MILÁN – En los últimos años, la imagen de las tecnologías digitales en Occidente empeoró, conforme innovaciones que en otros tiempos fueron celebradas comenzaron a revelar sus costados negativos. Pero como todas las revoluciones tecnológicas, la digital es una espada de doble filo, que ofrece beneficios sustanciales a la par de enormes desafíos (y esto no sólo en Occidente).
Por ejemplo, hay estudios que muestran que en China, el comercio electrónico y las finanzas digitales contribuyeron a la tasa de crecimiento económico y lo hicieron más inclusivo. Empresas muy pequeñas (con un promedio de tres empleados) que no podían acceder a fuentes convencionales de crédito ahora consiguen financiación. También tienen acceso a mercados más amplios, a través de diversas plataformas digitales que en muchos casos proveen herramientas y datos que permiten mejorar la productividad y la calidad de los productos y obtener capacitación empresarial.
En general, las plataformas de comercio electrónico mejoran la inclusión financiera y económica cuando son abiertas y apuntan a ampliar el acceso a los mercados digitales, en vez de competir con las líneas de productos de sus propios usuarios. En cambio, la automatización digital, la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático tienen efectos contrarios a la inclusión (debido a una importante disrupción de los mercados laborales) que es preciso contrarrestar.
Al mismo tiempo, como en otros períodos históricos de transformación tecnológica, es de esperar que conforme nos internemos más en la era digital, haya cambios importantes en los precios relativos de bienes, servicios y activos. En lo referido a los puestos de trabajo, las habilidades asociadas con la creación o el uso de nuevas tecnologías se valorizarán, mientras que las habilidades para las que las tecnologías digitales son un sustituto superior perderán valor, y en algunos casos, en forma absoluta. Esta transición a un nuevo equilibrio llevará tiempo e impondrá costos en forma individual a trabajadores e industrias. Los gobiernos tendrán que responder con creación o ampliación de servicios sociales y regulaciones. Pero incluso en los mejores casos, el proceso no será fácil.
La automatización es sólo un aspecto de la revolución digital, pero plantea un gran desafío, sobre todo en lo relacionado con la distribución del ingreso. Sin embargo, cuanto más se demore la transición, más se tardará en hacer realidad los aportes de las nuevas tecnologías a la productividad y al crecimiento. Hoy muchos comentaristas se preguntan cómo es posible una tendencia de productividad descendente si estamos en medio de una revolución digital. Parte de la respuesta es que hay un retardo en la obtención de las habilidades necesarias para incorporar las nuevas tecnologías a todos los sectores y en los modelos de negocios y las cadenas de suministro.
Un problema relacionado se aplica a los países que están en las primeras etapas del desarrollo, donde la fabricación y el ensamblaje orientados a procesos y con uso intensivo de mano de obra han sido factores indispensables de un crecimiento sostenido. Los avances en robótica y automatización están erosionando la fuente tradicional de ventajas comparativas de los países en desarrollo. Es verdad que las plataformas de comercio electrónico pueden ser una alternativa parcial a la exportación de manufacturas, al acelerar la expansión de los mercados internos. Pero el verdadero trofeo es el mercado global. Sólo en la medida en que las plataformas digitales puedan extenderse para aprovechar la demanda global serán indicadoras de un modelo de crecimiento alternativo (siempre que no estén impedidas por aranceles y barreras regulatorias).
Otro componente clave de la revolución digital son los datos, debido al valor que tienen cuando se los combina, agrega y analiza con las herramientas correctas. El surgimiento de modelos de negocios basados en extraer este valor ha generado temor a la pérdida de privacidad. Un caso particularmente delicado es la información sanitaria (por ejemplo el análisis de ADN y los historiales clínicos), que tiene un importante potencial para la ciencia biomédica, pero que también puede provocar grandes daños si cae en las manos equivocadas. El desafío está en diseñar un marco regulatorio que asegure la privacidad y seguridad de los datos personales sin impedir modelos de negocios dependientes de su recolección y uso.
Más en general, los avances tecnológicos actuales plantean un enigma macroeconómico, ya que las tendencias de crecimiento y productividad parecen ir en dirección contraria a la esperada. Además del retardo de las habilidades, una posible explicación (que, por cierto, no refleja la opinión mayoritaria) es que la “revolución” digital no es tan revolucionaria.
Otra explicación es que las tecnologías digitales suelen tener estructuras de costo inusuales (aunque no exclusivas de ellas), con elevados costos fijos que luego dan paso a un costo marginal nulo o muy reducido. De modo que al distribuirse en una amplia variedad de aplicaciones y ubicaciones geográficas, el costo promedio de algunas tecnologías clave es insignificante. De hecho, a los muy valiosos servicios “gratuitos” que usamos se les ha fijado, apropiadamente, un precio que coincide con su costo marginal.
Asimismo, el poder y la utilidad de los productos digitales pueden crecer en forma exponencial por un costo mínimo. Los teléfonos inteligentes de la actualidad son más potentes que las supercomputadoras de mediados de los ochenta y cuestan mucho menos. Ahora bien, no es imposible que el enorme incremento del poder de cómputo logrado en los últimos veinte años por un costo adicional insignificante sólo haya aportado a los consumidores beneficios mínimos, pero también es sumamente improbable.
Y sobre todo, ninguna de estas mejoras aparece en las estadísticas económicas nacionales. No quiere decir esto que haya que descartar o revisar los datos de PIB; pero sí que tenemos que ser conscientes de sus limitaciones. El problema no es que el PIB sea una medición defectuosa del bienestar material (dejando a un lado cuestiones distributivas), sino que es incompleta: no incluye el incremento de la variedad de bienes y servicios que se ofrecen por un costo incremental negativo, ni el costado no material del bienestar individual o del progreso social más en general.
A futuro, esa misma dinámica de la estructura de costos promete producir grandes aumentos en muchas áreas del bienestar. Pronto la mayoría de los profesionales médicos tendrán asistentes digitales que los ayudarán a hacer diagnósticos (sobre todo en ciertos tipos de cáncer, retinopatía diabética y otras enfermedades crónicas), cirugías no invasivas o búsquedas de trabajos de investigación pertinentes. Y muchos de estos servicios estarán al alcance de personas de todo el mundo, incluidas comunidades pobres o de algún modo vulnerables. Asimismo, mejoras tecnológicas con costo marginal nulo o reducido pueden incidir considerablemente en la sostenibilidad, otro ingrediente clave del bienestar a largo plazo.
De hecho, es razonable prever que con el tiempo, la mayoría de los beneficios de las tecnologías digitales no entrarán en la estrecha dimensión del bienestar material cuantificable. Esto no implica descartar o minimizar los desafíos que habrá que confrontar en ese ámbito, en particular en lo referido a la desigualdad. Pero un abordaje sabio de estos problemas debe tener en cuenta el sostenido rebalanceo de beneficios, costos, riesgos y vulnerabilidades en la era digital.
Traducción: Esteban Flamini
MICHAEL SPENCE, a Nobel laureate in economics, is Professor of Economics at New York University’s Stern School of Business and Senior Fellow at the Hoover Institution. He was the chairman of the independent Commission on Growth and Development, an international body that from 2006-2010 analyzed opportunities for global economic growth, and is the author of The Next Convergence – The Future of Economic Growth in a Multispeed World.
Manifestantes en favor del Medicare. WIN MCNAMEE (GETTY IMAGES)
La Ley de Atención Sanitaria Asequible (ACA, por sus siglas en inglés) fue una reforma imperfecta e incompleta. Los compromisos políticos necesarios para sacarla adelante en el Congreso crearon un sistema complejo que dejaba fuera a demasiada gente. Su financiación también era insuficiente, y por eso, los copagos son a menudo dolorosamente elevados. Y la ley ha sido saboteada por los Gobiernos estatales controlados por el Partido Republicano, y desde 2017, por el Gobierno de Trump.
Sin embargo, a pesar de todo eso, la ley ha mejorado enormemente las vidas de muchos estadounidenses, y, en muchos casos, ha salvado vidas que, de otra manera, se habrían perdido por una atención sanitaria inadecuada. Los progresos han sido más espectaculares en los Estados que han intentado que funcione la ley. Antes de que la ACA entrase en vigor, el 24% de los adultos californianos que eran demasiado jóvenes para disfrutar de Medicare no estaban asegurados. Actualmente esa cifra ha descendido hasta el 10%. En Virginia Occidental, los no asegurados pasaron del 21% al 9%. En Kentucky, cayeron del 21% al 7%. En general, aproximadamente 20 millones de estadounidenses que no habrían tenido seguro sanitario sin la ACA ahora lo tienen.
Por otro lado, ninguna de las alarmantes predicciones que hicieron los conservadores sobre la ley se ha cumplido. No hundió el presupuesto, y, de hecho, los déficits han disminuido de manera constante incluso cuando la ACA entró en vigor. No ha disuadido a los trabajadores de aceptar trabajos: el empleo de los estadounidenses entre 25 y 54 años vuelve a ser como antes de la crisis económica. Y a pesar de los denodados esfuerzos de Donald Trump por socavarlo, el sistema no está en una “espiral mortal” porque las aseguradoras ganan dinero y las primas se han estabilizado.
A pesar de los esfuerzos de Trump por socavarlo, las aseguradoras ganan dinero y las primas se han estabilizado.
