El llamado Premio Nobel de Economía ha sido entregado este año a tres investigadores que han desarrollado una novedosa línea de trabajo sobre la pobreza en el mundo. Se trata de Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer, quienes desde hace ya dos décadas cultivan un enfoque experimental sobre la forma de combatir la pobreza.
Las investigaciones de Banerjee-Duflo-Kremer (BDK) se han concentrado en reducir las grandes preguntas sobre la pobreza y transformarlas en interrogantes más sencillas y manejables. El objetivo de Banerjee y Duflo ha sido desentrañar la verdadera naturaleza de la pobreza eliminando las caricaturas y estereotipos. También han buscado comprender mejor cómo reaccionan los pobres frente a los incentivos.
En 2003 fundaron el Laboratorio Abdul Lateef Jameel de Acción sobre Pobreza (J-PAL) en el MIT y desde entonces han llevado a cabo muchos experimentos en diversos países de África y Asia. Una parte importante de su trabajo se ha concentrado en buscar mejorar el aprovechamiento escolar de los niños. Como resultado de las actividades del J-PAL, hoy más de 5 millones de niños han recibido atención especial en escuelas primarias de India para optimizar su aprovechamiento. Estos economistas también han realizado estudios e intervenciones en materia de nutrición infantil.
El trabajo de BDK es muy interesante y, sin duda, ha contribuido a cambiar la vida de muchas personas pobres en varios países. Sin embargo, sus investigaciones experimentales tienen muy poco que ver con las causas de la pobreza y con la forma de remediar el problema de manera duradera. Para empezar, nada en el análisis de BDK está relacionado con la política económica neoliberal, que ha dominado el destino de los países en los que han realizado sus experimentos. Ni la política fiscal, ni la de apertura comercial y financiera ocupan un lugar importante en los análisis por los que estos investigadores reciben el Premio Nobel de Economía. Y, para colmo, el tema de los salarios estancados y castigados tampoco es un asunto digno de recibir atención en sus experimentos. Tal pareciera que el problema de la pobreza ha dejado de ser un problema macroeconómico y se ha convertido en un malestar de índole administrativo o gerencial. Es como si el capitalismo o el neoliberalismo no tuvieran nada que ver con la verdadera naturaleza de la pobreza.
Según datos del Banco Mundial, hoy existen unos 760 millones de personas en el mundo en condiciones de pobreza extrema, es decir, con un ingreso inferior a 1.90 dólares estadounidenses. Pero esos números son engañosos. Ese indicador de 1.90 dólares tiene una historia absurda y no es representativo de nada más que del hecho de que cualquier persona que tenga un ingreso equivalente realmente está en peligro mortal. Muchos investigadores han señalado que una cota de 7.40 dólares diarios sería más realista si se quiere medir la pobreza. Otros, como el también investigador de Harvard Lant Pritchett, consideran que una medida de pobreza más razonable sería de 10 o 15 dólares diarios.
¿Qué sucede si se utiliza la medida de 7.40 dólares diarios? En ese caso, se observa que el número de personas que viven en pobreza ha ido creciendo desde 1981 (cuando se iniciaron estas mediciones) y hoy supera la cifra de 4 mil millones de personas. Es decir, más de la mitad de la población mundial vive en una condición de pobreza y padece fuertes niveles de inseguridad alimentaria y de salud. Esto es más consistente con los datos sobre las débiles tasas de crecimiento económico, salarios estancados y, por supuesto, los análisis sobre desigualdad creciente en el mundo.
Desgraciadamente al Banco Mundial le ha costado trabajo abandonar sus convenientes datos sobre pobreza extrema, con los cuales puede alardear que la pobreza disminuye en el mundo. Todo esto es un adecuado telón de fondo para la obra de Banerjee-Duflo-Kremer, que, sin poner en entredicho la dinámica del neoliberalismo, contribuye a perpetuar la idea de que la pobreza es una trampa personal de la que un individuo puede escapar si realmente hace los esfuerzos necesarios. Ya sólo faltaría concluir que no hay pobreza involuntaria.
En contraste con el trabajo de BDK, este año salió publicado un nuevo libro de Thomas Piketty, Capital e ideología. Es una propuesta de cambios profundos en la estructura del capitalismo, buscando trascender a un arreglo social más acorde con la época llena de amenazas que vivimos. Entre las recomendaciones más importantes se encuentra la de otorgar 50 por ciento de los asientos en los consejos de administración de las empresas a los empleados y trabajadores. Piketty también recomienda una profunda reforma fiscal que permita gravar la riqueza extrema y que haga posible financiar un programa de renta básica universal. Este es el tipo de análisis y propuestas que permitirán hacer realidad un mundo en el que la pobreza sea realmente un fenómeno marginal y, quizás, hasta un simple malestar administrativo.
De la asignación central de divisas a la “dolarización electrónica” Oscar Fernández 16 de octubre de 2019
Esto no es solo un movimiento para intentar capturar una mayor cantidad de los “dólares de la calle”. Apunta a un cambio trascendental en el mecanismo de asignación centralizada de divisas que nos inhibía. Si llegara a su plena ejecución, el organismo central quedaría liberado de garantizar buena parte de la infinitud de rubros a la que hasta ahora se dedica. Las empresas involucradas operarían con una moneda que cumple sus funciones y les permite cerrar los ciclos de financiamiento. La oferta debería comportarse a la altura de la demanda. No debería presentarse escasez recurrente, no debería haber acaparadores-revendedores.
El modelo teórico está claro. Un esquema de “dolarización electrónica” viabiliza un giro hacia una planificación más financiera y menos material, que pudiera ser utilizado como rampa de relanzamiento de la industria nacional. Faltará incorporar al sector productivo al esquema. Y faltará por ver cómo se equilibran todas las variables que componen esta compleja ecuación: remesas vs repatriación de utilidades, tasa de cambio informal usd-cuc, demanda vs capacidad de respuesta importadora, entre otras de cortísimo plazo. Se ha abierto un buen camino. Es momento de construir.
