Desde hace muchos años, y más aún posterior al
triunfo de nuestra Revolución el 1ro. de enero de 1959, me ha atraído la
historia de esa poderosa y contradictoria nación que son los Estados Unidos de
América.
En el devenir de estos 60 años en que los
cubanos hemos estado enfrascados en una lucha terrible y sobre todo muy
desigual contra este envalentonado adefesio, nos ha permitido, de una forma u
otra, ir desentrañando como siempre ha sido su comportamiento, y lo que podemos
esperar de sus conductas y hábitos, en sus relaciones con los que consideran
sus enemigos, y también con sus amigos y aficionados.
Así las cosas, en julio del año 2013, me
atreví a redactar un documento que expongo a continuación, en el que traté de
ahondar, dentro de mis posibilidades, de qué forma han transitado en su
existencia como nación independientes, para arribar a estos momentos que parece indicar tienden a imitar
a los vetustos y decrépitos imperios padecidos hasta la fecha.
Asimismo, también nos asombra, como en la
actualidad emerge, dentro de la caterva de elementos conocidos como
neofascistas y ultra-radicales, un personaje que nos hace recordar a los que
sumieron a la humanidad en horrendos holocaustos humanos.
¿QUÉ
NUEVAS SORPRESA LE DEPARA EL IMPERIO A LA HUMANIDAD?
¿Cuántas veces la humanidad se ha hecho esta
pregunta sobre la trayectoria descomunal y desconcertante del Imperio
Norteamericano? Infinidad de veces; pero esto no es casual.
Desde que son independientes, los pueblos se
han visto algunas veces sorprendidos, primeramente por los avances de ese país
en todos los campos de la ciencia y la técnica; y muchas más veces alarmados y
atemorizados por las acciones, declaraciones provocadoras y amenazantes, y
vaticinios prepotentes de sus principales figuras y dignatarios.
A la vez, por suerte, hemos contado con
preclaros y eminentes libertadores, mandatarios y políticos que se han
desvelado percibiendo cuáles pudieran ser los nuevos maléficos derroteros del
gigante que puedan asechar a los países, con tal de combatirlo con audacia e
inteligencia.
Pienso que lo esencial es que no nos dejemos
embaucar por la manoseada propaganda de la gran nación con el insuperables y
espléndido sistema democrático, con pluralidad política a partir de dos partidos
que compiten para llevar a la sociedad a su máximo esplendor.
Solo se trata, señores, de una repartición
periódica del poder del Estado entre los círculos dominantes, siempre
asegurando lo que, desde su inicio como nación, han perseguido de no afectar el
“CONSENSO SOCIAL”, ni la “OPOSICIÓN
LEAL”.
Como siempre ocurre en todos los procesos
sociales, en los Estados Unidos a lo largo de su existencia como república, se
han producido conflictos que han causado la ruptura consensual, pero que sepa
casi nunca se ha llegado a la “DESLEALTAD
POLÍTICA”.
La más grave disensión ocurrió durante los
años 1861 hasta 1865, debido a la Guerra de Secesión (Guerra Civil), entre el
Norte y el Sur, que costó la vida a más de 600 mil personas, sin contar los
heridos y mutilados.
Lo que sí está claro es que cuando se
presentan ocasiones y hay visos de que ese consenso y lealtad peligran,
interviene el poder omnímodo del gobierno en la sombra que ordena de inmediato
parar las desavenencias y llamar a contar a los contendientes.
La primera gran “sorpresa” que se recibió
desde el mismo inicio republicano de los Estados Unidos, lo constituyó las
evidentes y sustanciales diferencias entre los postulados de la célebre Declaración de Independencia adoptada el 4 de
julio de 1776, que consigna como verdades innegables, entre otras, que todos
los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su creador ciertos derechos
inalienables como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y once
años más tarde, el 17 de septiembre de 1787, con la aprobación de la
Constitución, que en lugar de dar vida a los profundos ideales modelados en el
texto de la referida Declaración, los trocó por conceptos prominentemente
encarrilados a garantizar que el poder permanezca firmemente en las manos de quienes
controlaban la riqueza en los Estados Unidos.
James Madison, el principal autor de la Carta
Magna, tenía una visión extremadamente clara: “el objetivo del gobierno tiene
que ser la protección de la minoría opulenta contra la mayoría”.
