Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 20 de agosto de 2020

Bloqueo puro y duro: Inhabilitan canales de YouTube de la Mesa Redonda y Cubavisión Internacional

El canal de YouTube de la Mesa Redonda, y la cuenta de Google asociada a él fueron bloqueados este 20 de agosto.
La cuenta en Google de la Mesa Redonda fue inhabilitado en el día de hoy supuestamente porque “porque infringe las leyes de exportación”. Por tanto, el canal de YouTube del programa informativo, asociado a esa cuenta desapareció de la red social, junto con todos los contenidos publicados allí durante años.
Es justo señalar que tal hecho ocurre en momentos de interés informativo en Cuba. Justo hoy se tratará en ese espacio sobre el candidato vacunal cubano “Soberana 01”.
Al momento de su “inhibilitación” el canal de la Mesa Redonda, acumulaba más de 19 mil suscriptores. Estos se habían duplicado en este año 2020, a partir de las informaciones y medidas de trascendencia nacional que se dan a conocer en ese espacio de la Televisión Cubana. Sobre todo, en los últimos meses, asociados al enfrentamiento a la COVID-19 en el país.
En este 20 de agosto, no solo cerraron el canal de la Mesa en YouTube, Cubavisión Internacional denunció también el cierre de su cuenta en Google y el canal asociado.

Este fue el mensaje enviado por Google anunciando la cancelación de la cuenta asociada al canal de YouTube.
Cuando se busca qué significa infringir las leyes de exportación en el servicio de ayuda de Google refiere que:
(...) es posible que tu aplicación esté sujeta a las leyes de exportación de los EE. UU., incluido el laberinto arcano de normas sobre software que utiliza encriptación (entre otras cosas), ya sea que te encuentres dentro del territorio estadounidense o no.
De acuerdo con las leyes de exportación de los EE. UU., es posible que las transferencias de aplicaciones de Google Play a países embargados estén prohibidas. En consecuencia, Google bloquea las descargas en estos países.
Entonces, queda explícito que se trata del bloqueo norteamericano que se extiende hacia todas las áreas, y por supuesto, al ciberespacio.

Cuando se busca información sobre la Mesa Redonda en YouTube, o se usa el enlace asociado al canal ya no se encuentra en esa red social.
Youtube es el principal repositorio de videos en Internet, por lo cual, desde su creación en 2009 el canal de la Mesa Redonda acumulaba las transmisiones del programa en estos años, así como documentales, entrevistas e intervenciones de los panelistas en los más de 20 años del programa.
Los bloqueos a las redes sociales de medios cubanos ocurren frecuentemente, sobre todo en Twitter, donde solo desde 2019 se ha bloqueado la cuenta de la Mesa Redonda, de Cubadebate, de la UJC, y recientemente de Juventud Rebelde. En 2011, Google cerró el canal de Cubadebate en YouTube.
Mientras abrimos un nuevo canal para la Mesa Redonda puede acceder a todas las transmisiones en vivo, y otros materiales en su página de Facebook, y las nuevas transmisiones en streaming que se realicen se harán por el canal de Cubadebate en YouTube.
Denunciamos, una vez más, la arbitrariedad de cerrar el canal sin derecho a reclamación, y entendemos esta situación como una censura a los medios cubanos.
Denunciamos una vez más el irracional y absurdo bloqueo que el Gobierno de los Estados Unidos impone y refuerza contra el pueblo cubano, el cual afecta incluso a los numerosos ciudadanos que desde Estados Unidos accedían a nuestra Mesa Redonda a través de las transmisiones por su canal de Youtube.



¿PUEDEN LAS DECISIONES ECONOMICAS ANUNCIADAS EL 16 DE JULIO SEGUIR ESPERANDO A QUE LIQUIDEMOS EL CORONAVIRUS?

Por Joaquín Benavides Rodríguez *

Cuando el 16 de Julio el Presidente Díaz Canel anuncio al concluir una reunión del Consejo de Ministros que comenzaría el proceso de implementar los acuerdos del VI y VII Congresos del Partido, incluyendo los relacionados con la Conceptualización, refrendados por la Constitución, asegurando que se avanzaría sin retrocesos y que a partir de esa semana, comenzando por la explicación de cómo funcionarían las tiendas en dólares, los restantes miembros del Consejo de Ministros irían a la Mesa Redonda a explicar los cambios que se aplicarían en cada una de las actividades bajo su dirección. 

En ese momento parecía que la COVID19 estaba controlada y todas las provincias, incluyendo la Habana comenzaron a transitar por las fases planificadas. Pero a los pocos días, los casos comenzaron a aumentar comenzando por la Habana, pero también por Artemisa, que ya andaba por la etapa3, Camajuani en Villa Clara, Bauta, la Lisa, la Palma, etc., que obligaron a retroceder y volver a aplicar medidas de control en algunos casos más estrictas que las que se habían aplicado previamente. Toda la responsabilidad se le ha señalado a los indisciplinados, pero ha faltado, en mi opinión, una explicación científica y creíble de que es lo que ha pasado. Y todo parece indicar, a falta de una explicación pública fundamentada, que las características de este virus, que no siempre se manifiesta con síntomas claros, en casi un 50% está en la calle o en las casas infestando y solo la aplicación casi masiva del PCR en tiempo real, puede asegurar quien lo ha contraído y quién no. Puedo equivocarme, pero mi apreciación no científica, pero si racional, me lleva a pensar que aun manteniendo las medidas de control y aislamiento que estamos ineludiblemente obligados a continuar adoptando, no bastara para controlar definitivamente este esquivo virus, hasta que no tengamos una vacuna, que todo parece indicar nos faltara hasta mediados del 2021, por lo menos 8 meses más. 

