Creado el Lunes, 27 Mayo 2019 12:01 | Lubia Ulloa Trujillo | Fotos: Internet
Ciego de Ávila, 27 may (ACN)Unas 234 viviendas de Ciego de Ávila cometieron fraudes eléctricos en lo que va de año, mientras se hacen ingentes esfuerzos para garantizar el servicio sin interrupciones en medio del complejo escenario en el que se desenvuelve la economía cubana.
La detección de las infracciones, realizadas para evadir el pago de lo que realmente se gasta en energía eléctrica, permitirá recuperar el importe de 510 megawatt/hora (mw/h) sustraídos al Estado, informó Daniel Pérez García, director comercial de la Empresa Eléctrica en la provincia.
Explicó que el dinero a recaudar en total asciende a 620 mil 200 pesos y los violadores están obligados a pagar con carácter retroactivo la electricidad gastada en un plazo de 12 meses.
Entre las ilegalidades más frecuentes para registrar un consumo menor están las derivaciones ejecutadas a los cables de alimentación y las manipulaciones de metrocontadores con la colocación de imanes, dijo Pérez García.
Aseguró el directivo que las interrupciones del servicio eléctrico que puedan ocurrir en el sector residencial son por averías o por programas de mantenimientos e inversiones, no por capacidad de generación.
Estas garantías no deben ser motivo para que las familias avileñas gasten más de lo que necesitan y mucho menos que actúen sin escrúpulos, pues el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos se intensifica cada día más.
El combate a los fraudes eléctricos no solo busca el cumplimiento de la legalidad, sino que también ahorra recursos al país.
Ahora resulta que el señor José Ramón López, quien dice ser hijo del empresario cubano José López Vilaboy, propietario antes de 1959 del aquel entonces Aeropuerto de Rancho Boyeros; de la Cía. Cubana de Aviación; del hotel Colina y de otros inmuebles, que el Gobierno Revolucionario soberanamente confiscó, a tenor del Título III de la Ley Helms-Burton, pretende ser indemnizado, cuando su padre fue uno de los testaferros más allegados del dictador Fulgencio Batista
Como se conoce, en la fría madrugada del 1 de enero de 1959 el dictador Fulgencio Batista huía de Cuba acompañado por más de cien de sus principales compinches, en tres aviones de las Aerovías Q que despegaron del aeropuerto militar de Columbia (hoy Ciudad Libertad).
Dicen que Batista embarcó veinticinco maletas y que llevaba en la mano un abultado maletín que apretaba contra su pecho una vez sentado dentro de la nave. Eran dólares y Batista como era muy desconfiado temía perderlos. Conocía perfectamente la calaña de sus compañeros de viaje y de tropelías de todo tipo en turbios negocios que compartía con ellos.
El dinero se lo habían entregado sus testaferros más allegados que le controlaban sus “negocios”, como Andrés Domingo y Morales del Castillo, secretario de la presidencia; Manuel Pérez Benitoa y José López Vilaboy, entre otros socios.
Por cierto, Manuel Pérez Benitoa estaba en Nueva York desde finales de diciembre cuando llevó a esa ciudad a los hijos de Batista y cuarenta y tres millones de dólares para depositarlos en la cuenta del dictador. Acreditó cuarenta y dos y se quedó con uno.
Y López Vilaboy no pudo obtener ninguna plaza en los aviones que despegaron con los íntimos del dictador. Tuvo que asilarse ese mismo día en la embajada de Guatemala en La Habana.
Hace varias semanas el presidente de Estados Unidos activó el Título III de la Ley Helms Burton, que pretende, entre cosas, otorgarle el derecho de reclamación a quienes no eran ciudadanos de Estados Unidos, en concreto, a cubanos, cuando sus propiedades fueron nacionalizadas o se marcharon del país abandonándolas a principios de la Revolución.
Ahora resulta que el señor José Ramón López, quien dice ser hijo del empresario cubano José López Vilaboy, propietario antes de 1959 del aquel entonces Aeropuerto de Rancho Boyeros; de la Cía Cubana de Aviación; del hotel Colina y de otros inmuebles, que el Gobierno Revolucionario soberanamente confiscó, a tenor del Título III de la Ley Helms Burton, pretende ser indemnizado.
Han transcurrido muchos años y se hace necesario recordar y precisar cómo actuó en estos casos el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, que era el organismo encargado de tramitar todo lo referente a las nacionalizaciones y a las intervenciones de bienes, entre otras tareas.
En el caso del señor José A López Vilaboy, se le abrieron 27 expedientes tanto a él como a su esposa, por enriquecimiento ilícito, así como a otras quince personas que aparecen como testaferros en compañías y negocios de Vilaboy.
