Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

lunes, 5 de septiembre de 2022

150 PESOS POR DÓLAR, ¿POR QUÉ VOLVIMOS A ESTE PUNTO?. Comentario HHC

5 / septiembre / 2022


En los primeros días de septiembre la tasa de cambio del CUP en el mercado informal llegó a la emblemática marca de 150. Este número, junto a muchas otras experiencias extremadamente difíciles que atraviesan los cubanos en los últimos años, nos transporta a 1993, cuando se vivían los peores momentos del Período Especial. Ahora, como antes, la tasa de cambio es un reflejo de la contracción en la actividad productiva nacional, la escasez, los desequilibrios monetarios, la desesperanza y la confusión.

A 150 se llega después de un mes bastante agitado en el mercado informal de cambio, que coincide con la decisión del Banco Central de Cuba (BCC) de intervenir este mercado desde el 4 de agosto. En agosto, el valor medio de la tasa de cambio CUP/USD aumentó 18.6 pesos y el valor máximo de agosto (145) superó el valor máximo de julio en 27 CUP. Algo similar ocurrió con la tasa de cambio con relación al MLC (dólar bancario). En la tabla 1 se resumen los datos.

Agosto fue el mes del año con mayor volatilidad en la tasa de cambio. La desviación estándar de las variaciones diarias para la tasa CUP/USD y CUP/MLC, superó en 52 % y en 79 % los registros de enero a julio. En un solo día, justo el 4 de agosto, el CUP se depreció siete CUP en relación con el MLC (dólar bancario) y el 5 de agosto se depreció cinco CUP en relación con el dólar físico.


Fuente: Vidal, Pavel con datos de elTOQUE

EL MERCADO CAMBIARIO NO ES PARA RECAUDAR DIVISAS

El 4 de agosto el Banco Central abandonó el tipo de cambio oficial de 1x24 y renunció a la unificación cambiaria, dos de los pilares de la reforma monetaria de 2021. La autoridad monetaria fijó una tasa de 120 CUP por USD — cercana a la tasa informal en esos días—, la cual se aplicaría a las operaciones cambiarias de las personas naturales con las casas de cambio (Cadeca) y los bancos, tanto en efectivo como en transferencias desde el exterior.

Además, se manifestaba la intención de poder incluir luego en ese mercado a las empresas privadas, campesinos y cooperativas. Sin embargo, no se decía lo mismo para las empresas estatales o con inversión extrajera, y otro tipo de organizaciones, las cuales aún operan con la tasa de 24 CUP por USD. Ello significó el regreso de la controvertida política de tasas de cambios múltiples.

El Gobierno cubano buscaba con estas decisiones retomar el control del mercado cambiario minorista, sacar del juego a los operadores cambiarios informales y ofrecer seguridad y legalidad a los ciudadanos y turistas en estas transacciones. Se intentaba desbloquear así uno de los principales obstáculos que tenían las remesas para su llegada por vías bancarias formales.

Durante las primeras semanas después de las medidas, las casas de cambio y los bancos hicieron operaciones en una sola dirección (compra de divisas), y desde el 23 de agosto comenzaron también la venta de divisas, pero únicamente en transacciones en efectivo y fijando un límite de 100 USD diarios por persona.

Hasta aquí, más allá del cuestionamiento que se pueda hacer a los tipos de cambios múltiples, resultan decisiones hasta cierto punto comprensibles dado la baja disponibilidad de divisas en los bancos, y que persiguen objetivos dentro del ámbito de acción de cualquier banco central. ¿Por qué entonces se produce en agosto una significativa depreciación del peso después de los anuncios del BCC?

El gran error ha sido la decisión de perseguir una compra neta de USD en las operaciones de las Cadeca y los bancos. Ello implica sacar USD de un mercado en el que no sobran los USD, faltan, y una evidencia muy clara ha sido su continuado encarecimiento en el mercado informal durante más de dos años. Poco turismo y menos remesas son dos factores fundamentales en este desequilibrio.

