Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 16 de diciembre de 2021

114 miembros del Congreso instan al Presidente Biden a abordar las necesidades humanitarias y a restablecer el diálogo constructivo con Cuba



Foto: Getty Images

Encabezados por los representantes Jim McGovern (MA), Barbara Lee (CA), Bobby Rush (IL) y el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Gregory Meeks (NY), 114 miembros del Congreso de EE.UU. enviaron una carta al presidente Biden en la que le piden impulsar una política hacia Cuba que aborde las necesidades humanitarias, la crisis económica y el compromiso en áreas de interés mutuo.

En vísperas del 17 de diciembre –el séptimo aniversario del restablecimiento de relaciones entre EE.UU. y Cuba–, más de la mitad de los demócratas de la Cámara de Representantes exigieron la restauración del camino hacia la normalización y la anulación de las políticas y sanciones de Trump.

“La situación humanitaria actual en Cuba es cada vez más grave en cuanto a la escasez de bienes y alimentos así como la disminución al acceso a los suministros médicos en medio de la pandemia de COVID-19. Le instamos a que tome medidas humanitarias inmediatas –tal y como le ha instado Naciones Unidas en repetidas ocasiones– para suspender las regulaciones estadounidenses que impiden que los alimentos, las medicinas y otras ayudas humanitarias lleguen al pueblo cubano. También apoyamos un cambio más amplio que permita profundizar el compromiso con Cuba y avanzar hacia la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”, dice la carta.

Los representantes señalan que los complicados procesos para la obtención de licencias y verificación del uso final impiden la capacidad de enviar o vender suministros médicos a la nación isleña. Además, sigue vigente la política de la administración Trump de restringir las remesas familiares, lo cual impide a los cubanoamericanos ayudar a sus propias familias durante la pandemia.

“La ‘campaña de máxima presión’ de Trump sigue vigente, con restricciones en cuanto a las remesas y viajes, sanciones a las industrias bancarias y turísticas, y la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. Es alentador que los demócratas en el Congreso estén presionando a la Administración Biden para que corrija estos errores”, dijo la cofundadora de Codepink, Medea Benjamin.

Los representantes piden un compromiso bilateral en materia de migración, medio ambiente, seguridad y salud. También señalan que las comunicaciones y el acceso a internet aumentaron como resultado directo de la política de compromiso bajo la Administración Obama.

“La política de la Administración Obama hacia Cuba fue muy popular, no solo entre los estadounidenses en general, sino también dentro de la comunidad cubanoamericana. Esta carta es un avance importante en el Capitolio y esperamos que estimule al presidente Biden a cumplir su promesa de campaña de normalizar las relaciones con Cuba”, dijo Angelica Salazar de Acere, la Alianza para el Compromiso y el Respeto a Cuba, un grupo de solidaridad que busca poner fin al bloqueo a Cuba.

A lo largo del país, organizaciones e individuos afiliadas a Acere trabajaron incansablemente para llamar la atención de los Representantes a esta carta y alentarlos a firmar, incluyendo Codepink, Just Foreign Policy, Global Health Partners, Latin America Solidarity Committee, Building Relations with Cuban Labor, Solidarity Collective y Minnesota Cuba Committee.

Carta íntegra de los congresistas a Biden

Estimado presidente Biden:

Les escribimos para pedirle que de prioridad al bienestar del pueblo cubano, que atraviesa la peor crisis económica y humanitaria de la historia reciente. La actual situación humanitaria en Cuba es cada vez más grave, con escasez de alimentos y bienes y un menor acceso a suministros médicos en medio de la pandemia de COVID-19.

Le instamos a tomar acciones humanitarias inmediatas, como las Naciones Unidas lo han instado en repetidas ocasiones, para suspender las regulaciones estadounidenses que impiden que alimentos, medicinas y otra asistencia humanitaria lleguen al pueblo cubano.

También apoyamos un cambio más integral para profundizar el compromiso con Cuba y avanzar hacia la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Instamos a su administración a eliminar las licencias específicas requeridas para enviar suministros médicos, como kits de pruebas y dispositivos respiratorios, a Cuba. También pedimos que la administración levante todas las restricciones a las transacciones bancarias y financieras relacionadas con la ayuda humanitaria y suspenda la verificación del uso final.

Si bien el embargo permite el envío de ayuda humanitaria, en la práctica, los requisitos de licencia, la verificación del uso final, las restricciones al sector bancario y el temor a infringir sin saber las leyes estadounidenses, complican gravemente el envío de ayuda humanitaria a Cuba, también desde otros países, como de los Estados Unidos.

Le pedimos que elimine todas las restricciones sobre las remesas familiares, permitiendo que los cubanoamericanos ayuden a sus familias y mejoren su nivel de vida, y las restricciones sobre las remesas no familiares (donaciones), permitiendo que las organizaciones sin fines de lucro y los grupos religiosos brinden asistencia humanitaria y capital para start-ups para los empresarios cubanos y la sociedad civil.

Seguimos a la espera de acción basado en las recomendaciones del Grupo de Trabajo de remesas que estableció a raíz de las protestas del 11 de Julio, encargadas de acelerar una revisión dentro de 30 días de cómo enviar remesas directamente al pueblo cubano.

A pesar de las preocupaciones de que el gobierno de Cuba obtenga ingresos de las remesas, el gobierno capta menos ingresos de las remesas que en el pasado, debido a los cambios iniciados en julio de 2020 y gran parte de los ingresos del gobierno de las remesas se canaliza a las importaciones de alimentos, combustibles y bienes esenciales para los cubanos que no tienen familia en el extranjero, muchos de ellos en comunidades marginadas.

Además, el gobierno de Estados Unidos no restringe las remesas a la mayoría de los países objeto de las sanciones de Estados Unidos. Por ejemplo, su administración reinició el flujo de remesas a través de Western Union a Afganistán, y desde la semana pasada permite las remesas personales y familiares a través de instituciones financieras.

También le instamos a que revoque las restricciones de viaje a Cuba de la Administración Trump, ya que dificultan que los cubanoamericanos visiten y se reúnan con familiares en la isla, en particular para aquellos con familias fuera de La Habana. Estas restricciones limitan el diálogo y el intercambio mutuamente beneficioso entre el pueblo estadounidense y cubano.