Para enmascarar y “legalizar” las fraudulentas operaciones financieras, el clan de testaferros contaba con el Bufete Pérez Benitoa, Lamar y Otero, que era el encargado con su batería de abogados de realizar esas ilegalidades.
Los tres socios estaban relacionados con lazos conyugales con la familia de Batista ó con políticos de su confianza.
-En cuanto a Cubana de Aviación aparece en el libro Las Empresas de Cuba, 1958, de Guillermo Jiménez Soler la siguiente referencia:
COMPAÑÍA CUBANA DE AVIACIÓN S.A.
“Empresa de aviación de pasajeros y carga, valorada en $22 000 000, con 796 trabajadores y oficinas en 23 y O, Vedado, La Habana.
“Era una empresa mixta de capital cubano privado y estatal con mayoría del último, donde el BANDES era su propietario principal y, entre los primeros, el accionista mayoritario era Fulgencio Batista.
“Como resultado de complejos y turbios rejuegos financieros, otra parte de las acciones estaban suscritas por entidades controladas por testaferros de Batista o favorecidos por su régimen. Así, $2 600 000 estaban a nombre de "De Aeropuertos Internacionales S.A., poseía $6 000 000 en acciones como parte de un préstamo recibido del BANDES. Por último, el sindicato de la Federación Aérea tenía acciones.
“El BANDES se había convertido en propietario a finales de 1958 al transformar en suscripción de acciones los préstamos otorgados para su rehabilitación, ascendentes a $11 000 000, que incluía la participación que, desde 1955, tenía el BANFAIC, a quien aquél había sustituido como prestamista y accionista.
“Más de las 2/3 partes de su capital privado pertenecía a Fulgencio Batista a través de "Inmobiliaria Rocar S.A., Compañía", propiedad aparente de Andrés Domingo Morales del Castillo y Manuel Pérez Benitoa, a donde se le habían ido traspasando gradualmente las acciones por parte de José López Vilaboy , el segundo mayor accionista, testaferro de aquél y gestor de estas maniobras financieras, quien, desde el 3 de agosto de 1954, había comenzado traspasando un quinto de las que él tenía a su nombre.
“Las acciones privadas estaban distribuidas entre 200 000 comunes, de las cuales 68 021 estaban controladas por "Unión Inmobiliaria de Construcciones S.A.", donde el principal era Vilaboy, y el resto se distribuía entre otros 200 accionistas entre los cuales figuraban "Luis G. Mendoza y Compañía" , Jorge Barroso , Julio B. Forcade y otros.
“José López Vilaboy era su presidente y tenía como vicepresidentes a José M. Casanova Soto, José M. Garrigó Artigas, ambos accionistas, y otros 3, y como secretario al Dr. Antonio Pérez Benitoa Fernández, quien había estado casado con Mirtha Batista Godínez, hija del primer matrimonio de Fulgencio Batista”.
Cuando los funcionarios, peritos mercantiles y auditores del Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados terminaron su trabajo, salió a la luz que el señor José López Vilaboy no era un emprendedor empresario como aparentaba, sino un hábil testaferro al servicio del presidente Fulgencio Batista.
-El periódico Revolución publicó el 3 de febrero de 1960 en primera plana la siguiente información:
CONFISCAN LAS PROPIEDADES DE VILABOY Y SUS TESTAFERROS
“Pasa a poder del Estado la Cía. Cubana de Aviación, el Aeropuerto de Rancho Boyeros, el Hotel Colina, y parte de acciones en otros muchos negocios. Trust Fosforero.
“El Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados confiscó todas, las propiedades de José López Vilaboy a quien se le siguieron 27 expedientes por enriquecimiento ilícito al amparo del poder público—, los de su esposa, Carmen Bagur Peñalver —también favorecida con el enriquecimiento ilegal—, así como los de quince personas cuando éstas aparecen como testaferros en compañías y negocios de Vilaboy.
-Entre los bienes confiscados a Vilaboy y sus testaferros se encuentran los siguientes:
“La Compañía Cubana de Aviación, el aeropuerto de Rancho Boyeros, el 51 por ciento de la cafetería del aeropuerto y le mitad del parqueo que existe en ese lugar.
“El periódico *Mañana», la estación Radio Aeropuerto, el reparto Mañana, el hotel Colina, el arrendamiento del tejar Mañana, la mitad de la empresa Fomento y Turismo de Cienfuegos —propietaria del valioso motel Jagua— y una residencia, valorada en más de 20,000 pesos, situada en 17 número 1255, en el Vedado.
