Inesperadamente el Coronavirus o Covid-19 se ha convertido en elemento importante de la geopolítica; está presente en más de 119 países, supera las 140 mil personas contagiadas y 4200 las fallecidas.
Los coronavirus se descubrieron en los años sesenta y se desconoce su origen, aunque se sabe que ciertos animales actúan como reservorios y provocan desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave; en China suele haber grandes mercados de animales vivos y los primeros casos se notificaron en Wuhan en diciembre de 2019.
Mientras la enfermedad avanza, las bolsas siguen cayendo. Los organismos internacionales reducen sus pronósticos de progresión y también lo hacen la producción y los servicios a ritmo acelerado; la economía mundial creció 2,4% en 2019 y se esperaba una décima de punto más para el 2020, que está siendo corregida a la baja. El Fondo Monetario Internacional ha reducido el PIB global del 3,3% al 2,9% y la OCDE lo ha hecho del 2,9% al 2,4% para su ámbito, advirtiendo que si la situación no mejora podría caer hasta el 1,5%, lo que confirma la preocupación y su gravedad.
Los retrocesos en China han sido más moderados y una interrogante es cómo medir las consecuencias, con una contracción de 2% en la producción manufacturera durante febrero y de expandirse en el tiempo la pandemia llevaría a 4-5% el PIB; se anuncian medidas fiscales y monetarias para contrarrestar los estragos y la diferencia con el SARS es que en la actualidad su peso es más de cuatro veces el de 2003, sus importaciones y exportaciones que representaban 5,78% del comercio internacional, ahora son del 13% y se estima que será el más afectado en el turismo (11% del PIB y con un crecimiento anual del 7%). Los daños son visibles (algunos dicen que el virus fue introducido intencionalmente) y el Secretario del Tesoro estadounidense aseguró que la epidemia constituía una gran oportunidad en su estratégica batalla económica con dicho país.
Lo que está ocurriendo supone un freno y demuestra la globalización del mundo.
Ha caído la demanda, afectando a compañías aéreas, aeropuertos, cruceros, hostelería, restauración y el sector de productos de lujo; ya hay áreas en cuarentena, ciudadanos encerrados en sus casas, congresos, reuniones y viajes cancelados, gran crisis de duración y alcance aún desconocidos en la rama turística, con el desplome bursátil de todos los gigantes, los ingresos del sector aéreo se reducirán un 5%, lo que supone casi 3 mil millones de dólares y en el petróleo, la OPEP redujo a la baja sus expectativas para el 2020 ante un 30% de declive de los precios por la determinación de Arabia Saudita de bajarlos y aumentar su producción, influyendo también la caída de utilidades por los efectos dominó.
Empiezan quiebras de empresas, restricciones de plantillas y de producción, es probable la reducción de empleos y el impacto podría ser superior al generado por otras epidemias y mucho más importante del que se imagina. Es posible recortes en las tasas de interés e influir en las que se cobran por los créditos hipotecarios, en el tipo de cambio de las monedas y en el aumento de la deuda externa, que según el Banco Mundial es la más extendida y mayor de los últimos 50 años y ha trepado un 230% mientras en los países emergentes llega a 55 billones de dólares (168 % de su PBI) y en China a 255%.
Aumentan los controles fronterizos, se hacen llamados a evitar viajes porque muchos ciudadanos viven en un sitio y trabajan en otro o no avistan los riesgos y se mueven sin el debido cuidado, aunque cerrar fronteras, prohibir los viajes y políticas más extremas no detendrá su propagación.
El tema va en serio, se ha extendido a más de tres regiones geográficas distintas y muestra la arista del capitalismo; en un sistema medianamente social, si surge una epidemia, aunque sea leve, los métodos y medios de prevención se hacen llegar a los ciudadanos de un modo más barato y eficaz de lo habitual. Los seguros de viaje y de salud no cubren la enfermedad.
Un artículo publicado preguntaba quién gana, quién está interesado en sacar ventajas económicas de la tragedia que vive el mundo; tiene sentido que algunas farmacéuticas se disparen, pues siempre hay alguien que obtiene beneficios en medio de las crisis y los ricos no están reparando en gastos para minimizar su experiencia. Ejemplos son:
- La empresa 3M ha subido sus ganancias por su mascarilla con niveles de protección más positivos.
- El gel desinfectante pasó de un precio de 3 euros a 22,5 (650%) y las mascarillas de 10 céntimos a 1,8 euros (1700%)
- Firmas de moda como Louis Vuitton y Fendi han decidido crear sus propias máscaras de lujo con su logo y su uso se ha vuelto popular en las redes.
- El tapabocas urbano de la compañía sueca llamada Airinum, con un precio de 69 a 99 dólares y está agotado en su sitio web hasta abril.
- El de la británica Cambridge Mask Co., de 30 dólares, ha aumentado la demanda de veinte a treinta veces respecto de los niveles normales.
- Byredo, una marca europea de lujo de antibacterial para manos sin enjuague por 35 dólares, está agotado.
- Algunas aerolíneas ofrecen alquiler de vuelos privados y otros viajeros adinerados están optando por el aislamiento marítimo de los yates.
- Para el acceso a médicos 24 horas, tener citas urgentes con especialistas y comodidades exclusivas se recurren a servicios médicos boutique. Se ofrecen salas de urgencias VIP, servicio a domicilio, etc.
- Un búnker casero representa el máximo lujo de refugio y construyen una habitación de aislamiento médico con todo y sistema de ventilación, equipada con un sistema de presión negativa para restringir la circulación de patógenos con hidratación intravenosa, medicinas, artículos de laboratorio, guantes, mascarillas, oxígeno y comida.
