En la actualidad se hace un gran énfasis en el desarrollo de la economía
teniendo como centro los municipios. Por supuesto que no es posible en cada uno
de ellos desarrollar todo lo necesario para la marcha adecuada de esta, es
necesario que exista una interacción y cooperación entre todos, que será lo que
nos dé una armónica marcha hacia una economía estable.
En especial, en términos agrícolas, no es posible el desarrollo de todos
los cultivos o crías animales por igual. Los suelos, el clima, la hidrografía,
calidad del agua, orografía, experiencia histórica de los productores, son
condiciones que hay que atender y que deben determinar el desarrollo eficiente
de la economía en cada lugar.
A la vez, para desarrollar los municipios, además de cuadros inteligentes,
preparados, honrados y fieles a Cuba y la Revolución, se necesita de un
pensamiento estratégico que haga posible el desarrollo de esta instancia de
dirección y gobierno.
Hoy con la revolución agraria, que bajo el pensamiento de Fidel y Raúl se
ha desarrollado en Cuba, se han hecho cambios impensables en el campo cubano,
pero no se ha llegado al nivel de abastecimiento de productos agrícolas y
pecuarios que necesita nuestro pueblo, no se ha llegado a producir para
sustituir importaciones en la medida que lo necesitamos, ni se han logrado las
exportaciones que potencialmente tiene el sector.
La agricultura
tiene 783.000 trabajadores que es el 17.5% de la fuerza de trabajo del país, el
71% de sus tierras producen en forma privada y cooperativa.
En la actualidad
el 78,7 por ciento de la producción nacional de alimentos de origen vegetal se
logra con la participación de las cooperativas agropecuarias y los productores
privados, así como el 35 por ciento de la producción de alimentos de origen
animal y el 65,2 por ciento de la producción de leche, a pesar de la desatención que ancestralmente ha
padecido el sector. Es entonces necesario actuar para que
sea en este sector donde se concentre el apoyo, las inversiones e insumos, y
propiciar la autonomía necesaria en la gestión económico-productiva. El mero
entusiasmo y las arengas no son suficientes; hay que tener presente los
intereses de estos productores.
Para
poder avanzar al acelerado ritmo necesario, una de las primeras cosas que se
debe lograr es eliminar la perjudicial subordinación de las cooperativas
agropecuarias a las empresas, es ilógico, inconcebible, que organizaciones que
son productivas y económicamente eficientes, se subordinen a algo que no
funciona y que es ineficiente. Salvo las excepciones de empresas como La Cuba, El Sur del Jibaro y
Ceballos, que han logrado una buena eficiencia económica y
eficientes niveles de colaboración con el sector privado en sus territorios.
Entonces sería muy constructivo que se analizara el desempeño de estas empresas
y llevar sus experiencias administrativas y comerciales hacia otras instancias
similares.
Las empresas de la agricultura han quedado como prestadoras de servicios,
para lo cual no fueron diseñadas, además son también en su mayoría parte de las
OSDE. Sin duda alguna es urgente acabar de solucionar el
problema de las empresas estatales y su subordinación al estado o a las OSDE,
pues ambas son entidades que limitan igualmente la necesaria independencia
empresarial y no solo de las empresas agropecuarias, esto es aplicable a todas
las empresas.
En relación con el funcionamiento de las cooperativas
y en el ámbito agrícola municipal, las empresas son las rectoras del
combustible y los recursos en general y lo poco que le dan
a las cooperativas a cambio de sus producciones con destino a la exportación,
la sustitución de importaciones o la venta directa al turismo, va a parar a la
cuenta de la empresa y esta es la que decide si pueden usar parte de ese dinero
en bien de su desarrollo.
Hoy una buena parte de las UBPC, CCS y las CPA, están
estancadas y corren el riesgo de, en los próximos años, desaparecer como
organización, no tienen fuerza de trabajo estable, ni pueden reponer la que se va perdiendo por diversas
razones, no tienen incentivos que sean
interesantes a los que vienen buscando trabajo, algunas no tienen con qué
enfrentar sus obligaciones financieras, el autoconsumo es pobre, están
empeñadas y deberán comenzar a pagar impuestos por tierras ociosas, las cuales
no tienen fuerza para limpiarlas, ni dinero para pagar los gastos que demanda
esa actividad.