“Otras de sus propiedades ya incorporadas a los bienes del Estado son los terrenos en que está enclavado el hospital Las Ánimas y su participación en el trus fosforero, ambos confiscados por resoluciones anteriores, así como el Banco Hispano Cubano, que está bajo el control del Banco Nacional de Cuba.
ENTREGA DE PROPIEDADES
-Las propiedades mal habidas por Vilaboy revertirán servicios para el pueblo bajo los siguientes organismos del Estado:
“Cubana de Aviación, el aeropuerto y el parqueo ya se entregaron al Ministerio de Transporte El diario *Mañana» se dará al Ministerio de Comunicaciones; el reparto y la residencia del Vedado, al INAV; el hotel Colina, el motel Jagua y la cafetería del aeropuerto, al INIT; el trust fosforero pasó al INRA, y el tejar se entregó al Ministerio de Obras Públicas.
LOS TESTAFERROS
-Estas son les quince personas cuyos bienes se confiscan cuando aparecen como *terceros interpuestos» en negocios de Vilaboy:
“Juan Becerras Danglada, Rosa Vizcaíno Díaz, Rufina González Pérez, Gerardo Díaz Rodríguez, Francisco de Jesús Casado Rodríguez, Isolina Barneal Rodríguez, Ramón Ochoa López Soler. Francisco Díaz Fernández, Sergio Vidal Cayro, Carlos René Cabrera Vázquez, Oscar Morales García. Nicanor Colina Jáuregui, Rafael Rivas Vázquez, José Manuel Pruna y Francisca Casas Gómez.
“Se ordenó cancelar los bonos, hipotecas o préstamos que aparecen a favor de estas personas, cuando los mismos graven propiedades o negocios de Vilaboy.
DERECHOS DE TERCEROS
“Se aclaró en el Ministerio de Recuperación que de la cafetería del aeropuerto solamente se confisca el 51 por ciento del negocio, que era la parte de Vilaboy, pero se reconoce corno dueño legitimo del 49 por ciento restante al señor Elpidio Pizarro.
“En cuanto al parqueo del propio aeropuerto, se confisca la mitad del negocio, pero se admite que el resto pertenece legalmente a Gustavo Novo Saborido y José R. Pino León.
“Del reparto Mañana sólo pasan a poder del Estado las mensualidades pendientes de pago de casas vendidas en dicho reparto, sin que la confiscación afecte en nada a las personas que ya terminaron de pagar. Por otra parte, el Ministerio de Recuperación otorgará escritura de propiedad a las personas que finalizaron sus pagos y todavía no tienen en su poder ese documento.
EL TRUCO DEL AEROPUERTO
“Vllaboy ganó fama de cerebro trimotor de múltiples negocios, lo que lo acreditó como un formidable hombre de empresa. Al poner Recuperación en claro sus trapisondas, ha quedado simplemente como un perfecto vividor.
“En el trust fosforero Batista le prestó diez y medio millones de pesos, que se pagarían con el dinero que se ahorraba por impuestos “perdonados”.
“Para el negocio del aeropuerto chantajearon a la antigua propietaria, haciéndole creer –que él y Batista--, que lo trasladarían para otro lugar.
“De ese modo, la empresa estuvo obligada a vender. Pagó poco más de un millón de pesos, y para mejorarlo, el Bandes le prestó más de cuatro millones, suma que se debe todavía.
“En cuanto a los terrenos del Hospital Las Animas, simplemente se apropiaron de propiedades que de muy antiguo era el Estado”.
Este solo es un caso, de los cientos que tramitó con apego a la ley el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados.
Fuentes:
-Las Empresas de Cuba, 1958, de Guillermo Jiménez Soler.
La llamada telefónica destilaba urgencia y dramatismo. Alguien muy cercano me sugería no solo ver la Mesa Redonda que transmitía la Televisión cubana. “Oye, si tienes dinero, compra jabón y pasta que la cosa viene mala”, me alertaban desde el otro lado de la línea.
Más de 30 años en el periodismo te hacen lobo viejo en esas lides; quizás por ello, desde hacía varios días este servidor le estaba siguiendo la pista al asunto de la emisión televisiva de marras: la implementación de modo gradual de varias medidas de carácter comercial para el control y la regulación en la venta de productos alimenticios y de aseo e higiene por el Ministerio de Comercio Interior (Mincin).
Porque ni usted ni yo vivimos en una burbuja, esa estrategia gubernamental se veía venir por un motivo más que elemental: el desabastecimiento de arroz, de chícharos, frijoles, crema dental, jabón liberado, etc., en la red minorista, ante la demanda disparada de la población.
