Por Juan M Ferran Oliva,
La inversión extranjera
Cambios estructurales
Ilustración 1 Peso específico de la exportaciones.. A partir de 1990 el turismo y los ingresos de MLC adquirieron una proporción mayoritario. Elaboración propia con datos de ONE
Retroceso de la reforma
Metodología del pib cubano
El pib no lo dice todo, pero es
obstinado
La inversión extranjera
La inversión extranjera capitalista fue una alternativa poco
atractiva para el socialismo de corte soviético. Era considerada portadora de
valores burgueses y eventual cabeza de playa de
lesiones a la soberanía.
Los eventos posteriores a 1990 indujeron al gobierno
cubano a revisar su política respecto a la inversión extranjera. Además del
propio comedimiento al respecto, conspiraban contra tal eventualidad las
restricciones derivadas del bloqueo norteamericano y la calificación de capital
de riesgo atribuida a los negocios extranjeros en Cuba.
Un decreto en 1982
ya había regulado las formas de asociación extranjera permitidas en el
país[1].
En 1995 fue ampliado su alcance[2].
El propósito de la Ley 77, como se
llamó, era propiciar el desarrollo de sectores y regiones
priorizadas, encontrar financiamiento y mercados externos y sustituir
importaciones. En general se orientaba hacia la solución de problemas
concretos. El proceso de adaptación entre el Estado y los inversionistas
foráneos no estuvo exento de dificultades. No obstante, la legislación aprobada
no establecía impuestos desmedidos y garantizaba la repatriación de dividendos.
Los incentivos se valoraron casuísticamente en dependencia del interés
nacional.
Fueron adoptados como formas de inversión las
asociaciones económicas internacionales (empresas mixtas), los contratos de
administración hotelera, los contratos de administración de producciones o
servicios y las producciones cooperadas.
A fines del 2009 se registraban 307 negocios
extranjeros vinculados a Cuba en alguna de esas modalidades. El 71% eran empresas mixtas en las que el Estado cubano
cuenta, al menos, con el 51% del capital. Llegaron a rozar la cifra de 400 pero en el año 2002 la tendencia creciente se
interrumpió. Su disminución posterior es achacada a incumplimientos del objeto
social o en cuantías de exportación, negocios con pérdidas y otras causas.
También se produjo una reorganización por parte del gobierno cubano a partir de
2003. En los tres años anteriores a 2010
destaca la incorporación de empresas venezolanas[3]
que actualmente representan el 15% del total. En primer lugar continua España con un 27%, seguida de Canadá, Italia
y un conjunto variado de otras procedencias. Por sectores, el turismo es el más
favorecido. Le siguen la producción agroalimentaria, el petróleo y la
petroquímica seguidas de un conjunto de actividades variopintas.
Además de las empresas mixtas, en un segundo lugar, se
hallaban los contratos de administración hotelera que representaban el 22% de
las firmas extranjeras radicadas en la isla. Se dedicaban a buscar mercado y a
organizar el producto turístico. En 1990 el 10% de las 12.866 habitaciones
disponibles en hoteles estaban bajo esta modalidad. En 2009 la proporción
aumentaría a un 51% de las 49.000
habitaciones en aquel momento[4].
El resto de los negocios con extranjeros consistió en
contratos de administración de producciones y servicios, y producciones
cooperadas[5].
Estas últimas se iniciaron con fuerza y llegaron a 441 al cierre de 2003, pero
a partir del siguiente año se acentuó su depuración y en 2009 sólo había 14 contratos. Causas de la reducción han sido
los resultados económicos inadecuados u otras de carácter subjetivo por parte
de los operadores, pero en buena medida el cambio de la política cubana
respecto a estas empresas y de su papel en el desarrollo de la economía.
Sobre la inversión extranjera en general expresa un experto en el tema[6]
Es importante reconocer que transcurridos 19 años de
la nueva presencia de los capitales extranjeros en Cuba, y a pesar de la
disminución de la cantidad de negocios que estaban funcionando, estos han
llegado a un proceso de maduración con resultados positivos; por ejemplo, las
Asociaciones Económicas Internacionales (AEI) han aumentado constantemente sus
indicadores de ventas totales de bienes y servicios, que alcanzaron en el 2008
los casi 5 300 millones……las exportaciones ascendieron a 1 916.1 millones,
mientras los ingresos directos al país totalizaron los 1 069 millones. Se puede
confirmar la aplicación rigurosa de la política de selectividad del gobierno en
la inversión extranjera al contar con menos Asociaciones Económicas
Internacionales anualmente y continuar creciendo en los indicadores económicos
fundamentales…..