Las restricciones de viaje también han perjudicado a las pequeñas empresas privadas, que no han podido acceder a los bienes y productos necesarios y han tenido problemas desde que el turismo comenzó a desacelerarse después de que se implementaron tales restricciones. Permitir los viajes a Cuba aumentaría el flujo de suministros humanitarios necesarios a la isla y la cantidad y distribución de dinero y bienes enviados directamente a manos de los cubanos.

Cuba fue eliminada de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo en 2015 después de una revisión exhaustiva por parte de expertos del Departamento de Estado y de la comunidad de inteligencia. La Administración Trump no citó ningún hecho nuevo para justificar su decisión de reincorporar a Cuba durante los últimos días de su mandato. Por lo tanto, le pedimos que recomiende que el Departamento de Estado realice una nueva revisión y elimine a Cuba de la lista.

Esta designación coloca otro obstáculo en el camino hacia la mejora de las relaciones y crea más obstáculos para la compra o recepción de bienes humanitarios.

Además de estos pasos inmediatos, creemos que una política de compromiso con Cuba sirve a los intereses de Estados Unidos y del pueblo cubano. Debería conducir a un esfuerzo más amplio para profundizar el compromiso y la normalización, incluido el reinicio del compromiso diplomático en los niveles superiores, así como mediante la dotación de personal de las respectivas embajadas de cada país.

Este acto no solo sería un gesto de buena fe sino que responde a los mejores intereses de Estados Unidos, al ayudar a los cubanos interesados en migrar por medios legales en lugar de contribuir a las condiciones que obligan a los cubanos a migrar en condiciones peligrosas, llegando en mayor número a nuestra frontera sur.

Debido a que la Sección Consular de la Embajada de Estados Unidos ha estado cerrada a los cubanos, Estados Unidos está violando el acuerdo migratorio de 1994 firmado con Cuba para poner fin a la última crisis migratoria.

Se debe reanudar el compromiso en áreas clave de interés mutuo que fueron perseguidas por la Administración Obama-Biden, incluidos los grupos bilaterales sobre migración, respuesta a desastres, medio ambiente y cuestiones de aplicación de la ley, como la lucha contra las drogas y el lavado activos. La cooperación en la respuesta al COVID-19 y el abordaje de futuras pandemias también son esenciales.

Por último, la protección de los derechos humanos en Cuba, incluido el derecho a la protesta, se beneficia mejor con un compromiso basado en principios, en lugar de un aislamiento unilateral, que ha demostrado ser una política fallida.

De hecho, hoy, tras casi cinco años de estrictas sanciones estadounidenses, los incipientes movimientos sociales cubanos que surgieron durante los años de acercamiento, encuentran su espacio para el debate público y la libertad de expresión más restringido que en 2016.

Sin embargo, el aumento de los canales de comunicación y el acceso a la información a través de la las plataformas de Internet y redes sociales en los últimos años, en gran medida debido a la política de compromiso seguida por la Administración Obama-Biden, han influido dramáticamente en la forma en que los cubanos se comunican y sus niveles de activismo para influir en la toma de decisiones y movilizarse y abogar por causas sociales. Es más probable que la participación habilite los aspectos políticos, económicos,

Estamos ansiosos por trabajar con usted para promover las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y los derechos humanos y la prosperidad en la isla.

Esperamos su rápida implementación de estas recomendaciones.

Además de los representantes McGovern, Lee, Meeks y Rush, la carta fue firmada por: Jackie Speier (CA), Ami Bera, MD (CA), Al Green (TX), Linda T. Sánchez (CA), Debbie Dingell (MI), Ann Kirkpatrick (AZ), Teresa Leger Fernández (NM), Judy Chu ( CA), Lori Trahan (MA), Sanford D. Bishop, Jr. (GA), Nikema Williams (GA), Marilyn Strickland (WA), Marie Newman (IL), Kweisi Mfume (MD), Juan Vargas (CA), Lucille Roybal-Allard (CA), Jahana Hayes (CT), Katie Porter (CA), Grace F. Napolitano (CA), Nanette Diaz Barragán (CA), Jimmy Panetta (CA), Colin Z. Allred (TX), Veronica Escobar (TX), Alma S. Adams, Ph.D. (NC), Jimmy Gomez (CA), Marc A. Veasey (TX), Eric Swalwell (CA), GK Butterfield (NC), Sean Casten (IL) y Robert C. “Bobby” Scott (VA). (GA), Nikema Williams (GA), Marilyn Strickland (WA), Marie Newman (IL), Kweisi Mfume (MD), Juan Vargas (CA), Lucille Roybal-Allard (CA), Jahana Hayes (CT), Katie Porter (CA), Grace F. Napolitano (CA), Nanette Diaz Barragán (CA), Jimmy Panetta (CA), Colin Z. Allred (TX), Veronica Escobar (TX), Alma S. Adams, Ph.D. (NC), Jimmy Gomez (CA), Marc A. Veasey (TX), Eric Swalwell (CA), GK Butterfield (NC), Sean Casten (IL) y Robert C. “Bobby” Scott (VA). (GA), Nikema Williams (GA), Marilyn Strickland (WA), Marie Newman (IL), Kweisi Mfume (MD), Juan Vargas (CA), Lucille Roybal-Allard (CA), Jahana Hayes (CT), Katie Porter (CA), Grace F. Napolitano (CA), Nanette Diaz Barragán (CA), Jimmy Panetta (CA), Colin Z. Allred (TX), Veronica Escobar (TX), Alma S. Adams, Ph.D. (NC), Jimmy Gomez (CA), Marc A. Veasey (TX), Eric Swalwell (CA), GK Butterfield (NC), Sean Casten (IL) y Robert C. “Bobby” Scott (VA).

(Tomado de Acere.org)

Evalúan potencialidades de Cuba para mejorar su ubicación en el Índice Global de Innovación

 



La Habana, 16 dic (ACN) Especialistas de centros de investigaciones, entidades y organismos nacionales debatieron hoy, en la capital, cuánto puede hacerse en aras de ubicar a Cuba en mejores posiciones a nivel mundial respecto al Índice Global de Innovación (IGI), pese al impacto del bloqueo norteamericano y a que algunos indicadores son propios de naciones desarrolladas.

