Ese fue el espíritu de los debates y propuestas sobre el uso y tenencia de la tierra en usufructo, que estribaron de la reunión de trabajo presidida este sábado por José Ramón Machado Ventura
Más que analizar los números puntuales de ese territorio en cuanto a la explotación de la tierra por los usufructuarios, el intercambio encauzó análisis de interés nacional, como parte de un proceso que —iniciado esa mañana sabatina en Mayabeque y luego, en Artemisa— se extenderá paulatinamente a las demás provincias.
Por vez primera —conforme lo ratificó a Granma el Segundo Secretario del Comité Central del Partido— se realiza un control con este nivel de profundidad y exigencia, mediante visitas finca a finca, a siete años de implementarse en Cuba las normas jurídicas que permitieron sumar, al escenario agrícola de la nación, a estos sujetos de gestión no estatal que pueden vincularse, voluntariamente, a las cooperativas agropecuarias de cualquier denominación: CCS, CPA y UBPC.
Dos momentos principales determinaron las discusiones: el primero, una radiografía de en qué medida se está aprovechando el usufructo y, segundo, cómo producir mayores volúmenes de alimentos (con el consiguiente abastecimiento a La Habana, en calidad de principal destinatario de las producciones de la provincia artemiseña) y hacer que disminuyan los precios minoristas de esos genéricos.
UN BRIEFING OPORTUNO
Días previos a este encuentro, nuestro periódico entrevistó a Eddy Soca Baldoquín, director general del Centro Nacional de Control de la Tierra y Tractores, para obtener una actualización del balance —en tanto país— del uso y tenencia de tan esencial recurso.
Ante todo, se ha identificado (gracias a una actualización en el 2015) que la cantidad de tierras de uso agrícola en Cuba asciende a 6 240 263,84 hectáreas.
La gestión de esa superficie se divide de la siguiente manera: estatal, el 30,5 %; cooperativas, 34,3 % y el resto, se refiere a los agricultores pequeños. Vale destacar que aquí los usufructuarios están incluidos en las cifras inherentes a las cooperativas y agricultores pequeños, dado el principio de voluntariedad que prima a la hora de su vinculación o no a una forma productiva.
Desde que en el 2009 se aprobó el Decreto-Ley No. 259 sobre la entrega de tierras ociosas en usufructo, e incluyendo las cifras de su sucesor, el No. 300 (que entró en vigor en el 2012), a escala nacional se han beneficiado 279 021 usufructuarios y permanecen en posesión de los mismos 1 403 940 hectáreas hasta la fecha.
CUMPLIR CON LA RESPONSABILIDAD SIN MIRAMIENTOS
Sobre la claridad de las responsabilidades de cada cual en este tema y los trámites pertinentes —definidos de forma meridiana en las diferentes disposiciones legales—, el Segundo Secretario del Comité Central insistió en que las lagunas que pudieron existir en los primeros años, necesitan resolverse sin dilación.
Recordó, entre los antecedentes para fortalecer este segmento, el encuentro efectuado en el 2011 con representantes de las bases productivas, el paquete de 17 medidas para destrabar el funcionamiento de las UBPC, el XI Congreso de la ANAP y el trabajo que se ha realizado recientemente en todos los municipios.
Hay que reconocer que la mayoría de los planteamientos de los usufructuarios, sobre los nudos que entorpecían su desarrollo, han encontrado soluciones por la dirección del país y se dispone en la actualidad de mayor número de garantías y mejores condiciones para dar un salto productivo, toca ahora hacerlo. Y ello desterrando los descuidos que, hasta el momento, han frenado el proceso.
Urge, también, el seguimiento y estabilidad que demanda un tema tan importante como el uso y tenencia de la tierra.
“Un país que se respete debe tener control sobre esto, y mucho más nosotros aquí en el socialismo” —remarcó Machado Ventura— donde la tierra es en su mayoría, propiedad de todo el pueblo representado por el Estado. De ahí que al ordenamiento que se busca en la actividad, le debe escoltar, a todo lugar, “un chequeo riguroso y cotidiano”.
En el caso del control del usufructo, “la responsabilidad la tiene el municipio” —aseveró—. Es a ese nivel donde la gente se conoce mejor y donde se puede detectar, a tiempo, cualquier síntoma de incumplimiento o ilegalidad.
Y prosiguió el vicepresidente cubano exhortando a comprender que este proceso no es para quitarle la tierra a la gente, es para hacer cumplir el objeto social y productivo con que fue entregada, y para hacer valer el encargo estatal correspondiente a las entidades que participan. Es también, para mayor orden y control. A siete años de aplicarse la medida mencionada, eso sí, con quienes no hagan su papel, no hay que tener contemplaciones. Si alguien sigue incumpliendo, entonces se le retira el usufructo. Y en ello no puede haber distracción ni concesiones.
Reconoció la mejoría en cuanto a la comprensión y asimilación, por parte de las formas productivas, sobre la importancia de que los usufructuarios se asocien a ellas.