La disposición del sistema financiero de comprar más USD de los que van a vender es sumamente inflacionaria. De esta forma, el mercado cambiario formal se convierte en un emisor neto de CUP, en un momento en el que la economía está inundada de CUP debido a la monetización de los excesivos déficits fiscales. Además, presiona a una mayor depreciación de la tasa de cambio informal (tal y como en efecto ocurrió en agosto y continúa en septiembre) y ello se transmite a los costos de producción y a los precios finales de los productos en los mercados de consumo (el llamado efecto traspaso hacia la inflación).


Es entendible el desespero que tiene el Gobierno cubano por obtener divisas para poder pagar importaciones y apoyar con USD la reactivación de la actividad productiva; sin embargo, el mercado cambiario no es la vía. Un mercado cambiario formal y seguro es simplemente un servicio que debe ofrecer el sistema financiero a la economía. Ello contribuye a la entrada de USD al país porque facilita canales más transparentes para la llegada de remesas y para las operaciones cambiarias de los turistas. En la medida en que se incluyan en este mercado, tal y como se anunció, a las empresas privadas, a los campesinos y a las cooperativas (y a otros actores económicos estatales y mixtos, pero que funcionen bajo las condiciones de este mercado), ello tendría un impacto de mayor dimensión en la actividad productiva nacional.

El Estado no debe usar la compra neta de USD en el mercado cambiario para financiar sus gastos. El Estado debe financiarse por vía de los impuestos y de las utilidades de las empresas estatales. Dado que las Cadeca y los bancos (todos de propiedad estatal) controlan el mercado cambiario formal, ello le reporta al Estado una utilidad por intermedio del margen comercial (diferencia entre la tasa de compra y de venta). Este sería el único dividendo directo que debería financiar gastos del Estado.

La explicación oficial que se presenta para justificar la apropiación del excedente asociado a la compra neta de USD es que este se empleará para promover la circulación minorista estatal (mercados de consumo estatales), de esta manera crecería la demanda de CUP y así se controlaría la tasa de cambio y la inflación.

Sobre esto, dos comentarios. La circulación minorista estatal no tiene la relevancia que tenía en décadas anteriores, una vez que se han dado pasos desde 2010, y en este mismo año, 2022, con las pymes, para ampliar la participación del sector no estatal en los mercados de consumo.

La política monetaria debe adaptarse a este cambio estructural y despegarse de la lógica de entrada y salida de dinero de la población usando la circulación mercantil minorista estatal. Lo que existe es una demanda de dinero por parte de los hogares y de empresas con diferentes formas de propiedad, y el Banco Central debe controlar la cantidad de dinero en función de esta demanda.

Lo otro, no existe en el mercado cambiario actual un excedente de USD. Por eso, cualquier intervención cambiaria del Banco Central para sacar USD del mercado, para el fin que sea, ensancha el desequilibrio entre la oferta y la demanda de divisas y repercute de una manera desproporcionada en la pérdida de valor del peso cubano y en la inflación. No tiene sentido económico (ni común) agravar un problema (devaluación e inflación) para después intentar arreglarlo (con el aumento de la circulación mercantil minorista estatal).

LA TASA OFICIAL DE 120 QUEDA MAL PARADA

Como van las cosas, el 120 puede terminar por ser el nuevo 24. Es cierto que los residentes y turistas prefieren comprar y vender divisas en instalaciones seguras y dentro de la legalidad, pero todo tiene un límite. En el grado que continúe la ampliación de la brecha entre la tasa oficial de 120 y la tasa informal (alrededor de 150) el mercado informal va a retomar protagonismo.

Con una tasa oficial muy por debajo de la tasa del mercado informal, cada vez menos personas tendrán el incentivo de vender los USD en el mercado financiero formal, como sucedía con la tasa de 24 CUP por USD. Por este camino, las Cadeca y los bancos comprarán cada día menos USD. Por tanto, no habrá USD para vender a las personas naturales, no importa el tamaño de la cola que hagan, y mucho menos para satisfacer el excedente que se quiere emplear «en función del desarrollo socioeconómico del país».