Bajo estas condiciones, su estudio y el análisis de la información sobre la mayor de Las Antillas es de gran utilidad como referencia para la toma de decisiones y la construcción de métricas alternativas a escala nacional, provincial y municipal, tal cual ha sucedido con el Índice de Desarrollo Humano, y en tal sentido sesionó un taller sobre el Cálculo alternativo de IGI.

Los resultados preliminares de una investigación en 2021, que recoge los avances, desaciertos y potencialidades del país en los pilares de Instituciones, Capital Humano e Investigación, Infraestructura, Sofisticación del mercado y de los negocios, Producción de tecnología y conocimientos, y Producciones creativas, fueron enriquecidos con las valoraciones y propuestas de los participantes en el evento.

En presencia de Armando Rodríguez Batista, viceministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), organismo al frente de esta tarea, el Doctor en Ciencias Ramón Pichs, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), coordinador del Grupo Técnico creado para dar seguimiento al Índice Global de Innovación, destacó el aporte de diversas entidades.

Además del CIEM, del que varios de sus especialistas expusieron la visión mundial que existe de Cuba en cada uno de los pilares establecidos, también aportaron ideas y recomendaciones expertos de la Dirección de Potencial Científico y Tecnológico del CITMA, de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), de la Oficina Cubana de Propiedad Intelectual y de organismos.

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Se supo que en materia de capacidad de innovación (sobre todo en lo relacionado con el potencial humano y la investigación) la mayor de las Antillas tiene mundialmente una mejor ubicación que en los resultados de innovación.

Hubo consenso en la urgencia de dar más visibilidad e información actualizada respecto a todo lo que se ha avanzado en muchos de los indicadores que mide el IGI, amén de que por razones de seguridad nacional habrá datos restringidos.

Tenemos un bloqueo económico y muchas restricciones financieras pero hemos sido capaces de contar con un sistema de ciencia, tecnología e innovación que se va consolidando, y hace falta entonces también tenerlo en el campo de la información y la comunicación, dijo la Doctora Gladys Hernández, investigadora del CIEM, poco después de presentarse un proyecto en este campo.

En el taller el director de ese centro explicó que los cálculos del IGI 2020, tomados como punto de partida de la investigación de Cuba, incluyeron a 131 países, que representan el 93.5 % de la población del planeta y 97.4 % del Producto Interno Bruto global.

Estamos ante un tema retador, que sienta paradigmas pues rompe barreras en las maneras de pensar y de hacer en medio de limitaciones diversas, por lo cual habrá que enamorar a aquellas instituciones que también deberán sumarse a esta tarea, manifestó en las conclusiones el viceministro Rodríguez Batista.


Recordó que el Presidente Miguel Díaz-Canel orientó acometerla de inmediato, para comenzar a compararnos con el resto del orbe en la aspiración de ser una sociedad próspera y sostenible; de ahí que habrá que analizar con los organismos que tienen políticas vinculadas a indicadores del IGI cómo retroalimentarnos, precisó.

Veo estos resultados con un sentido optimista, dijo tras la exposición de los ponentes, para aclarar que la forma en que trabajemos o veamos determinadas políticas públicas están en función de poner al país en una mejor posición internacional.

Respecto a la IV Encuesta Nacional de Innovación, que será después del 2022, el viceministro del CITMA señaló que la misma puede ayudar a medir el IGI, como tendremos que diseñar un sistema dirigido a también el nivel de gestión de los gobiernos locales, acotó.

Adelantó que en 2022 ante el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros informarán los resultados del avance en esta tarea, en la que la comunicación social es importante, insistió Rodríguez Batista.

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Contó que al presentársele al Presidente cubano las ideas para el estudio y seguimiento de la presencia de Cuba en el Índice Global de Innovación, a una pregunta suya de dónde estaría el Equipo técnico se le respondió que en el CIEM, una institución de mucha experiencia, prestigio y con renombrados especialistas.

Precisamente uno de ellos, el Doctor en Ciencias Económicas José Luis Rodríguez, uno de los expositores en el panel, recibió un reconocimiento especial por llevar 55 años ejerciendo la docencia y la investigación, además de haber ocupado importantes responsabilidades, como la de ministro de Finanzas y Precios y posteriormente de Economía

Los precios y la arquitectura de la reforma económica en Cuba. Comentario HHC

“esta empresa sólo será de lucro moderado y honesto, siempre podrá abaratar sus productos mucho más que las que no se conforman sino con grandes provechos”. José Martí


Por Luis Gutiérrez Urdaneta
      Julio Carranza Valdés

Hemos expresado sistemáticamente que la reforma de la economía cubana debe ser profunda integral y responder a un diseño que ordene de manera adecuada sus diferentes etapas. El proceso debe avanzar hacia el horizonte de una economía socialista que reconozca la importancia del mercado y la descentralización de los diversos agentes económicos bajo el liderazgo, no el monopolio, de las empresas estatales.

El mercado es una relación social que acompaña a la economía durante un periodo extenso de la historia de la civilización, antecede y sucede al capitalismo. Luego de superada la comunidad primitiva el mercado ha estado siempre. En el capitalismo alcanza un lugar supremo y casi todo se somete a él, dando lugar al avance de las fuerzas productivas, pero también a la concentración de la riqueza y a la hegemonía del capital.

El socialismo no puede suprimir, desconocer ni subestimar al mercado, ese error se ha pagado caro, pero sí puede regularlo, limitarlo, someterlo al interés público y a la democracia (como al fuego, diría Engels). Repetimos aquí un concepto adelantado en nuestro libro publicado en 1995 “Cuba, la restructuración de economía. Una propuesta para el debate" (1): lo que define a una sociedad socialista no es la supresión del mercado, tampoco la eliminación total de la propiedad privada, sino la supresión de la hegemonía del capital.

Hemos expresado antes y viene al caso repetir aquí: el interés privado subordinado al interés público y el mercado a la democracia, esa fórmula es necesaria y posible en una economía diversa en sus formas de propiedad y gestión, regulada desde el estado socialista, pero no con métodos burocráticos y autoritarios sino con métodos que reconozcan la objetividad de la economía y lo esencial de la democracia popular (2).

