de la autonomía municipal, o reconocer la heteronomía de la mayoría de ellos. Atender la ampliación de las brechas territoriales y sociales. Se necesita incorporar, en los sistemas de información, indicadores que den cuenta del curso de los nuevos procesos, de forma que permitan monitorear los avances y rezagos de territorios, no solo en los municipios, sino en sus sistemas de asentamientos (pueblos o poblados urbanos o rurales, caseríos rurales, en particular los remotos, también llamados de difícil acceso)
  • La situación económica del país provoca o agudiza problemas a los que se responde con políticas, intenciones, proyectos y macroproyectos. Considero necesario dimensionar con cautela esos problemas, y su alcance poblacional y territorial, para poder sustentar niveles de prioridad.
  • Es indispensable no calificar de forma absoluta procesos, conductas o comportamientos que responden a la heterogeneidad social, económica y cultural de grupos y territorios. Esta se ha ampliado por sobre los enormes esfuerzos que se hacen en la actualidad. Por otra parte, las políticas benefician a determinados grupos socioprofesionales, socioocupacionales, sociodemográficos, socioterritoriales, y se reciben según las voluntades, aspiraciones y convicciones de cada uno.
  • Sé que 2022 será de mucho trabajo, de muchos esfuerzos, y espero éxitos en todo lo que proponen.

Jorge Enrique Torralbas. Profesor. Facultad de Psicología, UH

  • Ante la polarización como estrategia de destrucción, deben oponer el consenso como estrategia de desarrollo. Toda expresión que categorice, divida, agrupe o establezca jerarquías o derechos de un grupo sobre otro, debe ser evitada. No hay algo como “ellos” y “nosotros” o bandos. Que las etiquetas sean solo un medio en redes sociales digitales, pero nunca una política.
  • Es preciso el diálogo, incluso con aquellos con los que resulte incómodo hacerlo. Alimentar el disenso como estrategia diaria de dirección. En cada reunión, incluir un grupo que a priori se sabe que dirán algo diferente; en cada encuentro con algún sector, pedir reunirse con esos que dicen las cosas fuera de lo políticamente correcto. Es un diálogo que permita la capacidad de encontrar(nos) con el que piensa diferente. Quizás un voto negativo o una abstención sea hoy más revolucionario que el a favor unánime.
  • Estimular un proceso de reconciliación interno y con nuestra emigración. Existen sombras colectivas, que siguen pesando en la forma en que las cubanas y los cubanos se relacionan con su país. Hablar de nuestros errores puede ser duro, y obviamente peligroso, ante el acecho externo. Pero el propio presidente ha dicho que nada parece indicar que eso vaya a desaparecer. Entonces, ese proceso no puede seguir postergándose para un momento mejor. Quizás hacerlo sea lo que genere ese momento mejor; construirlo desde la reconciliación interna y externa, como vacuna ante la polarización pujante.
  • Al Presidente le diría: haga más visible el liderazgo colectivo en su gestión de gobierno; evite las reuniones donde estén cuatro en la presidencia y el resto en la audiencia. El territorio importa. Especialmente cuando se reúna con su equipo de gobierno, vuelva al círculo inicial donde solía hacer las reuniones. Pida que se trasmitan esas reuniones donde usted no está y sí el primer ministro y que muestren a sus ministros en acción. También, una estrategia en los medios locales donde se vea el actuar de los líderes en los territorios.

La dureza de la batalla ha hecho que su rostro se tense. Sonría. Hágalo como cuando recuerda el acto en Santa Clara. E improvise, como lo hizo ese día.


Aurelio Alonso. Premio Nacional de Ciencias Sociales y Caridad Cruz. Ingeniera. Fundación Núñez Jimenez

