Dicen que si en estos años de indisciplinas financieras Richard Egües, el célebre flautista y arreglista de la ya octogenaria orquesta Aragón, hubiera accedido a los informes oficiales que ilustran las deudas o las cuentas por pagar vencidas, como eufemísticamente se les suele llamar en el mundo empresarial cubano, no habría tenido más remedio que reescribir El bodeguero, el chachachá con el que alebrestó a bailadores de cuatro continentes.
«Mis números todos dieron la talla», dijo alguna vez Eduardo Egües Martínez, su nombre de inscripción, que nacido en el poblado de Cruces, en 1923, hizo historia con Sabrosona, Bombón cha, El cerquillo y, por supuesto, con El bodeguero, el tema que, según cuentan, dedicó a un amigo suyo de Santa Clara y que terminaba con una exhortación tan pegajosa como aleccionadora: «Toma chocolate y paga lo que debes».
Si pagar los adeudos hoy fuera tan fácil como sugería entonces la Aragón, no serían necesarias tantas reuniones, demandas, análisis en los núcleos del pcc, sanciones e incluso la intervención de la dirección del país, que más de una vez ha alertado sobre lo nocivo que resulta el endeudamiento para el desempeño de la economía.
Al menos así piensan los directivos y especialistas de Pinar del Río y de Sancti Spíritus, dos territorios que indudablemente tratan de quitarse el cartelito de «mala paga», pero donde todavía aparece y desaparece esta hidra de mil cabezas, que lacera la eficiencia, enturbia las relaciones comerciales, esconde ilegalidades y muchas veces se siente en los bolsillos de los trabajadores, quienes se ven privados de acceder a sus estímulos.
LAS CUENTAS EN VUELTABAJO
Jorge Luis Salas, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial (CAP), asegura que aunque no es un asunto resuelto, la situación en Pinar del Río con las cuentas por pagar y por cobrar es favorable.
En ello tienen mucho que ver sectores claves como el del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, con un trabajo sostenido desde hace alrededor de diez años.
Tamara López, directora adjunta del Grupo Empresarial de Comercio, explica que son varios los factores que han contribuido a este resultado, desde la atención que se le brinda periódicamente por el cap y que ayuda a «destrabar» problemas, hasta los mecanismos internos de conciliación con sus empresas, y el cruce de información con los diferentes proveedores.
«Esta es una actividad en la que todo está escrito. Por tanto, lo que hace falta es hacer que se cumpla y lograr que los contratos se establezcan y actualicen de manera objetiva».
Todo lo que se oferta no tiene la misma demanda entre los clientes, advierte Tamara López. «Hay mercancías con un nivel de venta más rápido que otras, y eso se debe tener siempre en cuenta en las cláusulas de cobros y pagos».
Por otra parte, destaca que el Grupo realiza una conciliación trimestral con las entidades suministradoras, a fin de corroborar la información que tributan sus propias empresas. «En esos despachos verificamos si son los mismos números».
Aun cuando, en sentido general, en Pinar del Río el monto de las cuentas por pagar y por cobrar vencidas se ha reducido en los últimos años, el fenómeno no ha desaparecido; no obstante, Jorge Luis Salas asegura que hoy alrededor del 80 % del monto se concentra en un reducido grupo de empresas, entre ellas, la de Industrias locales, que acumula una deuda de 459 000 pesos y, al mismo tiempo, tiene más de 365 000 que no ha podido cobrar.
La Empresa Provincial de Mantenimiento y Construcción Civil, por ejemplo, hacía años que no padecía este problema. Sin embargo, actualmente sobrepasa el millón de pesos en cuentas vencidas que no ha logrado cobrar.
Su director general, el ingeniero Yalexis León, explica que, con el propósito de solucionar las afectaciones pendientes de los huracanes en un plazo de cuatro años, el plan de construcción de viviendas de Pinar del Río creció significativamente en 2019.
Si en el último lustro, en el territorio se habían estado levantando como promedio entre 450 y 500 hogares por la vía estatal, este año la cifra asciende a 923.
Para poder hacer frente a este incremento, Yalexis León afirma que a lo largo de Vueltabajo ha habido que fomentar un movimiento constructivo con fuerzas diversas, incluyendo un grupo de entidades y cooperativas agropecuarias, que no habían concebido esta actividad en su presupuesto para el año.