En las condiciones históricas actuales, cualquier alternativa socialista, más allá de las diferentes condiciones de los países, supone considerar el mercado como el espacio al que concurren los diferentes agentes económicos, pero bajo regulaciones que impidan el predominio descontrolado de las fuerzas e intereses mercantiles, mismas que en el capitalismo se llevan por delante cualquier propósito de equidad y justicia social y favorecen inevitablemente la hegemonía del capital y de los sectores élites de la sociedad, esto sucede de manera más cruda en el neoliberalismo, pero opera en todas las formas posibles de capitalismo, aún en aquel de carácter más benefactor que correspondió a los llamados estados de bienestar, a pesar, ciertamente, de sus consecuencias relativamente más benignas e inclusivas para el conjunto de la sociedad.

En una perspectiva socialista, para expresarlo de alguna manera, quizás la fórmula sea ni más ni menos mercado que aquel que se derive de las condiciones concretas y exigencias de la realidad, sin enajenar el carácter y objetivos sociales del sistema.

Está determinación es imprescindible para generar con los niveles adecuados de eficacia, la riqueza en bienes y servicios, materiales e inmateriales, que habrán de ser distribuido con la mayor equidad posible, impidiendo cualquier manifestación de pobreza y marginalidad, pero no con un igualitarismo imposible. Los diferentes niveles de ingreso deben corresponder a los resultados legítimos del trabajo y la inversión en cualquiera de sus expresiones. Sin una economía eficiente y en desarrollo no hay progreso social ni justifica social posible, es preciso construir realidades no quimeras.

Ahora bien, el mercado es también una construcción compleja que debe reunir determinados atributos para que opere acertadamente en una economía de horizontes socialistas, lo cual no quiere decir que esté exento de contradicciones que se deben gestionar y solucionar a favor del bien común y del desarrollo, en esto media el arte de la política y de la democracia popular, pero no sólo basados en ideologismos vacíos, sino en una comprensión profunda y culta de las complejidades de la economía y la sociedad, o sea, el ejercicio del poder de gobierno en todos sus niveles debe estar basado en la más amplia participación, pero también en el más profundo conocimiento. Hay que discernir y decidir bien en medio de la complejidad e incertidumbre de la realidad contemporánea.

Una de las categorías más compleja del mercado son los precios, sobre los cuales actúan diversos factores y no únicamente el juego puro de la oferta y la demanda, entre otras cosas porque esa “pureza”, donde todos los agentes concurren en igualdad de condiciones e información completa no existe, ni en el capitalismo ni en el socialismo. Hay monopolios y oligopolios, así como manipulaciones y mediaciones políticas que responden a intereses específicos, todos estos factores y otros hacen casi imposible la existencia de un mercado “perfecto”.

Una reforma como la que Cuba precisa y que se hace políticamente posible en los espacios abiertos por importantes documentos oficiales como “La Conceptualización del modelo económico y social” y la nueva Constitución, debe apurar la construcción del mercado que necesita y reconocer progresivamente el peso de las oscilaciones entre oferta y demanda, pero no se trata de una descontrolada y abrupta desregulación para que el “libre” juego de estas determine “automáticamente” los precios, porque, en las actuales condiciones, esa práctica se convierte también en una mascarada para cubrir la ineficiencia, la especulación y las rentas inmerecidas a costa del ciudadano común como hemos visto en la actual espiral inflacionaria que sufre el país.

Se podría argumentar que la liberación de precios no ha existido porque estos han sido fijados oficialmente e incluso se ha apelado a los llamados “topes”, sin embargo, una determinación administrativa y arbitraria de los precios y de los topes es tan dañina o más que la apresurada y descontrolada liberación de los mismos, ir de una a la otra puede dar lugar a un doble error.

Aún en las economías capitalistas existen diversas vías directas e indirectas de impactar sobre el ajuste de precios cuando las excesivas distorsiones del mercado amenazan con generar turbulencias económicas, sociales y políticas, los ejemplos sobran, sobre todo en economías desarrolladas.

Por esta razón nos parece pertinente, como parte del debate que la compleja realidad de hoy exige, volver al tema de la formación de precios en la reforma, vistos estos en una dinámica que debe avanzar y transformarse en la medida en que el proceso de cambios evolucione con la secuencia adecuada y los mercados se vayan construyendo para dar lugar al mercado regulado que la economía socialista necesita en una nueva síntesis con la planificación, que habrá de tener un carácter más estratégico e indicativo que burocrático y administrativo como ha sido hasta ahora.

La situación es compleja y, como hemos afirmado, el tiempo es una variable crítica, apremia, pero eso no quita la imprescindible necesidad de etapas y una secuencia adecuada para la reforma, o sea rapidez sí, desorden en la marcha no.

Hemos expresado sistemáticamente y parece que hoy ya nadie lo niega, que el ordenamiento monetario comenzado al inicio de 2021 ha tenido errores de diseño y de implementación, uno de sus principales problemas fue no haber respondido a la secuencia adecuada, no se trata de un proceso en sí mismo, se trata de un proceso dentro de otro mayor que es la reforma integral, misma que debe responder a una “arquitectura” precisa y con capacidad de “corregirse” a tiempo cuando esto sea necesario.

Además de no haber decidido antes del ordenamiento las medidas de “liberalización de las fuerzas productivas” en todos los sectores, pero principalmente en el agropecuario y de cambios en las prioridades de la política inversionista para expandir la oferta antes de los incrementos de ingresos diversos que fueron decididos (salarios, pensiones, reparto de utilidades, etc), tampoco se realizó un ejercicio riguroso y económicamente fundamentado de cálculos  previos sobre el impacto que sobre los precios tendría cualquier medida que se decidiera implementar.

De un plumazo se “unificó” el mercado monetario con la consecuente devaluación del peso cubano, en medio de un bloqueo férreo y de una pandemia persistente, como era de esperar los costos se dispararon y con ellos se alteró todo el sistema de precios. Los primeros ajustes inmediatos de tarifas y precios fundamentales, debido a los fuertes reclamos de la población, evidenciaban que los cálculos no contaban con el rigor necesario.

