Con la entrada en vigor de la Ley de Aguas Terrestres se confirma la política del Estado cubano para el uso racional y sostenible del agua. Sin embargo, limitaciones financieras, asociadas en buena medida al bloqueo de los Estados Unidos, impiden una mejor gestión de ese recurso. A la par que se impulsan diversos programas inversionistas, urge un mayor ahorro del líquido y apretar las clavijas del saneamiento de alcantarillas
Millonarias inversiones realiza el país para rehabilitar y mejorar la infraestructura hidráulica nacional. (Foto: EDUARDO LEYVA BENÍTEZ).
“Cuando de agua se trata, menos la del mar, somos responsables hasta del agua de coco”, asegura Abel Salas García, vicepresidente primero del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), entidad que controla el patrimonio hidráulico y regula los servicios públicos del vital líquido, así como los del saneamiento (alcantarillado sanitario y drenaje pluvial).
En diciembre de 2012, el Consejo de Ministros aprobó la Política Nacional del Agua, dando cumplimiento a los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. La Ley de Aguas Terrestres comenzó a discutirse en 2013, fue aprobada el 14 de julio de 2017 por la Asamblea Nacional del Poder Popular y entró en vigor el 14 de febrero de 2018 a los 90 días de publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba.
Con anterioridad, el 5 de septiembre de 2017, el Consejo de Ministros emitió el Decreto 337, que reglamenta dicha ley. Entre una cosa y otra, mediaron cinco años de minucioso análisis.
Sobre las novedades de la legislación, los derechos y deberes de la ciudadanía, lo que aún falta para lograr el uso racional del importante recurso, entre otros temas de interés, BOHEMIA dialoga en Mesa Redonda con directivos del INRH.
En Cuba hay una voluntad hidráulica que nació después del paso del ciclón Flora, e impulsó el Comandante en Jefe. A raíz del cambio climático, recurrentes sequías o intensas lluvias, el país ha trazado políticas y estrategias para mitigar sus efectos adversos. En tal sentido, surge la Ley No. 124 De las Aguas Terrestres. ¿Qué novedades plantea dicha normativa?
Para Liván Hernández González, director jurídico del INRH, es importante esclarecer que la legislación tuvo un antecedente en el Decreto Ley 138, aprobado en 1993 y en el cual se recogían, ya desde entonces, el planeamiento, la gestión adecuada y las responsabilidades de algunos organismos en el uso racional del agua.
“Les hemos insistido en eso, sobre todo a los hidráulicos, porque en algún momento olvidamos que existía. Con esta nueva ley tenemos que identificarnos todos, defenderla y no dejarla caer en un letargo, como la anterior normativa”, acentúa.
No obstante, señala el desfase que se produjo entre el Decreto Ley 138 y las regulaciones medio ambientales; la ausencia de un reglamento para establecer cómo hacer y la reorganización de los Organismos de la Administración Central del Estado (OACE), de los cuales algunos desaparecieron y otros cambiaron de nombre.
La nueva normativa se erige en un referente de necesaria lectura. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
“Como norma –reconoce–, la Ley 124 es superior, defiende un enfoque de gestión integrada y sostenible, mucho más universal y coherente. Está organizada por temáticas, articulando la política nacional del agua, que no existía antes. Por tanto, es un espaldarazo jurídico y guarda perfecta armonía con los Lineamientos aprobados en los últimos congresos del Partido.
“Introduce temas novedosos, como el de la servidumbre, débilmente tratado en el Código Civil y en la Ley de Minas. Me atrevo a decir que fuimos los primeros en abordarlo con profundidad”.
La servidumbre natural es la relación entre propietarios de terrenos colindantes, en la que pueden darse conflictos por el servicio común del agua. La ley distingue dos tipos: legales, constituidas en razón de utilidad pública o interés social, y voluntarias, si existe acuerdo de los propietarios de terrenos no estatales involucrados.
