Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

miércoles, 3 de mayo de 2023

Cuba arribó al millón de visitantes



La Habana, 3 may (Prensa Latina) Cuba arribó hoy al millón de visitantes, informó el ministro de Turismo, Juan Carlos García, en su perfil en la red social Twitter.

mayo 3, 2023
CDT14:34 (GMT) -0400

De acuerdo con el funcionario, la cifra representa un importante paso para la recuperación del sector en la isla.

Canadá continúa siendo el mercado líder en emisión de viajeros internacionales, detalló García.

El anuncio se produce en el contexto de la edición 41 de la Feria Internacional del Turismo de Cuba, con la presencia de cerca de 573 turoperadores internacionales, más de 51 cadenas hoteleras e igual número de líneas aéreas, lo cual constituye una ventaja para la promoción de los atractivos turísticos del archipiélago y la concertación de negocios.

ro/evm

La financiación del bien común


LONDRES – Se han celebrado hace poco las reuniones anuales de primavera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial; y según los organizadores, salió de ellas un «fuerte mensaje de confianza y voluntad de cooperar». Pero la retórica elevada y las buenas intenciones no bastan para crear una economía realmente inclusiva y sostenible que sea adecuada para el siglo XXI. Para eso, se necesitan profundos cambios estructurales.


Ya hay quienes los están pidiendo. Mia Mottley, primera ministra de Barbados, promueve la creación de un «nuevo consenso» entre los países más ricos y los no tan ricos. Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas António Guterres pidió una «agenda común»: un plan de cooperación intergubernamental mundial para pasar «de las ideas a la acción».

Reformar la cooperación y las finanzas internacionales implica cambios fundamentales al modelo de capitalismo actual. Para poder cumplir la agenda compartida tenemos que complementarla con una nueva economía del bien común.

El sistema monetario internacional surgido después de la Segunda Guerra Mundial fue sin duda una innovación importante. Pero su estructura ya no está a la altura de los tiempos. Los desafíos que enfrentamos hoy (del cambio climático a las crisis sanitarias) son complejos, interrelacionados y globales, y las instituciones financieras deben reflejar esa realidad.

Puesto que el sistema financiero repite la lógica del sistema económico en su totalidad, se necesita un cambio más fundamental: tenemos que ampliar el pensamiento económico en el que se han basado los mandatos institucionales. Para dar forma a los mercados del futuro y maximizar el valor público al hacerlo, tenemos que adoptar una ciencia económica totalmente nueva.

En general, el pensamiento económico actual asigna al Estado y a los actores multilaterales la responsabilidad de eliminar barreras a la actividad económica, reducir riesgos en el comercio internacional y las finanzas y emparejar el campo de juego para las empresas. Es así que gobiernos y organismos de financiación internacionales se limitan a hacer retoques en los bordes del mercado, en vez de lo que realmente se necesita: configurar en forma deliberada el sistema económico y financiero en pos del bien común.

Esto ayuda a explicar por qué el mundo está haciendo tan pocos avances en dirección a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que supuestamente deberían alcanzarse en 2030, y por qué, conforme se demoran las acciones, aumentan los costos de cumplir las metas relacionadas. Como muestra de la incapacidad del sistema actual para dar una respuesta oportuna a las crisis (por no hablar de prevenirlas), el faltante de financiación para los ODS aumentó de 2,5 billones de dólares al año antes de la pandemia de COVID‑19 a entre 3,9 y 7 billones hoy. Compensar a los países las pérdidas y daños que sufren como resultado del cambio climático y otras crisis es esencial, pero para crear las economías sostenibles, inclusivas y resilientes previstas por la agenda de los ODS se necesita un enfoque proactivo.

En tanto, muchas economías en desarrollo están agobiadas por grandes deudas, con el agravante de un sistema comercial y monetario internacional que favorece a los países ricos. Para poder mitigar las crisis, prepararse para ellas y prevenirlas, las economías en desarrollo necesitan financiación paciente y a largo plazo. La pregunta es cómo movilizarla y orientarla.

