La enredada red de problemas legales del
expresidente Donald Trump se ha vuelto más complicada en 2023. Desde las
investigaciones criminales que se desarrollan lentamente en D.C. y Georgia
hasta la montaña de cargos de fraude que ya enfrenta en Nueva York, una gran
cantidad de investigaciones han seguido a Trump desde su partida de la Casa
Blanca. Ahora, al parecer, las demandas finalmente están alcanzando a este “Don
teflón” quien hasta ahora parecía capaz de evadir todos los cargos legales en
su contra.
El martes, un jurado de Manhattan encontró a
Trump responsable de agredir sexualmente y luego difamar a la columnista E.
Jean Carroll, solo una de las 26 mujeres que han presentado acusaciones de que
Trump las violó o agredió sexualmente. Aunque el caso civil concluyó con una
indemnización de $5 millones a Carroll por daños y perjuicios, los problemas
legales de Trump están lejos de terminar y las amenazas legales más graves aún
están por llegar.
A medida que cada caso pasa por los
tribunales, es probable que esta lista cambie. A partir de ahora, estos son los casos civiles y penales en
curso más destacados que Donald Trump aún enfrenta:
Fraude comercial en Nueva York
Letitia
James, Dasani Coates
Estado: Acusado
Tipo de
caso: Civil
Próximos
pasos: El juicio comienza el 2 de octubre de 2023
Contrapartes: NY AG Leticia James; Trump y familia, Trump Org.
Juez: Arthur Engoron
Lo que
está en juego: $ 250 millones, licencia comercial de
Trump Org.
El juez de la Corte Suprema de Nueva York,
Arthur Engoron, no dio lugar a malas interpretaciones cuando dio luz verde a la
demanda civil de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, contra el
imperio inmobiliario multimillonario de la familia Trump. El juicio, dijo,
comenzaría el 2 de octubre de 2023 "contra viento y marea".
Y la fiscal James, una demócrata, parece lista
para echar la pelea. Su investigación de tres años sobre la Organización Trump
arrojó un informe de 220 páginas. En él, James dijo que su oficina descubrió
décadas de fraude cometido por Trump y su familia, a través de las propiedades
inmobiliarias y de campos de golf de la Organización Trump. El informe de James
afirma haber atrapado a la Organización Trump haciendo pasar más de 200
evaluaciones de activos falsificadas entre 2011 y 2021, en un esquema elaborado
para inflar el patrimonio neto de Trump en miles de millones para que pudiera
obtener préstamos y seguros más baratos. Según el recuento de James, Trump
finalmente estafó a los bancos de Nueva York con $ 250 millones, y ella quiere
que Trump pague. Trump, por su parte, lo llama una "cacería de
brujas".
Pero James no solo quiere que Trump compense y
tranquilice al estado con una recompensa. Ella quiere incendiar la franquicia
comercial de la Organización Trump en el estado de Nueva York y prohibir que
Trump y sus herederos, los ejecutivos anteriores de la compañía Donald Jr.,
Ivanka y Eric, vuelvan a tener una empresa en Nueva York a su nombre.
…sobre los problemas de Trump en Nueva York
Ivanka Trump se separa de la familia y abandona al abogado de Don Jr. y
Eric en una demanda de $ 250 millones
"Ese jurado es una broma": los defensores republicanos de
Trump dicen que el veredicto de abuso sexual "no es un descalificador"
Trump afirma falsamente que "no se le permite hablar o
defenderse" a sí mismo, después de un juicio en el que no se presentó
Interferencia en las elecciones de
Georgia de 2020
fani willis
Estado: Acusaciones recomendadas por el jurado
Tipo de
caso: Penal
Próximos
pasos: Cargos de DA esperados del 11 de julio al 1 de
septiembre
Contrapartes: Fulton Co. DA Fani Willis, Trump, GOP asociados
Juez: Robert McBurney
Lo que
está en juego : posibles cargos por delitos graves aún
no vistos
Ante la derrota, Trump hizo una llamada el 2
de enero de 2021 al Secretario de Estado de Georgia Brad Raffensperger y le
dijo que "encontrara" los votos que necesitaba para vencer al
presidente Joe Biden. Raffensperger más o menos le dijo a Trump que se fuera al
carajo, y Trump luego intentó, y fracasó, de influir para derrotarlo en las
primarias para su reelección. Pero el vicepresidente Mike Pence se negó a
aceptar los votos "alternativos" durante la fatídica certificación
electoral del 6 de enero de 2021. Ocho de los 16 electores estatales
"suplentes" que votaron por Trump en 2020 a pesar de una clara
victoria de Biden en Georgia recientemente obtuvieron acuerdos de inmunidad de
la oficina del fiscal de distrito del condado de Fulton a cambio de testimonio
en este caso.
El 7
de enero de 2021, el abogado de la campaña de Trump, Sidney Powell, estuvo
presente en una oficina electoral de Georgia para saludar a la firma de
procesamiento de datos “SullivanStrickler”, que el propio Powell había
contratado, cuando se presentaron para copiar datos confidenciales de las
máquinas de votación estatales, según el Atlanta Journal-Constitución. Esos
datos todavía están siendo investigados.
Después de ocho meses de reuniones y el
testimonio de más de 75 testigos, un gran jurado especial del condado de Fulton
de 23 miembros recomendó acusar a Trump y a otras 12 personas. Los testigos
incluyeron no solo a votantes en la elección local de Georgia y a electores
"suplentes", sino también al exasesor de seguridad nacional Michael
Flynn, el exjefe de gabinete de la Casa Blanca Mark Meadows, Rudy Guliani y el
senador republicano de Carolina del Sur Lindsey Graham.
El juez de la Corte Superior del condado de
lton, Robert McBurney, dictaminó anteriormente que, por ahora, solo se
publicaría una versión redactada del informe del jurado. Más recientemente, los
abogados de Trump presentaron una moción para anular el informe, y la oficina
de Willis tiene un período de tiempo limitado para responder. En una carta del
24 de abril, Willis también dijo que espera revelar la naturaleza de sus cargos
entre el 11 de julio y el 1 de septiembre, pero es probable que sean cargos
estatales importantes por delitos graves.
…sobre la supuesta interferencia electoral de
la Asamblea General
El
presidente del Partido Republicano de Georgia intenta evadir la acusación
arrojar la culpa al equipo de Trump.
"Está ( Trump) confesando en la televisión en vivo": los
expertos legales dicen que sus recientes declaración por CNN podrían resultarle
contraproducente en la corte
"Una serie de crímenes": exfiscal dice que las nuevas expresiones
electorales de Trump son "más condenatorios" que la convocatoria de
Georgia
Uso fondos campaña para comprar
silencio de Stormy Daniels
Donald Trump; Alvin Bragg
Estado: Acusado
Tipo de
caso: Penal
Próximos
pasos: Enero de 2024 juicio solicitado
Contraparte: NY DA Alvin Bragg, Trump
Juez: Juan Merchan
Lo que
está en juego: 34 cargos por delitos graves
El núcleo del caso es si Trump usó o no los
fondos de la campaña como dinero para silenciar cuando le pagó a la estrella de
cine para adultos Stormy Daniels para que guardara silencio sobre su relación
sexual durante su campaña presidencial de 2016. Pero la jurisdicción de los
fiscales de Nueva York limitó al fiscal Bragg a abordar el caso al acusar a
Trump de 34 cargos por delitos graves de falsificación de registros comerciales.
