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La Habana, 9 nov (ACN) Son varios los regalos que por estos días recibe una villa próxima a cumplir sus 500 años, pero uno muy particular resulta el ron Havana Club 1519, el cual se comenzó a elaborar desde hace dos décadas.
Juan Carlos González Delgado, primer maestro ronero cubano refirió que la idea surgió cuando tuvieron a su cargo la producción del ron para conmemorar el 480 aniversario de La Habana, de esa preparación se volvió a introducir en barriles una parte.
El mismo procedimiento fue seguido en cada aniversario cerrado que precedió a esta fecha, y de ahí resultó la base del ron 1519, la cual fue mezclada con decenas y decenas de bases añejas que han ido entrando a lo largo de muchos años para conformar un producto de una armonía sensorial única e irrepetible, explicó.
Como un detalle –dijo- que lo hace aún más exclusivo se decidió utilizar para el “finish” barriles icónicos dentro de la producción y el desarrollo del ron cubano; en ellos se inició hace muchos años lo que se conoce hoy en día como añejamiento continuo, uno de los hitos históricos que ha marcado el desarrollo de la cultura ronera en la Isla.
A partir de esa forma de añejar ha sido posible el surgimiento de los grandes extra añejos que hoy en día forman parte de la producción de ron cubano y que no es nada más que el resumen de esa herencia cultural, agregó.
En esos históricos barriles estuvo el líquido unos meses para que redondeara sus propiedades sensoriales hasta que llegara el momento de introducirlo en las botellas, señaló el maestro.
Havana Club 1519 tiene un balance sensorial tan armonioso que lo hace diferente de todos los demás rones extra añejos que se han producido; aunque en ningún momento la intención fue competir ni superar a ningún otro sino sencillamente hacerlo extremadamente exclusivo, único e irrepetible para conmemorar a una ciudad a la par, refirió González Delgado.
Salomé Alemán Carriazo, maestra ronera aseguró que no es un ron elaborado en un tiempo corto, sino que es un cierre, el colofón de homenajes anteriores que ha realizado la marca, su modesto aporte a esta capital tan maravillosa.
El producto se enmarca en notas sensoriales que definen el occidente del país, si bien el ron cubano tiene una manera única de hacerse, hay diferencias asociadas a las regiones, y este es uno de sus principales logros que, a la vez, lo diferencia de los demás, explicó.
Asbel Morales, otro de los maestros opinó que su elaboración constituyó un reto, ya que había que combinarlo de manera tal que se pareciera a La Habana; es un ron oscuro pero brillante, tiene sus antecedentes desde el aniversario 480, pero también de los últimos 10 años de las nuevas mezclas que han surgido.
Pusimos todo el empeño en ello –manifestó- porque tenía que sentirse a la villa de San Cristóbal en el sabor, complejo pero delicado, fácil de beber, que perdure en la boca; además es bello y realmente se siente la presencia de la capital en él.
En el proceso de creación de este espirituoso se contó con la ayuda y guía del historiador Eusebio Leal Spengler, que a decir de los especialistas los ayudó a comprender como es la ciudad que reúne las características de todos los cubanos.
Havana Club 1519 tiene una edición limitada de 500 botellas, 50 de las cuales se comercializarán en Cuba en hoteles de alto estándar y licorerías especializadas por un precio de dos mil 900 CUC, según se explicó durante la presentación del producto.