Ramón Rodríguez Domínguez, al frente del módulo pecuario Camilo Cienfuegos
Situado a unos 8 kilómetros del poblado cabecera del holguinero municipio de Calixto García se erige el módulo pecuario Camilo Cienfuegos perteneciente a la Empresa Avícola holguinera, una iniciativa que con estirpe y tesón calixteño aspira en convertirse en un sólido proyecto para el autoabastecimiento alimentario.
Con ese fin 4 naves construidas de manera rústica muestran la valía de esta propuesta en las que ya se fomentan gallinas, codornices, conejos y ovejos para contribuir a la comercialización de huevos y carnes.
Pero lo que fue escepticismo en principio para algunos, hoy es una pura realidad que deslumbra a todo el que por allí transita al ver cuánto es posible lograr cuando la voluntad y el amor se unen. Así cuenta Ramón Rodríguez Domínguez, al frente del módulo pecuario Camilo Cienfuegos. “Esto aquí era maleza y bejucos empezamos de la nada y mira lo que hemos logrado iniciamos con 300 gallinas y ya hoy contamos con 1000, teníamos 1500 codornices en la primera crianza y ya hoy contabilizamos 5 mil, las reproductoras de ovino eran 33 y actualmente superan las 60 y en la reproducción cunícola se experimentan avances de igual manera, por eso estamos seguros de que SI es posible ser rentable y aportar a la alimentación de nuestro pueblo que es esencia de esta iniciativa ,confiesa este emprendedor calixteño que no dudó en asumir el reto ante el colectivo de trabajadores para sacar adelante este módulo pecuario de apenas dos años de creado.
Rodríguez Domínguez se ve confiado de su unido colectivo y asegura que para el 2023 tienen nuevos planes: “Este proyecto va en grande y estamos confiados de que lo lograremos porque contamos con garantía alimentaria pues de las 16 hectáreas de tierra que tenemos 7 están dedicadas a la siembra de productos como la caña, la yuca y otros renglones, que nos aseguran parte del pienso animal. Además recibimos parte de la provincia que lo dedicamos a las codornices que son pequeñas y no consumen tanto. Lo demás lo ponemos nosotros a fuerza de trabajo y constancia porque aquí siempre hay trabajo.
Por eso encontramos bien temprano a Moraima González Pupo en su ajetreo cotidiano. “Mi tarea es atender todas las aves, aquí paso buena parte del día y me gusta porque he dedicado toda mi vida a las labores del campo. Para trabajar aquí, confiesa, se necesita tener amor a los animales hay que cuidarlos y atenderlos bien para lograr resultados.
“Hemos decidido, cuenta González Pupo, apostar por la crianza de las gallinas Semirústicas y Campero mejorado, mira que salud tienen están a punto de poner y es muy bonito ver el desarrollo de estas aves que es fruto de tu labor diaria. “Tenemos un patio grande sembrado con plantas de frijol gandul, que además le ofrecen sombra y alimento a la vez, se le hace el pastoreo y en la tarde se llevan a su nave para evitar que algún animal les pueda ocasionar daños”, comenta orgullosa esta laboriosa mujer conocedora de la veterinaria, y ejemplo ante su colectivo por las destrezas y cuidados a sus animales.
En una de las naves colindantes Arnol Ávila López no se queda detrás y pone en práctica lo aprendido en su técnico medio en Agronomía. “Me encargo de cuidar los conejos tengo 11 reproductoras, 3 sementales, 4 gazapos y 8 en desarrollo todos machos. La limpieza diaria de las cazuelas del agua y la alimentación son claves para la salud de estos animales me gusta observarlos bien detenidamente, comenta el joven navero mientras explica con lujo de detalles la labor que además realiza para el fomento de ganado menor. “Parece fácil pero no lo es hay que tener cuidados con los ovejos para que no se te enfermen y agrega hay que alimentarlos bien, soltarlos al potrero después que no haya rocío para evitar los parásitos, mantener la limpieza y el suministro de agua.”