Los registros en cuestión cubren los pagos que
Trump hizo a través de un esquema de asegurarse que elementos negativos nunca
vieran la luz facilitado por el National Enquirer, incluidos $130,000 en dinero
secreto a Daniels, otros $150,000 a la ex modelo de Playboy Karen McDougal por
razones similares y $30,000 a un portero del edificio Trump Tower que
supuestamente tiene una historia sobre un bebé ilegítimo de Trump. Después de
su acusación del 30 de marzo, Trump fue arrestado el 4 de abril. La familia del
juez se ha visto inundada por amenazas violentas de los partidarios de Trump,
incluidos ataques incendiarios en las redes del propio hijo de Trump. El juez Merchan
tuvo que mantener un control estricto sobre Trump, impidiéndole publicar
evidencia en las redes sociales.
…sobre el caso del dinero secreto
“Sin trato especial”: juez prohíbe a Trump publicar pruebas en redes
sociales
Expertos legales: "Casi seguro" que Trump será acusado de
nuevos cargos durante el verano
"No puede arriesgarse a que lo descubran": los expertos dicen
que la demanda de Trump contra Michael Cohen podría resultar contraproducente
Incitación al ataque del 6 de enero
Policía
del Capitolio de los Estados Unidos; Harry Dunn; Daniel Hodges; Michael Fanone;
Aquilino Gonell
El oficial de policía del Capitolio de EE.
UU., Harry Dunn, el oficial del Departamento de Policía Metropolitana de DC,
Daniel Hodges, el oficial del Departamento de Policía Metropolitana de DC,
Michael Fanone, y el oficial de policía del Capitolio de EE. UU., el sargento.
Aquilino Gonell testifica durante la investigación del Comité Selecto del
ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de los EE. UU., durante su primera
audiencia en el Capitolio en Washington, DC, el 27 de julio de 2021. (CHIP
SOMODEVILLA/POOL/AFP vía Getty Images)
Estado: Apelación de Trump pendiente
Tipo de
caso: Penal
Próximos
pasos: Fallo de la corte de apelaciones TBD
Contrapartes: Fiscal especial del Dpto. de Justicia Jack Smith, 2 funcionarios del
Capitolio y demócratas de la Cámara, Trump
Juez: Amit Mehtma
Lo que
está en juego: Hasta 20 años de prisión, multas de
hasta $250,000, restitución financiera para las víctimas.
El 8 de marzo, Mehtma, un juez de la Corte de Distrito de EE. UU. para el
Distrito de Columbia (capital del país) y designado por Barack Obama, negó la
moción de Trump para que el caso fuera desistimado y dijo que Trump tenía que
entregar cualquier evidencia a los fiscales. Mehtma dijo que el discurso de
Trump del 6 de enero (en el que les dijo a sus partidarios que "luchen
como locos" para anular los resultados de las elecciones) fue
"probablemente para incitar a una acción ilegal inminente".
El 29 de marzo, los abogados de Trump
presentaron una apelación en el Circuito de D.C., alegando que tal
interpretación fue una "extralimitación" y que las pruebas y los
documentos están protegidos por el privilegio abogado-cliente. El panel de
apelaciones de tres jueces, Cornelia Pillard, Michelle Childs, Florence Pan
(designada por Obama, luego dos por Biden, respectivamente), no ha dicho cuándo
se pronunciará sobre la apelación. Algunos han especulado que el fallo podría
llegar en los próximos meses, pero no es suficiente para confiarse. Y si se
devuelve a la corte inferior, el caso podría tardar años en resolverse.
Mientras tanto, cuatro miembros del grupo
neofascista Proud Boys que participaron en los disturbios fueron condenados en
mayo, lo que aumenta las apuestas por el caso.
…sobre los casos de ataque del 6 de enero
"Desquiciado": Trump desconcierta a CNN al prometer indultos por
los hechos del 6 de enero y al seguir denegando los resultados de las pasadas
elecciones
"Esperen decisiones pronto": los expertos dicen que el
testimonio "fuertemente incriminatorio" de Pence es una mala noticia
para Trump
El
6 de enero hubo una conspiración sediciosa: Cuatro Proud Boys declarados
culpables de ataque
Tenencia de documentos clasificados
en su mansion de Mar-a-Lago
Donald Trump; Jack Smith
Estado: Investigación en curso
Tipo de
caso: Penal
Próximos
pasos: Smith revela cargos TBD
Contrapartes: Fiscal especial del DOJ Jack Smith, Trump
Juez: Amit Mehtma
Lo que
está en juego: Hasta 5 años por mal manejo de información
clasificada, hasta 20 por obstrucción
El DOJ (Departamento de Justicia) está
intensificando su recopilación de evidencia mientras trata de determinar si
Trump ordenó al personal de Mar-a-Lago que trastocaran las cajas de documentos
clasificados para ocultarlos de los funcionarios del gobierno el año pasado. En
particular, no se pueden encontrar las imágenes de vigilancia relacionadas con
este incidente. Más recientemente, Smith emitió una ola de nuevas citaciones,
incluidas algunas para la Organización Trump, y obtuvo la cooperación
confidencial de un testigo que trabajaba en Mar-a-Lago.
"Se dice que el testigo proporcionó a los
investigadores una imagen de la sala de almacenamiento donde se había guardado
el material", según el New York Times.
No se sabe mucho más sobre ese testigo, pero
al menos otros cinco de esa residencia de recreo han sido citados y dos
personas le dijeron al Times que "casi todos los que trabajan en
Mar-a-Lago han sido citados, y que algunos que sirven en labores bastante
oscuras han sido interrogados por los investigadores". En una línea
relacionada de la investigación de Smith, los fiscales investigan cómo los
ayudantes de Trump ayudaron a contratar y pagar a algunos de los abogados de
los testigos.
El punto de conflicto en este momento para el
fiscal Smith es un posible testigo clave, el ayuda de cámara de Trump, Walt
Nauta. El DOJ necesita averiguar si Trump hizo que Nauta u otro personal
movieran las cajas. Como se informó, el Departamento de Justicia fue demasiado
duro con Nauta y asustó a sus abogados, quienes luego cortaron las
conversaciones con el gobierno (lo que provocó que algunos altos funcionarios
se enfadaran en el Departamento de Justicia por la pifia).
