Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 18 de agosto de 2016

Cambiar las reglas del juego… del surco a la mesa

Jueves, 18 de Agosto de 2016

Amaury M. Valdivia Fernández - Trabajadores.- Desde hace tiempo, Juan Díaz Dones perdió la cuenta de las veces que ha tenido que “reinventarse”, escribiendo en primera persona las últimas décadas de la historia del municipio donde vive.

Ya no son los años en los que el orgullo de ser químico azucarero le llenaba los días de zafra en el central Noel Fernández, o el tiempo difícil y maravilloso en que se desempeñara como comercial de la fundición de ese ingenio, la misma de la que “nacían” piezas para industrias de toda Cuba. Tampoco la década en que asumiera la dirección en el municipio de la Empresa Forestal, una “responsabilidad en la que aprendió mucho, sobre todo a entender la tierra y a los hombres”.

Como Minas, ese pedazo de país afincado al noreste de la provincia de Camagüey, un día Juan comprendió que había llegado la hora de volver a trazar rumbo. Fue entonces que la experiencia le confirmó lo que desde mucho antes sabía: su próxima “vida” sería como campesino.

Así solicitó aquellas 19 hectáreas de monte y malezas por las que en 2014 casi nadie daba un centavo, pese a encontrarse a pocos kilómetros del poblado cabecera. Los días se le fueron escapando entre la batalla difícil contra el marabú y las primeras siembras de yuca y otras viandas, y los esfuerzos por asegurar el agua que preservaría tantos desvelos. Así llegaron también los primeros frutos.

Ahora defiende el policultivo. “La realidad me ha demostrado que ese es la opción más segura, se ahorra todo: terreno, agua, fertilizantes… ”, dice antes de detallar que por ese camino ya ha transitado los primeros pasos de la manos de frutales como el mango, la mandarina y el limón”.

Para llegar a la finca de Juan es necesario abandonar la carretera que une a las ciudades de Camagüey y Nuevitas, poco antes de la entrada que conduce a Minas. Para los lugareños esa es la zona de San Antonio, una franja de terrenos ondulados que bordea las primeras estribaciones de la Sierra del Camaján; tierras de poca agua que por mucho tiempo fueron dominadas por el marabú, el aroma o el monte.

Solo después de la promulgación de los decretos ley 259 y 300 comenzó a desbrozarse la maraña de dificultades que cerraba el paso a la iniciativa. El otro impulso necesario llegó este año, al calor de un programa promovido por las autoridades políticas y del gobierno en la provincia, con el objetivo de incrementar la producción de alimentos. “En Minas ya hemos entregado más de 22 mil hectáreas a cerca de mil 500 usufructuarios”, apunta Jorge Luis Olivera Meneses, delegado local de la Agricultura. “Como es lógico, priorizamos las zonas más fértiles y con mejores reservas hídricas, muchas de las cuales se ubican en las cercanías de los principales centros poblacionales del municipio. Ese fue el primer paso, mas no el decisivo: en los meses venideros deberá concretarse el establecimiento de tres polos productivos destinados a satisfacer buena parte de las necesidades alimentarias del territorio y los vecinos de Camagüey y Nuevitas”.

Sin tierra libre

Como en una sinfonía, sin perder el momento justo para cada movimiento, Yosbel Amador Gutiérrez tiene “pensado” casi hasta el último detalle del futuro que le espera a su pequeña finca. Junto al suegro y un cuñado puede enorgullecerse de que en sus siete hectáreas y media no haya ni un palmo de tierra libre. “Tengo dos y media sembrada de frijol, tres de plátano macho y el resto con mango”, enumera durante un receso de solo unos minutos, “porque la ‘fresca’ hay que aprovecharla”.

El día que hablé con él, una visita presidida por el compañero Salvador Valdés Mesa recorría las cooperativas 1º de Mayo y Combate de Bonilla, las protagonistas de la experiencia que se desarrolla en San Antonio. A ella tributan cerca de 120 hectáreas, en manos tanto de agricultores de larga data como de arrendatarios que se incorporaron a las labores del campo hace menos de una década.

Por eso, muchas cosas todavía están por hacerse. Entre todas, pocas preocupan tanto como el acceso a la electricidad y al agua, dos “abonos” esenciales para cualquier empeño sobre los surcos.

Del primero ya se cuentan buenas nuevas. Ejecutada por la Empresa Eléctrica avanza una línea de distribución que previsiblemente llegará a todos los productores de la zona, garantizando una de las condiciones más necesarias para asentarse allí; además, de su mano se abrirá la posibilidad de emplear equipos que hoy son una quimera y que mucho pudieran ayudar en la alimentación del ganado y el riego de las plantaciones.


La rehabilitación de los mercados es solo la cara más visible de un conjunto de inversiones que se ha extendido además, al transporte, los almacenes y el resto de la infraestructura vinculada a la comercialización de productos agropecuarios. Foto: Leandro A. Pérez Pérez

“Es un proceso que llevará tiempo, pero lo hemos empezado con buen pie”, opina Miguel Rodríguez Gutiérrez, presidente de la 1º de Mayo. En lontananza un pequeño embalse de alrededor de 800 mil metros cúbicos brinda seguridad ante los cultivos por venir. Su agua ya beneficia a varias de las plantaciones más cercanas a él, aunque no es la única carta que en ese sentido guardan bajo la manga los lugareños. “Aquí hay muy buena agua subterránea, solo hay que fajarse con la construcción de los pozos”, explica Miguel. En tiempos como los que corren, de clima cambiante e impredecible, en San Antonio apuestan por asegurarse los buenos oficios de la “Santísima Trinidad de la Agricultura”: agua, energía y un adecuado uso de la ciencia, lo demás lo dejan al correr de los días… y su propio esfuerzo.

Con todos los eslabones de la cadena

El trabajo de los campesinos de San Antonio, y el de muchos otros en toda la provincia, tiene su concreción en las tarimas de los mercados, eslabón siempre conflictivo de una cadena que conduce hasta los consumidores.

Intentado deshacer sus entuertos, en las últimas semanas la Empresa de Acopio Provincial ha incrementado sus visitas a los agricultores –con la aspiración de que no queden producciones por contratar– y se ha embarcado en el remozamiento de una decena de mercados y placitas, principalmente en la capital agramontina.

“En ese programa se han incluido los complejos del reparto Julio Antonio Mella, que beneficia a unas 70 mil personas, y el de El Bosque de La Vigía, en el que fueron habilitados espacios para los carretilleros”, detalla Ángel Reyes Vega, director de la entidad. Otros puntos similares comenzarán a funcionar en las próximas semanas, para acercar las ofertas a la población y hacerlo bajo la premisa del orden y la mayor calidad posible de todo cuanto se comercialice.

“Falta que hacía”, opina Clara Idelisa Vega, una jubilada residente en la zona del Centro Histórico, que los fines de semana se llega hasta el mercado de El Hueco para adquirir los alimentos de la familia. “Entre los precios topados y que mejoren las condiciones de estos sitios, una tiene para agradecer. Son muchos poquitos que facilitan la vida”.


Los incrementos productivos tienen respaldo seguro; en los últimos meses Acopio ha ampliado el volumen de sus contrataciones. La meta es que no queden cosechas en el campo, incluso si en principio no habían podido conveniarse, aseguran directivos de esa empresa. Foto: Leandro A. Pérez Pérez

Un día más en la crisis

Alejandro Nadal, La Jornada

Un día como hoy, hace exactamente nueve años, el Comité de operaciones de mercado abierto de la Reserva Federal (FOMC) reconocía que las condiciones de los mercados financieros se estaban deteriorando rápidamente. En su diagnóstico de la coyuntura admitía que las restricciones sobre crédito y la incertidumbre frenarían el crecimiento. Es como si el capitán del barco viera venir un huracán y dijera: ¡Cuidado, viene una brisa ligera!

Ha llovido desde esos días en los que los economistas de la Fed y del mundo académico tradicional comenzaban a ver señales inquietantes en el horizonte. Su marco conceptual hacía difícil pensar que algo realmente malo estaba cocinándose en las entrañas de las economías capitalistas avanzadas. No cabe duda: cuando se trata de analizar la crisis global del capitalismo contemporáneo, a lo más que llega el pensamiento económico tradicional es a ver entre brumas una crisis financiera.

Por ejemplo, en Estados Unidos se sigue hablando de las reformas al sistema bancario y financiero, como si ahí estuviera la solución del problema. Y aunque todavía no se termina de implementar la ley Dodd-Frank, todavía sigue vivo el debate sobre si el tamaño de los bancos ya dejó de ser un problema o si todavía entraña riesgos sistémicos.

Estas discusiones son reveladoras, pues indican lo alejado que está el análisis económico tradicional de comprender la naturaleza de la crisis. Así, en las discusiones entre funcionarios de la Fed y destacados académicos en Estados Unidos hoy lo que más importa es el tamaño de los bancos, los requerimientos de capitalización y el trato fiscal a los diferentes esquemas de financiamiento. Parece mentira, pero el debate sobre si los grandes bancos son demasiado grandes para dejarlos ir a la quiebra en caso de emergencia sigue dominando la reflexión sobre la crisis.