La respuesta debe reflejar el principio del bien común. Ya es bien sabido que los gobiernos, las instituciones financieras internacionales (IFI) y los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) deben atender al bien público. Por ejemplo, hay amplio consenso respecto de que se necesita gobernanza para gestionar el proceso de digitalización, guiar la transición energética y proteger la salud pública. Pero este consenso sigue atado a una mentalidad reactiva, en la que el Estado sólo interviene para corregir fallas del mercado. En vez de eso, es necesaria una acción deliberada de los actores estatales para formar o ayudar a crear mercados cuyo objetivo principal sea el bien común.

Actuar por adelantado

Un sistema de esa naturaleza demanda: orientación a resultados; colaboración y uso compartido del conocimiento; equidad, accesibilidad y sostenibilidad; transparencia y rendición de cuentas. En cada una de estas áreas, el «cómo» es tan importante como el «qué».

El primer paso hacia la creación de un sistema financiero al servicio del bien común es definir una misión clara. Los diecisiete ODS (con sus 169 metas derivadas) ofrecen un marco ideal. Pero los gobiernos, las IFI y los BMD deben articular sus objetivos y comprometerse a diseñar las herramientas, las instituciones y los instrumentos financieros que se necesitan para alcanzarlos.

Esto demanda una reconsideración fundamental del «contrato social» entre el Estado y el sector privado, de modo tal que los gobiernos (junto con las IFI y los BMD) utilicen innovaciones en el área de los incentivos, las alianzas y las condicionalidades, para alinear la financiación privada con la misión pública. Un ejemplo lo ofrece el banco estatal alemán Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW), que como modo de promover la transición verde, ha otorgado préstamos al sector acerero supeditados a que las empresas reduzcan el uso de recursos y las emisiones de gases de efecto invernadero. Intervenciones como estas no buscan emparejar el campo de juego sino inclinarlo hacia los resultados deseados.

Bien usadas, las misiones pueden trasladar el acento de la financiación de sectores o tipos de empresas particulares a la promoción de objetivos ambiciosos que demandan cooperación entre muchos sectores y tipos de empresas. Se trata de un Estado que en vez de elegir ganadores coordine respuestas intersectoriales con la participación de diversos actores de buena voluntad.

En segundo lugar, la pandemia de COVID‑19 puso de manifiesto de qué manera la respuesta a los desafíos globales demanda cooperación a gran escala en el nivel nacional e internacional. Y sin embargo, los países ricos, ayudados por un sistema de derechos de propiedad intelectual defectuoso, acapararon las primeras dosis de vacunas disponibles; y los intentos posteriores de facilitar una redistribución efectiva fueron muy inadecuados. Este «apartheid vacunatorio» se hubiera podido evitar poniendo como objetivo explícito la accesibilidad y la equidad, y así se hubieran podido salvar más de un millón de vidas.

Por desgracia, parece que el mundo está alejándose de la cooperación. Las tensiones entre Estados Unidos y China aumentan el riesgo de fragmentación financiera, y la divergencia de estrategias de inversión entre los BMD regionales no colabora. Pero los BMD (que en conjunto poseen 509 000 millones de dólares en activos y préstamos) deben tener un papel central en la promoción de políticas orientadas a misiones, porque por lo general ofrecen a los países en desarrollo financiación en condiciones favorables. Según el plan de estímulo para los ODS de la ONU, los BMD podrían aumentar en 487 000 millones de dólares sus préstamos (y casi 1,9 billones si los gobiernos aportaran más capital). Para que esos préstamos estén al servicio del bien común, hay que incorporar la búsqueda de los objetivos compartidos a los mandatos de los BMD.

En un nivel más general, un enfoque orientado al bien común demanda un marco integral para la colaboración, la coordinación y el uso compartido de conocimiento en el nivel global. Hay que definir con claridad qué se entiende por inteligencia colectiva, y hay que reformar aquellas estructuras que impiden su formación (por ejemplo, los regímenes de propiedad intelectual). Del mismo modo, para poder invertir en la respuesta a los desafíos compartidos, los países necesitan un sistema financiero mundial más equitativo. En concreto, necesitan capacidad administrativa suficiente para absorber la financiación internacional, diseñar contratos con las empresas que maximicen el valor público y asegurar que el dinero se gaste en modos que favorezcan el bien común (la externalización de capacidades a intermediarios no es una solución).