Si el Banco Central quiere recuperar la formalidad del mercado cambiario, tendrá que, primero, renunciar al objetivo de obtener un excedente a través de una compra neta de divisas. Segundo, deberá transitar pronto a un régimen de flotación administrada de la tasa de cambio en ese mercado. Son dos condiciones indispensables si se quiere que el sistema financiero formal gane espacio y ofrezca, como debe ser, un servicio seguro y legal para la compraventa de divisas. Es la vía para que el sistema financiero pueda mantenerse al día con las tendencias del mercado cambiario minorista. Una tasa fija no va a funcionar en una economía que sufre una crisis de balanza de pagos y que tiene comprometida su recuperación, entre otras cosas, debido a los problemas en el sistema de generación de electricidad.

LOS FACTORES ESTRUCTURALES, UNA VEZ MÁS

Tal y como hemos repetido sin cansancio los economistas, es necesario acelerar y profundizar las reformas estructurales. Dada la magnitud de la crisis actual, las transformaciones que hace una o dos décadas podían parecer de avanzada, hoy no son suficientes y llegan tarde. Dada la posposición una y otra vez de los cambios en el modelo de socialismo burocrático y la persistente apuesta por el monopolio de la empresa estatal, la salida de la crisis actual no se logra con medidas aisladas y parciales.

La crisis actual ha dejado nuevas huellas en el sistema productivo que comprometen su capacidad de retornar a los niveles prepandemia, en un escenario en el que tampoco se ha producido un cambio en la política de sanciones bajo la Administración Biden. La acrecentada descapitalización de las industrias y la infraestructura (muy visible en estas semanas en el sistema electroenergético) y la reducción de la fuerza laboral, debido a la emigración récord, limitan el potencial productivo al que se puede aspirar. El déficit fiscal, la inflación y los agudos desequilibrios de balanza de pago demandan un plan de estabilización macroeconómica de gran calado. Costará recuperar la confianza, la certidumbre y la esperanza.

La tasa del mercado informal de cambio refleja todos estos factores estructurales y coyunturales. También se ha movido debido a las expectativas y confusiones que generan los anuncios de políticas económicas.

Para ser exacto, lo que sucedió en este último agosto fue una aceleración (con aumento de la volatilidad) de una tendencia sostenida a la depreciación del peso cubano que lleva más de dos años. Desde que elTOQUE comenzara a registrar la tasa representativa del mercado informal (TRMI), solo en julio de 2021 y en junio de 2022, el CUP experimentó una apreciación en relación con el USD y el EUR.

Para quienes no creen en la metodología de elTOQUE para registrar la tasa de cambio informal, pueden seguir el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que calcula la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), y verán igual tendencia (ver gráfico 1). Con diferentes metodologías y diferentes escalas, los dos indicadores coinciden en una señal: la permanente desvalorización del CUP, en el mercado informal de divisas (elTOQUE) y en los mercados de consumo (ONEI).



Fuente: Vidal, Pavel con datos de la ONEI y elTOQUE.

Profesor Asociado del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana Cali. Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de La Habana. Ha sido investigador invitado en la Universidad de Columbia, Universidad de Harvard, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Oslo y en el Institute of Developing Economies (Japan External Trade Organization).


Comentario HHC: La solución definitiva pasa por la esfera de la producción. En la esfera de la circulación las multiples tasas, causan problemas como ya se demostró con el CUC.  Lo ideal como en todas las economía es tener una sola tasa, y por supuesto que esa existe, y no es 24 x 1. Hay que poner toda la economía en una sola dirección.

Por otra parte, lo que no se aborda en el articulo es que en ningún pais en el mundo, permite la ilegalidad de parte del estado, lo que es un trafico de divisas a todas luces, y aquí se presenta como algo "natural" y que esta haciendo mucho daño al estado, sobre todo a la economía, porque limita el alcance de las medidas que se vienen implementando. Un traficante mayorista de divisas en Cuba  puede ganar en un día, lo que un médico en un mes. 

MLC, su uso correcto, monedas libremente convertibles




El significado para el banco, de las letras MLC, puede serle de confusión. Entender su correcto uso aporta al desarrollo de la cultura bancaria y al entendimiento de todos.