-¿Por qué es importante este tema de la servidumbre?
Con anterioridad, afirma Hernández, no había cómo solucionar un litigio entre dos personas por el uso del agua. “No existía cobertura jurídica. Nosotros mismos contamos con dos grupos empresariales constructores, el de Aprovechamiento Hidráulico y el de Acueducto y Alcantarillado. Cuando una de sus obras tenía que pasar por el sembrado de algún campesino, causándole daños, el hombre decía: ‘y a mí, ¿quién me paga?’ Pero ahora la ley sí obliga, a quien intervenga un predio y cause daños, a indemnizar”.
Según el licenciado, a veces se cree que la gestión del agua es solo de Recursos Hidráulicos y no es así. En la ley aparecen cuatro entidades con responsabilidades, en primer lugar el INRH, y luego los ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, de Salud Pública, y los órganos locales del Poder Popular.
En zonas rurales, o periféricas de las cabeceras municipales, es común encontrar que organismos como la Agricultura, el Turismo o el Grupo Empresarial Azcuba, administran acueductos que abastecen a la población y a centros de producción o servicios.
-¿Qué dice la Ley 24 sobre ese particular?
La legislación, sostiene el director jurídico, ratifica el criterio de la anterior normativa: quien tenga bajo su responsabilidad la administración, o guarde cualquier tipo de relación con una infraestructura hidráulica, tiene la obligación de mantenerla y conservarla. “Eso se olvida muchas veces, no las atienden, piensan que es problema de otros”.
-Parece contradictorio que no solo el INRH regule y controle los servicios públicos de agua potable. En el sector del turismo, por ejemplo, hay quienes cuestionan eso.
Los directivos del INRH reconocen la coherencia y universalidad de la Ley 124. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Abel Salas García, vicepresidente primero del INRH, amplía: “La Ley tiene una disposición transitoria que indica –a los organismos con acueducto, o alcantarillado, si lo tuviesen–, mantener estos servicios a la población hasta que concluya su reordenamiento.
“En el Turismo, la empresa de campismo históricamente ha querido dejar de administrar los acueductos. Al INRH le entregaron hace algunos años las zonas de los cascos urbanos, que eran de Comunales, para la limpieza y mantenimiento de zanjas, ríos y arroyos. Aceptamos eso, pero dijimos que hacían falta recursos, pero nunca se entregó nada y la calidad del trabajo no es la adecuada.
“A nuestro Instituto pasaron acueductos que antes eran del Ministerio del Azúcar, hoy Azcuba. Se logró, previo al traspaso, que les hicieran algunas mejoras. Pero aun así, el servicio que dan, en algunos lugares, es malísimo, porque no tenemos el adecuado respaldo técnico para las reparaciones.
“Entonces, el acueducto, que no solo abastece a la población, aparece como responsable de que no haya leche, o se incumpla la zafra en un central azucarero, por falta de agua. En buena lid, no debíamos haber recibido esos acueductos”, valora el también ingeniero hidráulico.
“Esos traspasos al INRH deben contar con el respaldo de un plan anual de inversiones, para ir desenganchándolos de centros productivos y que solo sea suministro a la población”.
Aunque las aspiraciones todavía andan lejos de la realidad. “Cada vez que se presenta esta propuesta, la viran para atrás. Por eso la ley establece esta disposición transitoria”, reconoce el vicepresidente primero.
Los efectos del cambio climático obligan a tomar medidas ante las intensas lluvias o la extrema sequía. (Foto: YASSET LLERENA ALFONSO).
Según Salas, en la Ley queda claro que las comunidades con menos de 2 000 habitantes deben estar subordinadas a los órganos locales del Poder Popular. “No serán atendidas por empresas, porque estas deben obtener ganancias, y en una población menor, son más los gastos que los ingresos. Esto se está estudiando como parte del reordenamiento de los acueductos que finalmente debe aprobarse al concluir este año”.