Sobrevivir no equivale progreso
Ricardo Torres Perez
16 de octubre de 2019
Las medidas anunciadas este martes 15 de octubre en la Mesa Redonda pueden ser analizadas desde muy diversos puntos de vista. A corto plazo son positivas en tanto permitan aliviar la agobiante escasez y oxigenar la economía con recursos que se “escapaban”. No obstante, la mayor parte seguirá yendo a parar a los productores extranjeros, porque casi todo se importa. Lo de los márgenes comerciales injustificables ya era conocido, y sirvieron durante demasiado tiempo para sostener la enorme ineficiencia de las empresas estatales y del sector público en general. Este paso sí supone el avance de la dolarización, en tanto esa moneda (y otras) suplantan parcialmente a las monedas domésticas en algunas (o todas sus funciones). Ese proceso no depende del soporte (electrónico o no) o de lo que se decreta formalmente. La función que comparte ahora con CUP y CUC es como medio de pago para ciertos bienes (consumo duradero, son bienes importantes), pero es muy posible que refuerce el avance en otras funciones (unidad de cuenta, reserva de valor). Ese proceso ya había empezado a andar hace mucho tiempo, en la medida en que las monedas domésticas perdieron convertibilidad. Este paso solo institucionaliza y refuerza el proceso anterior. No obstante, tiene efectos beneficiosos en el sentido de expandir los mercados, y pareciera que es deseable para el gobierno tener una mejor información sobre un volumen de divisas que estaba quedando fuera de los circuitos formales, y el efecto que tiene sobre los precios. Sin otras medidas estructurales, el beneficio es a corto plazo. Es bueno recordar que, en última instancia, los desequilibrios monetarios solo vienen a reflejar los problemas en el sector real (la producción). En el caso cubano esos problemas tienen un largo recorrido, y muchos tienen que ver directamente con el modelo económico. La escasez de divisas es crónica, y esta fase aguda empezó mucho antes de las sanciones de Estados Unidos. Bienvenidas las medidas, pero sobrevivir no es equivalente a progreso, eso ya lo sabemos desde los noventa. Ah…es interesante que se usa y abusa de una discusión poco informada de desigualdad cuando se habla de mercado o sector privado, pero en esta ocasión no se dijo una palabra.
Medidas del gobierno cubano en la comercialización de ciertos bienes apuestan por las transferencias de recursos desde el exterior
En la Mesa Redonda de hoy, en la que comparecieron el Vicepresidente de la República de Cuba, Salvador Valdés Mesa, el ministro de Economía y Planificación, la ministra de Finanzas y Precios, la ministra-presidenta del Banco Central de Cuba, la ministra de Comercio Interior, el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera y la vicepresidenta primera de la Corporación CIMEX se anunciaron nuevas medidas en la esfera del comercio interior. Se produjo semejante despliegue ministerial para anunciar algo que ya se había filtrado por ciertos medios antes de que se diera la Mesa Redonda y que, en esencia, se reduce a que, no contentos con tener un mercado segmentado por el uso de dos monedas nacionales (el peso cubano, CUP, y el peso convertible, CUC), abrirán un nuevo tercer segmento en el que se venderán productos de una “gama media y alta” (es decir, de mejor calidad que los que se venden en las tiendas que operan en CUP y CUC) en monedas libremente convertibles (MLC). En ese nuevo mercado (que no es tan nuevo porque ya en los 90’s antes de que apareciera el CUC se realizaban transacciones en dólares estadounidenses en las llamadas tiendas de “recuperación” de divisas) no se operará con efectivo sino con unas tarjetas magnéticas que tendrán como respaldo depósitos bancarios previos realizados en MLC.
La Mesa Redonda giró en torno a los detalles normativos que permitirían funcionar en este mercado a las “personas naturales” y “personas jurídicas”. Aparte de esto, resultó interesante la afirmación del ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, acerca de la intención del gobierno cubano de propiciar el restablecimiento de la industria nacional, que actualmente tiene, según el ministro, capacidades productivas, pero falta de financiamiento y entonces no puede satisfacer la demanda de la población. Sin embargo, el ministro eludió las medidas que resultan necesarias para atraer los recursos tecnológicos y financieros necesarios para relanzar a la industria nacional, actualmente estancada.
No puedo negar que me causó impresión ver a la ministra de Finanzas hablando de los precios de los splits y de los televisores “con accesorios” o al ministro de Comercio Exterior decir que cualquier ciudadano podría concurrir a una de las empresas autorizadas (mencionadas una por una) a importar en el caso de que no encontrara en la oferta de estas tiendas el producto que necesitara para que entonces una de estas empresas lo importara “a pedido”. Y me vino a la mente una pregunta obligada ¿tiene sentido que estos ministros tengan que detenerse en estas minucias de la microgestión o sería más provechoso que se dediquen a proponer al Consejo de Ministros un conjunto de políticas en materia fiscal y comercial (para solo mencionar sus ramas específicas) que contribuyan al desarrollo del país? Me gustaría insistir en que, en mi opinión, el Estado no debería ocuparse de la microgestión, para ello deberían estimular el emprendimiento de los diversos actores económicos que pueden surgir en condiciones institucionales adecuadas para el fomento de la actividad empresarial.