Es cierto que las dimensiones de los cinco bancos más grandes de Estados Unidos (JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Wells Fargo y Goldman Sachs) son realmente impresionantes: sus activos equivalen a cerca de 60 por ciento de la economía estadounidense. Sin embargo, el lobby del sector bancario insiste en que el tamaño se acompaña de importantes economías de escala y, por lo tanto, en menores costos para el público usuario de los bancos. Al afrontar este tipo de argumentos la reforma bancaria ha tenido que caminar despacito.

Otro argumento para frenar la reforma es que los coeficientes de concentración en el sector bancario de Estados Unidos son inferiores a los de la mayoría de los países europeos. Los tres bancos más grandes en Noruega, por ejemplo, son responsables de 84 por ciento del mercado, mientras que en Estados Unidos apenas controlan 20 por ciento. Nuevamente, el lobby bancario insiste en que los niveles de concentración no constituyen el problema principal. Es más, se afirma que entre más alto sea el nivel de concentración (y el tamaño de los bancos) se alcanzará un mayor grado de estabilidad en la industria. El razonamiento aquí es que los bancos grandes pueden diversificarse más fácilmente y eso permite mitigar los efectos negativos del ciclo de negocios en un sector con los resultados positivos de otro sector. Los mayores niveles de rentabilidad vinculados a la diversificación se supone deben conducir a una mayor fortaleza y estabilidad.

Pero la realidad es que la crisis en Estados Unidos alcanzó a los bancos más grandes, diversificados o no. Y el contagio atravesó mares y continentes hasta convertir a la crisis en una hecatombe mundial, con decenas de millones de personas en desempleo y otros tantos perdiendo su patrimonio. Así que lo que es importante es la forma de inserción del sector bancario/financiero en las entrañas del capitalismo funcional contemporáneo.

Mientras los economistas tradicionales siguen discutiendo sobre cuántos bancos grandes pueden bailar en la cabeza de un alfiler, las causas profundas de la crisis parecen seguir siendo objeto exclusivo de análisis de los economistas heterodoxos y críticos de corte marxista. La pregunta central es la siguiente: ¿cuál es el problema fundamental del capitalismo? Claramente la respuesta no está en el tamaño de los bancos o en los niveles de concentración en el sector bancario.

El problema fundamental de una criatura tan compleja como el capitalismo no puede reducirse a un solo fenómeno. No creo que la tendencia a la caída en la tasa de ganancia, fenómeno bien identificado por Marx, o la problemática del subconsumo (y falta de realización de la plusvalía), sean las causas aisladas o únicas de la crisis, pero sin duda están cerca de sus raíces. También lo están los síntomas del exceso de capacidad instalada y la desigualdad creciente en la distribución del ingreso. Y en cuanto al sector bancario/financiero, justo es decir que forma parte esencial de la economía capitalista desde hace décadas como bien lo han demostrado muchos autores post-keynesianos y marxistas.

Mientras tanto, transcurren los días y cada día observamos que a medida que se desarrolla, el capitalismo funciona cada vez más mal.

Agroecología y transgénesis: ¿enemigos o posibles aliados? (+ Podcast y Videos)

Por: Rosa Miriam Elizalde


Un saludo a todos los oyentes de Cubadebate que nos escuchan por Spreaker. Hoy tenemos un programa revancha, una segunda vuelta para discutir el tema de la tecnología transgénica, que ha generado una intensa polémica en nuestra web a raíz del primer programa que transmitimos, transcribimos y publicamos, no sólo en versión de audio sino de texto.

Con nosotros ha regresado un especialista que ya nos visitó antes, y ha dicho con pasión, y por ahí titulamos el podcast que publicamos, que es absurdo prohibir los transgénicos.

Y viene por primera vez a nuestro estudio otro experto, en este caso un apasionado de la agroecología quien, por cierto, nos ha inundado hoy de algunos de sus productos el estudio. Ustedes lo verán en las fotografías de Cubadebate, y nos hablará de qué es la agroecología, la agricultura amigable con el medioambiente. Él no coincide necesariamente con todos los puntos de vista del programa anterior, y exactamente es lo que estamos buscando, discutir con los puntos no coincidentes, algo que nos han pedido reiteradamente nuestros lectores en Cubadebate.

Sin más preámbulo los presento. En la esquina roja, tenemos a Luis Montero Cabrera, doctor en Ciencias y miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba, preside la Sociedad Cubana de Química y el Consejo Científico de la Universidad de La Habana desde el 2005. Es también columnista de Cubadebate.

En la esquina azul está con nosotros el también doctor en Ciencias y agrónomo de profesión, Giraldo Martín, quien dirige la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey. Salió a las cuatro de la mañana de Perico, Matanzas, donde está la Estación, que es un centro de producción e investigación del Ministerio de Educación Superior, el primero de su tipo fundado por Fidel, en 1962. Giraldo es un apasionado de la agroecología, como es lógico.

Bienvenidos a nuestro programa, y entremos en materia. Mi primera pregunta es para Giraldo, que es nuestro invitado, porque a Montero lo podemos considerar ya un anfitrión. ¿La agroecología es una alternativa a la tecnología más moderna? ¿Puede considerarse una agricultura de alta tecnología?
La agroecología es una ciencia

Giraldo Martín: Es un placer estar acá, intercambiar con mi amigo Luis Montero, con el que hemos compartido varios escenarios de comisiones de trabajo, incluso en el mismo pleno de la Academia de Ciencias. Nuestro objetivo aquí no sería quizás polemizar tanto, sino defender nuestros puntos de vista, nuestros criterios, sobre la posibilidad real de una agricultura diferente para Cuba.

Primero me gustaría aclarar que quizás sea un error decir que la agroecología no es ciencia y no es ciencia de alta tecnología. En ella confluyen muchos saberes de las diferentes ciencias -de las ciencias agronómicas, las ciencias ecológicas, incluso hasta las ciencias empresariales, si valoramos la necesidad de saber cómo vender mejor un producto, cómo llegar a un mercado con un producto orgánico, etcétera. La agroecología es de por sí una ciencia. ¿Y es una ciencia de alta tecnología, por qué?, porque en ella, como le decía, es posible utilizar diferentes tecnologías, incluso tecnologías modernas de variedades, de riego, de fertilización biológica, tecnologías apropiadas para el uso de fuentes renovables de energía, etc.

Por ejemplo, en una finca, en un ambiente productivo, si usted va a cultivar diferentes tipos de plantas, debe hacer una selección de las mejores variedades adaptadas a determinadas condiciones; si estamos hablando de frutales, de hortalizas, granos o pastos, que es lo que más ha hecho nuestra institución durante ya casi cincuenta y cinco años. Nosotros hemos estudiado más de mil especies, sobre todo variedades diferentes de gramíneas, de leguminosas, de especies herbáceas y arbóreas, para llegar a un nuevo concepto de pastizal, que es diferente al que se conoce. Es una comunidad vegetal de alto valor biológico, donde conviven de forma eficiente diferentes tipos de plantas, desde las herbáceas, hasta las arbóreas, y todas ellas aportan alimentos y otros beneficios al ganado, y eso es agroecología, porque lo hacemos sin ningún tipo de químicos o plantas transformadas genéticamente, es decir, lo hacemos con variedades seleccionadas. Sí hay híbridos, hay plantas híbridas, ha habido programas de mejoramiento en gramíneas y leguminosas, trabajos de selección de variedades y de clonación por embriogénesis somática. Pero sin cambios genéticos, es decir, tenemos un clon que sale de un cruzamiento y después usted lo puede multiplicar a través de la embriogénesis somática, y no necesariamente tiene por qué introducir cambios genéticos.

Entonces la agroecología sí es una ciencia, una ciencia de alta tecnología y de alta complejidad, porque en el medio rural, si quiere practicar la agroecología, usted tiene que tener en cuenta muchas cosas, desde la diversidad de plantas y animales con los que va a trabajar, hasta con el sistema de nutrición de esas plantas, el sistema de protección fitosanitaria que se va a aplicar con medios biológicos.

El cuidado del suelo, por ejemplo, debe ser de máxima prioridad y si estamos ante la presencia de suelos con pendientes, el manejo de estas debe estar diseñado con barreras de contención, curvas de nivel, zanjas de infiltración, etc. Todas estas son tecnologías que surgieron del estudio de otras ciencias y del saber tradicional campesino e indígena, y demuestran entonces en un sistema socioecológico, que es donde se pone en práctica la agroecología como ciencia, que todas las demás se aplican.

¿Cuál es su aprehensión con las modificaciones genéticas en las plantas?


Frutos de agricultura ecológica en Radio Rebelde. Habla Giraldo Martín.

Giraldo Martín: Cuando comencé a trabajar en Indio Hatuey lo hice en un programa de mejoramiento genético de leguminosas forrajeras, incluso incursioné un tiempo en una leguminosa, en la que queríamos buscar un cambio genético, y trabajamos conradiomutagénesis.

