Unos y otros defienden sus dogmas a capa y espada, aunque la realidad les derribe sus “sagrados íconos”; claro, está por saberse si el fundamentalismo se debe a sincera fe mal encausada, o a un vulgar interés creado, que de todo hay en la viña del Señor.
Los inquisidores de la Fe ¿fidelista, raulista, ahora canelista?, parecen olvidar que Fidel Castro dijo que con los principios no se negocia, y por ende se deduce que con todo lo demás sí se puede.
Innegociables son la independencia, la libertad – capacidad de elegir con conocimiento de causa – y junto a aquellas la justicia social y la solidaridad, todos valores de la identidad cubana, aún en la crítica situación criolla, en que tanto las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Cuba (bloqueo) como el agotamiento del modelo económico invitan a interrogar si existe una crisis de valores y de credibilidad.
Fuente: Internet. El discurso de los inquisidores de la Fe
Los adalides anticomunistas, opuestos viscerales al proyecto socialista cubano, rechazan de plano cualquier trato del Gobierno de Estados Unidos con el de la mayor del Caribe; apoyan in extremis al bloqueo y se oponen a cuanto beneficie al pueblo cubano.
Video publicado en X de la Congresista María Elvira Salazar, ferviente adalid.
Dos ejemplos de la intolerancia son la percepción acerca de las micro, pequeñas y medianas empresas ( mipymes) y la referida a la posición de Cuba en el Índice de Desarrollo Humano.
¿Mipymes “a la hoguera”?
Tras dos décadas mínimo de negativas o dilaciones y varios congresos del Partido Comunista de Cuba (PCC), ¡mipymes desde agosto del 2021!
Inquisidores y adalides bastante han hecho y hacen para provocar un retraso que en las reformas económicas de proyectos socialistas como China y Vietnam apenas existió , y que en ambos países ha significado un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) aún motivo de atención planetaria.
Carmelo Mesa-Lago, Profesor Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh, señaló en su artículo Cuba se queda atrás, que la otrora llamada Perla de las Antillas se está retrasando en sus índices económicos y de bienestar social respecto a ambas naciones.
“Mientras Cuba sufrió un estancamiento económico y un declive en el período 2009-2020, la tasa promedio anual del PIB de China creció casi ocho veces el promedio de Cuba y la de Vietnam creció cinco veces el promedio de Cuba…En cuanto a indicadores sociales, entre 1989 y 2020 el salario promedio anual ajustado por inflación en el sector estatal aumentó 289% en Vietnam y 217% en China, pero cayó 46% en Cuba…La salud suele ser considerada una de las áreas de mayor progreso en Cuba. Así era en 1989, cuando la isla se ubicaba entre los primeros países latinoamericanos y entre los socialistas de Europa del Este; pero las crisis de los 90, y la actual, han provocado un severo retroceso”.
Mientras tanto, la ampliación en Cuba de las formas de gestión no estatales – cooperativa y privada – impacta por sus resultados: según el economista Dr. Juan Triana Cordoví, desde las legislaciones que ampliaron su existencia en agosto del 2021, hasta la fecha, y no obstante el bloqueo estadounidense más varias formas de resistencia y hasta hostilidad internas, los actores no estatales han logrado:
- 9652 mipymes (ya son más de 10 070)
- 5 138 cooperativas
- 106 empresas mixtas
- 596 000 trabajadores por cuenta propia
Aportan al PIB el 7,7% al cierre del 2023, según la viceministra de Economía y Planificación, Johana Odriozola Guitart .
Grosso modo, evitaron por simple compensación una caída en el PIB del 6%, tras ser ésta en términos netos de 1-2% en el 2023.
Triana también apuntó que “cuando aún las pymes no llegaban a 5 mil, empleaban (junto a otras formas no estatales) el 35,7 % de todos los trabajadores (sector empresarial estatal 29,6%)… Hoy (se) “reconoce la existencia de 262 mil empleados en las mipymes y, de ellos, 183 mil son empleados nuevos. O sea, las mipymes, con apenas dos años de nacidas, en condiciones muy difíciles, enfrentando los prejuicios de un lado y del otro, las restricciones de un lado y del otro, han creado un cuarto de millón de puestos de trabajo, de los cuales el 69,8 % son nuevos empleos “.
Acotación al margen: ese cuarto de millón significa que se reubicó a similar número del millón de trabajadores estimados como sobrantes en el empleo estatal. O sea, que las mipymes redujeron el llamado desempleo oculto en ¡25% en dos años!
Por supuesto, panacea no son, santas menos, pero las cifras evidencian que si las formas no estatales hubieran estado antes en el grado que hoy, o en uno mayor, Cuba habría ganado un tiempo precioso.