…sobre la investigación Mar-a-Lago del Departamento
de Justicia
Departamento de Justicia trabaja con fuente de Trump en investigación
informe sobre Mar-a-Lago
"Contundente evidencia de obstrucción": Bill Barr dice que el
caso de Mar-a-Lago es el "más amenazante" para Trump
"Él es capaz de cualquier cosa": el arresto y la humillación
no detendrán a Trump, dice la sobrina Mary Trump
Por Rae Hodge, reportera de noticias y política para
Salon. Su cobertura de investigación basada en datos abarca más de una década,
incluidos roles anteriores con CNET, AP, NPR, BBC y otros. Se la puede
encontrar en Mastodon en @raehodge@newsie.social.
La gestión de la comunicación de las acciones empresariales basadas en criterios ambientales, sociales y de gobernanza se está volviendo cada vez más compleja y necesaria. Especialmente, en un momento en el que crecen las acusaciones de ‘greenwashing’ y están surgiendo posturas de rechazo a la inversión sostenible
Desde 2021, con el anuncio de las Estrategias Net Zero del Reino Unido, la Estrategia de Adaptación para la Resiliencia Climática de la Unión Europea (UE) y el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE, ha habido un cambio dramático en la forma en que la mayoría de las empresas que cotizan en bolsa, los bancos de inversión y fondos invierten. La inversión con criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por las siglas en inglés de environmental, social and governance) se está convirtiendo en algo “mainstream”. Ya ha llegado a las empresas, y hasta los banqueros centrales afirman con rotundidad que se va a quedar. La gran pregunta que se hacen ahora las organizaciones es cómo comunicar el ESG.
Comunicar las inversiones con criterios ESG resulta problemático, porque, más allá de las propias complejidades técnicas de los instrumentos ESG (por ejemplo, cómo clasificar las carteras, cómo evaluar las empresas, qué listas o rankings seguir, etc.), este tipo de inversiones se están volviendo una cuestión sobre el rol político que asumen las empresas.
El rol político
Las teorías del rol político de la empresa han sido desarrolladas por un grupo de académicos, entre ellos Andreas Scherer, profesor en la Universidad de Zúrich, Guido Palazzo, profesor en la Universidad de Lausana, y yo misma, en una serie de artículos1 en los que se argumenta que, pese a que la economía ha descrito a las empresas como actores económicos y no políticos (siendo los actores políticos, principalmente, el Estado), las empresas juegan un rol político importante en el mundo globalizado. Ese rol está en el desarrollo y apoyo de iniciativas de derecho no vinculante (también conocidas como derecho indicativo o legislación blanda). A través del desarrollo de estas normas de derecho no vinculante, las empresas toman posición política en temas como el cambio climático, yendo más allá de la legislación vigente.
Las inversiones en ESG, como todas las demás iniciativas que antes llamábamos de sostenibilidad o de responsabilidad social corporativa (RSC), al no estar reguladas completamente por los Estados, se han desarrollado a base de esta legislación no vinculante, con normas de libre aplicación y directrices marcadas, muchas veces, por asociaciones de las diferentes industrias. Algunas de estas normas son el Climate Disclosure Standards Board (CDSB), la Global Reporting Initiative (GRI), el International Integrated Reporting Council (IIRC), el Sustainability Accounting Standards Board (SASB) y la Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD).
Algunas de estas normas están siendo adoptadas por los Estados como parte de su legislación. En Singapur, por ejemplo, las divulgaciones climáticas se han vuelto obligatorias para las empresas financieras que cotizan en la bolsa de valores del país. En Europa, se está elaborando una propuesta para una directiva sobre la debida diligencia en sostenibilidad empresarial (CSDD), que obligaría a las empresas a prestar más atención a las cuestiones de derechos humanos en sus cadenas de suministro. Se espera que las negociaciones de la UE para completar estas reglas comiencen en abril de 2023.
Sin embargo, las normas de divulgación climática también están retrocediendo en lugares tan importantes como EE. UU. Allí, las empresas que reportan teniendo en cuenta criterios sostenibles y siguiendo normas como el SASB y la TCFD están sufriendo desinversión, y algunas de las reglas propuestas por la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por las siglas de Securities and Exchange Commission) que promovían el ESG están siendo impugnadas en los tribunales en varios de los estados de mayoría republicana. El destino de las divulgaciones climáticas en EE. UU. podría estar en juego hasta bien entrado 2024.
La gestión de la comunicación en ESG
Hoy en día hay grupos de interés que requieren que las empresas inviertan más y mejor en ESG y que, sobre todo, se haga mejor su escrutinio, llegando a acusar a las compañías que no gestionan bien la comunicación en ESG de “ecoblanqueo”, también conocido como greenwashing. Pero también existen stakeholders que denostan el cambio climático y que están empezando a sancionar a las empresas que invierten con criterios ESG o que se identifican con la tendencia conocida en EE. UU. como woke capitalism (“capitalismo del despertar”). Todo ello hace que la gestión de la comunicación en ESG se esté volviendo cada vez más compleja y necesaria.
‘Greenwashing’ y discurso aspiracional
Las alegaciones de greenwashing ocurren cuando las empresas hacen declaraciones falsas o engañosas sobre sus credenciales medioambientales, ya sea sin querer o como una estrategia de marketing deliberada. Estas alegaciones pueden estar relacionadas con una mala aplicación de la norma o con una aplicación de normas laxas, pero a menudo son acusaciones de mala comunicación. Y es que los grupos de interés reclaman que las empresas comuniquen qué estás haciendo en materia de inversión en ESG o en programas de sostenibilidad de forma clara y fehaciente, y que rindan cuentas de ello a través de medios de transparencia creíbles. Es decir, que lo que comuniquen sea claro, sea creíble y esté respaldado con evidencias.
Las alegaciones de greenwashing se están convirtiendo en algo técnico, algo que incluso las autoridades de competencia de mercados están denunciando. Por ejemplo, en enero de 2023, la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido anunció que examinaría alimentos y bebidas, productos de limpieza, artículos de tocador y artículos de cuidado personal, en busca de “declaraciones ecológicas vagas y amplias” y “gamas enteras marcadas incorrectamente como ‘sostenibles’”, y que abriría una investigación sobre empresas específicas si la evidencia sugería que las afirmaciones ecológicas podrían ser infundadas2. A este respecto, también la Comisión Europea ha incluido en su proyecto de ley el requerimiento de que las afirmaciones ecológicas estén respaldadas con evidencia, alegando que más de la mitad de tales afirmaciones son engañosas.
A menudo, las acusaciones de greenwashing también están relacionadas con lo que en comunicación se llama “discurso aspiracional”. Estos discursos aspiracionales describen lo que la empresa tiene aspiración de ser y no lo que es en la actualidad, por ejemplo, a través del anuncio de objetivos de reducción de emisiones de carbono, lejanos y difíciles de conseguir. Ejemplos de discursos aspiracionales seguidos de acusaciones de greenwashing son las campañas de las compañías eléctricas anunciando que ya eran verdes, cuando, en realidad, la generación de energías renovables era un porcentaje relativamente pequeño de su cartera. O el caso de Noruega, el mayor productor de petróleo de Europa occidental, que se ha enfrentado durante mucho tiempo al escrutinio por la disonancia entre sus objetivos ecológicos, como prohibir la venta de nuevos automóviles de gasolina para 2025, y su extracción de petróleo y gas.