Así se abren paso con su quehacer diario los trabajadores del módulo pecuario Camilo Cienfuegos ubicado en la barriada de los Almácigos, convencidos de que con su dedicación y esfuerzo se pueden superar adversidades y salir adelante para llevar alimentos de calidad al pueblo
Vietnam trabaja por crear un entorno favorable, seguro y transparente para los inversores extranjeros, afirmó el primer ministro vietnamita, Pham Minh Chinh al reunirse con dirigentes de importantes grupos económicos luxemburgueses y europeos.
El primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, mantiene encuentro con dirigentes de grupos europeos. (Foto: VNA)
Luxemburgo (VNA) - Vietnam trabaja por crear un entorno favorable, seguro y transparente para los inversores extranjeros, afirmó el primer ministro vietnamita, Pham Minh Chinh al reunirse con dirigentes de importantes grupos económicos luxemburgueses y europeos.
El jefe de Gobierno señaló que Vietnam aboga por atraer inversiones con calidad, eficiencia, tecnología y protección del medio ambiente como principales criterios de evaluación.
En su conversación efectuada el 9 de diciembre con Luc Provost, director ejecutivo de B-Medical Systems, el jefe de gobierno apreció el plan de cooperación de ese grupo con el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Higiene y Epidemiología de Vietnam.
El primer ministro de Vietnam, Pham Minh Chinh, mantiene encuentro con dirigentes de grupos europeos. (Foto: VNA)
Pidió al grupo que continúe investigando e invirtiendo en la producción de equipos médicos de alta calidad en Vietnam, mientras impulsa la transferencia de tecnología a socios vietnamitas.
En el encuentro con Maxim Straus, vicepresidente y director financiero de la firma Cargolux, especializada en el transporte aéreo, Minh Chinh elogió las actividades del grupo en Vietnam durante más de 15 años y saludó su cooperación con las aerolíneas vietnamitas.
Se comprometió a continuar apoyando a Cargolux en sus actividades comerciales en Vietnam en los próximos tiempos.
Al conversar con Daniela Cattolico, dirigente del grupo SMS/Paul Wurth, el primer ministro propuso que la empresa comparta sus experiencias con los socios vietnamitas para ayudarlos a mejorar capacidades y cumplir con los estándares de la Unión Europea para avanzar hacia una economía verde, contribuyendo así al cumplimiento del compromiso de Vietnam de lograr cero emisiones netas para 2050./.
El Ministerio de la Agricultura de Cuba y la FAO proponen articular una red de fincas familiares y comunidades que desarrollen el turismo agroecológico.
Cuba estimula la modalidad de turismo agroecológico para diversificar los ingresos y mejorar las condiciones de las comunidades campesinas, además de educar y promover la diversidad ecológica y cultural, la equidad y la ética de nuevos modos de vida sustentable en el ámbito rural.
El sector turístico es uno de los más afectados en los últimos años, a partir de la contracción de la economía mundial generada por la covid-19. Según la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas, los viajes de turistas disminuyeron un 74 por ciento en 2020 con respecto a los datos de 2019.
Esta situación afectó sobre todo a países donde esa actividad económica tiene una fuerte representación en el producto interno bruto (PIB). En Cuba, hasta la llegada de la pandemia, el turismo representaba la segunda fuente de ingresos, con una contribución cercana al 10 por ciento al PIB.
Como parte de sus esfuerzos por frenar el decrecimiento de la llamada industria sin chimenea, la nación caribeña busca implementar las propuestas de política de turismo rural y de la política de agroecología. La primera reconoce que las experiencias de turismo rural son muy reducidas y sus diseños y gestión obedecen a iniciativas de algunos prestatarios estatales y no estatales, que perciben una oportunidad para el mejoramiento de sus ingresos.
Tales iniciativas se ven frenadas por diversos factores, entre ellos, la subvaloración de la actividad turística vinculada al mundo rural, la ausencia de experiencia en capacitación especializada y la carencia de estudios de los segmentos de mercado que consumen ofertas de turismo rural.
Otra variante considera el turismo agroecológico como una actividad complementaria a la producción de alimentos, con alto potencial para reactivar las economías locales, fomentar la práctica agroecológica y el diálogo de saberes.