En tercer lugar, para que contratos e instrumentos financieros tengan la equidad, la accesibilidad y la sostenibilidad como elementos centrales, es crucial el uso de condicionalidades. La vacuna contra la COVID‑19 de Oxford y AstraZeneca fue relativamente barata y fácil de transportar y distribuir en todo el mundo porque estuvo sujeta a la condición de que se la pudiera almacenar en un refrigerador normal. En cambio, la primera vacuna autorizada de Pfizer‑BioNTech demandaba costosos medios de almacenamiento y transporte ultrarrefrigerados.

Estos ejemplos demuestran por qué la condicionalidad debe ser un componente básico de iniciativas como el Fondo de Intermediarios Financieros del Banco Mundial, que moviliza recursos públicos y privados para fortalecer las capacidades de prevención, preparación y respuesta frente a pandemias en los niveles nacional, regional y mundial. Para que el FIF haga realidad su potencial, tiene que comprometerse a incorporar en sus contratos condiciones referidas al «bien común» (por ejemplo, normas de propiedad intelectual y fijación de precios), con el objetivo de garantizar gobernanza inclusiva y acceso universal.

Por último, un enfoque basado en el bien común y orientado a objetivos es imposible sin un sistema financiero equitativo, creíble y sujeto a rendición de cuentas. El sistema actual está diseñado en forma reactiva, de modo que promueve el cortoplacismo y perpetúa la desigualdad entre el norte y el sur global. Para cambiarlo será necesario en primer lugar reformar la gobernanza del FMI y del Banco Mundial, de modo que las economías en desarrollo tengan más voz en sus decisiones.

Además, fortalecer mecanismos de rendición de cuentas y transparencia puede ayudar a prevenir la malversación de fondos, la evasión fiscal y el fraude. En esto el FIF puede ayudar mediante la incorporación de condiciones de transparencia en todos sus acuerdos con BMD que impliquen inversión en proyectos del sector privado.

El nuevo informe del secretario general de la ONU publicado esta semana señala que «el principio que define la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es una promesa compartida por todos los países de trabajar juntos en pos de los derechos y el bienestar de todas las personas en un planeta próspero y saludable. Pero a mitad de camino en dirección a 2030, esa promesa está en peligro». Para cumplirla se necesita un sistema financiero internacional adecuado, algo que sólo será posible si reemplazamos el paradigma según el cual el Estado debe limitarse a corregir fallas en los mercados con otro centrado en el bien común y basado en la idea del Estado como formador de mercados.

Mariana Mazzucato, Professor in the Economics of Innovation and Public Value at University College London, is Founding Director of the UCL Institute for Innovation and Public Purpose, Chair of the World Health Organization’s Council on the Economics of Health For All, and a co-chair of the Global Commission on the Economics of Water. She is the author of The Value of Everything: Making and Taking in the Global Economy (Penguin Books, 2019), The Entrepreneurial State: Debunking Public vs. Private Sector Myths (Penguin Books, 2018), Mission Economy: A Moonshot Guide to Changing Capitalism (Penguin Books, 2022), and, most recently, The Big Con: How the Consulting Industry Weakens our Businesses, Infantilizes our Governments and Warps our Economies (Penguin Press, 2023)

Los alimentos y las prioridades

Lograr mayor producción y oferta de alimentos parece ser una condición necesaria para avanzar en la estabilización macroeconómica en Cuba.




En marzo la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 46,42. Es probable que la “sensación térmica” sobre este indicador para las y los cubanos pueda ser incluso más extrema.

En ese mismo mes, la variación interanual del índice de precios correspondientes a los productos alimenticios alcanzó 75,07, la más alta de todas las divisiones de productos y servicios establecida por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Si se atiende al comportamiento del índice en las otras divisiones resulta evidente que los precios de los alimentos han sido decisivos en la variación del IPC general.

Lograr mayor producción y oferta de alimentos parece ser una condición necesaria para avanzar en la estabilización macroeconómica. Aun cuando casi resulta una verdad de Perogrullo, pareciera que vale la pena repetirlo una y otra vez.


El avance del programa de estabilización macroeconómica, garantía teórica de la reducción y control de la inflación, sólo tendrá éxito si se abordan sus diferentes causas, en las que muchos economistas cubanos coinciden: shock de oferta, shock de demanda, sobredimensionamiento del aparato burocrático del Estado, manejo fiscal y otros varios identificados y explicados en múltiples ocasiones.

