fvgonzalez30@gmail.com
♦ Este artículo está
incluido en el No. 49 de la Revista Bimestre Cubana disponible en el SitioWeb www.seapcuba.cult.cu
Resumen
La
construcción del socialismo es un fenómeno nuevo desde el punto de vista
histórico que se inició en Rusia con la Revolución de Octubre de 1917. En este
proceso hay aspectos no totalmente resueltos tanto en la teoría como en la
práctica. Uno de los temas más polémicos es el lugar y el papel de las
categorías monetario-mercantiles en la nueva sociedad. El pensamiento de Lenin
al respecto y su evolución dialéctica a través de diferentes etapas es un
referente principal para su esclarecimiento. Se destaca la definición leninista
de Capitalismo de Estado como la vía para alcanzar el socialismo. Las causas de
la existencia de la producción mercantil en el socialismo se encuentran en los
ámbitos económico, socio-político y cultural, y en la conciencia del pueblo.
Palabras clave:
mercado, socialismo, Capitalismo de Estado, Lenin.
Abstract
The process of building a
socialist society is a fairly new fenomenon from a historical perspective,
initiate in Russia with the October Revolution of 1917. Inherent to this
process, one can find aspects not yet entirely solved nor fully explained, both
in theory and in practice. One of the most debatable subjects thus found, is
the role that the monetary-mercantile categories take in the new society.
Lenin’s view on this topic and its dialectic evolution throughout time is the
main reference for reaching full understanding of such aspect. Lenin’s own
definition of State Capitalism is the key concept outlined as the mean to reach
socialism. The grounds that explain the presence of mercantile production in
socialism are to be found within the economic, socio-political and cultural
environment, and the conscience of the people.
Key words:
market, socialism, State Capitalism, Lenin.
La
construcción y desarrollo del socialismo en la práctica es un fenómeno nuevo
desde el punto de vista histórico, que se inició en Rusia con la Revolución de
Octubre de 1917. A partir de este momento y a lo largo del siglo XX, el
socialismo se extendió por Europa, Asia y América Latina, influyendo
decisivamente en el proceso de descolonización del llamado Tercer Mundo y
constituyéndose en un factor principal de contención para las pretensiones
hegemonistas del imperialismo.
Por
causas aún no totalmente analizadas y esclarecidas, a fines de la década de los
ochenta y principios de los años noventa, ocurrió la desintegración de la Unión
Soviética y la desaparición del campo socialista en Europa. Este cataclismo
económico y social constituyó un duro golpe para el movimiento revolucionario y
comunista mundial; no obstante, no significa el final del socialismo como
aspiración de los pueblos de construir una nueva sociedad de plena justicia
social y solidaridad entre los hombres y las naciones, con un alto nivel de
vida material y espiritual del pueblo, sobre la base de un elevado y eficiente
desarrollo científico-técnico de las fuerzas productivas.
El
reflujo de las ideas socialistas y comunistas que actualmente se observa dará
paso, más temprano que tarde, a un nuevo auge del pensamiento revolucionario y
de su acción práctica. Nuevos países tomarán la senda de las reivindicaciones
democráticas, populares y del socialismo, para triunfar sobre el capitalismo neoliberal.
En
este proceso de avances y retrocesos en la construcción del socialismo hay
aspectos no totalmente resueltos en la teoría y en la práctica, los cuales
requieren de un intenso trabajo creador para su más precisa definición. Entre estos
aspectos se incluye el sistema de dirección de la economía socialista, tanto en
sus elementos conceptuales como en su aplicación. Uno de los temas más polémicos es el
vinculado a la existencia de la producción mercantil en el socialismo, al
contenido de las categorías mercantiles, el lugar, papel y funciones de las
relaciones monetario - mercantiles en la construcción de la nueva sociedad y
las relaciones entre la planificación y el mercado como reguladores de la
economía socialista.
Para el
esclarecimiento de estos temas es importante estudiar el pensamiento de Vladimir
Ilich Lenin al respecto en su evolución teórica y práctica.
LOS CRITERIOS DE LENIN
El
desarrollo del pensamiento de Lenin en cuanto a la economía mercantil y su
existencia en el socialismo puede estudiarse en varias etapas.
La
primera corresponde al período anterior a la Gran Revolución Socialista de
Octubre de 1917. En esta etapa, Lenin desarrolla la teoría marxista del valor y
del papel del mercado, aplicándola a las condiciones de la Rusia de aquel
entonces, y coincide exactamente con Marx y Engels en su concepción sobre la producción
mercantil en el socialismo.
Ello
se pone de manifiesto en las obras económicas de Lenin correspondientes a la
década de 1890 y el primer lustro del Siglo XX. En esos 15 años, Lenin dedicó
importantes esfuerzos a la profundización de la teoría económica de Marx y en
la aplicación de muchos de sus conceptos claves, acorde a las nuevas
condiciones históricas de la Rusia zarista. En su trabajo "Acerca de la
llamada cuestión de los mercados", escrito en el otoño de 1893, Lenin
expuso su concepto de producción mercantil relacionándolo con el desarrollo de
la división social del trabajo.