En resumidas cuentas, el Obamacare es un éxito. Y los ciudadanos estadounidenses desaprueban en gran medida los intentos republicanos de destruirlo, que se podría decir que es la principal razón por la que a los demócratas les fue tan bien en las elecciones de mitad de mandato.
Pero los republicanos siguen odiando la idea de ayudar a los estadounidenses a recibir la atención sanitaria que necesitan. Siguen decididos a destruir los avances que hemos conseguido. Y por si no se han dado cuenta, el Partido Republicano actual no cree que la voluntad de los votantes deba determinar la política, o que el Estado de derecho tal como se entiende normalmente deba limitar los esfuerzos de la derecha para conseguir lo que quiere.
Lo que me lleva a la demanda federal que actualmente se ventila ante el Tribunal de Apelación del Quinto Circuito, una demanda interpuesta por los fiscales generales de 18 Estados, y respaldada por el Gobierno de Trump. Esta demanda afirma que toda la ley es inconstitucional y debería anularse. Los argumentos de los demandantes son claramente engañosos y han sido planteados con evidente mala fe. Pero un juez de un tribunal inferior ya se ha pronunciado a favor de la demanda, y los primeros indicios dan a entender que los dos jueces nombrados por los republicanos del tribunal compuesto por tres jueces que estudia el recurso podrían estar de acuerdo.
Pero, esperen, ¿no hemos vivido esto ya antes? Sí. En 2012, el Tribunal Supremo dictaminó que el Obamacare era efectivamente constitucional. En un litigio fundamental, la constitucionalidad de la obligación personal (el requisito de que las personas estén aseguradas o paguen una multa), el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, dictaminó que la multa constituía un impuesto, y que los impuestos son claramente constitucionales. Por tanto, la ley se mantuvo.
Entonces, ¿por qué se está volviendo a pleitear por esto? Bueno, en 2017, el Congreso controlado por los republicanos, después de resistirse a revocar la ACA, redujo la multa por no estar asegurado a 0 dólares, lo que eliminaba de hecho la obligación. Ajá, dijeron los que se oponían a la ley: como ya no se recauda dinero con la obligación, no es un impuesto, luego, es inconstitucional, y, por tanto, toda la ley lo es.
Hasta donde yo sé, una amplia mayoría de expertos legales considera que este argumento es ridículo, y por tanto, lo es. Después de todo, afirma que la ACA sería constitucional si el Congreso hubiese eliminado explícitamente la obligación, en vez de convertirla simplemente en irrelevante; la ley también sería constitucional si se hubiese mantenido una multa positiva, por muy pequeña que fuese, por ejemplo un dólar, porque entonces seguiría siendo un impuesto.
No soy abogado, pero estoy bastante seguro de que si un argumento legal tiene consecuencias absurdas, es un argumento absurdo. Sin embargo, como he dicho, un juez republicano ya ha dictaminado a favor de esta estupidez, y parece al menos posible que dos de los jueces del tribunal de apelación sigan su ejemplo. Incluso si lo hacen, el caso se recurrirá ante el Tribunal Supremo, que probablemente —probablemente— rechazará la demanda. Pero pocos se habrían imaginado que llegase lo lejos que ha llegado. Yo diría que lo que estamos viendo tiene dos consecuencias importantes. La primera es que el partidismo de la derecha ya ha corrompido gran parte del poder del judicial. A estas alturas, está claro que hay muchos jueces que se pronunciarán a favor de lo que quiera el Partido Republicano, independientemente de lo débiles que sean los argumentos legales.
La segunda es que, aunque el Obamacare forme parte ahora del tejido de la vida estadounidense, y aunque muchos de sus beneficiarios sean votantes republicanos piensen en su número en Kentucky y en Virginia Occidental, Trump y su partido están más decididos que nunca a acabar con él. Y lo que esto significa a su vez es que las elecciones de 2020 serán otro referéndum sobre la atención sanitaria. Si usted es un estadounidense que padece una enfermedad preexistente, o que no tiene un trabajo con beneficios sanitarios, debería saber que si Trump resulta reelegido, de una manera o de otra, le quitará su seguro sanitario.
Mesi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
El desempeño de la economía en 2018 se caracterizó por tensiones financieras, derivadas del recrudecimiento del bloqueo impuesto por EE.UU., el endeudamiento externo e ineficienicas en los procesos productivos, lo cual impactó en la ejecución presupuestaria del país, según valoró Mesi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios (MFP), al presentar ante el Parlamento la liquidación del Presupuesto durante el pasado año.
No obstante, elevar la racionalidad en la ejecucion de los montos permitió garantizar la sostenibilidad de servicios básicos a la población, las labores de recuperación de los daños ocasionados por eventos meteorológicos y la financiación a los principales programas sociales y políticas públicas aprobadas.
De acuerdo con el informe aprobado por los diputados, el Presupuesto registró un déficit fiscal de 8 mil 91 millones 300 mil pesos, inferior al aprobado en 3 mil 314 millones de pesos, marcado fundamentalmente por una inejecución de gastos de un 4%. Incide el incumplimiento del plan de inversiones, en tanto los ingresos se sobrecumplen en un 1%.
Los ingresos tributarios constituyeron el 74% del total de los recursos financieros recaudados, lo que demuestra la estabilidad del sistema tributario como principal fuente de recursos para el financiamiento de los gastos, tal y como se señala en el informe.
Aunque la recaudación del impuesto sobre Utilidades mostró un crecimiento del 7%, no alcanzó los niveles planificados y se dejaron de captar 186 millones de pesos, en lo que incidió además que 59 empresas cerraron con pérdidas, cuando solo dos de ellas habían previsto resultados negativos.
Los aportes de las formas de gestión no estatales representan el 12% de los ingresos. Con excepción de la contribución a la Seguridad Social estos recursos se destinan a los presupuestos municipales, donde participan en un 29%.
En cuanto a los trabajadores por cuenta propia, el informe indica que “persiste la morosidad en los aportes y la acumulación de deudas tributarias, en lo que urge la aplicación de medidas aprobadas para su enfrentamiento y solución”.
El superávit se produce cuando hay exceso de ingresos sobre gastos, lo contrario al déficit.
Dictamen sobre la liquidación del Presupuesto del estado del año 2018
Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
La Comisión de Asuntos Económicos, después de haber debatido la información del Ministerio de Finanzas y Precios sobre la liquidación del presupuesto, conocer los resultados de las auditorías realizadas por la Contraloría General de la República a este proceso y las acciones de control y fiscalización efectuadas por los diputados, emite de conjunto con la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, el siguiente dictamen:
Como se ha expresado la gestión de la economía en el año 2018 se desarrolló en un escenario caracterizado por fuertes restricciones financieras derivadas del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos, el endeudamiento externo, la recuperación de eventos climatológicos adversos, así como ineficiencias aún presentes en los procesos productivos y de servicios.
Los ingresos netos en este difícil contexto ascendieron a 57 mil 406 millones de pesos, con un sobrecumplimiento de 532 millones de pesos, que representan un 0.9 por ciento y mantienen el crecimiento sostenido de los últimos años, insuficiente de acuerdo con el potencial existente.
Del total de las fuentes, los ingresos tributarios y no tributarios que provienen del sector estatal son los fundamentales, en particular los de la empresa estatal socialista como el principal aportador y sustento de los logros sociales de la Revolución. Ratifica ello, la importancia de atender y resolver los problemas de ineficiencia e indisciplinas aún presentes.
Como muestra de esto último, 59 empresas registran pérdidas al cierre del año, cuando solo 2 habían planificado resultados negativos, por lo que urge lograr un uso más eficiente de los recursos financieros en las prioridades definidas por el país, apreciándose además deficiencias en la planificación.
Los ingresos de las formas no estatales presentaron una tendencia al crecimiento y representan el 12 por ciento del total. No obstante, se ratifica la necesidad de perfeccionar los métodos de fiscalización para enfrentar la subdeclaración de los tributos, la aplicación más efectiva de las medidas aprobadas para el enfrentamiento a la morosidad en los aportes y la acumulación de deudas tributarias de la cual cerca de un 50 por ciento pertenecen a este sector. Se requiere mayor exigencia, promover el aporte en la cuantía y oportunidad requerida, así como el incremento de la cultura y disciplina tributarias, de forma que se garantice captar todos los recursos del presupuesto.
Los ingresos tributarios registran un incumplimiento de 596.3 millones de pesos, lo que significa el 1.4 por ciento, incidiendo fundamentalmente los impuestos sobre Ventas, Utilidades y Fuerza de Trabajo.
La información evidencia un sobrecumplimiento de los ingresos no tributarios en un 7.6 por ciento, a partir de recibirse pagos pendientes del año anterior de los servicios médicos externos y el comportamiento favorable de los aportes por el Rendimiento de la Inversión Estatal que realizan las empresas.
Es evidente la reserva existente para la recaudación de ingresos debido a las deficiencias en el proceso de planificación y de los resultados en la gestión empresarial. Se impone perfeccionar los mecanismos de conciliación y análisis entre los factores que participan en la elaboración del plan.