Una digresión podría tornarse esclarecedora: existen diferencias entre las ventas normada, controlada y regulada. La primera de estas se refiere a las mercancías expendidas pertenecientes a la canasta básica familiar, en tanto la segunda se realiza a través de la oferta en las casillas o carnicerías y bodegas, de renglones a precios sin subsidios, según las disponibilidades, se anotan en la Libreta de Abastecimientos y solo pueden adquirirlos los consumidores vinculados a esa unidad minorista. Ejemplo ilustrativo: el llamado huevo comercializado a 90 centavos.
Particularmente, la venta regulada acontece en los mercados de tipo Ideal y en los denominados industriales. Aunque en dichos establecimientos el comercio es liberado, la insuficiente disponibilidad de determinada oferta aconseja en ciertas circunstancias, como las actuales, regular su expendio, o sea, vender hasta una cantidad máxima del artículo por persona.
Más gráfico: hoy en la red de venta liberada de la provincia de Sancti Spíritus, un cliente puede comprar hasta 15 libras de arroz y hasta 5 de frijoles. Por cierto, la cantidad puede cambiar en correspondencia con la existencia de estos alimentos en los almacenes, como lo anunció el Consejo de la Administración Provincial (CAP), decisión atinada desde mi perspectiva y con la que seguramente no coincidirá el gremio de los acaparadores y revendedores.
Porque de ello se trata. Directivos del Mincin y del CAP han insistido en que las medidas que entran en vigor de manera gradual durante este mes buscan poner contra las cuerdas el acaparamiento, de larga data por estas tierras.
Como pretensión, saludamos el anuncio; pero, la mayoría —debe dejarse margen al disenso— conocemos que el acaparador es pariente cercano de la mitológica Hidra de Lerna, enfrentada por Hércules y cuyas cabezas le nacían en un santiamén.
Es obvio que el susodicho personaje respira debido a las menguadas ofertas, y que para desaparecerlo del mapa urge aplicarle multas que realmente se las sienta en el bolsillo. Además, no solo basta con el actuar de la Policía; sino, también, del colectivo de los establecimientos de venta, pues, sin dudas, todo se decide en el mostrador: de un lado, el cliente; del otro, el vendedor, quien sabe cómo se clonan los acaparadores ante la mirada irritada del resto de los compradores.
Plausible el interés del Estado cubano de pretender una distribución equitativa y racional de productos como el chícharo y la salchicha, que se expenderán de forma contralada a partir de ahora. Sí, el chícharo, un renglón muy perseguido por los criadores de puercos para alimento animal ante el déficit de pienso.
Matiz relevante adquiere la decisión de vender reguladamente —con anotaciones en los registros— ciertas mercancías a los trabajadores por cuenta propia vinculados a la elaboración de alimentos, en una unidad comercial por municipio; esta medida, si bien no da respuesta a toda la demanda del privado, les alivia la competencia al resto de las personas que acuden a los mercados.
En torno a estas y otras decisiones, previstas a aplicar en la red de Comercio Minorista, los cubanos no han economizado criterios en las redes sociales y las páginas web, donde pueden leerse los más variopintos comentarios, entre estos los que abogan por normar mayor cantidad de productos por la Libreta de Abastecimiento —opinión que suscribo—, lo cual no se aviene con la política estatal.
Lo que sí ha cambiado para peor es el escenario internacional, signado por la agravación del cerco económico de EE.UU. contra Cuba y, en específico, por la vigencia del Título III de la Ley Helms-Burton. No todo el mundo resiste tal presión. Por ello, como ha expresado la titular del Mincin, Betsy Díaz Velázquez, determinados proveedores e instituciones bancarias dispusieron no seguir operando con la isla y, por tanto, resultó imprescindible reorientar mercados de origen de renglones de primera necesidad.
Quizás por su recurrencia, algunos no valoren consecuentemente esa realidad —sólido templo medieval ante nuestros ojos—; que dista de la etapa más cruda del período especial, que nos llevó a considerar una onza de aceite como una libra de oro, o a un jabón de baño como una reliquia familiar, que se desgastaba poco a poco a disgusto de todos en casa. Son otras las condiciones; otro el contexto. Ello traté de explicárselo a la amiga que me urgía a gastar en pasta y jabones mis últimos pesos del mes. Que no cunda el susto, por favor.
En una visita al stand del Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (Gesime), el mandatario cubano compartió con los expositores sobre sustitución de importaciones y encadenamientos productivos. Foto: Leticia Martínez Hernández/Facebook.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, intercambió hoy con empresarios de su país, en un recorrido por la VI Feria de Negocios que se desarrolla en ExpoCuba, en La Habana.