"La primera
conclusión consiste en que el concepto "mercado" es completamente
inseparable del concepto "división social del trabajo" de ese, como
decía Marx, "fundamento general para toda producción de mercancías"
(y, en consecuencia, capitalista, añadimos nosotros). El "mercado" aparece precisamente
allí donde aparecen la división social del trabajo y la producción de
mercancías. El volumen del mercado esta indisolublemente vinculado al grado de
especialización del trabajo social". (1)
Al
respecto también se manifiesta Lenin en su obra "El desarrollo del
capitalismo en Rusia", escrita en 1896 - 1899.
En
este período de su pensamiento económico, Lenin aborda su concepción acerca del
destino de la economía mercantil en el socialismo. Entre los meses de enero y
abril de 1902 se llevó a cabo una intensa labor teórica entre los miembros del
Partido Obrero Social Demócrata de Rusia (P.O.S.D.R.) con el objetivo de
redactar el Primer Programa del Partido, el cual fue aprobado en su II Congreso
celebrado en 1903.
El
primer proyecto del programa fue preparado por L. V. Plejanov. A este proyecto
Lenin anotó una serie de observaciones.
Entre ellas, en el acápite VI del proyecto de programa, Plejanov
escribió:
“...sólo con sus
propios esfuerzos puede la clase obrera sacudirse el yugo de la dependencia
económica que pesa sobre sus espaldas y de que para quitarse de encima ese yugo
es necesaria la revolución social, es decir, la supresión de las relaciones de
producción capitalistas, la expropiación de los explotadores y la
transformación de los medios de producción y de circulación de las mercancías
en propiedad social". (2)
Acerca
de este párrafo, Lenin acotó la siguiente observación:
"¿Destrucción
de las relaciones de producción capitalista'? Sustitución de la producción
mercantil por la producción socialista". Y añadió: "hay que aclarar
cómo es la producción socialista". (3)
De
esta manera Lenin expresó que en el socialismo la economía mercantil
desaparecería aunque no abordó el proceso en que ello sucedería. Lenin
coincidía con Marx y Engels en cuanto al destino de la economía mercantil en el
socialismo y como ellos, concebía que la producción mercantil desaparecía al
suprimirse la propiedad privada sobre los medios de producción. Posteriormente, Lenin profundizó en esta concepción y al
enfrentarse a las tareas prácticas de la construcción del socialismo en Rusia,
ratificó que la economía mercantil desaparecería, pero precisó que ello ocurriría mediante un
periodo de transición en donde la utilización de las relaciones mercantiles por
el proletariado en el poder era requisito indispensable para la destrucción del
capitalismo y la construcción del socialismo.
Fue
después de la Revolución de Octubre cuando Lenin sentó las bases para la teoría
de las relaciones monetario - mercantiles en el socialismo, desarrollando
creadoramente la economía política marxista.
A
partir de la toma del poder y hasta mediados de 1918, el Partido Bolchevique se
enfrentó a la tarea práctica inmediata de gobernar a toda Rusia. Esta etapa
inicial de estreno del poder soviético en la historia de la humanidad tiene un
especial significado. Las realidades concretas de la Rusia de entonces
determinaron una profundización en el pensamiento económico marxista. Lenin
advirtió a tiempo que una vez realizadas las nacionalizaciones de los bancos,
los seguros, el correo, los telégrafos, la industria, el comercio exterior y
otros importantes medios de producción que hasta entonces habían estado en
manos de la burguesía, no se podía continuar atacando al capital “a lo Guardia
Rojo". Era necesario continuar
atacando pero de una forma distinta.
Había que hacer un aparente
repliegue temporal pero que, en realidad, era la única vía para consolidar el
poder soviético, destruir las bases del capitalismo y garantizar la
construcción del socialismo.
Aunque
considerada como una táctica provisional, Lenin orientó en esta etapa cambiar el centro de gravedad del trabajo económico y
político del proletariado.
Con
las nacionalizaciones, había surgido un importante sector de propiedad estatal
que demandaba una efectiva administración en bien del pueblo y para consolidar
el poder revolucionario. Por primera vez en la historia, un Estado de obreros y
campesinos se enfrentó a la tarea de administrar directamente importantes
medios de producción. Lenin comprendió enseguida que no era posible llevar a
cabo esta nueva responsabilidad eliminando de inmediato las relaciones
económicas y sustituyéndolas por estrictos métodos administrativos. Era
necesario garantizar una buena contabilidad y un adecuado control
económico. Relacionado con ello, en su
trabajo "Las tareas inmediatas del poder soviético", escrito en abril
de 1918, Lenin planteó la consigna general del momento en estos términos:
“Lleva con puntualidad y honradez la
cuenta del dinero, administra con economía, no seas perezoso, no robes, observa
la mayor disciplina en el trabajo: éstas son precisamente las consignas que,
ridiculizadas con razón por el proletariado revolucionario cuando la burguesía
encubría con ellas su dominio como clase explotadora, se transforma hoy día,
después del derrocamiento de la burguesía, en las consignas principales y
propias del momento". (4)
Para
comprender la esencia dialéctica y revolucionaria de la teoría marxista, es muy
importante estudiar a fondo la gran capacidad de Lenin para profundizar y
desarrollar la teoría a partir de las condiciones históricas concretas. Una
muestra de esta visión de Lenin nos la ofrece su comprensión del cambio de
orientación en la conducción del trabajo económico una vez tomado el poder en
Rusia por los obreros y campesinos.
