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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 20 de septiembre de 2016

¿Hacia una desdolarización de la economía mundial?

Alfredo Serrano Mancilla y Francisco Navarro Gálvez, Alainet

Introducción:

Desde los acuerdos de Bretton Woods, a mediados del siglo XX, el dólar ha sido indiscutiblemente la moneda de referencia de la economía mundial. Se construyó un sistema financiero internacional por y para la economía estadounidense con el dólar como estandarte hegemónico. De esta manera, y hasta el día de hoy, el dólar se ha convertido en la principal moneda internacional tanto de reserva como para los intercambios comerciales, de divisas y el resto de transacciones financieras.

La hegemonía del dólar es un privilegio y una asimetría de poder a favor de la economía estadounidense respecto al resto de economías del mundo. Un poder que se manifiesta en innumerables beneficios para el capital en el sistema financiero y en las relaciones comerciales con el exterior. Esta hegemonía se incrementó aún más en los años ochenta con el crecimiento y la expansión financiera global, así como con la expansión territorial del capital productivo y su nueva división internacional del trabajo y una nueva estructura internacional del comercio.

Dicho en palabras claras: el nuevo orden económico mundial neoliberal pivotó sobre la hegemonía del dólar en el mundo.

Indicios para la discusión sobre la hegemonía del dólar

Actualmente el dólar mantiene su posición hegemónica y es, con diferencia, la moneda más utilizada en el mundo. Sin embargo, distintos hechos han acecido desde comienzos del siglo XXI que vislumbran la posibilidad de transformaciones en la economía global y el sistema financiero internacional que desplacen relativamente el poder central del dólar.

Por un lado, la entrada en juego del euro, una moneda con un área económica detrás que tiene un peso en el mundo, en términos de PIB y comercio, equivalente a los Estados Unidos. Aunque el euro no ha sido el contrapeso frente al dólar esperado por los más optimistas, su presencia y crecimiento le ha restado algo de protagonismo como moneda de reserva y en el comercio internacional.

Por otro lado, la presencia de los países emergentes (BRICS), especialmente de China, cuya importancia de su moneda comienza a reflejar los cambios que se están sucediendo en la economía global. En este sentido, ha habido un progreso en distintos mecanismos(1), liderados por China, de cooperación financiera y de intercambios comerciales y financieros sin utilizar el dólar que abre espacios regionales en el sistema financiero a favor de otras monedas, especialmente el yuan(2).

En este sentido, cabe destacar la importancia que ha tenido el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII).

Además, estamos en plena transición geoeconómica: aparecen nuevos bloques comerciales regionales que buscan tener relaciones económicas en monedas propias. Se abre una nueva época económica-financiera.

Algunos datos relevantes sobre estos indicios

Aunque estaríamos muy a los inicios de la existencia de un verdadero contrapeso en el sistema financiero que discuta la hegemonía del dólar, la evidencia de los datos bien interpretados puede mostrar indicios de cambios en este sentido.

En cuanto a moneda de reserva internacional que tienen los distintos bancos centrales de los países, el dólar ha visto disminuir su importancia. Si en el año 2000 representaba como moneda de reserva un 72% del total, actualmente representa un 63%(3).

El peso del dólar en la cesta de monedas que determina el valor de los Derechos Especiales de Giro DEG(4) del Fondo Monetario Internacional. El valor del dólar ha caído levemente; unos 2 puntos porcentuales, en la última década.

Pero más importante es en este sentido la inclusión en la cesta del yuan (efectiva a partir del 1 de octubre de 2016). No tanto por el peso que restará al dólar(5) sino por lo que significa en cuanto al reconocimiento de confianza del mundo capitalista a una moneda de una economía de la envergadura de China. Es un paso muy importante para un futuro papel determinante del yuan frente al dólar en el sistema monetario internacional.

El yuan se usa como moneda de reserva en 40 bancos centrales

En cuanto a las divisas intercambiadas a nivel mundial, si en el año 2001 el dólar tenía un peso de un 45% de todos los intercambios, en el 2010 éste había caído al 42,5%, aumentando hasta el 2016 al 43,8%(6).

Vale la pena volver a destacar aquí la fuerte irrupción del yuan con un peso superior al 2% en la actualidad, siendo en el 2010 del 0,45%.

Otro dato: el comercio Sur-Sur cada vez es más importante a nivel mundial: pasó de suponer un 6% en 1985 a un 24% en 2010; mientras que el comercio Norte-Norte retrocedió al 38%.

Un dato importante es el uso de las distintas monedas en la facturación del comercio internacional(7). Una aproximación a este dato es la moneda utilizada en el crédito documentario, principal fuente de financiación de las operaciones de comercio internacional. Aquí el yuan ha tenido un avance espectacular en detrimento especialmente del dólar. Si en el 2012, del total de operaciones, el yuan representaba un 1,89% y el dólar un 85%; en el 2015 el yuan había aumentado enormemente su peso hasta el 9,43%(8) mientras que el dólar caía al 79,73%(9).