Argumenta dicho especialista que las empresas
disueltas no han sido de una magnitud significativa que afectara el desempeño
general de la economía. Añade que las existentes mejoran constantemente
su eficiencia y productividad, y que son además de resultados económicos
voluminosas. Subraya que en este tipo de empresas existe una gran
concentración; es decir, no más de 7 negocios establecidos representan más del
80 % de las ventas, y por ende de las exportaciones. Destaca que las
ramas nacionales de mayor crecimiento económico de los últimos años, están
asociadas a negocios de distinta índole con el capital extranjero, llámese
bebidas, tabacos, níquel, petróleo, jabonería y perfumería, y turismo entre
otras.
Entre los numerosos inversionistas extranjeros que
acudieron a la apertura cubana los hubo de todo tipo y entre ellos los
aventureros que esperaban beneficiarse en el rio revuelto de aquellos años.
Pero también se presentaron oportunidades serias. Quizás el caso más notorio
sea el de la entidad canadiense Sherrit incorporada a la industria del
níquel y a empresas energéticas. Pudiera asimismo citarse a Aguas de Barcelona
involucrada en importantes proyectos operativos en los acueductos de Varadero y
La Habana, y Suchel Camacho en el
negocio de jabonería y perfumería. No fueron las únicas.
En las ligas menores, hubo también pequeños
negocios positivos para el país. Algunos se malograron debido a la falta
deliberada de apoyo estatal. Un testimonio personal recogido por el autor de
este ensayo constituye un ejemplo, lamentablemente no único[7].
La Granja Piscícola de la Badia de Roses
SA, Girona, Catalunya,
estableció una joint venture para la producción de angulas. Este alevín,
muy apreciado por los gourmets, tiene gran demanda y alcanza precios altísimos
en el mercado. El socio catalán aportaba la rara tecnología, capital, transporte y mercado. Cuba
contribuía con un pedazo de costa y alguna fuerza de trabajo. El negocio
funcionó bien pero con posterioridad al año 2002 se produjo una situación de
impago de utilidades al asociado extranjero. Éste, finalmente, se retiró y el
negocio desapareció. Es la versión del
inversionista.
Cambios estructurales
Las timoratas reformas al modelo centralizado
iniciadas después de 1993 posibilitaron la sobrevivencia. El principal
resultado fue el cambio de la estructura de la economía externa cubana. En 1958
el azúcar representaba el 71% de las exportaciones. Su peso se incrementó a un
90% en 1975 y aún absorbía el 82% en 1985. Esta proporción obedecía a
cantidades, pero también a precios favorecidos[8].
Diez años más tarde - en 1995- se había reducido a un 23% y después osciló
hacia abajo.
Los servicios, el turismo entre ellos, sólo
participaban en un 11% de las exportaciones en el año que antecedió al triunfo
revolucionario. En los 30 años siguientes tendieron a descender. Pero en 1995
acapararon el 52% de la estructura exportadora. En los años que corren su peso
es de más de un 67%.
El turismo se ha colocado en el primer lugar como
captador de divisas y en segundo se hallan los ingresos en MLC de la población,
ambos del capitulo de servicios. Estos últimos tienen que ver con las remesas,
pero también con los ingresos en divisas que por distintas vías llegan a manos
de los residentes en Cuba.
Ilustración 1 Peso específico de la exportaciones.. A partir de 1990 el turismo y los ingresos de MLC adquirieron una proporción mayoritario. Elaboración propia con datos de ONE
Detrás viene el azúcar. La inseguridad que muestran
sus cifras de producción y exportación la colocan en una situación vacilante.
Entre los demás renglones destaca el níquel que absorbe alrededor del 10% de
los ingresos brutos en divisas del País. El resto, con menos peso individual,
no deja de tener importancia como conjunto. La práctica irá definiendo cuales
son los que deben desarrollarse e integrar el paquete diversificado de
especialidades.
El modelo externo ha cambiado. La Ilustración
1 muestra la espectacular evolución
de su estructura en las que ahora destaca el liderazgo de los servicios en lugar
de las mercancías como ocurría en el antaño aún cercano.
El país diversificó efectivamente sus renglones de
exportación antes de 1990, Estos elementos diferencian el modelo actual y
futuro del anterior a 1958. En lo
referente al surtido exportable ahora tiene a su favor una mayor diversidad de
renglones: los huevos han sido colocados en varias canastas. Sólo que quizás
aún sean pocas.