PRECIOS, SURTIDOS E INTERMEDIARIOS EN LA VOZ DE PRODUCTORES
Sobre el tema, hablan los protagonistas. Jesús Rodríguez Palomino (CCS Antonio Maceo, Bauta), quien es usufructuario desde el 2009, se refirió a los altos precios de los productos agrícolas, cuestión que se agrava por la cadena de intermediarios ilegales que gana más que quienes producen. A su juicio, los principales problemas con que deben lidiar los productores acogidos a esta modalidad, se resumen en la contratación, la comercialización y “la necesidad de topar precios”.
En torno a la primera de esas trabas, mencionó que hoy se le llama contrato a algo que se parece más a una carta de buenas intenciones, y se va a contratar sin todas las herramientas necesarias para ello. Agregó que en este sentido la asignación de los recursos debe ser más equitativa, para que quienes hoy producen menos tengan mayores incentivos de producción.
Respecto a la comercialización, planteó que los desvíos de producciones se deben a que no se han organizado bien los mecanismos actuales de comercialización, como cuando estaba Acopio. Y en lo referente a los precios, propuso que se aplique en este sentido el papel regulador del Estado, pero en lugar de establecer un límite al final, en la tarima, se haga en los demás eslabones de la cadena, empezando por el surco.
El ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, explicó que lo primero es saber el costo de cada producción. Por ello ese organismo está actualizando la ficha de costo de los cultivos. La variante, “más que topar precios”, apunta a mayor producción y organización de la comercialización. Anunció que —dentro de las medidas a adoptar próximamente— se continuará estimulando el precio de compra a los productores en las viandas.
En el tópico de los precios intervino Machado Ventura para señalar que se evalúa la alternativa de fijar un límite máximo, o sea, “ponerle un hasta”. Lo que no se puede —enfatizó— es vender al doble o al triple, como sucede, porque eso se hace insoportable. La moraleja es que para resolver el problema definitivamente, hay que producir más y con calidad, disminuir la cantidad de intermediarios ilegales y abaratar los precios de los productos que se ofertan a la población. Y reconoció el potencial que tiene Artemisa para conseguirlo. Otra fórmula, significó, está en acopiar todo lo que se pueda y no limitarse exclusivamente a los surtidos tradicionales, apoyando oportunamente a las entidades responsables del Acopio y garantizar que los alimentos vayan a los destinos contratados.
Sixto Travieso, usufructuario de Bahía Honda, concordó en las deficiencias que persisten en la comercialización, lo que llevó a muchos campesinos en determinado momento a ir disminuyendo las siembras. Este proceso, en su opinión, debió realizarse desde antes, y valoró que los obliga, para bien, a entrar por el camino correcto o a renunciar. E instó a sus colegas a que no vean esto como un fantasma, sino como algo que hay que hacer todos los días.
Otro productor, Leonel Díaz —vinculado a la CCS Camilo Cienfuegos, de San Cristóbal— compartió la insatisfacción al ver que mientras él comercializa a precios justos, un intermediario “con la camisa limpia” gana hasta tres veces más por el mismo producto. Y añadió lo acuciante de resolver las brechas que se dan en la contratación con algunas empresas, pues los revendedores se aprovechan de esas situaciones para acaparar productos y lucrar con estos.
Jorge Luis Denis, de Güira de Melena, aludió que si bien se ha flexibilizado el acceso a los créditos en general, aún queda por solucionar que se aligeren trámites y garantías que se solicitan a los usufructuarios, debido a prerrogativas del Banco, como los codeudores y tener las producciones aseguradas.
Al respecto, el Segundo Secretario del Comité Central observó que el tema de los seguros depende también de la previsión oportuna por parte de los productores, “nadie puede asegurarse cuando caigan rayos y centellas”, comentó.
Mientras, el ministro del ramo informó sobre la aprobación reciente de una nueva Resolución, por parte del ministro-presidente del Banco Central de Cuba, que apuesta por mayor correspondencia entre los plazos de amortización concebidos y la tecnología de los cultivos, así como tasas de interés más justas; una vieja aspiración en el sector agropecuario.
En resumen, el sentir de los presentes apuntó su brújula a que el desabastecimiento en los agros no sea una escena repetida, (cuestión que para muchos se aliviará con la decisión de contratar a los agricultores porcentajes más altos de su potencial productivo), como tampoco se arraiguen el vicio de algunos por los precios astronómicos ni el lucro a costa del cubano trabajador.
Daniel Sepúlveda, subsecretario adjunto de Estado y coordinador para la Política Internacional de las Comunicaciones y la Información de los Estados Unidos. Foto: Alain L. Gutiérrez Almeida
Esta ha sido su segunda visita a la isla. Daniel Sepúlveda, subsecretario adjunto de Estado y coordinador para la Política Internacional de las Comunicaciones y la Información de EE. UU., es uno de los pioneros de la normalización entre Cuba y EE. UU. Hace casi un año encabezó la primera delegación de su gobierno comisionada para dialogar sobre telecomunicaciones con las autoridades cubanas.