"Hasta ahora se destacaban en
primer plano las medidas encaminadas a la expropiación inmediata de los
explotadores. Hoy colocamos en
primer plano la organización de la contabilidad y del control en las haciendas y
empresas ya expropiadas a los
capitalistas y en todas las
demás". (5)
"El centro de gravedad en la
lucha contra la burguesía se desplaza hacia la organización de esta
contabilidad y de este control.
Únicamente partiendo de esto podremos determinar con acierto las tareas
inmediatas de la política económica y financiera en el terreno de la
nacionalización de los bancos, del monopolio del comercio exterior, del control
del Estado sobre la circulación fiduciaria, del establecimiento de un impuesto
sobre los bienes y los ingresos aceptable desde el punto de vista del
proletario, de la implantación del trabajo obligatorio". (6)
Así,
de una manera práctica y como un cierto repliegue temporal en la ofensiva
contra el capital, se inició en los primeros momentos de la Rusia soviética, la
utilización de las relaciones monetario - mercantiles en la construcción del
socialismo.
En
abril de 1918 el Gobierno soviético aprobó un plan de construcción del
socialismo que preveía la utilización de las palancas económicas como el
dinero, los bancos, el crédito, las finanzas y otras.
La
primera etapa del poder soviético corrió desde octubre de 1917 hasta los primeros
meses de 1919. Durante ella no se desarrolló un sistema teórico que plasmara de
conjunto el plan de construcción del socialismo en Rusia, sino que este plan de
construcción se iba elaborando y cumpliendo mediante una serie de medidas
prácticas.
En
este período, Lenin abordó en sus artículos y discursos la idea de no eliminar
de inmediato las palancas económicas que venían del capitalismo, sino
utilizarlas para aplastar a la burguesía y establecer definitivamente el poder
obrero y campesino.
Estas
ideas de Lenin se reflejan en los actos legislativos y otros documentos
oficiales del Gobierno soviético, así como en las Resoluciones del Partido.
Como ejemplo de ello podemos citar un fragmento del Decreto sobre la
nacionalización de los bancos, dictado por el Gobierno soviético con fecha 14
de diciembre de 1917, en el cual se dice lo siguiente:
“Con el interés de organizar
correctamente la economía nacional, de erradicar la especulación bancaria y de
liberar por todos los medios a los obreros, campesinos y a toda la población
trabajadora de la explotación del capital bancario, y con el objetivo de crear
un Banco Popular Unido de la República Rusa que sirva fielmente a los intereses
del pueblo y de las clases más pobres, el Comité Ejecutivo Central resuelve:
1) La actividad bancaria se declara
monopolio estatal" (7)
En
esta disposición está presente la concepción de que para eliminar el poder
financiero de la burguesía representado en las instituciones bancarias, con el
cual explotaba al pueblo, la solución no podía ser la supresión de esas
instituciones, sino la nacionalización de los bancos, pasando de manos de la
burguesía a manos del Estado proletario, el cual no disolvía los bancos, sino
asumía su dirección para combatir a la burguesía en el terreno financiero y
garantizar la construcción del socialismo. Aquí está implícito la idea de que
los instrumentos y categorías económicas del capitalismo cambian de contenido
bajo la dirección del Estado proletario, el cual usa las formas de esas
instituciones y categorías pero con objetivos totalmente diferentes a los que
perseguía la burguesía.
Estas
y otras ideas que se elaboraban por
el Partido y el Estado con vista a
ejecutar un plan de construcción del socialismo en Rusia fueron brutalmente
interrumpidas por la agresión extranjera, que comenzó a gestarse en los
primeros meses de 1918 y se
desencadenó a principios de 1919.
La guerra civil y la agresión extranjera impusieron al país condiciones
extraordinarias para su supervivencia. Desde los inicios de 1919 y hasta mediados de 1921 el Estado
soviético no utilizó las relaciones monetario - mercantiles en la práctica de
la dirección económica. Aunque la
economía continuaba bajo una atención primordial por parte del Partido y del
Gobierno, su objetivo era el abastecimiento material para el frente de combate.
En esta etapa, que se conoce como el período del “comunismo de guerra", no
se produjeron avances en la utilización de las relaciones mercantiles ni en el
desarrollo de sus correspondientes aspectos teóricos.
El
período del "comunismo de guerra" se extendió desde principios de
1919 hasta marzo de 1921. Durante estos meses se desarrolló la guerra civil en
Rusia, donde guardias blancos e
interventores extranjeros trataron de ahogar en su cuna a la Revolución Socialista
de Octubre. La situación militar de la República de los Soviets era muy
peligrosa para su existencia y el
Partido y el Gobierno soviético
tomaron medidas extraordinarias para salvar a la Revolución.
Mantener
la capacidad combativa del Ejército
Rojo y la economía militar era la tarea principal del momento y lo único que podía salvar al poder obrero y campesino. En aras de lograrlo, se tomaron medidas
especiales en la dirección de la economía. Se eliminó la circulación monetaria
en las relaciones económicas entre la ciudad y el campo, sustituyéndose por medidas administrativas. La lucha de
los kulaks contra el Poder soviético y su propaganda contrarrevolucionaria
entre los campesinos pobres y medios,
agudizó la lucha de clases en el campo y
amenazó con debilitar la alianza obrero - campesina, que constituye la
principal base social de la Revolución socialista.
