En el año del aniversario 500 de su fundación, la capital cubana será un destino turístico renovado, expresó el ministro del sector, Manuel Marrero, en entrevista exclusiva a nuestro semanario Opciones
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La Habana, con sus pobladores y visitantes, celebrará el aniversario 500 de la fundación de la ciudad en noviembre de 2019 Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 03/11/2018 | 11:25 pm
La Habana, con sus pobladores y visitantes, celebrará el aniversario 500 de la fundación de la ciudad en noviembre de 2019 y alguien ausente hasta podría morir «de amor y de ganas de andar sus calles, sus barrios y sus lugares».
Mientras, los presentes, como verdaderos amantes en el día a día, se empeñan en llegar a las esencias de esta hermosa urbe para reavivar su imagen, que ahora parece como extraviada entre el ajetreo y las carencias.
Así, todos unidos andan en busca del esplendor habanero, un empeño que cuenta con el aporte del sector del turismo, efectivo acompañante de los festejos de las villas fundacionales cubanas, símbolos del patrimonio de la nación. Precisamente sobre esa contribución conversó Manuel Marrero Cruz, ministro de Turismo, en entrevista exclusiva concedida a Opciones, semanario económico y financiero de nuestra Editora Juventud Rebelde.
—En cuanto a la calidad en la industria turística, ¿existen metas o desafíos que pueden ubicar a la capital en la avanzada de los servicios?
—La calidad es la principal prioridad. Cuba dispone de una cantidad de atributos que la diferencia de la competencia, como el hecho de tener varios sitios declarados por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, a veces no sabemos valorarlos, pero entre los europeos y en gran parte del mundo, sí; ciertamente es un atractivo importante. Tenemos más de 250 edificaciones que son Monumento Nacional, muchas son instalaciones turísticas y también hay gran cantidad de parques nacionales.
«Esto constituye un gran atributo, porque no se puede construir una montaña, no se puede construir una playa preciosa, no se pueden construir parques nacionales. Hay que seguir trabajando en estos aspectos que dependen de las personas, y por eso es una prioridad para la preparación de la gente, y la exigencia.
«El atributo que nos da la seguridad ciudadana es algo que se debe tener muy en cuenta en este mundo loco, en este planeta de guerras y de terrorismo. Un país donde no hay crimen organizado, y no hay secuestros, ni carteles de la droga, tributa de una manera importante a la diferenciación y a la calidad del producto.
«En eso desempeña un papel importante la capital, al recibir a más del 50 por ciento del turismo aquí: más de dos millones y medio de entradas por el aeropuerto de La Habana, que se transportan en la ciudad, y una cantidad importante que pernoctan en sus hoteles. Eso es más que suficiente para que se establezca como premisa fundamental la elevación de la calidad.
«En Cuba hay 40 por ciento de repitencia de visitantes internacionales, y en La Habana oscila entre el 20 y el 21 por ciento, no tanta como en los destinos vacacionales, donde se hace más estancia. Pero 21 por ciento de clientes repitentes en la capital es un indicador importante. Sin embargo, la calidad del servicio de la hotelería en La Habana supera casi el 86 por ciento, es más alto que en el resto del país.
«Este indicador sufrirá un cambio favorable en la medida en que se continúen inaugurando hoteles cinco estrellas de altas prestaciones de nivel internacional. Cada vez que haya uno como el Packard, y como el que se abrirá en Prado y Malecón, va a ser como un bombazo de calidad que confiere gran prestancia a la capital.
«Hay que seguir trabajando en otros temas como el producto turístico integral de La Habana. Todavía la gente pide un poquito más, pide más opciones extrahoteleras y más vida nocturna. Hay que seguir trabajando para que haya más satisfacción en materia de calidad-precio.
«A veces hay diversidad de esas ofertas en materia de calidad: una tienda turística normalmente ofrece buen trato, pero no un puntico que tiene baja prestancia; hay cafeterías del primer mundo, pero también encuentras otras que no tienen calidad. Esos son temas en los que hay que seguir trabajando y continuar incrementando la información a los clientes. Asimismo, es necesario comunicar más sobre la programación cultural y artística de la ciudad para que la gente pueda disfrutar de las diferentes manifestaciones de las artes.
«Comparto el criterio de que el hotel no es el escenario ideal para llevar todas las manifestaciones culturales, y en la capital lo que más interesa es que el cliente visite los museos, teatros, cabarés y otras instalaciones; por tanto, ratifico la prioridad que le da el turismo a la elevación de la calidad del producto cultural, hay intencionalidad en lograr que La Habana marque una diferencia».
—¿En qué momento de su crecimiento ubica al sector y cómo ve el futuro a partir de los renovados procesos inversionistas que se desarrollan actualmente?