Con estos anuncios me quedan varias cosas claras: 1) el gobierno cubano sigue empeñado en desgastarse en la gestión microeconómica (en la que históricamente le ha ido mal y difícilmente le pueda ir bien) y ha decidido salir a “competir” con las personas “naturales” que hacen importaciones, teóricamente no comerciales pero que en realidad si lo son, con la ventaja de una política arancelaria favorable y de la existencia de una infraestructura comercial sin permitir que el sector privado o el cooperativo puedan acceder a esos beneficios o a construir su propia infraestructura; 2) la creación de este nuevo segmento mercantil en el que se comercializan productos en MLC, en los que primero hay que depositar la divisa y luego acceder al mercado, parece demostrar que los CUC que circulan exceden ampliamente su respaldo en USD o MLC, que constituía el principio a partir del cual éstos sustituyeron al USD en la circulación, o lo que es lo mismo, que en la actualidad en Cuba circula un peso convertible que no es tal; 3) el regreso al uso de MLC como medio de circulación y como depósito de valor parece alejar la idea de abordar la imprescindible unificación monetaria y cambiaria, unida a una devaluación de la moneda nacional, de forma que se reflejen adecuadamente los precios relativos de la economía nacional y la economía internacional y se impulse la competitividad de la producción nacional; 4) el gobierno opta por medidas que refuerzan la posición monopólica del Estado en el comercio minorista a pesar de su demostrada ineficacia en esa actividad; 5) a pesar de la insistencia en que son medidas orientadas a beneficiar a la población, vale la pena preguntar de qué forma puede la población acceder a un mercado en el que solo se venda en MLC si sus salarios son pagados en CUP y la cuantía de los mismos difícilmente alcanzaría para acercarse a dichos mercados, 6) en consecuencia, la única opción para que los cubanos accedan a esas nuevas tiendas son las remesas desde el exterior; y 7) adoptando medidas concentradas en la esfera de la circulación se siguen dilatando las necesarias reformas que deben conducir a la generación de riqueza, al incremento de la producción, al fomento de las exportaciones y a la sustitución de importaciones con calidad y eficiencia.
Estas “medidas” no contribuyen a solucionar la inmensa brecha entre los precios de los bienes de consumo y los ingresos provenientes del trabajo. Al parecer, el gobierno cubano prefiere seguir apostando a las transferencias unilaterales de recursos desde el exterior y no a la creación de la riqueza nacional mediante el trabajo productivo de la sociedad. Ese esquema fortalece la imagen de una sociedad rentista, mientras que el país lo que necesita es restablecer la cultura del trabajo productivo, con los incentivos necesarios para construir el bienestar, a partir de lo que seamos capaces de crear con las condiciones institucionales adecuadas.
Dolarización segmentada, descentralización y redistribución
Pedro Monreal
16 de octubre de 2019
La Mesa Redonda del 16 de octubre principalmente ofreció información detallada que complementa el anuncio hecho ayer. Sin embargo, el momento “teórico” -en realidad muy práctico- fue controversial: dolarización, descentralización, y redistribución.
Al aclararse, correctamente, que no se trata de una dolarización generalizada no se abordó, sin embargo, el incremento de la segmentación del mercado cubano y el impacto que eso pudiera tener sobre el proceso de unificación monetaria y cambiaria.
Se mezclaron procesos de descentralización muy distintos: un circuito desconectado de la economía interna (importaciones para ingresos generalmente no creados internamente) y otro circuito de empresas que conectan la economía interna y la internacional.
La asignación de divisas no podrá ser descentralizada -excepto en algunos segmentos de la economía- mientras predomine un modelo de planificación altamente centralizado en condiciones de escasez de divisa.
No es verosímil referirse a los asumidos beneficios redistributivos de una derrama de divisas cuando no se ofrece evidencia alguna. La manera de verificar si tal efecto positivo existe es medir el impacto sobre índices de desigualdad, pero de eso no se habla.
Probablemente se recupere el interés por el proceso de unificación monetaria y cambiaria en los próximos días. Las medidas tienen potencial suficiente para modificar los actuales equilibrios de oferta y demanda entre monedas. Habrá que observar y analizar.
Poniendo en perspectiva el significado de “potenciar” la industria cubana.
Pedro Monreal
16 de octubre de 2019
Se declaró que uno de los propósitos del nuevo esquema es captar divisas para “potenciar la industria nacional” (junto con otros fondos). Conviene entonces visualizar la dimensión real de ese propósito de “potenciar” para compararla con las divisas que pudieran aportar las ventas. [Ver el gráfico]
La industria cubana es hoy aproximadamente tres cuartos de lo que fue hace tres décadas. Solamente dos actividades han superado aquellos niveles. En realidad, 15 de las 22 actividades tienen índices inferiores al 50%.
Existen 8 actividades industriales que no alcanzan el 10% del nivel que tuvieron en hace 30 años. Algunas actividades industriales prácticamente se han “evaporado” (Tabla 11.1 del Anuario Estadístico 2018).
Las divisas que pudieran ser captadas mediante las ventas para apoyar la industria jugarían ciertamente un papel positivo, pero muy distante de los montos que se requieren para “potenciar” la industria nacional.
Fomentar PYMES privadas sería más efectivo. Hay un antecedente importante: el 48% de la superficie agrícola de Cuba es gestionada por usufructuarios. El sector privado (usufructuarios + campesinos) producen el 75,6% de las viandas y hortalizas.
Los agropecuarios privados aportan el 52,3% de la producción nacional de arroz, 82,1% de maíz, 77,9% de frijol, 83,8% de las frutas, 29% de la carne de res, 34% de la carne de cerdo, y 63,9% de la leche fresca ¿Qué impide entonces sacar lecciones del agro?
Remesas para la inversión industrial: ¿es necesaria una “carambola” comercial?
Pedro Monreal
16 de octubre de 2019
En relación con las medidas anunciadas en la Mesa Redonda del 15 de octubre hay un supuesto que necesita mayor reflexión: la noción de que la reducción de la fuga de divisas sería efectiva para dinamizar la economía interna, principalmente la industria.
Debe considerarse que el perfil actual de las importaciones “por la libre” es mucho más amplio que el surtido de “gama media y baja” que se comercializará en el nuevo canal, de manera que seguirá fugándose capital para surtir otros productos (calzado, ropa, etc.).
Existe un problema de dimensión relativa y absoluta. Si se asume estabilidad en la oferta, entonces solamente el % de la ganancia sería el utilizado como fuente de divisas para dinamizar la industria (insumos + inversión). Asumiendo generosamente un 25% de ganancia, el otro 75% se fugaría para reponer oferta.