En
estas condiciones se implantó la entrega forzosa al Estado del plusproducto
agrícola en físico. Se eliminó el mercado, sustituyéndolo por la recogida
obligatoria de trigo y otros
alimentos para el ejército y los
obreros de las ciudades. Estas medidas necesarias, prácticamente eliminaron de
momento las relaciones monetario - mercantiles en la economía soviética. La
producción industrial también estaba dedicada, en lo fundamental, para el
ejército, tanto en el combustible y los metales, como en el tejido y otros
productos. Aquí también se eliminaron las relaciones de compraventa y la
circulación de mercancías.
Para
explicar la justeza de estas medidas y su
aplicación en la economía, se desplegó un intenso trabajo político y organizativo entre las masas. El
pueblo entendió los objetivos que se perseguían y apoyó con heroísmo y
abnegación la política económica del Partido y el Estado soviético.
La
condición decisiva para esta elevación de la producción y la productividad era
la elevada conciencia política de las grandes masas trabajadoras, sus
iniciativas y el entusiasmo en el trabajo. Solamente de esta manera era posible
abastecer de todo lo necesario al Ejército Rojo y vencer a los guardias blancos
y los interventores extranjeros en las extraordinariamente difíciles
condiciones de la guerra civil.
Pero
estas medidas en la dirección de la economía soviética, que eliminaron las
relaciones monetario - mercantiles e instauraron la más severa centralización
administrativa en la industria, la agricultura, el transporte y demás sectores
económicos, sólo podían elevar la producción y la productividad en un periodo
de extrema gravedad para la Revolución.
Estas medidas sólo tienen resultado y ganan el apoyo de las masas cuando
el poder obrero está amenazado de muerte ante la ofensiva de los explotadores.
Debido a ello, la eliminación de las relaciones mercantiles en la construcción
del socialismo puede tener lugar solamente de manera provisional y en períodos
extraordinarios.
En
condiciones relativamente normales, sin guerra y sin peligros extremos para la
Revolución, no pueden aplicarse exclusivos métodos administrativos ni
eliminarse la utilización de las relaciones monetario - mercantiles en la transición
socialista.
Las
medidas prácticas extraordinarias que fue necesario tomar en el campo de la
dirección económica para rechazar la intervención extranjera fueron
interpretadas por algunos teóricos como la política que debía aplicarse en la
construcción del socialismo. Estas medidas prácticas provisionales se
consideraban por ellos como decisiones definitivas y a partir de aquí se trató de elaborar una teoría general de la
construcción socialista, que sirviera para todas las etapas del ulterior
desarrollo social.
Durante
este período se divulgó la idea de que al socialismo le era ajeno la economía
mercantil y sus categorías económicas. Se partía del criterio de que las
relaciones monetario - mercantiles estaban identificadas con el capitalismo y,
por tanto, eran un obstáculo que había que eliminar para construir el
socialismo.
En
esas condiciones, surgieron una serie de intentos cuyo objetivo era eliminar el
dinero y sus funciones económicas. En la segunda mitad del año 1920 se discutió
en la prensa y en algunas instituciones económicas las vías para sustituir el
dinero en las relaciones económicas socialistas.
En
estas discusiones pueden distinguirse tres direcciones principales que
pretendían sustituir el dinero y sus funciones: registro natural directo, en
unidades físicas, de los gastos de producción; registro en unidades energéticas
de trabajo; registro directo en unidades de tiempo de trabajo puro.
Durante
el “comunismo de guerra” se pretendió justificar teóricamente que la economía
socialista eliminaba las relaciones monetario - mercantiles y establecía las
relaciones naturales de intercambio directo de productos, sin la mediación del
dinero. Es decir, la economía socialista era considerada una economía natural,
sin relaciones mercantiles.
En
realidad, ninguna de estas concepciones fue puesta en práctica y el Programa del Partido, aprobado en
su VIII Congreso, en marzo de 1919, no planteó la eliminación del dinero en
forma inmediata, sino la necesidad de crear condiciones para su eliminación
futura.
Las
concepciones definitivas del Partido en esta etapa pueden apreciarse en los
fragmentos siguientes del Programa aprobado en el VIII Congreso:
"Al aspirar a
la igualdad en la remuneración por todo tipo de trabajo y al comunismo
completo, el Poder soviético no puede plantearse como tarea la inmediata
realización de esta igualdad en los momentos actuales en que meramente da los
primeros pasos hacia el tránsito del capitalismo al comunismo. Por eso es
necesario mantener por cierto tiempo una remuneración más alta para los
especialistas, para que ellos puedan trabajar mejor y no peor que antes. Para
lograr ese objetivo no se puede renunciar al sistema de premios por el trabajo
más exitoso y específicamente, el más organizativo.” (8)
"En la esfera de la distribución,
la tarea del Poder soviético en la actualidad consiste en continuar
incesantemente la sustitución del comercio por la distribución de productos de
forma planificada y organizada a
nivel de todo el Estado". (9)
En
este texto se manifiestan las distintas ideas que sobre la dirección económica
se debatieron en el VIII Congreso. En el primer párrafo se reconoce que no es
posible implantar de inmediato la igualdad de salario y de consumo y se define
que esta igualdad se lograra en el comunismo total, y que en el periodo de transición del capitalismo al comunismo hay que estimular materialmente a
los especialistas de alto nivel técnico, o sea, que no puede implantarse la
igualdad absoluta en la esfera del
salario y del consumo.