En las exportaciones tradicionales como el níquel, los
cítricos, la pesca, el tabaco, el café, etc., la limitante son los factores
productivos no ampliables como la tierra, los depósitos minerales y las áreas
de pesca. Sus crecimientos, en lo
fundamental, deben ser verticales,
derivados del aumento en los rendimientos.
Lamentablemente las medidas emprendidas fueron ralentizadas.
Prevaleció la idea de un socialismo lastrado aún por el dogmatismo. El afán
centralizador se impuso y, finalmente, la economía cayó en terreno pantanoso.
Retroceso de la reforma
En el entorno de 1999 apuntó una contumaz involución.
Las asociaciones mixtas fueron reducidas y eliminados los negocios
inmobiliarios extranjeros. Se redujo el número de empresas cubanas autorizadas
a realizar operaciones directas de comercio exterior. Se revivió la animosidad
hacia el trabajo por cuenta propia. La marcha atrás se evidenció claramente en
el 2004 con la proliferaron de medidas centralizadoras.
Durante medio siglo, de una forma u otra, la población
quedó vinculada a la omnímoda economía estatal. En tales condiciones arraigaron hábitos, creencias y formas de
actuar preñadas de dogmatismo. Se originaron un conjunto de regulaciones
atípicas, algunas justificables, otras no. Muchas devinieron absurdas. Pueden citarse, entre otras, las
restricciones a las salidas definitivas del país y la expropiación de sus
bienes a quienes lo hacían de forma legal o ilegal; la marginación de los
creyentes religiosos, de los indiferentes o inconformes y de los homosexuales;
la prohibición de vender viviendas y transferir la propiedad de vehículos
particulares comprados después de 1959; la ilegalización de la tenencia de divisas extranjeras; las
restricciones al ejercicio de trabajos y negocios pequeños por cuenta propia.
No son las únicas y pudiera dedicarse todo una capitulo a glosarlas. A ello
habría que sumar las obligaciones tácitas que identificaban al buen
revolucionario, sublimado en la condición de militante del Partido. Quien no atendía estos preceptos reducía sus
opciones de trabajo. Tal maraña de condicionantes sugieren una sociedad en la
que todo lo que no estaba prohibido,
era obligatorio[9].
Metodología del pib cubano
No fue hasta el
años 2005 que el PIB cubano alcanzó el
teórico tope de 36.000 millones pesos antes citado (se desarrolla en el Anexo
3). En el 2009, sólo cuatro años más
tarde, se lograban algo más de 46.000 millones ps, lo que parece negar la
asintótica cifra. Sin embargo en el interregno de 15 años iniciado en 1990 se
produjeron incidencias metodológicas que probablemente modificaron los
resultados.
La estadística oficial cubana no ha sido pródiga. En
ocasiones a causa de la necesidad de defenderse de agresiones y en otras por
razones de recato informativo o deficiencias administrativas[10].
Tras varias etapas más o menos irregulares, en 2001 el redivivo Anuario
Estadístico de Cuba (AEC) comenzó a referirse al Producto Interno Bruto, PIB,
siguiendo la metodología de las Cuentas
Nacionales de Naciones Unidas (SCN) y tomando como base a 1997 para los
cálculos a precios constantes. El anterior Producto Social Global (PSG) fue
transformado a PIB siguiendo las recomendaciones internacionales para la
conversión del SBEN al SCN, la adopción de criterios metodológicos
específicos….. y el completamiento de información sobre servicios, dadas las
diferencias conceptuales en el alcance de la producción económica en ambos
sistemas de medición[11].
En la nueva estructura administrativa de la época esta
tarea correspondía a la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). Su circulación
estaba aún sujeta a limitaciones pudorosas. Con posterioridad mejoró y amplió
su divulgación y ya en 2006 aparecían en INTERNET. La Edición 2009 del Anuario
Estadístico de Cuba 2008, (ONE), es relativamente generosa en información.
Tanto la recién estrenada serie del PIB como la
anterior del PSG fueron cuestionadas por especialistas en el extranjero. En
diciembre de 1996 la Junta Central de Planificación de de Cuba (JUCEPLAN), a
través de su titular, anunció que a fines de ese año la economía habría crecido
un 7,8%. Ello significaba que cesaba la crisis que tocara fondo con el PIB de
20.411 millones ps de 1993. Apuntaba la recuperación[12].
En ese año también se produjeron fenómenos adversos a la economía: el ciclón
Lili azoto la isla y ocasiono daños cuantiosos en la agricultura, agravados por
los apagones. El precio del petróleo aumentó y redujo las posibilidades de
importación.
Cubanólogos
expresaron dudas sobre la tasa del 7,8% que algunos consideraron milagrosa,
junto con todo el sistema de cuentas nacionales cubanas[13].