—Esto es algo importante; existen casi 70 mil habitaciones en hoteles con estándares internacionales. En estas no se incluyen las instalaciones que administran las empresas de alojamiento de los gobiernos, ni las que pertenecen a organismos, dedicadas a la estimulación de sus trabajadores. Tampoco se reflejan las 23 000 habitaciones del sector no estatal para el turismo.
«Es diversa y amplia la planta hotelera. En la capital prestan servicio 11 hoteles cinco estrellas, y al finalizar 2023 deben estar abiertos unos diez más con esa categoría; esto sintetiza la prioridad que se le está dando a La Habana.
«De la manera en que se está implementando el plan de desarrollo del turismo de cara a 2030, serían unas 100 000 habitaciones más para esa fecha y en todo esto el peso mayor se ejecuta con limitados recursos propios, pero también se prioriza la inversión extranjera en el país.
«Ya suman unas 5 000 habitaciones de capital mixto; están constituidas 27 empresas mixtas con entidades extranjeras, varias de ellas se están preparando y van a iniciar las inversiones: en Trinidad habrá dos nuevos hoteles mixtos grandes y en La Habana también algunos. Son 21 las gerencias foráneas administrando instalaciones en Cuba con más de 45 000 habitaciones, lo que indica que el 64 por ciento de esas están bajo la modalidad de contratos de administración y comercialización.
«Este proceso evidentemente permite la renovación constante, la ampliación de la oferta turística del país y también seguir avanzando en materia de comercialización como uno de los destinos importantes del Caribe, y eso es lo que está ocurriendo a pesar de las limitaciones señaladas».
—¿Qué estrategias sigue este Ministerio para impulsar el turismo de eventos?
—Al iniciarse el turismo en Cuba echó a andar con un plan para el segmento vacacional y con muchos hoteles de playa, hasta que se tuvo en cuenta el potencial del país en materia cultural, de historia, de patrimonio y hasta lo que ofrece el propio cubano con su hospitalidad. También se valoró la capacidad de convocatoria para que muchas personas del mundo vinieran precisamente a realizar eventos, pero ha llevado años impulsar esta actividad.
«Sin dudas La Habana es la capital de los eventos en la nación, por lo que significa, por los valores únicos que atesora La Habana Vieja, la ciudad un poco más moderna, el Malecón… todo el componente cultural que se concentra en ella y la convierte en un destino ideal para el turismo de reuniones, eventos e incentivos.
«Pero también Varadero va tomando cada vez más fuerza en esta modalidad, y hasta en los cayos los nuevos hoteles que se construyen son dotados con salones y facilidades para la realización de eventos, en medio de un cayo y del turismo vacacional.
«Tanta es la prioridad y la importancia que le hemos dado, que precisamente en el marco del aniversario 500 de La Habana, el Comité Organizador de la Feria Internacional de Turismo anunció que para 2019 esa cita se realizará en La Habana, en el complejo histórico-militar Morro-Cabaña, uno de los sitios con mayor atracción patrimonial y cultural, y va a ser dedicada al turismo de eventos.
«Por eso habrá conferencias y vendrán personalidades y organizaciones importantes especializadas en esta materia. También se dedicará a España como país invitado, porque es el principal socio del turismo nuestro, con más inversiones y que tiene más hoteles en administración, además de su estrecha relación con el acontecimiento que cumple su aniversario 500; es una combinación perfecta que permitirá dar un gran impulso a La Habana en su medio milenio».
—La mayoría de los hoteles están ubicados en la línea de playa y el turismo de sol y playa es un gancho en el mundo. Entonces, ¿cómo se inserta el sector en la Tarea Vida?
—Tiene una participación total y desde un principio, desde su concepción, ha estado inmerso en la Tarea Vida, por su dinámica de desarrollo, porque la mayoría de las instalaciones están ubicadas en zonas que se consideran vulnerables y el mismo desarrollo turístico, en su mayoría, está concebido cerca de los litorales.
«Más del 50 por ciento de la zona que la Tarea Vida ha clasificado con vulnerabilidad para los años 2050 y 2100 tiene ubicadas instalaciones turísticas, de una manera u otra, y se trabaja intensamente para que al realizar los proyectos inversionistas tengan esto en cuenta: se acomete una labor importantísima, con el fin de garantizar que las nuevas instalaciones turísticas se construyan alejadas de la línea de costa y de las dunas de playa.
«Al concebir los hoteles se vela porque las partes más altas siempre estén separadas de las playas y solo se acerquen a la costa las más bajas; además de velar por la protección del medio ambiente se ha aprendido a construir respetando la vegetación, y muchos de los proyectos se han subordinado al entorno natural, y hasta se aprovechan grandes árboles como parte del diseño arquitectónico.