A esos problemas internos, hay que sumarle una cantidad de cuadros no
despreciable que hacen fuerza para disolverlas y entregar esas tierras en
usufructo, lo que niega el pensamiento estratégico de Fidel, que vio con tiempo
que el desarrollo en el campo está en la aplicación de la ciencia y la técnica
y eso no se puede hacer en minifundios.
En Cuba se seguirán envejeciendo los campesinos y solo
la mecanización, el riego mecanizado o automatizado, la ciencia y la técnica
bien aplicada, harán posible que con menos fuerza de trabajo se aumente la
producción y la productividad y eso en pequeños pedazos será muy difícil.
El país tiene casi 5.000 cooperativas agrícolas y pecuarias primarias que
prácticamente no tienen posibilidades de desarrollo en las condiciones
actuales, ya que están subordinadas a la empresa estatal a pesar de la Ley de Cooperativas recientemente promulgada, que establece que “las cooperativas se vinculan a empresas estatales agropecuarias y azucareras a través de contratos con el fin de desarrollar su línea fundamental
de producción, conciliar y acordar su programa de desarrollo, su plan de
producción anual, los volúmenes, surtidos y destinos de las producciones para
el encargo estatal, u otros fines diferentes que tributen al plan de la
economía con las que mantienen relaciones contractuales y reciben servicios que
les permiten dar cumplimiento a sus planes y programas” (Artículo 25.1 –
Decreto-Ley 365), por otra parte
a las cooperativas agropecuarias no se les autorizan cuentas en divisas o CUC,
sino que el cobro de esta forma de venta está en manos de la empresa, a pesar que se establece que “las cooperativas agropecuarias, para el cumplimiento de las actividades
económicas autorizadas en su objeto social, solicitan la apertura y operan
cuentas bancarias para realizar sus operaciones de cobros y pagos” (Artículo 37.1 –
Decreto-Ley 365)
Esto sigue comprometiendo la
autonomía de las cooperativas, pero más el desarrollo hacia formas superiores
de cooperativas, que se ha logrado en el mundo, entre otras acciones, con el
desarrollo de las Cooperativas de Segundo Grado.
El establecimiento de las Cooperativas de Segundo
Grado, es un acuerdo incumplido del VI Congreso del Partido (Lineamiento No. 29
en el título LAS COOPERATIVAS)
Las cooperativas y campesinos vendieron en el año 2017 directamente al
turismo 191 millones de pesos; en estas operaciones se les reconoce una tasa de
cambio de 10 CUP por un CUC, al cambio de estos a dólares USA, esos serían unos
21 millones de US$ que este sector vendió al turismo de buenos productos, en
tiempo y en silencio.
Tampoco las
cooperativas agropecuarias pueden participar directamente en la inversión
extranjera, solo a través de la empresa estatal, si la ley dice que no hay
subordinación, ¿cómo se entiende que esto siga permitiéndose?
¿Qué perspectiva de desarrollo
tienen estas cooperativas?
¿Hay estímulo
para exportar de esta forma, como está pidiendo el Presidente Díaz-Canel?
Se podía hacer alguna experiencia piloto, constituyendo algunas
cooperativas de Segundo Grado. Esto comenzó a germinar en Artemisa hace unos
dos años, se escogieron 3 CCS subordinadas a la empresa Güira de Melena y San Antonio
de los Baños. Se comenzaron a hacer los primeros trámites, pero luego de unos
meses, se suspendió todo ¿por qué?
Las cooperativas
en Cuba se hicieron respetando siempre el principio de voluntariedad de los
campesinos, sobre la base del trabajo político, de convencimiento, donde la ANAP
jugó un destacado papel. Cada campesino cobró todo lo que aportó a la
cooperativa y hoy es propiedad social del grupo que la integra, sin embargo no
se ha hecho ni una experiencia a nivel municipal constituyendo algunas
cooperativas de Segundo Grado.
A finales de la década del 70 y principio de los 80,
en Cuba se hicieron 11 uniones municipales de cooperativas llamadas UNCA, las
que, a pesar de su vida tan efímera, tuvieron resultados muy buenos.