Sin
embargo, en el segundo párrafo se plantea que una de las tareas inmediatas del
Poder soviético consiste en sustituir el comercio por la distribución
planificada de los productos a escala de todo el país. Aquí está presente la
idea, superada más tarde, de contraponer el plan al mercado, a la ley del valor
y a otras categorías mercantiles.
En
definitiva, el Congreso se manifestó resueltamente por no eliminar de inmediato
el dinero y la circulación monetaria.
Terminada
la guerra civil con la victoria del Poder soviético sobre los interventores
extranjeros y la contrarrevolución interna, la situación del país cambió
radicalmente. Las condiciones del peligro militar para la Revolución, que
determinaron la adopción de la política del “comunismo de guerra", habían
desaparecido en lo fundamental.
En
las nuevas condiciones, los principios del
"comunismo de guerra" tenían que ser cambiados.
Un
momento importante en la comprensión del papel de las relaciones monetario -
mercantiles en la construcción del socialismo fue el paso del período del
"comunismo de guerra" a la Nueva Política Económica (NEP). Este
cambio en el método de dirección de la economía soviética fue concebido y
dirigido por Lenin y en él se refleja la profundización del pensamiento
marxista sobre la producción mercantil en las condiciones de la construcción
del socialismo.
Este
cambio propuesto, cuya aplicación dio lugar a la Nueva Política Económica,
restableció los principios de la construcción del socialismo en el período
relativamente normal de desarrollo de la República Soviética y constituyó un
importante aporte a la teoría marxista de
la economía socialista.
Lenin
demostró que el "comunismo de guerra" constituía una medida
provisional impuesta por las condiciones particulares de la guerra civil que se
desató en Rusia, y no el método necesario e inevitable para todos los países
que construyen la nueva sociedad. El método permanente y que se repetiría como
una necesidad en todos los países era el que reflejaba la NEP, la cual
constituía la continuación, en las nuevas condiciones, del acertado plan de
construcción socialista aprobado por el Gobierno soviético en abril de 1918 y
que contemplaba la utilización de las palancas económicas, el mercado, los
bancos y el dinero para la construcción del socialismo. El "comunismo de guerra" fue un
paréntesis eventual en el camino inevitable de la utilización de las relaciones
monetario-mercantiles en la construcción del socialismo.
Lenin
comprendió que con la terminación de la guerra era necesario modificar los
métodos de dirección e introducir, junto a los administrativos, nuevos métodos
económicos.
La
NEP fue discutida y aprobada por mayoría en el X Congreso del Partido, en marzo
de 1921, y se reafirmó en la X Conferencia de toda Rusia del Partido, en mayo
del mismo año. En esta Conferencia se
discutió el trabajo de Lenin "Sobre el impuesto en especie".
La
esencia del cambio en los métodos de dirección económica del "comunismo de
guerra" a los de la Nueva Política Económica consistía en sustituir el
acopio forzoso de los productos agrícolas por el impuesto en especie. Aunque
las categorías económicas no se extendieran de inmediato al resto de los sectores productivos, la implantación del impuesto
en especie contenía un aspecto económico de profunda significación posterior.
La
aplicación de la nueva política económica era, en su esencia, una cuestión
política, pues el impuesto en especie conduciría al fortalecimiento de la
alianza obrero-campesina y las relaciones de estas dos clases determinaba el
destino de la revolución socialista en Rusia.
La tarea consistía en movilizar a la masa campesina hacia el socialismo
empleando los métodos económicos más conocidos por ella.
Lenin
aclaró que la NEP no conduciría a debilitar las bases del socialismo, sino por
el contrario, mientras el poder político estuviera en manos del proletariado,
la NEP sumaba a este poder político, el poder económico. La esencia del cambio
consistía en que el campesino tenía que pagar de su producción un impuesto en
especie al Estado. Lo que le quedaba por
encima de este impuesto, podía usarlo en el aumento de su economía, en el
consumo personal o en el intercambio por productos industriales y artesanales
en los marcos del mercado local. De
hecho se estimuló la circulación de mercancías y el uso del dinero en este
intercambio mercantil.
Lenin
comprendió la necesidad de las relaciones mercantiles entre la ciudad y el
campo para el desarrollo de la construcción del socialismo y concibió una
ampliación de las formas económicas de estas relaciones.
En
su ya mencionado artículo "Sobre el impuesto en especie", de abril de
1921, planteó: "Una política
acertada del proletariado, que ejerce su dictadura en un país de pequeños
campesinos, es el intercambio del trigo por los artículos industriales
necesarios al campesino. Unicamente tal
política de abastecimiento responde a las tareas del proletariado; sólo esta
política es capaz de consolidar las bases del socialismo y llevarlo a la
victoria completa. El impuesto en especie representa la transición hacia
ella". (10)
Las
concepciones teóricas sobre la base de las cuales se formuló y aplicó la NEP no
abarcaban todas las posibilidades del empleo de las relaciones
monetario-mercantiles en la construcción del socialismo; pero sentaban las
bases para ello.