El 51.5 por ciento de los ingresos que se captaron procedentes del impuesto sobre la venta de materiales de la construcción fueron destinados al subsidio a personas de bajos ingresos con necesidades para realizar acciones constructivas en sus viviendas y un 8,5 por ciento se transfirió al presupuesto central como reserva con igual propósito que no fue ejecutada totalmente. En el año se gastaron 846 millones de pesos para este subsidio, el 94 por ciento de lo destinado a dicho programa. Adicionalmente se asignaron 32 millones de pesos de la reserva central, a las provincias de Pinar del Río, Camagüey y el municipio especial Isla de la Juventud, requiriéndose de mayor oportunidad en la solicitud y asignación de estos recursos.
Fueron beneficiados más de 16 mil personas en el año, lo cual ratifica que es uno de los programas más sensibles y de mayor impacto social de la Revolución; sin embargo, quedaron sin distribuir por las provincias a los municipios 41 millones de pesos, en lo que influyeron fundamentalmente las provincias de Artemisa, Holguín, Camagüey y Santiago de Cuba, por lo cual los consejos de la administración deben agilizar la entrega de estos financiamientos. Especial atención deberá prestarse al financiamiento inmovilizado en poder de los subsidiados en los bancos comerciales.
Esta actividad fue objeto de fiscalización por diputados de varias comisiones, señalando subsidios pendientes de entregar, carencia de materiales de construcción, falta de conciliación entre las dependencias internas de la administración y las estructuras de la vivienda, inadecuado funcionamiento de las comisiones para el control y seguimiento de la tarea y problemas organizativos en la documentación, entre otras deficiencias que generan causas y condiciones que favorecen el delito y las ilegalidades .
Se recaudaron mil 137 millones de pesos de Contribución Territorial para el Desarrollo Local, aprobándose por los consejos de la administración un total de 523 millones de pesos, para la solución de problemas de sus territorios con impacto favorable en la población, pero distante de generar nuevas inversiones que, a futuro, incrementen los ingresos de municipios y provincias.
En relación con los gastos se ejecutaron 65 mil 498 millones de pesos, el 95,9 por ciento de lo planificado. En ello incidieron los incumplimientos en las inversiones materiales por atrasos en las importaciones y arribo de los equipos, en los cronogramas de ejecución de obras, y la dilación en los procesos de contratación, asuntos en los que debemos continuar trabajando para alcanzar la eficiencia necesaria.
En la actividad presupuestada se ejecutaron 37 mil millones de pesos, lo que representa el 61,5 por ciento del total de gastos corrientes, destinando estos recursos a los servicios básicos a la población. A la salud pública y la asistencia social se dedica el 28 por ciento de este presupuesto. Cada día se gastan en Cuba más de 29 millones de pesos en este sector, lo que permite mostrar indicadores de países desarrollados; más de mil 289 instalaciones garantizaron la atención primaria de salud en alrededor de 132 millones de consultas médicas y estomatológicas, así como los servicios hospitalarios.
Se favorecieron con el aumento de 70 pesos de las prestaciones monetarias que reciben, 99 mil 114 núcleos familiares protegidos por la Asistencia Social.
Se destinan diariamente a la educación alrededor de 22 millones de pesos, el 22 por ciento de los gastos de la actividad presupuestada. Con ello se garantizó la continuidad de estudios de más de un millón 827 mil estudiantes de todos los niveles de enseñanza.
En la actividad presupuestada es necesario utilizar normas de consumo y unitarias de gastos que contribuyan a una mayor eficiencia y racionalidad del gasto público.
Como respaldo al proceso inversionista, se destinaron a los Presupuestos Locales mil 101 millones de pesos, fundamentalmente al Programa de la Vivienda, lográndose la terminación de 15 mil 193, lo cual requiere un mayor control y exigencia en su ejecución.
Las actividades científicas y tecnológicas ejecutaron 890 millones de pesos, lo que representan como promedio diario más de 2 millones 400 mil pesos, el uno por ciento del Producto Interno Bruto. Se precisa perfeccionar el registro y análisis del gasto destinado a estos fines.
Por transferencias corrientes a la actividad no presupuestada se ejecutaron 23 mil 348 millones de pesos, en correspondencia con el plan de la economía. De ellos, 14 mil 356 millones estuvieron destinados en lo fundamental al financiamiento a la exportación y sustitución de importaciones, para aquellas empresas que con los ingresos que generan estas actividades, solo cubren parcialmente los costos de producción, entre las que se encuentran: azúcar, carne de cerdo, arroz y frijoles para el balance, leche, maíz para alimento animal y café.
Para subsidiar los niveles de precios minoristas de la canasta familiar normada que no cubren los costos, se destinaron 3 mil 609 millones de pesos, lo que permitió no incrementar los precios a la población y no afectar a las empresas de comercio minorista.
El presupuesto de la Seguridad Social ejecutó gastos por más de 6 mil 200 millones de pesos, el 99 por ciento, registrando un déficit de 994 millones de pesos subvencionado por el presupuesto central. Se respaldaron un millón 670 mil pensionados, con una tendencia al incremento de beneficiados y de las pensiones; fue financiada centralmente la medida de incremento de la pensión mínima a 242 pesos que benefició a 445 mil 748 personas protegidas por el régimen general.
Los presupuestos de los Órganos Locales del Poder Popular alcanzaron un superávit de 6 mil 28 millones de pesos, superior en un 5 por ciento a lo previsto, incidiendo la inejecución de los Gastos Corrientes y de Capital en 187 millones de pesos. Cierran con déficit inferior al planificado las provincias de Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba, el resto alcanzan superávit. Obtuvieron déficit 36 municipios de los 41 que lo planificaron, apreciándose una tendencia a mejorar los resultados locales con respecto al año anterior.
A partir de los daños provocados por el paso del huracán Irma y otros fenómenos meteorológicos ocurridos en años anteriores, fueron ejecutados 264 millones de pesos. Con estos recursos se financió la bonificación del 50 por ciento del precio de los materiales de la construcción vendidos a las personas damnificadas por la destrucción total o parcial de sus viviendas y el pago por la asistencia social a personas naturales por el importe de los materiales de la construcción y otros bienes.
Sobre el Sistema de Tesorería del Presupuesto del Estado, al cierre del año 2018, los saldos disponibles en las cuentas bancarias de los órganos, organismos y entidades ascienden a 3 mil 487 millones de pesos, como resultado de una inadecuada administración de los recursos financieros en las entidades presupuestadas y en las unidades de registro de tesorería. Este importe se constituye en anticipo de caja del año actual.
La ejecución presupuestaria registró un Déficit Fiscal de 8 mil 91 millones 300 mil pesos, el que resulta inferior al aprobado, dado fundamentalmente por la inejecución de los gastos en un 4 por ciento, determinado en parte por ineficiencia en su gestión.
Sobre la Deuda Pública, al resultar el Déficit Fiscal inferior al planificado, se redujo el endeudamiento previsto en 2,3 por ciento respecto al año precedente, lo que desacelera la tendencia creciente de los últimos años.
Los resultados de las auditorías practicadas por la Contraloría General de la República en la ejecución presupuestaria expresan que persisten deficiencias que requieren máxima atención. Entre las principales se encuentran:
Falta de exigencia y control por parte de los titulares y administradores de presupuesto y de rigor en el cumplimiento de la Ley 125 del Presupuesto del Estado para el año 2018.
Indisciplinas contables y financieras, falta de análisis desde los registros primarios.
Insuficiente utilización de las normas unitarias de gastos y de consumo material.
Deficiente control y gestión de los recursos materiales y financieros, incluidos los procesos de contratación, insuficientes reclamaciones ante el incumplimiento de lo pactado, tarifas y precios excesivos.
Falta de rigor en las verificaciones presupuestarias.
Fluctuación del personal técnico e insuficiente preparación en las Direcciones Globales de la Economía en provincias y municipios, así como en las áreas económicas en las unidades de base.
La solución de las deficiencias presentes debe constituir un imperativo del trabajo, fortaleciendo el papel de la contabilidad y el control interno.
Las comisiones de Asuntos Económicos y de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, consideran que el presupuesto liquidado responde a la Ley aprobada; requiriéndose pasar a un nivel superior en su planificación, ejecución y control, para lo cual cada implicado debe adoptar las medidas necesarias.
Por todo lo antes expuesto, dichas comisiones proponen a la Asamblea Nacional del Poder Popular, aprobar la siguiente recomendación:
Evaluar en la reunión de la Comisión de Asuntos Económicos previa al próximo período ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular:
La marcha del programa aprobado por el Ministerio de Finanzas y Precios, en su condición de organismo rector, para el fortalecimiento de la contabilidad en las entidades del país.
El trabajo realizado por los ministerios de Finanzas y Precios y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, para identificar y perfeccionar el registro y análisis del gasto destinado a las actividades científicas, tecnológicas y de innovación.
Los resultados del sistema de control y supervisión que aprobaron las organizaciones de dirección empresarial atendidas por el Ministro de la Agricultura para garantizar que los recursos financieros que transfiere el Presupuesto del Estado para financiar los subsidios por sustitución de importaciones, se correspondan con los niveles de producción reales.
El cumplimiento por la Oficina Nacional de Administración Tributaria del programa de medidas aprobado para el fortalecimiento de la administración tributaria y la disciplina en el interés de enfrentar la evasión fiscal.
Las comisiones de Asuntos Económicos y de Asuntos Constitucionales y Jurídicos, consideran que se cumplieron los propósitos y objetivos fundamentales para los cuales se concibió el Presupuesto del Estado para el año 2018, que garantizó la vitalidad, estabilidad y continuidad del proceso económico y social del país, por lo que propone a la Asamblea Nacional del Poder Popular que se apruebe el informe de liquidación del Presupuesto del Estado del año 2018 con la recomendación expuesta en este dictamen.