Por sólo tomar el caso de un sector de máxima sensibilidad, la producción de alimentos: Se debe tener en cuenta que para la  liberalización de los precios en un sector tan complicado primero es necesario eliminar barreras de entrada, analizar monto de subsidios si correspondiera, eliminar o reformar el quasi monopsonio de “acopio”, así como revisar los precios a los cuales se le venden los insumos fundamentales a los productores, incluyendo el agua, combustibles y otros, políticas de crédito y fomento, instituciones proactivas, etc.

La producción agropecuaria tiene adicionalmente la particularidad de que los precios se determinan en las peores condiciones (calidad de la tierra, cercanía de los mercados, infraestructura, etc), de manera que habría que lidiar con la captación de las rentas absoluta y diferenciales implícitas.

Sólo luego de creadas las condiciones necesarias es posible liberar precios sin las consecuencias que hemos observado: esto lleva estudio y tiempo y debió haberse abordado mucho antes del llamado “momento cero”. Inicialmente se apeló a los “topes de precio” sin un análisis integral del asunto.

Ante tales condiciones y bajo las presiones de la escasez (muy agravada por el bloqueo reforzado y los efectos de la pandemia de COVID 19), los precios se dispararon, si no siempre formalmente en el mercado legal debido a los “topes”, sí en el mercado negro donde no hay ni topes ni regulación posible. Luego, la desregulación de mediados de año (3) le puso “la tapa al pomo” y llegamos a la situación de hoy.

O sea, ante las señales de alarma, primero se toparon los precios a partir de cálculos incorrectos, al hacerse evidentes las fallas de esta medida se pasó al otro extremo de liberalizarlos sin antes modificar a fondo las estructuras imperfectas de los mercados, doble error que dio lugar a una respuesta inflacionaria tanto en los espacios legales de comercialización como en los ilegales.

De manera que, la clave está en la reforma de la gestión, de la propiedad, es decir en lo que hemos calificado como el núcleo duro de la reforma (4), en el cómo producir. Esto en la economía en general y en el subsistema agropecuario en particular. Sin esas transformaciones no hay ni crecimiento sostenible ni regulación posible.

Por otra parte, el adecuado funcionamiento de los mercados supone la funcionalidad eficiente de instituciones públicas que inciden en él (correos, bancos, oficinas de atención a la población, bufetes de abogados, carnet de identidad, vivienda, etc). Si un problema grande tiene Cuba es la disfuncionalidad del aparato de servicios públicos: casi nada funciona bien.

La mayor liberalización de los precios es funcional cuando se ha avanzado en la construcción de los mercados con las libertades, la competencia y las regulaciones adecuadas e imprescindibles. Por esto el orden de la reforma es tan importante.

Los grandes monopolios y oligopolios, la autarquía y el funcionamiento burocrático de las instituciones, que han caracterizado a la economía cubana, son un obstáculo y una fuente de ineficiencias que se debe superar. En eso también juega un papel fundamental la descentralización de las empresas estatales y el adecuado establecimiento de las Pymes, factores que debieron existir mucho antes del “ordenamiento” para evitar las consecuencias que se están sufriendo hoy. La creación de las condiciones y los cálculos debió haber comenzado años antes, tiempo había. Sin esto la respuesta no fue, ni podía ser productiva, fue inflacionaria.

Una vez hecha esta introducción necesaria pasaremos a ver algunas aristas específicas del proceso económico que se ha vivido durante el último año y sus retos para el próximo 2022, sobre todo en lo que al tema de los precios se refiere. 

Nuestro propósito no es sólo la extracción de lecciones, sino la de poner al debate la necesidad de acciones correctivas adicionales ante la situación que se ha creado.

La simulación de los precios:

Varios economistas habían sugerido que antes del llamado “momento cero”, con la participación de empresas y la metodología adecuada, se simularan los precios de la tarea de ordenamiento monetario, de manera que ex ante se pudieran realizar correcciones. Un importante economista recomendaba años atrás: “Se calcularán durante el transcurso de un año aproximadamente y como entrenamiento de los procedimientos a seguir a la hora de hacerlos actuales y prácticos… De este cambio de tasa se derivarán lógicamente nuevos precios de empresa y mayoristas”. Cuba tiene sobrada experiencia en reformas generales de precios mediante iteraciones (5).

A pesar del tiempo perdido, aún se podrían realizar los cálculos adecuados no sólo para rectificar precios muy elevados, sino para detectar errores metodológicos en su formación. La simulación de una reforma de precios con iteraciones sucesivas es no sólo posible sino necesaria.

Para ello, las metodologías deben ser revisadas, en particular las necesarias tasas “sombra” de retorno de la inversión por actividades económicas. Paralelamente, deben efectuarse auditorías de precios, sobre todo y tanto en empresas con abultadas utilidades como con pérdidas sistemáticas.

La estructura de los mercados:

A veces parece que hay confusión con el concepto de precios de oferta y demanda, como si estos fueran los precios económicamente racionales e incentivadores de la producción. Incluso académicos han sugerido que para lograr el aumento de la producción lo que hay que hacer es desregular de un plumazo la casi totalidad de los precios: peligrosa simplificación.

Existe la idea bastante generalizada de que los precios determinados mediante el juego automático de “oferta y demanda” son per se el resultado de lo que se llama en economía la competencia perfecta, sin embargo, como hemos señalado antes, esto sólo sería así en una condición ideal donde ningún agente pudiera incidir unilateralmente en el precio, los productos fueran homogéneos o sustitutos perfectos, no hubiera barreras de salida ni entrada al mercado para los proveedores, los consumidores pudieran cambiar de proveedor sin costo adicional, y la información a disposición de los agentes fuera completa.

Además de que, en general, está es una situación ideal muy difícil de ver en la realidad, la economía cubana está muy lejos de esas condiciones: existen monopolios naturales (6), monopolios legales, empresas dominantes, oligopolios, monopsonios, barreras de entrada y salida a los mercados, limitaciones financieras y materiales, rigideces, información incompleta, etc. Si en tales condiciones se decidiera una abrupta desregulación generalizada de los precios o una fijación no fundamentada de los mismos (dos caras de una misma moneda) el resultado no podría ser otro que inflación con precios muy por encima de lo económicamente eficiente, caída del salario real y, por lo tanto, en muchos casos y paradójicamente, menor oferta que la potencialmente posible. (7)

De manera que una tarea necesaria y postergada es la construcción de mercados competitivos. La creación de las Pymes, en todas sus variantes va en esa dirección, pero aún el proceso es incipiente e incompleto (8); también y de manera esencial la descentralización (con las pocas excepciones que lo justifiquen) y la profundización de la reforma de la empresa estatal.