Las monedas convertibles pueden ser libremente cambiadas por la de otro país y utilizadas como medio de pago, al tipo de cambio vigente. En Cuba, algunas personas al nombrar la MLC alude al importe de tarjetas magnéticas en moneda extranjera emitidas por bancos comerciales cubanos; productos 9225, 9235, 9226, 9228, 9229. Así como, USD a los billetes en dólares estadounidenses, cuando en realidad no es lo establecido.

Monedas libremente convertibles, para términos bancarios en territorio cubano —MLC—, refiere a las divisas canjeables: Dólar estadounidense (USD), libra esterlina (GBP), dólar canadiense (CAD), franco suizo (CHF), euros (EUR), peso mexicano (MXN), corona danesa (DKK), corona noruega (NOK), corona sueca (SEK) y yen japonés (JPY).


A nivel internacional, cada moneda es reconocida por siglas que identifican de forma estandarizada las divisas de los diferentes países, de acuerdo con la normativa de la International Standard Organization (ISO). Dinero que puede estar sustentado en billetes, monedas, importes en tarjetas magnéticas, cheques y otro medio de pago.

Para operar en el país, el Banco Central de Cuba dispone una tasa de cambio para transacciones de personas jurídicas en base a un USD por 24 CUP; diferenciada con el nuevo mercado cambiario para personas naturales y del sector privado a un USD por 120 CUP, aplicable este canje de acuerdo con la operación a realizar.

Las siglas MLC también se utilizan en relación con las cuentas en divisas que ofrece el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) y otras entidades bancarias. Entre las más solicitadas, la cuenta en USD operada por tarjeta magnética, respaldada en monedas libremente convertibles, porque permite el depósito de monedas canjeables a partir del tipo de cambio del día.

Además de otras modalidades en divisas que poseen clientes de Bandec tales como: cuenta de ahorro a la vista en USD por libreta bancaria, cuenta en euros operada por libreta y/o certificado a término en USD o EUR, este último abiertoa partir del saldo en cuentas de pesos convertibles (CUC) de personas naturales y colaboradores.

Las transferencias enviadas desde diferentes países son recibidas en MLC. Por igual, las tarjetas magnéticas Visa y Mastercard operan con monedas extranjeras canjeables en el país; transacciones habilitadas en la red de sucursales, canales de pago y diferentes comercios.


Un gurú de las inversiones predice que la economía se halla al borde de una «tragedia» debido a las «superburbujas»

-3 de septiembre de 2022



La situación en la economía se complica debido a la combinación de múltiples clases de activos.

«Si la historia se repite, el drama volverá a ser una Tragedia», advierte el cofundador de la gestora de activos estadounidense GMO Jeremy Grantham, en referencia al crecimiento simultáneo de lo que denomina «superburbujas» en varios sectores de la economía.

Las estimaciones del experto, conocido por haber detectado algunas burbujas financieras antes de que se manifestaran, son poco halagüeñas para el crecimiento económico en EE.UU. A pesar del repunte estival, el mercado de valores estadounidense sigue siendo una ‘superburbuja’ extraordinaria, razón por la que Grantham escribe la palabra ‘tragedia’ con letra inicial mayúscula, si bien espera que sea de escala menor esta vez.

El hecho de que el índice S&P 500, clave para el análisis económico en EE.UU., haya recuperado el 58 % de sus pérdidas desde el mínimo del pasado mes de junio sigue el patrón de tres caídas importantes del mercado de valores en 1929 (comienzo de la Gran Depresión), en 1973 y en 2000. «Cada ciclo es diferente y único, pero cada paralelismo histórico sugiere que lo peor está por venir», vaticina este veterano del análisis económico.

El nuevo fenómeno de desplome está entrando ahora en su «acto final» en medio de un deterioro de las condiciones económicas. La ‘superburbuja’ actual, según la caracteriza Grantham, es «una combinación peligrosa sin precedentes de sobrevaloración de activos cruzados (con todos los bonos, viviendas y acciones críticamente sobrevalorados y ahora perdiendo su impulso rápidamente), de conmoción de productos primarios y de la actitud agresiva de la Fed (Reserva Federal)».

