Al ser el socialismo un régimen sin explotación del hombre por el hombre el
proletariado en el momento de su declaración deja de existir como clase social.
Cuando investigamos sobre la definición de proletariado o proletario se
define como clase social formada por aquellos trabajadores que realizan sus
actividades utilizando los recursos de otra persona (el empresario) y recibe
una remuneración (salario) a cambio. En ese caso todas las herramientas y
medios necesarios son del empresario, por lo que el proletario se ve obligado a
continuar trabajado para un empleador a fin de poder pagar sus obligaciones de
subsistencia.
El origen se deriva del latín proletarius y aparece por primera vez en el
Imperio Romano para designar a los ciudadanos que no poseían ninguna propiedad
y los consideraban útiles solo para tener descendencia (Prole) y con ella
aumentar los soldados del ejército. Es decir que un proletario solo posee a su
prole.
En un país que declara que la propiedad de todos los medios de producción
es social (de todos sus ciudadanos), los trabajadores y pueblo en general dejan
de ser proletarios, para convertirse en dueños, desapareciendo el rol de
empresario – empleador – proletario y por ende desaparecen los principios de la
explotación del hombre por hombre.
Es una obligación (no cumplida) del Estado Socialista respetar el derecho
de propiedad de los ciudadanos y crear los mecanismos para que estos puedan
ejercer su papel de dueños desde el lugar que ocupan en la sociedad, no como
clase, sino de acuerdo a sus posibilidades y capacidades demostradas, dentro
del estado de derecho establecido y a las normas legales para la protección de cada
uno.
En nuestra Cuba de hoy, uno de los escasos países que aun declara su
condición de socialista, estos principios se alejan de la práctica diaria al
existir una separación del Estado (ente indefinido conformados por dirigentes y
funcionarios a cargo del administración de los bienes) y el resto de los
ciudadanos legalmente dueños de toda las riquezas e identificados erróneamente
como proletarios, o identificados así por conveniencia a fin de dejar claro que
el ejercicio de la propiedad es limitado, que en la práctica solo son dueños de
su prole.
Por otra parte se ha identificado y se define como categoría económica al
Empresario Socialista. Es como si se creara una nueva clase social que
sustituye a la burguesía, porque ejerce autoridad como dueño y limita la
participación de los trabajadores en la dirección empresarial. Estos
empresarios no son elegidos por los verdaderos dueños, por lo tanto responden a
los intereses de quien los elige, gobiernos, organismos e instituciones creadas
al efecto.
La burguesía en Cuba fue abolida radicalmente desde el 1968, esa ventaja política
para el desarrollo social que la Ofensiva Revolucionaria llevo a cabo nos
colocó en una situación privilegiada para
inicial la creación de una nueva Formación Económica Social basada en un modo de producción sin
explotación.
Pero la ventaja no fue utilizada racionalmente (objetivamente), cayendo en
ideales de utópica envergadura, al obviar precisamente que ya el proletariado
había desaparecido, que la conducción de la sociedad tiene que respetar por
encima de todas las cosas que los recursos no pertenecen a la elite gobernante,
que los trabajadores tienen que ejercer su derecho de propiedad y los
ciudadanos su derecho al resto de los bienes que no son medios de producción,
que cuando se habla en nombre del Estado
no se habla en nombre de la autoridad que representa para hacer cumplir las
ordenanzas, se tiene que hablar como humilde servidor público al servicio la
sociedad.
Los errores nos han llevado al retroceso, indeseado por unos y anhelado por
otros, de restituir la propiedad privada sobre medios de producción, que hasta
hoy no deben ser fundamentarles, pero sin establecer el límite de fundamentales
y no fundamentales.
Si los trabajadores del Estado pudieran ejercer su derecho de dueños,
serviría de ejemplo a los trabajadores privados sobre que es trabajar sin sentirse explotados. En estos
momentos ocurre lo contario los trabajadores privados (verdaderos proletarios)
se sienten felizmente explotados por las
ventajas recibidas, cuando en la realidad lo que se refleja es la diferencia en
el tipo de administración. El empresario privado refleja su capacidad
emprendedora y el empresario socialista refleja obediencia a quien lo nombró
(cumplimiento de todas las ordenanzas recibidas, leyes y trabas).
Un dueño no recibe salario, recibe utilidades. Un dueño no obedece, respeta
las leyes. Un dueño no espera orientaciones, ejecuta las acciones más
convenientes. Un dueño desde que amanece está pensando en cómo desarrollar su
empresa, no que le mandaran a hacer hoy.
Si queremos socialismo respetemos los principios, todos los caminos conducen a roma, el socialismo no tienen proletarios.