La
necesidad de la NEP se explicaba a partir de las distintas formas de propiedad
sobre los medios de producción en el periodo de transición del capitalismo al
socialismo. El "comunismo de
guerra" había avanzado demasiado hacia las formas comunistas de
distribución y era necesario un "repliegue" para asegurar que la masa
de campesinos pobres y medios continuara comprendiendo y apoyando la
Revolución.
Se
concebía la NEP fundamentalmente como un intercambio de productos y un
desarrollo del mercado y el comercio sólo en el ámbito local. Poco a poco las
palancas económicas fueron abarcando una escala mayor en el mercado y las
relaciones monetarias y financieras comenzaron a jugar un papel más activo en
la dirección de la economía soviética.
Rusia
era un país con una enorme masa de pequeños productores, e incluso, una
economía patriarcal bastante generalizada. La guerra había destruido en gran
parte la economía, con lo cual la restauración de la gran industria
sufrió un gran retraso y la ruina
del pequeño productor se agravó aún más.
En
estas condiciones era imprescindible aplazar el desarrollo de la gran industria
y el único camino que podía iniciar la recuperación de la economía nacional era
el resurgimiento de la pequeña producción campesina y de la pequeña industria.
La miseria y la devastación eran tales que no se podía restablecer de golpe la
gran producción fabril, la producción estatal socialista.
En
las condiciones de Rusia, con un gran peso de pequeña economía campesina, Lenin
planteó que la libertad de comercio generaría el capitalismo, pero que ello no
era inevitablemente fatal para el socialismo. Era necesario que el Estado
soviético fuera capaz de movilizar a la pequeña producción mercantil y
encauzarla hacia el socialismo. El camino hacia el socialismo pasaba por el Capitalismo
de Estado.
Lenin
concibió cuatro formas principales de capitalismo de Estado en la Rusia de
entonces: las concesiones a los capitalistas
extranjeros; la cooperación
(cooperativas de créditos y de
consumo, tanto agrícolas como comerciales); el comerciante privado; y el arriendo por el Estado al
capitalista industrial.
La
política económica planteada por Lenin concebía la movilización de estas
fuerzas por la única vía que dichas fuerzas entienden: el intercambio y la
libertad de comercio. Con ello, Lenin fundamentó la utilización de las
relaciones mercantiles en el período de transición del capitalismo al
socialismo. Dada las circunstancias de aquel momento, esta utilización se limitaba
a las relaciones con la pequeña producción mercantil y la causa de su existencia se veía en la presencia simultánea de
diferentes tipos de economía social en el periodo de transición al socialismo.
El
intercambio de mercancías se continuaba considerando únicamente capitalista. Su
empleo se concebía como una necesidad impuesta por un tipo de economía ajeno al
socialismo: la pequeña producción mercantil y el capitalismo.
En
la obra de Lenin "Sobre el impuesto en especie" se expresa claramente
toda esta concepción de aquel momento acerca del empleo de las relaciones
mercantiles por el Estado socialista.
“El desarrollo de la pequeña hacienda
es un desarrollo pequeño burgués, un desarrollo capitalista, ya que existe el
intercambio; esta es una verdad indiscutible, una verdad elemental de la
Economía Política...".
“¿Qué política puede, pues, realizar
el proletariado socialista ante semejante realidad económica?...”.
“...o bien intentar prohibir, impedir
por completo todo desarrollo del intercambio privado, no estatal, es decir el
comercio, esto es, el capitalismo, inevitable con la existencia de millones de pequeños productores. Esta política
sería absurda y suicida para el
partido que tratara de ponerla en
práctica...”
“.. O bien (la única política posible
y la única prudente) no tratar de prohibir o impedir el desarrollo del
capitalismo, sino tratar de meterlo en el cauce del capitalismo de
Estado...".
"¿Es posible la combinación, la
unión, la compatibilidad del Estado soviético, de la dictadura del proletariado
con el capitalismo de Estado?.”
“Claro que es posible...".
"Todo el problema- tanto en
teoría como en la práctica- consiste en encontrar los métodos acertados de cómo
se debe llevar precisamente el inevitable (hasta cierto grado y por un plazo determinado) desarrollo
del capitalismo al cauce del capitalismo de Estado, en qué condiciones hacerlo
y cómo asegurar, en un futuro
próximo, la transformación del capitalismo de Estado en socialismo". (11)
"Hay que desarrollar por todos
los medios y a toda costa el
intercambio, sin temor al capitalismo, puesto que lo hemos metido en un marco
bastante estrecho (por la expropiación de los terratenientes y de la burguesía
en la economía, por el poder de los obreros y campesinos en política), bastante "moderado". Tal es la
idea fundamental del impuesto en especie, tal es su significación
económica". (12)
"Esto podrá parecer una paradoja:
¿el capitalismo privado en el papel de auxiliar del socialismo?".
“Pero no es ninguna paradoja, sino un
hecho de carácter económico absolutamente incontrovertible". (13)
A
fines de 1921 y hasta su muerte, ocurrida el 22 de enero de 1924, Lenin
continuó profundizando en la teoría económica del socialismo. De este último período de su vida son los
aportes principales que sientan las bases para el desarrollo posterior de las
concepciones acerca de la utilización de las relaciones monetario - mercantiles
no sólo en el periodo de transición, sino, en la propia economía socialista.