El gestor de fondos explica que las ‘superburbujas’ anteriores «vieron una perspectiva económica posterior mucho peor si combinaban múltiples clases de activos«, como fueron la vivienda y las acciones en Japón en 1989 o si un aumento repentino de la inflación y un ‘shock’ de tasas con una burbuja bursátil, tal y como coincidieron en 1973 dentro y fuera de EE.UU.

Además, los mercados se hallan ahora inmersos en una época de irracionalidad, de euforia y de pánico, que —según Grantham— son los periodos «más importantes para las carteras y los más peligrosos para las carreras».

Gota a gota

La actualización, transformación, reforma del modelo económico cubano comenzó hace ya mucho tiempo, se han sucedido medidas tras medidas, una a una, como las gotas que se desprenden del techo de la caverna.

Por  Dr.C Juan Triana Cordoví
agosto 22, 2022
en Contrapesos



La primera vez que visité las cavernas de Santo Tomas, quizás el complejo cavernario más importante de Cuba, fue por allá por el año 1961. Fue también la primera vez que vi los efectos que una gota de agua podía producir con el paso del tiempo, estalactitas y estalagmitas, formaciones cálcicas, unas cuelgan del techo de la caverna y otras crecen desde el suelo. El continuo crecimiento de ambas durante muchos siglos las convierte en columnas y se hacen parte de la estructura de la caverna. Es posible que si alguna de esas columnas se rompiera pudiera afectar el techo de la caverna y provocar incluso su hundimiento parcial, fue lo que me contó mi papá ese día.

La actualización, transformación, reforma del modelo económico cubano comenzó hace ya mucho tiempo, a inicios de los noventa, incluso para algunos, algo antes, cuando Fidel inaugurara aquel primer hotel, Sol Palmeras, propiedad mixta, presente por primera vez en Cuba. Luego vinieron otras medidas, una a una, como las gotas que se desprenden del techo de la caverna. Durante este tiempo, la actualización, transformación, reforma del modelo se ha caracterizado por ese goteo casi constante de políticas y medidas, con mayor o menor frecuencia. Así ha ocurrido con la dolarización, desdolarización, redolarización; la reforma y autonomía de la empresarial estatal; las varias transformaciones de la agricultura, la apertura al sector no estatal, y otros muchos etcéteras. Gotas de agua sobre el sistema económico, espaciadas en el tiempo, muchas veces sin conexión unas con otras.

El comercio, sin embargo, había permanecido casi “al pairo” de estos controvertidos procesos de apertura/ no apertura. Muy temprano se entendió que en el socialismo cubano el comercio, interior y exterior, mayorista y minorista, en cup, dólares, cuc y mlc, tenía que estar en manos del Estado, a pesar de que no existe evidencia en la historia económica de que exista una relación alta y positiva entre la solidez del socialismo y el monopolio estatal sobre todas las modalidades del comercio. Desde su regulación hasta su gestión —con algunos raros espacios como el mercado libre campesino devenido después en mercado agropecuario en uno de sus segmentos (el llamado de oferta y demanda), más tarde la licencia para comercializar determinados productos a los trabajadores por cuenta propia (TCP), luego su extensión a las pymes y luego a la modalidad recién descubierta de “ventas de garaje”—, el comercio ha permanecido en manos del Estado. Es cierto también que durante este tiempo, el comercio informal, el mercado negro y el trueque nos han acompañado incorporados a nuestras prácticas de sobrevivencia diaria y de lucro espurio.

No es casualidad ni capricho que el comercio haya sido y aun sea uno de esos últimos reductos donde “el Estado” ha ejercido su manejo de forma monopólica o cuasi monopólica. Tampoco lo es que a pesar de la evidencia reiterada por décadas de la ineficacia y la ineficiencia de ese manejo el “Estado” no se haya desprendido de esa rémora, que como un agujero negro traga recursos sin parar y no devuelve casi nada.

