Comp. Betsy Diaz Velázquez
Ministra
Ministra:
Hace varios días remití a Cubadebate comentarios sobre la situación del comercio interior, que no he visto que se haya publicado, que incluía lo anunciado por usted para la etapa pos pandemia.
Ante todo, permítame presentarme. Soy una persona de 75 años con varias enfermedades: fibrosis pulmonar, hipertensión e insuficiencia renal, que vivo sola con mi esposo de 76 años, ambos revolucionarios y militantes del Partido, sin hijos.
Discúlpeme si resulto extensa en lo que expondré, pues no se trata solamente de nuestra situación personal, sino de lo que no se organiza o no se tiene en cuenta acerca de la problemática de nuestra sociedad, en la cual un porciento alto de la población vive solo de su salario, jubilación o asistencia social, cuyo nivel no alcanza para las compras que permitan satisfacer sus mínimas necesidades de alimentación, higiene y compras de medicamentos y mucho menos para tener que acceder a intermediarios o cuentapropistas, cuyos precios duplican o triplican los de los mercados estatales. ¿Acaso alguien piensa que, con el pollo, los huevos, alguna jamonada o picadillo extendido que se ofertan por la libreta, puede tenerse un mínimo de consumo de proteína animal y ni qué decir del precio de las viandas y vegetales?
A continuación, algunos problemas que llaman a la reflexión:
- En el periódico Juventud Rebelde del 7 de junio se trasmite el descontento de un discapacitado y miembro de Aclifim, que plantea que se ha cambiado la instrucción dada acerca de la prioridad a sus dificultades y tiene que hacer la “cola”.
- El pasado 8 de mayo realicé la compra de un Combo en Villa Diana, que me fue entregado el 5 de junio alrededor de las 8 y media de la noche, sobre esta compra llamé en diversas ocasiones por teléfono, timbre y nadie contestaba, les pasé varios emails y ninguna respuesta; cuando se podía entrar al sitio, se decía en “mantenimiento” y lo programado para la plataforma expresaba “está procesándose”.
Trajeron el encargo sin haber llamado antes, tienen el teléfono, el correo electrónico y si no hubiera habido nadie en la casa, habría significado un gasto de combustible innecesario, sobre lo cual continuamente se está llamando la atención y la necesidad de ahorrarlo.
- Sobre el comercio electrónico, considero que las explicaciones que se han venido ofreciendo sobre las dificultades confrontadas resultan dudosas, teniendo en cuenta los miles de graduados en programación desde la fundación de la UCI; en la información del 9 de junio se dice “persisten problemas vinculados al desempeño de los sistemas informáticos, inadecuado completamiento y preparación del personal, insuficiente transporte para la distribución, déficit de áreas para conformar pedidos, fallas en los procesos de pago y devolución, entre otros; esos problemas se conocían cuando se realizó la comparecencia de las entidades en la Mesa Redonda desde mediados de mayo, donde se dijo que para el 25 de mayo lo tendrían en funcionamiento. ¿Ninguno se ha resuelto?
- En el comercio minorista de divisas se aprecia falta de sensibilidad ante los que requieren atención diferenciada, los adultos mayores, discapacitados, etc. y las “colas”, sobre las que vale señalar que cuando se aborda el tema, se refiere a que hay organizarlas y no que pudieran existir otras formas de venta que no implicaran hacerlas, disminuirlas o al menos instruir sobre el tratamiento a brindar a personas con dificultades.
- Para disminuir las colas o eliminar gran parte de ellas, pueden existir diferentes formas, como, por ejemplo:
vincular a los vecinos de una determinada zona a la tienda más cercana y fijarles días y horarios de compra.
que una tienda de divisas venda con algún empleado de ella en algún local, (por ejemplo, la bodega o contenedores) a los vecinos de una determinada zona, auxiliados por las organizaciones de masas, que se organizarían por los comités de defensa.
otra cuestión, son los adultos de la tercera edad y no se trata de asignarles mensajeros solo. Se plantea que ellos no deben estar en la calle, pero ¿quién les compra a los que viven solos o cómo seleccionar lo que quieren o pueden si conservan alguna facultad de movilidad?
Soluciones al respecto, censar las personas en tal situación y vincularlas a una tienda o varias cercanas a su domicilio, en la cual tengan un horario para hacer sus compras y en el cual no puedan hacerlo de otras edades, sin que tengan que hacer la “cola normal”.
Otra opción, que en esas tiendas puedan encargar por teléfono sus requerimientos, acorde con las existencias y algún mensajero de la tienda se las lleve.