Ninguno de los funcionarios ofreció información acerca del monto absoluto de ventas esperadas, ni acerca del monto de importaciones que conlleva este nuevo canal de comercialización interno en divisas.
Existen estimados no oficiales que tienen notables variaciones, desde 1000 millones de USD en valor importado (más otros 1400 millones en pasajes, hotel, logística) hasta estimados por países donde se hacen las compras que sugieren que el monto global es menor de 1000 millones.
El nuevo canal eliminaría la fuga relativa al valor de la importación, pero no queda claro que el resto de los actuales gastos en divisas (pasaje, hotel, logística) se convierta en demanda interna en divisas. En este caso, me refiero únicamente a demanda sobre los productos de “media y alta gama” que se ofertan en el nuevo canal.
Si de lo que se trata es de reanimar la industria, conviene revisar la estadística. El aporte de la industria al PIB en 2018 fue de 12516 millones de pesos y la inversión en la industria fue de 802,1 millones, equivalente a una tasa de inversión de 6,4%.
Solamente se ha mencionado que la industria necesita mayores insumos importados, pero una industria descapitalizada como la cubana necesita inversión. En términos de tasas de inversión pudiera necesitarse un 25%, es decir, 3129 millones. Una tasa de 20% sería de 2500 millones.
Asumiendo un nivel de ventas internas en divisas de 500 millones, el 25% de ganancia equivale a 125 millones. Si se dedicase todo a la industria, sería el 15% de la inversión industrial actual y el 4% de lo que se requiere para tener una tasa de inversión de 25% en la industria.
El nuevo canal de comercialización en divisas es un mecanismo para crear los incentivos que permitan funcionar un esquema mayor: canalizar en cuentas bancarias un % mayor de las remesas para concentrar ese ahorro en la banca estatal y hacerlo funcionar como parte del plan.
¿Existe otra alternativa para canalizar remesas hacia la industria nacional? La creación de PYMES privadas parece ser una opción más efectiva porque un % mucho más alto de las remesas pudiera convertirse DIRECTAMENTE en inversión y suministros, sin hacer una “carambola” comercial.
No queda claro que, por sí misma, la divisa captada por el nuevo canal sería suficiente para reanimar la industria. Son datos aproximados, para tratar de no seguir haciendo una reflexión “en el aire”. Sería bueno que quien tuviese datos mejores y otros análisis que los aportase.
Medidas para la concentración del ahorro en divisas
Pedro Monreal
15 de octubre de 2019
Las medidas anunciadas hoy en la Mesa Redonda esencialmente equivalen a un nuevo mecanismo para canalizar ahorro individual en divisas en forma de crédito al sector estatal, a partir de la operación de un mercado en divisas, “en frontera”.
Todo lo demás que se dijo es accesorio a esa concentración del ahorro en divisas. El consumidor potencial le ofrece un crédito en divisas al Estado cubano. El monto de las cuentas será mayor que la necesidad de fondos para que funcione el comercio.
Se supone que un % de la divisa captada se reinvierta en el circuito económico interno, pero un % grande va a “salir” (fugarse) al exterior para poder pagar niveles de importaciones que se aspira que sean estables.
¿Cómo conecta exactamente eso -más allá de los deseos- con un incremento de la productividad nacional y con la “liberación de fuerzas productivas”?
¿Proporciona la medida un mecanismo para la asignación eficiente de divisas?
El énfasis en lo periférico que predominó en la Mesa Redonda refuerza la importancia de “desempolvar” componentes de política económica que en 2016-2017 parecieron ser cruciales, pero que luego se desdibujaron.
¿Cómo es que se ha pasado de intentar transformar estratégicamente el modelo económico a ocuparse de remendarlo en sus partes aisladas?
Uno de los mayores gastos en las importaciones cubanas es el combustible. El gobierno cubano, acertadamente, busca el desarrollo de otras fuentes renovables de energía: solar, eólica, hidráulica. También la biomasa, con el empleo como combustible del bagazo de la caña de azúcar y el marabú y se promueven los biodigestores para la obtención de gas.
El uso de la tracción animal para el laboreo de la tierra y el transporte es otra opción que se promueve. Sin embargo, olvidamos un medio muy utilizado durante la década de los noventa, que es también muy utilizado en Europa en países muy desarrollados, como Holanda. Me refiero a la bicicleta. En pueblos y ciudades pequeñas la bicicleta es sumamente práctica como transporte personal y como transporte de cargas no muy pesadas. Creo que su venta debe estimularse por todos los medios posibles con precios asequibles al cubano medio.
Las motos eléctricas también parecen ser una buena solución para ciudades grandes, como La Habana. Y el resto del transporte eléctrico, Además, no contamina la ciudad.
El equipamiento automotor que circula por nuestras calles está, por regla general, muy envejecido y es alto consumidor de combustible. Y es muy contaminante. NO SÉ SI LOS MOTORES QUE FUNCIONAN CON ETANOL SON MÁS EFICIENTES O NO Y CUÁNTO CONTAMINAN. Nunca escuché una explicación convincente para que no produjéramos etanol en grandes cantidades cuando disponíamos de 160 fábricas de azúcar y otros derivados importantísimos, desde los alcoholes, tableros de bagazo, papel gaceta, alimento animal. Felizmente, parece existir una nueva política gubernamental encaminada hacia la recuperación cañera.
Pero regresando a los medios de transporte, ¿no sería altamente beneficioso proceder a la renovación del transporte público y privado más allá de los autobuses Yutong y las gacelas rusas? Con autos que hacen 20 kilómetros por litro de gasolina, ahorraríamos la mitad del combustible actual. Y los carros viejos se utilizarían como chatarra para nuestra industria o para exportar. Hoy, en la calle, un Lada viejo se vende por 30,000 CUC o más, al igual que los almendrones. Tal vez una de las ofertas que podrían completar las más recientes medidas sobre el comercio de piezas de repuesto y equipos eléctrodomésticos podría ser la venta, a personas naturales propietarias de vehículos viejos, autos nuevos de bajo consumo a precio normal con la condición de entregar el vehículo viejo. ESO ES LO QUE GANARÍA el Estado en lugar de impuesto en metálico.