El estudio de cada uno de los mercados es indispensable para diseñar las acciones regulatorias a tomar cuando éstas sean necesarias, como la fijación central de precios sobre productos fundamentales o en coyunturas críticas, división en partes de grandes empresas, la eliminación de monopolios, la descentralización, la remoción de barreras y rigideces, el flujo de la información y la mejora y creación de instituciones públicas eficientes, entre otras.

El mercado es, ante todo, una construcción social.

En esta etapa, lo más aconsejable sería la fijación de precios para varias de las producciones y servicios claves, cuya formación se descentralizó prematuramente (luego de calculados según el acápite anterior, a partir de iteraciones), e ir descentralizando en la medida que se creen las condiciones competitivas, tan rápido como sea posible, pero sin romper la secuencia.

El círculo vicioso de la inflación:

Al no existir suficientes medidas diseñadas para corregir a tiempo las desviaciones resultantes en el ordenamiento, los niveles actuales de inflación impactan los costos de las empresas por diferentes vías, incluidas las importaciones y las compras al sector privado, cooperativo y a otras empresas estatales, lo cual se traduce a la vez en mayores precios, en parte “lógicos” precisamente por el incremento de los costos, pero también aún mayores por acciones especulativas que tratan de asegurar mayores rentas, esto se manifiesta en casi todos los sectores y formas de gestión. Es común que en varias actividades se tome como referencia la tasa de cambio del mercado informal (notablemente mayor que la oficial) para formar costos y precios, así esa tasa se “cuela por la puerta trasera” en la formación de precios y tarifas impactando y distorsionando toda la economía.

Como que la recuperación de la oferta no se logrará mágicamente, es indispensable la aplicación de medidas complementarias en las esferas fiscal, monetaria y de ingresos que reduzcan los niveles de precios y la brecha entre la tasa oficial con la de “mercado” (9).

Consideramos que en esta coyuntura específica, sería muy peligrosa una devaluación prematura del peso tomando como referente la tasa informal, como hemos visto sugerido por algunos académicos, pues podría ser la chispa que convierta la alta inflación en hiperinflación con todas sus consecuencias que van más allá de la economía.

El reparto de utilidades debe corresponder rigurosamente con resultados de incrementos de la producción y la productividad, de lo contrario su efecto es contraproducente. En medio de un ambiente con estructuras de mercado tan imperfectas esta debe ser sujeta a análisis y modificaciones, porque, además, crea rezagos relativos en sectores de la población que reciben ingresos fijos y puede crear, en ciertos sectores productivos con tarifas altamente reguladas, como la industria eléctrica, desventajas relativas con relación a otros con débil regulación o no regulados.

La integralidad y el orden del proceso de transformaciones son esenciales para su viabilidad y sostenibilidad. La movilización política, cuando está acompañada de los incentivos económicos adecuados, la disciplina productiva, los encadenamientos, la innovación y la competencia, puede operar como un fuerte catalizador de la eficiencia, como se ha demostrado con el complejo Biocubafarma y la producción de vacunas contra la  COVID, y otros novedosos medicamentos y equipos médicos.

La participación y sabiduría del pueblo debería ser tenida siempre en cuenta con la discusión de las acciones inmediatas para enfrentar la alta inflación y otros retos productivos del momento, mediante la reedición de los “parlamentos obreros”, convocados a fines de 1993 en una situación con ciertas analogías.

De manera que de lo que se trata no es de regular más o menos, sino de regular mejor directa e indirectamente lo que sea necesario en cada etapa, en cada sector e industria y ante cada coyuntura específica, en un proceso que conduzca a una economía socialista descentralizada, dinámica y eficiente, donde los diversos agentes económicos asistan a un mercado integrado y regulado que los articule a todos como partes de un mismo sistema.

Ni mas ni menos regulación que la que en cada etapa exija la realidad, utilizando para su transformación y conducción la ciencia económica y la experiencia acumulada.

Notas:

(1) Julio Carranza, Luis Gutiérrez, Pedro Monreal libro “Cuba: La reestructuración de la economía, una propuesta para el debate” Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1995.
(5) Humberto Pérez, “Comentarios sobre la unificación de las tasas de cambio en Cuba”, Disponible en Blog El estado como tal, 2017.
(6) Para los monopolios naturales, de propiedad estatal, podrían fijarse los precios a partir del costo marginal, aunque funcionen con pérdidas. Sería una fijación óptima de precios. No siempre los subsidios son distorsionantes.
(7) Existe una amplia literatura sobre el tema de la regulación. Ver, por ejemplo, “Teoría de la regulación”, de Roxana Barrantes Cáceres, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2018.

Comentario HHC: Nuestras autoridades deberían analizar con profundidad lo escrito para abordar con ciencia el manejo de la economía. En el mismo se sintetizan aspectos medulares. No es el voluntarismo o lo que se cree como lo más lógico a primera vista lo que dará el resultado, y no estamos para tiempos de prueba y error.

La ciencia de la economía, se valida en un sistema complejo como es la sociedad, y esto no es fácil de sistematizar ya que intervienen otras ciencias que explican parte de los " movimientos", pero en la economía, sin chovinismos, se integran y se explican mucho de lo probado por otras materias. La evolución al Socialismo es un trayecto a lo ignoto, y por tanto es un acto de creación, y como tal debe apoyarse necesariamente sobre " hombros de gigantes", es decir la historia de la humanidad y el pensamiento científico.

Ahora que nuestro estado y gobierno están aplicando la ciencia para abordar nuestros problemas y solucionarlos, como siempre debió ser, es importante que se tengan en cuentan lo que varios economistas vienen diciendo, aun cuando se pueda estar de acuerdo o no, debe debatirse de manera concienzuda como decían los clásicos del Marxismo, que debería hacerse.