¿Puede esperar la economía del país hasta allá para comenzar a aplicar lo anunciado por el Presidente el 16 de julio y continuar en la situación de una especie de caos en que nos encontramos? El Presidente se ha quejado con razón, de que los medios digitales sociales están permanentemente distorsionando la realidad, pero es que el accionar en la conducción de la economía, sin respuesta plausible para lo que está ocurriendo cada día en la calle, nos tiene desarmados a los que estamos profundamente comprometidos con los destinos de esta Revolución y de este País. 

Las tiendas en dólares comenzaron a vender al siguiente día de la Reunión del Consejo de Ministros, y a pesar de que se dijo en la Mesa Redonda inicial, de que las tiendas en CUC continuarían abastecidas, aunque con productos de menos ¨gama¨, la realidad ha sido que para adquirir productos de amplio consumo popular, si no se tiene dólares, no se pueden consumir. Eso era predecible, porque hasta ese momento para el grueso de la población, si tenía CUC, tenía capacidad adquisitiva como si tuviera dólares. 

La inmensa mayoría de la población no tiene dominio de los problemas monetarios. Y no puede entender fácilmente, que de pronto se convierta en un delito, que esa población cambie sus CUC en el mercado informal en divisas, para obtener dólares que le permitan comprar en las tiendas que venden en esa moneda. No se da una explicación. Solo se dice que es un delito. 

¿Cuál es la pregunta de todos, que nadie responde ni en la Mesa redonda ni en el Noticiero de la Televisión, y ahora parece que ni en Granma? ¿Y donde puedo comprar los dólares con mis CUC o CUP en un mercado legal? No hay ese mercado, porque no se ha decidido, y no se sabe cuándo se decidirá aplicar una Reforma cambiaria y monetaria a fondo, tal como lo hemos estado planteando la mayoría de los economistas desde hace por lo menos 10 años sin que se haya llevado a cabo, porque la Burocracia cubana se ha estado oponiendo con los más diversos e irracionales argumentos. No quieren, porque pierden el poder de manejar la economía a su antojo. 

La Presidenta del Banco Central de Cuba, que es la autoridad monetaria estatal del País, estuvo en la Mesa Redonda y solo dio una clase de la Ley Orgánica del Banco Central. Lamentablemente no se refirió al problema central que tiene la economía, cuya responsabilidad es del Banco: La Reforma Cambiaria. ¿Para que la hicieron ir a la Mesa Redonda, si no se refirió o no pudo referirse al tema más importante? Es quien hubiera tenido que dar alguna explicación plausible del tema de los dólares, del CUC y de la prohibición de que funcione el mercado informal de divisas. Ahora el Banco Central está informando a través de Granma que no es posible por ahora sin dar los argumentos que puedan discutirse. El Banco Central fue el responsable históricamente de haber establecido hace más de 15 años, la tasa oficial de 1Peso igual a 1 Dólar y ahora plantea que no hay condiciones para resolverlo. Y pretende que se crea en su afirmación, sin dar los argumentos para que puedan ser discutidos. Creen que son los únicos en el País que conocen y entienden los problemas monetarios que nos aquejan y su solución. Pero no es así, hay muchos profesionales de la economía que los entendemos y que no estamos de acuerdo con sus opiniones sin un debate público previo. A la población hay que darle una respuesta de porque se ha quedado de pronto con una moneda que no le sirve, ni trabajando mucho, para adquirir un dólar a la tasa que establezca el Banco Central. Y es su responsabilidad dársela. Que la asuma. 

El Ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, fue a la Mesa Redonda, explico su programa para que todas las personas naturales que tengan un negocio, pues aún no hay Ley de Pymes, que es quien los convierte en personas jurídicas, puedan importar y exportar. Su fórmula no complació a muchos. A mí sí, porque he trabajado en el comercio exterior y me costó por lo menos dos años, aprender a exportar e importar. El dio bastantes argumentos. Pero no se contentó con eso. Escogió las empresas estatales que podrían hacer ese trabajo. Les dio facultades legales. Realizo programas por televisión y ayer leí las Resoluciones del Banco, de Finanzas y del Ministro de Comercio exterior, convirtiendo en legal la importación y exportación por el llamado sector no estatal. 

Leí las regulaciones y falta algo: el Banco solicita que el privado presente sus documentos legales. Pero como quiera que el proceso de la regulación de los Trabajadores por Cuenta propia a la que se refirió muy claramente la Ministra del Trabajo, no se ha promulgado, ni nadie habla de la Regulación para las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, a la que se refirió el Ministro de Economía el mismo 16 de julio, las personas legalizadas por el MINCEX para que puedan importar y exportar, no lo pueden llevar a cabo todavía, pues no se pueden identificar como tales ante lo bancos designados. 

Todo eso da la impresión de que falta algo en el proceso de gobernar. 

Y además la nueva explosión de COVID lo ha paralizado todo nuevamente. 

Por otra parte siguen las reuniones en provincias y territorios llamando a sembrar más, como hizo el Primer Ministro este fin de semana en Matanzas, pero los cambios en la agricultura, a los que se refirió con urgencia el Presidente el 16 de julio, y de lo explico claramente ayer Terrero por Televisión, aún no se conocen y dentro de poco comienza la campana de siembras de frio y todo va a seguir igual. Y ese tema es estratégico. Y en la base de la agricultura no ha cambiado nada. Y con reuniones provinciales y por Televisión, no se podrá activar productivamente la agricultura cubana. 

Sin embargo, los problemas en la economía y por tanto en la población existen e incrementados. Y no se puede dejar que se virilicen políticamente. Hay una enorme desconfianza en una parte importante de la población, en la forma que se está gestionando la economía. Y cambiar esa percepción no es imposible. 