No se puede sostener un programa de estabilización que no logre controlar la inflación, que no promueva el incremento de la oferta, que no permita recuperar capacidades productivas ociosas, que no logre mayor eficacia en las inversiones y mejore la eficiencia de su ejecución, que no promueva, facilite e incentive un tejido económico cada vez más complementario con el consiguiente mejoramiento de la eficiencia sistémica y que logre flujos de inversión extranjera que compensen la restricción financiera externa que ha padecido el país por décadas.

El shock de oferta opera como una lanzadera que multiplica la espiral inflacionaria y hace crecer la incertidumbre. Pero si atendemos a la estructura del gasto de la familia cubana entonces, habría que enfocarse en esa parte de la oferta que está constituida por los alimentos.

Por eso uno de los vectores de esa dirección principal es la producción de alimentos. Es algo que todos los cubanos constatamos, incluso aquellos que, por diversas razones, padecen menos ese flagelo que es la escasez perpetua y las colas, todos los días y todos los minutos.

Quizás bastaría con eso, pero también existe una abundancia de datos que nos permiten corroborarlo y, sobre todo, entender esa rara experiencia de constatar año tras año la perpetuidad de lo provisional.

Es cierto que la oferta de alimentos en Cuba nunca ha satisfecho la demanda efectiva aun cuando haya permitido cubrir por varios años las exigencias nutricionales que los organismos internacionales indican.


La producción de alimentos es la parte más sensible de la oferta. Ha tenido una tendencia a la disminución sostenida desde hace varios años.

En las producciones agropecuarias lo planificado para el 2023, aun cuando supera a lo estimado para 2022, dista significativamente de lo alcanzado en 2019, prácticamente en todos los rubros decisivos:


Al menos una parte del comportamiento de los precios de esos productos se explica por ese negativo sostenido de la producción nacional.

Mientras la producción industrial de alimentos combina los déficits de la producción agropecuaria nacional y las limitaciones de la importación.


Ello ilustra el shock de oferta pero sobre todo habla de los déficits físicos acumulados y de la magnitud del esfuerzo que se debe hacer en términos de inversión e insumos para romper la tendencia a la disminución sistemática de las producción industrial de alimentos. No es corregir el comportamiento de un año.

Priorizar la oferta de alimentos debe pasar por la producción agropecuaria. Y para ello se necesita entre otros aspectos:Garantizar niveles de inversión adecuados en tecnologías que permitan incrementar los rendimientos y suplir el déficit de fuerza de trabajo. La inversión en el sector agropecuario solo alcanzó el 2,78% de la inversión total realizada entre el 2017 y el 2021.

Destinar recursos a elevar la producción/importación de insumos imprescindibles (fertilizantes, herbicidas, pesticidas) por ejemplo de 315 mil toneladas de fertilizantes planificadas en el 2022 solo se entregaron 30 200 toneladas.

Facilitar el acceso del sector campesino a esos recursos (créditos, anticipos, pagos sin demoras).

Acelerar la entrega de tierras ociosas a usufructuarios, Mpymes y cooperativas. Al cierre del 2022 permanecían ociosas 217 477 hectáreas y la demora en la tramitación de expedientes es parte del problema.

Hacer cumplir lo dispuesto en la legislación respecto a mantener tierras sin cultivar.

Hacer más flexibles y ágiles los procesos de negociación con inversión extranjera.

Sería muy útil revisar esas 63 medidas y sus más de 500 acciones aprobadas hace ya más de un año y concentrarlas en unas pocas que acerquen al sector de forma más rápida a la dirección estratégica definida por la dirección del país.

Ocurre que producir agroalimentos requiere, además, tiempo. No se recupera en meses un sector tan dañado.

La otra alternativa para incrementar la oferta de alimentos es la importación. El comportamiento de las importaciones de estos productos ha sido el siguiente:


Las cifras del 2022 aun no son públicas. Para el año 2023 se han destinado 1 648 millones de dólares para importar alimentos que respaldan lo que llamamos “canasta básica”. Esto es, alrededor del 80 % de lo destinado en el 2021, con precios más altos que reducen la capacidad de compra en, al menos, 227 millones de dólares.