De esta génesis surgieron las grandes
“sorpresas”, unas tras otras, con asombrosa uniformidad; algunas admiradas por
crédulos e ingenuos gobernantes de otros países, sin percatarse del nacimiento
de un engendro.
Algunos inclinados como siempre a la
genuflexión, la cobardía, la sumisión y la servidumbre, alabando y ensalzando
la estratagema y la celada del astuto.
Otros, los menos, con clara intuición de las
consecuencias, pronosticando lo que sobrevendría de desgracias y tragedias a la
humanidad, como lo declaró el Libertador Simón Bolívar en 1829:
·
“Los Estados Unidos están
destinados por la Providencia para plagar América de miserias en nombre de la
libertad”.
Y los vaticinios sabiamente expuestos por
nuestro Héroe Nacional, el Apóstol José Martí.
Comenzando el siglo XIX, y a solo 25 años de
su independencia, sorpresivo fue el despliegue ejercitado para violenta y
brutalmente llevar a cabo el expansionismo territorial: compras, despojos,
asesinatos, intrigas; todas las acciones posibles se utilizaron para asegurar
ese movimiento.
Otro caso asombroso en la existencia de ese
contradictorio país, resultó ser el flagelo de la esclavitud. , que a pesar de
tan prolongado atropello a la vida humana, continuaron siendo considerados como
el país más democrático y justo.
Pudiera extenderme en relatar otros casos
relevantes de las incoherentes y absurdas políticas que por décadas han
desplegado, por lo que nadie puede negar de que se trata, llana y simplemente
de que estamos en presencia de un poderoso y prepotente país, astutamente estructurado
desde que se declararon independientes, PARA
NO ADMITIR DIVERSIDAD ALGUNA; de
ahí lo que un famoso experto en economía política subrayó: “el sueño norteamericano consistía en
convertirse en un mundo en sí mismo”; rematando lo que el Secretario de Estado
de los Estados Unidos en 1945, declaró: “el problema no consistía en asegurar
el mundo para la democracia, sino en asegurar el mundo para los Estados
Unidos”.
Finalmente, me atreví en pronosticar qué nos
depara este imperio, posteriormente a que finalice el mandato del actual
presidente Barack Obama, si es que lo termina.
Muchos pudieran pensar, no sin razón, que se
trata de una osadía y una inexplicable e incomprensible suficiencia de mi
parte, considerando lo complejo y difícil que resulta realizar esta predicción.
Lo único que puedo argumentar es que me
arriesgué a hacerlo, entre otras cosas, analizando profundamente el asombroso
analogismo del accionar político, económico y diplomático de los gobernantes de
los Estados Unidos, durante sus dos siglos de existencia, que pareciera como
realizado por seres clonados y ahora, en pleno siglo XXI, continúan padeciendo
de las mismas vetustas creencias, convicciones, apetencias, delirios y
enajenaciones.
Julio
Sergio Alcorta Fernández,
La Habana, Cuba
15 de julio de 2013.
PRONÓSTICOS
DE LO AQUE NOS DEPARA EL IMPERO ESTADOUNIDENSE POSTERIORMENTE AL FIN DEL MANDO
DEL ACTUAL PRESIDENTE BARACK OBAMA, EN NOVIEMBRE 2016.
En los Estados Unidos han sido elegidos 44
presidentes, desde su primer mandatario George Washington, hasta el actual
Barack Obama.
Si nos dedicamos a realizar un análisis sobre
sus trayectorias, no nos costaría mucho trabajo llegar a la simple conclusión
de que las mismas han seguido un esquema muy parecido en sus formas de pensar,
tácticas, estrategias, prepotencias, misticismos, pragmatismos, fundamentalismos,
racismos y falta de ética.
Esta realidad nos puede facilitar el vaticinar
con más o menos éxito, cuáles serán sus próximas aventuras; que no creo van a
diferir sustancialmente a lo que nos tienen acostumbrado.
Es más, pienso que, como las condiciones han variado en relación con su
hegemonía, la concientización de los pueblos, el enorme desarrollo tecnológico
de las armas de guerra; la visualización de la decadencia del sistema capitalista;
los graves problemas del medio ambiente, la drogadicción y los conflictos
confesionales, etc., todo esto les impondrá la desagradable e imperiosa
necesidad de radicalizar sus movimientos, que a la vez los hundirá
irremediablemente, con los peligros que esto conlleva.