Alejandro Gil Fernández presenta la ejecución del Plan de la Economía en el primer semestre de 2019. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
La economía cubana se ha desenvuelto en el primer semestre del actual año en un contexto de restricciones, fundamentalmente de divisas y combustibles. No obstante, se cumplen niveles de producción esenciales para el desarrollo del país, valoró Alejandro Gil Fernández, titular de Economía y Planificación (MEP).
Al intervenir en el tercer periodo ordinario de sesiones de la IX Legislatura del Parlamento, el ministro argumentó que el periodo estuvo marcado por el arreciamentiento del bloqueo impuesto por Estados Unidos, la escasez de ofertas, sobre todo de productos de línea económica, así como el incumplimiento de las exportaciones, como el níquel y el turismo.
La economía mundial debe concluir este primer semestre con un crecimiento de un 3,3%, inferior al 3,7% proyectado en diciembre. Mientras se estima que América Latina y el Caribe cierre con un 1,4%, de un 2,2% previsto, argumentó el titular. “Ha sido un contexto de tensiones arancelarias y financieras, que impactan en la economía cubana”.
Gil Fernández informó que en 2018 el crecimiento del Producto Interno Bruto, a precios corrientes, fue de un 2,2%, superior al 1,2% estimado en diciembre de ese año.
Explicó que la nueva cifra proviene de conciliar todo el año financiero, pues la primera se construyó a partir de los resultados reales de la economía de julio, el cierre de septiembre y un estimado de diciembre.
Influyó en la corrección del PIB el crecimiento, por encima de lo estimado, del sector de la construcción, en el que inicialmente se calculó un decrecimiento del 2,2%, cuando realmente experimentó un alza del 9,3%.
También ocasionaron el cambio los aumentos de la Salud Pública (de 1,3% al 3 %) y de la agricultura, ganadería y silvicultura, que de una caída del 4,9% ahora se fija con un ascenso del 2,6%.
Gil Fernández puntualizó que estas modificaciones en el crecimiento del PIB de 2018 genera una base mayor para comparar los niveles de la economía en el presente año.
Al referirse a los resultados del primer semestre, el ministro significó que ante las restricciones en los portadores energéticos, ha sido necesario arreciar el control, así como poner los recursos energéticos en las prioridades establecidas en el plan y para respaldar los servicios a la población.
Con el objetivo de afrontar la situación actual, recordó que fue aprobado recientemente un conjunto de medidas, entre ellas sobresalen el incremento salarial en el sector presupuestado y 22 disposiciones para fortalecer la empresa estatal socialista, como actor fundamental de la economía cubana.
Comportamiento de actividades fundamentales de la economía
Parlamento cubano recibe un informe de la ejecución del Plan de la Economía en el primer semestre de 2019.Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
El ministro expuso el comportamiento estimado durante este primer semestre de actividades fundamentales:
Exportaciones: Se cumple al 103 %, 101 % los bienes y 103,4% los servicios. Se sobrecumplen las exportaciones de servicios médicos, tabaco, ron, langosta, jugos concentrados, frutas frescas, carbón, entre otros productos. Mientras no se alcanzan los niveles previstos en el turismo, níquel y las transportaciones aéreas.
Las ventas de azúcar, aunque no se cumple el plan físico, sí sus ingresos, debido a que el precio fue mayor al pronosticado (superior 12.50 centavos la libra), contrario a lo que pasa con el níquel.
Importaciones: Experimenta un sobrecumplimiento de un 10,4%, motivado por el arribo al país de mercancías contratadas el año anterior, en particular equipos. En tanto, se logra estabilizar las compras de alimento para el consumo humano y animal (maíz, harina de soya, pienso de inicio).
En el periodo se consigue la meta de trabajar sin déficit en la cuenta corriente —que los ingresos por exportaciones sean superiores a los gastos por importaciones— y que el pago de las deudas supere la toma de nuevos créditos.
Energía: La producción de petróleo equivalente se sobrecumple en un 2,5%, lo que se traduce en unos 39 mil 200 toneladas. Entre tanto la generación de electricidad a partir de las fuentes renovables de energía alcanza el 6,36 %, de un 7.49 % planificado. El déficit se debe al incumplimeinto de la zafra y a problemas en las inversiones en el sector.
Arroz: 77 mil 700 toneladas, se importan 450 mil toneladas. Según el ministro del MEP en estos momentos hay déficit de fertilizantes, lo que debe afectar la producción del segundo semestre.
Frijoles: 47 mil 400 toneladas para un 95 % del plan.
Harina de trigo: 258 mil 600 toneladas para un 89% del plan. El incumplimeinto se debe a problemas productivos en la industria nacional.
Maíz: 12 mil 100 toneladas para un 98% del plan, el mayor impacto debe estar en el segundo semestre del año.
Harina de soya: 26 mil 500 toneladas, para un 99 % del plan.
Huevos: 895 millones, para un 99% del plan. Este programa se ha venido recuperando tras las fallas en el abastecimiento de alimento animal. Para volver a la oferta liberada se deben producir 5,7 millones de huevos diarios.
Carne de cerdo: 60 mil toneladas a la industria, no se debe cumplir el plan del año, aunque hay garantía de alimento animal.
Carne bovina: 47 mil toneladas, para un 92 % del plan.
Leche fresca: 158 millones 500 mil litros, representa 13 millones por encima del plan.
Acero: 26 mil 840 toneladas para un 75 % del plan.
Cemento: 825 toneladas para 97,6 % del plan.
Balance de alimento animal: Está identificada la producción de un millón 227 mil toneladas, hasta la fecha se reportan producciones por 465 mil toneladas.
Zafra azucarera: Un millón 827 mil toneladas de azúcar, lo que representan 191 mil toneladas de menos con respecto al plan.
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación de Cuba. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.
Principales inversiones ejecutadas:
Terminal multipropósito de Santiago de Cuba
Programa de Recuperación capital de tanques de CUPET.
Sector hidráulico: 30,6 km de acometidas sanitarias; 28.4 km de alcantarillado; 2,7 km de canales, etc
14,4 MWp en 6 nuevos parques solares fotovoltaicos
2 mil 340 vehículos automotores
Reconversión tecnológica de Cloro Sosa y la fábrica de Fertilizantes NPK
Dos mil 920 habitaciones para el turismo
100 ferrosilos de cemento, 53% planchas comerciales, 50 volquetas.
Nuevos coches ferroviarios
Inversión extranjera: El titular de Economía cubano destacó la aprobación de 12 nuevos proyectos, con un monto de inversión de mil 485 millones 764 mil dólares. “También se han aprobado 5 prórrogas de negocios ya establecidos en el país, por 55 millones 626 mil dólares”.
Programa de la vivienda: Se terminaron 15 mil 748 viviendas, 6 mil 321 por el sector estatal y 9 mil 427 por esfuerzo propio.
Circulación mercantil minorista: Este indicador cierra al 95%. “Lograr su cumplimiento en la segunda etapa del año se plantea imprescindible para sostener el reciente incremento salarial en el sector presupuestado”, sostuvo Gil Fernández.
El ministro aclaró que se ha producido un aumento en la demanda de productos como el arroz y aceite; entre tanto decrece la venta de pollo.
Empleo y salario:
300 empresas sobre cumplen el plan de utilidades por encima de 150 %. “No es malo que las entidades tengan utilidades, sino que se sobrecumpla este indicador por no elaborar bien el plan”, aclaró Gil Fernández.
40 empresas con pérdidas.
Crece el salario medio en 1,1%.
Para el 2020 se priorizan:
Actividades vinculadas con la producción de alimentos, programas de la vivienda, transporte, informatización y medicamentos.
Financiamiento para la industria nacional
Mantener la restricción del endeudamiento
Garantizar el crecimiento de las inversiones
Se ratifica:
Defender la producción nacional
Incrementar y diversificar exportaciones
Fomentar los encadenamientos productivos
Sustituir importaciones
Avanzar en la soberanía alimentaria
Potenciar el desarrollo local
Cumplir la política de la Vivienda
Poner la ciencia en función de la solución de los problemas
Díaz-Canel en la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Diputados cubanos durante el tercer periodo ordinario de sesiones de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Comentario de HHC: Unas notas en plecas de algunos aspectos.
Sería recomendable, como se hacía en época de Fidel, que los informes del Ministro de Economía y Planificación se publicaran íntegros.
· Se habla del crecimiento en el mundo, América y finalmente no se comenta el de Cuba en el primer semestre del 2019.
· Llama la atención que se hable de ajuste al crecimiento en el 2018 a precios corrientes, cuando la medida correcta de informar el crecimiento y así ha sido siempre, es a precios constantes. Que el sector de la construcción tenga un ajuste en su crecimiento, significa que este sigue siendo el sector mas dinámico de la economia en los últimos seis años y no el turismo.
· Por otra parte un ajuste tan grande de la economía ( PIB) en el 2018 , igual que de años anteriores empieza a carecer de sentido que los diputados se reúnan para discutir ¿ cifras preliminares e inciertas?
· Sería bueno que se detallaran las 22 disposiciones para fortalecer la empresa estatal.
