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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 31 de julio de 2023

Presidió Díaz-Canel reunión del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros


En la mañana de este lunes sesionó la reunión del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, en la cual se evaluaron temas de la vida económica y social del país. Estuvo encabezada, a través de videoconferencia, por el Presidente de la República, y dirigida desde el Palacio de la Revolución por el Primer Ministro.


Foto: Estudios Revolución

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabezó en la mañana de este lunes, a través de videoconferencia, la más reciente sesión del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, órgano que entre una y otra reunión del Consejo de Ministros está encargado de las decisiones que a él están atribuidas.

Durante el encuentro, que estuvo dirigido desde el Palacio de la Revolución por el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, se evaluaron varios asuntos de la vida económica y social del país asociados, entre otros, a la producción de alimentos; la distribución de la canasta familiar normada; la transportación de cargas y de pasajeros; el abasto de agua, y la generación de energía eléctrica.

Respecto a este último punto, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, aseguró que durante la última semana no se produjeron afectaciones en la generación de energía eléctrica. En estos momentos, señaló, se encuentran en línea todas las unidades que estaba previsto estuvieran en funcionamiento para esta fecha. Va quedando —puntualizó— la puesta en marcha de la unidad seis de la central Termoeléctrica Antonio Maceo, más conocida como Renté, cuya puesta en marcha está planificada para el mes próximo.

Particularmente sobre la planta de ENERGAS, precisó que en el horario pico llega a alcanzar entre 318 y 320 megawatts, lo cual es también un importante respaldo para el suministro de energía.

Ello ha sido posible debido a las inversiones realizadas allí en los últimos meses con el propósito de incrementar la generación a partir de la terminación de dos pozos de gas que han permitido incrementar la producción en más de 400 mil metros cúbicos diarios, así como a otras acciones encaminadas a ampliar el uso de capacidades existentes y que se encontraban ociosas, según había informado el Ministro en la última sesión del Parlamento cubano.

El Presidente Díaz-Canel valoró que en las últimas semanas se ha logrado una mejoría en el abastecimiento de combustibles e insistió en que ahora lo más importante es trabajar en las perspectivas de los próximos días y meses, y darle seguimiento a las medidas que se han adoptado para lograr una continuidad en su implementación.

De manera puntual acerca del comportamiento del abasto de agua a la población, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez, confirmó que poco a poco ha ido mejorando, a partir de la instalación de nuevos equipos en varios territorios.

Igualmente se refirió al cambio de matriz energética en más de 250 equipos de bombeo, con lo cual se logra más estabilidad en el abasto y ahorro de energía. Esto forma parte de un Programa que llegará a todas las provincias del país.

En el caso de La Habana, donde el servicio de abasto de agua se ha visto afectado por problemas con los equipos de bombeos, inestabilidad eléctrica en los sistemas fundamentales de suministro, así como daño por tormentas eléctricas, Rodríguez Rodríguez detalló que la cifra de personas afectadas debe continuar descendiendo en la medida en que se avance en el montaje de los equipos que arribaron en las últimas horas a Cuba y se descargan con agilidad en el puerto. Veintiuno de ellos tienen como destino la capital y otros cuatro la provincia de Matanzas, especificó.

El propósito, informó el Presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, es iniciar cuanto antes el montaje en las fuentes fundamentales de abasto en capital, y terminar los trabajos entre el 10 y el 13 de agosto, con lo cual “volveríamos a los ciclos de suministro normales en La Habana, incluyendo Arroyo Naranjo, que hace tiempo los tiene desplazados”.

En el transcurso de la reunión, en la cual participaron además el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa; el secretario de Organización del Comité Central, Roberto Morales Ojeda, todos miembros del Buró Político del Partido; así como los viceprimeros ministros y titulares de varias carteras, también se puntualizaron aspectos relacionados con la implementación de los acuerdos adoptados en la más reciente sesión del Parlamento, donde los diputados abordaron asuntos relacionados, entre otros temas, con la producción de alimentos y el control de los elevados precios de productos y servicios.