El dólar también ha perdido peso en el comercio exterior de la Unión Europea (UE). Si en el 2010 el 52% de las importaciones (extra-UE) y el 34% de las exportaciones se realizaban en dólares, en el 2015 estos porcentajes han caído al 42% y 27% respectivamente.

Conclusiones

El dólar sigue estando muy presente, en forma dominante, en las transacciones económicas internacionales. Sin embargo, sí se debe constatar la emergencia de nuevas monedas que comienzan a tener un rol cada vez más protagónico en la economía mundial, como moneda de reserva o de intercambio comercial.

La transición geoeconómica sigue su curso. En estos últimos años, la desdolarización de la economía mundial ha comenzado a dar sus primeros pasos. Por ahora, no ha puesto en peligro la hegemonía del dólar pero sí ha demostrado que existen otras vías alternativas, sólidas y eficaces. Veremos qué sucede en la próxima década.
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Notas:
1 Es importante resaltar el impacto que ha tenido en la cotización del dólar los acuerdos alcanzados entre la Unión Europea y China, así como entre Rusia, India y China sobre la utilización de sus propias monedas en el intercambio comercial que tengan entre sí.
2 La economía China es la primera exportadora mundial y la segunda en términos de PIB, por detrás de Estados Unidos. En estos últimos años ha hecho giros importantes en política cambiaria y monetaria con el objetivo de que el yuan pueda ser considerada como una moneda de referencia mundial y pueda significar en el futuro un verdadero contrapeso al poder del dólar.
3 Su evolución ha ido inversamente ligada a la del euro, por lo que la crisis de los últimos años de la zona han hecho disminuir (aumentar) el peso del euro (dólar) como reserva mundial.
4 El DEG es un activo de reserva internacional intercambiable por otras monedas nacionales que estén liberalizadas. Formar parte de esta cesta de monedas es imprescindible para tener la confianza suficiente del sistema para ser moneda de reserva internacional.
5 En realidad, el peso de 10,92% estipulado irá en detrimento especialmente del euro.
6 Hay que tener en cuenta que el dólar es una moneda donde el capital se refugia en momentos de incertidumbre como es la actual crisis. De aquí este crecimiento en estos últimos años, en detrimento, especialmente, del euro, con una mayor incertidumbre en este periodo.
7 Los intercambios de divisas expuestos en el punto anterior los incluyen pero junto a otros muchos tipos de movimientos.
8 Situándose como la segunda moneda más importante en este tipo de operaciones.
9 Hay que tener en cuenta que el petróleo, que es el bien con más peso en el comercio internacional con diferencia, sigue comerciándose principalmente en dólares.

¿El triunfo de Trump podría acabar con los iPhone?

Publicado: 20 sep 2016 11:25 GMT

La política comercial de Donald Trump desencadenaría una guerra comercial y causaría un enorme daño a la economía del país norteamericano, afirma un estudio del Instituto Peterson.

Imagen ilustrativaEric ThayerReuters

Las políticas comerciales proteccionistas del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, abocarían al país norteamericano a la recesión, lo que causaría la pérdida de casi 5 millones puestos de trabajo en el sector privado, generando una escasez de bienes de consumo como los iPhones, según un estudio del Instituto Peterson.

Durante su campaña electoral el aspirante republicano ha prometido imponer aranceles del 45 por ciento sobre las mercancías procedentes de China y un gravamen del 35 por ciento a los productos importados de México. Según señala el estudio, dichos cambios en la política comercial probablemente desencadenarían una guerra comercial y causaría un enorme daño a la economía del país norteamericano.

Eduardo Munoz Reuters

Dado que China saca relativamente poco provecho del valor del popular teléfono inteligente de Apple, que se ensambla en el país, "el iPhone podría ser el arma secreta de China usada en represalia", sostienen los investigadores. "Las pérdidas de China infligidas a sí misma serían mínimas, pero el corte del suministro a Apple podría afectar gravemente a la disponibilidad y al encarecimiento de un producto de consumo tan apreciado", indica el estudio.


Además, los investigadores evocan otros estudios que demuestran que sería imposible relanzar la producción de iPhone desde cero en EE.UU. y que incluso si Apple fuera capaz de hacerlo, el costo adicional sería de alrededor de 100 de dólares por teléfono. Asimismo, el estudio del Instituto Peterson subraya que "China podría afectar no solo a la producción de iPhones sino también al suministro de modelos alternativos". 

El estudio también ofrece una visión escéptica de las políticas comerciales de la candidata demócrata Hillary Clinton, en particular, por su oposición al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés), el nuevo pacto comercial que EE.UU. ha negociado con Japón y otros 10 países. Según el estudio, la política comercial de Clinton también sería "perjudicial" para el país.