Nosotros no estábamos satisfechos con lo que estábamos haciendo y abandonamos el programa, a pesar de que la tutora, doctora del INIFAT (Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt”), en aquellos momentos, veía avances, y entonces decidimos seguir trabajando en los métodos de selección, de búsqueda de la diversidad de plantas en el ambiente, evaluarlas, o caracterizarlas inclusoin situ, en el mismo lugar donde ellas estaban, y después las traíamos al centro para evaluar su potencial de respuesta a los animales, entre otros aspectos.

Contra la genética no tengo nada, porque considero que es una ciencia, y junto a la bioquímica explican el por qué de la vida y su desarrollo. Considero específicamente que el tema de los organismos genéticamente modificados es un gran logro de la ciencia. Que el hombre sea capaz de cortar un gen y ponerlo en una planta y que esta exprese sus cualidades, es un gran avance. Lamentablemente, el problema fundamental que ha tenido la transgénesis sobre todo a nivel internacional, es que se ha usado para lucrar, para el beneficio de las grandes transnacionales, para dañar a los desposeídos, en este caso a los campesinos, a las personas que tienen menos posibilidades de enfrentar ese mundo o esa tecnología.

En Cuba nosotros defendemos otra cosa, estoy claro que, por ejemplo, un transgénico en Cuba no va a ser el transgénico de la Monsanto ni de otra empresa. Cuba tiene un modelo de sociedad que no es posible hacerlo, ni se le permitirá nunca a ninguna entidad nacional o extranjera que venga a hacer algo aquí como hace la Monsanto en otro lugar, porque estoy seguro que nos levantaríamos en masa contra eso.

Ahora, la cuestión fundamental está en el modelo de agricultura que exigen los transgénicos. Es ahí donde viene la contraposición entre la agroecología y la agricultura industrializada o convencional, industrial, como se le llama también en el mundo de hoy a la también conocida como “la agricultura de la revolución verde”, la cual es la responsable de los grandes daños que tienen los ecosistemas agrarios en el mundo. Esa está basada en los grandes paquetes de insumos, de fertilizantes, de plaguicidas, y este sería el modelo ideal para los transgénicos. Hoy la tercera parte de las tierras que existen en el mundo están muy degradadas, y algunas desechadas, por los problemas de la degradación de los suelos. Los suelos son en muchos casos sustratos inertes, que si usted le aplica algún insumo responden, y si no, pues no responden.

Por otra parte, internacionalmente se pensó que los transgénicos iban a quitar el hambre, y este ha crecido, porque los transgénicos no vienen como una solución social, vienen como una solución económica y de poderío tecnológico.
Todo lo que comemos es producto del cambio genético

-¿Qué responde Montero a tales argumentos?

Luis Montero Cabrera: Hay un montón de cosas de las que acaba de decir Giraldo que son irrebatibles. El placer que puede causar ir a una finca, producto del trabajo de una persona, de su esfuerzo, con su selección. El placer del disfrute de los bienes naturales, ese es un placer incomparable. Es un placer que le causa a uno, aunque a uno no le guste la fruta uno disfruta el entorno, uno disfruta la concepción, uno disfruta la laboriosidad. Lo que pasa es que hay algunas cosas que son conceptualmente importantes de definir.

Todo lo que tenemos sobre la mesa, absolutamente todas las frutas que tenemos sobre la mesa son el resultado de un cruzamiento genético. Más o menos natural, pero ha sido producto de trabajo genético. Lo sabe Giraldo seguramente mucho mejor que yo. Un mango de ese tamaño…; así no era el mango que primero se encontró en la India. Ese mango se trabajó, se cruzó, se buscaron variedades, se hizo genética desde hace muchos años, desde hace siglos probablemente, para lograr que el mango tenga ese tamaño. El hecho de que hoy en día nazca de forma natural, y aparezca, y florezca de forma natural en una finca que la trabaja una persona con todo su placer, es otra historia. Es el placer que sentimos al consumirlo con esa calidad. Pero eso sí es fruto del trabajo genético. Ahí se hizo, y mucho, genética, y muy bien hecha, y además, con mucha ciencia y mucha tecnología; esa es la primera cuestión.

La segunda cuestión es cuando se habla de los productos químicos. Desgraciadamente se usa mucho la traducción directa del inglés de chemicals a “químicos”. Yo me siento aludido cuando se dice algo así, porque soy químico. No soy un químico que daña la naturaleza, yo soy un químico que ama la naturaleza y ama la tecnología.

Entonces, los productos químicos pueden ser dañinos y pueden no ser dañinos. Decía en la anterior conversación que el veinticinco por ciento del nitrógeno que tenemos en nuestro cuerpo hoy es producto de nitrógeno asimilado artificialmente durante más de un siglo por el proceso Haber-Bosch. Si no hubiera existido ese proceso Haber-Bosch, que es un proceso brutal contra la naturaleza y contra la ecología, no existiría el veinticinco por ciento de la humanidad, porque el nitrógeno no hubiera alcanzado. Y lo sabe Giraldo. Las formas de asimilación del nitrógeno en el ciclo natural son a través de los rayos o de las bacterias nitrofijadoras, sobre todo en las leguminosas. Las gramíneas, también, por cierto. Hay gramíneas que tienen nitrofijadores. Pero entonces ese ciclo natural no hubiera alcanzado para sostener la alimentación de siete mil millones de habitantes en esta Tierra. Y eso es tecnología aplicada, producto de la ciencia. Que nos agrade o no, es otra historia; que nos guste o no encontrarnos en un ambiente artificial, esa es otra historia.

La plantación, la filosofía de la plantación no nació con los transgénicos ni con la tecnología más moderna. La filosofía de la plantación existe desde tiempos inmemoriales. Las plantaciones de algodón en el sur de Estados Unidos eran plantaciones extensivas. En las grandes llanuras de la cuenca del Mississippi, se plantó de todo, con más o menos tecnología, y cuando la tecnología fue necesaria -la tecnología de importar hombres de África para operarla, por ejemplo-, pues aplicaron la tecnología del momento, que fue importar hombres de África para procesar y para manipular todas esas extensiones.

La plantación de caña de azúcar es una producción extensiva, donde usted puede aplicar mayor o menor grado de tecnología. Pero natural no es. La caña de azúcar no nació así, ni le sale negocio a ningún agricultor, ni al más ecológico de los agricultores, cultivar caña de azúcar en un cuartoncito. A no ser que la use exclusivamente para fines muy particulares como alimentar ganado.

Entonces estas cosas tienen muchos puntos de vista. Insisto, están los placeres, que los compartimos, de degustar una excelente fruta, de degustar algo que uno sabe que no tiene posibilidad alguna de estar contaminado. Porque sí, los productos químicos pueden ser dañinos, claro que sí, si no se saben usar. Si usted no los sabe usar o si usted no los usa adecuadamente claro que son dañinos, y hay algunos inclusive que son dañinos y por determinadas triquiñuelas que hacen algunos consorcios pasan las regulaciones, saltan las barreras. Pero las regulaciones que tienen hoy existen, gracias, por cierto, al trabajo que se ha ido desarrollando de conciencia ecológica de la humanidad contra la que, por supuesto, yo no objeto nada. Al contrario, soy partidario absoluto de la conciencia ecológica de la humanidad. Gracias a ella las regulaciones cada vez son más estrictas, son mejores, y cada vez nos sentimos más seguros con ellas. Soy un partidario absoluto de la tecnología bien hecha, y sobre todo, de saberla hacer.
Diferencia entre transgénesis y mutación genética

-¿Cuál es la diferencia esencial entre las técnicas biotecnológicas de transgénesis y las mutaciones genéticas tradicionales, desde el punto de vista de las afectaciones al medio ambiente?

Giraldo Martín: Las mutaciones suceden espontáneamente en la vida natural de las plantas, de los seres vivos. Las mutaciones, de hecho, han sido usadas a lo largo de la historia de la humanidad para los mismos procesos de selección natural. Es también una de las formas en que se expresa la mutagénesis, es decir, en la medida en que se van seleccionando los individuos mejor adaptados, más resistentes a determinadas condiciones, hay genes que se van quedando en ese camino. Ahí se pone en práctica un proceso de la mutagénesis no inducida, sino la mutagénesis espontánea y natural, que sucede en la vida

-Es una transgénesis, pero producida de manera espontánea.

Luis Montero Cabrera: Es una transgénesis no manipulada.

Giraldo Martín: No manipulada. Ahora, hay mutagénesis inducida, que puede ser con agentes químicos, con agentes físicos, y entonces esa, desde el punto de vista del impacto que pueda causar hay que tener cuidado. Por ejemplo, cuando se irradia una semilla se pueden expresar diferentes cambios genéticos, luego se debe saber seleccionar los cambios, y eso lleva un proceso largo.

El proceso de irradiar una semilla hasta tener una variedad con el carácter que se quiere seleccionar le puede durar, depende del sistema de reproducción de las plantas, porque si es una planta que se reproduce por vía agámica, es decir, que no se reproduce por las semillas propiamente que vienen de los gametos. El proceso puede ser más corto, porque ya un cambio inducido en una planta que se reproduce, no por semilla, sino por elpropágulo, la estaca (un fragmento de tallo con yemas), etc, se puede quedar ahí y se acorta el tiempo del mejoramiento genético. Pero en las semillas ese proceso es más largo, porque entonces vienen las segregaciones. Tienes que seleccionar y seleccionar, hasta obtener el carácter que se desea.
La transgenia de chiripa

-¿Esto es más seguro que la transgénesis no inducida, la que se produce espontáneamente?