La antigua serie del PSG ya había sido objeto de debate académico internacional
en la década de los 80. Resurgía en los 90 con la conversión al sistema de
Cuentas Nacionales y su PIB, sobre cuyo método de conversión consideraban que
no existía información suficiente. La crítica argumentaba la dificultad en
calcular el producto creado en el sector no estatal que se ampliaba en los 90,
así como las dudas sobre el procedimiento aplicado para deflacionar las
cifras y la tasa de cambio utilizada[14].
A su vez, en Cuba, el método de las Cuentas Nacionales
despertaba reservas. La dirección del país consideraba que dicho procedimiento
subestimaba los logros en el aspecto social y, en consecuencia, las comparaciones no resultaban del todo
favorables a una buena imagen de la gestión económica. En el 2003 la
metodología se modificó internamente al añadírsele al PIB los servicios
gratuitos y los subsidios en precios a la población. El resultado fue un salto
en los indicadores. Inmediatamente surgieron discrepancias con la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). No hubo acuerdo en las discusiones y la
organización internacional se limitó a consignar notas en sus estadísticas
aclarando que se trataba de los datos suministrados por la ONE y que estaban en
análisis por parte de CEPAL. Fue una forma elegante de señalar que no los
consideraban comparables con los de los demás países que seguían la
metodología.
La polémica adquirió dimensión internacional. En la
Asamblea Nacional de Cuba, de diciembre de 2007, el entonces ministro de la
JUCEPLAN expresó[15]: el PIB de Cuba resulta hoy perfectamente
comparable con el de cualquier país del mundo. Más adelante señaló: nuestro
país reitera el derecho a que refleje sus logros sin cortapisas ni
cuestionamientos mal intencionados, como se pretende en las publicaciones
internacionales.
La discrepancia con CEPAL fue secundada por
cubanólogos y economistas de otras latitudes, y, en general, disminuyó la
credibilidad en las cifras oficiales consignadas por el gobierno de Cuba.
Algunos pensaban que el método modificado no lo hace comparable (al PIB)
con el del resto del mundo que utiliza la metodología de las Naciones Unidas[16]. Economistas
del patio achacaban los incrementos a los cambios metodológicos y a la
expansión de la exportación de servicios profesionales[17].
Señala un destacado autor:
La
economía cubana ha mantenido un elevado ritmo de crecimiento entre 2001 y 2007,
a un promedio de 7.5% a precios constantes de 1997......entre 2004 y 2007
promedio 9.3%. Este salto se explica tanto por la nueva metodología de cálculo
del PIB como por la expansión de exportaciones de servicios profesionales.
Según el AEC[18]:
las cifras del
Sistema de Cuentas Nacionales se atienen, por lo general, a los criterios
metodológicos que rigen el SCN –hasta donde ello ha estado de acuerdo a las
características estructurales e institucionales de la economía cubana –
haciéndose sólo los ajustes necesarios en aquellos casos donde esto no ha sido
factible o aconsejable.
En definitiva, quienquiera tenga la razón, lo cierto
es que las cifras del PIB cubano sufrieron una reelaboración metodológica que
las diferenciaba del método convencional aplicado por el resto de los países,
según patrón de Naciones Unidas. Internamente también existieron criterios de
duda. No faltaron voces en la calle que
afirmaban que la economía estaba creciendo en las estadísticas pero no se
notaba en el consumo.
El pib no lo dice todo, pero es
obstinado
La familia de macro indicadores de la contabilidad
nacional es variada[19]. La renta o PIB per cápita es el más socorrido
para expresar la riqueza generada. Pero no es perfecto. El propio Simon
Kuznets, Premio Nobel de Economía en 1971 y creador del esquema que promovió
su empleo, reconoció sus debilidades. Es
muy difícil deducir el bienestar de una nación a partir de su renta nacional[20],
expresaba en 1934.
El PIB per
cápita ignora las desigualdades pues es un promedio sujeto a desviaciones. Deja
virtudes en el tintero. Ciertos gastos que incluye no constituyen consumo
personal (los administrativos y militares, verbigracia). Puede ignorar
beneficios sociales. No tiene en cuenta el costo de la vida de cada país.
Indicadores alternativos o complementarios
como las consideraciones sobre la calidad de vida, el coeficiente
de Gini, el Índice de Desarrollo Humano y otros se muestran amistosos con la
economía cubana. Revelan excelentes distribuciones del ingreso y un buen
comportamiento relativo en aspectos vinculados al consumo social.