En una visita al stand del Grupo Empresarial de la Industria Sidero Mecánica (Gesime), el mandatario cubano compartió con los expositores sobre sustitución de importaciones y encadenamientos productivos, elementos claves para el desarrollo de la economía de la nación caribeña.
La cita, a concluir el viernes próximo, reúne a más de 432 entidades representivas tanto del sector estatal como cooperativo y cuentapropista, con el objetivo de fomentar las relaciones entre los actores económicos de la nación.
El presidente cubano recorre el pabellón central donde está la Unión de Industria Militar donde exponen todas las empresas de productos y servicios #SomosCuba#SomosContinuidad
Iniciada el 20 de mayo, la Feria cuenta entre sus objetivos fundamentales, la identificación de las potencialidades existentes en el mercado doméstico con vistas a la reducción de la dependencia importadora del país.
De acuerdo con los organizadores, con el cumplimiento de este principio económico se impregna mayor dinamismo al turismo, la inversión extranjera y el comercio.
En ese sentido, el ministro de Economía, Alejandro Gil, argumentó que para el 2020 se pretende un plan económico más flexible y con mayor participación de los centros productivos.
En la Sexta Edición de la Feria de Negocios en Expocuba participan 443 entidades o actores económicos distribuidos en empresas estatales, cooperativas de producción no agropecuaria entre otros #SomosCuba#SomosContinuidad#VamosPorMás
Para Cuba, el periodo 1989-1993, hasta llegar a la tenue recuperación económica de 1994, con un PIB del 0,7%, fue entonces el momento más difícil de la crisis económica vivida en aquellos años. Una crisis económica, con atisbos de crisis social, que no es posible considerar que hayamos superado aún.
En 1992 se proclamó la llamada Ley Torricelli, que tenía como objetivos, por una parte, frenar el comercio de Cuba con filiales de empresas norteamericanas en terceros países y al mismo tiempo, crear una madeja ideológica para subvertir el proceso revolucionario cubano desde dentro.
Se aprovechaba por la política de Estados Unidos la difícil situación económica que Cuba vivía para entonces.
Para dar el golpe de gracia a la revolución. Con un “Cambio de Régimen”. Tratando de hacerlo, afianzando el carácter transnacional de la política de bloqueo.
Para entonces, William Clinton desde la presidencia, encontraba en la Unión Europea, liderada por Aznar, todo el apoyo necesario para presionar sobre Cuba con la llamada “Posición Común”. Europa, como fiel aliado, seguía a Estados Unidos en su política hacia Cuba, tratando de forjar un consenso para subvertirla, a cambio de librarse del capítulo III de la Ley Helms-Burton, firmada por Clinton.
Esa situación desato una polémica, en que la UE como tal presionaba a Cuba, aunque algunos de sus miembros, de manera aislada, es decir, por separado, trataban de acercarse a la Isla.
Sin embargo, solo se trató de amenazas, nunca fue abierta la ejecución del título III de la Ley Helms-Burton. Para entonces muchos países europeos y otros del mundo, amenazaron seriamente con aplicar las llamadas Leyes Espejos, acusando a Estados Unidos ante la OMC, mientras se preparaban para devolver los golpes. Ese fue el ambiente, frente a la posibilidad de aplicación del Título III durante 24 años.
Hasta que hace menos de un mes, en abril del 2019, el presidente Trump, decidió ponerlo en ejecución. ¿Esta entonces Estados Unidos perdiendo el tiempo nuevamente, solo amenazando, o existen ya condiciones que justifican la puesta en práctica del título mencionado?
Sin dudas había razones para no poner en práctica el título III. ¿Pero existen ahora razones para ponerlo en ejecución?
En realidad, lejos de haber cambiado la situación, que justificaba la no puesta en práctica del título tercero, cuando fue aprobada la ley, estas razones, no solo ahora no han cambiado, sino que el escenario es peor para Trump, que como lo fue con anterioridad.
Cuando fue aprobada la Ley Helms-Burton en 1996, Estados Unidos gozaba de una serie de ventajas que ahora ya no tiene.
Veamos cuales eran entonces algunas de esas ventajas:
-Cuba, apenas salía de la crisis económica que la había azotado durante el periodo 1989-1994.
-Ya la llamada Ley Torricelli, la había golpeado impidiéndole el comercio en 1992 y más tarde en 1996, llegada la Helms-Burton, para impedir las inversiones extranjeras en la Isla.
-El derrumbe del mercado socialista y de la URSS en particular, se hacía sentir con fuerza.
-Aznar, había impuesto dentro de la UE la llamada “Posición Común”. Consistente en un conjunto de presiones, para obligar a Cuba a aceptar su política de Derechos Humanos y avanzar hacia una economía de mercado, si deseaba recuperar sus relaciones económicas con Europa.