De ahí que hayan surgido dificultades en muchas de ellas para pagarle a la Empresa de Mantenimiento y Construcción Civil, por los materiales que se les suministran.
«Lo que hemos estado haciendo con este tema es organizar la gestión en cada uno de los territorios, conciliar con las cooperativas e ir reprogramando las deudas», detalla el directivo, e incluso señala que en algunos casos ha habido que demandar a los deudores ante el tribunal.
Además, han tenido que solicitar un crédito bancario de cuatro millones de pesos para honrar las deudas con sus proveedores y evitar una cadena de impagos.
¿QUIÉN DEBE Y QUIÉN PAGA EN EL YAYABO?
Que en lo que va de año las empresas subordinadas al Consejo de la Administración Provincial (CAP) en Sancti Spíritus hayan rebajado sus deudas en más de 83 millones de pesos es una muy buena noticia, pero que todavía otros 32 millones estén pendientes de pago, obviamente no lo es tanto.
Yudiana Afonso, vicepresidenta del cap, concuerda con que el bajón no ha caído del cielo, sino de la política de gardeo a la actividad, que incluye chequeos en los consejos de dirección, visitas integrales a las empresas, intercambios con los aparatos económicos, análisis en las plenarias de la economía e inclusión del tema en el sistema de trabajo del Partido y del Gobierno.
Harina de otro costal es el seguimiento al sector del Comercio, que arrastra una pesada carga: la descapitalización de dos de sus empresas –Gastronomía Provincial y Comercio Cabaiguán, cuyos expedientes están hoy a disposición de los Ministerios del Comercio Interior y de Finanzas y Precios, con vistas a evaluar un tratamiento financiero excepcional–; los adeudos de la Empresa Provincial de Alojamiento, maltrecha desde su misma constitución en 2014, y la situación de Comercio Sancti Spíritus y Comercio Yaguajay, ambas marcadas por problemas organizativos.
En el mismo Grupo Empresarial del Comercio, responsable en gran medida de los acumulados de antes y de ahora, sin embargo, también se exhiben buenos ejemplos, como los de Comercio de Fomento, La Sierpe y Taguasco, y la Empresa Provincial de Servicios, lo cual prueba que, más allá de fatalismos, en esta cuerda resultan determinantes la organización, la estabilidad de la fuerza y de los cuadros de dirección, y la capacidad para una gestión proactiva.
Un informe del Consejo de la Administración Provincial al que Granma tuvo acceso ilustra que la provincia no ha estado de brazos cruzados con el Comercio y la Gastronomía, una rama donde de conjunto con el Banco, Finanzas y la onat se concilió con el ciento por ciento de los proveedores y se establecieron letras de cambios con intereses compartidos; se entregaron más de 24 millones de pesos en créditos revolventes para realizar compras y montos significativos en créditos por otros conceptos.
A ello se suman medidas prácticas como el incremento de las producciones en los centros de elaboración y de las ofertas en la actividad gastronómica y en los mercados de alimentos, el fomento de las ferias comerciales para reducir inventarios de lento movimiento; el establecimiento de la recogida diaria del efectivo y la habilitación de pots siempre que las condiciones lo permitan.
«La deuda hay que llamarla por su nombre», reclamaba hace algunos meses Ofelia Morales Portieles, económica de la Empresa Cárnica Provincial, una de las entidades perjudicadas por los atrasos en los pagos y que, con el caso de Comercio, se siente entre la espada y la pared, conocida su responsabilidad con la producción de alimentos para el pueblo, «que no tiene la culpa de esta cadena».
En una situación similar se encuentran el Lácteo Río Zaza y una entidad que alimenta más bien el espíritu y la recreación: la Empresa de la Música y los Espectáculos, donde, en medio de un comportamiento elástico de la deuda, aguardan por el pago de 1,4 millones de pesos, necesarios a su vez para saldar compromisos con los músicos que trabajan bajo su sello, ninguno de los cuales se atrevería hoy ni siquiera a tararear aquel chachachá que invita a tomar chocolate y sugiere pagar lo que debes.