No por casualidad este tema consiguió un punto priorizado en la agenda bilateral. Ambos países tienen mucho interés en estos asuntos, aunque al parecer desde perspectivas distintas. No obstante, dan la impresión de saber que están llamados a conseguir resultados. El público tiene una gran expectativa y espera transformaciones rápidas. Solo la cuarta parte de la población cubana tiene acceso a redes, según cifras oficiales, y predominan conexiones lentas. Pocos cubanos pueden conectarse a Internet desde sus residencias.
Al finalizar aquel primer encuentro en 2015, el gobierno cubano declaró que se exploraron formas de “implementar las modificaciones a la aplicación del bloqueo en materia de telecomunicaciones y las restricciones que aún se mantienen en vigor”. En la Isla se insiste en que los problemas de infraestructura y falta de financiamiento del sector son consecuencia directa del bloqueo económico de EE. UU. contra Cuba.
Sepúlveda, por su parte, recordó que hace un año, en la mesa de diálogo, se abordaron “los cambios regulatorios y legales que habíamos hecho” a pocos meses de la decisión ejecutiva de normalización con Cuba.
“Explicamos nuestro sistema de gobierno y nuestra estructura legal para el intercambio comercial, particularmente en tecnologías y telecomunicaciones, con el objetivo de que las entidades comerciales cubanas —en este caso ETECSA— y las entidades de telecomunicaciones y tecnología de EE. UU. trabajaran juntas para conectar al pueblo de Cuba al Internet global.”
Casi 12 meses después, Sepúlveda ha regresado a La Habana con los mismos propósitos. Vino acompañado esta vez, no solo por funcionarios de relaciones internacionales de su gobierno, sino también por académicos, el líder de una asociación de compañías de tecnología y telecomunicaciones, dos ejecutivos empresariales y Tom Wheeler (D), presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés).
Wheeler es el decisor de más alto rango en EE. UU. acerca de estos temas. La FCC define y regula las políticas de telecomunicaciones a nivel nacional. “Vino para intercambiar ideas sobre qué es lo que hace falta, desde el punto de vista de las políticas, para incentivar la inversión en la infraestructura necesaria de Internet”, dijo Sepúlveda.
“Tuvimos algunos días de reuniones con el Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, con el Ministro de Comunicaciones, con la Presidenta de ETECSA. Además de eso yo me reuní con blogueros independientes. Compartimos en una cena agradable y hablamos sobre el futuro de Cuba desde su punto de vista, y sobre Internet. Participé además en dos eventos en universidades cubanas —Instituto Superior Politécnico José Antonio Echevarría y la Universidad de Ciencias Informáticas— donde hablamos con estudiantes y profesores sobre nuestro interés en esta área. Ese es, más o menos, el modelo que seguimos en otras partes del mundo en mi trabajo bilateral con otros países.”
Desde esa primera vista a Cuba en marzo de 2015 a acá, ¿qué balance hace Ud. sobre la gestión del acercamiento? Hay quienes piensan que los pasos concretos y los avances no han llegado a la velocidad deseable.
Bueno, los estadounidenses son personas impacientes. Nosotros estamos acostumbrados a que cuando se da la voz de arrancada la gente se mueve. Y esta es un área comercial complicada. Hay que tener en cuenta que hasta hace poco el comercio no estaba permitido entre nuestros países, ni en esta ni en ninguna otra área.
¿Qué ha pasado desde la apertura? Se han firmado dos, quizás tres contratos importantes, entre ETECSA y empresas norteamericanas, para facilitar que cuando alguien viaje a Cuba desde EE. UU. pueda seguir comunicándose. Para eso, las empresas estadounidenses, ya sean Verizon o Sprint, le pagan a ETECSA para poder realizar el servicio de roaming. Y ese es el primer paso.
Más allá de eso —y esto es algo que los cubanos han hecho por su cuenta— está la ampliación de los puntos WiFi, y la reducción de los precios de acceso a Internet en Cuba. Así que nosotros estamos empujando para que haya más medidas independientes de ese tipo.
Estamos incentivando para que se hagan otro par de cosas: una es el análisis y las perspectivas favorables de un cable submarino para Internet entre Miami y La Habana. Y ya hay varias propuestas ante el gobierno cubano para hacer eso.
Nuestros colegas en Cuba dicen que ya tienen un cable submarino que viene de Venezuela a Cuba, y nosotros, y creo que la mayoría de los expertos, técnicos e ingenieros, estarán de acuerdo en que tener un cable de Miami a la Habana sería útil, tanto por cuestiones de redundancia, para reducir la latencia, y también en caso de alguna emergencia. Las comunicaciones serían mucho más eficientes si vienen de Miami que si vienen de Venezuela. Sobre eso sostuvimos una conversación.
Luego, una vez que un cable tocase Cuba, se tiene que hablar de la infraestructura en la Isla, y nos gustaría ver qué capacidad y qué interés tiene ETECSA de participar en iniciativas mixtas con empresas especializadas en la instalación de torres celulares o en desplegar redes inalámbricas de manera tal que se pueda tomar la columna vertebral de las operaciones de ETECSA y desarrollarla más de conjunto entre esta y cualquier otra telefónica.