· Meritorio eliminar el déficit de la cuenta corriente en el primer semestre. Ya que no se habla de resolver el problema de la dualidad monetaria y multiplicidad cambiaría, ¿ no sería pertinente devaluar puntualmente la moneda para todas las entidades que exportan o quieran exportar y así las estimulamos mas?
· En energía renovable se incumple por los resultados de la zafra. ¿ Liberamos entonces la importación de todos los equipos, etc para las casas que utilicen energía renovable y ahorren el consumo de las mismas ya que los hogares consumen el 58 % de la energía generada en el pais?.
· El "mayor impacto" para el segundo semestre del Maíz ¿es positivamente o negativamente?
· El incumplimiento de la zafra. ¿Ya no sabemos producir azúcar? ¿Cuál es la capacidad potencial que tenemos en el país en estos momentos?
· Dos mil 920 habitaciones para el turismo, y no hemos llegado en los últimos años a un 60 por ciento de ocupación. ¿Para quién estamos construyendo habitaciones?
· “No es malo que las entidades tengan utilidades, sino que se sobrecumpla este indicador por no elaborar bien el plan”. Correcto, lo malo es que no se haga un balance de capacidad productiva de las empresas científicamente fundamentado y se aprueben por el organismo superior y después no se analicen las causas de las desviaciones a qué corresponden (precio, cantidad, etc).
· En los análisis de las producciones se habla contra el supuesto plan, que el ministro ha dicho que debe cambiar acorde a las circunstancias, pero mejor por qué no hablamos también de la demanda para cubrir las necesidades internas ¿Cuál es el déficit o sobrecumplimiento ?. Al final de eso se trata el bienestar.
Cuba necesita dar pasos novedosos para que una cuantía considerable de la remesa que llega al país y se destina al consumo, fundamentalmente, pueda emplearse en la inversión y el crecimiento económicos.
Las remesas son un suceso mundial, que alcanza a varios países. Una buena parte de ellos suelen ser países emisores, a partir de la existencia de una población que ha emigrado[1] hacia escenarios de economía desarrollada. Esa comunidad se ha convertido en emisor de divisas a sus respectivas naciones de origen, por lo general menos desarrolladas.
En reiteradas ocasiones aflora el tema de las remesas enviadas a Cuba, ya sea mediante noticias procedentes, fundamentalmente, del exterior; así como estudios realizados por diversas instituciones e investigadores sobre la economía cubana. En realidad, son pocas o casi nulas las informaciones procedentes de fuentes estadísticas oficiales desde la isla caribeña, como el Banco Central de Cuba y sus respetivas modalidades de banca o la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Formas y vías de envío
De acuerdo con determinadas publicaciones foráneas e informaciones internas, existen varias vías o caminos a través de los cuales se puede enviar remesas a Cuba, entre ellas:
Por Western Unión, que permite enviar dinero a cualquier municipio cubano por internet a través de la página web de la compañía o de la aplicación para dispositivos móviles. El destinatario puede recibir el dinero en CUC[2], en más de 420 agencias en todo el país. Es la de mayor representatividad numérica y se considera de más rápido envío por vía oficial. Hasta el presente es la vía líder en servicios de tramitación y pago de remesas para Cuba.
Mediante el correo (Correos de Cuba) y su servicio de giros internacionales, que son pagados en Cuba en pesos convertibles (CUC). Pueden recibirse los giros internacionales en todas las oficinas de correos principales de cada provincia.
Usando transferencia bancaria, la cual requiere que el receptor tenga una cuenta bancaria en CUC. Se considera que es la menos usada.
Existen otras vías de envío, como AIS[3] Remesas Cuba, un servicio en Internet.
Existe una vía no oficial o informal mediante el uso de agencias de envío de dinero a Cuba. Son oficinas o locales, con personal y equipados, que radican en ciudades donde se encuentra un número considerable de emigrantes cubanos, quienes acuden a ellas para remesar mediante una operación en USD u otra divisa. Las entregas de dinero (en CUC) y/o bienes se hacen directamente a domicilio en Cuba. Bajo estas condiciones de entrega la divisa extranjera no entra a Cuba. Dichas agencias no tienen representación reconocida en el territorio nacional, de modo que sus operaciones no están autorizadas.
De igual forma, está la variante de personas residentes dentro y fuera de Cuba que hacen entregas en mano cuando viajan. Estas personas son conocidas como “mulas” y la variante incluye a familiares, amigos o personas que van a Cuba específicamente para entregar remesas. A menudo llevan también encargos (bienes en especies, como ropa y medicinas), además de dinero en efectivo.
En menor medida se manifiesta otra vía de ingreso de divisas reales, mediante cubanos residentes en Cuba que obtienen visa temporal y viajan a países como Estados Unidos, Canadá, España, entre otros. En esos países trabajan de manera informal, obtienen ingresos y una parte de esos montos los ingresan directamente al país. Por lo general, suelen ser montos poco significativos. Asociado a este comportamiento se encuentra el de los cubanos que viven en Cuba y tienen otra ciudadanía (además de la cubana), particularmente la española, lo que les facilita viajar a Estados Unidos y otros países, más bien por corto tiempo, y realizar una acción parecida a la de las “mulas”. Además, traen bienes, ya sea por encargo y/o para vender en el mercado informal interno en CUC. De ese modo comienza todo un encadenamiento en el mercado informal para convertir los CUC en divisa (dólares estadounidenses, dólares canadienses, euros) y repetir el ciclo.
La procedencia de los envíos de dinero se ha diversificado en los últimos años.
Diversificación de gastos cubiertos por la remesa
No solo remesan dinero a Cuba los familiares residentes permanentes en el extranjero (Estados Unidos, Europa y otras regiones del mundo). En la actualidad, los cubanos residentes en Cuba, pero que laboran en el exterior (colaboradores como deportistas, médicos, constructores, maestros e inclusive amigos, entre otros), envían también remesas a la nación caribeña.
En los últimos cinco u ocho años se ha diversificado también el concepto de gastos a cubrir por la ruta de la remesa, entre ellos: ofertas de recargas de telefonía móvil y para cubrir gastos de cuenta de Internet (email nauta), ambos casos pagados desde el exterior, por medio de acuerdos y convenios establecidos con la empresa telefónica cubana ETECSA. Estos ingresos se efectúan por la vía oficial, forman parte del monto en ingreso líquido en divisa (USD, euro y otras) y se reciben según el convenio oficial establecido entre empresas. De acuerdo al informe del Havana Consulting Group (THCG), con sede en Miami y basado en datos publicados por Etecsa en la Conferencia Internacional de Transferencia de dinero (IMTC) de 2016, esos ingresos ascendieron a 124,8 millones de dólares estadounidenses entre 2014 y 2016.
En periodos más recientes, con el resurgimiento o creación de espacios en el sector privado y de cooperativas no agropecuarias, han emergido negocios de gastronomía, salones de belleza, servicios de reparación y otros, que por su magnitud y envergadura –en cuanto a equipamiento instalado, tecnologías de punta, insumos y productos de marca–, cuentan con recursos importados, por lo general. Entre otras probabilidades, deben haber recibido financiamiento externo para cubrir esas inversiones. Aunque no se dispone de una fuente documentada que lo avale, se aprecian mercancías y productos que no se encuentran en el país, donde además no se ha establecido un mercado mayorista con estas ofertas de equipamiento, tecnología e insumos de marcas, para que el sector privado acuda a comprarlos.
Partiendo de esta consideración, dicho equipamiento, tecnología e insumos se han obtenido y pagado en efectivo en el exterior, con una divisa que no entra al país ni forma parte del dinero líquido recibido por la economía cubana. Sin embargo, es muy probable que ello sea considerado o registrado como remesa recibida, por quienes investigan el tema de las remesas en el exterior del país.
Como parte de la diversificación del concepto de gastos cubierto por la remesa se encuentra el financiamiento de vacaciones, e incluso la compra de autos, piezas de repuesto y pago a profesores particulares (repasadores) para el ingreso en la Universidad.
Instituciones y estudiosos del tema de las remesas han asegurado, en varias ocasiones, que uno de los destinos de estas se ha encauzado hacia la compra de viviendas y otros medios duraderos. Sin duda, detrás de esta operación de compra se encuentra un respaldo financiero que puede ser interno, en el país, o foráneo. En el caso de los compradores externos no repatriados y de aquellos extranjeros que no adquieren la nacionalidad cubana, por lo general suelen tener una representación interna que asume la operación y el título de la propiedad del inmueble.
La decisión de venta liberada de viviendas sobre la base del mutuo acuerdo entre vendedor y comprador, dentro de un marco legal establecido (ajustado a tarifas oficiales), constituyó una importante medida como parte del proceso de transformaciones económicas por el cual transita la economía cubana en búsqueda de una alternativa más que contribuya a la solución del complejo problema habitacional del país, en particular en la capital y otras provincias. Sin embargo, en ocasiones, en la relación comprador-vendedor y fuera del marco oficial establecido se llega a acuerdos mutuos sobre cantidades pactadas en beneficio e interés de ambas partes, que no suelen ser declaradas. En la forma en que realmente ello se ha desencadenado, poco ha contribuido a la solución del problema señalado.