  • La constante del Estado ha sido encontrar soluciones inmediatas para las urgencias que se presentan recurrentemente en el país. Pero estas soluciones han relegado la revisión crítica y una propuesta participativa integral, basada en recursos propios, y sostenida en el tiempo, para dinamizar la producción de alimentos a la altura de la demanda de la población.
  • Recomendaríamos que esas respuestas no sean factores que desordenen, sino que formen parte de la integralidad deseada en el largo plazo. Como aportes prioritarios a esa integralidad pudieran estar: la recuperación de los suelos agrícolas y el fomento de la biodiversidad como soportes principales para elevar la producción; que la escala de las unidades productivas posibilite un manejo humano y esté basado en recursos propios; el redimensionamiento de la producción de azúcar de caña sobre criterios cualitativos y no solo cuantitativos; que la agroecología, la permacultura y otras prácticas que aportan soberanía alimentaria y energética, y motivación a las nuevas generaciones, se articulen orgánicamente y aparezcan debidamente legisladas; que los medios de comunicación sean un instrumento más efectivo para la superación de las deficiencias en los hábitos alimentarios de la población y que dejen de promover la producción y el consumo de alimentos que, como los embutidos, provocan enfermedades que repercuten en la carga y los costos del sistema de salud.
  • En la visión de una nueva estructura económica, el Estado pudiera definir con mayor precisión qué esferas de la producción y los servicios funcionarían con más eficiencia en las formas no estatales, y emprender caminos de transformación específicos y articulados, sin que se afecte la orientación socialista de la economía en su conjunto, en la cual predominarían los sectores fundamentales, también a definir por el Estado. No se debe identificar economía socialista con economía estatal. Ni perder de vista que, en la construcción de esa economía, las formas socializadas de producción y servicios, estatales y no estatales, deben ser las predominantes, con un papel realmente protagónico tanto del obrero de la empresa estatal como del asociado a la cooperativa, de manera tal que también se vaya desarrollando progresivamente una cultura donde el sentido de la prosperidad no se limite a la ganancia. A medida que esa diversidad en la gestión se consolide, deberá ir tomando forma la competencia de los sectores que confluyan y se interrelacionen.
  • El crecimiento desmesurado del mercado informal refleja niveles de corrupción particularmente lesivos en los terrenos de la alimentación, los medicamentos, la venta de influencias y otros aspectos. Se requieren acciones más drásticas y que lleguen a todos los niveles del ejercicio de poder político y administrativo. Cuando la población vive en condiciones de austeridad, resulta ofensiva la obesidad de muchos de nuestros dirigentes, hombres y mujeres, que también están presentes en todos los niveles.

Anabel Díaz Hurtado. Socióloga. Universidad Central de Las Villas

  • En primer lugar, la formación de cuadros y dirigentes desde una visión estratégica, que les de herramientas para gestar procesos, conducir el desarrollo e interactuar desde el compromiso y el sentido de la humildad y el deber para con el otro, y el proyecto del cual son sujetos creativos y transformadores. La importancia de lograr, desde las estructuras educativas, la formación en ciencias políticas, administración pública y el trabajo social, disciplinas hoy ausentes de los programas de la educación superior y que no se logra potenciar con cursos cortos y capacitaciones.
  • En segundo lugar, la necesidad de conceptualizar e implementar lo referido a la autonomía local de los gobiernos, definiciones que hoy se encuentran más establecidas en el discurso y muy poco en la realidad concreta de la gestión gubernamental a escala municipal. Este tema, pasado por el tamiz de la participación popular, hoy no puede ser un slogan o reto y sí una necesidad sentida de dirigentes y población en general.
  • En tercer lugar, y no en orden de prioridad, la atención diferenciada –con contenido del contexto cubano actual y proyección futura– a las organizaciones del sistema político cubano. En este caso, lo referido a sus contenidos y vínculos con las masas que las integran y a las cuales representan. Especial atención ameritan las organizaciones juveniles (políticas y de vanguardia) y los sindicatos de trabajadores, pues en ellas descansan las bases más solidas de nuestro proyecto y el sentido humanista de la Revolución. Recomendaría poner la mayor prioridad en los niños, adolescentes y jóvenes, a ellos se debe todo lo que seamos capaces de lograr y proyectar, en ellos está el futuro de Cuba; las políticas y servicios tienen que contener a estos grupos y pensar en ellos como motores del desarrollo y la sostenibilidad de un proyecto que hoy tiene su mayor reto: contener en sí mismo la esencia de la Revolución cubana en la medida en que se recontextualiza.