El concepto calidad de vida
comenzó a esbozarse a mediados de los años 70 del pasado siglo XX. Varias
revistas temáticas acuñaron el término a partir de 1974 y fueron pioneras en
tal sentido[21]. Ello contribuyó a estimular los
estudios con tal propósito cuyo fundamentos son determinadas propiedades como el disfrute de salud, educación,
cultura, vivienda, medio ambiente, justicia, igualdad, seguridad, dignidad, y
participación en la vida social y política. Son atributos difícilmente
cuantificables y, por tanto, sujetos a apreciaciones subjetivas. La
Organización de Naciones Unidas (ONU) los reconoció como derechos de la
humanidad. En diversas épocas se realizaron estudios que intentan
resaltar determinados aspectos. La mayoría apela a conjuntos de indicadores
combinados de alguna manera. Entre otros, pueden citarse el
Índice de Pobreza Humana de países en vías de
desarrollo; el Índice de Pobreza Humana de una serie de países de la
OCDE; el Índice de desarrollo de Género (IDG); la Medida de apoderamiento de
Género (MAG), etc. Unos se basan en
la medición del grado de satisfacción de bienes y servicios concretos
(vivienda, servicios sanitarios, extensión de la cultura, disponibilidad de
autos, teléfonos, etc). Se trata del cálculo puntual de las necesidades básicas
insatisfechas expresadas, generalmente, en términos físicos. Procedimientos más
sofisticados establecen líneas de indigencia y de pobreza a través de canastas
básicas.
Un acercamiento en el intento de desbrozar la
elocuencia del PIB per cápita como
medidor de riqueza es el análisis de la forma en que ésta se reparte. Se trata
del Coeficiente de Gini[22] que
expresa la desviación o gap existente respecto a una situación teórica
de absoluta equidad en la distribución del ingreso. Un Coeficiente Gini “0” sería
expresión teórica de la igualdad distributiva total. Los valores superiores
hasta llegar a “1” indican distribuciones asimétricas. Los rangos
habituales registrados en países de América suelen moverse entre 0,59 y 0,43.
En Cuba, en 1953 fue 0,55. En años recientes del siglo XXI y antes,
había reducido a 0,31, la más baja de América. Ello significa que el PIB
per cápita de $5.215 en el año 2007 expresa una distribución más
equitativa que las registrados en otros países de América, Canadá y Estados Unidos
incluidos[23]. La comparación con 136 países a lo largo del
mundo posiciona a Cuba en un destacado lugar 29 en lo tocante a este parámetro.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH)
creado en 1990 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
considera, además del PIB per cápita,
una larga y saludable existencia, una educación adecuada y un nivel de
vida decente. Emplea como indicadores la esperanza de vida; la tasa de
alfabetización de adultos; la relación de matriculación bruta primaria,
secundaria y superior combinadas, el PIB per cápita en US$, y el poder
adquisitivo. Con estos elementos debidamente procesados obtiene un resultado
para cada país. Los casos con excelentes resultados se mueven entre 0,95 y
0,968 (Islandia, Noruega, Australia, Canadá, Irlanda, Suecia, Suiza y Japón).
El PNUD clasifica en High, Medium o
Low Human Development a 177
Estados analizados en el periodo 2007 /2008. En tal evaluación el
índice de Cuba es 0,84 y ocupa el lugar 51 entre los 70 incluidos
en la categoría más alta. En ella aparece después de Canadá, Estados Unidos,
Argentina, Chile, Uruguay y Costa Rica. A continuación y dentro del mismo
primer grupo, siguen México, Panamá y Brasil. Los países que ocupan desde el
lugar 71 hasta el 155 clasifican como Medium, y del 156 al 177 como Low.
Estos últimos descienden a rangos de 0,36 a 0,40 [24].
El uso de una moneda única, generalmente del dólar
norteamericano, es habitual en la homologación de indicadores globales
internacionales. Pero debido a desigualdades en los precios, tarifas y
salarios, la capacidad de compra de $1 suele diferir de un país a otro. Con
objeto de salvar estas discrepancias que obstaculizan las comparaciones justas
se utiliza el método de la Paridad del Poder Adquisitivo (PPA).
Su objetivo es eludir ilusiones monetarias y medir objetivamente el nivel de
vida proporcionado por el PIB per cápita sobre la base del costo de la vida. El
cálculo de este indicador se lleva a cabo empleando una canasta de alrededor de
1.000 productos. Tiene en cuenta el volumen de bienes y servicios adquiribles
con moneda local de un país en comparación con otro tomado como patrón (Estados
Unidos) al cual se le otorga un valor tope en una escala de 1 a 100. En
estudios realizados por organismos internacionales se estima para Cuba una
cifra de US$9.700 per cápita de PIB (PPA). Ello la coloca en el lugar 75 dentro
de los 166 países analizados. Si se circunscribe la comparación a América
Latina le correspondería el lugar 12 dentro de un conjunto de 26 naciones; no
todas están incluidas y su promedio fue de US$9.376, prácticamente igual al
nivel de Cuba[25].