Aunar esfuerzos resulta imprescindible. Todo lo que se haga en su favor, incluso lo más modesto, cuenta. Y en ese esfuerzo aprovechar mejor las potencialidades del sector no estatal parece más que necesario, estratégico.

Ir de la consigna a los resultados porque el tiempo sigue siendo el recurso más escaso y el estómago el más sensible de todos los órganos del cuerpo humano. Y porque lo provisional —las colas— no sean perpetuas.

Cuba y Rusia analizan perspectivas de desarrollo, inversiones y proyectos de cooperación



POR: 
2 MAYO 2023
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El viceprimer ministro cubano, Ricardo Cabrisas, recibió este martes al asesor de Economía de la Presidencia rusa, Maxim Oreshkin. Foto: ACN

El viceprimer ministro cubano, Ricardo Cabrisas, recibió este martes al asesor de Economía de la Presidencia rusa, Maxim Oreshkin, con quien conversó acerca de futuros proyectos de cooperación entre ambos países.

'Rusia constituye para Cuba el segundo socio comercial a nivel regional y el quinto a nivel global, con una tendencia creciente del intercambio comercial desde 2017, solo interrumpido durante el periodo de mayor impacto de la pandemia (del covid-19), pero con un predominio de las importaciones', expresó el también titular de Comercio Exterior e Inversión Extranjera​​​

Cabrisas apuntó que Rusia y Cuba pueden fungir como puerta de entrada a los mercados de las regiones euroasiática y latinoamericana y caribeña, respectivamente.

Señaló que las exportaciones de los bienes que se produzcan o se ensamblen en Cuba, en negocios con capital ruso, podrán aprovechar los beneficios arancelarios resultantes de la participación de la isla en mecanismos de integración regional y la suscripción de acuerdos de alcance parcial y complementación económica los países de la región.

También llamó a analizar la creación de un servicio marítimo regular Rusia-América Latina y Rusia-Caribe, teniendo en cuenta que la isla dispone de una infraestructura marítimo-portuaria, aérea y vial que pudiera permitir la conectividad de los objetos socio-económicos tanto al interior como al exterior del país.

Según Cabrisas, otros renglones que pueden tomarse en cuenta en una futura inversión rusa en la isla serían la energía, minería, agroindustria, finanzas y turismo, y también en áreas de la metalurgia, ciencia, construcción, entre otros.

También adelantó que en la próxima sesión de la Comisión Intergubernamental Cuba-Rusia se pretende firmar la Agenda Económica Bilateral a corto, mediano y largo plazo, con un nuevo enfoque que permita potenciar la participación efectiva de las empresas rusas en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de Cuba 2022-2030.

Dicho plan incluye la participación del capital ruso en proyectos de interés mutuo.

Por su parte, Oreshkin aseguró que Rusia estudiará un nuevo formato de relaciones que permitan interactuar y aprovechar las potencialidades existentes en la economía cubana, a partir de nuevas iniciativas en el terreno de las inversiones en áreas potenciales

Visitar Cuba es ayudar al pueblo cubano


https://www.cubainformacion.tv/especiales/20230503/103055/103055-visitar-cuba-es-ayudar-al-pueblo-cubano



José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- La desaparición de ingresos por turismo en dos años de pandemia y las 200 sanciones previas impuestas por el Gobierno de EEUU son la causa directa de la durísima situación económica que vive, hoy, el pueblo cubano (1).

 

No es necesario comulgar políticamente con el Gobierno de La Habana para entender que la recuperación del turismo ayudará a sostener de nuevo los ahora deprimidos –por falta de recursos- programas públicos de salud o vivienda. Y, de manera mucho más directa, a devolver a 73.000 familias, las de quienes trabajan en hoteles y restaurantes, privados y públicos, el nivel de ingresos y la calidad de vida que perdieron al llegar la Covid-19 (2).

 

Por eso quienes, desde el exterior, intentan boicotear el turismo a Cuba para –supuestamente- dañar al Gobierno cubano, en realidad contra quien atentan es contra el pueblo cubano.

Hace unos días, cinco personas protestaban en Madrid, ante la sede del diario español “El País”, por un reportaje que animaba a visitar Cuba (3) y en el que se afirmaban cosas tan obvias y de sentido común como que, “si no llegan turistas, la población lo pasará aún peor” (4).

