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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 15 de junio de 2016

La demanda solvente se reanima


Las ventas de bienes de alto consumo se dispararon en Cuba después de las reducciones de precios implementadas a partir de abril.



Las ventas de carne de pollo se triplicaron después de la reducción de precios implementada en abril.


Foto: Tomada de cuba.cu

Como primera reacción, las ventas de aquellos productos cuyos precios rebajó el gobierno cubano hace un par de meses crecieron en un 50 por ciento. La información la ofrecieron esta semana funcionarios de ministerios y cadenas comerciales, en un programa televisivo, Mesa Redonda, dedicado al análisis de las medidas aplicadas en las llamadas tiendas recaudadoras de divisas.
Las compras de la población se dispararon después de que las autoridades implementaron tres reducciones sucesivas de precios de alimentos y de otros bienes a partir de abril. Como evidencia inicial, no pocas tiendas han experimentado un desabastecimiento que ha generado tensiones en los sistemas de suministros internos y vacíos en las vitrinas y anaqueles, según denuncias de los consumidores reportadas por la prensa nacional.
La cadena TRD Caribe, que administra unos 2.500 establecimientos en todo el país, incluidos puntos pequeños de barrios, tuvo que introducir medidas de emergencia para hacer frente al incremento comercial. La demanda aumentó en más de un 50 por ciento en relación con las ventas que tenían antes, dijo la Directora Económica de esa firma, Maray Abreu.

La posibilidad de comprar mayor cantidad de productos con un mismo monto de dinero ha animado inicialmente a los consumidores, aunque la población aguarda y pide nuevos avances.

“Durante este período pusimos en práctica acciones rápidas, como la instalación de neveras en los establecimientos, implementación de cámaras frías, entre otras”, explicó.
La primera rebaja se aplicó el 22 de abril. Los precios de un grupo de alimentos, como pollo, picadillo de carne y aceites vegetales, se redujeron en torno a un 20 por ciento. El segundo paquete de medidas se aplicó mediante la corrección del índice de formación de precios: el Ministerio de Finanzas y Precios llevó a una escala entre 1,35 y 1,50 el índice de comercialización, que el gobierno había mantenido en 2,40 desde los orígenes de estas tiendas en los años 90.
Un representante de ese Ministerio insistió, sin embargo, en que esa tasa se había contraído en la práctica por el alza de los precios del mercado externo y de los costos de importación. “Lo que ha ocurrido en realidad es que se han incrementado los costos y esto ha ido contrayendo el índice”, dijo el viceministro Alejandro Gil.
El Director de Ventas del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), Francisco Silva Herrera, detalló que el incremento había sido más notorio en algunos productos: la venta de carne de pollo se ha triplicado, mientras la de aceite se ha duplicado, informó. También creció en más de un 50 por ciento la venta del chícharo (guisantes) y un 37 por ciento la de arroz, otro producto clásico en la dieta cubana. La leche en polvo, un producto de alta demanda también, ascendió un 22 por ciento.

El viceministro de Finanzas y Precios Alejandro Gil defendió la gradualidad de las medidas destinadas a fortalecer la capacidad de compra del peso cubano.

Para absorber el ascenso de la demanda solvente, se sumaron 220 establecimientos al comercio minorista de carne de pollo. En otras unidades se establecieron dobles turnos de trabajo para el procesamiento y distribución de ese producto, además de horarios extendidos en almacenes y tiendas. Igualmente se ampliaron las áreas de venta destinadas a productos de aseo y otros bienes también beneficiados con rebajas.
Otra cadena con importantes ventas, Cimex, también adoptó medidas de emergencia. La Vicepresidenta Económico Financiera de ese grupo empresarial, Leticia Morales González, dijo que aceleraron el programa de inversiones de las capacidades de frío, neveras, cámaras de congelación, frizzer, tanto en las tiendas como en las unidades ubicadas en instancias intermedias para acercar el reaprovisionamiento a los puntos de ventas.
Aunque la población inicialmente recibió con alborozo las rebajas y se lanzó a comprar sobre todo alimentos de alta demanda, los sondeos y reportajes de la prensa cubana indican que todavía no hay satisfacción porque los precios continúan muy por encima del ingreso medio.
El propósito esencial de estas rebajas, aplicadas de manera paralela a ajustes de precios en otros mercados, es mejorar la capacidad de compra del peso cubano, dijo el viceministro Gil. Pero defendió el carácter gradual con que era necesario aplicarlas. “No pueden darse grandes saltos”, dijo. Alertó que una disminución de precios genera un alza de la demanda que pone en peligro la sostenibilidad de la oferta.
Las primeras reacciones del consumo le dan la razón.(2016)

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