Lamentablemente seguimos aplicando el 10%% de gravamen al cambio de dólares físicos en las CADECAS, lo que hace que la gente los cambie con particulares que no lo gravan así. Se pierde el banco ese dinero.
El gobierno ha manifestado preocupación con los especuladores que quieran acaparar para revender. Esto me recuerda lo que el padre de la exitosa reforma económica china, seguida después por VIETNAM, decía en los años 80 del siglo pasado: estabilizar el mercado es asunto primordial. Supongamos que un especulador quiere aprovecharse de nuestras nuevas medidas y compra cien motos eléctricas. Si al día siguiente la tienda dispone de otras cien y así día tras día, de modo que la mercancía no se agote, el especulador se auto liquida. La clave está en mantener la oferta. EL MERCADO SIGUE SIENDO VÁLIDO EN EL SOCIALISMO, SÓLO QUE MEJORADO CON LA JUSTICIA SOCIAL.
El reajuste de horarios de trabajo y demás medidas evidencia la potencial reserva existente. Todo empleado de ministerios sabe que las 8 horas oficiales de trabajo se reducen a 5 en la práctica debido a la girovagancia y el palique ambulatorio como calificó el Canciller Raúl Roa García a este mal oficinesco. Las bodegas de barrió resolverían su cometido con un horario corrido más breve en lugar de los dos turnos actuales.
De lo que se trata es de hacer las cosas bien con el mayor ahorro posible con la seguridad de que si todos hacemos lo mejor, todos tendremos lo mejor.
El turista de lujo realiza entre dos y tres viajes al año, suele ir en pareja y gasta una media de 5.000 euros por persona en cada escapada, según el primer monográfico presentado por Observatur, el observatorio nacional del turismo emisor, una entidad privada dedicada a analizar el sector. Las agencias de viajes compiten por hacerse con estos clientes ricos: Más del 40% de los consumidores contratan sus viajes con estas empresas.
El turismo de lujo es un sector que está en crecimiento (por encima del resto del sector), resiste mejor los episodios de crisis y aporta más beneficio por cliente, según el estudio. Las previsiones de Observatur dan al turismo de lujo un incremento del 6,2% en los próximos 10 años, frente al 4,8% del resto del sector.
Para viajar como un turista rico hay que hacerlo con un punto de despreocupación. Por eso, una de las cosas que más priorizan estos viajeros (de clase alta o media-alta) es la seguridad, según una encuesta realizada a casi 1.000 clientes de ocho agencias de viajes especializadas. Aquellos que optan por viajes de lujo también buscan que sus destinos estén personalizados a sus gustos, prefieren viajar a lugares lejanos y exóticos y alojarse en lugares exclusivos.
“Japón es el rey en cuanto a los viajes de lujo”, asegura Marcos Franco, fundador del observatorio, seguido de las islas Maldivas y países del este de África. El país nipón ha recuperado el tirón tras el accidente nuclear de Fukushima, que diezmó el turismo. Ahora es el favorito gracias también a la mejora de la conexión. Desde hace tres años cuenta con vuelos directos desde España.
Guillermo González, director de ventas en España para Iberia y British Airways, ha enumerado lo motivos del éxito de Japón: “Exotismo, gastronomía y la compra de marcas exclusivas”. El directivo ha resaltado las ventajas de estos modelos de viajes: “Logran desestacionalizar el turismo y crear un negocio más sostenible”.
Las Maldivas, con más de 1.200 islas, de las cuales apenas 200 están habitadas, es el segundo destino más deseado por los turistas de lujo. Este archipiélago perdido en mitad del océano índico ofrece un lugar paradisíaco y perfectamente aislado para este perfil de viajero. Los países de África oriental y del sur no se quedan muy atrás. Aunque los safaris siguen siendo uno de los principales atractivos de estos lugares, la caza ha perdido fuerza, según el análisis de Observatur. Los ricos ya no quieren disparar a animales, prefieren fotografiarlos, así como mezclarse con pueblos locales y conocer sus costumbres.
Viajes espirituales o solidarios
El cambio generacional ha empezado a mostrar la llegada de nuevas tendencias: Los ricos quieren viajes de crecimiento personal, “espirituales o solidarios”, ha explicado Franco. Los destinos exóticos y las actividades humanitarias o relacionadas con el ecologismo, ganan atractivo. La preocupación de las emisiones de CO2 y el interés por el medioambiente están favoreciendo nuevos formatos de negocio, como el slow travel (viaje relajado que escapa de la masificación turística) o el glamping (acampadas al aire libre sin renunciar al lujo y la comodidad).
Los viajes de autor responden también a esa búsqueda de exclusividad de los turistas más acaudalados, y se mezcla con la demanda de una mayor personalización. Este modelo de negocio permite que los clientes disfruten de una experiencia única e irrepetible, ya que los viajes de autor suelen venderse como ediciones limitadas.
El estudio desglosa la tipología del consumidor de los viajes de lujo: Por un lado, el turista de lujo, propiamente dicho, es el que suele usar este formato de manera habitual. Gasta de media 11.800 euros y representa un 17% del grupo, según la encuesta de Observatur. En segundo lugar, se encuentran los turistas premium, consumidores ocasionales de este formato de viaje que, normalmente en fechas señaladas (aniversarios, bodas, etcétera), eligen este modelo y gastan una media de 3.750 euros. Representan el 34% del conjunto. Por último, el grueso de los consumidores, el 49%, lo forman los clientes upscale (exclusivos), que no suelen realizar más de un viaje de este tipo y que tienen un gasto medio de 1.350 euros.
Mesa Redonda presidida por Salvador Valdés Mesa, Vicepresidente de la República sobre nuevas medidas económicas. Foto: Presidencia Cuba.