A propósito de la ley
La Ley 124 De las Aguas Terrestres aboga por la gestión integrada de las aguas terrestres, recurso natural renovable y limitado. Por tanto, requiere de una eficaz planificación, dirigida a satisfacer el interés general de la sociedad, la economía, la salud y el medioambiente, con el fin de garantizar su preservación en armonía con el desarrollo económico y social sostenible y la adopción de medidas ante los eventos derivados del cambio climático.
En la sección tercera del Decreto 337 Reglamento de las Aguas Terrestres, al hacer referencia a las obligaciones de los usuarios de los servicios públicos se prohíbe:
-Emplear equipos de bombeo para extraer agua directamente de las tuberías maestras, o hacer conexiones clandestinas a estas.
-Utilizar el agua potable suministrada en el riego de áreas agrícolas.
-Alterar o manipular las válvulas reguladoras de la red pública de abastecimiento, y manipular los hidrantes y sus accesorios sin estar debidamente autorizado.
-Reconectar el servicio cuando se suspenda por razones técnicas o por morosidad en el pago.
DIRECTIVOS PARTICIPANTESEN LA MESA REDONDA
Abel Salas GarcíaLiván Hernández González.Emilio Cosme Suárez.Rigoberto Morales Palacios.Yosvany Rubí Bazail.
LAS FUENTES DEL DERROCHE
En 2017, las pérdidas en el consumo de agua estuvieron por encima de la capacidad de embalse de la presa Zaza, la mayor del país. Mientras, muchos esperan poder abrir algún día las pilas de sus hogares
Al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) le corresponde controlar el patrimonio hidráulico, con especial atención al uso eficiente del agua y su calidad, dicta la Ley 124 De las Aguas Terrestres. Pero, para hacer cumplir con efectividad tal encomienda todavía resta un largo trecho.
“Nuestras empresas abastecen a más de ocho millones de personas por diversas vías: intradomiciliaria, cuando el agua potable llega a las casas; fácil acceso, cuando se entrega desde un tanque situado hasta 300 metros de las viviendas, y abasto en pipas. De manera paralela, otros organismos también prestan esos servicios y están quienes tienen pozos en sus hogares”, explica Yosvany Rubí Bazail, director técnico del Grupo Empresarial de Acueducto y Alcantarillado.
Foto: YASSET LLERENA ALFONSO.
De los más de 11 millones 239 000 habitantes que tiene la Isla, el 95 por ciento tiene cobertura de agua potable, coinciden los directivos del INRH invitados a la Mesa Redonda de BOHEMIA. De manera permanente reciben el servicio en pipas más de medio millón de personas.
-¿A cuántos llega diariamente el servicio de agua potable?
Para conocer esas cifras, monitorean la frecuencia de entrada a las viviendas, si es cada 24 horas o menos tiempo, indica Abel Salas García, vicepresidente primero del INRH. “Nuestro trabajo es pasar al servicio intradomiciliario a quienes la reciben hasta 300 metros. No importa que sea una sola vez a la semana, lo significativo es que les llegue a los hogares. Después buscamos disminuir el ciclo de entrega. El sueño es garantizar al menos ocho horas diarias”, refiere Salas.
-¿Esa es la aspiración para el año 2030?
El también ingeniero hidráulico cree difícil que para esa fecha se alcancen tales propósitos. “Es demasiado dinero a invertir y va a ser muy difícil. Pudiera ser en las cabeceras provinciales, pero está muy atrasado el programa por falta de financiamiento”.
Mientras millones de compatriotas siguen a la espera de que llegue el líquido a sus hogares, cifras millonarias de agua se pierden anualmente.
Derroche “a pululu”
Aseguran expertos que los españoles solo gastaron 127 litros de agua al día en 2017. Los japoneses, quizás un poco más. Pero al conocer el consumo de los cubanos quedan boquiabiertos: en La Habana fueron 727, y muchos más en Matanzas. Otras provincias, como Cienfuegos y Mayabeque, no quedaron detrás en el despilfarro. ¿Será por este clima tropical en el que, cuando aprieta el verano, nadie quiere salir de la ducha? ¿O existen otras razones de peso?