Por lo tanto, apoyándonos en estas
consideraciones, preveo que, a partir de las próximas elecciones presidenciales
en los Estados Unidos, en el año 2016, en que se decidirá un nuevo presidente.
·
Emergerán victoriosas las figuras
más ULTRA DERECHISTAS Y NEOCONSERVADORAS,
que pacientemente han aguardado para la toma del poder.
·
El gobierno en la sombra
coincidirá con ellos en que deben efectuarse cambios que conlleven a fortalecer
el SISTEMA, en plena decadencia,
aunque haya que transigir con las políticas extremistas y radicales de algunos
conocidos miembros de su cofradía.
·
El resto de los grupos
conservadores, los opulentos y hasta parte de los llamados liberales, serán
irremediablemente empujados y arrastrados a
apoyar, de una forma u otra, a los nuevos cabecillas, confiando en que
no se van a perjudicar económicamente, y asimismo muy temerosos ante su
intuición de que el trato será con gente sin honor, infames y dispuestos a todo
con tal de más nunca soltar el poder.
·
A pesar de los esfuerzos por
subsistir, la poderosa nación se encuentra en fase de agotamiento,
principalmente por la crisis financiera global, los efectos climáticos, el
desempleo galopante, las drogas, el desmantelamiento del Estado de Bienestar en
los países de la eurozona y el billonario endeudamiento causado por los
inmensos gastos que provocan las infinitas guerras y el despliegue de cientos
de bases militares alrededor del mundo;
POR LO QUE NO LES QUEDARÁ MÁS REMEDIO QUE AFERRARSE PELIGROSAMENTE A LOS DOS ÚNICOS ELEMENTOS QUE LES QUEDA: EL PODERÍO
MILITAR Y LA “GRAN IDEA” DE INFUNDIR EL
MIEDO EN SU PUEBLO.
·
Los nuevos gobernantes planearán
el desmantelamiento de los gobiernos progresistas que han surgido en la América
Latina y el Caribe, con cierto éxito inicial; que finalmente los hundirá aún
más al surgir fortalecidos estos estados y otros que se les sumarán.
·
Unas pocas naciones sudamericanas
dirigidas por los vasallos de turno, se les unirán, tratando de deshacer la
integración tan anhelada por los pueblos de esa región.
·
Los problemas sociales que
surgirán por las medidas económicas y financieras que se aprobarán, ligado al
más rancio NEOLIBERALISMO, traerán conflictos dentro de la población
norteamericana, que serán combatidos por la fuerza.
·
Surgirán divisiones serias entre
algunos Estados y el poder central, por las características de sus poblaciones
y sus divergencias políticas, que causarán disensiones profundas que afectarán
los tan apegados principios del credo norteamericano del “CONSENSO
SOCIAL”, y la “OPOSICIÓN LEAL”.
·
Tal será el declive que sufrirá
esa sociedad, por los errores que cometerán sus próximos gobernantes, que la
ciudadanía comenzará a apreciar de que algo no está funcionando bien, estimando
por primer vez que los problemas no han sido provocados por una causa exterior,
sino por crisis interiores que están
minando a su sociedad.
·
Será preocupación permanente para el gobierno
neo-conservador de los Estados Unidos, por el desarrollo impetuoso de las
naciones emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sud-Africa, que provocará el
deterioro de su preponderancia, que según el nuevo informe del National
Intelligence Council (NIC), Oficina de Análisis y de Anticipación Geopolítica y
Económica de la CIA: “los Estados Unidos
perderán su hegemonía económica en favor de China y ya no ejercerá su hegemonía
militar solitaria”. ESTA REALIDAD LOS CONVERTIRÁ EN UN SUJETO PELIGROSAMENTE PSICÓPATA, DISPUESTO A CUALQUIER LOCURA,
PUES CONOCIENDO SUS CARACTERÍSTICAS PREPOTENTE NO CONCEBIRÁN ADAPTARSE A
NINGUNA OTRA FORMA DE CONVIVENCIA.
No habrá salida
para las crisis económicas y financiera, pues todas las medidas tomadas y las
que se tomen, serán paliativas. Europa y
Estados Unidos marcharán, juntos o separados, hacia el desenlace de un gran
debacle.