En marzo de 2021, un grupo de expertos participó en varias sesiones, encuentros e intercambios para formular la política de agroecología para Cuba, luego presentada al Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, y al Consejo de Ministros.
El enfoque pretende contribuir al fomento de una agricultura sostenible en el país, a través de la implementación práctica de normativas que faciliten innovaciones y transformaciones sociotecnológicas basadas en los principios y procesos de la agroecología, para lograr los siguientes objetivos:
Continuar reduciendo las tierras improductivas y aumentar la eficiencia de los sistemas de producción.
Potenciar el aprovechamiento de las distintas fuentes renovables de energía.
Reducir el empleo de insumos externos en el país.
Aumentar la autogestión de los territorios y contribuir a la repoblación rural, al adoptar medidas que estimulen la incorporación, permanencia y estabilidad de la fuerza laboral del sector agrícola, en especial jóvenes y mujeres, y el asentamiento familiar definitivo en los campos cubanos.
Propuesta conceptual
Según se define en dicha política, el turismo agroecológico es una alternativa que agrupa al conjunto de actividades organizadas por familias campesinas y la comunidad, como actividad complementaria a la producción de alimentos.
La familia y la comunidad vinculan a los turistas en su propio quehacer agroecológico, en diferentes actividades y en el valor de prácticas culturales, al reconocerse cada acción económica y cultural como parte de la vida y la identidad de la comunidad. Al respecto, se valoran aspectos de la política que deben refrendar, entre otros, principios o requisitos tales como:
Se fundamenta sobre el desarrollo de la agroecología a nivel territorial.
Promueve el enfoque de la granja a la mesa favoreciendo circuitos cortos y una ecogastronomía que identifique al territorio y a la cultura campesina.
Desarrolla encadenamientos productivos.
Potencia el enfoque de economía circular y el uso de energía renovable en su sistema.
Favorece una cultura alimentaria que rescata la biodiversidad, los productos inocuos y sanos, con identidad local.
Promueve la arquitectura del paisaje y el rescate del patrimonio rural relacionados.
Innova con nuevas producciones y productos con valor agregado.
Establece relaciones de alianza con el gobierno local para facilitar gestiones.
Conecta con la ciencia a través del establecimiento de relaciones con universidades, institutos, asociaciones, para intercambiar conocimientos, habilidades e innovaciones que favorezcan y promuevan la conservación de los recursos naturales y el conocimiento.
Se vincula a experiencias de turismo rural o ecoturismo con actores vinculados al sector.
Estimula la responsabilidad social de su iniciativa.
Emplea las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs) en la gestión de sus actividades.
Resiliencia socioecológica
Cumplir esos requisitos deviene una meta elevada, pero llegar a este nivel de reconocimiento constituye un incentivo para el fomento de nuevos emprendimientos de turismo, que puede significar un salto en la generación de ingresos y la mejora de la vida, a partir de reinvertir en diseños más eficientes, tecnologías e infraestructuras apropiadas que apoyen la resiliencia socioecológica.
De esta forma, se puede seguir fortaleciendo la capacidad para reabsorber los choques externos, adaptarse y transformarse, para desarrollar la cultura agrícola local en armonía con la naturaleza y las expectativas de las familias rurales.
Por supuesto, más allá del interés propio de las familias y comunidades, se precisa de la existencia y articulación de políticas públicas coherentes y complementarias para la transversalización de los principios de la agroecología en diferentes programas nacionales.
En la escala local, ello puede contribuir a promover nuevas actuaciones de la sociedad en el fomento de la diversidad ecológica y cultural, propiciar condiciones favorables de vida en el campo y la producción sostenible de alimentos, la gobernanza descentralizada y una gestión local flexible de emprendimientos vinculados a los sistemas alimentarios.
El turismo agroecológico podría ser un atractivo y un incentivo para la incorporación de familias, mujeres y jóvenes a la actividad agrícola.