Ya
en octubre de 1921, Lenin comprendió que los criterios que habían sustentado la
aplicación de la NEP habían sido
superados en la práctica. Con la NEP se
pensaba desarrollar, en el ámbito local, el intercambio de productos entre el
campesinado y el proletariado. En realidad,
la libertad de dicho intercambio condujo al comercio mediante el dinero, cuya
esfera de influencia desbordó el marco local y trascendió a la economía
nacional.
Ante
estos hechos, Lenin llegó a la conclusión de que lo correcto no era tratar de
llevar el mercado hacia atrás, hacia el intercambio de productos tal y como se
había concebido antes, sino continuar desarrollando el mercado y la circulación
monetaria. En esta alternativa, el
Estado debía jugar un papel activo y conducir dicho mercado y dicha circulación
monetaria por cauces que condujeran a la construcción del socialismo, a través
de la acumulación para el resurgimiento de la gran industria.
Esta
idea del desarrollo de la NEP la planteó Lenin en octubre de 1921, al
intervenir en la VI Conferencia del Partido en la provincia de Moscú. En
esa ocasión explicó:
“Proyectábamos realizar en todo el
país un intercambio, más o menos socialista, de artículos industriales por
productos del agro, y gracias a este
intercambio restablecer la gran industria como fundamento de la organización
socialista. Pero, ¿qué ocurrió?. Ustedes saben perfectamente, a través de los
hechos y también de nuestra prensa, que el intercambio de mercancías fracasó y
tomó la forma de compra - venta".
"... Debemos admitir que el
retroceso no fue suficiente, que es indispensable retroceder un poco más aún,
dar otro paso atrás en la transición del capitalismo de Estado al control
estatal de la compra - venta y la circulación monetaria. El intercambio de
mercancías fracasó; el mercado resultó ser más fuerte que nosotros, y en lugar
del intercambio de mercancías, se operó la simple compra y venta: el
comercio".
“Debemos ajustarnos a ella, porque de
lo contrario la fuerza espontánea de la compra y la venta, de la
circulación monetaria, nos arrollará". (14)
En
esos momentos Lenin continuaba considerando la utilización de las relaciones
monetario - mercantiles en la revolución
socialista solamente como una necesidad impuesta por los vestigios de un
régimen social ajeno al socialismo. El
empleo de las relaciones mercantiles era considerado como un paso atrás en la
edificación de una economía socialista, que hasta entonces se había concebido
alcanzar de forma inmediata y diferente, prescindiendo de la utilización de las
relaciones mercantiles.
Lenin
planteó que en las condiciones de Rusia, con una enorme masa de pequeños
productores, la construcción del socialismo se llevaría a cabo dando un rodeo,
por la vía más larga, y no directamente. Haber descubierto la necesidad de este
rodeo para lograr la edificación socialista es un mérito de Lenin. Con esta
idea, se enriqueció el marxismo y su teoría económica del socialismo. Hoy se
puede asegurar que lo que entonces se consideraba un rodeo es, en realidad, el
único camino posible para construir el socialismo.
En
su artículo "La importancia del oro, ahora y después de la victoria total
del socialismo", escrito en noviembre de 1921, Lenin planteó:
“...Pienso que cuando triunfemos en
escala mundial construiremos mingitorios públicos de oro en las calles de
algunas de las más importantes ciudades del orbe".
"Por el momento es necesario
economizar el oro en la RSFSR (República Socialista Federativa Soviética de
Rusia. -N.A-.), venderlo más caro, adquirir con él mercancías a precios más
bajos". (15)
La
comprensión de Lenin acerca de que la construcción de la economía socialista en la URSS era un fenómeno totalmente
nuevo y que había que estar preparado para aplicar las formas más variadas de
dirección, aún no previstas anteriormente, lo demuestra el siguiente párrafo de
su obra ya mencionada:
"...Todas las formas económicas
de transición son admisibles, y es preciso
saber emplearlas, puesto que son necesarias para fortalecer los vínculos entre los campesinos y el proletariado, para reanimar enseguida la economía en un país agotado y arruinado, para elevar el nivel de la industria". (16)
A
fines del propio año 1921, Lenin
comenzó a vincular el uso de las
relaciones mercantiles con las características del sector socialista de la
economía, planteando que uno y otro
no se contraponen antagónicamente. En carta
a G.M. Krzhizhanovski, en diciembre de 1921, Lenin escribió:
"...la nueva política económica
no modifica el plan económico estatal en su conjunto ni se sale de sus marcos,
sino que modifica sólo el modo de abordar su realización". (17)
Lenin
abordó de lleno los métodos económicos de dirección de la economía socialista y
su aplicación en el sector estatal socialista. En carta a Sokolnikov, entonces
Ministro de Finanzas, el 1ro de febrero de 1922, planteó los principios del cálculo
económico en las empresas socialistas de la forma siguiente:
"...Pienso que los trusts y las empresas que funcionan sobre la
base del cálculo económico han sido creados precisamente para responder ellos
mismos, y además por entero, de la
rentabilidad de sus empresas...".