Está demostrado que las cooperativas constituyen una forma de propiedad
legitima en el periodo de tránsito socialista. No solo legítima, sino apropiada
y necesaria en el proceso de desarrollo y emancipación de las fuerzas productivas
Estableciendo
las cooperativas de Segundo Grado, se cumpliría un acuerdo del VI Congreso del
Partido y de los Lineamientos, y el movimiento cooperativo tendría la
posibilidad de demostrar todo su potencial, como una forma de producción acorde
con nuestro socialismo y que no se sigan deteriorando. La creación de las
cooperativas de Segundo Grado sin dudas tendría una repercusión internacional,
sobre todo en el ámbito agrícola y de los movimientos cooperativos del
continente y del mundo.
Otro aspecto a
considerar es la posibilidad de aprobar un instrumento legal que autorice la
creación de PYMES en la actividad agroalimentaria, que puedan incorporarse a
las cooperativas grupos ya establecidos, si lo desean, y ser parte de las
cooperativas agropecuarias, o que estas funcionen como PYMES.
Las cooperativas de
producción agropecuaria y de créditos y servicios serian autónomas en su
funcionamiento interno y en su economía. Sus relaciones con las empresas y
autoridades estatales, del Ministerio de la Agricultura y otros deberán ser de
cooperación y en ningún caso de subordinación.
Podrán establecer
operaciones de negocios, de inversiones y comerciales con las empresas
estatales así como con empresas extranjeras. Podrán negociar créditos bancarios
con la banca nacional para inversiones en equipos y tecnología, entregando
garantías con sus activos y recursos propios. Podrán exportar e importar
directamente asumiendo el pago con sus recursos propios.
Las cooperativas agropecuarias son la fuerza más revolucionaria
y organizada que existe en Cuba, formadas a partir del pensamiento y guía de
nuestro Comandante en Jefe, funcionan bien en su mayoría, son rentables,
productivas y cooperan en todo lo que se les pide en bien de la sociedad,
entonces no hay por qué temerle a que actúen con independencia para la
exportación o importación. Además de contar con los recursos propios, también
deben tener acceso a financiamiento, que deben gestionar por sí mismas, ya sea
internamente o de entidades extranjeras.
También es el
momento, que no se debe dejar pasar, de superar temores infundados sobre el Sector
Privado Cubano, resida donde resida, en que se convierta en un ¨Caballo de Troya¨
que conspire contra el carácter socialista de la economía y de la preeminencia
de la empresa estatal en el desarrollo económico.
Es también imprescindible
que se fortalezca la Empresa Estatal Socialista, de manera que sea un
instrumento económicamente fuerte para sostener la Economía Socialista, tal y
como la Capitalista es sostenida por las grandes corporaciones y grupos
financieros.
No se entiende bien
cómo se estimula la inversión extranjera y se le teme al establecimiento de PYMES
con capital de ciudadanos cubanos, con independencia de donde residan.
El carácter
socialista de la economía lo garantizan la Constitución Socialista, el gobierno
cubano y la inversión de la economía planificada cubana en las empresas del
estado. Y mucho más por la conciencia
revolucionaria de nuestro pueblo y la unidad que no ha podido ser quebrada por los
más de 60 años de hostilidad de los gobiernos de los EE.UU.
Si estas ideas
se desarrollan hay que prepararse para enfrentar un incremento de los intereses
inversionistas, lo que no sucede hoy porque las cooperativas tienen que actuar a
través de la empresa estatal y de esa forma, ni está permitido por las leyes en
el caso de inversionistas estadounidenses, ni hay interés por parte de otros.
Las leyes
estadounidenses aceptan ventas a las cooperativas y campesinos y al mismo
tiempo aceptan productos cubanos para exportar a ese país y a la vez pueden ofrecer
financiamiento ¿por qué no comenzar a romper el bloqueo por esta vía? Hoy no es
posible la relación comercial porque las cooperativas tienen que hacerlo a
través de la empresa estatal.