Olvidado está: pero ya en los documentos del III Congreso del PCC (¡1985!) se planteó la intención de extender las cooperativas desde la agricultura “a otras ramas de la producción y los servicios” – si bien no las mipymes -, lo que al día de hoy ilustra sobre cuánto tiempo perdido.
Entretanto, inquisidores y adalides “enojados”: los primeros claman iracundos ante un supuesto “abandono de los principios” y responsabilizan a las formas no estatales por la inflación galopante que Cuba sufre, mientras las estadísticas oficiales y la cotidianidad demuestran que el incremento de oferta aportado por esas formas contrarresta a dicha inflación, la cual sin aquellas operando sería mayor de lo que ya es.
Insisten, insisten los inquisidores en los supuestos precios abusivos y especulativos de las mipymes; para ellos, el supuesto abuso comercial es el origen de la inflación, cuando ya es harto conocido que las causas son el bloqueo, la hostil situación internacional y un déficit fiscal que para el 2024 se estima en 18,5% del PIB, segundo mayor del orbe según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
O sea, los “ilustres inquisidores” hacen causa de lo que es efecto ¡Vaya “dialéctica”!
Entretanto, salarios y pensiones reales ” al sótano”, en tendencias de largo plazo, mientras la desigualdad social asciende y la palabra pobreza se presenta en la palestra pública.
Los adalides no quedan a la zaga de los inquisidores: obstaculizan cuanto pueden el acceso de las formas no estatales a la banca estadounidense y así demuestran su hipocresía, porque nadie sabe en cuántos documentos dicen promover la propiedad privada.
Llegan tan lejos adalides e inquisidores, que por algo el presidente Díaz-Canel expresó:”… a ese propósito aportan algunos desde las posiciones más extremas: desde la derecha convocando a privatizarlo todo y al cambio de sistema, y también desde una supuesta izquierda demonizando cualquier espacio al mercado. Como siempre, los extremos se tocan y ambas posiciones coinciden en un punto: la crítica lapidaria al término socialismo y a cualquier intento de solución nacido de la gestión gubernamental”.
Mas ojo atento: recientes resoluciones gubernamentales dictan aumentos de impuestos a las formas no estatales; varios economistas los califican de inflacionarios – se les ha llamado bomba de inflación – y de suyo se desprende que tienden a coartar el éxito demostrado sobre el terreno: ¿”puñalada trapera” de los inquisidores, cuando las mipymes se benefician de exenciones fiscales en medio planeta, dado su alto riesgo como emprendimiento?
A la bomba de inflación se suman otras medidas; ejemplo entre muchos, colindante con el absurdo, es prohibir a las mipymes la importación comercial de motocicletas.
Medida monopólica, al parecer destinada a reservar el mercado al ensamblaje de ciclomotores eléctricos que se realiza en Cuba, en asociación económica internacional con China; según los reportes, ese ensamblado no llegaría al 25% de la capacidad fabril, a la altura de febrero del 2023.
“El trivial asunto de las motocicletas” es parte de uno de los dogmas del extinto diz que socialismo real: el monopolio estatal del comercio exterior, abolido por China y Vietnam, y en ambos países la derogación con resultados impactantes.
Guste a quien guste, pese a quien pese, en Cuba está sobre el tapete eliminar ese dominio, si bien es un debate casi subterráneo; numerosas evidencias en la escena económica avalan la irrentabilidad del monopolio ,más ante un número creciente de actores económicos operando en el comercio exterior, lo cual obliga a un dinamismo casi imposible bajo semejante control.
El tema se ha discutido en varios eventos a lo largo de años y el consenso ha sido derogar, mientras no tan callado estaría el gobierno.
Ya en el 2014, un despacho de Reuters informó de un seminario realizado en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, donde el economista Juan Triana dijo que “El costo de no reconocer la importancia de la competencia para el desarrollo se paga en menores tasas de crecimiento que el potencial, la asignación incorrecta de recursos, niveles de productividad y eficiencia por debajo de las fronteras de posibilidades del país y sobre todo con un significativo desestímulo a la innovación, uno de los motores principales motores del desarrollo”.
“‘Probablemente el denominado monopolio estatal de comercio exterior resulta en un fuerte obstáculo para diversificar y crecer en las exportaciones”, expresó por su parte Miguel Alejandro Figueras, Premio Nacional de Economía en el 2007.
No obstante las opiniones de éstos y otros expertos, las resistencias están y no son de juego.