Turismo sostenible
Especialistas como Idalmis Acosta, Fernando Marrero, Estrella María de la Paz y María del Rocío Gómez (2019) señalan que el estudio del turismo se hace generalmente desde la dimensión económica, sin abarcar las demás dimensiones de la sostenibilidad.
Resaltan que esto provoca la descaracterización de la cultura local, la reproducción de estereotipos, el aumento de la pérdida del placer y el resentimiento en la relación turista-visitante.
En el turismo de Cuba confluyen tanto las entidades estatales como el sector privado, con fórmulas de gestión y operación diferentes y distintas características de instalaciones, donde se reconocen superiores y más eficientes en el sector privado.
El sector estatal crece en hoteles en zonas de playa principalmente, bajo el régimen comercial de todo incluido, mientras que los empresarios privados diversifican más su presencia habitacional en ciudades patrimoniales, capitales de provincias y otras áreas urbanas, sin olvidar las zonas de playa, pero con alojamientos pequeños.
A juicio de expertos como Eduardo Salinas, en El turismo en Cuba: Desarrollo, retos y perspectivas, la oferta del sector privado favorece el desarrollo de experiencias más auténticas en lo cultural y más ecológicas en lo ambiental para los turistas.
En el país, la oferta fundamental es el turismo de sol y playa, combinado con actividades náuticas, pesca, buceo y otras. También tiene presencia el turismo de ciudad asociado con valores patrimoniales, históricos y culturales, que se mezcla con el turismo de eventos, reuniones y actividades educativas.
Mucho más relegado quedan el turismo de salud, rural y el de naturaleza y aventuras, aunque después de 2010 se aprecia su crecimiento en capacidades por pequeños emprendedores privados, como en el Valle de Viñales y Soroa, en Pinar del Río –provincia más occidental de Cuba–, así como en Trinidad, Sancti Spíritus, en el centro del país.
El establecimiento del modelo turístico de sol y playa, bajo la forma operacional de todo incluido, a pesar de considerarse el mejor para obtener ganancias a corto plazo, en la práctica conduce a un alto consumo de recursos y la posible pérdida y el deterioro de los atractivos turísticos que le dieron origen. En cierta medida, se contrapone al discurso de la sostenibilidad, considera Salinas.
Entre los recursos que dependen en gran por ciento de las importaciones, se encuentran los productos alimenticios para abastecer la demanda. Esto afecta la identidad de la gastronomía cubana pues, incluso presentando platos típicos de la comida criolla, se elaboran con productos provenientes de otros países, con una marcada huella ecológica y sociocultural en su elaboración, transportación y almacenamiento.
El turismo agroecológico devendría un sector especializado que tributaría directamente a disminuir los efectos negativos de otras formas de turismo convencional y a fomentar una cultura turística en la construcción de conocimientos y valores éticos, de normas de relación entre los seres humanos y con la naturaleza.
Retos del turismo agroecológico en Cuba
Ciertos elementos desfavorables del contexto cubano requieren soluciones rápidas y eficientes, como la dependencia de importaciones de alimentos e insumos para la producción, las tierras agrícolas ociosas, la poca representación de jóvenes y mujeres en el campo, la población rural envejecida, la creciente migración, los efectos del cambio climático y la recesión económica.
El desarrollo del turismo agroecológico puede incentivar a nuevas familias y comunidades a vivir en el ámbito rural y participar en la producción de alimentos con valor agregado, integrados a sistemas alimentarios locales, sostenibles y resilientes.
[…] se desaprovechan iniciativas de integración con el entorno rural y comunitario, que desde el enfoque agroecológico podrían promover alternativas viables para la mejora de la calidad de vida en la agricultura familiar y el desarrollo de prácticas sostenibles.»
Esta modalidad de turismo no existe en el país, que se centra principalmente, como se dijo antes, en el turismo de sol y playa, de ciudad y vida nocturna, histórico y cultural, sin una articulación directa con los sistemas alimentarios locales dependientes de un importante volumen de importaciones para garantizar ofertas alimentarias a los turistas.