Pero ciertamente no es ni por casualidad ni por capricho. En términos fiscales, el comercio estatal provee al Estado de ingresos que no es seguro pueda obtenerlos en caso de que se desprenda de él. En términos de economía política, el comercio cierra el ciclo de realización de los productos y servicios convertidos en mercancías. Ser propietario monopólico del comercio da poder —no sólo económico— sobre los que concurren a él, ya sean estos en su condición de consumidor final o de proveedor.1

Sin embargo, como la estalactita o la estalagmita, la gestión y control del comercio por el Estado está fuertemente sedimentada en el pensamiento que alimenta la toma de decisiones en nuestro país. Se ha convertido en una columna poderosa en la estructura de nuestra economía. A algunas de las instituciones que conforman esa red les hemos puesto respiradores por años, para mantenerlas vivas de forma artificial, pagando costos enormes en términos de eficacia y eficiencia, de recursos inmovilizados unos, mal utilizados otros y perdidos otros muchos.

Es cierto también que la práctica de la economía socialista centralizada que con sus más y menos se ha mantenido, ha expandido la idea de que el comercio estatal es uno de los elementos que garantiza la igualdad. Cierto que ha sido funcional a ese propósito, pero las circunstancias han cambiado tanto que hoy casi produce el efecto contrario.

¿Es posible mantener la venta de productos regulados aunque el comercio no fuera ejercido por empleados del Estado en “bodegas” del Estado? Esa es quizás una pregunta que hoy tendría múltiples respuestas, partidarios a favor y detractores.

Es cierto, sin embargo, que el comercio estatal no se reduce al comercio minorista, todo lo contrario. Más sensible por lo funcional que ha sido al modelo de economía de planificación centralizada es el comercio mayorista. ¿Cómo pensar el socialismo cubano sin el comercio mayorista estatal? Confieso que, al menos a mi, me cuesta trabajo, aunque es posible hacerlo.

Ocurre, sin embargo, que junto a ese aparato de comercio estatal, viene creciendo otro, que no se maneja de la misma forma, que gana espacios constantemente y que no utiliza de forma directa recursos del Estado. Ha crecido a la sombra, durante mucho tiempo en un limbo legal, a pesar de la incertidumbre y de los inspectores. Hoy, con la apertura hacia las formas de gestión no estatales, ese comercio ha conseguido mejores condiciones legales y espacios en los que nunca antes pudo competir. Esas cubanas y cubanos que se han enrutado en esos negocios, han aprendido rápido y lo han hecho bien, entonces ¿por qué dudar sobre sus habilidades para gestionarse por ellos mismos si así lo desean sus suministradores externos y las propias gestiones para concretar un negocio de exportación o de importación?

Mr. Trump, la pandemia, la falta de liquidez, los impagos a proveedores, la inestabilidad del mercado mundial, el desabastecimiento incluso en las tiendas en MLC y los resultados negativos del llamado ordenamiento y la peor de sus consecuencias inmediata, la inflación, han conducido a quitar un pedazo de la pared de estalactitas y estalagmitas del monopolio estatal sobre el comercio (mayorista y minorista) y a aceptar la inversión extranjera en este sector. Bienvenida sea.

Pero al igual que se ha abierto el comercio interior a la inversión extranjera debería abrirse esta última a todos los actores sean ellos estatales o no. ¿Por qué un inversionistas extranjero no puede asociarse a una pyme para fomentar el comercio minorista? ¿Dónde está la desventaja para Cuba de algo así? ¿No es esa otra oportunidad? ¿No se ha repetido hasta el cansancio la necesidad de encadenar a los actores? ¿Acaso no se ha repetido una y otra vez que las pymes son un actor de importancia en nuestra economía? ¿Quién sostiene una parte no poco significativa de la oferta hoy?

¿Cuánto más habrá que esperar para terminar con las columnas de la resistencia que el goteo actualizador produce?

***

Nota:

1 En el mercado estatal los hogares cubanos consumieron 34 177 millones de pesos en el año 2020, el 67% de todo su gasto de consumo. ONEI, Anuario Estadístico de Cuba 2020, tabla 5.10.