No obstante sus deficiencias en lo que a equidad se
refiere, el PIB es obstinado pues
refleja el nuevo valor creado: muestra
los recursos disponibles. Un país pobre con un reparto muy
equitativo no podrá distribuir otra cosa que penuria. No se puede gastar más de lo que se ingresa.
Los países con bajos ingresos afrontan el círculo vicioso de la pobreza y
aunque exista voluntad política carecen de recursos para acometer mejoras
sociales. Ello recalca la importancia
del PIB que expresa mucho aunque no lo diga todo. El monto del valor
total agregado constituye un límite a
las mejores intenciones[26].
Dicho de otro modo, el marco de posibilidades para el consumo social viene dado
por el ingreso real que se obtenga.
Gracias a una voluntad política. Cuba logró resultados
que sobrepasan las posibilidades normales inherentes a su nivel de ingresos.
Pero el regodeo en ellos puede actuar como placebo respecto a una ineficiencia
económica crónica. El PIB per cápita no
deja de ser un indicador esencial pues de su volumen dependen las buenas
intenciones sociales.
Pese al desmedido esfuerzo inversionista y a las
restricciones al consumo, el PIB per cápita cubano ha retrocedido
relativamente. En 1960 aun no se habían homologado metodologías ni generalizado
la contabilidad nacional. Una comparación con 22 países de Latinoamérica y las
Grandes Antillas de aquella época muestra que Cuba ocupaba un séptimo lugar.
Tenía por delante, en orden de ingresos per cápita, a Venezuela, Puerto Rico, Uruguay, Argentina,
Brasil y Chile. En 2007, dentro del
mismo marco, pasó al lugar décimo. A los anteriores países se agregaron México,
Panamá y Costa Rica. Cuba sufrió un retroceso relativo[27].
Pero después de 1960 se
produjeron dos hechos notables en las Antillas Menores y otras zonas
coloniales. A partir de 1966 se independizaron 13 colonias y muchas de ellas
se beneficiaron con el boom turístico internacional. En 2007, Bahamas, Trinidad-Tobago, Antigua y
Barbuda, Barbados, Saint Kitts y Nevis, Montserrat (que continua siendo
colonia), y Saint Lucia, mostraban PIB per cápita superiores al de Cuba. Las
cinco primeras superaban en dicho año los US$10.000 per cápita. El boom
turístico tuvo mucho que ver con esta situación.
Las
estadísticas actuales de las cuentas nacionales son crudamente elocuentes. El
promedio del PIB per cápita en 2012, en 35 países de América Latina (CELAC
integra a 33 de ellos) fue de US$ 9,453
a precios Corrientes[28]. Cuba,
con US$6.347, ocupa el lugar 23, en el tercio final. Se halla por debajo de
dicho promedio regional. La Ilustración
2 muestra tales resultados.
Ilustración 2 PIB per cápita a precios corrientes en US$.
América Latina y Caribe. Año 2012.
Cálculos del autor en base a World Bank national accounts data, y OECD National Accounts data files.
|
Clasificación según el PIB PER CÁPITA
A fines de la década de los sesenta del pasado siglo,
el que entonces era jefe del Estado español
proclamó urbi et orbi que la nación acababa de rebasar el nivel
de renta nacional per cápita que por entonces constituía el umbral del desarrollo.
A los pocos días del anuncio la libra esterlina se devaluó respecto al dólar y
en su caída arrastró a numerosas monedas, la peseta entre ellas. España volvió
a su condición de país subdesarrollado.
Se trata de una anécdota apócrifa circulada por algún
crítico del Caudillo, que en paz se escalde. Pero cierta o falsa sugiere como
moraleja las inconsecuencias de los esquemas simplistas. Una nación no supera una categoría
económica al traspasar un nivel convencional de
su PIB por habitante u otro parámetro similar.