Y saltarse tecnologías. Porque ahora mismo ustedes están en una tecnología de segunda generación; ustedes se pueden saltar la tercera generación, ir directo a tecnologías de cuarta generación, y hay empresas que pueden y quieren ayudarles a hacer eso. Para ello hay que permitir cierto grado de competencia, permitir cierto grado de inversión extranjera directa, y ser abiertos y estar dispuestos a participar en iniciativas mixtas para conseguirlo.
Lo único que podemos hacer es mostrarles el trabajo que hemos hecho en otras partes del mundo. Los modelos existen. República Dominicana existe y está conectando a mucha más gente que Cuba, Vietnam existe y está conectando muchísima más gente que Cuba. Hay modelos y mecanismos que ustedes pueden usar para avanzar con este despliegue y garantizar la modernización de las comunicaciones y que la gente tenga acceso a esas comunicaciones.
¿Cómo usted evalúa el ánimo de las autoridades cubanas para llegar a soluciones conjuntas con empresas de EE. UU.? ¿Cree usted que podrían estar más interesadas en encontrar partners en otros países?
Yo no soy un funcionario comercial, no estoy aquí para vender nada. Estoy aquí para hablar de políticas públicas. Así que, sea quien sea el que ellos elijan para asociarse, necesitan una política que permita que ETECSA abra su infraestructura a otros socios y competidores. Eso no existe hoy.
En mis interacciones con el viceministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella y con ETECSA, he percibido que ellos están abiertos a las conversaciones; es solo que va a ser una conversación muy lenta. Y en EE. UU. no estamos acostumbrados a ese ritmo de avance. Pero repito, yo respeto eso, ellos tienen derecho a avanzar al ritmo que quieran.
Yo sí tengo cierto sentido de premura porque mi gobierno, el del presidente Obama, está llegando a su final, y yo soy un funcionario designado así que cuando este gobierno llegue a su fin también llega a su fin mi puesto. Y quiero asegurarme de que estoy haciendo todo lo que puedo mientras el presidente Obama sea Presidente para hacer que las aperturas que hemos podido lograr bajo nuestra legislación queden y tengan éxito. Eso nos ayudará a alcanzar un mayor acercamiento.
Hace pocos días se dio a conocer por parte de la FCC que Cuba saldría de una Lista de Exclusión y que con ello el gobierno de Estados Unidos, abría la puerta para que compañías de telecomunicaciones puedan proporcionar servicios de telefonía e Internet a Cuba desde infraestructuras establecidas en su territorio. Este paso aligera ciertos muros, quita obstáculos, pero quisiera que de primera mano Ud. nos explicara cuáles serían las consecuencias que podría tener en el corto plazo esta decisión.
Si no hubiésemos hecho eso, las empresas tendrían que pedir autorización a la FCC para entrar en negocios directos con ETECSA y ahora ya no. Así que eso lo que hizo fue simplemente eliminar del sistema un paso burocrático del proceso. Pero más importante aún es que es una señal del gobierno a la industria de que queremos que interactúen con Cuba. Queremos que la Isla y su pueblo se conecten, no solamente con nosotros, sino con todo el Internet global y todo lo que eso implica, para objetivos de desarrollo, por el bienestar de todo el hemisferio. Y porque nosotros tenemos un compromiso internacional de ayudar a conectar a todos los habitantes del planeta.
Existe, como Ud. sabe, cierta percepción de riesgo acerca de que las telecomunicaciones podrían utilizarse para la intervención en la soberanía de Cuba. ¿Es posible que esas prevenciones, compartidas tanto en Cuba como en ciertos sectores en EE. UU., puedan frenar u obstaculizar iniciativas que mejoren las posibilidades de conexión de Cuba a Internet?
Es un problema de confianza. Confianza del gobierno cubano en nosotros como gobierno, y confianza en nuestras empresas, o proveedores de telecomunicaciones; y confianza del pueblo en nosotros como gobierno y en nuestras empresas. Ese es el primer obstáculo que tenemos para poder avanzar.
Lo que nosotros les decimos es que no hay nada que temer en abrirse a Internet. La cultura y la soberanía no están en riesgo. Cuba va a seguir siendo Cuba. El pueblo de Cuba es el único que puede decidir su futuro. Los franceses no son menos franceses por estar conectados a Internet. Son más franceses cada día que pasa.
Siempre va a haber cierto grado de incertidumbre sobre el cambio pero puedo decirte que nosotros y nuestro pueblo nos hemos beneficiado muchísimo con el acceso a Internet. Y lo hemos visto en todo el mundo y en el hemisferio.
Chile tiene 72 por ciento de penetración de Internet. Eso es casi tan alto como EE. UU. Quizás no se puede comparar con Cuba por su situación económica. Pero, Haití está mejor conectado que Cuba y Haití es más pobre que Cuba. República Dominicana está muchísimo mejor conectada que Cuba. Jamaica está mucho mejor conectada.