Giraldo Martín: Esa puede ser tan riesgosa como la transgénica, puede ser, y es tan trabajosa o quizás más trabajosa que la misma transgénica.

Luis Montero Cabrera: Es que ahí se logra lo que se logra “de chiripa”. Se usa un término más elegante en inglés, serendipity, de chiripa.

Giraldo Martín: Usted lo hace al azar.

Luis Montero Cabrera: O sea, tú estás provocando un entorno que provoca un trastorno de ese gen.

Giraldo Martín: Claro.

Luis Montero Cabrera: Y estás provocando un cambio, no solamente uno, estás provocando aleatoriamente infinidad de cambios.

Giraldo Martín: De esos genes. De los cuales tú siembras las semillas y lo que te resultó, lo evalúas y seleccionas lo que sea de interés para mejorar un carácter determinado. La diferencia con la transgénesis es que lo que tú obtienes, es lo que tú andas buscando. En la mutagénesis pueden haber muchas segregaciones en diferentes caracteres; en la transgénesis es más específico el cambio genético gracias a las tecnologías desarrolladas para hacerlo. Pero en el caso de la transgénesis, como dice Montero, la tecnología hoy permite al hombre manejar eso, lo cual considero que sí es un gran aporte al conocimiento, que se pueda manipular genéticamente un código genético y poder transformarlo y obtener un resultado deseado.

-¿Tiene algo que ver esto con los injertos que usualmente hace el campesino en su patio o finca?

Giraldo Martín: No, el injerto es un método de propagación que se utiliza en las plantas, por ejemplo, en los cítricos, y fundamentalmente se hace para reproducir sobre patrones resistentes o sobre patrones de cualidades mejores desde el punto de vista de la resistencia a enfermedades, a stress ambiental, adaptación a ambientes, a suelos, etcétera. Se injerta una yema o una parte de una planta que desea por las cualidades del fruto que produce, por las características, por el contenido de proteínas que pueda tener. Toma una yema de esa planta que quiere reproducir sobre un patrón y lo reproduce, y entonces tiene un patrón de naranjo agrio, por ejemplo, y le pone una variedad de mandarina o de naranja dulce de diferentes tipos. Esa es una vía de propagar, pero ahí no hay cambios genéticos. Ahí usted está propagando una variedad que tuvo una selección con un fin, sobre un patrón que tiene una característica deseada.

Fundamentalmente se hace dentro de un mismo género. No me dedico a estos procedimientos. Me he concentrado más últimamente en los temas de agroenergía en el medio rural, es decir, a la producción integrada de alimentos y energía, porque somos del criterio que hay suficientes genes, variedades de todo tipo, de pastos, de frutales, de hortalizas, de todo hay variedades en Cuba para hacer y producir lo que se requiere para la población. Lo que hace falta son las tecnologías, los métodos a utilizar para que esas sean de la mayor o la mejor calidad que podemos aspirar a tener. Pero está claro, sin olvidar la importancia de la genética para fines muy específicos y muy necesarios.
La agroecología como tecnología

-Giraldo, antes usted defendió la idea de la agroecología como ciencia, pero dijo que también es una tecnología. ¿Por qué?

Giraldo Martín: Es un sistema donde confluyen diferentes saberes, que requiere de alta tecnología. Sembrar caña, cultivar caña, cosechar caña, y hacer azúcar, eso se puede optimizar, pero se sabe cuál es el proceso. Ahora, cómo se maneja un ecosistema, o una finca, para que de ese ecosistema salga lo mejor y que a la vez no dañemos, no empeñemos el futuro, eso es súper complejo. Es el reto que tienen hoy los agroecólogos, los defensores de una agricultura donde se respete el ambiente y sea parte importante y no sólo un objeto de producción, sino que haya que tenerlo muy en cuenta, porque si no se puede empeñar la vida en el futuro.

-La pregunta del millón: ¿Puede la agroecología alimentar a la población mundial, a los ocho mil millones de personas que habitamos este planeta, más todos los que se están pronosticando que vivirán en unos cuantos años?

Giraldo Martín: Hoy hay estudios, incluso yo le pasé al profesor un documento publicado en el 2014, que habla sobre lo que está haciendo la agroecología y la agricultura, sobre todo la agricultura de pequeña y mediana escala. En el mundo, según los análisis de la FAO, se producen suficientes alimentos, y la agricultura de finca, la agricultura sobre bases agroecológicas -porque yo no creo que sea totalmente agroecológica-, produce alimentos suficientes en cantidad y calidad para alimentar a la población, incluso para llegar a tener una población mayor de habitantes.

Por los resultados que tenemos de investigaciones y de aplicación y experiencia en fincas, hay conocimientos y tecnología sobre bases agroecológicas para alimentar suficientemente a la población cubana. Según datos de una publicación reciente, hay unas 2,6 millones de hectáreas dedicadas al cultivo de alimentos, sin contar la ganadería ni están los bosques, solo alimentos.

-¿Estamos hablando de Cuba?

Giraldo Martín: En Cuba sí, hay 2,6 millones de hectáreas. Y nosotros estamos logrando en las fincas nuestras, sobre bases agroecológicas, unas cinco, seis, siete, ocho toneladas por hectárea de alimentos con diferentes cultivos y producción animal, y hay quien logra mucho más. Por ejemplo, la finca de Fernando Donis, en Perico (Matanzas), produce ochenta toneladas por hectárea de col, sesenta toneladas por hectárea de remolacha, casi dos toneladas por hectárea de frijol, casi dos toneladas por hectárea de maíz, tres toneladas y algo por hectárea de sorgo, que son plantas que sirven para alimentar al ganado y también a las personas, porque hay sorgo que sirve de consumo humano, incluso para niños que tienen problemas con la asimilación del gluten del trigo.

Digo más, hay conocimientos y tecnologías, por ejemplo, para que la población cubana pueda consumir toda la carne y la leche que necesita, producida sobre bases agroecológicas, pues se disponen de casi tres millones de hectáreas más para la ganadería. No tengo duda de que lo podemos hacer en Cuba sin usar transgénicos y sin usar agricultura de altos insumos importados, es decir, agricultura endógena, una agricultura que utilice eficientemente las tierras y los recursos localmente disponibles con la menor cantidad de importaciones de insumos necesarios. Hasta podemos contribuir con la solución energética, yo no diría que fuera total, pero hay resultados que pueden contribuir con la solución de la demanda energética de esos sistemas agroecológicos.

¿Hay más tecnología que ciencia?


Luis A. Montero Cabrera.

Luis Montero Cabrera: A ver, por supuesto, si usted logra que todos los campesinos y todas las tierras tengan un sistema y unas personas como las que cultivan la finca del amigo de Giraldo, claro que sí, pero es que así no funciona el mundo, ni así funciona la economía. La economía funciona con personas que hacen cada una de ellas lo que estiman o lo que les parece, o lo que económicamente les conviene más, o lo que por sus sentimientos estiman mejor. Porque hay muchas cuestiones de apreciación, que se sabe que en el campo es igual que en cualquier tecnología.

Hay un detalle de lo que decía Giraldo, que yo sí quisiera señalar. La agroecología sí es ciencia y sí, sobre todo, es tecnología. Yo creo que incluso es más, mi apreciación personal siendo un simple observador de estas cosas, yo no soy un profesional. Giraldo es un profesional, pero yo siendo un simple observador veo mucho más en la agroecología tecnología que ciencia. La ciencia se usa en la agroecología, claro que se usa. Se ha usado en toda la genética para buscar las mejores variedades que se utilizan, la genética de todo tipo, aquella sobre la cual tú preguntaste, la mutagenética (que puede ser una mutación del ADN clonado o no).

-¿Y es necesario usar también la transgénesis?

Luis Montero Cabrera: La transgénesis no es el problema, ninguna tecnología esencialmente es el problema si usted la sabe usar. Los problemas son de otra índole. Los problemas son económicos. Los problemas son de relaciones de producción, son de relaciones de trabajo, son de cultura de las personas. Con una adecuada cultura científica y tecnológica de las personas usted puede tener seguridad de que nunca se va a exceder en el uso de un determinado plaguicida. Siempre va a usarlo en las condiciones en las cuales ese plaguicida se puede eliminar naturalmente. O sea, lo que yo defiendo, y creo, estoy seguro, que Giraldo defiende también, es que tenemos que garantizar que las personas sepan lo que están haciendo, y que además, las personas lo sepan hacer con conciencia de que es más valioso, mucho más valioso el futuro de la humanidad que hasta el propio beneficio personal de una persona en un momento determinado. Si se hace así, cualquier tecnología es válida.