- También se presentan dificultades en el comercio minorista en moneda nacional, En nuestro caso, se distribuyó a fines de abril un módulo que contenía huevos y viandas, que lamentablemente nunca pudimos comprar, pues el bodeguero dijo que no podía venderlo al mensajero que nos hace los mandados y cuando mi esposo fue a buscarlo, le dijo que se habían terminado y debía reclamarlo y hasta el día de hoy no se ha podido acceder al mismo.
- Situación similar, es el tema de las farmacias, que, aunque en el caso de los tarjetones están vinculados los clientes a una determinada, no se evita la cola para los adultos de la tercera edad que viven solos y aunque no es de la rectoría del comercio interior, no deja de ser un establecimiento comercial.
- Otros temas son la importación de productos que no parecen esenciales y las compras a intermediarios innecesarios que cobran precios excesivos. El país lleva muchos años con dificultades financieras, agravadas en la actualidad por las medidas impuestas por el presidente norteamericano primero y ahora por el impacto de la pandemia y resulta previsible que la situación no mejore ostensiblemente en el corto plazo, lo que ha llevado a la dirección del Partido y el Gobierno a implementar medidas que conlleven al ahorro, la sustitución de importaciones y otras. En este camino vale examinar:
los productos no indispensables que se compran para las tiendas, como pueden ser galleticas dulces, chicles, bebidas alcohólicas, por citar solo algunos ejemplos), cuyo monto podría ser desviado a compras de pollo, aceite, leche en polvo, etc.;
se compran productos similares de precios más altos en detrimento de otros de menor costo, por ejemplo, paquetes de albóndigas, en lugar de hamburguesas que pudieran ser producción nacional o aún las importadas;
las compras a proveedores que son intermediarios no necesarios y en algunas ocasiones intermediarios de intermediarios, significan millones de dólares que con disminuyen la capacidad de compra y en general aspecto se presta mucha atención;
¿se ha examinado cuánto reciben los compradores por la firma de contratos con ese tipo de suministradores por concepto de comisiones o regalías?
¿Qué control hay sobre lo que se establece y no se cumple? Trabas y más trabas, falta de sensibilidad y como resultado queda solo pensar que algunos quieren que se hagan colas, se vendan turnos para las mismas, que muchos empleados y direcciones de tiendas se pongan de acuerdo con los coleros y con proveedores extranjeros y se continúe con la corrupción.
Los directivos de los comercios y sus jefes debían tener en cuenta algunos elementos importantes de su función en la sociedad y ellos, al menos, son:
1. Las tiendas son un servicio a disposición de los clientes, no al revés.
2. En estos momentos, hay múltiples trabajadores sin trabajo, que pueden al menos contestar teléfonos y tramitar respuestas.
3. Los clientes pagamos por adelantado y ello significa que estamos financiando a las tiendas y a la empresa a que pertenece o al menos ganan intereses (sólo porque el dinero duerma una noche en un banco se gana –overnight-).
4. Tener en cuenta las orientaciones del país, sobre el ahorro, la necesidad de informar a la población, organizar mejor su actividad y centrar más su atención sobre la administración de las tiendas y sus empleados que roban y ni tan siquiera lo disimulan delante de los clientes.
5. Que su mala gestión, no exigencia o permitir el incumplimiento de lo estipulado u orientado, afecta a la mayoría de la sociedad.
Soy una persona optimista y creo que siempre debe darse tiempo al desarrollo porque nada se construye en un minuto, pero lo que sucede es simplemente una falta de respeto por NO RESPUESTA y no tener en cuenta las orientaciones, por lo que resulta fundamental reflexionar sobre cómo realmente se atienden mejor a determinados sectores de la población que requieren atención diferenciada y se emplean adecuadamente los recursos materiales y humanos que se disponen.
Las decisiones que finalmente se tomen deben ser informadas ampliamente y publicarse en las tiendas, mediante tablillas para que no sean cuestionadas cuando se reclame su cumplimiento y no se alegue que no están establecidas o han sigo cambiadas.
Debemos entender que cuando una autoridad informa de algo que posteriormente no puede cumplir, debe anticiparse a ofrecer información sobre el problema y las causas, pues de no hacerlo se afecta la credibilidad de su dirección.
Espero que lo antes expuesto no moleste, pero siento que no todos trabajan para mejorar la situación y pensar como país y resulta necesario que las explicaciones que se ofrecen sean amplias y comprensibles, pues en innumerables ocasiones dejan muchas “lagunas”.
A su disposición para cualquier aclaración.
Fraternalmente,
Nelly A. Cubillas Pino
Calle 32 No. 115 e/23 y Pasaje A, Vedado
Tfno. 78312350