Energía eólica y solar contribuirán a sostenibilidad en delfinario de Varadero (+Fotos)

ROBERTO JESÚS HERNÁNDEZ | FOTOS: CORTESÍA DE LA FUENTE 16 DICIEMBRE 2021

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Varadero, Matanzas, 16 dic (ACN) La combinación de energía eólica y solar eliminará la dependencia a combustibles fósiles en el delfinario de Rancho Cangrejo, perteneciente a esta ciudad balneario de Cuba, mediante un proyecto hoy en marcha para lograr su sostenibilidad ambiental y económica.

Se trata de una iniciativa conjunta de la sociedad mercantil Parque Científico Tecnológico de Matanzas (PCTM) y SSETER SRL Soluciones a Sistemas Tecnológicos y Energías Renovables, esta última una mipyme (micro, pequeñas y medianas empresas privadas).

Frank Santos Pérez, director de negocios del PCTM, declaró en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que, a modo de innovación, se implementará un sistema informático de monitoreo y control en tiempo real de los aerogeneradores y paneles solares, basado en software libre y totalmente cubano.

Ya se ejecutaron las primeras actividades técnicas asociadas al inicio del proyecto con resultados iniciales muy alentadores, fundamentalmente en lo relacionado con la medición de las áreas por parte de especialistas, además, se revisaron los requerimientos de los sistemas eléctricos, precisó.

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De acuerdo con Santos Pérez, el delfinario de Rancho Cangrejo en la actualidad depende completamente de la generación eléctrica soportada en el consumo de diésel, y el cambio de matriz energética significará una notable contribución al ahorro de recursos.

Este puede convertirse en el pionero de un grupo de proyectos que abarcaría el total de las instalaciones de las marinas en el país, con un notable impacto ecológico y económico, apuntó el también ingeniero electrónico y máster en administración de empresas.

El PCTM desarrolla un amplio proyecto conocido como Varadero ciudad digital, relacionado con la informatización de servicios y procesos para la toma de decisiones a partir de datos en tiempo real, con el fin de convertir en un entorno inteligente este destino turístico, ubicado a unos 120 kilómetros al este de La Habana.

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GUERRAS Y GUERREROS

Por Jorge Gómez Barata

Los “Millennials”, menores de 40 años, que no vivieron las tensiones de la Guerra Fría y son contemporáneos con INTERNET, temen a las guerras, y no quisieran ser parte de ninguna. No obstante, con ellos cuentan la OTAN, Rusia, Ucrania y Estados Unidos para pelear sus conflictos, sin percatarse de que los militares de hoy, ideológica y culturalmente están lejos del perfil de los héroes que, tanto en Stalingrado y Guadalcanal, cargaban contra bastiones fascistas.

Las guerras son aberraciones civilizatorias que la humanidad nunca necesitó. Las de conquista justificaron las de liberación y en algunas sociedades, la intensidad de las contradicciones condujo a contiendas civiles. Entre las más insólitas y brutales, con cerca de un millón de bajas, figura la librada en Estados Unidos (1861-1865).

En Europa donde la civilización y la cultura alcanzaron altas cumbres, las guerras fueron el recurso por excelencia para la política, mientras en el Nuevo Mundo, los Estados Unidos, vanguardia en la lucha por la independencia, y el fenómeno geopolítico más trascendental de la Era moderna, es el país que más guerras ha generado.

La II conflagración mundial fue para la Unión Soviética una guerra patriótica y para Estados Unidos y Gran Bretaña una contienda librada por combatientes ideológicamente motivados. No sucedió lo mismo con las guerras de Vietnam, Irak y Afganistán y probablemente no ocurrirá con ninguna de las que ahora puedan estarse incubando, especialmente con la que se gesta entre Rusia y Ucrania.

Aunque durante la II Guerra Mundial, tanto en los Estados Unidos como en la URSS existía el servicio militar obligatorio; no obstante, miles de personas de todas las categorías sociales y de varias naciones, se ofrecieron como combatientes. Entre ellos hubo países que voluntariamente comprometieron tropas, entre ellos varios de América Latina. Brasil combatió en Europa, México lo hizo en el Pacífico y Cuba que con sus buques participó en el abastecimiento de níquel y azúcar a Estados Unidos y ofreció sus caza submarinos para proteger a los mercantes en las rutas del Golfo de México y Guantánamo-Nueva York.

Pocas veces se recuerda que el soldado estadounidense más condecorado en la II Guerra Mundial, fue un voluntario, el actor, Audie Murphy que, a pesar de ser exonerado del servicio militar, con 17 años se alistó voluntariamente, y durante tres años participó en más de 300 acciones combativas, fue herido en tres oportunidades y recibió la Medalla de Honor del Congreso y otras 37 condecoraciones de tres países.

Otras celebridades presentes en los campos de batalla fueron Clint Eastwood, Tom Selleck, Chuck Norris y más de 500 jugadores de las Grandes Ligas de béisbol, 34 de ellos, miembros del Salón de la Fama entre los cuales sobresalió Yogui Berra que participó en el desembarco el “Día D” en Normandía.

Si bien, debido a la inmensidad de la amenaza que para la humanidad representó el fascismo, la guerra Patria en la Unión Soviética, y las batallas libradas por Estados Unidos y Gran Bretaña en los teatros de operaciones de Europa Occidental, el océano Pacífico y África del Norte, motivaron el heroísmo individual y colectivo de la juventud y los pueblos. Según se cree, del romántico heroísmo de entonces, queda muy poco.

Los padres y las viudas que entonces lloraron la pérdida de seres queridos, eran consolados por saber héroes a sus deudos, hoy rumian sufridos las pérdidas inútiles. Las cargas heroicas por la República española, la viril defensa de Moscú y el avance sobre el Berlín fascista, no serán emulados por ofensivas sobre Kiev o Varsovia. La guerra fue siempre una estupidez ahora, además, es un crimen. Allá nos
vemos.

