El gobernador Ron DeSantis (republicano de Florida) en un mitin en Hialeah, el 7 de noviembre de 2022. DeSantis se está convirtiendo cada vez más en el rostro de las teorías conspirativas sobre las vacunas, que han convertido un milagro médico en una fuente de amarga división partidista y han contribuido a miles de muertes innecesarias, escribe Paul Krugman. (Scott McIntyre/The New York Times)
Paul Krugman
The New York Times International Weekly
¿Volverán los republicanos a nominar a Donald Trump para presidente?
¿O recurrirán a Ron DeSantis en su lugar?
No tengo la menor idea.
Paul Krugman
The New York Times International Weekly
¿Volverán los republicanos a nominar a Donald Trump para presidente?
¿O recurrirán a Ron DeSantis en su lugar?
No tengo la menor idea.
Lo que sí sé es que cualquiera que imagine al gobernador de Florida como una figura más sensata y cuerda que Trump -un populista de derechas sin la paranoia de negar la realidad- está delirando.
Manifestantes contra las vacunas sostienen carteles afuera del Hospital Metodista de Houston en Houston, Texas, el 26 de junio de 2021. - AFP.
DeSantis no se ha metido en las mismas trampas que Trump, pero sí en algunas de las suyas, y su descenso ha sido igual de profundo.
Por encima de todo, DeSantis se está convirtiendo cada vez más en el rostro de las teorías de la conspiración de las vacunas, que han convertido un milagro médico en una fuente de amarga división partidista y han contribuido a miles de muertes innecesarias.
Retrocedamos y hablemos de la historia de las vacunas COVID-19 hasta ahora.
En la primavera de 2020, el gobierno de Estados Unidos inició la Operación Warp Speed, una asociación público-privada destinada a desarrollar vacunas eficaces contra el coronavirus lo más rápido posible.
El esfuerzo tuvo éxito: En diciembre de 2020, mucho antes de lo que casi nadie había imaginado posible, las vacunas estaban en marcha.
(Yo recibí mi primera vacuna al mes siguiente, el 28 de enero de 2021.)
Y sí, esto fue un éxito para la administración Trump. ¿Han funcionado las vacunas?
Y de qué manera.
Hay múltiples formas de evaluar su efecto salvador de vidas, pero me llama especialmente la atención un enfoque sencillo promovido por el analista Charles Gaba, que observa la correlación en todos los condados de Estados Unidos entre las tasas de vacunación y las tasas de mortalidad por COVID.
Entre mayo de 2021, cuando se generalizó la vacunación con dos dosis, y septiembre, el 10% de los condados menos vacunados sufrió una tasa de mortalidad más de tres veces superior a la de los más vacunados.
Ahora bien, es posible que haya oído que, en este momento, las muertes entre los estadounidenses vacunados superan a las de los no vacunados, lo cual es cierto.
Pero eso se debe en parte a que la mayoría de las muertes se producen entre los ancianos, que en su inmensa mayoría están vacunados; muy pocos estadounidenses no han recibido ninguna vacuna; y no hay suficientes personas vacunadas que reciban dosis de refuerzo.
Pero, ¿por qué algunos condados de EE.UU. están mucho menos vacunados que otros? La respuesta, como muestra Gaba, es el partidismo: Hay una relación sorprendentemente estrecha entre la proporción de votantes de un condado que apoyaron a Trump en 2020 y el porcentaje de residentes de ese condado que no han recibido sus vacunas - y el porcentaje que han muerto de COVID.
Por ejemplo, aunque Nueva York se vio muy afectada en los primeros meses de la pandemia (antes de que supiéramos cómo se propagaba el coronavirus o qué precauciones había que tomar), desde mayo de 2021 han muerto por COVID más del doble de personas en Florida que en Nueva York.
Incluso teniendo en cuenta la población ligeramente mayor y mucho más envejecida de Florida, eso supone miles de muertes de más en el Estado del Sol.
Sin embargo, ¿por qué la vacunación debería ser una cuestión partidista?
La oposición de la derecha a los cierres patronales y al distanciamiento social en las primeras fases de la pandemia tenía al menos cierto sentido, ya que estas medidas de salud pública implicaban exigir que la gente hiciera algunos sacrificios para proteger la vida de otras personas.
(Algunos dirán que la civilización se basa en este tipo de sacrificios, pero da igual). Incluso los mandatos de máscaras exigían aceptar algunos inconvenientes, al menos en parte por el bien de los demás.
Pero vacunarse es sobre todo protegerse a uno mismo. ¿Por qué no querrías hacerlo? La respuesta inmediata es la creencia generalizada en la derecha de que las vacunas tienen terribles efectos secundarios.
Esta creencia es difícil de justificar: Si fuera cierta, ¿no debería haber muchas pruebas de tales afirmaciones, dado que se han administrado más de 13.000 millones de dosis en todo el mundo?
Ah, pero los sospechosos habituales afirman que unas élites siniestras suprimen las pruebas.
Lo que nos lleva de nuevo a DeSantis, quien anunció el martes que estaba formando un comité estatal para contrarrestar las recomendaciones de la política sanitaria federal - y pidiendo una investigación del gran jurado sobre "delitos y faltas" no especificados relacionados con las vacunas contra el coronavirus.
De acuerdo, dudo que alguien crea que DeSantis conoce o se preocupa por la evidencia científica aquí.
Lo que está haciendo, en cambio, es complacer a una base republicana que equipara escuchar a los expertos, en salud pública o en cualquier otra cosa, con "wokeness", y demoniza a cualquiera que diga cosas que no quiere oír.
Por lo que sé, DeSantis no se ha unido a Elon Musk para pedir el procesamiento de Anthony Fauci, que dirigió la respuesta estadounidense al COVID.
Pero ha llamado a Fauci "duendecillo" y ha dicho que deberíamos "arrojarlo al otro lado del Potomac". (¡Presidencial!)
Ahora, ¿el intento de DeSantis de posicionarse como el líder del movimiento anti-vacunas y dar al menos una aprobación tácita a las teorías de la conspiración realmente le hará querer a la base republicana? De nuevo, no lo sé.
Incluso si lo hace, sospecho que le perjudicará en las elecciones generales si se convierte en el candidato: La paranoia de las vacunas y el odio a Fauci siguen siendo posiciones de nicho en el electorado en general.
Pero cualquiera que imagine que sustituir a Trump por DeSantis como líder del GOP sería señal de que el partido está en camino de recuperar la cordura se va a llevar un duro golpe.
c.2022 The New York Times Company