No es propaganda lo que hace falta, son explicaciones racionales, plausibles y acciones. Echar a andar la economía. Dejar claras las reglas del juego para todos. Los tribunales y la policía pueden ser mucho más útiles para cuando se tenga claro por todos, que es legal y que no. 

Que la COVID19 no nos detenga. Que seamos capaces de vencer la Pandemia, organizadamente, sin correr riesgos que se puedan evitar y además organizar nuestra economía, y educar pacientemente a toda la población en sus principios y regulaciones. Es más fácil que entender los secretos del Virus SARCo2. Pero hay que dedicarse conscientemente a ello. Y darle la importancia que merece. 

*Joaquín Benavides Rodríguez. Ocupó el cargo de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte


Unificación monetaria en el horizonte de Cuba. Comentario HHC

 Especialistas del Banco Central de Cuba dialogan sobre los imperativos de eliminar la dualidad monetaria y cambiaria en la nación

Autor:  | yisell@granma.cu







De izquierda aderecha Mercedes Yolanda García, Ian Pedro Carbonelly Karina Cruz Simón, especialistas del Banco Central de Cuba, explican los antecedentes de la dualidad monetaria. Foto: Ismael Batista Ramírez
Hay palabras que marcan épocas, que definen futuros. Y cuando se escriba sobre la economía cubana de este siglo, términos como dualidad y unificación monetaria no faltarán en las reseñas económicas o las anécdotas populares, porque todo lo que marca mucho la vida de un pueblo también pasa a la historia nacional.

La unificación monetaria y cambiaria –coinciden los expertos– es condición necesaria, aunque no suficiente, para reordenar y actualizar la economía nacional, ahora sumida en una crisis agravada por los impactos de la pandemia de la COVID-19 en el sistema productivo global y el endurecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.

Con el fin de conocer cuánto nos afecta la dualidad monetaria y cambiaria, sus antecedentes históricos y cuál sería el entorno ideal para desarrollarnos, conversamos con expertos del Banco Central de Cuba.

ORÍGENES DE LA DUALIDAD MONETARIA Y CAMBIARIA
Eran los años 90' del siglo pasado. La extinción de la URSS y la desintegración del Campo Socialista golpeaban con dureza a Cuba. Entre 1989 y 1993, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una caída de casi un 35 %; el consumo de combustible disminuyó a menos de la mitad, y el comercio exterior se redujo en más de un 80 %, pues la Isla acababa de perder las relaciones que por más de 30 años había sostenido con los países socialistas.

Quien aborda el tema es Mercedes Yolanda García Armenteros, directora de Estudios Económicos del Banco Central de Cuba. Ella, con voz pausada y experta, comenta que, en esa época, el déficit fiscal se elevó hasta un 33 % del PIB debido a que se mantuvieron los gastos relacionados con la población: salarios, subsidios de los productos normados y  programas sociales, entre otros.

Paralelamente, el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EE.UU. a Cuba se vio reforzado, y eso, junto a todo lo anterior, generó el desabastecimiento de productos en los mercados minoristas y desató fuertes desequilibrios monetarios, explica García Armenteros.

Esta situación generó un proceso de «inflación reprimida», en el cual el dinero en manos de la ciudadanía superó la capacidad para ofertar bienes y servicios, cuyos precios no subían, lo que agravó el desabastecimiento de los mercados, ya golpeados por la caída de las importaciones en un 75 %.

No obstante, aun en esas circunstancias, el Estado consideró respetar los niveles de salarios y subsidios, con el fin de proteger al pueblo.

El peso cubano perdió su poder adquisitivo de forma acelerada, así como sus funciones como medio de cambio, reserva de valor y unidad de cuenta, detalla la especialista, quien añade que el nuevo contexto facilitó las condiciones para una dolarización de facto, manifestada en el mercado informal.

Los dólares provenían del incipiente turismo, las remesas y de los viajeros que  llegaban al país. El dólar, entonces, asumió las funciones dinerarias del peso cubano y la tasa de cambio llegó a alcanzar alrededor delos 150 pesos por dólar.

Bajo ese contexto, en 1993, se diseñaron un grupo de medidas para reactivar la economía, reinsertarla en el mercado internacional y atender los importantes desequilibrios macroeconómicos que se presentaban. El conjunto de medidas fue discutido en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Entre las más importantes decisiones adoptadas se incluyó la despenalización del uso y la tenencia del dólar para los cubanos; la apertura de tiendas recaudadoras de divisas, el incremento de las exportaciones de servicios y, en particular, del turismo, la apertura gradual de la inversión  extranjera y la autorización de las entradas de remesas desde el exterior.