Por tanto, se desaprovechan iniciativas de integración con el entorno rural y comunitario, que desde el enfoque agroecológico podrían promover alternativas viables para la mejora de la calidad de vida en la agricultura familiar y el desarrollo de prácticas sostenibles.
Más allá de obtener beneficios a través del entorno natural, el turismo, que muchas veces provoca comportamientos poco sensibilizados con el medio ambiente, debe incorporar acciones colectivas y participativas.
Debe brindar vivencias que posibiliten, por una parte, la creación de oportunidades e incentivos para la incorporación de jóvenes y familias al campo y, por otra, brindar al turista el disfrute de bienes culturales y socioproductivos, desde el respeto y fomento de la diversidad ecológica y cultural de los territorios.
Aprovechar una oportunidad
Según Zurab Pololikashvili, Secretario General de la Organización Mundial del Turismo, la crisis generada por la covid da la oportunidad de “replantearnos cómo ha de ser el sector turístico y su aportación a las personas y al planeta; la oportunidad deque, al reconstruirlo, el sector sea mejor, más sostenible, inclusivo y resiliente, y que los beneficios del turismo se repartan extensamente y de manera justa».
En el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social(PNDES) 2030 se considera conveniente la diversificación del “producto turístico”. La promoción del turismo agroecológico debe tributar a ello. La práctica de esta modalidad tiene presencia en diversos territorios cubanos, en general, de forma empírica y sin una formalización oficial y coherente con las prácticas desarrolladas.
En este sentido, resulta favorable que una de las 63 nuevas medidas para potenciar la producción de alimentos en el país reconoce la necesidad de desarrollar el diseño y la gestión de productos de turismo de naturaleza y rural en las empresas estatales, cooperativas y productores agropecuarios.
Concebida para áreas agropecuarias y forestales, la propuesta se refiere a“la modalidad de proyectos de desarrollo local en que se autofinancien, aporten a los presupuestos locales, contribuyan a la conservación del medioambiente y al incremento y diversificación de producciones agropecuarias”.
Acción conjunta de Minag y FAO
En estos momentos, el Ministerio de la Agricultura de Cuba y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proponen un proyecto de colaboración que concibe una red articulada de fincas familiares y comunidades enfocadas en desarrollar el turismo agroecológico.
La iniciativa plantea aprovechar las experiencias más relevantes y exitosas, a partir de buenas prácticas, potenciarlas y fomentar la institucionalización de esta modalidad para contribuir a extender esas experiencias hacia otros actores en alianza con los gobiernos municipales.
De ese modo, es posible favorecer la conversión del turismo agroecológico en uno de los ejes de las estrategias de desarrollo municipal, a la vez que contribuya positivamente a la sostenibilidad y la resiliencia de los sistemas alimentarios locales.
El proyecto pretende fomentar el turismo agroecológico y de proximidad, restableciendo o reforzando el vínculo rural-urbano, respetuoso de la naturaleza, el rescate de la gastronomía y la cultura rural cubana, al ofrecer incentivos para la incorporación de jóvenes.
Asimismo, busca contribuir a la incorporación de productoras y productores al manejo de las tierras ociosas, las entradas de divisas al país y al fortalecimiento de sistemas alimentarios locales y sostenibles con enfoque de género y generacional.
Además, responde a la exigencia cada vez mayor del mercado del turismo que aspira a servicios de alta calidad, en particular en el rubro alimentario (alimentos orgánicos y agroecológicos, gastronomía saludable y auténtica) con gran diversidad y trazabilidad; curiosidad y atracción por los alimentos con una historia, una identidad cultural, un valor ambiental y para la salud.
Avanzar en esta dirección requiere, por una parte, mayores competencias y autonomía local para el desempeño de funciones administrativas, financieras y gubernamentales; por otra, un cambio de paradigmas, de formas de trabajo, relacionamiento y acción de instituciones gubernamentales, actores locales y la población.
Esa articulación permitirá sortear de manera integradora los desafíos que plantea la evolución del sector turístico pospandemia, el problema alimentario y el desarrollo territorial sostenible y resiliente ante las crisis multidimensionales vigentes. (2022)