Varios factores y secuencias de hechos ocurridos en el contexto de transformaciones no sistémicas favorecieron la concentración del dinero (CUC y CUP) en determinados estratos de la población, proceso en el cual la brecha de desigualdades se ha estado ampliando. Ello ha motivado que aquellos segmentos con mayor poder económico adquisitivo compren viviendas (convirtiendo el dinero acumulado en bienes que aumentan de valor, a través del tiempo) e inclusive se ha registrado concentración de propiedad de vivienda. Si bien las regulaciones legales establecidas no lo permiten, se realizan declaraciones a nombre de propietarios diferentes, aunque el capital sea de un solo dueño.
Esta situación ha motivado al resurgimiento de una figura desaparecida hace algún tiempo: los “casatenientes”. Estos suelen arrendar los inmuebles a precios elevados (en CUC o CUP) y, por lo general, poseen licencia y pagan sus impuestos a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).
Lo establecido es que los títulos de propiedad de las viviendas se encuentren a nombre de cubanos residentes en el país y de quienes se repatrian y mantienen la doble nacionalidad.
En los últimos tiempos se está presentando también una tendencia entre los ciudadanos cubanos propietarios de vivienda, quienes ofertan la venta del inmueble y solicitan que el pago se realice en divisa real (USD, euros u otra) fuera de Cuba, de acuerdo con el precio de venta acordado entre ambas partes y que, frecuentemente, suele ser superior al establecido en la tabla de valoración de la Resolución 112/2017. Al solicitar que la divisa sea situada en el exterior, se trata de un dinero que no llega al país.
Toda la tramitación legal de compra-venta se realiza en la oficina notarial municipal, teniendo presente las características de la vivienda, según tabla de valoración en CUP del Ministerio de Finanzas y Precios[5]. Los pagos de esa operación se efectúan en pesos (CUP) y, a la vez, el vendedor debe pagar un impuesto del cuatro por ciento por ingresos personales que le reporta la venta y el comprador igualmente paga un impuesto del cuatro por ciento por concepto de traspaso de bienes y herencia, a la ONAT[6].
Monto de las remesas que llegan a Cuba
Diversas instituciones y especialistas que estudian e investigan sobre las remesas poseen distintas opiniones respecto al monto, formas y vías de llegada a Cuba de ese dinero. Ello conduce a trabajar, en no pocas ocasiones, con estimaciones y aproximaciones, ante la ausencia de estadísticas precisas. De ahí las discrepancias existentes en torno a los montos, a partir del uso de diferentes fuentes en sus estimaciones y ante dificultades en la obtención de información, lo que lleva a supuestos asumidos y no siempre claramente articulados[7].
En el artículo “Cuba, Estados Unidos, Ley de Ajuste Cubano, migración”, del periodista cubano Andrés Gómez (residente en Miami) y publicado en 2015 por Cubadebate, este señala que el salario promedio anual para los emigrantes cubanos y sus descendientes mayores de 16 años de edad era de 25.000 dólares estadounidenses en 2012, mayor que el sueldo anual de 21.900 dólares de todos los latinoamericanos emigrados, aunque menor que el sueldo anual promedio de la población estadounidense, que era 30.000 dólares. El porcentaje de los cubanos y sus descendientes que viven en la pobreza es de 20 por ciento, más alto que el nivel de pobreza para la población en general (16 %), pero menos que 25 por ciento de los latinoamericanos en general. El porcentaje de los cubanos y sus descendientes que, mediante hipotecas, son dueños de sus viviendas, es 55 por ciento, menor que el 64 por ciento de la población estadounidense en general, pero mayor que el 45 por ciento de la comunidad latinoamericana emigrada en general.
La remesa trae consigo efectos positivos[8] y negativos a la vez; de ningún modo se pretende un balance entre esos efectos, pero sí que puedan convertirse en un elemento que favorezca y propicie el desarrollo económico de la nación, siempre y cuando el efectivo real ingresado por esta vía se revierta en proporción importante en el desarrollo inversionista económico productivo de la economía cubana, con vistas a lograr un crecimiento económico sostenido y creciente, que proporcione el incremento de la producción material y de servicios, la creación de fuente de empleo y no se destine en su totalidad al consumo y las importaciones de bienes de consumo (es el consumo el principal destino, señala Fresneda)[9].
Sobre este asunto, algunos autores señalan: “El problema es determinar el efecto neto final de las remesas en la economía, y ello depende de cómo se utilizan”[10]. Otros estudiosos manifiestan una interrogante sobre el asunto: ¿“Pueden ser canalizadas las remesas hacia la inversión productiva o, por el contrario, dada su dispersión, terminan estas estimulando las importaciones y la inflación?”, plantea Monreal[11].
Entre lo favorable y desfavorable de la remesa, el punto neurálgico que define la inclinación de la balanza respecto al desarrollo económico se encuentra en su destino y utilización en relación con el efectivo real recibido.
Análisis sobre el monto de las remesas recibidas en Cuba, que citan como fuentes al Fondo Monetario Internacional (FMI), reportan 1.194 millones de dólares estadounidenses entre 2002 y 2003; cifra que Pérez-López y Díaz-Briquets[12] (2005) identifican como la cifra más elevada reportada hasta ese año.
Otras fuentes han considerado que entre 2005 y 2008 no rebasaron los 1.500 millones de dólares estadounidenses[13]. En tanto, no han faltado cuestionamientos a la magnitud de fondos remesados entre quienes consideran que son mayores, como Orozco –miembro de Diálogo Interamericano, un centro de estudios con sede en Washington[14] –a partir de tener en cuenta que son utilizadas otras vías no registradas o informales.
El propio investigador consideró, en 2015, que las remesas a Cuba están en el entorno de los 770 millones de dólares; pero esta cantidad, según él, podría duplicarse hasta los 1.400 millones a finales de 2016, debido a la flexibilización de las normas (en referencia a la administración Obama)[15]. Hay autores que no aceptan esos montos y estiman cantidades aun menores. “Los 800 o mil millones de dólares estadounidenses anuales que llegan a Cuba como remesas son de hecho un estimado, que matemática y políticamente son imposibles[16]. No son viables con las características económicas de empleo, ingreso y ahorros que tienen los emigrados cubanos en Estados Unidos, según informa el Censo estadounidense”[17].
Otros estudiosos e investigadores del tema han hecho también sus estimaciones. “En el año 2008 la isla recibió un total aproximado de 3.500 millones de dólares. Alrededor de 1.500 millones en efectivo y unos 2.000 millones en mercancía”[18], La proporción del efectivo es 42,8 por ciento del total recibido, según estimación.
Otra consideración sobre los montos de la remesa la realizó The Havana Consulting Group (THCG) y se refiere a la evolución de los envíos de remesas a Cuba, entre 2000 y 2016.
Otros estudiosos sobre la economía cubana han abordado el tema de las remesas a Cuba y realizado estimaciones anuales, conjugando varias fuentes, las cuales se aprecian en el siguiente infográfico:
Las estimaciones de remesas en efectivo anteriormente expuestas y elaboradas por diversas fuentes agrupan todas las vías de llegada consideradas. En realidad, son diversas las estimaciones y puntos de vista en cuanto a cantidad y fuentes o maneras de envío de remesas, así como su composición en efectivo y/o productos recibidos.
De acuerdo con los autores antes referidos (Morales, E.[19], Havana Consulting Grup, en el periodo 2012-2016 y Sindo, M.[20]), el monto en efectivo remesado se mueve en los rangos de 1.500-3.444,7 y 3.600 millones de dólares estadounidense, según sus respectivas estimaciones. Es de considerar que los totales estimados comprenden todas las posibles vías ingresos –formales e informales–, incluyendo aquellas en que el efectivo de divisa real no entra al país.
Población emigrada
Hay variadas referencias a la cantidad de población cubana que ha emigrado desde 1959 hasta 2017, fecha más reciente con datos y estadísticas publicadas por diferentes fuentes.
Se plantea que casi dos millones de cubanos viven en el exterior[21]; otra consideración es que “la población de origen cubano emigrada a países extranjeros sobrepasa los dos millones de habitantes”[22]. Investigaciones realizadas por el Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana señalan: entre 1959 y 1999 habían emigrado por todas las vías posibles, hacia diferentes lugares del mundo, más de un millón 79.000 personas[23], mientas el Anuario Demográfico de Cuba registró entre 1966 y 2017 que el saldo migratorio externo era de un millón 350.877 personas, de acuerdo con datos de la ONEI de 2018. Estas dos últimas referencias facilitan calcular que la población cubana emigrada desde 1959 hasta 2017 sería de un millón 642.341 personas.
Los últimos datos publicados por Naciones Unidas en 2017 registran un millón 558.312 emigrantes y señalan que la emigración de Cuba se ha dirigido especialmente a Estados Unidos (un millón 251.037, que representa 80,3 %), seguido de lejos por España (8,58 %) e Italia (2,21 %).
Los últimos datos publicados por Naciones Unidas en 2017 registran un millón 558.312 emigrantes y señalan que la emigración de Cuba se ha dirigido especialmente a Estados Unidos
El Buró del Censo de Estados Unidos, de acuerdo con los resultados de los más recientes estudios, registró que en ese país viven dos millones[24] de cubanos.
En encuesta realizada por el Centro de Estudios de la Población de la ONEI en 2016[25], 38 por ciento de la población cubana tenía familiares viviendo en el exterior de manera temporal o permanente y la mayor proporción se encuentra en La Habana. De forma permanente o temporal, 77 por ciento de las personas emigradas envía algún tipo de ayuda a sus familias y amistades en Cuba.