En tal sentido, Lazo enfatizó en la importancia de procesar e implementar cuanto antes todos esos acuerdos, muchos de los cuales, como el relacionado con el enfrentamiento a las manifestaciones de delito, de indisciplina social y de corrupción que atentan contra el proceso de construcción socialista y otros, son complejos y de elevada prioridad.

Como parte de la agenda de la reunión de este lunes, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros aprobó el Programa para la bancarización del país, un tema en el cual se ha venido trabajando durante los últimos meses y que comprende un conjunto de medidas para incentivar gradualmente el uso de los canales electrónicos de cobro y pago en el territorio nacional. Según se supo, en los próximos días directivos del sector darán todos los detalles a la población sobre este proceso de vital importancia para la economía cubana. HHC: Negritas y subrayados nuestros. 




Comentario HHC:
La producción de alimentos, que es lo más importante, relevante y decisivo, pues no se dice casi nada, que no sea de lo que ya se ha repetido y hasta ahora, no ha dado resultado.....

Se observa que donde existen inversiones, empiezan a mejorar el desempeño del sector de que se trate.  ¿ Qué haremos con la producción de alimentos?

Henry Kissinger y las relaciones entre Estados Unidos y China

El controvertido exsecretario de Estado de Nixon aboga en Beijing por el diálogo, pero los contactos bilaterales siguen marcados por una profunda desconfianza

Xulio Ríos 29/07/2023


Richard Nixon y Zhou Enlai durante la visita del presidente estadounidense en 1972. / National Archives Museum

Es inevitable asociar a Henry Kissinger, asesor de Seguridad Nacional y secretario de Estado de Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974- 1977), con uno de los periodos más tenebrosos y turbulentos de la diplomacia estadounidense. En muchos países, de Chile a Laos o Camboya, este controvertido Premio Nobel de la Paz sigue generando un profundo rechazo. Bernie Sanders llegó a calificarlo como uno de los secretarios de Estado “más destructivos” en la historia de Estados Unidos. Y sin embargo, en una China que siempre –ya hablemos del maoísmo, denguismo o xiísmo– ha hecho gala de una crítica feroz al belicismo imperialista estadounidense, Kissinger puede presumir de haber adquirido una llamativa condición de icono indiscutible. ¿Por qué?

En una reciente visita no anunciada a Beijing, a sus 100 años cumplidos, Kissinger ha revalidado ante los dirigentes chinos su apuesta por un enfoque pragmático de la relación bilateral, advirtiendo repetidamente sobre las consecuencias de un conflicto entre Estados Unidos y China. Con las relaciones en su punto más bajo de los últimos años, el mensaje de Kissinger, dirigido a ambas partes, suena a música celestial en la capital china. Sus autoridades enarbolan la “sabiduría diplomática” del viejo profesor de Harvard como un estilo personal que es capaz tanto de asimilar las experiencias históricas como de servir de certera guía en el complejo futuro que aguarda a las relaciones bilaterales.

Kissinger puede presumir de haber adquirido una llamativa condición de icono indiscutible

Los dirigentes chinos le reconocen a Kissinger su “papel insustituible” en la mejora del entendimiento mutuo entre ambos países, ya que se le considera como un “viejo amigo”. Hace 52 años, en un punto de inflexión crucial en las relaciones sino-estadounidenses, el presidente Mao Zedong, el primer ministro Zhou Enlai, el presidente Nixon y Kissinger, haciendo gala de una notable visión estratégica, tomaron la decisión de auspiciar la cooperación entre China y Estados Unidos, abriendo el proceso de normalización de las relaciones bilaterales. Fue un momento importante en la carrera diplomática de Kissinger, quien agradeció en esta ocasión a Xi Jinping que le recibiera en el edificio Nº 5 de la Casa de Huéspedes del Estado de Diaoyutai, donde se había reunido con el entonces primer ministro chino Zhou Enlai, en 1971.