Se permitió que los principales exportadores retuvieran parte de las divisas que ingresaban y que determinadas transacciones entre empresas se realizaran en USD, todo lo cual –junto al estímulo y aumento de las exportaciones de sectores priorizados para incrementar las entradas de divisas– permitió la reanimación gradual de la economía.
PROCESO DE SANEAMIENTO DE LAS FINANZAS INTERNAS
La Directora de Estudios Económicos del Banco Central de Cuba señala que la dolarización nunca alcanzó la totalidad de la economía, pues los salarios, la seguridad y asistencia social, los servicios, los productos normados y muchas otras actividades se continuaron realizando en pesos cubanos.
En 1994, se llevó a cabo un saneamiento de las finanzas internas, que incluyó la eliminación de un grupo de gratuidades y subsidios, así como la posibilidad de que las personas pudieran cambiar sus pesos por USD.
En diciembre de ese año se introduce el Peso Convertible (CUC) para las transacciones en la red comercial que opera en divisas, en paralelo con estas.
En los años 2003 y 2004, el nivel de recuperación económica alcanzado permitió el inicio de la retirada del dólar de la circulación, primero en el sector empresarial (2003), donde se eliminó de las relaciones comerciales interempresariales y se sustituyó por el CUC.
En 2004 empezó el proceso de retirada del USD en el sector de la población como medio de pago. Desde ese momento, en la comercialización de productos en el país coexistían las dos monedas nacionales, el peso cubano yel convertible, estableciéndose, de hecho, una dualidad monetaria.
En el año 2011, a partir de los Lineamientosdel VI Congreso del PCC, se orientó la unificación como parte del proceso de ordenamiento monetario de Cuba.
LA OTRA CARA DE LAS DOS MONEDAS
Al terminar la primera década del siglo XXI, las condiciones socioeconómicas de la nación habían variado con respecto alos últimos años del siglo anterior. Las medidas lograron detener el desplome de la economía y comenzó su recuperación gradual desde el propio año 1994.
Ian Pedro Carbonell Karell, especialista de la Dirección General de Políticas Económicas del Banco Central, explica que el fenómeno de la dualidad tiene problemas subyacentes que deben solucionarse con urgencia.
Uno de ellos es la dualidad monetaria en sí, y otro es la dualidad cambiaria, que establece tipos de cambio diferentes entre las monedas nacionales, y entre ellas y las divisas extranjeras. Esto genera distorsiones en el sector empresarial y en la forma en que la población interactúa con él.
Asociado a la dualidad, uno de los problemas que requieren mayor atención es el tipo de cambio en el sector empresarial (de 1 CUP igual a 1 CUC igual a 1 USD), que es lo que llamamos «sobrevaluado», lo cual representa un freno para las capacidades productivas, desestimula a los exportadores y favorece las importaciones.
También, dice el especialista, esta situación tiene un efecto considerable en el funcionamiento y el balance contable de las empresas, y dificulta la medición de los hechos económicos y el efecto que deben tener los incentivos.
En el sector de la población, continúa, las dificultades están relacionadas, sobre todo, con los procesos engorrosos que genera tener que usar dos monedas nacionales, lo cual se ha ido corrigiendo con la posibilidad de usar ambas en muchas instalaciones.
Asociado a la dualidad también se produce en muchos casos la desconexión interna entre el precio minorista y el precio mayorista.
UN ENTORNO IDEAL PARA EL DINERO EN CUBA
En el Banco Central de Cuba, Karina Cruz Simón, especialista de la Dirección de Estudios Económicos, asume el reto de responder cuál sería el entorno ideal, en Cuba, para que el dinero cumpla sus funciones.
Cruz Simón plantea la «estabilidad» de la moneda nacional como la clave, lo que «se logra garantizando que los procesos de emisión de dinero se correspondan con la evolución de la economía real o productiva».
Entre los procesos que pueden atentar contra esa estabilidad se encuentran los inflacionarios, que ocurren cuando existe demasiado dinero en circulación y cuando se elevan los precios, lo que afecta el poder adquisitivo de la moneda y su credibilidad.
También se puede generar escasez (inflación reprimida), excesos de liquidez (ahorro forzoso) y mayor protagonismo de los mercados informales, todo lo cual también daña la estabilidad y poder adquisitivo de la moneda.
Un escenario favorable para que el peso cubano pueda cumplir con sus funciones y se logren preservar los equilibrios macroeconómicos, implicaría –argumenta la joven especialista– un tipo de cambio que acerque la oferta y la demanda de divisas; la existencia de reglas claras de emisión monetaria, para que en la economía haya justo la cantidad de dinero necesaria, y la disciplina entre los ingresos y gastos del Gobierno (control del endeudamiento público).
Además, destaca, es importante la coordinación entre los organismos encargados de conducir las políticas macroeconómicas, así como transitar de una dirección administrativa al uso de instrumentos financieros, para que los precios puedan ofrecer señales para un mejor desempeño de los consumidores, productores y la planificación general de la economía.
Igualmente, añade la importancia de que exista una oferta estable y de calidad de bienes y servicios que puedan ser adquiridos en la moneda nacional, y la necesidad de crear condiciones que estimulen que las personas y las empresas ahorren y obtengan créditos en la moneda nacional.
La economista también precisa la importancia de la superación de todos los involucrados en convertir este entorno ideal en lo más real posible para Cuba.

Comentario HHC: Esto ya se ha explicado n veces, el tema es que se ha considerado que nunca hay condiciones ideales, y esas nunca llegaran si no tomamos decisiones con la secuencia requerida. La decisión de la dualidad monetaria fue correcta en su momento, pero no para que durara tantos años, y por ello se han creado deformaciones en el funcionamiento de la economía. Hace años había propuesto que se quedara el CUC que era la moneda más " fuerte " frente al dólar, e ir devaluando la misma en el sector empresarial hasta equiparar las dos tasas de cambios (empresarial y la que tiene la población). Se tomó según mi criterio, el camino más largo al dejar el CUP.

Las condiciones idóneas de una economía en crecimiento pujante y una fuente de financiamiento para contener las desviaciones que se produzcan, en este proceso de eliminación de la dualidad monetaria, nunca se han dado y se ha detenido el proceso. Paradójicamente estamos en el momento peor de la economía, con pandemia y una economía que venía desacelerándose, y crecía poco, mas un bloqueo económico- financiero y logístico de EEUU exacerbado a niveles de delirio con la llegada del nuevo emperador Trump. Pero por otra parte políticamente es el momento donde tendría menos impacto, porque hay percepción de esta NECESIDAD. 

La existencia de la doble moneda no es un estado natural de ninguna sociedad, es una coyuntura de una economía en crisis.