Cuba es el país menos conectado de todo el hemisferio, por amplio margen. Y eso no es por el embargo, no es por la tecnología y no es por cuestiones de dinero: es el resultado de una política pública. Y hay ejemplos claros de mecanismos alternativos para administrar la infraestructura de telecomunicaciones (de un país) para conseguir mejores resultados, incluso en países con sistemas políticos y económicos diferentes del nuestro. Vietnam, Myanmar, Ecuador, Bolivia…
Usted afirma que el bloqueo no ha sido responsable de esta situación…
Eso no es lo que estoy diciendo. El embargo sí limitó durante muchos años muchas maneras en que las empresas norteamericanas podían haber ayudado o trabajado con empresas cubanas para ampliar el acceso en la Isla y eso limitó las capacidades del pueblo cubano, no era una barrera definitiva, sino una limitación. Cuba trabajó en algún momento con una empresa italiana en una iniciativa mixta. Ellos pueden trabajar con cualquier empresa europea, latinoamericana. Así que no fue una barrera determinante pero sin dudas fue una limitante. Hemos eliminado esa limitante en este sector muy en específico, y estamos solicitando y estimulando el trabajo y la colaboración por lograr conectar a la Isla.
En 2009 el presidente Obama firmó un memorandum dirigido a “promover la democracia y los derechos humanos en Cuba” mediante el cual permitía, o prácticamente exhortaba, a las empresas a que comenzaran a acercarse a Cuba para “establecer acuerdos encaminados a crear las instalaciones de telecomunicaciones por satélite y fibra óptica que enlacen a EE. UU. y Cuba”… Hubo, al parecer, algunos intentos. Por ejemplo, se conoció que TeleCuba Communications, Inc. aseguró haber obtenido una licencia de OFAC para construir un enlace de 110 millas desde Cayo Hueso a La Habana, por un costo de 18 millones de dólares y que estaría listo para 2011. Según lo que trascendió en la prensa de entonces los propios mecanismos del bloqueo impidieron que esto fructificara…
No. Eso no es correcto. Hubo una apertura en 2009 respecto a algunas de las regulaciones en el área de la tecnología y las telecomunicaciones. Pero eso no fue nada comparado con lo que hemos hecho desde el discurso que hizo el Presidente sobre un cambio de política hacia Cuba que incluye más cambios regulatorios considerables que permiten muy específicamente a las compañías de telecomunicaciones de EE. UU. entrar en negocios con ETECSA, que es una empresa estatal. Es la única empresa estatal con la que nuestras leyes permiten comerciar directamente. Eso es un cambio enorme. ETECSA nunca ha aprobado un cable submarino Miami-Habana. Nunca. Ni ahora ni en 2009. Y es ETECSA la única que tiene el poder de hacer eso. Es completamente legal, sería bueno para Internet, sería bueno para el futuro de las relaciones. Y lo que nos han dicho es que están abiertos al concepto, quieren ver propuestas escritas, quieren saber que va a funcionar y quieren tener confianza en nosotros para estar seguros de que eso va a avanzar y nosotros vamos a trabajar para fomentar esa confianza.
¿Cómo valora Ud. la relación que podría haber entre el despliegue de la conectividad a Internet en Cuba y las posibilidades de que la economía de la Isla pueda superar, o al menos comenzar a superar, su larga y profunda crisis económica?
El gobierno cubano nos ha comunicado que tienen once áreas priorizadas para la inversión extranjera: agricultura, minería, transporte, salud, biotecnología, y hay otras más… Las telecomunicaciones no son una de esas áreas priorizadas, las tecnologías y las telecomunicaciones no son un sector priorizado. Y eso está bien. Cada gobierno tiene su propio derecho de desarrollar su economía de la forma en que estime conveniente. Lo que yo les he dicho a mis colegas en Cuba es lo siguiente: si ustedes quieren que su agricultura tenga resultados, si quieren que los hospitales brinden buenos servicios médicos, y si quieren que la gente no se enferme, todo eso tiene que estar conectado con la información necesaria para tener éxito.
La Internet y las telecomunicaciones son fundamentales. Afectan todos los aspectos de la economía y todos los países del mundo están desarrollándose partiendo de esa premisa. Hemos pasado de una sociedad industrial a una sociedad de la información, que para una Isla es algo grandioso porque en una Isla no tienes gente suficiente para ser una potencia industrial. No puedes fabricar, desarrollar y distribuir autos por el mundo, pero sí tienes gente suficiente e inteligencia suficiente para exportar ideas y servicios, pero necesitas un vehículo para exportar esas ideas y servicios. Y el vehículo que existe es el Internet global, y si no estás conectado no puedes ser competitivo, no puedes crear empleos, no puedes generar oportunidad y estás desperdiciando talento, el talento evidente que existe en esta Isla, la creatividad, la belleza de este país podría ser una fuerza en el mundo, pero necesitas un mecanismo para mostrarle eso al mundo, para interactuar con el mundo en negocios, y en intercambios de ideas e información, y el vehículo que tenemos para eso es nuestro sistema global de comunicaciones.