Kissinger voló en secreto a Beijing en aquel año con la misión de establecer relaciones con la China comunista, inmersa en plena y agitada Revolución Cultural. El viaje preparó el escenario para una visita histórica del entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, quien buscó dar un vuelco a la Guerra Fría con la URSS y recabar ayuda para poner fin a la Guerra de Vietnam. Las propuestas de Washington permitieron a Beijing salir de su aislamiento internacional y, a la postre, contribuyeron al ascenso de China para convertirse en una potencia manufacturera y la segunda economía más grande del mundo. Una vez que dejó el cargo oficial, Kissinger se ha enriquecido notoriamente asesorando a empresas con proyectos de inversión en China.

Al reconocer a la China comunista en 1979, la Administración estadounidense esperaba que su desarrollo económico llevara a este país hacia la democracia liberal. Haciendo balance casi 45 años después, esta ilusión, alimentada durante mucho tiempo en Washington, ahora se ha perdido. Y a Kissinger se le recrimina que aquella jugada astuta de los años setenta se haya transformado en una de las manifestaciones de ingenuidad, dicen, más elocuentes de la historia diplomática reciente de Estados Unidos. Wang Yi, el máximo responsable de la política exterior china, se lo espetó con claridad a Kissinger: “El desarrollo de China tiene una fuerte dinámica endógena y una lógica histórica inevitable. Es imposible tratar de transformar China, y es aún más imposible rodearla y contenerla.”

Pese a todo, Kissinger sigue representando una corriente pragmática en la diplomacia estadounidense que aboga por el diálogo y el contacto con China y por un tratamiento adecuado de las diferencias. Al reclamar un acercamiento entre Washington y Beijing, que siguen en desacuerdo sobre una importante variedad de temas, desde los derechos humanos hasta el comercio y la seguridad nacional, reivindica la excelencia y hasta la bondad de su legado.

En el transcurso de esta visita, Kissinger no evitó reunirse, incluso, con el ministro de Defensa, Li Shangfu, objeto de las sanciones norteamericanas en 2018 por la compra de equipamiento militar a Rusia. Ambos suscribieron la voluntad de “coexistir pacíficamente”, lo que significa que “ni EEUU ni China pueden darse el lujo de tratar al otro como adversario”.

¿Desescalada? Este viaje de Kissinger a China coincidió con la misión del enviado climático de Estados Unidos, John Kerry, y siguió a las visitas recientes de la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y el secretario de Estado, Antony Blinken. Aunque apenas en un mes se han sucedido en China tres altos funcionarios estadounidenses, las relaciones bilaterales siguen marcadas por una profunda desconfianza.

Entre la larga lista de los puntos de discordia, encabezan la nómina las sanciones impuestas al sector de los microprocesadores y el aumento de la injerencia estadounidense en Taiwán. Es probable que la violenta respuesta estadounidense contra China y su contraataque obstaculicen gravemente la modernización de China y, si las cosas no salen según lo planeado para Estados Unidos, precipiten la relación en una espiral tóxica sin precedentes.

Huawei es un ejemplo del impacto de las sanciones estadounidenses. Mientras que en 2020, con un 18 por ciento de cuota de mercado, Huawei era el campeón indiscutible de los smartphones en el planeta, por encima de Apple y Samsung, sus ingresos han caído casi un tercio en 2021, lo que le ha obligado incluso a vender “Honor”, una de sus marcas de smartphones, para mantenerse a flote. En 2022, su participación global había caído al 2 por ciento. Y, a diferencia de Trump, que “solo” perseguía a empresas como Huawei, Biden apunta a todo el ecosistema de modernización industrial de China.

Al cerrar el acceso de China a la tecnología de fabricación de microchips de última generación, Washington quiere obstaculizar drásticamente sus avances en el campo de la Inteligencia Artificial y otros ámbitos del progreso científico en los que China ha logrado ya importantes éxitos.

El segundo asunto importante sobre el que Beijing exige a Washington que libere su presión, que Kissinger parece apadrinar, es el de Taiwán. Elevado por Xi Jinping a la altura de un objetivo nacional irrenunciable y cuyo valor simbólico no es negociable, el objetivo de la reunificación prima en la agenda china, cuya dirigencia se ha conjurado ante la tarea histórica de impedir el alejamiento de la isla del continente.

