Por Fidel Vascós González
No cabe duda que el problema mas inmediato a resolver en la economía cubana es su falta de divisas.
La principal causa de esta realidad es el recrudecido bloqueo del gobierno norteamericano sobre la Isla, que ya acumula mas de 60 años. También hay aspectos internos que no facilitan superar esta situación de la falta de divisas.
Diferentes decisiones se han tomado para incrementar el ingreso de las monedas internacionales. La mas reciente se abordó en la Mesa Redonda del pasado 3 de agosto cuando se autorizó la venta de divisas al Estado por la personas naturales y el sector no estatal a una tasa de cambio equivalente a 1 USD = 120 CUP, iniciándose así el camino para instaurar en el país un mercado cambiario. En definitiva, esta decisión pone al Estado a competir con el mercado cambiario informal. Al respecto, tengo la impresión que, en lo inmediato, el CUP se devaluará mas en ese mercado informal, para después reevaluarse en la medida que la población y el sector no estatal aumenten la venta de sus divisas al Estado.
Desde un punto de vista mas general, considero que para resolver el ingreso en divisas y otros problemas cruciales de la economía cubana no bastan las medidas en las esferas del comercio minorista y en los asuntos bancarios y cambiarios. Hay que ser radical en el sentido martiano del término, que significa “ir a la raíz de los problemas”. Y la raíz del problema aquí son las trabas que limitan el aumento de la producción de bienes y prestación de servicios. Entre los factores que determinan esta realidad se destaca como causa principal los vestigios que aun perduran en nuestro país del modelo de dirección y planificación de la economía altamente centralizado, heredado de cuando Cuba era miembro del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), junto a la URSS y otros países socialistas.
Los métodos centralizados de planificación económica que se utilizaron en aquellos tiempos fueron muy ventajosos para la economía cubana; pero al desintegrarse la URSS y desaparecer el CAME esos métodos quedaron obsoletos y no se corresponden con la situación histórica actual por la que atraviesa Cuba. Para impulsar nuestra economía se requiere modificar ese modelo centralizado y ampliar el papel del mercado como regulador de la economía mediante sus leyes económicas y descentralizar y democratizar cada vez mas el proceso de toma de decisiones.
El Estado debe intervenir en la economía mediante métodos económicos y financieros, utilizando las intervenciones administrativas estatales solo en los casos imprescindibles. Otro aspecto a subrayar es el concepto de “sistema financiero nacional”, que en mi opinión no abarca solo al Estado pues, al igual que la economía nacional, incluye también a las empresas estatales, al sector no estatal, a la población y a los ámbitos formal e informal de las relaciones económicas. El modelo de dirección y planificación de la economía debe regular cada uno de estos subconjuntos teniendo en cuenta sus especificidades, en especial, sus operaciones con divisas.
Propongo analizar que dichas entidades no dependan necesariamente del Estado para obtener las divisas que necesitan. Por ejemplo, una variante sería que las empresas tuvieran cuentas bancarias en divisas y operaran con esas divisas de su propiedad respetadas en todo momento por los bancos comerciales, de manera que estas empresas no tendrían que comprar divisas al Estado. También podrían obtener créditos del exterior con las correspondientes garantías propias. Este mecanismo podrían hacerlo las empresas exportadoras y motivaría a las demás para que exporten. Desde luego, todo ello en un marco donde no exista el monopolio estatal del comercio exterior con sus intermediarios obligatorios y se otorgue plena libertad a las propias entidades para que ellas mismas establezcan directamente sus contratos con suministradores y clientes nacionales y en otros países.
En la Mesa Redonda se habló de riesgos, pero no se precisaron. Considero que el principal riesgo es el incremento de la inflación, ya de por si elevada, y que afecta sobre todo a las personas de menores ingresos. Para atenuar esta situación pienso que deberían incrementarse las jubilaciones y los salarios mínimos como protección social a esas personas. Esta medida pudiera generar presiones inflacionarias adicionales; pero, en este caso, lo principal y mas importante es proteger a los vulnerables.
Otro riesgo es el aumento de la diferenciación social entre quienes tienen divisas y los que no las tienen. Otro mas, se trata de las diferentes tasas de cambio entre las empresas estatales y las no estatales. Las primeras tratarán de aprovechar la tasa de 1 USD x 120 CUP por medios no convencionales, lo que se facilita debido a las conocidas debilidades de la contabilidad empresarial en general. En resumen, la Mesa Redonda del 3 de agosto introduce a la economía cubana en un terreno poco conocido pero muy necesario para avanzar en la economía nacional. Hay que estar muy atentos al desarrollo posterior de los acontecimientos para tomar las medidas oportunas ante los nuevos problemas que puedan surgir.
La Habana, 6 de agosto 2022