Estamos en tiempo
de guerra, nuestra posición en este momento es más comprometida que cuando Fidel
y sus compañeros, con aquellos 7 fusiles, se dispusieron a enfrentar a un
ejército de miles de hombres bien armados; y
ganaron la guerra ¿por qué? por la fuerza de las ideas, por lo tanto, es el
momento de tomar decisiones riesgosas, heroicas, en la seguridad que la
entereza y disposición de nuestro pueblo, el respaldo de millones a nuestra Revolución,
bajo la guía de Nuestro Partido, serán suficientemente fuertes para no permitir
que nadie se apodere de Cuba. Si algo resulta mal, ya tendremos la inteligencia
para enmendarlo y hacerlo con toda la moral que nos caracteriza. Hay que pensar
con mucha velocidad, hay que tomar decisiones rápidas, no desdeñando el famoso
pensamiento de Napoleón: “vístanme, despacio que estoy deprisa”, ni el “sin
prisa, pero sin pausa” de Raúl. Claro que el “despacio” o el “sin prisa” no se
tomen como que no estamos necesitados de tomar decisiones bien analizadas y
urgentes.
Es impostergable
abrir la agricultura todo lo que sea aconsejable a la inversión extranjera,
pienso que muchos inversores pudieran estar interesados en producir en Cuba
muchos productos, incluyendo carne vacuna, pollos, huevos y varios productos
agrícolas para el consumo interno y para la exportación. No creo que sea un
secreto que existen muchos criterios por parte de los inversores extranjeros
con respecto a limitaciones que impone nuestra ley, tampoco debe serlo que
existe lentitud para la aprobación de las propuestas, todo eso debe ser
revisado.
Pienso también que
es hora que acabemos de eliminar la prohibición de acoger a los cubanos como
inversionistas, ya sean residentes en el exterior o en nuestro territorio
nacional. La ley permite que estos inviertan, pero sabemos muy bien que los
decisores no permiten que se produzca esa acción. Hay miles de cubanos
dispuestos a invertir en Cuba y la mayoría quieren hacerlo por amor a nuestro
país, muchos de esos no son millonarios, ni eran latifundistas o acaudalados
personajes en la Cuba de ayer, son personas que no tienen ningún sentimiento
contrarrevolucionario, solo les interesa ver progresar a Cuba.
Leí un mensaje en
las redes que me dejó impactado, decía: “tenemos miedo al enriquecimiento y no
le tenemos miedo a la pobreza”. Creo que vale la pena analizar esta frase que
bien vista tiene nivel filosófico. No queremos que los cubanos nos
enriquezcamos, pero sin embargo admitimos en nuestras leyes que existan en Cuba
empresas y empresarios extranjeros con participación en empresas mixtas e
inclusive con 100% capital externo. Entonces esos sí pueden hacerse ricos, pero
los cubanos no. Estimo que sería consecuente que para los que acumulen un gran
capital se les imponga un régimen impositivo especial, pues igual que logramos
concientizar a la población en relación con la necesidad de la solidaridad
humana, se puede llevar a la conciencia de los inversores que mientras más
acumulen, más obligación deben tener hacia la sociedad. Pienso que en casos
extremos se les puede responsabilizar con el financiamiento de escuelas,
hospitales y otras instituciones. Si hemos sido capaces de concientizar a miles
de trabajadores de la salud, cómo no vamos a ser capaces de llevarlo a la mente
de unos pocos que se sientan comprometidos con Cuba.
Respecto a la
producción de productos alimenticios agrícolas y el incremento necesario para
cubrir las necesidades de nuestra población y lograr el incremento productivo
para la exportación, no solamente con la disponibilidad de combustibles,
fertilizantes, pesticidas y otros insumos se resuelve elevar la productividad,
que es más importante que incrementar las áreas de cultivo. Algo que ha faltado
en nuestros campos es “dar el golpe a tiempo”, si se dispone de cierta cantidad
de recursos es imprescindible que estén en manos del agricultor en el momento
preciso, el retraso en la disponibilidad de estos resulta en graves
inconvenientes que limitan enormemente los rendimientos. Con promesas de que
“va a haber” no se hace una buena agricultura, sobre este tema se pueden
escribir miles de historias de nuestros campos. Con menos recursos, mejor
utilizados y en el momento preciso, pudiéramos incrementar sensiblemente la
producción.