Para Beijing, la actitud de Washington es una confirmación de que ya no respeta los términos de los “Tres Comunicados” emitidos conjuntamente en 1972 (Nixon y Zhou Enlai), 1979 (Carter y Deng Xiaoping) y 1982 (Reagan y Deng Xiaoping), cuyos términos estipulaban el fin de las relaciones oficiales con Taipéi y el cese gradual de la ayuda militar estadounidense a la isla. Hoy día, los estrategas chinos interpretan los grandes boquetes abiertos en el principio de una sola China como la antesala de un conflicto, al que Estados Unidos quisiera abocar al país, para reafirmar, con su victoria, la hegemonía en la región y en el mundo.

Wang Yi recordó a Kissinger que el respeto al principio de una sola China representa el santo y seña del statu quo pactado en su día sobre Taiwán, y sigue siendo el núcleo más importante y sensible de las relaciones sino- estadounidenses.

La capacidad que Kissinger pueda tener hoy para influir en el rumbo de la política estadounidense hacia China es limitada, por más que en Beijing se alabe su punto de vista constructivo. Es más, cuanta más alabanza se haga en China hacia su persona, probablemente menos eco positivo pueda cosechar en Washington. La Casa Blanca ha definido los hipotéticos “malentendidos” que les distancian –sustentados en una concepción diferente de los valores, el sistema político y el camino de desarrollo– en el argumento principal para el ejercicio de una hostilidad que a todas luces es harto conveniente para el propósito de preservar su liderazgo global.

Con seguridad, en los años setenta del pasado siglo esas diferencias, más acusadas aún, existían igualmente. El apogeo de la Guerra Fría operó el milagro. Xi Jinping recordó a Kissinger que, como antaño, “el orden internacional está experimentando un cambio enorme”. Una “nueva era” se está gestando, pero no se descarta del todo una vuelta a aquella dinámica diabólica.

Evitar la confrontación

Evitar la confrontación es el mantra que Kissinger recita a uno y otro lado del Pacífico. A algunos le suena a otra época, pero ciertamente incorpora una reflexión actual sobre el verdadero interés nacional de Estados Unidos, cuya esencia no radicaría en el conflicto, que “no conducirá a ningún resultado significativo para ambas sociedades”, asevera, sino en una gestión compartida de los desafíos. En 2013, Xi formuló la idea de construir un nuevo tipo de relación entre potencias, quizá pensando en establecer una aceptación recíproca de un duopolio de dos potencias rivales. A Kissinger podría valerle la fórmula si así la relación ganara en estabilidad. Sin embargo, todo indica que aún estamos lejos de colmar su obsesión por hacerla siquiera más predecible.

Inversión extranjera aporta a Cuba nueva marca de cerveza

Para la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel se han aprobado 63 negocios de 22 países.


POR SU PROPIO PESO Redacción IPS Cuba 31 julio, 2023



Presentación de la Cerveza Parranda en el Yarini Bar del proyecto Gorria, San Isidro, La Habana.

Foto: Jorge Luis Baños/IPS

En medio de una avalancha de las más diversas cervezas, importadas tanto por empresas estatales para su comercialización en divisas, como por el sector privado, irrumpe en el mercado cubano una nueva marca cubana, Parranda.

Fruto de una empresa mixta integrada por la sociedad mercantil cubana Cubaron y Swinkels Family Brewers Spain S.L., filial española del grupo Swinkels Family Brewers, esta cerveza con nombre de una fiesta, tradición de la nación y patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, marca diferencias respecto a la competencia.

Una de ellas es que se produce en una moderna industria, radicada en la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel, resultado de una inversión extranjera estimada en unos 100 millones de dólares.

“Tiene una capacidad de 1.5 millones de hectolitros al año, lo cual equivale aproximadamente a 800 000 botellas diarias que estarán disponibles en varios canales de ventas”, dijo Sophie Jacobs, miembro del equipo de marketing de Parranda.

De acuerdo con Juan Carlos González, director comercial de Cervecería Cubana S.A. que produce la Parranda, la industria es la más moderna en América y la más moderna del grupo holandés Swinkels Family Brewers, que comercializa en el mercado cubano desde hace años las cervezas Bavaria y Hollandia.