-Cuba apenas comenzaba a recuperar su comercio con los Países europeos. Y las relaciones con los Ex socialistas.
Entonces, ante las dificultades que le traería con los aliados poner en ejecución del título III, Estados Unidos, lo pospuso hasta ahora, en abril del 2019, a pesar de que la coyuntura actual le es menos propicia. Pues ninguno de sus aliados comparte la idea de presionar a Cuba; todos están dispuestos a defender a sus inversionistas en Cuba y el bloqueo es más impopular que nunca antes. Sobre todo, si recordamos la abstención de Obama ante la resolución de Cuba en Naciones Unidas en el 2017 y si traemos al escenario actual la derrota sufrida por Estados Unidos, a pesar de las maniobras que trato de poner en práctica en la reciente Asamblea General del 2018.
Tal vez, todo ello nos podría llevar a pensar, de que ya Trump considera como perdidas todas las oportunidades de su política contra Cuba. Pero no nos engañemos.
¿Por qué, si para Estados Unidos, las razones y dificultades, para aplicar el título III, son hoy más agudas y contradictorias, resulta que precisamente ahora,Trump decide ponerlo en práctica?
Es cierto que hay ahora, menos razones que nunca, tanto en Estados Unidos, como en el resto del mundo, para que Trump haya decidido poner en práctica el título III. El mundo está contra Trump en la política de bloqueo y no se ha manifestado apoyo ninguno, para aplicarla, todo lo contrario. Países como China y Rusia se oponen fuertemente a que Estados Unidos logre desarticular la economía cubana, sometiéndola a las más brutales medidas de agresividad económica.
Entonces, ¿Dónde están ahora las razones para hacerlo? ¿Dónde pudiera pensar Trump que están ahora las oportunidades que le permitirían convertir semejantes medidas contenidas en el título Tercero de la Helms-Burton, en un acontecimiento exitoso de su política contra Cuba?
Creo que no queda más alternativa que hacer un esfuerzo por imaginar, como es que Trump está calculando, aplicar ahora el título III de la Helms-Burton, a pesar del nivel de oposición con el que está tropezando internamente y en el mundo.
Considero, que Trump piensa en una posibilidad de éxito de esa política, porque Cuba está atravesando una situación económica extremo difícil. Momento en el cual se ha hablado, por parte nuestra, de que esas dificultades, en los próximos meses, se extremaran, pudiendo incluso, llevarnos, o ponernos al borde un nuevo Periodo Especial.
No se ha dicho exactamente así; pero nuestra Dirección Política ha admitido, que los meses por venir serán de serias dificultades económicas; que ese es el ambiente que se respira con las escaseces que se han puesto de manifiesto y que esa es la preocupación de la mayoría de nuestra población. Además, que el crecimiento de nuestro PIB será si acaso similar al del pasado año. Y que a lo más que podemos aspirar este año es a no decrecer.
Lo cual quiere decir entonces, que la política norteamericana está mirando más que nunca hacia la dinámica de nuestra realidad interna, hacia la economía en particular, pues esta última continúa siendo la clave, la variable fundamental que está informando actualmente la política norteamericana contra Cuba.
Toda la política exterior de Trump es caótica, contradictoria y nada exitosa; plagada de errores y problemas, pero respecto a Cuba, Venezuela y Nicaragua, no podemos hacernos ilusiones. Hay que mirar de frente y con objetividad, que se trata de un trío de naciones, a las que Trump les ha declarado la guerra, para desaparecerlas y que las mismas, no están atravesando una cómoda situación interna.
Para Trump y los que le siguen, tratando de liderar las peores acciones contra Cuba, aun y cuando magnifiquen nuestras dificultades, no es menos cierto que las situaciones son difíciles y que están presentes factores, para alimentar el interés de aprovechar este momento, que se considera por ellos, propicio, para los planes contra Cuba. No tratándose de enemigos improvisados, sino de los enemigos de siempre. Que han encontrado dentro de la administración de Trump el espacio más favorable para llevar a vías de hecho sus planes de destrucción de la Revolución Cubana.
No es menos cierto de que Estados Unidos ya no cuenta con el escenario para ejercer su hegemonía impunemente. Teniendo ante sí múltiples fuerzas internas y externas que le contrarrestan, limitando su poderío para cumplir los planes que ha diseñado contra Cuba.
Pero esta última, amenaza, por su parte, dentro de la coyuntura en que se está tratando de ejecutar, no puede sino hacernos trabajar con ahínco y contra un tiempo que no nos está sobrando.