«Es una práctica solo visible en los países desarrollados, pero en nuestro país, desde hace algunos años, se realizan demoliciones de instalaciones turísticas y decenas de casas en los litorales costeros. En Varadero, por ejemplo, se eliminaron cuatro hoteles, de estos el más significativo fue el Internacional, un hotel pequeño que estaba encima de la arena y que evidentemente violaba todo lo establecido. Para sustituirlo se construyó un hotel grande, moderno, con el mismo nombre y todos los valores patrimoniales, pero retirado de la playa.
«Se elaboró, y está publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, la Estrategia ambiental del Mintur. A su vez se trabaja en la sostenibilidad del turismo, asociado a la recogida de los desechos sólidos y su destino final, y buscar un ambiente amigable con la naturaleza, incluidas las energías renovables, pues este sector es uno de los que más aporta, ya que todos los establecimientos tienen calentadores solares, acciones que respetan el entorno.
«Una de las modalidades del turismo que más se ha desarrollado en los últimos tiempos es, precisamente, el de naturaleza, algo que era muy incipiente. Un ejemplo es el recién inaugurado hotel en el Segundo Frente Oriental, en un valle entre dos grandes montañas, con una arquitectura totalmente adaptada al entorno, con cabañas de madera, grandes piscinas, pero también con ríos artificiales, caballerizas, casas de campesinos, propuestas de agroturismo, y siembras para que los turistas participen en la recogida real de productos y en excursiones.
«Es algo que está dirigido a esa modalidad de turismo. Ya se empezará la segunda etapa, que incluirá también un canopy, una pradera con animales salvajes, con los cuales se podrá interactuar. Esto demuestra que se está apostando por el turismo de naturaleza».
—¿Existe algún programa específico para los hoteles patrimoniales?
—Todos los hoteles tienen un plan de mejoras, unos con mayor inversión que otros, todos con un plan de mantenimiento que incluye también la conservación. En el caso específico de los patrimoniales es mucho más complejo; incluso a veces es más fácil construir un hotel nuevo que recuperar un edificio antiguo y convertirlo en hospedaje.
«La experiencia de la Oficina del Historiador de la capital es inigualable en la recuperación de La Habana Vieja, y en esta varios edificios se convirtieron en hoteles boutique que contribuyen con el mejoramiento de la zona; todo eso llamó mucho la atención.
«Se hizo un estudio en el país, fundamentalmente en las ciudades patrimoniales, y se identificaron en un inicio entre 50 y 60 edificios que reunían la condición de patrimoniales, casi todos abandonados y sin un uso específico. El Mintur se dio a la tarea de acometer un desarrollo similar al de La Habana Vieja y hoy tiene hoteles expandidos por todas partes.
«Igualmente, se empezó a trabajar la marca de hoteles E, no solo por el Encanto, sino que fueran Excepcionales, Exuberantes, Exclusivos, Exquisitos, Excelentes y Eficientes; ya hay decenas de esos en las principales ciudades. Hay que destacar que la dirección del Partido, en diferentes niveles, y el Gobierno han entregado inmuebles con estas características, y hay varios hoteles en lugares que antes fueron fiscalías, tribunales, incluso sedes de oficinas del Partido.
«La más reciente incursión fue en Santiago de Cuba, en el poblado de El Cobre —donde se encuentra la Iglesia de la Caridad del Cobre—, que no tenía ningún hotel y ahora tiene dos y son preciosos. Otra experiencia que se debe destacar fue la de Sagua la Grande, donde el turismo ha contribuido de cierta manera y ya tiene dos hoteles recuperados».
—¿Cómo encamina el Mintur el desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías e internet?
—Es innegable, y nadie puede decir lo contrario, que el país en corto tiempo ha incrementado su desarrollo en esta rama. Cuando se conoce que hay más de cinco millones de líneas celulares, que hace poquitos años aquí eran desconocidos, y que todas las plazas disponen de cobertura inalámbrica, se confirma que va a pasos agigantados.
«Pero si también se tiene en cuenta en manos de quién están las grandes corporaciones y compañías asociadas a las tecnologías, y por otra parte las restricciones que impone el bloqueo, es muy fácil llegar a la conclusión de lo difícil que resulta desarrollarse en ese aspecto.
«Sin embargo, el turismo ha ido avanzando, pero no a la velocidad que se quisiera. Primero se logró que los hoteles tuvieran internet, aunque con limitaciones. Al inicio se contaba con un pequeño espacio con tres o cuatro mesas donde se podía acceder a una computadora y así conectarse. Después se logró llevar a la mayoría de las habitaciones, pero también por la vía de una computadora.