Ahora habría que eliminar el CUC y llevarlo todo a CUP, y calcular la tasa de cambio USD vs CUP única (una para compra y otra para venta en los bancos) tanto para el sector empresarial como para la población. 


La evaluación que debiéramos hacer es la siguiente ¿Qué ha afectado a la economía más, decenas de años con dualidad monetaria y multiplicidad de tasas cambiarias (1x1, 2x1, 10x1, 24x1) todas sin sustento económico, ó no poner la economía al derecho, y que se refleje en las tasas de cambios la realidad económica, y asi poder tomar las decisiones económicas y financieras correctas con apego a la realidad para fortalecerla?

Una canasta de monedas en su relación al dólar, con una evaluación de la economía (lo que producimos) nos pudiera dar una idea para fundamentar e ir ajustando las mismas, por una parte. Por otra, en el mundo que nos relacionamos, es eminentemente capitalista y las monedas de los países se aprecian y se deprecian en torno al dólar, según la marcha de la economía del país y el mundo, algo parecido es lo que debemos hacer y poner a funcionar, para tener un referente adecuado, sino ideal si realista. Con la ventaja que tenemos la intervención estatal directa en la economía para ir ajustando. De lo contrario tendremos una economía artificialmente sobrevalorada y subvaluada según la empresa y la moneda (s) que operen como ocurre en estos momentos, aunque nos empeñemos en decir que 1 CUC es igual a 1 USD para el sistema productivo estatal.

No queremos realizar terapias de choque,
 eso es congruente con nuestro proyecto social. Pero la tasa de 24 x 1 para la población con el salario que percibe por tantos años, ocasiona que somos de facto quienes hemos pagado el costo de la ineficiencia empresarial todos estos años, de lo contrario no existirían muchas ellas.  Esa es la causa de que el salario real siga por debajo del que teníamos en 1989. Éstos son los resultados, a pesar de la voluntad de nuestro estado por minimizar constantemente los impactos negativos en nuestro nivel de vida. 

Nuestro problema pertenece a la esfera de la producción, por los bajos niveles de productividad del trabajo, y eso se refleja en la esfera de la circulación por mucho que no queramos admitirlo con tasas de cambios poco realistas. 

Llego la hora de la toma de decisiones, no dilatemos más lo que ha sido un consenso de todos, y está acordado por todos, y legislado en todos los documentos rectores del país. Así encausaremos la economía y podremos tener un CUP débil en un principio, pero si somos eficientes y eficaces, es decir ir alcanzando cada vez mas mayor productividad del trabajo, y con ello  tendremos a mediano y largo plazo un CUP fortalecido. 

Nota:  En este link carpeta https://cubayeconomia.blogspot.com/search/label/Cuba%20Dualidad%20Monetaria hay 94 escritos de casi 40 autores que abordan este problema de la dualidad monetaria y cambiaria desde  diferentes ópticas. 

COMENTARIO SOBRE EL ARTÍCULO “Mercado y transición socialista en Cuba. Apuntes para un debate”, de Carlos Lage Codorniu.


Por Fidel Vascós González
fvgonzalez30@gmail.com

El artículo publicado en La Tizza el pasado 17 de agosto titulado “MERCADO Y TRANSICIÓN SOCIALISTA EN CUBA. APUNTES PARA UN DEBATE”, de Carlos Lage Codorniu, se enmarca en el análisis actual sobre las vías para llevar a cabo la transición socialista, en especial, el lugar del mercado, la propiedad privada y la planificación. En general, estoy de acuerdo con sus planteamientos sobre estos temas. Quizás la parte mas importante de su artículo está al final, bajo el subtítulo “Provocaciones para un debate inconcluso”. Hay un aspecto que Lage no puede abordar en este artículo relativamente corto, pues requeriría de un ensayo de mayores proporciones. Se trata de que la vía para realizar la transición socialista no se limita solamente a un tema económico, sino que abarca todo el entramado de la superestructura social, política y cultural. Es bastante común tratar de definir el socialismo solo en base a la organización y funcionamiento de la economía, lo que resulta una aproximación reduccionista. El concepto de socialismo incluye la política interna: de justicia social, libertad política y democracia popular participativa; y externa: de independencia nacional,  lucha por la paz y la solidaridad internacional.  Pero este es tema para otro debate. Me concentraré en el artículo de Lage Codoniu, del cual, dentro de las ideas con las que coincido, destaco las siguientes:

- el modelo soviético que se experimentó en la URSS y en las democracias populares de la Europa del Este no es el único modelo de socialismo ni de transición socialista; pueden haber tantos  modelos socialistas como países que pretendan sustituir al capitalismo;

- la práctica de la construcción socialista distó de los planteamientos de Marx y Engels, pues: 1) no se inició en los países más desarrollados; 2) tampoco se dio en forma de «revolución mundial»; 3) el periodo de tránsito no fue — no ha sido — un periodo relativamente corto; y 4) la transición socialista ha tenido que compartir la edificación de la alternativa con la superación de un subdesarrollo dependiente;

- constituye un desafío para el socialismo cubano alcanzar una economía próspera y sostenible en las condiciones de la economía mundial donde rigen las reglas de otros sistemas dominantes; ello determina construir el socialismo cubano “en un solo país”, aunque hay que aspirar a la integración latinoamericana y caribeña;

- la economía mercantil que necesariamente tiene que existir en la Cuba de hoy no es una economía mercantil capitalista, sino una economía mercantil en los marcos de la transición socialista;