El objetivo de esta industria, la primera de su tipo en la ZED, es complementar la oferta de cervezas cubanas, actualmente insuficiente, lo que lleva a importar marcas de diferentes países –hasta unas 10 según sondeos-, práctica que se ha extendido en la última etapa, con el surgimiento de micro, pequeñas y medianas empresas.

Además de la cerveza Parranda, que ya se comercializa en un mercado en moneda convertible mediante tarjetas magnéticas de La Habana, la industria fabricará bebidas alcohólicas y no alcohólicas a base de malta y otras energizantes.

Producirse en el Mariel no es la única singularidad de esta bebida de un grado de alcohol de 4.8%, de tipo lager moderna, color dorado, bajo cuerpo y carbonatación media alta y que se comercializa en formatos de 500 mililitros y 1.5 mililitros.

Parranda está envasada en pomos plásticos reciclables, por lo que el gasto energético y la emisión de contaminantes al medio ambiente son inferiores a las latas de aluminio y las botellas de cristal. Las botellas tienen tapas de rosca, lo que permite abrirlas y cerrarlas, sin perder sus características.

Durante la presentación en Remedios, sede de las más famosas parrandas de Cuba, Ricardo Luis Hernández, especialista principal de marketing de la empresa mixta, explicó que el gasto de energía y la contaminación por este tipo de envase reciclable representa solo tres por ciento de lo que demandan sus similares de cristal.

Se trata, dijo, de envases que emplean plástico reciclado -polietileno tereftalato, es plástico PET reciclado-, de tres capas.

La primera, contenedora, evita se escurra el líquido; la segunda, es un filtro de gases -impide el ingreso de O2 y la perdida de CO2 para mantener la carbonatación-, y la tercera, la ámbar, le da el color marrón a la botella, que protege “esta mezcla tan sensible que es la cerveza de la luz y de los rayos ultravioleta (UVA)”, señaló.

El tipo de plástico utilizado para el envase de la cerveza Parranda garantiza y cumple con los estándares de calidad y conservación del producto, agrega.

Según se dio a conocer, todos los envases que cumplan con los requisitos podrán entregarse en la red de casas de recogida o en centros de recolección (para más de 5.000 unidades. El pago de 10 centavos en mlc se realizará a través de la aplicación Transfermóvil.

Mercado incierto

En Cuba, el de la cerveza es un mercado en constante movimiento, con predominio de marcas importadas desde España, Alemania, Holanda, República Dominicana, Canadá y hasta China.

A lo largo de la historia, la industria cubana fabricó varias marcas: Tropical, Polar, Hatuey, Tínima, Mayabe, Cacique, Manacas, Cristal y Bucanero, que en años recientes se redujeron a apenas las dos últimas, que producía una empresa mixta, en Holguín.

Sin mucha información pública sobre las razones de su casi total ausencia en el mercado, algunos surtidos aparecen en ofertas on line, que se comercializan con pagos en el exterior, en euros o dólares, y en países como México.

La proliferación de cervezas importadas ha contribuido a disminuir los precios en el mercado privado, donde se llegaron a cotizar hasta a 300 pesos y hoy pueden encontrarse hasta el 130 o menos.
Acción y reacción

Como era de esperar, el lanzamiento de la cerveza provocó reacciones diversas en las redes sociales. La forista Zoe se quejó: “otro producto más que no resuelve el problema del cubano de a pie, y que no tiene MLC. Así avanzamos”.

Al respecto, la empresa respondió que “inicialmente, se ha distribuido en las tiendas MLC, pero el objetivo es expandir su presencia a establecimientos que acepten el pago en CUP, como mipymes, bares y restaurantes, para que el público cubano pueda disfrutarla en cualquier momento y lugar”.

El internauta Mario Reinoso llamó a no olvidar “que producir un litro de cerveza solo cuesta centavos, por tanto el precio en cup no debe ser especulativo y el margen de ganancia exagerado”.

Otro forista señaló: “¿una cerveza más que se suma a todas las que se comercializan ya en el país? Necesario es que se produzcan alimentos y medicinas, que haya transporte y tantas otras cosas de las que carecemos”.

(2023)