Hace poco Ud. mencionaba que quería hacer cuanto estuviera a su alcance mientras sea Obama el presidente de EE. UU….
Y después también seguiré trabajando, pero no voy a estar en el gobierno.
Lo que quiero enfatizar es que para todo esto hay un deadline, con las próximas elecciones en EE. UU.Algunos piensan que ante un nuevo gobierno, sea republicano, o aún siendo demócrata, puedan revertirse algunas de estas políticas, o por lo menos podría ocurrir que no se le ponga la misma energía al cambio. ¿Qué expectativas cree Ud. que podríamos tener?
Lo que yo sé es lo que puedo controlar y lo que mi Presidente le puede ordenar hacer a su gobierno. Así que el próximo gobierno… Yo creo que sería muy difícil revertir realmente las medidas que ha tomado el Presidente, pero no sería tan difícil demorarlas o dejar de avanzar en ellas, en dependencia de cuánta prioridad tenga para el próximo Presidente y para los funcionarios encargados de asistirle en estas áreas de políticas públicas.
El presidente Obama ha extendido la mano de los EE. UU. hacia Cuba, y en este momento estamos esperando que Cuba extienda la suya en respuesta. Nuestra gente quiere venir aquí, nuestras empresas y nuestros académicos, nuestros científicos y tecnólogos, en especial la comunidad tecnológica; quieren trabajar aquí y compartir lo que saben con el pueblo cubano y ayudar a construir una sociedad de la información aquí en Cuba, una comunidad tecnológica aquí, que será cubana, funcionará en su propia manera, pero lo mínimo es conectarse.
Y lo que estamos pidiéndole al gobierno cubano y a nuestros colegas en Cuba es que sientan ese sentido de premura, y que trabajen con nosotros. Me dejaron muy claro que todavía están frustrados, que todavía no están contentos con nosotros, que ellos creen que nosotros podríamos y deberíamos estar haciendo mucho más, y lo que les he dicho es: “Saquémosle el mayor provecho a lo que estamos haciendo, de manera tal que podamos avanzar más a partir de ahí. Si no, va a ser muy difícil convencer a la gente de que se arriesguen a seguir abriéndose.”
Vamos a tener que seguir conversando sobre esto. Yo he viajado el mundo entero, es un honor y un placer poder viajar por todo el mundo. Mis padres nacieron en Chile, y yo me siento muy cómodo aquí, hablando en español, me gusta la música, me gusta la comida, siento que son muy hospitalarios. A nivel personal yo siento que con la gente con la que me he sentado a la mesa, si fuera cuestión de decidir entre nosotros, podríamos encontrar una solución. Así que solo necesitamos seguir intentándolo, necesitamos seguir trabajando en eso.
Aunque no existe confirmación oficial, se dice que el presidente Obama podría venir a Cuba en marzo próximo. Antes de que se concretase esta posibilidad, en una fecha tan cercana, ¿cree Ud. que habría algo más que mostrar como resultado de estos diálogos sobre telecomunicaciones entre Cuba y EE. UU.? ¿Alguna novedad como prólogo de esa visita?
No sé si el Presidente va a venir. Pero venga o no, vamos a seguir trabajando en estos temas. Por ejemplo, Cisco organiza algo que se llama NetAcademies, donde se asocian con universidades en otros países del mundo y organizan talleres para certificar a estudiantes y profesores en Sistemas CISCO, para que sean operadores certificados de esos sistemas, y a su vez pueden capacitar a otros para que hagan lo mismo. Uno de los proyectos que estamos trabajando es una conversación entre CISCO y la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) sobre cómo fundar una de esas academias aquí, y a mí me gustaría mucho regresar para cuando eso esté listo.
También me encantaría venir aquí el día que se corte la cinta roja inaugural del cable de conexión Miami-Habana. Creo que sería una conexión psicológica y física entre los dos países. Antes del embargo hubo un cable telefónico de AT&T. Necesitamos restablecer ese vínculo físico, no solo porque será de beneficio para Internet, no solo porque tenga sentido desde el punto de vista tecnológico e ingenieril, sino porque ayudará a sanar. Será una señal física de estar sanando. Así que vamos a seguir defendiendo ese argumento y ver qué pasa.
La unidad cuenta con 144 hectáreas de café plantadas y produce toda la semilla que necesita Villa Clara y parte de la que consumen Sancti Spíritus y Cienfuegos
JIBACOA, Manicaragua.—Ni en los peores tiempos por los que transitaron las unidades básicas de producción cooperativa, la UBPC La Herradura puso en peligro su existencia, como ocurrió a cientos de ellas a lo largo y ancho del país.
Tal vez la clave de esa situación habría que buscarla en la acertada dirección de la entidad, en manos, casi desde su fundación, de un hombre emprendedor y de la rectitud de carácter de Modesto Robaina Pérez, una persona incapaz de amilanarse ante los retos que ha debido enfrentar, lo cual ha contribuido a forjar en él un sano sentimiento de dueño de esa cooperativa.