«Hoy el desafío es otro. Lo que demanda el cliente es la conexión inalámbrica y ya solamente tener internet en la habitación en una computadora no es suficiente. El cliente quiere tener la comunicación mediante los dispositivos que trae y poder acceder vía wifi en la habitación, en el vestíbulo, en el restaurante e incluso en la playa.
«Se ha avanzado en los vestíbulos y las áreas públicas y se ha empezado el proceso de llevarlo a todo el hotel, pero ya están pidiendo que llegue hasta las playas para, mientras estén bañándose, comunicarse con la familia y los amigos. Eso es algo en lo que se avanza; hay un programa, por razones económicas no será posible en corto tiempo generalizar el uso de internet inalámbrico en todas las instalaciones. Es un proceso que empezará por los polos más importantes y en los hoteles de más categoría.
«Se progresa para romper los mecanismos tradicionales y usar más las redes sociales e internet en la promoción y las ventas del turismo, sector que está asociado a valiosas compañías con plataformas de pago seguras, pero todavía hay insatisfacción; antes nadie hablaba de esto, pero hoy es uno de los reclamos de los turistas que exigen más conectividad y facilidades: es un asunto pendiente».
—Sin ánimos triunfalistas, ¿cuáles han sido los logros principales del turismo en los últimos años y cómo se avanzará?
—Llegar al nivel de desarrollo actual del turismo cubano, con un bloqueo como el que ha existido, solo ha sido posible porque se ha dado siempre, hasta en los momentos de mayor complejidad económica, la prioridad, el apoyo, la atención requerida al turismo, no como un capricho, sino con la seguridad en la estrategia definida por el Gobierno y el Partido, de que en este sector está la garantía presente y futura como importante fuente de ingresos, para continuar desarrollando el país y mejorando la calidad de vida de la población.
«Otro desafío es que, a diferencia de muchos países capitalistas donde deciden cuál es la mejor playa y más fácil de vender y ahí hacen las inversiones, la Revolución ha definido el programa de desarrollo del turismo en todo el territorio, desde el cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí. Tanto es así, que en ambos lugares se despliegan importantes proyectos, igual que a lo largo y ancho de la Isla.
«Eso lo facilitan los atributos existentes en toda Cuba para el desarrollo del sector, el cual trae consigo la generación de empleo. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los principales polos turísticos del país están distantes de las ciudades, con cada desarrollo turístico viene el impulso del programa residencial para los trabajadores.
«Hay que ver las comunidades que se han hecho en Aguada la Piedra, Guardalavaca, Melilla, Playa Pesquero y Caibarién.
«Pero a la vez hay insatisfacciones y muchas cosas pudieran estar mejor, porque quedan reservas de eficiencia por explotar. A pesar de que los indicadores muestran un avance en materia de excelencia, existe una competencia fuerte, y es preciso continuar avanzando con más disciplina, entrega y eficiencia.
«Fidel expresó el 21 de enero de 2003, en la inauguración del hotel Playa Pesquero, en Holguín, que había que desarrollar el turismo, pero un turismo de paz, de salud y de seguridad, y ese concepto, que es mucho más amplio, la vida ha demostrado que es real.
«Ahora mismo, con las políticas aprobadas para el sector no estatal, hay más de 2 000 restaurantes y cafeterías en el país y continúan expandiéndose en las ciudades, dentro de la población. Eso enorgullece al sector del turismo y también compromete mucho más, por la responsabilidad de ser el que más contribuye a esa transformación económica del país».
En La Habana existe más de un 20 por ciento de repitencia de visitantes internacionales. Foto: Archivo de JR
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Comentario HHC: Para entender el " gigantismo" de las inversiones relacionadas con el turismo en el último decenio y el impacto en la economía nacional, esta entrevista, al entonces Ministro de Turismo Manuel Marrero, aporta un elemento decisivo en relación a la fuente de los recursos cuando afirma: " De la manera en que se está implementando el plan de desarrollo del turismo de cara a 2030, serían unas 100 000 habitaciones más para esa fecha y en todo esto el peso mayor se ejecuta con limitados recursos propios, pero también se prioriza la inversión extranjera en el país."
Los limitados recursos propios, en el empeño de llegar a 100 000 habitaciones, cifra ajustada algo a la baja por el actual ministro del ramo, no han rendido en el Turismo lo que se proyectó, por lo que urge cambiar la matriz de inversiones en el país. Esto independientemente de que el turismo seguirá siendo un sector estratégico, al cual hay que exigirle un actuar con racionalidad económica y financiera, de como recuperar las habitaciones fuera de orden ( aprox 11000) ,mejorar la planta hotelera existente, sobre todo la contruida hace unos años, y complementar la extrahotelera, al tiempo de recuperar y elevar la calidad del servicio turistico en general, para obtener los resultados que demanda el país, con las cuantiosas inversiones ejecutadas.