Es cierto que Trump tiene dificultades, para aplicar contra Cuba la política que decidió desde el principio de su mandato. Pero no debemos fiarnos en sus dificultades, sino prestar atención, al conjunto de fuerzas que debemos poner en movimiento, para obstaculizar e impedirle la realización de sus aspiraciones contra Cuba. Fuerzas, que en principio están dentro de Cuba. Y no confiarnos a la solidaridad, ni a la ayuda que nos pueda llegar desde afuera. Sino en nuestras capacidades internas, que las tenemos, para conjurar el destino que nos tienen preparado.
En el capitalismo de nuestros días germinan crisis de muy diferente naturaleza que aparecen de forma recurrente. Unas son sistémicas porque cuando aparecen “contaminan” inevitablemente a todo el sistema. Así son las financieras porque afectan al dinero o crédito, sin el cual no puede funcionar la economía. Otras son estructurales, porque provienen de la naturaleza intrínseca del sistema capitalista. Por ejemplo, las que producen la desigualdad derivada de la mercantilización del trabajo (que periódicamente produce crisis de demanda por la caída de la masa salarial), o la ambiental, como consecuencia de mercantilizar también el uso de los recursos naturales, sometiendo la naturaleza al afán de lucro. Otras son de escala y características diferentes, producidas por una sola causa o por una conjunción de ellas, y pueden alcanzar una envergadura mayor o menor según que afecten a variables más o menos determinantes del funcionamiento o del equilibrio del sistema en su conjunto. Eso ocurrió con la de los años 70 del siglo pasado.
Como traté de demostrar en mi libro Economía para no dejarse engañar por los economistas, estos últimos, cuando se basan en el saber convencional, en la ortodoxia dominante, no suelen ser capaces de anticipar las crisis y de darles solución adecuada. Es así porque parten de premisas falsas y porque no utilizan métodos de análisis adecuados para poder entender lo que en realidad es la economía: un sistema complejo cuyo funcionamiento no se puede explicar con las herramientas simplistas de la teoría económica dominante .
En mi opinión, esta falta de acierto se está produciendo de nuevo en estos momentos: los economistas convencionales y las autoridades que se basan en sus opiniones intuyen que se aproxima una crisis importante pero están apuntando, otra vez, al lado equivocado. Creen que vendrá por la desaceleración de la actividad que se viene produciendo en los últimos meses o como resultado de otro zarpazo de volatilidad financiera, como el que provocó la de 2007-2008. Pero se equivocan.
Es cierto que la tendencia a la baja de la masa salarial y la extraordinaria concentración de la riqueza tiende a producir un deterioro progresivo de los mercados: ante una demanda debilitada se responde con reducción en la oferta y se genera así un círculo vicioso que antes o después estalla en forma de crisis. Y es cierto también que las grietas que provocaron la anterior crisis financiera no se han cerrado convenientemente, de modo que es seguro el sistema bancario mundial volverá a saltar antes o después. Pero yo creo que ninguno de estos peligros es inminente. Y otras crisis, como la ambiental o incluso la de la deuda, tampoco es probable que produzcan un efecto de colapso generalizado próximamente.
A mi juicio, donde se están concentrando todos los riesgos para producir una crisis global de grandes dimensiones a muy corto plazo es en las bolsas de valores y, por tanto, en el entramado empresarial que se extiende por todo el planeta.
Las bolsas se están convirtiendo en nuestro tiempo en una bomba de relojería por tres razones que expongo a continuación muy resumidamente.
La primera es de carácter más general. Las bolsas son mercados cuya función es la de proporcionar financiación a los operadores económicos. Cuando estos necesitan capital emiten títulos y los ahorradores o inversores los adquieren para obtener la rentabilidad que está asociada a ellos, bien como renta variable (cuando se trata de dividendos que reparten el beneficio de las empresas) o fija (cuando se trata de títulos que se emiten con un interés determinado a lo largo del tiempo). Esa función de capitalización es fundamental y hay que reconocer que es uno de los grandes logros del capitalismo pues permite acumular sumas de capital que generalmente sería imposible que pudieran obtener por sí mismos los propietarios originales o mayoritarios de las grandes empresas. Algo fundamental, por tanto, para acometer grandes negocios y la acumulación que necesita un sistema planetario como el nuestro.
Sin embargo, las bolsas han perdido desde hace años esa función y en lugar de servir para financiar a las empresas responden cada vez más a una lógica puramente especulativa que simplemente busca aprovecharse de los cambios de precios de los títulos y no de su rentabilidad intrínseca. En las bolsas actuales se compran o se venden títulos para volver a venderlos o comprarlos rápidamente, es decir, para especular con ellos con un criterio de cortísimo plazo muy distinto al que requiere la financiación empresarial y productiva.