Los directivos del INRH comienzan a despejar la incógnita. Coinciden en que se pierde el 20 por ciento del agua que se bombea para las conexiones intradomiciliarias, es decir, unos 300 millones de metros cúbicos al año.
Por los salideros se va agua y combustible utilizado para el bombeo. Son venas abiertas de la economía. (Foto: JORGE LUIS SÁNCHEZ RIVERA).
Solamente por concepto de sobreconsumo, todos los usuarios del agua que no cumplieron con la norma establecida, gastaron un total de 1 300 millones de metros cúbicos el pasado año.
Ese volumen, compara Emilio Cosme Suárez, director de Uso Racional del Agua del INRH, está por encima de la capacidad de embalse de la presa Zaza, con 1 020 millones de metros cúbicos, la mayor de su tipo en Cuba. Por su parte, Rigoberto Morales Palacios, director general del Grupo Empresarial de Aprovechamiento Hidráulico, estima que el exceso puede ser de hasta 1 500 millones de metros cúbicos.
Entre las empresas productoras de bienes y servicios, una pequeña lista denuncia a los derrochadores. El primero, concuerdan los entrevistados, es la Agricultura, con la siembra de arroz, sin que al final se obtengan altos volúmenes. “El mayor usuario del agua en Cuba es este sector, representa casi la mitad del consumo que se planifica y el arroz se lleva la mayor parte. Por eso están intentando reducir ese gasto e incrementar los rendimientos”, señala Cosme.
Otro caso es el Turismo. “Hace unos días veíamos un hotel con una determinada norma diaria –ahí entra todo, lavado, piscina, cocina, higiene–. Tiene 1 000 habitaciones, pero en los últimos años no llega al 70 por ciento de ocupación. Es decir, 300 habitaciones vacías todo el tiempo. Sin embargo, gastó la cuota asignada y se pasó en casi un 15 por ciento. De eso estamos hablando”, ejemplifica Salas.
-Es paradójico que la Agricultura sea el mayor usuario del agua y solo tenga bajo riego el siete por ciento de las áreas cultivables. ¿Podría llegar a más?
A juicio del director general del Grupo Empresarial de Aprovechamiento Hidráulico, las técnicas de riego que se aplican en la Agricultura son obsoletas. “De antemano se sabe que botarán el 50 por ciento del agua. Hoy predomina el sistema de riego por gravedad, sobre todo en el arroz, que consume al año 2 000 millones de metros cúbicos. La agricultura tiene programas para transformar esa situación, pero avanzan muy lentamente. Están aplicando la nivelación de los suelos en los polos productivos arroceros de Pinar del Río, Sancti Spíritus, Granma y Camagüey. En cultivos varios, sin rendimientos en secano, introducen técnicas de riego eficientes. Pero eso lleva financiamiento”, expone Morales.
Según estimados del Ministerio de Comercio Interior, en Cuba se necesitan más de ocho millones de herrajes. Ni la industria logra producirlos, ni tienen siempre la debida calidad. (Foto: YASSET LLERENA ALFONSO).
El también ingeniero hidráulico razona sobre las posibilidades de extender las áreas bajo riego en la agricultura. “El país ha creado una infraestructura hidráulica importante, con capacidad para más de 9 000 millones de metros cúbicos, y cuenta además con casi cinco mil millones en aguas subterráneas; es decir un total de 13 000 500 millones disponibles anualmente. Aun cuando tenemos este recurso, es insuficiente, porque influyen otros factores”.
Cosme considera que para llegar a un potencial superior de áreas sembradas bajo riego en el país se requieren más inversiones y mejores condiciones en la agricultura y en la propia infraestructura hidráulica.