Me resulta contradictorio que se la emprenda con los transgénicos, que se emprenda contra el conocimiento, a expensas de que hay consorcios que utilicen más o menos una tecnología para poner en desventaja, digamos, a campesinos, o a personas, o grupos sociales. Ellos están en desventaja, pero no solo por el consorcio. Están en desventaja por el sistema social en el cual se han desenvuelto, porque si nosotros vemos, la mayor parte de los problemas, hasta mis muy modestos conocimientos de los problemas sociales de México, la mayor parte de ellos proviene de la incultura, digamos, profunda, tecnológica y científica, del campesino promedio mexicano.

Por ejemplo, en la zona norte de México, hay áreas cultivadas por unas comunidades que son cerradas, originadas por inmigrantes europeos que se habían establecido allí. Esa gente produce con una eficiencia extraordinaria, tienen sus propios esquemas de cultivo propios, y son competitivos en el entorno mexicano. Se exhiben como triunfadores en el entorno mexicano. Si tú me dices que yo comulgo con cualquier costumbre o sociedad excluyente, ni hablar. No comulgo con que haya exclusividad, que haya personas que no se mezclen, que haya personas que discriminen racialmente a otras personas. Eso para mí es inadmisible, pero es inadmisible no por la tecnología, ni por el éxito económico que logren. Es inadmisible por su contenido ético.

En todas estas cosas el factor de cómo usted respeta la humanidad, cómo usted respeta la condición humana, es lo más importante. Y yo creo que una de las formas mejores de respetar la condición humana es precisamente promover la tecnología de cualquier tipo, sobre todo sabiendo qué se hace.

Admiro muchísimo el aspecto energético que menciona Giraldo de lo que ellos están haciendo. Lo admiro muchísimo, porque efectivamente, un adecuando manejo energético de una finca, incluso yo diría que un adecuado manejo energético de una plantación azucarera moderna, puede provocar que incluso ese central, ese sistema, le sobre energía y pueda vender energía.

Giraldo Martín: Claro.

Luis Montero Cabrera: Energía solar caída sobre la tierra el año anterior. O sea, la caña es tan eficiente que en un año produce tanta energía hasta el punto de que los centrales tuvieron que diseñarse con calderas ineficientes para poder quemar todo el bagazo que producen. Porque si no queman todo el bagazo no había qué hacer con él. Y nosotros llegamos por aberraciones económicas a tal nivel que metimos el petróleo en la producción azucarera, y resulta que en un momento determinado en este país, en los tiempos en que le vendíamos el azúcar a la Unión Soviética, si no había petróleo no había azúcar. Un país que nunca necesitó petróleo en grandes cantidades, por supuesto, para producir azúcar. O sea, usted se da cuenta de que el problema no está en la tecnología. El problema está en cómo usted utiliza la tecnología. Por eso no creo correcto renunciar a la tecnología, ni a los transgénicos, ni a nada comprobadamente cierto y producto del desarrollo del conocimiento humano. Por supuesto que entiendo que si usted pretende desarrollar una tecnología con una determinada restricción, por ejemplo, la restricción de que yo no quiero usar transgénicos, perfecto, eso implica que usted tendrá que desarrollar una tecnología adaptada a no usar transgénicos. Como si decide utilizar una tecnología de secano, sin riego. Usted tendrá que hacer una tecnología en la cual tenga que obtener buenos resultados sin riego.
Fertilizantes artificiales y los pesticidas

-Hay otro tema que se discutió mucho en Cubadebate: los fertilizantes artificiales y los pesticidas. ¿Qué papel tienen estos productos en el trópico? ¿Qué relación guardan con lo que se discute aquí?

Giraldo Martín: : Los fertilizantes son importantes, porque son una vía de nutrición de las plantas, incluso en la propia agroecología se acepta el uso de componentes simples, es decir, si hay que aplicar potasio, fósforo, lo que siempre se trata es de que sea a partir de minerales naturales. Por ejemplo, si usted necesita fósforo puede ir a las rocas fosfóricas, había algo que se producía antes allá en Matanzas, yo no sé si lo hacen todavía, fosforita.

Luis Montero Cabrera: Debe ser en la planta de fertilizantes de Matanzas.

Giraldo Martín: No, no, estamos hablando de un yacimiento que hay.

Luis Montero Cabrera: Un mineral.

Giraldo Martín: Hoy están produciendo un organomineral, que de hecho estamos tratando de negociar con ellos ese tema, porque nos interesa a nosotros. Es una tecnología que pega muy bien en el contexto de los sistemas agroecológicos, y aportan nutrientes suficientes.

Entonces los fertilizantes, o los fertilizantes minerales, son necesarios para usted desarrollar cualquier tipo de producción, ahora, lo que pasa es que si usted es capaz de manejar con eficiencia un sistema productivo usted puede producir su propio fertilizante, es decir, o si no puede producir todo el fertilizante puede producir una buena parte de ese fertilizante, porque generalmente todos los cultivos, incluso los animales, tienen más residuos que productos, por ejemplo, usted cosecha un racimo de plátanos que tiene trescientos plátanos, pero le queda todo ese pseudo-tallo de plátano el cual puede aportar alimentos para los animales o fertilizantes para las plantas.

Luis Montero Cabrera: Claro.

Giraldo Martín: Ahí hay todo lo que hizo falta para que esa planta creciera y después formara el racimo, usted puede volver a reutilizar eso como fertilizante, entonces ahí hace falta tecnología para hacer eso. Hoy muchos productores lo utilizan, incluso sirve de alimento. En los momentos de sequía, el pseudo-tallo del plátano es alimento de las vacas lecheras y tiene un alto contenido de potasio, de minerales en general, que son muy buenos para la alimentación del ganado, por ejemplo. También se puede compostar o lo trocear, y convertir en humus de lombriz, etcétera, etcétera. Se puede producir su propio fertilizante; y si esa persona es aventajada, o fue capaz de construir un digestor de biogás, por ejemplo, entonces tiene la energía para cocinar en su casa, y además, todos los efluentes de ese proceso de fermentación anaeróbica que se sucede en ese digestor, y ahí hay aminoácidos esenciales. Es un fertilizante ideal, eso tiene todo lo que le hace falta a las plantas.
Microorganismos eficientes

Luis Montero Cabrera: Eventualmente tiene energía hasta para ponerle aire acondicionado a su casa.

Giraldo Martín: Correcto. Entonces hoy por hoy, por ejemplo, nosotros tenemos fincas que han sustituido el setenta por ciento de la energía convencional por energía alternativa, ¿por qué?, porque el refrigerador es con biogás, la cocción de alimentos es con biogás, tiene lámparas que alumbran con biogás, pueden tener una pequeña planta, un moto-generador de emergencia para problemas de fallos eléctricos. Ahora consume a lo mejor un treinta por ciento de lo que antes consumía, depende, depende de la eficiencia del productor, pero ahí se puede producir energía en el propio sistema, además de los fertilizantes para la producción del sistema, incluso los medios biológicos, que vendrían siendo parte de los plaguicidas que usted me decía hace un momento.

Nosotros hemos innovado en una tecnología que adoptamos y adaptamos, que personalmente la pude ver en Costa Rica en una visita que hice. Me traje al productor que hacía eso, dimos un curso con profesionales y productores, y hoy en Cuba puedo decir que hay más de quinientas fincas que la usan.

-¿Qué tecnología? :

Giraldo Martín: Los Microorganismos Eficientes, nosotros les decimos microorganismos nativos, porque son aquellos que están en el medio natural.

Luis Montero Cabrera: ¿Micro o mico?

Giraldo Martín: Microorganismos, ahí hay mico, hay de todos.

Luis Montero Cabrera: O sea, no son hongos solamente.

Giraldo Martín: No son hongos solamente, ahí hay bacterias, hongos, levaduras y lactobacilos entre otros grupos microbianos. Esta tecnología proviene del estudio que hizo un investigador japonés, que hoy en el mundo se vende: los EM. Y muy caros, por cierto. Un litro de EM puede costar hasta quince dólares en el mercado.

-¿EM qué significa?

Giraldo Martín: Viene del inglés, microorganismos eficientes, Effectives Microorganism. En Costa Rica lo adoptaron y le llaman Microben, microorganismos benéficos, y nosotros le pusimos aquí microorganismos nativos, y tenemos una marca registrada que se llama IH-Plus, es decir, IH de Indio Hatuey, Plus, porque es bueno para todo. Hay quien dice, “Bueno, si sirve para todo no sirve para nada”, pero nosotros hemos demostrado, por ejemplo, que funciona como fertilizante, como bioinsecticida, como bioestimulante, funciona muy bien como probiótico en la alimentación animal. Tenemos experiencias de alimentación de cerdos que consumen alimentos predigeridos con los microorganismos incorporados, y pueden dejar de consumir hasta un treinta por ciento del alimento convencional con el mismo resultado productivo, pero además, significa un cambio importante en el ambiente porque no permite o controla el exceso de olores desagradables y moscas que hay en una instalación porcina, en una instalación avícola.

Luis Montero Cabrera: De las excretas.