Esto significa que la bolsas se han desnaturalizado, que funcionan para lo que no deben funcionar y eso es lo que explica que se produzcan crisis de reajuste tan a menudo.
Y yo creo que tenemos ante las puertas una nueva crisis de este tipo, pero de gran amplitud, porque este proceso de desnaturalización se ha agudizado extraordinaria e incluso excesivamente en los últimos tiempos.
La segunda razón que ha provocado que la desnaturalización de las bolsas se hayan exagerado hasta el punto de que están a paso de estallar es que las grandes empresas vienen utilizándolas para comprar sus propias acciones, unas veces utilizando sus grandes beneficios para ello y generalmente endeudándose gracias a los tipos de interés muy bajos. En los últimos cinco años, las 500 mayores empresas de Estados Unidos realizaron ese tipo de compras por valor de 2,9 billones de dólares, y en 2018 por 1 billón. Esas compras (técnicamente denominadas buy back) han sido las responsables de que las cotizaciones de esas acciones estén exageradamente elevadas y que el índice S&P500 (el de las 500 más grandes empresas que cotizan en bolsa) haya registrado una impresionante subida del 300% desde 2009 a finales de 2018. Más bien antes que después, más pronto que tarde, quizá ya mismo, esas compras dejarán de realizarse y las bolsas caerán estrepitosamente, arrastrando tras de sí a docenas de las más grandes empresas del globo.
La tercera razón que ha producido la exagerada desnaturalización de las bolsas es la generalización de las llamadas operaciones de alta frecuencia. Estas son las compras y ventas de títulos de todo tipo que no realizan los seres humanos sino algoritmos en ordenadores muy potentes que operan a velocidades que resulta muy difícil de asimilar. Este tipo de operaciones representan ya entre el 60% y el 80% de todas las que se realizan en las principales bolsas y mercados financieros del mundo. Y para que los lectores se hagan una idea de qué significa operar a la velocidad en que se compra y se vende hoy día baste un simple cálculo: imagine que se compra una acción por 1.000 euros y que se vende a 1.001 euros pero que eso se hace 10.000 veces por cada segundo, que es la velocidad a la que pueden realizarse esas operaciones (hay quien dice que no son 10.000 veces sino incluso millones de veces…). Y para entender lo que esto lleva consigo y lo que puede suponer el actuar más rápido cada vez, téngase en cuenta que una conexión a la red que sea solo un milisegundo más rápida que la de la competencia podría aumentar las ganancias de una firma de alta velocidad en unos 100 millones de dólares al año.
Las consecuencias del predominio de este tipo de operaciones son muy variadas pero señalaré sólo dos. Una, que se alimentan burbujas continuadamente (préstamos estudiantiles, pensiones, la inmobiliaria que no cesa, o la más letal de la deuda…). Y otra que, aunque todos los algoritmos están preparados para ganar, es materialmente imposible que siempre ganen todos o que todos los mercados estén en alza permanentemente. Y ambas circunstancias nos llevan a lo mismo que dije antes: más bien antes que después… se producirá una caída generalizada en las bolsas. Dicen que los reguladores necesitarían entre diez y quince minutos para detener una instantánea pero yo no creo que eso esté siempre asegurado. Y, en todo caso, piensen en lo que sucedería si la caída se produce justo antes del cierre, o si se produce una detrás de otra.
¿Cuándo puede suceder algo así? ¿Cuándo se producirá el reajuste de unas bolsas mundiales desnaturalizadas? ¿Cuándo estallarán las burbujas? ¿cuándo provocará un caos la lógica insostenible de los algoritmos sin control?… No lo sabemos pero lo que sí es seguro es que el fuego se extiende cuando salta una chispa y que en los últimos meses se están encendiendo varias cada dos por tres. La última, el ataque de Trump a Huawei. Es un paso más en la guerra comercial y tecnológica y ya así tiene importancia. Pero yo lo contemplo ahora como un posible factor de desestabilización en bolsas que están ya de por sí muy altamente desestabilizadas, tal y como acabo de explicar.
Si es así, si provoca que empiecen a caer las cotizaciones, si se frena el buy back, si hace que estalle alguna burbuja… estaremos a las puertas de la próxima crisis, de naturaleza y efectos diferentes a la anterior. Su modo de difusión y sus consecuencias las comentaré en un próximo artículo. Pero, de momento y para que este artículo termine con una imprescindible visión esperanzadora, no se olvide que, como escribí hace unos días, también detrás de las crisis hay Una gran oportunidad.