La producción de
carne de cerdo es sin dudas la más apropiada para este momento en nuestras
condiciones. Esta no se debe basar solamente en la alimentación a través de
alimentos concentrados. Durante años el Instituto de Investigaciones Porcinas
desarrolló trabajos que llevaron a una creciente producción de esta carne por
medio de alimentos alternativos. Se desarrolló mucho la alimentación por medio
de desechos de la alimentación humana, tanto en las casas y centros de
confección de alimentos para gran número de consumidores, como de los centros
de la cadena de comercialización (agromercados). Se estableció un sistema de
recogida de salcocho en los grandes centros de procesamiento y consumo, eso
funcionó bastante bien y el período especial y sus secuelas, lo hicieron
desaparecer. Si se retomara esta modalidad, de acuerdo con los recursos
disponibles hoy, sería posible incrementar esta producción. A la vez, es
importante que grandes cantidades de masa verde, que se desperdicia muchas
veces en los campos, pueda ponerse en función de la alimentación animal. Es
posible que esto último no pueda ejecutarse para abastecer grandes centros de
cría de cerdos, pero pudiera seguramente ser empleado por productores en menor
escala y ayudaría a la oferta a la población, así como mejorar los precios que
han ido subiendo como la espuma en las últimas semanas.
La producción de
carne de aves y huevos es un capítulo aparte, para estos no me parece que haya
otro camino que no sea el de disponer de alimentos concentrados, de calidad y
con los contenidos de carbohidratos, vitaminas y proteínas requeridos para las
distintas etapas de crecimiento de cada especie y objetivo de producción. Se
puede ayudar al incremento de estas, por ejemplo, mediante la venta a la
población de los “pollitos de un día”, tal y como se hizo en la década de los
90, dar capacitación por los medios de difusión y lograr que en cada lugar que
se tenga posibilidad real, condiciones, se desarrolle la crianza. Claro que eso
hay que combinarlo con la importante tarea de la higiene urbana, pero, creo que
SÍ SE PUEDE.
Sobre la producción
de carne vacuna y otras especies similares, que son en general de una baja tasa
de reproducción, hay que aceptar que se ha llevado una política equivocada, no
creo que sea necesario argumentar esto, porque es un hecho. Desde el triunfo de
la revolución la masa de ganado mayor ha venido decreciendo a pesar de grandes
esfuerzos que se han realizado por varios centros de investigación, muchos
profesionales han expresado su desacuerdo con el sistema de manejo establecido,
pero este no se ha variado en nada. Me limito solamente a hacer mención de un
hecho inobjetable, es un asunto complejo que no se puede exponer en unas pocas
cuartillas, existen muchos profesionales en activo y jubilados, que pueden dar
elementos al respecto, sería oportuno instarlos a exponer sus experiencias y
hacer sus propuestas.
Es sin dudas
importante desarrollar al máximo las ideas de nuestro Comandante en Jefe sobre
la utilización de plantas proteicas para la alimentación animal. Hay resultados
de investigación que permiten establecer un programa basado en estas ideas.
Si existe un grupo
de profesionales que se reúnen con frecuencia para discutir problemas de
diversa índole nacional e internacional, como es el Grupo de la Revista Temas,
estimo que de igual forma debiera constituirse un grupo para discutir con
amplitud los temas que afectan el desarrollo agrícola cubano, no existe nada
que nos dé visión de análisis retrospectivo de los problemas, ni de búsqueda de
ideas para superarlos, algo tan necesario y que no acabamos de solucionar.
Crear un foro de
debate libre para proponer soluciones a los problemas de la agricultura cubana,
sería de gran ayuda, quizás la ACTAF como organización de trabajadores de la
agricultura tenga posibilidades y fuerza para convocar este tipo de debate,
estimo que sería muy constructivo.
La Actualización, la más reciente reforma, concebida
hace 10 años con el propósito explícito de desatar las fuerzas productivas,
está a punto de pasar a la historia, más por las pausas que por las prisas.
Varios temas esenciales han resultado pospuestos una y otra vez por razones
diversas.
La principal
fortaleza con que cuenta el país para afrontar la nueva situación radica
justamente en el trayecto ya recorrido por la Actualización. Disponemos de un
documento aprobado en el último Congreso del Partido y refrendado en la Carta Magna
por una amplia mayoría de la población, no se requieren nuevos consensos, ahora
hay un mandato que cumplir. Hay otras necesidades, pero medidas como la
reunificación monetario-cambiaria, la reforma de la empresa estatal, y la
institucionalización del sector privado y cooperativo, sobre todo el agrícola,
con su larga experiencia y hoja de servicios a la Revolución, constituyen esencias
de la actualización que se encuentran en pausa.