Giraldo Martín: De las excretas, sin embargo, se aplica esos microorganismos sobre las excretas y ese olor no existe. Las trabajadoras están muy contentas cuando tienen ese producto, pero eso hoy lamentablemente no se aplica todo lo que se pudiera aplicar, pero hay más de quinientas fincas y entidades que ya lo utilizan, y han tenido resultados; de hecho, a partir de una planta que se montó aquí en el Finlay con la doctora Conchita (Concepción Campa) y que ahora está en CENPALAB (Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio), nosotros producimos el inóculo y ellos producen el producto líquido, para utilizarlo en diversos fines.

-¿El inóculo es…?

Giraldo Martín: El pool de microorganismos.

Luis Montero Cabrera: Lo que se va a reproducir.

Giraldo Martín: Lo que se va a reproducir después en un medio líquido para aplicarlo en diferentes proporciones. Si usted tiene doscientos litros de microorganismos líquido, puede multiplicarlos por diez, por quince, y hasta por veinte, porque puede poner un litro donde hay veinte de agua. Se hicieron varios experimentos con el Finlay y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en los momentos en que apareció el cólera, y se aplicó en los lugares, aquí en Güines mejoró todos los parámetros que ellos controlan para medir la calidad de los residuales, y lo aplicamos en Caibarién, y más recientemente en Santiago de Cuba, y en todos los lugares que se ha utilizado ha tenido un impacto positivo en el tratamiento de residuales. Se mejoran los parámetros químicos y biológicos que caracterizan a un residual.

Luis Montero Cabrera: Por eso estamos aquí, se logra ese producto porque triunfan los que se seleccionan en ese entorno tan variado y se hacen sinergias. O si no se seca todo y no funciona nada.

Giraldo Martín: Ahora, esos individuos benéficos, como dice Montero, tienen la capacidad de controlar el medio donde están, ¿pero qué pasa?, ahí hay un pH de 3,2 a 3,5 producto principalmente al ácido láctico que generan los lactobacilos, por lo que mantienen un medio estable.

Luis Montero Cabrera: Ácidos totales.

Giraldo Martín: Ya se han estudiado, hay varios géneros representados por diferentes especies de microorganismos. Hay una clasificación que se ha hecho a nivel internacional, y acá hay un centro nuestro allá en la montaña, el Centro de Desarrollo de la Montaña, de Guantánamo, que es del CITMA, que hizo una caracterización de ese producto. Llegó a identificar alrededor de ochenta tipos de microorganismos diferentes, que lo hicieron allí unos biólogos que tienen muy buena preparación. Nosotros montamos la planta con ellos allí y ellos después hicieron la caracterización.

He aquí la explicación de la diversidad de usos de este producto, incluso se ha desarrollado una línea a partir del producto madre que se está usando como aditivo en los hormigones, con un impacto significativo en el ahorro del agua, en la velocidad del fraguado y en la eliminación de los efectos anticorrosivos de las construcciones que están expuestas a los aerosoles marinos en los cayos. Hay pruebas hechas en cayo Santa María por el Centro de Investigación y Desarrollo de los Materiales de la Universidad Central, el doctor Fernando Martirena con su equipo de trabajo ha desarrollado un producto y hay una pequeña planta en el CBQ (Centro de Bioactivos Químicos) que lo produce y está haciendo una escala de producción y utilización en la construcción, y el origen son los microorganismos nativos.

Luis Montero Cabrera: Y voy a hacer un corolario. Si la patente de ese producto se la apropia un consorcio, lo desarrolla, lo vende, lo comercializa, en un país pobre donde el campesino ignorante no es capaz de saberlo usar, y se lo vende a los campesinos más exitosos, inmediatamente veremos en acción un monopolio e inmediatamente generará acciones, manifestaciones contra el producto y no contra el monopolio. ¿El problema lo tiene la sociedad que permite esas prácticas monopólicas o el producto?

Giraldo Martín: Está buena la interpretación.
La tecnología para salvar vidas

Luis Montero Cabrera: Esa es la cuestión; además, es que en realidad tenemos que ir al fondo de las cosas. Quiero hacer una pregunta, si me permiten.

-Adelante.

Luis Montero Cabrera: Supongamos que mañana apareciera un determinado gen que se injerta en un óvulo fecundado con un espermatozoide de un hombre que esa mujer desee que sea su fecundador. Se pone in vitro, y el hijo de esa mujer será inmune al cáncer gracias a ese gen. No se va a morir de cáncer.

Giraldo Martín: Sería un interesante avance de la ciencia.

Luis Montero Cabrera: ¿Ustedes estarían dispuestos a que un hijo suyo sea manipulado genéticamente para que no se muera de cáncer?

Giraldo Martín: La ciencia, con toda la capacidad que ha demostrado, puede llegar ahí, no tengo casi ninguna duda de que puede llegar ahí.

Luis Montero Cabrera: Ya no tiene genes tuyos solamente. Le pusieron algunos otros genes, lo manipularon genéticamente.

Giraldo Martín: Siempre que la tecnología actúe para salvar la vida en la Tierra y no crear efectos secundarios, esta es defendible y es aplicable, porque lo que hay es que buscar la forma de salvar la vida, porque el hombre tuvo la oportunidad de llegar aquí, y tiene que buscar la manera de seguir viviendo, pero para eso hay que hacerlo de una forma muy responsable para que no contribuya un poquito más con el holocausto que se nos viene.

No sé si ustedes vieron el programa de Taladrid con el documental Terra, el análisis que se hace, cómo surge la vida, cómo surge el hombre, cómo después al final el hombre mismo dice: “Pero bueno, y si yo no vuelvo a reencontrarme con la naturaleza yo puedo desaparecer”.

Luis Montero Cabrera: Hay mucha documentación al respecto.

Giraldo Martín: Muy bien elaborada. Pero lo que quiero decir es que lo seres humanos tenemos la gran capacidad de poder interactuar. Recuerdo, cuando era estudiante, que me decían, “El hombre es superior porque el hombre puede controlar la naturaleza”. O “el hombre domina la naturaleza”, y yo creo que en aquellos momentos existía esa percepción; a la luz de hoy el hombre no debe dominar la naturaleza, el hombre debe entender la naturaleza. Y adaptarse a la naturaleza, y convivir con ella, pero cuidándola, porque te puede cobrar lo que tú le estás quitando, y ahí está de la supervivencia.

Entonces eso que tú dices de que si la manipulación genética puede llegar a tener un individuo sano, capaz de vivir, capaz de que eso no sea una agresión para la vida, para el medioambiente, para la naturaleza propiamente, yo creo que eso pudiera ser analizable y pudiera ser éticamente viable, que cada persona pudiera decidirlo, o que cada sistema social pueda decidirlo, considero que eso puede ser, yo no estaría en contra, pero sí pienso que hay que hacerlo desde una posición muy responsable.

Ahora, tengo otra posición, tú que eres químico de los buenos y yo soy solamente un pequeño aprendiz, fui alumno ayudante de química orgánica en la universidad.

Luis Montero Cabrera: ¡Pobrecito, Giraldo, pobrecito! Y yo no fui ni aprendiz de agrónomo cuando estudié. Solo seleccioné de la literatura una técnica para determinar nitrógeno en pastos.

Giraldo Martín: De química orgánica en la universidad fui alumno ayudante, porque creo que no había nadie más que quisiera serlo. Si nosotros nos alimentamos con alimentos sanos, si aprendemos a nutrirnos mejor, que sobre eso también hay mucho que la gente dice que es dogma, otros dicen que son teorías, pero hay que aprender mucho, pues el ser humano en ese gran proceso de desarrollo se ha deshumanizado un poco, se ha industrializado, se ha plastificado –algo que está asociado al cáncer, la peroxidación que sucede a nivel celular (la peroxidación de los lípidos es el fenómeno por el cual ciertos alimentos que contienen lípidos se vuelven rancios). En el ser humano todas las células pueden ser cancerígenas.

Luis Montero Cabrera: Es una mutación maligna la que te produce el cáncer.

Giraldo Martín: Correcto, depende de cómo ese ser humano es capaz de vivir, de comportarse.

Luis Montero Cabrera: Una mutación puntual maligna.

Giraldo Martín: Cómo es capaz alimentarse, entre otras cosas. Eso explica muchas veces por qué una persona que fumó durante cien años vive ciento cinco, pero esa persona a lo mejor nunca fue un estresado, nunca tuvo un problema, se alimentó correctamente. Lo que quiero decir es que hoy todavía -como la tecnología no tiene eso que tú dices, Montero-, hoy tenemos la posibilidad de salvarnos o de ayudar a salvarnos, que es alimentarnos mejor y buscar un estándar de vida y un nivel de vida que no creo que sea de consumo, sino de satisfacción de necesidades lógicas, imprescindibles de la vida, para que entonces ahí el ser humano se pueda expresar en pleno potencial como lo es, y no ser un ser humano agredido por la tecnología, por el estrés, por los problemas de malnutrición, etcétera.
Saber qué estamos haciendo

Luis Montero Cabrera: A ver, Giraldo, todas estas cosas se basan en opiniones.

Giraldo Martín: Sí.

Luis Montero Cabrera: Y en estados, y en sentimientos de las personas. Cuando tú dices alimentarnos mejor, eso, el “mejor” aviene a tu concepto de lo que es alimentarte mejor.

Giraldo Martín: Sí, claro.