Muy temprano en la mañana, antes de asomar el sol, él sale de su natal Manicaragua hacia el poblado La Herradura, la intrincada zona donde está enclavada su UBPC de igual nombre, porque como suele decir: “Me gusta tocar las cosas con la mano antes de comenzar cada jornada”, la cual culmina cuando el último rayo de luz haya desaparecido del lomerío.
De su exigencia hablan con respeto los trabajadores de la entidad. Wilfredo Palacio, por ejemplo, dice que con Robaina se puede hablar de cualquier problema o situación personal, “pero no le vayas con un cuento, porque de esas cosas no entiende.
“Yo soy fundador de esta cooperativa, y en los años malos, cuando dependíamos de la empresa para todo y lo que aquí se recogía eran cuatro latas de café, tuve que irme en busca de mejor salario; sin embargo, cuando Robaina llegó a la dirección, hace ya 16 años, las cosas comenzaron a cambiar para bien; por eso regresé y de aquí no me voy más nunca”, expresa el simpático arriero.
Por su parte, Humberto, el hermano de Modesto, menciona el empleo óptimo que hace de la fuerza de trabajo, y expone el argumento de que él solo atiende 80 cabezas de ganado, debiendo agenciarse el tiempo para alimentarlo, garantizar el ordeño y otras faenas vinculadas a esa tarea.
UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LA HERRADURA
Hace muchos años que Edelse Navarro es el director de la Empresa Agroforestal de Jibacoa, por eso conoce al dedillo los vaivenes de las dos UBPC radicadas en la montaña, la Arroyo Bermejo y La Herradura, ambas dedicadas básicamente a la producción cafetalera.
“Si tuviera que definir en una frase la etapa anterior, antes de aprobarse por la dirección del país las 17 medidas destinadas a lograr la reanimación de las cooperativas, te diría que las teníamos amarradas”, reconoce el directivo, quien añade que no poseían facultad para tomar decisión alguna, lo cual les hizo mucho daño.
Ahora todo es diferente, nuestra entidad las asesora desde el punto de vista metodológico y las controlamos; sin embargo, respetamos su independencia y las dejamos trabajar. Un ejemplo de lo anterior es que no andamos citando reuniones innecesarias, así los jefes pueden concentrarse en lo esencial de su labor, que es producir, explica Edelse.
Para demostrar cuánto se ha avanzado, menciona algunos hechos como el retorno de la fuerza de trabajo, y pone como ejemplo el caso de la UBPC Bermejo, que en su etapa más crítica llegó a contar con solo 17 trabajadores, y hoy tiene 76; y en el caso de La Herradura, en estos momentos las personas hacen cola para pertenecer a ella, dados sus resultados económicos.
Menciona, asimismo, que desde hace algún tiempo no han tenido que emplear estudiantes del plan La escuela al campo, cuando antes necesitaban 3 000 o más en cada cosecha de café; y en cuanto al rendimiento también han crecido, llegando a obtener ahora 0,34 toneladas por hectárea, superando las 0,13 que conseguían hace unos años atrás, lo cual no es mucho, pero marca el camino de la recuperación.
LA MAGIA DE LA DIVERSIFICACIÓN
Para Modesto Robaina, el administrador de la UBPC La Herradura, la clave de la recuperación de su entidad ha estado en la manera en que logró diversificar las producciones, priorizando la recuperación cafetalera, y a la vez fomentando otros renglones como la yuca, el frijol, el boniato y otros cultivos varios, además del procesamiento de la madera en sus carpinterías y hasta algo de ganadería, entre otras labores.
Hubo momentos muy difíciles, donde a las trabas burocráticas que impedían el desarrollo de esta forma productiva se unieron la crítica situación de las plantaciones de café, la carencia de recursos y de fuerza de trabajo, señala el directivo.
Añade que cuando comenzó allí, solo en dos ocasiones pudo repartir utilidades y los rendimientos cafetaleros solo alcanzaban 0,10 toneladas por hectárea, a lo cual se sumaba el éxodo de los trabajadores.
Fue así como de manera paulatina se propuso ensayar en otras actividades como las ya mencionadas, que permitieron ir recuperando la economía, lo cual también constituyó un incentivo para el retorno de muchos de los que habían abandonado el campo, explica Modesto.
Respecto a las medidas tomadas para incentivar el funcionamiento de las UBPC, considera que han sido beneficiosas. “Al principio los empresarios no las interpretaron bien y nos quedamos como a la deriva, en tierra de nadie, éramos como un híbrido, no pertenecíamos a la ANAP y tampoco a la empresa agrícola, luego eso se ha venido rectificando”.
Y agrega: “Hubo una etapa en que nos las vimos negras, éramos terceros en todos lados, nadie nos vendía nada; sin embargo, ahora tenemos personalidad jurídica, podemos comprar, poseemos contrato con varias empresas y todo eso se ha revertido en mejor economía”.
Como premio a la constancia, hoy la UBPC La Herradura tiene plantadas 144 hectáreas de café y es capaz de producir toda la semilla del aromático grano que necesita Villa Clara y parte de la que consumen Sancti Spíritus y Cienfuegos, actividad que genera una ganancia cercana a los 300 000 pesos.