La pandemia es funcional a la ofensiva del capital

Por Julio C. Gambina

La pandemia por el COVID19 está siendo funcional a la ofensiva del capital contra el trabajo, la naturaleza y la sociedad. En efecto, la reestructuración regresiva del orden capitalista, política esencial de la salida de la crisis de los 60/70, nominada como “neoliberalismo”, se profundiza en esta coyuntura de convergencia de crisis sanitaria y económica. La intervención neoliberal se concentró por años en las reaccionarias reformas de la relación entre el capital y el trabajo, desarmando la lógica protectoria construida por décadas de lucha de clases liderada por el movimiento obrero. En primer lugar, se desestructuró el “poder” de trabajadoras y trabajadores en el territorio de la producción, con efecto inmediato en la baja de la sindicalización y el avance en la precariedad laboral, afectando la capacidad de resistencia del movimiento obrero y debilitando la respuesta estratégica de las clases subalternas. Se trata de un fenómeno estructural que se mostró fatal durante la pandemia, con los cierres deliberados de la economía durante el 2020 recesivo, y más ahora, con la recuperación del 2021 que privilegia la ganancia por encima del empleo y los ingresos salariales y populares (jubilaciones y beneficios sociales).

Este fenómeno explica la suba de precios de una inflación que amenaza la “estabilización de la economía mundial”. Al respecto, señala el FMI:

“El resurgimiento de la pandemia y la última variante, ómicron, han agudizado considerablemente la incertidumbre en torno a las perspectivas económicas mundiales.”[1]  

Ratifiquemos que la inflación explica la disputa por la apropiación del ingreso socialmente generado: entre los propietarios de medios de producción, el capital, y el conjunto de la sociedad que vive de la venta de la fuerza de trabajo, sea de manera regular o irregular. Señala la nota difundida por el FMI que:

“Correspondería que la Reserva Federal acelerara la reducción paulatina de las compras de activos y adelantara la trayectoria ascendente de las tasas de interés.”

Es una sugerencia a la potencia hegemónica del orden capitalista para que restrinja la política de emisión monetaria, cuya consecuencia directa agrava la situación de los países dependientes y fuertemente endeudados con tasas variables aplicadas a su endeudamiento. Convengamos también que la inflación afecta la capacidad de consumo de la sociedad que vive de ingresos fijos, que es la mayoría de la sociedad. Si se observa con detenimiento, los precios suben principalmente en ámbitos estratégicos para la reproducción de la vida: alimentos y energía. Sobre el tema, la nota difundida señala:

“El encarecimiento de la energía y de los alimentos ha impulsado la inflación en muchos países. Estos factores mundiales pueden seguir engrosando la inflación en 2022, especialmente los altos precios de los alimentos básicos. Esto tiene consecuencias especialmente negativas para los hogares de los países de bajo ingreso, donde alrededor del 40% del gasto de consumo se destina a la alimentación.”

Queda claro que la inflación no afecta a todos por igual, sean países o personas y constituye un mecanismo de la lucha de clases en la distribución regresiva del ingreso y en la consolidación del par que explica la concentración de la riqueza en pocas manos y la extensión de la pobreza, convalidando una profundización de la desigualdad social como tendencia agravada del capitalismo.

La pandemia actuó como acelerador de la dinámica de reestructuración reaccionaria del capitalismo. Se consolidó la ofensiva en contra del trabajo, ahora extendido en las formas del “trabajo remoto” o “a distancia”, potenciando la discriminación de género y condenando a la juventud a un primer empleo precario que se perpetúa. A la precariedad laboral se suma una fortísima intervención estatal para sostener la tasa de ganancia y de la actividad empresarial, vía subsidios múltiples que soporta el conjunto social por medio del presupuesto público.

Esas políticas fueron asumidas globalmente, como tendencia universal manipulada para el logro del consenso socio político mayoritario. La estrategia del capital se abrió paso en todo el mundo, aún con importantes resistencias, que no alcanzaron a instalar una perspectiva de freno a la ofensiva del capital. Es más, en ese marco, emergieron propuestas de gobierno claramente a la derecha del arco político, demandando la reflexión crítica en la perspectiva de una estrategia alternativa de poder popular para un rumbo favorable a cambios sociales, económicos y culturales con perspectivas de confrontación y superación del orden capitalista.

América Latina y el Caribe fue territorio de esperanza en ese sentido, por la recuperación del proceso de cambio en Bolivia, con gigantesco protagonismo social; la ratificación del rumbo socialista en Cuba y el rechazo a las sanciones unilaterales en contra de Venezuela o Nicaragua. Los triunfos electorales en Perú o en Honduras; como las inmensas movilizaciones en Haití, Colombia y Chile, que incluyó la instalación de la constituyente y la disputa electoral de una coalición crítica al régimen pinochetista. La posibilidad de recuperar protagonismo de la integración alternativa, caso CELAC, estimulado desde México, Argentina y los países del ALBA-TCP, supone disputas con la estrategia de la política exterior estadounidense y de las élites de los países en la región.

El problema sigue estando en la construcción de la iniciativa política popular, alternativa al orden vigente, en tiempos de continuidad de una crisis integral, civilizatoria, donde la ofensiva capitalista define un rumbo desigual para la humanidad, además de afectar el metabolismo natural desde el modelo productivo de explotación y saqueo. Por eso preocupa el futuro cercano, que puede registrarse en los pronósticos del FMI: 

“…el producto agregado de las economías avanzadas retornaría a su trayectoria tendencial previa a la pandemia en 2022, y que para 2024 la superaría en 0,9%. En cambio, se prevé que el producto de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, excluida China, permanezca 5,5% por debajo del pronóstico pre pandémico en 2024.”[2]

Son pronósticos en el mediano y largo plazo, de menor capacidad de satisfacción para los pueblos del mundo, incluso en el capitalismo desarrollado, lo que impone una reflexión crítica para un accionar que reinstale una perspectiva esperanzadora de lucha por la liberación y otro orden social sin explotación o saqueo.

No es fatal que la suma de pandemia y neoliberalismo defina el rumbo de la sociedad.

La masividad del descontento y las protestas constituyen la base material de una subjetividad social en condiciones de asumir una propuesta programática de transformaciones socio económicas y la región latinoamericana y caribeña ofrece experiencias que animan la potencia del cambio social.

Buenos Aires, 15 de diciembre de 2021

 



[1] FMI. Tobias Adrian y Gita Gopinath. Hacer frente a las presiones inflacionarias en medio de una pandemia persistente, en: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=16691

[2] FMI. Ruchir Agarwal y Gita Gopinath  La economía de la pandemia, en: https://www.imf.org/external/Pubs/FT/fandd/spa/2021/12/pdf/agarwal_gopinath.pdf


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Julio C. Gambina
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