Sin embargo, para Abel Salas García “no se trata de invertir para ampliar las capacidades, sino de aprovechar las instaladas. Tenemos 40 embalses que no se utilizan, el agua está allí, pero no se emplea. La presa Mayarí está llena y unas 15 000 hectáreas siguen sin sistemas de riego. ¿Por qué no se siembra donde hay potencialidades? Ese es el problema ahora”.
Orígenes
Desde hace cuatro años, al hacer el balance del agua que se entregará a las entidades, se les reduce el cinco por ciento del consumo que planifican, sin afectar el servicio, afirman los directivos del INRH, quienes insisten en las difíciles condiciones en que operan los acueductos.
Para que no caiga en pozo ciego, la Ley 124 debe estar acompañada de efectivas maneras de medir el empleo del agua, con tarifas progresivas, y un sistema de contravenciones actualizado. (Foto: YASSET LLERENA ALFONSO).
“Pusimos el sistema y nunca más nadie pasó por allí a darle mantenimiento a válvulas, bombas, cisternas y herrajes. Aunque los canales primarios tienen una eficiencia del 80 por ciento, cuando vas a ver los secundarios y terciarios de distribución, algunos tienen medio siglo de explotación. Hay que hacer nuevas las redes y conductoras. Instalar metrocontadores a la población, con una tarifa progresiva, el que más gasta, más paga. Y eso no lo tenemos hoy”, plantea Salas.
“Es verdad –razona– que no existe una cultura del ahorro, nadie mira cuánto le cuesta al acueducto extraer el agua y llevarla a los hogares. Pero no tenemos condiciones para evitar que se gasten esos 1 300 millones de metros cúbicos de agua de más, y este año puede perderse una cifra similar”.
Ante tal situación, Morales reconoce que no se quedan de brazos cruzados. “Tenemos un grupo de inspección estatal que actúa sobre los grandes consumidores. Hay un chequeo semanal, en el que la máxima dirección del país pide cuentas a los organismos que botan el agua, y eso se pone caliente. Cuando los inspectores detectan infracciones, se aplican multas, pero el sistema de contravenciones es muy noble. Dan más resultado esos chequeos que las multas a los infractores, que son ridículas”.
Actualmente, sostienen, se trabaja en una nueva normativa para cerrarles el paso a los derrochadores.
ALCANTARILLAS ATORADAS
Urgen las inversiones para el saneamiento
Una fosa desbordada frente al consultorio médico saca de paso a los vecinos del lugar. “Ya no sabemos qué más hacer, los encargados de limpiarla dicen que hay una larga lista de afectaciones y los carros no dan abasto”, aseguran en Marianao. Otros lugareños, con similar problema sí le encontraron solución, convencieron al chofer de uno de los vehículos del saneamiento con un billete de 20 cuc en su bolsillo.
A los directivos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) les asombra que pasen tales cosas, aunque reconocen que en la capital hay muchas fosas desbordadas. “Se nos han ido quedando atrás las inversiones para el saneamiento y ahora es una urgencia”, afirma el vicepresidente primero, Abel Salas García.
Foto: YASSET LLERENA ALFONSO.
Aseguran que tienen planes para rehabilitar el 20 por ciento del alcantarillado en el país, donde solo el 36 por ciento de la población, unos tres millones, reciben este servicio, y no con la calidad requerida. El resto tiene fosas y letrinas.
“Hay situaciones inauditas –comenta Yosvany Rubí Bazail, director técnico del Grupo Empresarial de Acueducto y Alcantarillado–; en Santiago de Cuba hicimos una inversión para un alcantarillado nuevo y que los vecinos no vertieran más a una fosa, pero sigue sin funcionar porque nadie se ha conectado. Por la Ley de Aguas Terrestres, debían haberlo hecho en 120 días. Pero se crea una situación compleja, porque la gente tiene que romper todo el piso de su casa para poder conectarse”.