La propia encuesta registra que 32 por ciento de los cubanos que viven en la nación caribeña, con vínculos familiares o de otro tipo con los emigrados en el exterior, reciben actualmente ayuda. Se trata, fundamentalmente, de envío de medicamentos o dinero e, incluso, la acogida de familiares por cierto tiempo para su cuidado, como nietos u otros parientes. De igual forma, ratifica que el principal incentivo de las migraciones hacia el exterior es la mejora económica, principalmente entre los hombres.
Remesas en especies
Como parte de la remesa que se envía y recibe, están las especies o mercancías. Todo parece indicar que se registran dos grandes caminos de envió de paquetería. Una de ellos es por medio de canales empresariales, (comunicación online), mediante operaciones entre cadenas de empresas mayoristas o minoristas en el exterior, con similares empresas o entidades nacionales radicadas en Cuba, para el envío de paquetería (alimentos, electrodomésticos, detergente y jabones, envíos de bufets, flores, cake y otras variantes). Es decir, se establece un encadenamiento entre el exterior y el interior, mediante entidades o cadenas oficiales establecidas en el país.
La otra vía es mediante entidades radicadas en Cuba, sin estatus claro por su forma de operar y el servicio de mensajería que presta. Todo parece indicar que, de igual forma, se realiza la solicitud del pedido por los emisores desde el exterior, también on line.
Respecto al primer camino o vía de envíos, en internet existe un sitio conocido como envíoscuba.ca (help@enviocuba.ca) que, en cierta medida, representa o agrupa a varias entidades nacionales (Cubapack, La Puntilla, supermercado 3ra y 70, Carlos III, todas en La Habana). También funciona en el interior del país (Guamá en Pinar del Rio, Variedades Riveras y Variedades Siboney en Villa Clara, La Época en Las Tunas, Luz de Yara y El Encanto en Holguín, Todo en Uno Varadero y Atenas de Cuba en Matanzas, Plaza de Marte en Santiago de Cuba y otras). Es decir, envioscuba.ca tiene representación en todas las provincias cubanas y en alguna de ellas cuenta con más de dos entidades a las cuales se puede enviar remesas en especies.
Hasta el presente no existe información abierta de la magnitud de sus operaciones y comportamiento. No se visualiza un sistema de mensajería ampliamente establecido; por lo general, los receptores en Cuba acuden a las entidades a recoger los envíos.
Esta vía tiene, sin duda, un reconocimiento oficial empresarial registrado nacionalmente y se encuentra encadenada, como anteriormente se ha señalado, con los emisores (empresas o cadenas) desde el exterior. Se manifiesta que algunas mercancías –posiblemente las no disponibles en territorio nacional o con precios elevados en el mercado interno– son adquiridas y enviadas desde el exterior, por lo que la parte de gasto de la operación que corresponde a la compra del producto enviado se queda como ingreso en el exterior y en esta operación solo ingresa efectivo al país por el servicio. Sería conveniente valorar que, manteniendo e inclusive ampliando el encadenamiento con las cadenas externas, pero bajo otra modalidad, el producto pueda adquirirse en el territorio nacional y así reportar más ingresos en divisas para la economía cubana.
Sobre la segunda vía señalada, es probable que esté integrada por varios representantes en el exterior. Es posible que su conexión o vínculo con el interior del país no se encuentre totalmente oficializado con una empresa o varias que operen en territorio nacional, hipótesis que se sustenta en la experiencia de sus receptores y por la forma de llegada y “mensajería” de acceso a los productos, carentes de marcas, sobre todo los cárnicos, embutidos y quesos que suelen ser de producción nacional y, por lo general, carecen de calidad, sello de garantía, sanidad y procedencia. Ello impide identificar la trazabilidad del producto, su fecha de elaboración y caducidad. En esta forma de mensajería lo reiterado es que una persona natural, mediante transporte privado (motocicletas, auto) realice la entrega del envío previa identificación de la persona receptora a quien está destinada.
También por esta vía se reciben productos que normalmente circulan en la red de tiendas en CUC y/o pesos cubanos (CUP) en el territorio nacional, tales como botellas de aceite, pollo entero o troceado, puré de tomate y otros. Además, estos sitios en internet ofertan combinaciones, a manera de paquetes o “combos” (arroz, frijol negro y bistec de carne bovina y cerdo; pollo y otros productos como aceite, pechuga de pollo y huevos).
Esta segunda vía se inicia a partir del pedido online del emisor de la remesa en especies y se paga en divisa real en el exterior. De acuerdo con el procedimiento y recorrido señalado, lo probable es que la divisa real no ingrese a la economía nacional (hasta aquí se identifican cuatro vías de no ingreso de la divisa real al país).
Breve recuento
Lo abordado hasta aquí puede resumirse así:
Las remesas se manifiestan como fenómeno mundial y abarcan varios países: de un lado, los países subdesarrollados cuya población emigra hacia otros países de economía desarrollada. Estos emigrantes por lo general se convierten en emisores de divisas a sus respectivos países de origen.
La información estadística oficial abierta sobre remesas enviadas a Cuba es poca o casi ninguna desde la nación caribeña.
En los últimos años se han ido diversificando las fuentes o vías de envío de las remesas a Cuba, bajo diferentes modalidades, incluyendo las que realmente propician el ingreso real de la divisa en efectivo y las que no lo propician.
Ello motiva a considerar que solo la divisa real ingresada en efectivo a la economía nacional puede contribuir al desarrollo económico de la nación. Sin embargo, se requiere un procedimiento para recolectar y encauzarla hacia dicho objetivo.
Los gastos cubiertos por la remesa también se han diversificado.
Existen diversas opiniones respecto al monto, formas y vías de la llegada de remesas a Cuba, lo cual conduce a estimaciones y aproximaciones, a veces discrepantes, a falta de estadísticas precisas y ante las dificultades para obtener información más precisa.
Las remesas traen consigo aspectos positivos y negativos. El punto neurálgico que define la inclinación de la balanza entre lo favorable y desfavorable de la remesa se encuentra en su destino, utilización y qué parte realmente del monto total puede destinarse al desarrollo económico.
Sin duda, la cantidad de población emigrada constituye un elemento a tener presente y condición necesaria, pero no suficiente, para determinar la magnitud de la remesa.
Respecto al número de cubanos emigrados, también hay diversidad de criterios en dependencia de las fuentes. Otra variable a tener presente son los niveles de ingreso de la comunidad cubana en el exterior y en qué proporción forma parte de la franja de pobreza en el país donde reside, por cuanto su posición económica determinará también la frecuencia y cantidad de los envíos.
Como parte de la remesa total enviada y recibida, se contempla tanto el dinero en efectivo que viaja por diversas vías, como los envíos en especies. Estos últimos no se manifiestan en su totalidad como ingreso efectivo líquido, en dependencia de la forma y vía que se utilice.
De lo anterior se deduce que no todo lo que se reporta como remesa es totalmente utilizable en el desarrollo económico, por cuanto una parte importante es destinada al consumo y a cubrir necesidades insatisfechas.
Valoración y propuestas
De acuerdo con el recorrido y valoración realizada, resulta probable suponer que la llegada de remesas en efectivo (divisa real) por vías oficiales (Western Union, transferencias bancarias resultado de acuerdos entre cadenas o empresas foráneas y nacionales, telecomunicaciones, vías bancarias) se presenta como una fuente de ingresos que puede ser utilizada en el desarrollo económico del país.
A lo anterior se puede añadir los ingresos que logran generar los envíos de remesas en especies, según acuerdos previos entre cadenas y empresas externas y nacionales (de los ingresos compartidos, la proporción que corresponde a la parte nacional).
Todo parece indicar que el mayor monto en efectivo recibido en el país proviene de la Western Union, empresa receptora y tramitadora en el exterior que se sitúa como líder en el procedimiento de remesas y posee más de 420 instalaciones para la entrega de efectivo, a lo largo de todo el país.
Es indiscutible que el monto en efectivo desempeña un rol importante para cualquier acción económica, más cuando se trata de actividades que pueden vincularse con el desarrollo económico de un país. No obstante, resulta en extremo complejo llegar a un rango de lo que realmente entra al país en efectivo utilizable. Según se ha podido apreciar, los montos planteados se basan en estimaciones y por distintos supuestos asumidos, no siempre claramente articulados[26].
Una consideración similar plantea el reportaje de NBC “¿Cuánto aportan las remesas desde el exterior a la economía cubana?”, publicado en julio de 2015 en www.cubared.com: “Calcular el monto total de las remesas es complicado por la diversidad de procedimientos utilizados para el envío y que no quedan reflejados en las estadísticas”.
En los últimos años ha aumentado la frecuencia de envío de dinero a Cuba desde Estados Unidos, Europa y América Latina, pero los montos se han mantenido estables[27].