El greenwashing es un problema de comunicación, pero, al hablar de inversiones con criterios ESG, también de riesgo. Las compañías acusadas de greenwashing están incorporando responsabilidades y acumulando riesgos para sus inversores. La empresa de inversión alemana DWS es un caso de estudio al respecto importante. Está siendo investigada por las autoridades alemanas y estadounidenses por acusaciones de exageración de los factores ESG en las decisiones de inversión, y el desenlace de esa investigación sentará un importante precedente. De momento, su director ejecutivo, Stefan Hoops, ya anunció en diciembre de 2022 que no haría más comunicaciones de carácter aspiracional: “No me escucharán usar términos como ‘líder’ o ‘clase mundial’”, dijo en relación a las acusaciones de greenwashing y aspirational talk.
El problema de estos discursos es que se realizan sin que haya conexión con los grupos de interés clave, tanto en la producción como en la comunicación del mensaje3. Esta desconexión lleva a que los stakeholders elaboren críticas negativas que aumentan en intensidad a medida que la comunicación se hace mas lejana. Por ello, la gestión del greenwashing requiere dos elementos fundamentales:
1. El primero es la correcta producción, aplicación y comunicación de las normas y de los instrumentos de rendición de cuentas. Es fundamental informar detalladamente a los grupos de interés (o a los inversores, en el caso de inversiones en ESG), apoyándose en normas de información que ayuden a mostrar la evidencia. Aquí, el principio de prudencia es siempre el más importante: a no ser que se puedan probar los hechos con evidencias suficientemente robustas, no se deben comunicar.
En el caso de la inversión en ESG, cada vez es más importante ir más allá de los rankings y establecer unos criterios de inversión propios, en los que se definan tanto los objetivos de las empresas en las que se invierte como el cumplimiento de los mismos. Grandes fondos de inversión como BlackRock han creado sus propias plataformas de medición con criterios ESG. A su vez, multitud de plataformas como Workiva, Refinitiv, etc., están apareciendo en el mercado para proveer soluciones de ESG. Entender qué hay detrás de los rankings y de los datos es esencial, y, para ello, hay que trabajar con las plataformas y exigirles rendición de cuentas.
2. El segundo elemento para evitar las alegaciones de ‘greenwashing’ es la gestión del discurso aspiracional. El discurso aspiracional es necesario en la comunicación de las empresas: se deben comunicar las aspiraciones, los objetivos de futuro, lo que la organización quiere llegar a ser. El futuro debe ser ilusionante, y nos debe llevar a esforzarnos para ser mejores. Sin embargo, debido, en parte, a la historia de desilusiones y desconfianza sobre los objetivos de mejora del medio ambiente y la equidad social de muchas empresas, es cada vez más importante que la comunicación del futuro sea creíble: una retórica demasiado ambiciosa y poco verosímil es perjudicial.
Para entender cuál es el punto óptimo, que no genere crítica o desenganche por parte de los grupos de interés, hay que entender que las construcciones de los discursos son colectivas. El discurso colectivo se genera a través de la relación y el apego, el engagement. Ello hace que los marcos cognitivos se puedan aproximar, es decir, lo que pienso yo de ti se hace más cercano de lo que tú quieres que piense yo de ti, si tenemos una relación fuerte. Desarrollar esa relación no es ni fácil ni barato:
• Primero hay que entender quiénes son los nuevos grupos de interés que influyen en la formación de los discursos y que pueden llegar a desarrollar acusaciones de greenwashing creíbles y dañinas. Ir mas allá de los stakeholders tradicionales con los que se lleva haciendo lobby durante años es importante, ya que la forma en que se generan discursos y opiniones está cambiando: no hay más que ver cómo se comunican los jóvenes y no tan jóvenes, o el rol de las nuevas redes sociales en la generación de información y desinformación. También hay que observar la generación de nuevos discursos que crean las prioridades sociales. Ser capaces de comprender quiénes son los nuevos grupos de interés y cuáles son sus discursos es clave para desarrollar una relación con ellos.
• Luego hay que tener la voluntad de querer cuidar la relación. Las relaciones con los grupos de interés se suelen forjar en espacios en conflicto. Entender las características de esos espacios es importante para comprender cómo desarrollar el engagement con ellos4. Y es que en conflicto se puede llegar a acercar discursos y posiciones, siempre que haya voluntad de inclusión del otro (lo importante es dejar de ver al otro como enemigo y tratarlo como adversario al que hay que incluir en la relación). Para lograrlo, hay que dedicar recursos especializados en la gestión de stakeholders. No basta con participar en las conversaciones en los medios sociales o pertenecer a foros de debate, la relación es clave en la reducción de las alegaciones de greenwashing5.
‘Woke capitalism’
Otro gran desafío al que se están enfrentando las empresas que quieren desarrollar sus inversiones con criterios ESG es lo que en inglés se ha denominado “ESG backlash”, el rechazo a la inversión sostenible.
Los gestores de activos más grandes de Wall Street y las firmas de capital privado han anunciado que el backlash contra la inversión sostenible es un riesgo material y una amenaza percibida para las ganancias. De hecho, una docena de grandes empresas financieras de EE. UU., incluidas BlackRock, Blackstone, KKR y T Rowe Price, agregaron a los informes anuales presentados en 2022 expresiones como “puntos de vista divergentes” o “demandas contrapuestas”, aludiendo a que el ESG podría dañar el desempeño financiero. Otras firmas de capital privado, como Carlyle, TPG y Ares, advierten en sus informes anuales que la legislación anti-ESG podría reducir la inversión6.
El rechazo al ESG está empezando a ser importante en media docena de estados de EE. UU., como Florida, Texas o Kentucky, con gobiernos de mayoría republicana. Por ejemplo, el nuevo presidente del Senado estatal de Florida dijo en diciembre de 2022 que era casi seguro que su estado promulgaría una legislación anti-ESG en 2023 como parte de una cruzada de anti-woke capitalism.
El woke capitalism (capitalismo consciente, o del despertar) se refiere a los intentos de las corporaciones de mostrar su apoyo a causas progresistas como el cambio climático y a movimientos como Black Lives Matter, Mee Too, etc. Woke –del verbo wake up– es una expresión que procede del argot de movimientos antirracistas afroamericanos, usada para calificar a las personas que habían despertado intelectualmente ante el prejuicio racial y la discriminación.
Las alegaciones de woke capitalism contra ciertas empresas están siendo lideradas por sectores conservadores de la sociedad, que aseguran que las organizaciones están priorizando los posicionamientos políticos sobre la obtención de los mejores resultados financieros. La consecuencia de estas alegaciones es que los estados dirigidos por republicanos están desinvirtiendo de los grandes fondos de activos que han apoyado políticas de inversión sostenible.