Tabla 1
|
||||
PIB PER CÁPITA EN EL ENTORNO DEL AÑO 2006
US$ A PRECIOS CORRIENTES
|
||||
PAÍSES
|
RANGO DEL PIB PER CÁPITA
|
cantidad de Estados
|
% del total
|
|
PAUPÉRRIMOS
|
hasta
|
$ 600
|
24
|
13%
|
POBRES
|
$ 601
|
a $1.500
|
35
|
19%
|
EN DESPEGUE
|
$ 1,501
|
a $10.000
|
70
|
38%
|
RICOS
|
$ 10,001
|
a $40.000
|
33
|
18%
|
OPULENTOS
|
$ 40,001
|
y más
|
20
|
11%
|
TOTAL
|
182
|
100%
|
No obstante las cotas son útiles. Se pueden establecer
límites econométricos que ayuden a ubicar el nivel de desarrollo económico de
un país en base a su PIB per cápita. Son puntos de referencia. La Tabla
1 los muestra según un estudio en tal sentido[29].
Cuba clasifica en el grupo de países En
Despegue, o lo que es lo mismo, país subdesarrollado.
Tomando en cuenta sus limitaciones, no deben de
desdeñarse los indicadores convencionales que como el PIB per cápita permiten
las comparaciones en tiempo en un mismo país, o entre distintos estados.
Continuará
Notas
[1] decreto ley 50 de 1982
[2] Ley No 77 de 1995 y Acuerdo 5290 del Comité Ejecutivo del
Consejo de Ministros.
[3] Pérez Villanueva, Dr. C. Omar
Everleny. Obra citada.
[4] Pérez Villanueva, Dr. C. Omar
Everleny. Obra citada.
[5] Pérez Villanueva, Dr. C. Omar
Everleny. Obra citada.
[6] Pérez Villanueva, Dr. C. Omar
Everleny. Obra citada.
[7] Testimonio personal de personal de Pere J.
Ketelsen, presidente de la mencionada Granja Piscicola.
[8] De haberse valorado según la
cotización del mercado, el monto del rubro azucarero hubiera significado el 50% del total
[9] expresión satírica acuñada por
Curzio Malaparte
[10] Los anuarios oficiales
anteriores a 1959 pronto cesaron su publicación y siguieron algunos años de
apagón estadístico. En 1964 la Dirección Central de Estadísticas de la Junta
Central de Planificación inició la publicación de un Boletín Estadístico que en
1973 se convertiría en el Anuario Estadístico de Cuba (AEC). Su información se
refería principalmente a aspectos físicos. Las expresiones monetarias
escaseaban y seguían la tónica de las
cuentas nacionales utilizadas por los países socialistas de la época que median
los resultados a través del producto social global (Sistema de Balances de la
Economía Nacional –SBEN- o Sistema del
Producto Material- SPM). El último AEC fue el correspondiente a 1989. A partir
de entonces irrumpieron nuevamente las
tinieblas informativas sólo iluminadas por destellos aislados ofrecidos en
discursos y publicaciones académicas. A mediados de 1995 se rompió el silencio
cuando el Banco Nacional de Cuba publicó un informe global sobre la economía en
el cual no abundaban las cifras absolutas y se apelaba mayormente a porcentajes
de crecimiento.
[11] Anuario Estadístico
de Cuba 2008. Edición 2009. ONE . Pág. 119
[12] A principios de 1996 se había
pronosticado un crecimiento del 5% y en los meses sucesivos se apostó por cotas
de hasta un 9,6% y algo menores Los cambios en los estimados se achacaron a
problemas vinculados con el cálculo de la zafra. El propio Fidel había
anunciado un 7% en Chile, durante la Cumbre Iberoamericana celebrada allí en
noviembre de 1966
[13] Mesa Lago, Carmelo. ¿Recuperación
económica en Cuba? Revista Encuentro
1997. Internet
[14] Mesa Lago, Carmelo. ¿Recuperación económica en Cuba?
Obra
citada
[15] Rodríguez, José Luís. Informe
sobre los resultados económicos del año 2007 y Lineamientos del Plan Económico
y social para el 2008. Periódico GRANMA 28 diciembre 2007
[16] Pampillon, Rafael. ¿Cuánto crece
la economía de Cuba? Sept. 22, 2008. Pagina web. Señala este autor: Según
varios expertos en economía cubana, entre los que se encuentra Carmelo
Mesa-Lago, la combinación de la ayuda venezolana junto con los factores
autóctonos de la economía no explican los enormes crecimientos del PIB de los
últimos tres años ¿Por qué hay diferencias entre los valores oficiales y los
reales? ¿Dónde hay que buscar la explicación? Seguramente el fuerte crecimiento
económico oficial hay que atribuirlo a factores metodológicos y cambios
estadísticos en el cálculo del PIB. Así por ejemplo, desde 2003 al PIB cubano
se le agrega el valor de los servicios sociales gratuitos (educación, salud,
etc.), así como el valor de los subsidios a los precios de los bienes
racionados, lo cual genera una sobreestimación del PIB y no lo hace comparable
con el del resto del mundo que utiliza la metodología de las Naciones Unidas
[17] Pérez Villanueva, Omar Everleny.