Y es que ese es, precisamente, el objetivo de los boicoteadores: que Cuba no recupere sus ingresos turísticos y, de esa manera, sigan faltando medicamentos, sutura y jeringuillas en los hospitales; se mantengan los apagones eléctricos y las colas en las gasolineras; y los salarios sigan sin alcanzar la escalada de precios por la escasez de alimentos. Que el pueblo llegue a la desesperación y, de ahí, a la insurrección.

Para eso diseñó el senador por la Florida Marco Rubio cada una de las 243 medidas añadidas al bloqueo, aprobadas por Donald Trump y que, en su mayoría, siguen en vigor. Sanciones que atacaron las remesas, los viajes y cruceros desde EEUU, los convenios médicos y las inversiones, y que pulverizaron cientos de millones de dólares para la economía cubana.

Pero llamar al boicot del turismo a Cuba, como apoyar abiertamente estas sanciones, es cruel e indefendible. Por eso deben inventar mensajes que edulcoren el crimen. Así, nos aseguran que los ingresos del turismo van a parar a GAESA, “una empresa militar –leemos- que controla el 70 por ciento de la economía” y “financia las operaciones de la Seguridad del Estado para reprimir las protestas pacíficas en Cuba” (5). Este “ente siniestro” tendría como aliados en el exterior –nos aseguran- a “las empresas españolas Meliá e Iberoestar”, contra quienes va dirigida también esta campaña de boicot.


Pero ¿qué es GAESA? Un holding de empresas del Estado cubano cuyos beneficios, como en toda economía de planificación socialista, no llegan a una élite de accionistas, sino al presupuesto público, el que sostiene la educación o la compra de alimentos para la canasta básica subvencionada. Ese es quid de la cuestión: que no llegue un dólar a ese presupuesto público.


Pero lo que llama la atención es que, desde esta facción fanatizada del “anticastrismo”, se ataque ahora al diario “El País”, por tener una “política editorial” amable hacia La Habana. ¿Amable? “El País” es el mayor espacio mediático de propaganda diaria contra la Revolución cubana en territorio español (6), y donde se aplica una censura férrea a toda voz que exprese simpatía hacia ella (7). El pasado marzo, entre tantos otros artículos venenosos, publicaba uno titulado “Cuba no es un parque de atracciones”, con el mismo mensaje de los boicoteadores de Madrid: “Cuando los turistas se alojan en hoteles en Cuba”, decía, “deberían saber que todos sus gastos van a las arcas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias” (8). Inventos como este cuentan con un espacio de total impunidad, sin derecho a respuesta, en medios como “El País”.

 

En todo caso, hay algo que se llama sentido común. Y cualquier persona que no tenga el corazón comido por el odio sabe que, hoy, visitar Cuba significa ayudar a su economía y, por tanto, a que mejore sus condiciones de vida este pueblo injustamente castigado.

 

(1)  https://www.cubainformacion.tv/periodico/49-unblock-cuba-un-grito-recorre-europa-primavera-2023

(2)  https://www.presidencia.gob.cu/es/noticias/el-turismo-cubano-continuara-siendo-la-locomotora-de-la-economia/

(3)  https://elpais.com/elviajero/viajes-paco-nadal/2023-04-21/con-la-inflacion-disparada-y-tras-la-pandemia-es-buen-momento-para-viajar-a-cuba.html

(4)  https://www.cibercuba.com/noticias/2023-04-27-u1-e208227-s27061-activistas-entregan-carta-protesta-al-periodico-pais-articulo

(5)  https://www.diariolasamericas.com/america-latina/cubanos-protestan-contra-el-diario-el-pais-promover-turismo-cuba-n5334746

(6)  https://elpais.com/babelia/2023-04-22/los-intrusos-el-tedio-de-las-rebeliones-en-bucle-de-cuba.html

(7)  https://elpais.com/internacional/2023-04-20/el-parlamento-cubano-reelige-a-diaz-canel-como-presidente-quien-apuesta-por-mas-continuidad-dentro-de-la-continuidad.html

(8)  https://agendapublica.elpais.com/noticia/18408/cuba-no-es-parque-atracciones