Las tensiones generadas por el woke capitalism son un claro ejemplo de la presión que ejercen ciertos sectores de la sociedad sobre las empresas que adoptan una posición concreta sobre temas de importancia social, como el cambio climático o la discriminación laboral y social de minorías o mujeres. También muestran la importancia de entender las empresas como actores políticos. Actores que son fundamentales para el desarrollo de problemas sociales y medioambientales y que, a través de su influencia en la creación de normas de derecho no vinculante y de la implantación o no de las mismas, determinan el desarrollo del cambio climático o de la contaminación por plástico.
Para concluir
Las empresas son actores políticos, y sus directivos han de gestionarlas teniendo en cuenta este hecho. Esto cambia la forma de entender el posicionamiento de las organizaciones en lo que a inversión sostenible y desarrollo de normas ESG se refiere. Habrá empresas que se posicionen en contra y otras a favor, y ello quizá incremente la polarización entre las que apoyan el ESG y las que lo denostan. Pero, desde el punto de vista de la comunicación, esto creará relaciones más transparentes y saludables con los grupos de interés. Su posicionamiento y el anuncio público de ese posicionamiento van a ser necesarios, por lo que las empresas deberán decidir dónde quieren estar y entender que sus grupos de interés las van a juzgar por ello. Un posicionamiento que puede que cueste dinero, pero que, a la larga, será mejor que la confusión y las múltiples alegaciones de greenwashing que ahora se están produciendo.
Referencias
1. Ver, por ejemplo, Scherer, A. G. y Palazzo, G. “The New Political Role of Business in a Globalized World: A Review of a New Perspective on CSR and its Implications for the Firm, Governance, and Democracy”. Journal of Management Studies, 48, 4, 2011. También Castelló, I. y Lozano, J. M. “Searching for New Forms of Legitimacy Through Corporate Responsibility Rhetoric”. Journal of Business Ethics, 100, 1, 2011.
2. Evans, J. “UK food and toiletries face scrutiny over green claims”. Financial Times, www.ft.com, 26 de enero de 2023.
3. Winkler, P., Etter, M. y Castelló, I. “Vicious and Virtuous Circles of Aspirational Talk: From Self-Persuasive to Agonistic CSR Rhetoric”. Business and Society, vol. 59, issue 1, 2020.
4. Castelló, I. y López-Berzosa, D. “Affects in Online Stakeholder Engagement: A Dissensus Perspective”. Business Ethics Quarterly, vol. 33, issue 1. Publicado online por Cambridge University Press, 2021.
5. En Castelló, I. et al. “Strategies of Legitimacy through Social Media: The Networked Strategy”. Journal of Management Studies, 53 (3), 2016., se muestra cómo una empresa farmacéutica internacional fue capaz de gestionar las relaciones con los grupos de interés con éxito utilizando de forma diferente los medios sociales.
6. Temple-West, P. y Masters, B. “Wall Street titans confront ESG backlash as new financial risk”. Financial Times, www.ft.com, 1 de marzo de 2023.
Economistas y ciudadanía cuestionan la construcción de hoteles en la isla durante los últimos años, sin resolver problemas del sector turístico ni de la economía nacional.
La cifra de turistas que visitaron Cuba en 2022 representó solo el 37,8 por ciento de los recibidos en 2019, indicó el informe de balance anual y de perspectivas para el 2023 del Ministerio del Turismo, presentado ante el Consejo de Ministros.
El documento señala que durante el 2022 se registraron un millón 614087 visitantes extranjeros, cifra 4,5 veces superior a la del año anterior; el plan se cumplió en un 64,6 por ciento y no se lograron los resultados de antes de la pandemia de la covid.
También se reconocen deficiencias como el valor de los ingresos, que alcanzó el 74 por ciento del plan (el 36,2 por ciento de los ingresos obtenidos en 2019), “afectaciones a la calidad, fundamentalmente por la falta de alimentos, bebidas e insumos; deficiente servicio, insuficientes actividades de ocio y entretenimiento en los polos turísticos, falta de mantenimiento en las instalaciones e inestable servicio de internet”.
De igual modo, se citan las “dificultades para el reaprovisionamiento de combustible, tanto a la aviación, como para autos de renta y garantía a los circuitos” y la alta rotación del personal, que incide en la profesionalidad y la calidad en los servicios.
Ante esas dificultades, que se arrastran desde varios años antes de la pandemia, cabría preguntarse si es real la planificación para 2023 del arribo de 3,5 millones de visitantes.
Las cifras incluidas en el documento lucen desfavorables si se compara con las de otros países de la región, donde la cantidad de visitantes foráneos crece exponencialmente. República Dominicana y Cancún, por citar algunos ejemplos, no solo logran superar los valores previos a la pandemia, sino que durante varios meses rompieron récords históricos de arribo de visitantes.
Aclaración necesaria
Pero la pregunta fundamental es cómo se relacionan esas cifras y honestas descripciones de la realidad cubana con la construcción de hoteles de los últimos años, así como con el plan de los que quedan por construir. No se intenta aquí comparar la cantidad de recursos invertidos en la construcción de hoteles con los destinados a obras sociales como escuelas, hospitales, reparación de calles, entre otras. Son dos asuntos bien diferentes.
En Cuba, las escuelas y hospitales –por mencionar algunos ejemplos– no son un negocio, y lo que se dedica a ellos representa un gasto social del presupuesto del Estado, así como la reparación de calles y otras obras correspondientes a infraestructura. En general, muy necesarios para el país, pero que no generan ingresos.
Precisamente, para poder construir y reparar escuelas, hospitales y otras instalaciones sociales se necesita obtener una mayor cantidad de utilidades e impuestos, sobre todo de la esfera productiva y de servicios, para que ese gasto social y en infraestructura sea sustentable.
Y es ahí donde entra la ampliación de la capacidad hotelera como idea concebida para incrementar los ingresos externos por servicios turísticos del país, y que la utilidad del sector pueda ser destinada a obra social y otros.
Entonces, las preguntas a hacerse pudieran ser: ¿Ha sido justificada la construcción de tantos hoteles en los últimos tiempos, desde el punto de vista económico? ¿Cabe esperar un rendimiento adecuado a esas inversiones, que justifique el esfuerzo en esa dirección?
Si los planes de recuperación de las inversiones se cumplen, se probaría que la decisión tomada años atrás habría sido la correcta, incrementando los ingresos futuros de la nación. Si, por el contrario, las inversiones no se recuperan en un tiempo prudencial o dan pérdidas, los recursos invertidos estarían mal utilizados y se demostraría que mejor debieron orientarse hacia otras esferas de la economía.
Pero, de entrada, para responder esas preguntas hay que enfrentar serias dificultades. En teoría, los bienes son del pueblo y este debiera tener mejor control sobre el destino de sus recursos, la eficiencia en su uso, pero la información es bien escasa.