Ejecutar el
reordenamiento monetario enfrenta el enorme desafío de gestionar exitosamente
los ajustes que habrán de producirse, habrá empresas que verán afectadas sus
actividades por incosteables, se presentarán desequilibrios macroeconómicos a
solventar por el estado, los déficits de oferta a la población durante el
proceso de puesta en marcha de las cadenas productivas, y el impacto negativo
sobre amplios sectores de la población que requerirán ser protegidos, se hallan
entre las principales razones para enfrentar este proceso. Pero esto hasta
cierto punto está ocurriendo sin reunificación, por lo tanto, este es un
momento inigualable para comenzar con un nuevo orden monetario, empresarial y
cooperativo.
Como un nuevo orden
monetario en las condiciones actuales debe crear una afectación a los niveles
de vida de nuestra población, en especial a la de menores ingresos, es
imprescindible desarrollar un programa de protección a este sector. Para ello
existe una buena base a partir del Registro de Consumidores que recoge datos
fundamentales de cada ciudadano cubano. En la actualidad se ha comenzado a
realizar distribuciones limitadas de alimentos y productos de higiene a toda la
población y en ocasiones dirigidos a grupos etarios de mayor riesgo a la COVID-19.
Sin embargo esta forma igualitaria de distribución, nacida hace casi 60 años,
hay que irla modificando acorde con conceptos más adecuados a la situación
actual de nuestra economía y al desarrollo de nuestra sociedad socialista. La
actuación humanitaria de nuestro Estado ha ocasionado que un número de
ciudadanos hayan vivido protegidos por este y nunca en su vida han aportado, ni
se han interesado por aportar nada a esta sociedad. Tenemos que tener en
consideración que tantos años transcurridos, deben haber creado un número
significativo de ciudadanos que en realidad son elementos degradados,
desclasados y no organizados del proletariado, así como aquella parte de la
población que para su subsistencia desarrolla actividades al margen de la
legalidad o en la marginación social (delincuencia, prostitución y otros
elementos de este tipo), que viven del esfuerzo de la mayoría de la sociedad y
deben ser excluidos de cualquier tipo de protección social. Esto daría la
posibilidad de distribuir más recursos a los que realmente lo necesitan y
proteger a los que lo merecen.
La libreta de
abastecimiento ha sido y es, un factor importante para gran parte de nuestra
población, sin embargo se debe considerar la forma más idónea para modificarla.
Se ha considerado en determinados foros de opinión hacer subsidio a las
personas necesitadas en vez de los productos, así pudieran ser protegidos los
más débiles y evitar que aquellos que no ameritan esa condición continúen
beneficiándose por el actuar humanitario del estado. Es hora de aplicar
acciones que impidan conductas inapropiadas.
"LA
EDIFICACIÓN DE LA NUEVA SOCIEDAD EN EL ORDEN ECONÓMICO ES TAMBIÉN UN TRAYECTO
HACIA LO IGNOTO". RCR
HACIA ALLÁ DEBEMOS ENCAMINARNOS, EN LA SEGURIDAD QUE SIEMPRE, UNIDOS,
VENCEREMOS, Y QUE LA FUERZA DEL PUEBLO CUBANO MOSTRARÁ AL MUNDO CUANTO PUEDE
HACER UN PUEBLO EN REVOLUCIÓN.
“… LIBERAR DEFINITIVAMENTE LAS
FUERZAS PRODUCTIVAS EN EL PAÍS, Y QUE ESA LIBERACIÓN DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS
TENGA UN IMPACTO EN EL DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL DE LA NACIÓN” MD-C
Este texto ha sido
elaborado por José Pablo Guerra Melcón, jubilado del MINAG, tomando como base
lo expresado por varios compañeros ligados al quehacer de nuestra economía.
1. Juan José León Vega
2. Joaquín Benavides
3. Pedro Monreal González
4. Juan Triana CórdovÍ
5. Oscar Fernández Estrada
6. Armando Nova González