Prueba al canto: nada menos que en el VIII Congreso del PCC (abril del 2021), un muy influyente líder de opinión expresó que “esperando hacer estallar el principio socialista del monopolio del Estado sobre el comercio exterior, (otros)vienen reclamando que se autorice la importación comercial privada en el ánimo de establecer un sistema no estatal de comercio interior”…que meses después fue una realidad.
Discursos van, vienen, pero el hecho terco aporrea puertas: el dinamismo que requiere el comercio exterior cubano está siendo coartado por un dogma que perjudica a todos los actores económicos, no sólo a los no estatales.
Según datos oficiales , hasta noviembre del 2023 el valor de las importaciones de las formas de gestión no estatal ascendió a los 1 072 millones de dólares, de los que 772 millones correspondieron a las mipymes, 277 millones a los trabajadores por cuenta propia y 23 millones al resto .
Cuba importó en el 2022 poco más de 2 600 millones de dólares en bienes de consumo. Las importaciones de las mipymes representaron el 40 % del total en ese rubro.
En buena dialéctica, el incremento de lo cuantitativo está clamando por el salto cualitativo, aunque el dogma…es el dogma.
Así, los extremos se tocan, mientras “Cuba paga”: si por un lado los inquisidores niegan rotundamente la idea de abolir – aunque se imponga la realidad, pero igual es tiempo perdido-, por el otro los adalides hacen cuanto pueden para impedir que el gobierno de Estados Unidos permita el acceso de las formas no estatales a la banca de ese país, lo cual agilizaría el comercio exterior cubano en forma inédita.
Extraña alianza, contra el sufrido Liborio.
El “caso” del Índice de Desarrollo Humano
Quizás no exista mejor medidor de la calidad de vida en un país que el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual integra como variables a la esperanza de vida al nacer, la tasa de alfabetización de adultos, la de matriculación desde primaria a universidad y la paridad de poder adquisitivo. Así se obtiene un valor integrado que refleja la calidad de vida y además permite comparar èsta, de manera asequible, con la de otras naciones.
IDH Cuba: evolución
Aunque no es objeto de estas líneas un análisis del IDH cubano, una observación: el de 1990 fue de 0,680 y el del 2022 0,764; o sea, se avanzó en la calificación 0,84; sin embargo, se retrocedió en lugar mundial desde un 53 a un 83, en 30 años, para así caer a un ritmo de ¡ casi un sitio anual!
Duele apuntarlo, pero es así: Cuba se ha estancado respecto al orbe o está en una recesión estructural de largo plazo.
Los inquisidores, respecto a las crudas verdades del IDH, son cuidadosos: no desautorizan los datos, como regla, pero insisten en que la única causa de la caída es el “malvado bloqueo yankee”; no importa que el gobierno reconozca errores, ni que por causa de los mismos y de dilaciones como la de no haber ampliado antes las formas no estatales, pospuestas por años, Cuba haya perdido un tiempo precioso.
Tampoco se hable de que el modelo económico está agotado, ni que la inflación galopante “destroza” al salario real, y menos que la desnutrición se enseñorea en las mesas de un porciento de jubilados.
Los adalides, por su parte, rechazan de plano al IDH: según ellos, la situación es aún peor de lo que la tendencia decreciente revela. Además, buena parte de la información primaria para calcularlo proviene del gobierno cubano, “ese falsificador contumaz”. No importa que cientos de expertos de Cuba y otros países colaboren en un esfuerzo conjunto: el IDH cubano es mentira.
La prensa, la prensa
Los adalides son influyentes en la prensa de Estados Unidos y gozan de hegemonía a lo Gramsci en la de La Florida; los inquisidores sí parecen tener control sobre la “del patio”, o al menos se deduce por la ausencia en los medios de voces comprometidas con el proyecto socialista cubano, pero críticas hacia la política económica oficial; motivos hay para disonancias, y medio pueblo deseando enterarse de los disensos.
Por ende, error craso de los inquisidores y pérdida de credibilidad por carambola, porque ése es el saldo de las censuras; más con 7,5 millones de cubanos que acceden a Internet y a las redes sociales, para así llegarse a un 68% de la población vinculado al ciberespacio.
Simple: el criollo se entera del opinar de las voces críticas y de mucho más por medios no adscritos al PCC, o mediante X o Facebook.
A los adalides no les va del todo mal – y hasta bien les va – porque hacen política estadounidense en los Estados Unidos, a propósito del tema Cuba y frente a un electorado de origen cubano, en favor de sus intereses estadounidenses.
A los inquisidores no parece que bien, porque por fe errónea o mal encausada, o vulgar interés creado, se están desconectando del mundo real.
A menos, a menos, que sus intereses creados “guarden conejos en sombreros”; que tras sus intolerancias estén pèrfidas intenciones…
Ojo atento, indicios hay.
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