Otro logro significativo es la utilización de la ciencia y la técnica, de lo cual Robaina es un abanderado en la montaña, de cuyo empleo da fe el hecho de contar con uno de los mejores polígonos de suelos del país, para lo cual recurre al laboreo mínimo, materias orgánicas, barreras vivas y las terrazas continuas, entre otros procederes.
Y como buen administrador, en cuanto palpó las bondades de la técnica vietnamita para sembrar y cultivar el café, acogió esa práctica en sus áreas, al considerarla como la vía más esperanzadora para recuperar la producción cafetalera en el lomerío.
Las y los ciudadanos de Estados Unidos pueden viajar a Cuba solo mediante varios tipos de licencias, entre ellas, las de intercambio profesional y cultural.
La Habana, 25 ene.- Con edificaciones restauradas que datan de siglos pasados, museos, proyectos sociales y una floreciente actividad estatal y privada de restauración y alojamiento, el Centro Histórico de La Habana despierta gran interés entre los cada vez más numerosos visitantes estadounidenses.
“En la estructura de ventas el crecimiento del mercado de Estados Unidos ha sido descomunal en los últimos meses y va alcanzando cerca del 60 por ciento en las ventas”, aseveró Orlando Ramos, presidente de la agencia de viajes San Cristóbal, que promueve el turismo patrimonial, cultural e histórico en la parte más antigua de la capital cubana.
“Tenemos una experiencia de diez años trabajando este mercado, sus particularidades, demandas y preferencias. Hemos logrado desarrollar una carpeta de productos y programas especializados que responden no solo a ese gusto, sino también a nuestros intereses”, destacó.
Afortunadamente, enfatizó, “los niveles de satisfacción son altísimos. Los hemos comprobado a través de encuestas y reconocimientos”.
En Cuba todavía no puede hablarse de turismo estadounidense. Quienes viajan lo hacen a través de licencias, “que en los últimos meses han sido mucho más fáciles de obtener”.
“Pero siguen siendo licencias que establecen requerimientos en los programas que vienen a desarrollar en el país y nosotros hemos desarrollado programas que responden a las exigencias de los diferentes tipos de licencias”, dijo Ramos.
La ola de visitantes de la nación norteña representa un reto para Cuba, en especial para el centro histórico habanero, una de las partes más visitadas de la capital cubana.
De acuerdo con Luis Enrique Sotolongo, presidente de la compañía Habaguanex, responsable de la operación comercial y turística en el Centro Histórico, para el mercado norteamericano estamos preparados en las costumbres y formas, pues tenemos varios años de experiencia a través de la agencia San Cristóbal.
Las visitas organizadas por la agencia de viajes contribuyen a un mejor conocimiento de la realidad nacional y sus protagonistas.
“Después de hacer los programas, las rutas incluyen visitas a proyectos comunitarios y culturales, centros de salud y educación, así como el intercambio con los protagonistas de la vida cotidiana”, amplió Ramos.
“La Oficina del Historiador de La Habana tiene una obra meritoria desde el punto de vista social y cultural. Eso es lo que promovemos en primer lugar y después nos apoyamos en los proyectos del resto de la ciudad”, apuntó.
Pero una de las limitaciones radica en la insuficiente capacidad de alojamientos, algo en lo que se trabaja aceleradamente en la ciudad antigua.
“Proyectamos cuatro nuevos hoteles que sumarían otras 150 habitaciones como parte del desarrollo hotelero del grupo, que es la principal prioridad hoy”, declaró a la prensa Sotolongo.
Las obras están en fase de proyectos. “Les estamos proponiendo la máxima categoría para aprovechar los espacios favorecidos donde están ubicados. Se trabaja ahora en las coordinaciones para llevar a cabo la inversión”, amplió.
Lo más inmediato, sin embargo, es la reconversión en cuartos hoteleros de antiguos espacios administrativos, hoy subutilizados, que se ubican en zonas de gran importancia histórica y patrimonial.
Por demás, enumeró que la oficina deberá mejorar el abastecimiento de las instalaciones gastronómicas y la calidad de los servicios, para equipararlos con el creciente sector privado de la localidad.
“La tendencia mundial no es sentarse y comer todos los días dentro del hotel, es salir a buscar en las calles la gastronomía, por lo tanto Cuba tiene el gran reto de sobresalir también como un producto culinario”, consideró Sotolongo.
Habaguanex cuenta en la actualidad con 589 habitaciones en una veintena de instalaciones, fundamentalmente de pequeño formato, y un centenar de restaurantes, cafeterías y comercios.
La compañía aporta más del 50 por ciento de sus utilidades a hacer realidad el sueño de rescatar y mantener vivo el patrimonio material e inmaterial del Centro Histórico, en una zona donde bulla la vida y sus habitantes se beneficien de las bondades del turismo.
Surgió hace 22 años por decreto especial que le concedió a la Oficina del Historiador poderes excepcionales para la operación comercial en el Centro Histórico, que generara ingresos para el proyecto de restauración.(2016)