Nery Ferreira • 6 de octubre, 2016
LA HABANA. La informatización de la sociedad es todavía un estado deseado en Cuba, pese a que resulte, desde hace varios años, tema recurrente en discursos de autoridades del país, en declaraciones de funcionarios de ETECSA —única empresa de telecomunicaciones en la Isla—, y también en el debate popular, ese que se cocina a nivel de pasillo, en las paradas de guagua, en las colas…
Para que el pueblo se halle informatizado se requiere, en un mero principio, garantizar servicios con mejor calidad y a precios justos —dígase en correspondencia con el salario real del pueblo cubano—. Pero sobre esto solo se perciben buenas intenciones.
Uno de los primeros pasos en favor de la conectividad en Cuba se dio en 2008, cuando comenzó la comercialización de la telefonía móvil a personas naturales. En ese entonces se cuantificaron 331 736 líneas; hoy sobrepasan los tres millones de usuarios. Y la meta es crecer anualmente desde 2015 y hasta 2018 en unas 800 000 nuevas líneas celulares, según consta en la Resolución 64 del Ministerio de las Comunicaciones (MINCOM), de 2015.
La cuota de activación del servicio empezó a 120 CUC, ahora son 90 CUC menos. Mientras, la llamada de un minuto costaba 65 centavos, hoy es 35 y paga quien llame —siempre y cuando sea desde otro celular y no venga con *99—, y de 11:00 p.m. a 6:59 a.m. cuesta 10 centavos. Además, el SMS local disminuyó de 16 a nueve centavos.
También hay promociones de recarga de doble saldo desde el exterior o con tarjetas de 20 CUC en territorio nacional; ampliación del ciclo de vida de la línea, y apertura de prestaciones exclusivas para celulares.
Hasta aquí todo se traduciría en progreso —obviando que las tarifas continúan fuera del alcance de muchos cubanos—, si las afectaciones en el servicio no fuesen reiteradas. De SMS retrasados y llamadas fallidas conocen de sobra los clientes de ETECSA, y con ello de tiempo y dinero perdido. Es una historia donde la víctima —nombrada usuario— nunca abandona su papel: paga la ineficiencia y sin devoluciones.
Pero cierto es que el monopolio de las telecomunicaciones en Cuba ha avanzado en ese proceso de informatizar a todos. Y lo demostró a finales de mayo de 2013 con la ampliación del servicio público de acceso a Internet que, bajo la marca Nauta, incluyó las modalidades de navegación por la red de redes, correo electrónico internacional o navegación nacional.
En sus inicios solo se podía acceder a esas ofertas desde las salas habilitadas por ETECSA (118 en todo el país). Ya en marzo de 2014 se permitió utilizar los correos nauta.cu desde cualquier móvil que tuviera como requisito la transmisión de datos y alguna aplicación de correo electrónico.
El número de cuentas nautas creció y ya alcanzan los 10 millones en su modalidad temporal y un millón 200 mil de manera permanente, según informó el viceministro del MINCOM, Wilfredo González Vidal, en una de las sesiones previas a la Asamblea Nacional, efectuada en julio último.
En contraste con esa evidente evolución afloran, otra vez, la inestabilidad, las fallas constantes. Contrario a toda lógica, este es un servicio que se paga, pero no para utilizarlo cuando quieras. Unable to connect es una alerta perenne.
“Solo por la madrugada es que puedo usar el correo porque después me da “sin conexión” y aun así me siguen cobrando sin recibir ni poder enviar”, se queja una usuaria —lamento que es archiconocido— en un foro organizado por el MINCOM.
Welcome, wifi
Para un país bloqueado como Cuba es un reto el acceso público a la Banda Ancha —léase navegación con mayor rapidez y prestaciones—. En el caso del sector residencial lo frecuente son las cuentas conmutadas a Internet (conexión por módem), esas que ahora migran, de forma muy restringida y poco divulgada, a la tecnología ADSL*. Vale aclarar que lo anterior solo se oferta a algunos profesionales cubanos.