Los expertos reconocen que el nuevo coronavirus no conoce fronteras nacionales ni sociales, pero eso no significa que las últimas no existan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la declaró pandemia y reitera su advertencia de que podría llegar a todos los países. El secretario general de la ONU, pidió a la comunidad internacional unir esfuerzos para contener el Covid-19 y ejercer mayor solidaridad en este momento crítico, aseguró que su contención es posible pero la ventana de oportunidades se está estrechando.
Quienes suelen informarse de lo que sucede, saben que hay múltiples padecimientos que matan más que el Covid-19; el cambio climático, el
hambre extrema de millones de niños, la explotación infantil, el abuso y las guerras, pero se está viviendo, por primera vez en la historia, una epidemia a tiempo real de la que todos los medios de comunicación hablan diariamente en todo el planeta; la parafernalia comunicacional sigue haciendo hincapié en el tema, omitiendo otros hechos más acuciantes y cuantitativamente más significativos, con un silencio preocupante o cómplice convirtiendo a China en una amenaza a la salud pública mundial. La contaminación del aire, de la que no hay titulares, provoca graves secuelas sanitarias, sin olvidar lo que pasa en África con el SIDA, las hambrunas y otros males, que ponen al borde del genocidio a su población y es solucionable, a los que habría que agregar a Haití y otras zonas.
En el paraíso del capitalismo, Estados Unidos (con más de mil casos y creciendo) un ciudadano ha denunciado que debe pagar 3200 dólares por hacerse las pruebas para descartar estar infectado. Si el Covid-19 se irradia, Trump perderá doble: dañará el crecimiento y habrá perdido la confianza de la ciudadanía acerca de lo que ha explicado en forma nada científica sobre la enfermedad, en tanto el gobernador de la Reserva Federal, avisó estar listo para tomar acciones y apoyar ante el daño provocado, pero para quienes lo encabezan es más importante comprobar si sus exportaciones petroleras se mantienen indemnes o descienden los precios, a partir de sus caras producciones del esquisto.
En el caso de América Latina y el Caribe, donde predomina la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad social, el desempleo y la insalubridad (subdesarrollo capitalista), podría extenderse con rapidez, con secuelas sin precedentes en la salud humana, económicos, políticos y sociales, causando miles de muertos directos y muchos más indirectos. El turismo, la producción por el cierre de fábricas y la consiguiente disminución de las exportaciones, la paralización de servicios por la supresión de transporte para evitar aglomeraciones, de clases y espectáculos públicos, más el colapso de los precarios sistemas sanitarios conllevarían una caída del PIB y de los indicadores sociales difíciles de prever y ello sin tomar en cuenta el desinterés por parte de los gobiernos neoliberales que predominan.
Incluso gobiernos progresistas encontrarán serias dificultades para enfrentar la enfermedad, lo que puede llevar a su pérdida de credibilidad y su consiguiente reemplazo por administraciones de derecha que ofrezcan demagógicamente poder resolver estos problemas.
Cuba, con una organización social que lo convierte en un referente ejemplar para afrontar ambientes de desastre sufrirá además de los derivados del bloqueo, reducciones en el turismo y de producciones por limitaciones con el transporte y la energía eléctrica entre otros.
Las principales consecuencias del coronavirus en América Latina son las siguientes:
- Un derrumbamiento de las exportaciones, en especial hacia China, que es el principal destino de sus productos, ejemplos son: Chile le despacha el 50% de su cobre y Brasil le destina el 28% de sus exportaciones.
- Retroceso de los precios de las materias primas, el derrumbe del petróleo y del resto de los commodities, de las cuales China es el principal importador y con un menor crecimiento se espera disminución de sus compras.
- Presiones financieras por el hundimiento de las cotizaciones de acciones y bonos y las devaluaciones de las monedas; la moneda brasileña ya se depreció casi 20%.
- Fuga de capitales, se está registrando un reflujo hacia mercados desarrollados, generando disminución abrupta de reservas internacionales de libre disponibilidad.
La epidemia ha sido confirmada en 16 naciones de América Latina y 3 territorios de ultramar en el Caribe. Ya se muestra el descenso de varias monedas latinoamericanas, como los pesos mexicano, colombiano y chileno. En México, se estima que el Covit podría llegar al 70% de sus habitantes y las pérdidas constituirían 98 mil m illones de dólares y en Argentina 56 mil millones.
Hace siglos que la humanidad contrajo una especie fatal de pandemia que se llama el capitalismo, que tiene más fuerza que una metástasis cancerosa, tiene sus propios objetivos y no se preocupa demasiado del cuerpo de la humanidad, a la que puede acabar por exterminar.
Es evidente que todo apunta a una nueva crisis del sistema capitalista mundial que aún no se recupera de la crisis del 2008 pero esta vez, por sus características, abarcando todos los aspectos de la vida económica, política y social de la humanidad. Amenazas de recesión, “guerras comerciales” y disputas geopolíticas en aumento, junto a nuevo salto de la lucha de clases, marcan la tónica del momento.
Es probable que surja una recomposición del mapa geopolítico mundial donde los países más debilitados tengan que ceder su lugar a los que terminen menos dañados, pero sería necesario entender que es el momento de la ciencia y la cooperación, no de ninguna guerra de cualquier tipo.
Hasta Pronto
Lic. Michael Vázquez Montes de Oca
Marzo 2020
http://www.cimex.cu/…/cimex-informa-información-de-contacto…