- el uso del dinero en las relaciones monetario-mercantiles en la transición socialista, tanto en el sector estatal como en el no estatal, no pueden ser solo como unidad de cuenta para el control y la contabilidad, sino también como medida de valor y demás funciones del dinero previstos por Marx; esas relaciones monetario-mercantiles tienen que ser reales y no formales, de manera que los precios emitan señales a tener en cuenta en las decisiones económicas;

- Cuba tiene muchos elementos teóricos y prácticos heredados del modelo soviético que ya resulta obsoleto y debe modificarse; uno de ellos es la economía centralmente planificada en base, principalmente, a métodos administrativos, los cuales deben dar paso a métodos económico-financieros, aunque siempre habrá algunas decisiones administrativas que mantener en manos del Estado;

- hay que aplicar las categorías de la economía mercantil tanto en el sector estatal como en el no estatal; las empresas estatales tienen que tener autonomía real en muchos indicadores que hoy son directivos decididos por organismos administrativos que le son jerárquicamente superiores;

- reducir el sector no estatal y ampliar el espacio del no estatal en la economía no necesariamente implica ceder a visiones neoliberales o renunciar a la construcción de una alternativa socialista;

- planificar no es administrar crisis ni corregir problemas aislados, por complejos que sean.

En lo que sigue, expondré aspectos en los cuales discrepo de Lage o que no son tratados por él.

- al final del artículo Lage acepta la existencia de un sector capitalista en la transición socialista, cuando al principio del artículo no concibe una economía mercantil capitalista en esa transición; considero que la economía mercantil abarca tanto al sector estatal como al no estatal y no califico de capitalista al sector no estatal privado;

- alrededor de este concepto, Lage delimita, dentro de lo que él denomina sector privado capitalista, el de la pequeña producción mercantil el cual, dice, hay que ganarse, considerando implícitamente un sector privado de mediana producción mercantil que le es ajeno al socialismo. Considero que, si bien es metodológicamente correcto diferenciar las PYMES pequeñas y medianas, a todas hay que ganarse mediante un tratamiento político igual;

- Lage dice que “los mercados no se autoregulan”. Considero que sí se autoregulan, lo que en el capitalismo neoliberal la regulación ocurren mediante las crisis, que destruyen grandes valores de activos, y en el socialismo lo hacen dentro de las disposiciones institucionales que los limitan;

- Lage ratifica, como muchos analistas que escriben al respecto, que los medios fundamentales de producción deben quedar en manos del Estado; lo que no se ha hecho es el listado de cuáles son los medios fundamentales de producción en el caso de Cuba;

- Lage plantea que los límites ampliados o reducidos en los que se inserta la economía cubana en el sistema mundo no depende de una decisión política, sino de un hecho objetivo. Considero que esos límites si deben responder a una decisión política. Por ejemplo, acceder a los financiamientos del FMI y del Banco Mundial obligan, según sus reglamentaciones de hoy, a la aplicación en el país de un régimen neoliberal, lo que Cuba no puede aceptar y esta es una decisión política.

- si bien es cierto que el funcionamiento de la “ley del valor” no va en contra de la transición socialista y, todo lo contrario, le es imprescindible, hay que tener en cuenta que la “ley del valor” no actúa de forma pura en todas las sociedades, sino que es contaminada por diferentes factores que en su momento fueron analizados por Marx. Estos factores desvían los precios a los que se venden y compran las  mercancías de su verdadero valor intrínseco. El Estado socialista no puede aspirar a regular la economía de tal forma que la “ley del valor” actúe en forma pura, pues la política de justicia social del socialismo así lo determina. Lage no hace esta diferenciación en la aplicación de la “ley del valor” en la transición socialista.

20 de agosto de 2020

Predicciones (I)

Voy a aproximarme con cautela de distancia y nasobuco a un puñado de temas de la política cubana, interna y externa. Naturalmente, no pretendo predecir, sino apenas anticipar lo que podría pasar.

Por Rafael Hernández, OnCuba



«El futuro no es lo que solía ser». Yogi Berra (catcher de los New York Yankees, 1925-2015)

Predecir es un negocio chiquito, decían en mi pueblo. Bien lo saben aquellos expertos en temas cubanos que hace dos años pronosticaron que un nuevo Gobierno en Cuba iba a estar atado de pies y manos por los militares y por «la gerontocracia que gobierna el PCC». Esos pronósticos compartían premisas y peculiaridades con las conversas de mis vecinos en las colas del barrio: determinismo («esto va a ser así porque así es»); argumentar lo que pasará con ejemplos de hace 30 años; confundir lo probable con lo posible, y lo posible con lo que ellos quisieran («esto solo se arregla si…»). También comparten la peculiaridad de tocar de oído («todo el mundo dice»). La lógica de mis vecinos es relevante para las encuestas sobre opinión pública, pero incierta si de entender el rumbo de las cosas se trata. 

La percepción sobre la velocidad de estas cosas depende de la que tiene el tren donde vamos. En ese tren no solo viajan mis vecinos, sino también los expertos y académicos, a saber, economistas, juristas, sociólogos, politólogos, historiadores, psicólogos, culturólogos, internacionalistas y comunicadores. Estos suelen ver en alta definición los objetos a los que se dedican. Pero en cuanto a otras dimensiones de esos mismos objetos, a menudo reaccionan como mis vecinos, cuando miran por la ventana los postes del teléfono correr en dirección contraria adónde va el tren, y con el mismo sentido común.