Dos nuevas medidas económicas fueron anunciadas este martes en la Mesa Redonda. A partir de la última semana de octubre, el Gobierno cubano autorizará la compra de electrodomésticos, partes y piezas de carros y otras mercancías en divisas convertibles, además abre la posibilidad de que personas naturales importen determinados productos a través de empresas estatales.
Todos los nuevos puntos de venta en esta primera fase tienen previsto su inicio el próximo 28 de octubre.
Para explicar, aclarar, responder las dudas y opiniones de la población, otra vez el vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, acudió a este espacio televisivo.
En el Palacio de la Revolución lo acompañaron:
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación
Meisi Bolaños Weiss, ministra de Finanzas y Precios
Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior
Vivian Herrera Cid, directora general de Comercio Exterior del MINCEX
Irma Margarita Martínez Castrillón, ministra presidenta del Banco Central de Cuba
Iset Maritza Vázquez Brizuela, vicepresidenta primera de la Corporación CIMEX
Valdés Mesa: “Son medidas que benefician a todo el pueblo”
“Son medidas que benefician a todo el pueblo”, dijo al iniciar el programa televisivo, Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República. Se han recibido disímiles inquietudes y opiniones sobre los temas presentados la víspera.
En ese sentido, reiteró que se pierde una cifra significativa de divisas que es importante rescatar en el país, y que las nuevas medidas permitirán mayores facilidades de compra a la población.
Hay algunas preocupaciones por parte de los trabajadores por cuenta propia, pero reiteramos que es una medida que beneficia a todo el pueblo, señaló el vicepresidente cubano.
“Es una medida progresiva pues hoy el mercado está desabastecido. Necesitamos recoger esa divisa e iniciar el reaprovisionamiento de los mercados”.
Añadió que se ha previsto el tema de los créditos bancarios, “pero necesitamos abastecer nuestro mercado. En el momento oportuno serán anunciadas otras medidas, como crédito a consumo, o créditos a plazos”.
Los precios serán asequibles para las personas que tengan acceso a dólares o pesos convertibles cubanos (CUC), porque se debe tener en cuenta los índices de formación de precios y los precios a escala regional.
No se va a prohibir la importación de estos artículos por aquella personas que los van a buscar a otros países; se trata de respaldar la demanda interna, y se avanzará con la gradualidad. Se mantendrán las tiendas en CUC y la línea económica, pero debemos tener claro que estas medidas benefician a todos, y contribuirán a recuperar la industria y el mercado nacionales, explicó.
En el caso de los trabajadores por cuenta propia y la necesidad de materias primas, se estudian los mecanismos para cuando tengamos condiciones.
“Es preciso esclarecer que esta apertura no es para que las personas abran negocios en el país; no permitiremos acaparamiento ni especulación, y como mismo hicimos con el aumentos salarial, habrá una estricta vigilancia para que no haya reventa y especulación.
“La idea no es importar esos productos para revenderlos o hacer negocios, sino para satisfacer las necesidades de la familia. Esas conductas no las permitiremos”, aclaró Valdés Mesa.
La Gaceta Oficial publicó este miércoles 16 de octubre las nuevas normas que entrarán en vigor en 72 horas. Las cadenas de tiendas informarán cuándo abrirán los establecimientos de venta.
¿El país está regresando a una dolarización de su economía?
El ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, aclara temas relacionados con preocupaciones de la población. Foto: Presidencia Cuba.
¿El país está regresando a una dolarización de su economía?, fue una de las inquietudes que respondió Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, en la Mesa Redonda de este miércoles. Al respecto, señaló que “mantenemos las dos monedas nacionales: CUC y CUP. Se trata de una venta en USD de determinados productos y en determinados establecimientos”.
Agregó que también se aceptan otras monedas en la alimentación de las cuentas y se emplea el dólar como una moneda de referencia.
“Se trata de ir transitando de un mecanismo centralizado en la asignación de divisas en el sistema empresarial a un mecanismo más financiero. Por ejemplo, hoy, de los ingresos por exportaciones se asignan divisas para la importación. Esos dólares entran al país y se asignan a la industria. Esto no es dolarización de la economía”, aclaró.
El titular de Economía explicó que a partir de ahora las empresas recibirán los dólares para su reaprovechamiento y a partir de su propia gestión. “Es cierto que se incorpora otra moneda. Pero no circulará de manera efectiva. No se realizarán transacciones ni operaciones en dólares, sino que se efectuarán mediante el comercio electrónico”.
Gil Fernández recalcó que no se trata de dolarizar la economía, sino de “crear incentivos hacia lo interno del sistema empresarial para ir transitando de mecanismos centralizados en la asignación administrativa a métodos financieros”.
“Nosotros no tenemos la pretensión de eliminar las monedas nacionales, ni de ampliar la venta en dólares o cualquiera otra divisa en el resto del comercio. La pretensión es captar las divisas y mantenerlas en el país, que lleguen al sistema empresarial de manera centralizada para que esté en capacidad de dar respuesta a una demanda”, indicó.
Durante el espacio televisivo, el ministro de Economía recordó que uno de los objetivos de las medidas anunciadas es fortalecer la industria y el comercio interno. “Esto nos pone en mejores condiciones para enfrentar la unificación monetaria y cambiaria”, dijo.
“Todo lo que hacemos en función del impulso de la economía es pensando en el pueblo, buscando un camino para crear mejores condiciones para la redistribución de esas divisas captadas en beneficio de todos”, destacó Gil Fernández y agregó que con estas decisiones se pueden reactivar empleos que hoy tienen baja capacidad.
“De la forma en que está funcionando en este momento, ni se beneficia la economía ni toda la población”, subrayó.
Cuestión de precios y aranceles
La ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños Weiss, aclaró que semantienen los aranceles vigentes en las normativas aduaneras y arancelariasactuales para las personas naturales que realizan su importación de bienescomo carga acompañante, ya sea cuando la traen como equipaje o la mandan con anticipación.