La Economía de Cuba: un balance necesario y algunas propuestas de Cambio. Nueva
Sociedad 216,4. Pág. 50.
[18] Anuario Estadístico de Cuba de
2008, Edición 2009. Pág. 121
[19] Otro macro indicador de la
familia de la contabilidad nacional es el Producto Nacional Bruto (PNB),
también conocido como Ingreso Nacional Bruto (INB). Equivale al Producto
Interno Bruto (PIB) más las transferencias de rentas netas al o del resto del
mundo. Al deducir del PNB determinados
gastos financieros y similares queda el
Ingreso Disponible destinado al ahorro
(inversión) y al consumo publico y
personal.
[20] Wikipedia: Citado por C. Cobb,
T. Halstead y J. Rowe, The Atlantic Monthly, Octubre 1995
[21] Castiñeiras García, Rita.
Calidad de Vida y Desarrollo Social en Cuba. Revista Cuba Socialista de
noviembre de 2004. Según la autora, las revistas Social Indicators Research, en
1974 y “Sociological Abstracts” en 1979, acuñaron el término y fueron pioneras
en tal sentido. Ello contribuyó a estimular los estudios con tal propósito
[22] Desarrolladas por Conrado Gini
(1884 1965). Ialiano. La distribución equitativa del ingreso se expresa a
través de una Curva de Lorenz y el
Coeficiente de Gini indica la desviación respecto a dicha distribución ideal.
Viene a ser la integral de la
distribución real.
[23] En 2007, según Gini Index by Country,
en Nation Master, la peor distribución correspondía a Namibia con 70,7, seguida de
cerca por otras naciones africanas. Países americanos se movían alrededor del
50. Por debajo de esa cifra resaltaba Italia con 36, España con 32.5, Dinamarca
con 23,2 y Suecia con 23 que mostraba la mejor distribución. Tomado de
Wikipedia.
[24] Tablas del PNUD .
http//www.uis.unesco.org
[25] El estimado lo realiza World
Bank Group (Banco Mundial), organismo especializado de Naciones Unidas. Ofrece
información de 166 de los 186 países miembros. Se trata del año 2008. La cifra
de Cuba es ofrecida en The World Factbook, de CIA y corresponde al año 2009.
[26] El análisis de varianza entre el
IDH y el PIB PPA en 174 países muestra un coeficiente de correlación 0,78 y una
desviación típica de US$7161. Se trata del año 2005 y se aplicó una función
potencial. Cuba, con un IDH 0.8380 (según el World Bank) ocupa el lugar 51 entre todos ellos, lo cual
significa una buena posición. Con ese nivel y según la función de
correlación le correspondería un PIB de
US$16.576 que está muy por encima de los US$6.000 consignados como PIB PPA per
cápita de la isla en esa fecha (estimado de The World Factbook de la CIA). Es
decir, se desvía algo más de 1,5 errores
típicos por encima de lo que seria normal. La correlación demuestra que existe
un limite de posibilidades que viene dado por el PIB per cápita.
[27] Estudio realizado por el autor
empleando como fuentes el índice estadístico de Países pobres, países ricos.
DE L.Zimmerman. Editora Ciencias
Sociales, Habana 1971. Y el per
capita GDP 2007 at current prices - US Dollars. National Accounts Estimates
of Main Aggregates. UN Statistics Division. Http/data.un.org/
[28] Cálculos del autor en base a World Bank
national accounts data, and OECD National Accounts data files.
[29] Ferran Juan M. Los Parámetros
del Desarrollo Económico. Revista Cuba Económica; julio agosto 1991. Pág.
54-70. A través de los consumos de energía,
acero, ácido sulfúrico y fertilizantes; la disponibilidad de tractores,
camiones y ómnibus; la esperanza de vida, la mortalidad infantil, las camas en
hospitales, la tenencia de teléfonos, televisores, automóviles, el gasto de
papel, el número de científicos, de universitarios y de alfabetizados, unidos
al consumo de proteína animal y calorías se pretendió reflejar los aspectos
sociales y culturales del desarrollo. El modelo matemático comprendía 21
funciones de correlación entre el PIB y cada uno de los indicadores
seleccionados. El resultado mostró que Cuba clasificaba como país en Despegue
1989. Una actualización de dichos parámetros muestra los resultados expresados
en la segunda columna de la tabla para el año 2007.