Claro que la mirada sobre el futuro no descansa solo en vecinos y académicos. Los sacerdotes de Ifá, reunidos en la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, y con el respaldo de «todas las familias de Cuba y sus descendientes en el mundo» vaticinaron que 2020, regido por Oshún en compañia de Obatalá, refrendaría «la paz y tranquilidad en los hogares». Advirtieron contra los padecimientos infectocontagiosos que aquejan el «sistema reproductor» y los «derivados del consumo de alcohol» y previnieron contra «la destrucción humana» acarreada por la «ingestión de carne de cerdo». Dictaminaron que era «el momento de establecer nuevos patrones, tanto de conducta como de actuación, y de desterrar de nuestras vidas todo aquello que es caduco». Más tarde, pronunciándose sobre la pandemia, atribuirían su causa a conflictos ideológicos a escala mundial.

Last but not least, también los políticos construyen representaciones sobre el futuro, auxiliándose a veces de instrumentos provistos por los expertos. Su principal margen de ventaja no consiste solo en reunir información que nadie más tiene, sino en disponer de recursos de poder para acercarse al futuro. Esos medios, desde luego, no incluyen el dominio sobre factores externos, de la mayor importancia en un mundo tan interconectado y de muy difícil previsibilidad, así como sobre los que intervienen en los procesos internos, y que para abreviar podríamos llamar «la sociedad». Los procesos que atraviesan ahora mismo a esa sociedad, cada vez más autónomos e interactivos, imperceptibles a un simple vistazo e incluso elusivos a veces para las investigaciones, recorren la compleja marcha de ese tren y determinan su rumbo, casi nunca el imaginado en los planes.

La categoría de «expertos» también incluye, desde luego, a instituciones especializadas en el pronóstico. Lo mismo la CEPAL o la Economist Intelligence Unit que los think tanks y consultorías especializadas de todas las marcas pueden calcular cómo y cuánto crecerá el PIB, cuál es el «factor de riesgo» para inversionistas, el precio de las commodities (azúcar, níquel, litio, etc.), o en qué medida determinados acontecimientos influyen en las «expectativas del mercado». Suelen ser bastante exactas en medir algunas, en determinadas condiciones de temperatura y presión constantes, aunque muchas veces no han anticipado un aerolito como la crisis petrolera de 1973 o la financiera de 2008; para no hablar de otros cuerpos celestes formidables y químicamente más complejos, como el derrumbe del bloque socialista europeo. La pregunta sobre su confiablidad no es tecnológica o de artes matemáticas sofisticadas, sino de factores en pantalla. En tiempos de COVID-19, elecciones en EEUU, prolongación de guerras e inestabilidad en el sur de Asia y el Medio Oriente, y un cúmulo de «variables independientes» de mayor envergadura, la traducción del enjambre de factores que los rodean a sus modelos de pronóstico es más complicada que vaticinar los ciclones y temblores del año que viene. 

Las predicciones no son un negocio chiquito solamente por todas las salvedades que he anotado. A menudo, algunas basadas en premisas verificables no dan en el blanco; mientras que otras, construidas sobre opiniones, apreciaciones y buenos deseos, terminan acertando. Seguramente las proyecciones de hace dos meses sobre la COVID-19 en Cuba se construyeron sobre datos, variables y criterios mucho más precisos, rigurosos y controlables que los vaticinios sobre las próximas elecciones de EEUU de la miríada de expertos en política norteamericana que surgen todos los días en las redes. Probablemente, sin embargo, la cuota de azar de ambas predicciones sobre lo que pasará en los próximos tres meses resulte comparable, de manera que su verificabilidad no revelaría siempre, como en la fábula del burro y la flauta, que los que acertaron tenían razón.

Dicho lo anterior, voy a aproximarme con cautela de distancia y nasobuco a un puñado de temas de la política cubana, interna y externa. Naturalmente, no pretendo predecir, sino apenas anticipar lo que podría pasar, dentro de las circunstancias en desarrollo que vivimos. Parto de una lectura sobre antecedentes y elementos ya en curso dentro de esa política, en el contexto de una situación nacional e internacional que la rebasa, y al mismo tiempo, propicia su emergencia y velocidad.

VIII Congreso del Partido: lo pendiente es lo nuevo

Dentro de apenas ocho meses, debe celebrarse el VIII Congreso del PCC. Razones para posponerlo hay. El país y su entorno atraviesan una etapa de incertidumbre que no es cosa de entrada en otro túnel, sino de límite de sobrevivencia. Las reuniones y consultas que normalmente preceden a un congreso desde al menos un año antes se verían entorpecidas, entre otras razones, por la circunstancia de la COVID-19, cuyos coletazos parecen extenderse hasta 2021. Proyectar el quinquenio que viene pasa por lograr que el país entero mantenga la nariz fuera del agua en el que termina, prioridad nacional de tiempo completo. En una economía históricamente abierta como la cubana, las variables externas son tan numerosas e indeterminables como el mundo de la incesante pandemia. Contar, como en las tragedias griegas, con un dios en una máquina que entre por la ventana, parece exceder en optimismo o entusiasmo la expectativa más prudente, incluida la paz con Estados Unidos, a la que me referiré más adelante.

Por otra parte, en momentos críticos anteriores, como hace 30 años, en víspera del derrumbe soviético, el IV Congreso del PCC no evitó la hecatombe, pero sí contribuyó a mirarla de frente, a captar sin ambages el «sentido del momento histórico» con dura lucidez, y a articular la resistencia entre la gente. En la coyuntura actual, la lucidez y la convocatoria a la resistencia no bastan. Un nuevo consenso se está reconstruyendo en torno a una idea de socialismo distinta a la que se defendió hasta 2011, y que no acaba de cuajar en un nuevo orden. Posponer esa transición, el reajuste y la ejecución de las políticas acordadas en 2016, y la actualización del principal documento de carácter estratégico salido del anterior congreso, la Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista; o limitarse a tomar medidas de emergencia como las que se adoptaron en 1993-1996, y dejar para tiempos mejores la revisión de los acuerdos y de la estrategia aprobada, tendría un especial costo político en una circunstancia crítica como esta. 