Retomando las cuantías de las remesas y con el propósito de agrupar sus diversas fuentes, de forma cronológica, –algunas ya tratadas y otras adicionadas–, existen varias estimaciones sobre las remesas en efectivo. Las fuentes resumidas sitúan las remesas en: 800 millones de dólares estadounidenses[28] (CEPAL 1996), en tanto otras estimaciones han planteado de forma cautelosa un monto de 500 millones de dólares estadounidenses[29]. El Fondo Monetario Internacional reporta 1.194 millones entre 2002 y 2003; entre 2005 y 2008 no rebasaron los 1.500 millones de dólares estadounidenses[30] y otros autores estiman unos 770 millones, los cuales pudieran haberse duplicado en 2016, procedentes de Estados Unidos[31]. El Departamento de Estado del país norteño supone que cada año se envían a Cuba entre 1.400 y 2.000 millones de dólares, publicó NBC en 2015; mientras, otros investigadores calculan 3.050 millones como promedio anual entre 2012 y 2016[32] (ver infográfico 1) y más de 2.519 millones como promedio anual entre 2008 y 2016 (Havana Consulting Group –THCG–, ver infográfico 2). Sin duda, hay un amplio diapasón y disparidad en las estimaciones.
Se reitera que no todas estas estimaciones quedan totalmente registradas en las estadísticas; por otro lado, no se señalan fuentes de envío, lo cual da lugar a interpretar que pueden incluir las cuatro vías antes señaladas como de no ingreso real de la divisa al país antes señaladas.
Es indiscutible que la divisa entra en efectivo al país por vía de la remesa, con la Western Union como vía fundamental y, es de suponer, con el mayor monto. Pero hasta el presente no se localiza información estadística pública sobre la cuantía que llega al país mediante esa agencia. A lo anterior se suman las operaciones bancarias entre empresas, que también se traduce en ingresos para la economía cubana.
El monto o cuantía del efectivo que realmente llega a Cuba es una incógnita. Considerar posibles escenarios respecto a la cuantía de la remesa en efectivo anual, planteado por varios estudiosos del tema, lleva a un monto que va de 500 a 2.500 millones de dólares estadounidenses, o algo más. Pero ello significaría incurrir en estimaciones y cálculos indebidamente fundamentados.
Las medidas restrictivas aplicadas por la actual administración estadounidense de Donald Trump (2019), sobre el envío de remesas a Cuba de solo mil dólares estadounidenses cada tres meses, conlleva una reducción del monto total, cualquiera que sea la magnitud de la remesa.
Sin duda, la cuantía o monto desempeña un papel importante, tanto para el destino de consumo, como para las inversiones y el crecimiento económico. En el caso de la economía cubana, las remesas recibidas en efectivo suele tener como destino fundamental el consumo. Ello plantea un reto importante, según algunos autores, como Monreal[33]: ¿pueden ser canalizadas las remesas hacia la inversión productiva…?
Encauzar la remesa como efectivo real al desarrollo económico
Teniendo presente que el destino fundamental de la remesa en efectivo y otras vías por los cuales este ingreso se destina al consumo por parte de sus receptores, la economía cubana tiene que disponer de una parte significativa del efectivo recibido para mantener una oferta y cubrir el consumo. Hasta el presente ello ocurre, esencialmente, por la vía de las importaciones, en un proceso que se repite anualmente, lo que resta una cuantía importante del efectivo que puede ser destinado a la inversión; es decir, al crecimiento económico del país.
Como parte del proceso de apertura por el cual transita la economía cubana, se requiere de pasos novedosos. A tal efecto, sería conveniente sugerir la convocatoria a diversas cadenas foráneas, ya sea: Walmart, Publix, El Corte Inglés, cadenas Corea del Sur, japonesas, europeas, mexicanas, panameñas, chinas, rusas…, en fin, todas las que estén
interesadas en participar de forma activa en el mercado cubano, a encadenarse con la economía interna desde dentro, incluyendo hasta las cadenas globales de valor integradas por muchas de ellas.
Estas cadenas traerían los productos o mercancías en consignación, se venderían de mutuo acuerdo y de forma conjunta con la parte nacional. El pago por parte de los consumidores se efectuaría por medio de una tarjeta electrónica habilitada al efecto en divisa real (dólares, euro, yen y otras), o en efectivo de divisa real directa durante el acto de compra. Esto permitiría disponer de una vía de retorno inmediata de la divisa, para cubrir gastos, por la compra de mercancías, otros gastos a la cadena foránea y la proporción que le correspondería a la parte nacional, según acuerdo entre ambas.
La economía nacional no tendría que destinar divisas a la adquisición de los productos y mercancías, por cuanto la asumirían las cadenas foráneas. Es decir, no se registraría un desembolso en divisa de inicio, ni en la continuidad del ciclo, por la parte nacional. Se lograría canalizar los ingresos por remesas y otras vías de entrada directa del efectivo al país, una vez deducidos los compromisos. Se disminuiría el costo y los precios minoristas no tendrían el recargo o porcentaje de incremento que actualmente se aplica por las cadenas TRD, Cimex u otras.
El ciclo se repetiría y no implicaría destinar montos en divisas por la parte nacional a la importación de productos y mercancías, que sería asumida por las cadenas foráneas, las cuales recibirían el retorno en divisa en función de las ventas. Lo anterior posibilitaría canalizar y encauzar los ingresos reales en efectivo, recibidos por las remesas y otras vías, en el desarrollo económico del país. (2019)
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BIBLIOGRAFÍA
Anuario Estadístico de Cuba, ONEI 2018.
Anuario demográfico de Cuba, ONEI 2017.
The Havana Consulting Group (THCG) “The importance of remittances in the Cuban economy”,26 August, 2018.
Revista Temas cultura e ideología 2001.
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Notas:
[1] Entre las causas fundamentales de la migración están las económicas, aunque también contribuyen a ese proceso varios factores y causas políticas.
[2] En Cuba circulan dos tipos de monedas, la convertible (CUC) y el peso cubano (CUP). De acuerdo con la doble circulación monetaria y las tasas de cambio vigentes, un peso cubano convertible (CUC) equivale a un dólar y a 24 pesos cubanos (CUP).
[3] Los beneficiarios de las remesas obtendrán una tarjeta de débito AIS (Seguridad de Información Avanzada), la cual les permitirá hacer uso de la red de aceptación de tarjetas que cubre todo el país, con Terminales de Punto de Venta y Cajeros Automáticos. Por lo general, sus tasas suelen ser elevadas, por lo que hay quien prefiere realizar el envío de la remesa mediante otra vía.
[4] Es un portal principalmente útil para los cubanos que viven en Estados Unidos, que usan el USD como forma de pago y tiene sus oficinas en Florida. Tiene relación directa con Fincimex SA (financiera CIMEX), en La Habana y se especializa en transferencias de dinero para Cuba. Dispone de oficina en 15 provincias cubanas y opera con tarjetas Oceancard.
[5] Resolucion112/2017 Misterio Finanza y Precio GOC-2917-349-Ex16
[7] Monreal, P.: “Las remesas familiares en la economía cubana”, en Gabbert et al. (ed.): Lateinamerika Analysen und Berichte 23—Migrationen, Bad Honnef, Alemania: Horlemann, 1999.
[8] Es reconocido que el envío de remesas a los receptores ha contribuido a elevar sus niveles de ingresos y el acceso a bienes de consumo: alimentos y otros artículos duraderos.
[9] Fresneda, E.: “Vivir con lo que me mandan. Las remesas y su impronta en la familia cubana”, CLACSO 2006.
[10] Puerta, R.: “Lecciones para Cuba sobre las remesas”, Cuba in Transition, ASCE, 2008.
[12] Jorge Pérez-López y Sergio Díaz-Briquets. “Remittancesto Cuba: A Survey of Methods and Estimates,” en Cuba in Transition. Association for the Study of the Cuban Economy/ASCE. Tomo 15. Washington D.C. 2005. pp. 396–409.
[14] Orozco, M.: “Las remesas enviadas a Cuba desde EE.UU. podrían doblarse gracias a la apertura de administración Obama”, informe, Centro de Estudios Diálogo Interamericano”, Washington, 2015.
[15] Las remesas enviadas a Cuba desde EE.UU. podrían doblarse gracias a la apertura, EFE, Washington, 24 feb. 2015, un informe presentado por el centro de estudios Diálogo Interamericano.
[16] De acuerdo con estudios y comparaciones realizadas, mientras que los emigrantes latinoamericanos (excepto los cubanos) en EE.UU. envían mensualmente entre 200 y 300 dólares a sus familiares, en el caso de los cubanos esa cantidad fluctúa entre 50 y 100 por envío, y no por mes, sino cada dos o tres meses.
[17] Betancourt E.: “Cuba’s Balance of Payments Gap, the Remittances Scam, Drug Trafficking and Money Laundering,” en Cuba in Transition. Tomo 10. Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE). Washington, D.C, 2000. pp. 149–161.
[18] Morales, E: “Envíos de remesas a Cuba: desarrollo, evolución e impacto, Cuba in Transition, ASCE, 2010.
[23] Aja, A.: “La emigración cubana entre dos siglos”, en Revista Temas, No. 26, pp.: 60-70, La Habana, julio-septiembre de 2011.
[24] El Buró del Censo de Estados Unidos considera cubanos no solo aquellos nacidos en Cuba, sino también a sus descendientes. De los dos millones registrados, 1.1 millón (57 %) son nacidos en Cuba y 851.000 en Estados Unidos. Según estos estudios, 47 por ciento de los nacidos en Cuba han vivido en los EE.UU. por más de 20 años y 59 por ciento son ciudadanos de Estados Unidos. Andrés Gómez, director de la Revista Areito. Publicado por Cubadebate, 2015.
[25] Datos tomados de una entrevista de la ACN a María del Carmen Franco Suárez, subdirectora del Centro Estudios de Población de la ONEI.