La primera importación del año seguirá siendo en pesos cubanos (CUP), con los límites que tiene hoy en carga y cantidad de mercancías, mientras que la segunda importación de esta mercancía con carácter no comercial se paga conforme a la tasa de cambio vigente en CUC.
“Reiteramos, no hay cambios en el pago de los aranceles ni en las normativas de carácter aduanero”, dijo.
Explicó los elementos que se han tenido en cuenta para fijar los precios de las mercancías que se ofertarán en dólares, con un respaldo en moneda libremente convertible (MLC). “En relación con estos productos, se ha realizado un proceso de trabajo para formar un precio”, afirmó.
Comentó que se partió de los precios que la mercancía tiene en el mercado internacional, específicamente en nuestra región.
“Son precios que se toman como referencia, porque hay que sumarles cómo se forman los costos. Porque adquirir el producto terminado, importarlo, ponerlo en tienda y comercializarlo cuesta y hay que pagarlo, al igual que si se adquieren las materias primas o componentes para su producción nacional”.
“Además, estos productos tienen asociados gastos de transportación y logísticos, el pago del seguro, del flete, gestión comercial, almacenamiento, impuestos y pago de mano de obra. Estos son costos y gastos que hay que tener en cuenta”, explicó.
Es importante informar que se ha hecho un esfuerzo para buscar mayor eficiencia en el proceso y reducir los gastos de logística, distribución; mayor racionalidad, aseguró, para que tributen junto a los beneficios arancelarios que hemos dispuesto para la importación de estas mercancías o materias primas, y así las cadenas de tiendas puedan identificar o formar un precio que favorezca su consumo.
El precio de los productos de gama media y alta que se venderán en dólares dependerá también de la calidad, de las prestaciones y de la marca, indicó.
En el caso de los productos electrodomésticos de gama económica –televisores, refrigeradores, lavadoras, motos eléctricas– que se van a vender en pesos convertibles (CUC), afirmó que “estamos ante una rebaja de precios, a partir de un beneficio fiscal”.
“Hemos evaluado un precio que no estimule el acaparamiento y la especulación, fenómenos que tenemos que enfrentar, porque también a través de los precios debemos regular conductas que queremos eliminar”, continuó exponiendo la ministra.
Los precios –resaltó– no podrán ser estáticos; van a estar acompañados de un proceso constante de revisión y actualización, en conjunto con el Mincin, y “cuando se puedan hacer más asequibles, la población puede confiar que así se hará”.
Meisi Bolaños dijo que se escucha mucho a la población y coincidimos en que tiene que existir “una correspondencia entre la calidad y el precio del producto con el servicio”, señaló.
Será necesario crear una cuenta en USD asociada a tarjeta magnética
Dudas sobre la implementación de las estrategias bancarias en cuanto al gravamen del 10% al dólar en efectivo y no a las transacciones con tarjetas magnéticas son abordadas por la ministra presidenta del Banco Central de Cuba. Foto: Presidencia Cuba.
La mayoría de las dudas y opiniones de la población están relacionadas con los temas bancarios, en particular con el gravamen del 10% que se aplica al dólar estadounidense.
La ministra presidenta del Banco Central de Cuba, Irma Margarita Martínez Castrillón, recordó que este impuesto se estableció en 2004 por el recrudecimiento del bloqueo y la persecución de Estados Unidos a las transacciones financieras de nuestro país. Esa política se endurece en estos tiempos y, por tanto, no es posible eliminar ese gravamen en las condiciones actuales.
—¿Por qué el gravamen es solo sobre el efectivo en dólares estadounidense?
Cuando este dinero se recibe en efectivo, es decir, en billetes, para utilizarlo en transacciones internacionales, Cuba debe enviarlo al exterior y tener bancos que lo quieran recibir. Eso tiene sus riesgos y altos costos, de ahí el gravamen que se aplica.
Cuando las transferencias ocurren por la vía bancaria no están sujetas a este gravamen, porque caen en una cuenta en el exterior y de inmediato el país puede utilizar los fondos para hacer sus compras.
Las demás divisas convertibles no están sujetas a este gravamen.
—¿Por qué las cuentas que fueron abiertas con anterioridad en USD no tuvieron gravamen y ahora las que reciban “entregas físicas” de dólares estadounidense sí?
En 2004, cuando entró en vigor la Resolución 80, se estableció un procedimiento —que se ha mantenido hasta la fecha— para aquellas cuentas que estaban abiertas en USD. Se respetó el tratamiento a esas cuentas, por eso se mantuvieron sin ningún gravamen. Todavía funcionan de esa manera. Pero se definió que solo se nutrirían con depósitos desde el exterior.
—¿Por qué las cuentas están referenciadas en dólares estadounidense?
Porque los precios en las tiendas están referenciados en esa moneda. Es más transparente para los clientes cuando vayan a ser sus compras en las tiendas.
—¿Los fondos de las cuentas solo deben ser en USD?
Los titulares podrán hacer depósitos en dólares estadounidenses, pero también en euros, libras esterlinas, dólares canadienses, francos suizos, pesos mexicanos, coronas danesas, coronas noruegas, coronas suecas y yenes japoneses.
De usar una moneda libremente convertible diferente al USD, se le aplicará el tipo de cambio vigente contra esa moneda, que se podrá comprobar en las tablillas de información de cada sucursal bancaria.
— ¿Cuál es el saldo mínimo para abrir las nuevas cuentas bancarias?
Para su apertura, estas cuentas no tendrán saldo mínimo y no se calculan ni aplican intereses. Estas cuentas pueden abrirse con saldo cero.
—¿Las nuevas tarjetas pueden ser objetos de bonificaciones?
No pueden ser beneficiadas con bonificaciones, pues se trata de monedas libremente convertibles. Los bancos bonifican solo las tarjetas cuyos fondos estén en moneda nacional.