Largo camino
Si bien han quedado atrás las acciones para el saneamiento, otras han tomado mejor cauce. En los últimos años, el INRH multiplicó unas cinco veces el plan de inversiones y para 2018 cuenta con unos 400 millones de pesos.
“Ese plan tiene varios programas. Por ejemplo, el de los trasvases, para llevar el agua de los lugares donde más llueve hacia otros donde existe déficit. Esas son obras de ingeniería complicadas, monumentales, pero realmente avanzan.
“Tenemos un programa para reducir las pérdidas y se trabaja en 12 ciudades principales del país. Empezó por oriente: Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas y luego Camagüey. Pudimos acceder a créditos externos, con los cuales se han ido haciendo inversiones para reducir el agua que se pierde, cambiar redes y conductoras. Hay lugares que no tenían servicio o era muy precario”, explica Salas.
De manera paralela, con financiamiento propio, avanzan las inversiones en los principales polos turísticos. Los directivos citan a Varadero, en un acueducto que funciona con alta eficiencia, similar a la de países desarrollados. Asimismo se ha hecho en la cayería norte de Villa Clara, Cayo Coco y Guardalavaca, donde ya se crearon las empresas de acueducto para operar esas instalaciones.
“En los polos turísticos estamos potenciando las plantas desalinizadoras. De cierta manera la sequía nos obligó a eso, se estaban agotando las fuentes de abasto y tenemos el mar allí. Esa es una tecnología rentable, factible. También hemos logrado en estos lugares reciclar el agua y reutilizarla en la jardinería. Estos planes de inversiones crecen por año y se cumplen con calidad. Aunque hay lugares donde se hacen chapucerías, se enfrentan y se toman medidas”, amplía el vicepresidente primero del INRH.
Los entrevistados señalan, además, que para las nuevas viviendas que se construyen aseguran el suministro de agua potable y el alcantarillado.
A favor y en contra
A consecuencia del bloqueo, los equipos, medios y otros recursos, deben adquirirse en mercados más lejanos, lo que encarece los costos. (Foto: EDUARDO LEYVA BENÍTEZ)
El diálogo con los directivos casi termina, pero la reportera no quiere dejar pasar la oportunidad de pedirles que comenten sobre fortalezas y debilidades de la gestión del INRH.
Los mayores obstáculos –señalan– están en la falta de financiamiento para poder realizar más inversiones en el país. En tal sentido destacan las afectaciones que provoca el bloqueo de Estados Unidos, que obliga a buscar créditos y suministradores en mercados lejanos.
“El dinero para los sistemas de bombeo tenemos que gestionarlo en Europa. Solamente en fletes, pagas cuatro y cinco veces el valor de los equipos, cuando los pudieras adquirir en Estados Unidos, un mercado más cercano y muchas veces con más calidad. Algunos piensan que el bloqueo es un cuento, pero es una realidad aplastante”, sentencia Yosvany Rubí Bazail, director técnico del Grupo Empresarial de Acueducto y Alcantarillado.
Recuerdan que una buena parte del plan descansa en los créditos externos, y aunque tienen condiciones ventajosas para devolverlos, al final, siempre hay que pagarlos.
A favor señalan el sentido de pertenencia de los trabajadores, el apoyo del Gobierno, la preparación de los cuadros y el legado de Fidel, ferviente promotor de la voluntad hidráulica.
Mayo empapado
Cuando las persistentes lluvias de mayo todavía humedecen paredes y recuerdos, las autoridades alertan que recién el país entró en el período húmedo, y todavía restan los sobresaltos de cuantos ciclones tropicales asomen en el Caribe. Las cuencas subterráneas están casi saturadas, y según Inés María Chapman, presidenta del INRH y vicepresidenta del Consejo de Estado, los embalses administrados por la institución que encabeza presentan un llenado del 86 por ciento, lo cual enciende un bombillo rojo.
Delia Reyes Garcia