Luis Montero Cabrera: Los vegetarianos piensan que la mejor forma de alimentarse es solamente con vegetales, y piensan que están muy bien alimentados, porque se alimentan con vegetales. Porque, nada más de vegetales, entonces, eso depende mucho de las personas.

Giraldo Martín: Estoy de acuerdo.

Luis Montero Cabrera: Y yo lo que pienso es que, o por supuesto, que estoy completamente de acuerdo con lo esencial de lo que tú has dicho. Y estoy absolutamente de acuerdo con que tenemos que ser amigables con nuestro medio, que no podemos autodestruirnos. Pero para todo eso tenemos que saber lo que estamos haciendo. Por ejemplo, el artículo que tú me mandaste, el artículo de Esther Vivas, que escribió acerca de los alimentos en Público, donde afirma que lo único que hay que hacer es distribuirlos bien. Detrás de esa afirmación hay algo, que tú coincidirás conmigo, que es una errata. Porque eso implica que todos en el mundo se alimente de vegetales. Eso implica que tú no cedas una parte de la energía que se ha producido con esos vegetales, con esas grandes cantidades de maíz, con esas grandes cantidades de granos que se producen hoy en día industrialmente, para que haya animales que crezcan y te los puedas comer como carne.

Ese animal comiendo maíz está comiéndose también una energía que él necesita para generar proteínas que te vas a comer tú después como carne. Tendrías que exigirle a la gente que no comiera carne o que comiera mucha menos carne. Porque la carne, la que se produce en grandes cantidades como pollo, la que se produce como cerdo en este mundo, es carne industrial, tecnológica. Esa carne sostiene la dieta de proteína de una buena parte de la humanidad desarrollada, y hasta la de los chinos está empezando a serla. Entonces tenemos que darnos cuenta de que todo esto va por el punto inicial, en el cual creo que todos coincidimos, tenemos que saber lo que estamos haciendo y preservar nuestro medio y no alterarlo demasiado.

Lo que tú dijiste que te dijeron cuando eras niño también lo oí yo cuando era jovencito, el “Tenemos que dominar la naturaleza, dominamos la naturaleza”. Eso era una consigna. Con eso los soviéticos secaron el Mar de Aral.

Giraldo Martín: Exactamente.

Luis Montero Cabrera: Secaron un mar, que era uno de los grandes lagos del centro de Asia. Y había un proyecto de virar al revés un río y tirarlo para otro lado. Señores, yo no estoy en contra automáticamente de ningún proyecto. Lo que usted tiene que saber qué va a hacer y qué consecuencias va a tener que usted haga en cualquier proyecto tecnológico. Y si sabe las consecuencias, y si el proyecto le es imprescindible hay que llevarlo adelante, porque estamos aquí por eso. Eso va con las éticas del momento, eso va con los criterios del momento. Lo que no puede variar es nuestra necesidad de supervivencia. Y que la necesidad de supervivencia sea con las normas éticas que el momento que la sociedad impone para que podamos convivir como seres humanos.

Giraldo Martín: Estoy de acuerdo contigo que el problema no se trata ni de ser vegetariano ni de comer carne, sino del que quiera ser vegetariano y no pueda serlo porque no hay vegetales, o que te guste comer carne y no puedas comer carne porque no hay carne suficiente o es muy cara.

Luis Montero Cabrera: Exactamente, exactamente.
En Cuba hay posibilidades para autosostenernos

-Ahorita esbozamos la situación de Cuba. Me gustaría que hagamos una parada en este punto: ¿tiene nuestro país posibilidades de autoabastecerse de alimentos?

Giraldo Martín: Tenemos la posibilidad de tener casi todos los alimentos, con la tierra y el agua que tenemos.

Luis Montero Cabrera: Coincidimos en eso.

Giraldo Martín: Con el conocimiento que hay y las tecnologías que tenemos, en Cuba hay muchos centros de investigación de perfil agropecuario que tienen suficiente conocimiento en todo, en viandas, en hortalizas, en granos, en todo tipo de frutas, en la ganadería, etc.

-¿Por qué no somos entonces autosostenibles?

Giraldo Martín: Porque el problema de nosotros en la agricultura no es de genes, no es de variedades, el problema de la agricultura es de infraestructura y de gestión. Nosotros, si llegamos a un lugar donde hay un buen sistema, donde hay un buen director, donde hay un buen equipo de trabajo, eso ahí funciona bien y ahí los problemas se convierten en soluciones, pero donde no hay eso entonces los problemas son mayores y no hay soluciones.

La agricultura está haciendo un grupo de cambios interesantes, y tengo la esperanza de que eso vaya a pasar, seremos casi autosuficientes en alimentos. Ahora, hay una cosa que nos falta, he tenido la oportunidad de decirlo en algunos lugares y lo he dicho, nosotros estamos obligados a tener un sistema de innovación agraria en el país, mejor concebido, más coherente, más aterrizado a lo local; hoy funciona, la innovación funciona a nivel espontáneo y a nivel de los institutos que trabajamos para la agricultura, es decir, yo tengo mi sistema y otros centros tienen los suyos.

Luis Montero Cabrera: Y por paquetes tecnológicos dictados centralmente.

Giraldo Martín: Y entonces el sistema de la agricultura viene con un paquete tecnológico.

Luis Montero Cabrera: Claro.

Giraldo Martín: Y si tú vas a producir papa te toca esto y esto. Por cierto, la papa la estamos produciendo también ecológica, pero yo no estoy en contra de la papa industrial, porque en ella también podemos reducir u optimizar el paquete de insumos y usar algunos de origen biológico, porque la papa industrial es, en tres meses mucha papa para mucha gente, pero estamos tratando ahora de desarrollarla a pequeña escala para que haya más papa también aparte de la industrial.

Luis Montero Cabrera: Claro, perfectamente.

Giraldo Martín:¿Entonces qué significa esto?, que a nosotros lo que nos falta es ser capaces de utilizar mejor los recursos que localmente tenemos, usar el potencial de la importación para lo que aún nos falta, y como decía Montero, y usar el conocimiento, la tecnología desarrollada, la capacidad de innovación que tiene el ser humano, y que tenemos sobre todo los cubanos, y Cuba no debía tener problemas de esos.

Un problema serio es el enfoque de la cadena productiva, que no arranca en la producción, arranca desde el sistema de logística, es decir, si usted no tiene un buen sistema de logística, cuando usted va a necesitar el insumo tal ese insumo no llegó y el productor tiene que sembrar sin el insumo, y después llegó.

Luis Montero Cabrera: Exactamente el mismo problema que tiene la ciencia, exactamente el mismo problema que tiene la tecnología. Hay un problema de gestión económica del país, de abastecimientos, de gestión, de valor del dinero, de organización interna del país. Que hay que hacer bueno y socialista.

Giraldo Martín: Exacto, pero que aún en medio de toda esa situación yo creo que nosotros podemos hacer mucho más, mucho más, si somos un poquito más coherentes en los análisis, y nos ponemos con el enfoque país, más que con el enfoque institucional, con el enfoque sectorial, con el enfoque territorial.
Estamos obligados a desarrollar una agricultura competitiva y pertinente, que satisfaga en mayoría las demandas de alimentos de la población, que tenga una mayor vocación exportadora para generar ingresos en divisas y contribuir así con su propio desarrollo.

Pero no tengo dudas, Rosa Miriam, que en Cuba hay conocimientos y hay genes, dígase variedades, para producir los alimentos suficientes, sanos, nutritivos, que requiere la población cubana, y un poquito más de la que tenemos hoy, con las tierras y los recursos que tenemos, claro, con conocimiento, con tecnología, y manejando eficientemente ese sistema de gestión, que es muy complejo porque es multifactorial, multidimensional y multiactoral también, porque hay muchos actores en ese proceso que pueden y deben articularse mejor.
Preguntas los lectores de Cubadebate

-Como les dije antes de empezar se nos iba a ir volando la hora, y se nos fue. Y no quiero que dejar fuera los comentarios de los lectores, porque ellos son los responsables de que este segundo programa se esté produciendo, tras la polémica transgénicos vs agroecología que ya vimos en el programa anterior. Algunas de las preguntas que llegaron a la redacción ya las han ido contestando, pero me quedan otras muchas. Por ejemplo, dice Adrián: “¿Los transgénicos serían una solución a los precios de los alimentos? Para ello ¿hay que seleccionar bien las semillas y que sean de producción nacional?”

Giraldo Martín: Sí, las semillas hay que seleccionarlas, y de hecho hay una muy buena experiencia en Cuba con un proyecto de innovación agraria local, el PIAL, que es un proyecto que coordina el INCA (Instituto de Ciencia Animal). Nosotros participamos como institución, que tiene una experiencia muy interesante para el rescate de semillas que fueron un poco perdidas, abandonadas, y sobre todo también de las variedades que existen hoy desarrolladas por varias instituciones, y que ese proyecto ha sido capaz de rescatarlas, y tiene hoy un modelo para eso a escala local.

Considero que sí hay que seleccionar las semillas; ahora, que un producto sea más o menos caro yo no creo que dependa solo de que se seleccionen las semillas. Creo que eso va a depender de muchos factores.