—¿Pueden utilizarse las tarjetas VISA o MasterCard?
De ser propietario de tarjetas Visa o MasterCard, puede usarla para comprar en las nuevas tiendas. Si la tarjeta no es suya y solo la utiliza para extraer dinero en el cajero, entonces no puede directamente realizar las anteriores operaciones. En ese caso, deberá crearse su cuenta en USD con respaldo MLC y depositar dinero en ella.
—¿Se mantiene la posibilidad de adquirir monedas libremente convertibles?
En caso de tener una tarjeta magnética en CUC o en pesos cubanos, las personas naturales pueden utilizar su saldo para la compra de Moneda Libremente Convertible, según la disponibilidad de la moneda deseada en las sucursales bancarias. Pero deberá crearse una cuenta en USD asociada a tarjeta magnética y depositar en ella la Moneda Libremente Convertible.
CIMEX: Precisiones sobre remesas, nuevas tiendas y el proceso de garantía comercial
Iset Maritza Vázquez Brizuela, vicepresidenta primera de CIMEX, durante la Mesa Redonda.
Respecto a las dudas sobre cómo quedaría el mecanismo para la recepción de remesas desde el exterior, Iset Maritza Vázquez Brizuela, vicepresidenta primera de CIMEX, dijo que ya existió comunicación oficial con todas las agencias que realizan esas operaciones para Cuba.
Según explicó, solo resta que esas empresas sean capaces de adecuar sus plataformas para realizar las transacciones, pues ya Fincimex está lista para asumir las operaciones e incluso permitir el acceso a los comercios creados.
Para cada una de las compañías de remesas, el cambio radica en que deben habilitar las transacciones en dólares o en otras monedas, porque hasta el momento las transferencias se entregaban a los clientes solo en CUC. En el caso específico de Western Union, se conoció que tiene las mismas condiciones que el resto y solo falta la reestructuración de sus plataformas.
La tarjeta AID, el nuevo producto de Fincimex para garantizar esos depósitos, también está en condiciones de iniciar sus operaciones. Iset Maritza Vázquez anunció que adquirir esas tarjetas en La Habana solo demoraría 48 horas, mientras que ya se realizan gestiones con la Agencia de Seguridad y Protección (SEPSA) para el traslado hasta otras regiones del país en un plazo máximo de siete días.
Por otra parte, la vicepresidenta primera de CIMEX recalcó que en un primer momento se mantiene la apertura de 12 unidades comerciales en La Habana y una en Santiago de Cuba. En el caso de la habanera tienda de Tercera y 70, dijo que tendrá un segmento para atender la venta en moneda libremente convertible, el cual se sumará a las habituales ofertas en CUC y a la tienda virtual existente en ese establecimiento.
Todos los nuevos puntos de venta en esta primera fase tienen previsto su inicio el próximo 28 de octubre. En sentido general, se prevé la existencia de 38 establecimientos en las tiendas pertenecientes a CIMEX, 25 en Tiendas Caribe y 14 en los centros vinculados a la empresa SASA.
Distribución de las tiendas (descargue el mapa en PDF dando clic en cada provincia):
En otro momento de su intervención, Vázquez Brizuela explicó que existe aseguramiento para la conectividad y la transmisión por datos móviles. De hecho, se ha comprobado que cada operación demora entre cinco y seis segundos.
Finalmente, sobre las garantías, dijo que se mantienen los plazos establecidos y se ha dispuesto la reposición total del dinero a la tarjeta magnética en caso de defectos o vicios ocultos en los equipos.
Comercio interior: La oferta como mecanismo regulador
En otro momento de la Mesa Redonda, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, aclaró que en el país no se abren nuevas tiendas o redes paralelas dedicadas en su totalidad a la venta de productos en moneda libremente convertible. En cambio, en cada uno de los establecimientos seleccionados sí ocurrirá la apertura de departamentos dirigidos a ese fin.
Respecto a los productos seleccionados para la venta, la ministra resaltó que tienen alta competitividad, sobre todo porque son los mismos que tienen elevado prestigio y probada calidad en el mercado internacional. Asimismo, comentó que continúa en estudio la posibilidad de incorporar nuevas opciones, lo cual ocurrirá en dependencia de la consolidación de las actuales medidas.
Betsy Díaz Velázquez anunció que en esta primera etapa sí habrá una regulación en la cantidad de productos por comprador, sobre todo en lo concerniente a las partes y piezas de equipos del sector automotriz. Esta decisión —dijo— responde a que no existen tiendas en todo el país y no se permitirá el acaparamiento en un territorio para revender en otro.
“Luego de este momento, aspiramos a que la propia oferta sea la que, con estabilidad, evite el acaparamiento y la creación de un mercado paralelo. La idea es que por vía estatal a las personas les lleguen productos que antes no llegaban”, concluyó.
Trámites fáciles y servicio ágil en las empresas importadoras
Para aclarar dudas sobre el proceso de importación, Vivian Herrera Cid, directora general de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, aseguró que las 11 empresas seleccionadas para realizar las compras en el extranjero tienen amplia experiencia en el tema. Además, se trata de la misma familia de productos que se venden actualmente en las tiendas cubanas.
“Nuestras empresas tienen identificados mercados, productos, marcas y proveedores, así que no habría dificultad en localizar lo que desea el cliente. Además, muchos de estos equipos los tenemos en consignación en el país, así que sería mucho más sencillo el procedimiento”, explicó.
Asimismo, en el caso de que alguien solicite un producto con particularidades específicas, existe la voluntad de dar un servicio personalizado. “Ahí está el gran reto de cada una de nuestras empresas, en ofrecer una mediación de excelencia”, apuntó.
Finalmente, la directora general de Comercio Exterior del Mincex aclaró que la Resolución 263 simplifica los trámites que deben cumplir las entidades importadoras cubanas, un elemento dirigido a hacer aún más expeditas las operaciones con la población.
En video, Mesa Redonda
Conozca algunos precios de productos a comercializar