En el esquema de la institucionalidad cubana, el Congreso del PCC es tan importante como la elección de un nuevo Gobierno. Avanzar en la delimitación del rol del Partido respecto al Estado y el Gobierno, a escala nacional y local, ha estado en el núcleo político de las reformas desde el inicio de la década presidencial de Raúl Castro. Solo el congreso puede elegir un nuevo liderazgo partidista, dándole continuidad al relevo generacional iniciado bajo su Gobierno, según lo previsto oficialmente desde 2016. Solo este mecanismo institucional puede revisar los acuerdos pendientes del VII Congreso, actualizarlos según su índole y comprometerse con orientar su aplicación completa.

La gestión política de la crisis vinculada a la COVID-19, donde el gobierno ha llevado la voz cantante, y donde el PCC ha desempeñado un papel clave, ha mostrado que es posible hacer un Congreso a distancia. Esa gestión exitosa, medida por sus resultados en limitar el costo de la pandemia, se ha caracterizado por consultar, escuchar la opinión pública, intercambiar con especialistas de diversos campos, exponer a los ministros y a los Gobiernos territoriales a explicar los problemas y responder por ellos, así como informar con transparencia, tomar decisiones, rectificar otras, chequear y, en resumen, practicar un nuevo estilo de gobierno y de interacción con la esfera pública, sin necesidad de reunir a un contingente durante tres días en el Palacio de Convenciones, ni de consumir tiempo en largos discursos.

En la lógica de los mecanismos institucionales del Partido, la primera tarea del VIII Congreso podría ser actualizar el contenido de la Conceptualización del modelo. Revisar sus ideas, ajustar sus definiciones y rectificar las que fuera necesario, para ponerlas en sintonía con el proceso de los cambios, constituye, al margen de sus enunciados ideológicos, un ejercicio político previsible y eficaz para articular un nuevo modelo coherente. De hecho, exactamente así fue presentado por Raúl Castro en el anterior congreso, como un instrumento político que debía seguir revisándose periódicamente, no como un catecismo. 

¿En qué medida la nueva Constitución, aprobada en 2019 luego de consulta nacional y referéndum, introduce conceptos y nuevos enfoques que podrían actualizar este documento programático? ¿Qué acuerdos de la Primera Conferencia del PCC (enero de 2012), texto notable por la novedad de sus ideas, que parecería olvidado, serían recuperables en la perspectiva de esta actualización? ¿A cuáles temas específicos de la Conceptualización y de los Lineamientos económicos y sociales revisados en 2016 podría volverse cinco años después?

A vuelo de pájaro sobre todos estos documentos, se puede constatar, entre otros, el carácter estratégico de la descentralización y la autonomía de los municipios, la legitimación del sector privado y cooperativo y la reforma a fondo del estatal, reconocidos como centrales en el nuevo modelo. ¿Qué puede esperarse del próximo Código de Familia, ahora que tenemos una nueva Constitución? ¿Del lugar de la salud, la educación superior, la cultura, la ciencia, y otras áreas que la Conceptualización define apenas como «servicios públicos», como si de esos «sectores presupuestados» según los Lineamientos, no dependieran el desarrollo y la innovación en otras industrias y servicios, incluido el turismo? Finalmente, ¿qué va a pasar con temas ignorados, como la emigración cubana, o apenas mencionados, como el papel de los sindicatos y demás organizaciones, fundamentales en una democracia de los ciudadanos?

Para desenrollar un poco esta tela, y darle algunos tijeretazos a lo que puede venir, hace falta mirarla más detenidamente.

Enfrentan ilegalidades en tienda de venta en MLC de Guantánamo


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Guantánamo, 19 ago (ACN) El Ministerio del Interior (Minint) en Guantánamo, actuó contra ciudadanos que en vínculo directo con trabajadores de una de las tiendas de la cadena TRD Caribe de esta ciudad, destinada a la venta en Moneda Libremente Convertible (MLC), realizaban acciones ilícitas.
En respuesta al enfrentamiento a ilegalidades, delitos y hechos de corrupción que acontece en toda Cuba en el actual contexto de la pandemia de la COVID-19, se detectó que los implicados acaparaban artículos para la reventa o cobraban gravámenes exorbitantes por realizar compras a terceros.
Mediante las quejas de la población, fuerzas del Minint efectuaron acciones de instrucción a los encartados, como registros a algunas de esas personas, a las cuales se les ocuparon equipos electrodomésticos que incluyen entre otros neveras, motorinas y refrigeradores.
Como resultado varios ciudadanos, entre estos trabajadores de la tienda en MLC ubicada en las céntricas calles Pedro A. Pérez y Bartolomé Masó, en la ciudad de Guantánamo, resultaron detenidos, y diversos artículos y altas sumas de dinero permanecen bajo custodia de las autoridades policiales.
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Se precisó por el Minint que la investigación avanza y hasta el momento el monto de dinero incautado supera los tres mil 300 CUC, 74 mil 500 pesos en MN, y 150 USD.
La máxima dirección del país, previa aprobación del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, planteó la puesta en marcha de un plan nacional de enfrentamiento a ilegalidades, delitos y hechos de corrupción, en aras de frenar esas manifestaciones resurgidas con fuerza en el actual panorama de lucha contra el nuevo coronavirus.
La estrategia cuenta con el concurso del pueblo, la Fiscalía General de la República de Cuba, las fuerzas del orden interior, las organizaciones políticas y de masas, entre otros actores de la sociedad cubana, que mayoritariamente respalda las acciones contra coleros, revendedores, acaparadores y el que trafica divisas ilegalmente.