¿Inversiones convenientes?
Por un lado, muchos economistas mencionamos la baja ocupación hotelera en Cuba (por debajo del 20 por ciento), observada en los últimos tiempos, como elemento fundamental que demuestra una lenta recuperación de la inversión y plantea serias dudas sobre la conveniencia de seguir construyendo tantas nuevas instalaciones.
Por el otro lado, los representantes del sector mencionan que los hoteles en el mundo se construyen sin basamento en la demanda actual de visitantes, sino la esperada en un horizonte temporal, sea de cinco o de 10 años. Ello agrega una pregunta: ¿Qué fundamentos se tuvieron en cuenta para prever una demanda de visitantes de tal nivel, que justificasen los hoteles recientemente construidos y en construcción?
Pero para una evaluación más integral, no solo es necesario analizar la ocupación hotelera actual y la esperada. Actualmente se puede obtener información pública de la marcha del sector, como la cantidad de visitantes por año, área geográfica de procedencia, promedio de noches pernoctadas por cada huésped, promedio de gastos diarios de una persona.
Sin embargo, es difícil conocer y evaluar la información financiera del turismo en Cuba, sus resultados económicos como las utilidades por cada inversión y la global del sector (la fuente real de los recursos para el país); el costo por peso de ingreso, en moneda total, pero más importante aún, el costo en MLC por ingreso en MLC; el tiempo de recuperación de cada inversión, planificada y real, además de otros datos financieros.
De enero a diciembre de 2021, las actividades inmobiliarias y de alquiler recibieron inversiones por 20 millones 735 100 CUP, pero en el 2022, estas ascendieron a 23 millones 359 600 CUP.
Tal información permitiría evaluar si en realidad resulta conveniente invertir tantos recursos en el mismo sector; si este es realmente tan eficiente y aportador de divisas netas, como para que se le haya destinado alrededor de un tercio de las inversiones del país. Es decir, el 35,1 por ciento en el año 2021 y el 32 por ciento en 2022.
De enero a diciembre de 2021, las actividades inmobiliarias y de alquiler recibieron inversiones por 20 millones 735100 CUP, pero en el 2022, estas ascendieron a 23 millones 359 600 CUP o 12 veces más recursos que la agricultura, la ganadería y la silvicultura. A estas últimas se les destinó un millón 885100 CUP en 2022, indican datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Comencemos por la cantidad de visitantes esperados. A veces da la impresión de que los planificadores simplemente ven el pasado y sacan progresiones geométricas, sin profundizar en más elementos; como si el pasado fuese garantía de su repetición en el futuro.
Contexto histórico reciente
En los años 90, Cuba partía casi de cero en su participación en el turismo internacional. Era lógico que sus crecimientos en varios años fuesen superiores a la media mundial. Pero hay un gran trecho de ahí a suponer que sería fácil saltar de dos a cinco millones de visitantes, y después, a 10 millones por año. Sin embargo, a representantes del sector se les escuchaban ese tipo de previsiones numéricas, bastante alejadas de la realidad hasta ahora.
La visita a Cuba de Barack Obama, siendo presidente de Estados Unidos, al restablecerse las relaciones diplomáticas entre ambos países, también trajo muchas esperanzas, cuando muchos turistas se alojaron en casas privadas.
Y aunque no es nada negativo que encontraran esos alojamientos (porque no se suspendieron sus vuelos a Cuba por falta de capacidad hotelera ni las inversiones en las casas las tuvo que hacer el Estado), es cierto que las perspectivas de atraer ese mercado potencial estadounidense podría haber influido en la modificación de los planes de inversiones del sector. Sin embargo, ese fue el principal motivo de la decisión tomada entonces.
Tal parece que se tenía una esperanza absoluta de que las elecciones no las ganaría Donald Trump o que el Congreso eliminaría las leyes del bloqueo contra Cuba, para permitir el turismo hacia la nación caribeña y el hospedaje en hoteles de Gaviota, pertenecientes a GAESA (grupo empresarial del Ministerio de las Fuerzas Armadas), elementos muy arriesgados para tomar una decisión económica de tanta importancia.
Constantemente se repite que la existencia de las leyes del bloqueo de Estados Unidos daña la economía del país. De modo paradójico, a veces parece que los propios decisores se olvidan del efecto de esas leyes en los sectores económicos. El turismo no es el único ejemplo.
Algo más difícil de pronosticar sería lo de la covid. Aunque con un impacto mucho menor, movimientos bruscos e inesperados del turismo internacional ya había experimentado el mundo, cuando el derribo de las Torres Gemelas, en Nueva York. Lo que quiere decir que, si la pandemia fue una total sorpresa, no debieran ser tan sorpresivos los pasos a seguir ante sucesos inesperados que golpeasen el turismo internacional.
Ante la brusca caída de los ingresos de Cuba, la falta de liquidez para enfrentar obligaciones, incluso para la compra de alimentos, no se ha explicado debidamente por qué continuaron las construcciones de hoteles, en un momento de tensiones económicas de todo tipo.
¿Contratos de construcción poco previsores, con multas establecidas contra el país si se decidiese parar las construcciones contratadas? ¿Incluso para aquellos hoteles que comenzaron a construirse cuando ya se enfrentaba los efectos de la covid?
Pero, aunque la pandemia no hubiese aparecido, afectando al turismo a nivel mundial y a la isla en particular, la construcción de tantos hoteles en Cuba hace tiempo es cuestionada. Y no solo por la baja ocupación de las instalaciones existentes, sino por los otros problemas que acarrea el sector y que le han hecho perder dinamismo.
O sea, suponer que la disponibilidad hotelera es lo fundamental para lograr una mayor captación de visitantes puede ser una apuesta bien arriesgada.
Comparaciones y apuestas arriesgadas
En marketing, o en temas de evaluación de proyectos de inversión, siempre se plantea como algo esencial el conocimiento de la competencia: quiénes son; qué cuota de mercado pudiera ocupar uno mismo. Existe el término benchmarking, que viene siendo el estudio sobre cómo la competencia hace las cosas, sus procedimientos, estrategias y mejores prácticas, para aprender de los mejores en cada aspecto y procurar ser el mejor.
Si vemos cómo los países de la región desarrollan la actividad turística, y por variadas razones no podemos copiar las mejores prácticas o hacerlo mejor que otros, y aun así desarrollamos un amplio programa de construcción de hoteles, pensando que por sí solos se llenarán, porque todo el mundo está ansioso de conocer nuestras playas y ciudades, eso pudiera catalogarse de temeridad inversionista, si es que no nos esforzamos en buscarle una peor explicación.
Por supuesto, con los vecinos no se puede competir en la captación del principal emisor de turistas hacia la región, los ciudadanos norteamericanos. El bloqueo de Estados Unidos nos lo impide, siendo ese país el principal mercado por cercanía, por el tamaño territorial y la capacidad adquisitiva de los turistas de esa nación. ¿Pero es lo único negativo, en la comparación emprendida?