Roberto Corral. Profesor. Facultad de Psicología, UH

  • Le diría que lo más importante consiste en no intentar ser un líder en solitario, sino procurar una verdadera dirección colectiva, que admita la diferencia y la crítica popular. Evitar respuestas populistas que se concentren en resolver algunos problemas de inmediato. Evitar el autoritarismo histórico y los criterios inapelables. Tener la valentía necesaria para eliminar cuadros ineficientes, aunque sean políticamente correctos o estadísticamente representativos. Vigilar los peligros de los que debe cuidarse en su entorno: corrupción de los cuadros mayores e intermedios; actores con poder histórico, pero ya fuera de contexto; nepotismo, amiguismo y absolutismos, fidelidades políticas o personales a individuos y no a ideas. Apoyarse en las ciencias, no solo en las naturales y tecnológicas, sino también en las sociales que pueden alumbrar soluciones diferentes; mantener el diálogo que ha iniciado como un estilo de gobierno permanente y no una alternativa emergente y provisional; aceptar criterios diferentes de los estrictamente partidistas y dialogar con quienes los plantean; procurar visiones de país y no solo soluciones puntuales, a nivel de barrio o empresa, porque la nación no es un conjunto de barrios y localidades. Hacen falta medidas nacionales que cuenten con el apoyo de la mayoría de la población, pero será necesario atender también los criterios de las minorías. Buscar una diplomacia más efectiva con amigos, enemigos y aliados. Negociar un “ganar-ganar” por encima de un siempre “ganar-nunca-perder”. Evitar la comunicación triunfalista; aparecer con más frecuencia en los medios de comunicación públicos oyendo críticas y aceptando propuestas de soluciones. Le sugeriría además que no intente parecerse a ninguno de los que lo precedieron. Tiene que crear un estilo propio y atractivo. No puede ser un maestro de escuela que regaña a sus estudiantes todo el tiempo, pero tampoco un buen abuelo que halaga siempre a sus nietos. Reconocer la excelencia y criticar el error en todo lo que ocurra. Representar la mayor oposición al gobierno y sus ejecutores, desde su mirada crítica. Que haga ejercicio físico y mejore su imagen pública.
  • En resumen, saber qué se puede sacrificar y qué no, y tener el coraje de decírselo al pueblo. 

Rosa Campoalegre. Investigadora. Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas 

¿Tres minutos? Cuatro propuestas:

  • Dentro de las políticas posibles, me enfocaría en la necesidad de avanzar con acciones prácticas, aunque asentadas en cambio de paradigma. No hay recetas, pero sí un antídoto: siempre con el pueblo, siempre reinventarse, participación y ciencias a toda línea.

Reiteraría:

  • Continuar avanzando hacia un nuevo enfoque de política pública integrado, interseccional, participativo. ¿Acciones concretas? La política en la casa de cada ciudadano: leer la vida cotidiana como músculo de la política. ¿Prioridades? Miles. ¿Una? Protección de la población contra la inflación. 
  • Es imperativo un sistema nacional e integrado de cuidados que deje atrás el paradigma de la dependencia y coloque en el centro el cuidado como derecho universal, lo cual debe expresarse de manera más clara en el texto constitucional y abarcar sus dos aspectos, el derecho a recibirlos a proveerlos. Este segundo aspecto incluye el derecho a decidir cuándo, cómo y en qué condiciones se cuida, algo que suele ser negado debido a la feminización de los cuidados.
  • Es inaplazable una ley integral frente a las violencias.
  • Finalmente, visite el CIPS y su Cátedra de estudios sobre afrodescendencias; hablemos de la lucha contra el racismo, para seguir mirando a la sociedad cubana para transformarla/nos.
  • Facilitar un trabajo digno, visto como derecho y deber social, que garantice las condiciones para el acceso al bienestar material y espiritual de quienes trabajan y sus familias.

Jesús Menéndez. Geriatra. Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud.

  • El gobierno ha dado gran importancia a la ciencia para la toma de decisiones. En este sentido, teniendo en cuenta que el envejecimiento poblacional atañe a la seguridad nacional, les propondría crear un grupo de Gerociencia –concepto nacido hace pocas décadas y en avance en el mundo–, que promoviera al envejecimiento como tema principal de investigación, que tribute al Programa Nacional de Investigación en Envejecimiento y Salud ya existente.
  • Les propondría también acelerar la creación de un sistema de cuidados a largo plazo, para todas las edades, que incluya cuidados al final de la vida, con corresponsabilidad y cofinanciamiento del gobierno, familia y sociedad civil. Paralelamente, fomentar los entornos amigables con las personas mayores, lo cual abaratará los cuidados al “empujarlos” hacia los últimos años de la vida.
  • Les comentaría que debemos ser más oportunos con las noticias, dar antes que nos den. Decir nosotros antes que otros nos digan nuestros asuntos. Eso nos haría más creíbles y ayudaría a contrarrestar la guerra mediática que sufre nuestro país.
  • Por último, les diría que a la empresa estatal socialista hay que virarla al revés y al derecho de nuevo, como a una media. Es la única forma que sea eficiente y sostenible.