"Si después de haber creado los
trusts y las empresas basados en el
cálculo económico, no lográramos asegurar plenamente y en el terreno mercantil
nuestros intereses, seríamos unos tontos de remate". (18)
En
enero de 1923, Lenin definió el
carácter socialista de las cooperativas en la URSS. En su conocida obra
"Sobre la cooperación", analizó cómo la organización cooperativa,
bajo el capitalismo, no tenia carácter socialista ni constituía el camino al
socialismo. Los viejos socialistas
utópicos que soñaban con el cooperativismo como vía para construir el
socialismo, no comprendían que en aquellas condiciones lo fundamental no era la
cooperativa, sino la lucha política de la clase obrera por derrocar el dominio
de los explotadores.
Después
de ese derrocamiento, llevado a cabo en Rusia, el papel de las cooperativas
cambia por completo y adquiere un contenido socialista, constituyendo el camino
más sencillo, fácil y accesible para el campesino en su desarrollo hacia el
socialismo. Lenin lo planteó así:
"... Cuando los medios de
producción pertenecen a la sociedad, cuando es un hecho el triunfo de clase del
proletariado sobre la burguesía, el régimen de los cooperativistas cultos es el socialismo". (19)
"...Si pudiéramos organizar en cooperativas
a toda la población, pisaríamos ya con ambos pies terreno socialista". (20)
Esta
definición de Lenin establece que las categorías económicas pueden cambiar de
contenido según el régimen social en que se desarrollen. A su vez, la definición del carácter
socialista de las cooperativas tiene especial importancia para el desarrollo de
la economía política del socialismo. Con ella se postula que las relaciones
mercantiles, el uso del dinero y otras palancas económicas, que relacionan
entre sí al Estado proletario y a las cooperativas socialistas, surgen no
solamente sobre la base de la pequeña producción mercantil y el capitalismo,
sino que también hay causas en el propio sector socialista de la economía que
determinan la necesidad de la utilización de las relaciones monetario –
mercantiles, las cuales
pueden
existir sobre la base del sector socialista de la economía, donde no existen ni
la propiedad privada sobre los medios de producción, ni la explotación del
hombre por el hombre.
Este
documento de Lenin, unido a sus muchas apreciaciones sobre los principios, la
organización y los métodos de dirección económica en la construcción del
socialismo, permiten declarar que Lenin enriqueció la teoría económica marxista
en las nuevas condiciones históricas y sentó
las bases teóricas para la utilización de las categorías mercantiles en la
construcción de la nueva sociedad.
A
partir de las concepciones leninistas acerca de este tema y ampliándolas con
las experiencias actuales de China, Vietnam y Cuba, se puede afirmar que la
causa más profunda de la existencia de la producción mercantil en el socialismo
consiste en la falta de maduración de las relaciones socialistas de producción,
el relativamente bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y la insuficiente
generalización de la conciencia socialista y comunista en el pueblo, de la
cultura, el espíritu solidario y la educación ética, política e ideológica de
las masas. Todo ello se manifiesta en el incompleto grado de socialización de
la propiedad, de los medios de producción y del trabajo, lo que determina que,
en el socialismo, en el proceso de producción, distribución, cambio y consumo,
los productos aún tienen que seguir comparándose mediante una vía indirecta: el
valor de las mercancías.
También
hay que tener en cuenta que en el mundo de hoy, a inicios del Siglo XXI,
existen factores internacionales que contribuyen a la existencia de las
relaciones mercantiles en los países que adoptan el camino del socialismo. La
globalización mundial se desenvuelve según los patrones de la economía de
mercado capitalista, impulsada por los más ricos y poderosos países
imperialistas y las empresas transnacionales. Ello influye en las naciones que
deciden construir una nueva sociedad, las cuales, al conectarse con la economía
internacional, trasladan a su interior las relaciones mercantiles externas y
reflejan en su propia economía las manifestaciones internacionales de la ley
del valor.
NOTAS
BIBLIOGRÁFICAS
(1)
V.I. Lenin, Obras Completas, Tomo 1. Editorial Progreso, Moscú, 1981. Página 99.
(2)
y (3) Idem. Tomo 6. Página 21l.
(4) V.I. Lenin. Obras
Escogidas en tres tomos, Tomo 2. Editorial Progreso Moscú, 1981. Página 679.
(5)
Idem. Página 681.
(6)
Idem. Página 685-686.
(7)
Acuerdos del Partido y del Gobierno sobre cuestiones económicas (1917-1967),
Tomo I. Editorial de Literatura Política, Moscú, 1967. Página 28 (texto en
ruso).
(8) y (9) Idem. Página l37.
(10) V.I. Lenin. Obras
Escogidas en tres tomos, Tomo 3. Editorial Progreso, Moscú 1981. Página 616.
(11) Idem. Tomo 3. Página
617-618.
(12)
Idem. Página 625.
(13)
Idem. Página 627.
(14)
V.I. Lenin, Obras Completas, Tomo 33. Editora Política, La Habana, 1964. Página
83.
(15)
Idem. Página 98-99.
(16) Idem. Página 100.
(17) Idem. Tomo 35. Página
552.
(18)
Idem. Página 566 (cotejado con el texto en ruso).
(19) V.I. Lenin. Obras
escogidas en tres tomos, Tomo 3. Editorial Progreso, Moscú, 1981. Página 789.
(20)
Idem. Página 791.