Debe recordarse cómo, durante los años 90, el turismo internacional que arribaba a República Dominicana y a Cuba estaba más o menos en el mismo nivel. Sin embargo, año tras año se observa cómo el turismo de aquel país crece con mayor intensidad que en la isla. Y cuando se compara la ocupación hotelera, vemos que en República Dominicana se ha llegado hasta 80 por ciento, mientras ese indicador es de solo 15,6 por ciento en Cuba.
No se puede comparar el turismo en Cuba, por ejemplo, con el de Cancún (México), donde existe turismo de sol y playa, lugares históricos de una cultura precolombina, diferentes parques temáticos, además del tamaño relativo entre ambas naciones. ¿Y con los demás países del área?
En su momento, autoridades cubanas optaron por contratar reconocidas cadenas hoteleras internacionales, como Meliá y otros, para que administrasen los principales hoteles del país. Eso traería experiencia al país, know-how, mejor control de los procesos y –sobre todo– la marca comercial de esas cadenas, lo que ayudaría a la hora de promover y captar el turismo externo.
Las cadenas internacionales no suelen ser dueñas de los hoteles, ni siquiera codueñas de los construidos bajo propiedad de empresas mixtas. Sin embargo, lo hoteles administrados por cadenas extranjeras, año tras año, enfrentan los mismos problemas del resto administrado totalmente por Cuba.
Administradores ante dificultades harto conocidas
Todos enfrentan los problemas –mencionados y conocidos– de suministro de alimentos y bebidas, falta de reparaciones, estado de las instalaciones y sus muebles, rotación de personal, entre otros. ¿Para qué, entonces, se contratan empresas extranjeras, si su administración no va a resolver esos problemas?
Es cierto que su marca ayuda a promover y comercializar el destino Cuba, pero a esas cadenas hay que pagarles después importantes cantidades de dinero, en comisiones fijas por administración, y en porcentajes sobre la utilidad del negocio.
Si la comercialización es deficiente y los hoteles no tienen suficientes utilidades, las cadenas puede que no ganen mucho en los porcentajes variables, pero siempre cobrarán una comisión fija por su gestión, profundizando las pérdidas, o la baja rentabilidad, de los dueños de los hoteles.
La explicación hay que buscarla, una vez más, en el funcionamiento de las empresas en Cuba, en las trabas que enfrentan. No debe importar si los hoteles pertenecen a algún grupo cien por ciento de capital cubano o a una empresa mixta, o si son administrados por cadenas hoteleras internacionales.
Si un determinado hotel es propiedad cien por ciento de Cuba, ese administrador extranjero no cuenta con derecho de importación para el hotel. Debe adquirir los alimentos, bebidas, insumos, y otros productos a través de alguna empresa estatal importadora. Como esta intermediaria puede acumular deudas vencidas y tener otros problemas de gestión, pues se paraliza y entorpece la compra de las mercancías necesarias para el funcionamiento de los hoteles.
Si el país accedió a que un hotel tuviese administración extranjera, cediendo parte de sus ingresos, lo lógico es que ese administrador lo sea de verdad. No solo debería administrar procesos, sino también las finanzas del hotel, la logística de compras, entre otras responsabilidades.
¿Cómo se le puede exigir unos resultados a un administrador si no se le brindan todas las herramientas para una adecuada, total y exitosa administración? Los administradores extranjeros siempre podrán decir que los problemas no son de ellos, algo cierto en gran parte, y nunca se podrá salir del círculo vicioso, ni delimitar qué otros problemas pudiesen estar detrás de los desfavorables resultados.
El problema de las divisas
En un hotel propiedad de alguna empresa mixta sí existe la posibilidad de obtener licencia de importación, tener cuentas bancarias independientes y pagar directamente las obligaciones contraídas, sin intermediarios.
Aquí aparece el segundo obstáculo a vencer: las empresas no cuentan con saldos en divisas, sino con capacidades de liquidez externa, como sustituta de las divisas reales. Incluso con esas capacidades suficientes, los pagos hacia el exterior no se efectúan correctamente por la banca cubana, por falta de recursos.
Los efectos de la pandemia, de la guerra en Europa, así como del recrudecimiento del bloqueo han profundizado este problema, extendido demasiado en el tiempo, y no podrá eliminarse mientras no se entienda que los recursos de terceros, sea de empresas (mixtas, estatales o mipymes) o de personas, no pueden tomarse a la ligera.
Y si algunos entienden que es imprescindible continuar con esta práctica, pues también deben entender que entra en contradicción absoluta con los planes de expansión de la capacidad hotelera del país, porque construir hoteles y luego no tener la capacidad de abastecerlos de alimentos, bebidas, insumos (toallas, cloro para las piscinas y otros) equivale a condenarlos al fracaso.
Lo mismo sucede con el arreglo de roturas, renovaciones de mobiliarios, inversiones pequeñas, sin mencionar las reparaciones capitales. El administrador, muchas veces de reconocidas cadenas internacionales, no tiene potestad para decidir sobre estos asuntos, dentro del marco de recursos aprobados cada año, porque el país decide detener las inversiones de forma general.
Por tanto, es muy difícil que los hoteles en Cuba puedan competir con los situados en otros países de la región, por muy buenas playas que se tenga, seguridad en las calles y población afectuosa y capacitada.
Si se habla de ingresos netos y recuperación de inversiones, conviene recordar al economista español Carlos Solchaga. En las conclusiones de su visita a Cuba, en 1993, comentó: “Si bien es cierto que existe un auténtico potencial exportador en el sector turístico, no debería sobrevalorarse la capacidad de generación neta de divisas de esta actividad, a la vista del alto contenido de importaciones a la que le fuerza la ineficiencia generalizada del resto de la economía”.
Como era de esperar en Cuba, los administradores tampoco pueden decidir sobre el pago de la empleomanía. Esto influye en la rotación de los trabajadores de las instalaciones hoteleras y en la calidad del servicio, en su más amplio sentido, porque si esos trabajadores sustraen productos del hotel, para de alguna forma mejorar su nivel de vida y la de sus familiares, se afecta la calidad.
Los productos, que ya de por sí no siempre adquieren a tiempo las empresas importadoras y desaparecen después de adquiridos, en algunos casos, son sustituidos por otros de inferior calidad, para pasarles a los turistas “gato por liebre”.
A veces, uno se pregunta si esos administradores extranjeros son tan despistados, que no se dan cuenta de lo que sucede en sus instalaciones o se hacen de la vista gorda, para no desincentivar aún más a su fuerza laboral, aun a costa de que los turistas se den cuenta del engaño y de la escasez y merme la valoración de la marca comercial extranjera con la cual se comercializa la instalación, algo que afecta su prestigio internacional.