Luis Montero Cabrera: Yo en lo que disiento es ver los transgénicos como la solución a los precios. No son la solución, sino pueden contribuir a la solución.

Giraldo Martín: Correcto.

Luis Montero Cabrera: El problema que tenemos en Cuba con los alimentos no es un problema originado por un solo aspecto, ni tiene una sola solución. Es un problema sistémico, que tenemos que resolver sistémicamente aprovechando todas las ventajas que tenemos, sobre todo las ventajas humanas.

Giraldo Martín: Claro.

-Rafael pregunta si los transgénicos afectan la salud.

Giraldo Martín: Uno de los que comenta en Cubadebate, a propósito del programa anterior, hace un grupo de argumentos largos, por cierto, de varios análisis de científicos en Australia, en el Reino Unido, donde se ha puesto en evidencia un posible daño de la alimentación con transgénicos sobre todo en animales de laboratorio, y hay mucho sobre eso, pero eso es algo todavía por demostrar. Hay que seguir investigando sobre ese tema, si realmente son o no dañinos. Ahora, la literatura científica reconocida sí habla de daños o posibles daños de alimentos transgénicos en la salud de las personas.

Luis Montero Cabrera: Y hay literatura que habla del posible daño a la salud de las personas por causa del agua que se bebe, y el posible daño a la salud de las personas por el pan común. El problema está en que si un producto transgénico pasa todas las pruebas toxicológicas, todas las pruebas de salud que tiene que pasar, no es más dañino a la salud que cualquier otro producto que usted haga que tenga que pasar por las mismas pruebas toxicológicas. Usted no debe vender hoy en día un mango sin control. En Cuba desgraciadamente, a veces lo vendemos sin control alguno. Puede ocurrir que ese mango se haya fumigado excesivamente con un pesticida que no es adecuado y entonces se comió el mango con el pesticida y se intoxicó, y el mango no era transgénico.

Giraldo Martín: Sí, eso pasa.

Luis Montero Cabrera: Pero no pasó las pruebas regulatorias que tiene que pasar cualquier producto que se le dé a las personas, que por cierto, es una asignatura pendiente en nuestro país. Nosotros compramos cosas en el mercado interno de nuestro país, incluso producidas industrialmente, sin marca, sin fecha de origen, sin denominación. Esa es otra discusión, Rosa Miriam, que afecta a la salud.

-Elio Antonio, otro lector, discrepa de una afirmación que Montero hacía en el programa anterior: “Estoy convencido de que será tan eficiente en el futuro la caña para nuestra economía como la soñó el Che”. Él pregunta: “¿Es la caña de azúcar un cultivo ventajoso en el caso de Cuba?”

Giraldo Martín: Para mí sí. La caña es el cultivo bendito, yo diría, para Cuba. Es la reina del trópico, es la planta que mejor utiliza la energía solar y la convierte en biomasa, que es nutrientes y que es energía, y para vivir hace falta nutrirse y tener energía, energía desde todos puntos de vista, energía como medio de nutrición también, pero energía, energía eléctrica, .

Luis Montero Cabrera: Y no nos habíamos puesto de acuerdo.

Giraldo Martín: Sí, claro.

Luis Montero Cabrera: Él dice exactamente lo mismo.

-Pero ahora anda de capa caída.

Luis Montero Cabrera: Hombre, anda de capa caída como anda de capa caída la producción de mangos, como anda de capa caída la producción de aguacates, como anda de capa caída la producción de tantas cosas en nuestro país.

Giraldo Martín: La caña sufrió un proceso de deterioro en Cuba, como lo sufrió toda la agricultura en general. El modelo de producción entró en crisis, porque nosotros teníamos un modelo de agricultura industrial, que requiere de un paquete tecnológico, como discutíamos ahorita, y de insumos que muchos de esos eran importados, sobre todo el combustible, entonces al caerse las fuentes originales de esos insumos importados el modelo entra en crisis. Esto provoca la caída de las producciones como la caña, por eso hubo que hacer las UBPC y después hemos tenido que hacer también todo el proceso de entrega en usufructo de tierras, para buscar una forma más asequible para gestionar esa tierra, porque la gran empresa no funciona adecuadamente si no tiene un paquete tecnológico, si no tiene un modelo de insumos.

Luis Montero Cabrera: Y un sistema de gestión económica adecuado.

Giraldo Martín: Pero la caña per se no es mala. La caña es un gran cultivo, que no sólo da el azúcar, da un grupo de derivados grandísimos, entre ellos alimento animal de altísima calidad, que lo pudiéramos convertir en proteínas para la alimentación humana. Y que además, tiene un elemento de placer que es el tema de las bebidas, de ahí sale el alcohol.

Luis Montero Cabrera: Y el ron.

Giraldo Martín: Y el alcohol no sólo es combustible, el alcohol también es bebida, con control es bueno, no es dañino y puede exportarse. Entonces la caña es bendita. Incluso, hoy para los animales uno de los forrajes que más se está sembrando es la caña, erróneamente. La caña hay que sembrarla, no digo que no, pero hay que ponerle proteínas al lado. Hay un programa ahora con plantas proteicas muy bueno que está en proceso de desarrollo, pero no se puede decir que la caña esté de capa caída. La caña se cayó porque no hubo forma de sostenerla, pero la caña se está levantando.

-El último comentario, y ya con este cerramos. Dice René, y es una afirmación: “Existen muchas alternativas a los transgénicos incluso más productivas en Cuba, sólo falta aplicarlas”. ¿Están de acuerdo?

Luis Montero Cabrera: Yo no sé.

Giraldo Martín: Yo estoy de acuerdo.

Luis Montero Cabrera: Yo no sé, yo no sé. Creo que hay que plantear el problema en términos de alternativa. Lo que discuto es que se excluyan alternativas. Si tú tienes muchos problemas sin resolver, por qué a priori y prejuiciadamente vas a descartar cosas que pueden ser potencialmente productivas sin probarlo.

Giraldo Martín: Ahora, el gran debate, que considero sería bueno para cerrar. Mi posición al respecto es que hoy Cuba no necesita de eso, yo ahí con Montero sí no estoy de acuerdo. Yo creo que la ciencia como ciencia, el CIGB está bien que trabaje la manipulación genética de plantas, está bien que tenga resultados interesantes, que los prueben, que demuestren que sí, pero esa tecnología, o esa variedad va a venir con el mismo paquete tecnológico que ha estado afectando la vida en el planeta, y sobre todo en los ecosistemas naturales. Entonces por qué nosotros vamos a hacer lo que no ha funcionado bien. Cuba es un referente mundial de la agricultura agroecológica y la agricultura orgánica. El mundo ha visualizado a Cuba como un foco, como un posible lugar donde se puede demostrar que hay un país que puede vivir sobre bases ecológicas, y nutrirse sobre bases ecológicas. El mundo valora a Cuba por ello, y nosotros tenemos que luchar porque eso sea así, pues tenemos las herramientas, casi todo lo que hace falta para hacerlo, falta que lo decidamos y queramos hacerlo.

¿Por qué no hay en Cuba un programa nacional de agroecología? No lo hay en el sistema de investigaciones. Hay que hacer investigaciones dentro de los programas de alimento animal, alimento humano, etcétera,; pero no hay un programa nacional de agroecología, ¿por qué no hay?, ¿por qué no hay una certificadora de productos orgánicos? Deberíamos tener una certificadora de productos orgánicos que no sea lucrativa, como pasa en el mundo. La nuestra debe ser una certificadora ética, que te diga “Este mango es orgánico”, y por eso el mango no tiene que valer cinco pesos más, si lo voy a exportar, sí, pero para que se lo coma un cubano no tiene que valer cinco pesos más. No, al contrario, si lo podemos dar más barato es mejor todavía, porque significaría que estaríamos mejor alimentado, o bien alimentado, y de una forma más económica.

Luis Montero Cabrera: En lo que divergimos, evidentemente, es en la apreciación. O sea, yo no excluyo ninguna alternativa. Y no me disgusta, para nada, el concepto de transgénico, creo que es absurdo prohibir cualquier alternativa. Cualquier alternativa bien trabajada, bien hecha, bien manejada, sin recurrir a esquemas excluyentes, es positiva.

Quiero insistir en esto para terminar con este minuto. No debemos ser excluyentes, debemos ser incluyentes. Y si en un esquema agroecológico mañana ocurriera que fuera necesario, fuera bueno, positivo, introducir un determinado transgénico, no debería excluirse, porque eso no tiene absolutamente ninguna contradicción con los principios agroecológicos, porque al final todos estos productos que están sobre la mesa son transgénicos, lo que pasa es que son transgénicos obtenidos a través de millones de años de selección.

Giraldo Martín: Montero, comparto que no debemos ser excluyente, sino incluyentes, pero para poder aceptar lo que dices de introducir un transgénico en Cuba en un sistema agroecológico, eso solo sería analizable si ese transgénico pudiera vivir y demostrar su potencial utilizando los métodos agroecológicos, es decir, no los de la agricultura convencional y sobre todo que eso no ponga en peligro la diversidad genética presente.

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