“No hay limitantes políticas para el acceso a Internet. Sí reconocemos que se limita el acceso por la cuestión económica, porque las tarifas todavía son altas, aun cuando han tenido un decrecimiento que debe tender a continuar en la medida en que logremos masificar más el servicio”, comentó la directora de Informatización del MINCOM, Magda Brito D’Toste.
Al principio, para subir y descargar archivos, y sobre todo comunicarse, los interesados debían acudir estrictamente a una sala de navegación y pagar 4,50 CUC por cada hora. Luego —julio de 2015— surgen los famosos puntos públicos de wifi, donde la conexión se cotizaba a igual precio. Actualmente es a 2 CUC.
“¿Por qué mantener a la gente bajo sol, sereno, agua, malas condiciones, en las aceras, perdiendo la privacidad del contacto personal, en ciudades con ruido ambiental que impide a veces el diálogo?”, se cuestiona un forista en Cubadebate. Por otra parte, tampoco hay indemnizaciones concebidas.
Sobre el enlace a Internet desde los hogares Wilfredo González Vidal advirtió: “Por el momento estamos priorizando las salas colectivas y las áreas públicas de conexión. Cuando estén las condiciones creadas desde el punto de vista de acceso en lo que nosotros llamamos la última milla, el cual tiene en estos momentos un nivel importante de obsolescencia, avanzaremos”.
“Es cierto que hoy hay tecnologías como el ADSL que nos permite llegar con el mismo par de cobre con una velocidad medianamente decente, pero ETECSA aspira a dar un servicio con mejores condiciones, como el que se encuentra en prueba en algunas partes de La Habana”, aduce.
Y un internauta responde: “Decirnos que en materia de conexión desde los hogares se quiere comenzar por la tecnología más avanzada, es como decirnos que, para aliviar nuestras penas con relación al transporte, tenemos que esperar a que se pueda disponer de trenes de alta velocidad”.
De los servicios online…
“La informatización de una sociedad trasciende al hecho de conectarse a Internet. Está relacionada con la automatización de los procesos”. “No se trata de digitalizar procedimientos en una entidad, sino todo lo que esta haga para interactuar con sus pares y el pueblo”, asegura Brito D’Toste.
Muchas de las transformaciones que en ese sentido se han ejecutado en la Isla tienen su origen en el sector financiero bancario. Sin embargo, las bondades carecen de atractivo, incluso se desconocen.
Por ejemplo, “aún las personas usan en su mayoría el efectivo, al existir muy pocas posibilidades para que una tarjeta magnética pueda hacer una transacción rápida y segura”, dijo a la ACN Alberto Quiñones, director general de Servicios Informáticos del Banco Central de Cuba.
También la adopción de las nuevas tecnologías ha incluido generar productos online que propicien el intercambio y el desarrollo del conocimiento. De factura nacional-estatal emergen Redcuba, Ofertas, Andariego, Estanquillo y Cubaeduca.
Hoy distan de ser preferidas, o incluso conocidas en un gran por ciento de la población, y saltémonos la calidad de sus contenidos. Por ahora, IMO y Facebook son las aplicaciones de mayor popularidad, basta con prestar un poco de atención en las zonas wifi. Tras tantos años offline, el desenlace no podía ser diferente.
Los pasos hacia la informatización son cada vez más innegables; aunque también la lista de insatisfacciones. Afortunadamente, la mira es en beneficio del usuario, como lo reafirma el titular del MINCOM Maymir Mesa Ramos: “a pesar de que hay avances en esta materia, no estamos satisfechos porque este pueblo necesita más”.
*ADSL, siglas en inglés de Asymmetric Digital Subscriber Line o en español Línea de Suscripción Digital Asimétrica. Se utiliza en el mundo ya desde hace un tiempo, haciendo del teléfono un transmisor y receptor de datos, sin por ello interrumpir su función tradicional de permitir la comunicación entre las personas.
Imagen de portada: Centro Recreativo Tecnológico, en proyecto, en la Isla de la Juventud.
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