Si se habla de suministros a los hoteles, tampoco se pueden olvidar los efectos de la unificación monetaria y la compra de frutas, vegetales y otros productos locales a los productores nacionales. Para el sector del turismo ya hubo que sustituir el tipo de cambio oficial de 1 USD igual a 24 CUP, porque lo que se ofertaba era absorbido rápidamente por visitantes, que encontraba más baratos los productos y servicios en los hoteles que lo que ofertaba el sector privado, y así entonces se le aprobó trabajar con el tipo de cambio de 120 por 1 USD.
Sin embargo, un productor recibe una cantidad en CUP y el hotel valora el producto a 1 USD por 120 CUP. Después, si necesita adquirir insumos al tipo de cambio del mercado extraoficial, el productor puede no estar interesado en la venta al hotel. Por el contrario, si el productor fijase su precio considerando el tipo de cambio del mercado no oficial, probablemente al hotel el producto nacional le saliese más caro que el importado.
Experiencias de turistas
Muchas veces, los turistas comienzan a enfrentar problemas desde que arriban a Cuba por una terminal aeroportuaria. Se ha hecho una encomiable labor para que los tiempos de espera en inmigración se acorten y las maletas comiencen a circular pronto por las esteras de entrega, así como para agilizar los trámites aduanales.
El impacto negativo de la realidad económica que vive el país se escapa de las manos de las entidades turísticas, pero atenta contra los planes de incrementar el turismo hacia Cuba.
Pero, por las razones conocidas, en muchas ocasiones los aeropuertos presentan problemas de aire acondicionado, baños sin funcionar o en condiciones desastrosas, escaleras eléctricas y esteras rotas, maletas que demoran en ser entregadas o las de un mismo vuelo se despachan por esteras diferentes, creando confusión. A ello se suma la alimentación escasa en las instalaciones aeroportuarias y tiendas duty free desabastecidas.
No se afirma que no funcione nada, sino se recalca que lo anterior comienza a ser comparado por los turistas, no solo contra los aeropuertos de sus países, sino con los de otros países de la región que compiten con Cuba en la captación de visitantes.
Si después, esos turistas van hacia un polo de playa y no salen del hotel, ya se conoce los problemas que enfrentarán. Pero gran parte de los nuevos hoteles están en las ciudades, donde los turistas necesitan moverse.
Los problemas con la renta de autos son múltiples y no solo tienen que ver con la escasez de combustible, sin hablar del transporte público, casi inexistente. La carencia de combustible no solo afecta a los carros en alquiler, sino también el cumplimiento de horarios y responsabilidades de las actividades extrahoteleras, como también a la transportación de los suministros hacia los hoteles.
Los turistas también necesitarán comprar. Por ejemplo, agua, para poder enfrentar los intensos calores y caminar por las calles. O adquirir comida, si se alojan en casas particulares. Aquí repercuten la escasa producción nacional, sea de empresas estatales o mixtas, así como del funcionamiento de las tiendas en MLC.
El impacto negativo de la realidad económica que vive el país se escapa de las manos de las entidades turísticas, pero atenta contra los planes de incrementar el turismo hacia Cuba.
Por otra parte, es de imaginar que no todos los turistas se contentan con playas y visitas a lugares de interés. La red extrahotelera resulta muy importante para competir con la región. Y no solo se habla de restaurantes y cafeterías, cabarets y centros nocturnos, museos y paisajes.
Hace años se mencionan planes de construcción de campos de golf y parques acuáticos. Todo ha quedado en planes y promesas. Muchos países de la región no solo han desarrollado esas instalaciones, sino también parques temáticos de variada índole.
Análisis e interrogantes de economistas
Si la ocupación hotelera es baja, por ende, demora la recuperación de la inversión, a la larga no tan rentable y eficiente en el uso de los recursos. Cabe también preguntarse: ¿Cómo se paga la construcción de esos hoteles? ¿Quién(es) asume(n) el riesgo de la inversión?
Cuando gran parte de los hoteles se construían por empresas mixtas, con un socio cubano de alguna cadena hotelera del Ministerio del Turismo, donde Cuba aportaba mayormente terreno, mientras el socio extranjero aportaba el capital, podría haber relativamente menos preocupaciones sobre el retorno de la inversión, habida cuenta que los recursos líquidos no eran invertidos por la parte cubana.
Pero, en los últimos tiempos, la mayor parte de los hoteles han sido construidos para Gaviota, sin la aparente participación extranjera en el capital de la empresa dueña del hotel.
Es cierto que, si no existe socio extranjero, no hay que compartir utilidades; como también que el GAE encontró una empresa constructora extranjera, con gran experiencia y prerrogativas no dadas antes a otras (incluso hasta de contratación de mano de obra extranjera), que ha erigido varios hoteles, con una rapidez casi desconocida en nuestros lares y con calidad contrastada.
Se dice que también con menores costos de construcción, aunque eso habría que comprobarlo, habida cuenta que esa empresa extranjera se apoya en constructora militar, lo que permite pagar en moneda nacional gran parte de los gastos.
Sin embargo, una empresa mixta de la construcción o temporal, para construir hoteles del resto de las cadenas del Ministerio del Turismo, tendría que pagarlo todo en divisas. Presumiblemente, lo segundo saldría más caro, pero los métodos de comparación serían muy diferentes o muy difíciles de contrastar.
Pero como mismo no hay que compartir utilidades, se enfrenta el riesgo de la inversión, si no resulta muy eficiente. Además, se necesita extraer recursos de otras actividades económicas, en momentos difíciles para la economía del país.
Los economistas nos preguntamos: ¿Se habrán obtenido préstamos externos para la construcción de estos hoteles, sin poder declarar abiertamente de quién, para que el bloqueo de Estados Unidos no entorpeciera esta captación de pasivos?
O, ¿realmente son hoteles de propiedad mixta, pero por la misma razón no se declara quiénes son los socios extranjeros? ¿Se construyen por el momento solo con fondos de Cuba para abaratar los costos constructivos, pero con la idea de vender una participación del capital del hotel a algún socio extranjero, con una importante plusvalía ulterior?
Preguntas sin respuestas, en momentos cuando gran parte de la ciudadanía se cuestiona estas inversiones, en medio de la agravada crisis de la economía nacional.
Muchos hoteles se encuentran cerrados o con varias zonas desactivadas, no siempre por falta de demanda de clientes, sino por roturas, baja disponibilidad de habitaciones, necesidad de mejoras. Sin embargo, se prefiere construir nuevos en lugar de reparar los existentes.
La decisión de no reparar puede ser correcta en algunos casos, dado el estado de deterioro de alguna que otra instalación o por su concepción antigua. ¿Pero siempre ha sido esta la causa? Como los bienes son del pueblo, bien valdría la pena informarle por qué determinadas instalaciones se dejan destruir, sin repararlas, y se invierten recursos en nuevos hoteles.
Con los problemas actuales, propios del sector del turismo y también los globales de la economía, ¿podemos confiar en que han sido acertados los planes de construcción de tantos hoteles? ¿No estamos, una vez más, ante inversiones destinadas a dar un salto en la economía, pero que en realidad resultan ruinosas para el país? (2023)