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jueves, 18 de abril de 2024

Comentario sobre el artículo de Omar Everleny sobre el mercado cambiario en Cuba

Por Fidel Vascós González, 2024-04-15

Everleny:

Estimulado por tu artículo (1), he redactado el comentario siguiente.

Para coadyuvar a la solución del mercado cambiario en Cuba hay que modificar algunas concepciones sobre la organización y funcionamiento de las finanzas del país.

Actualmente existe el criterio bastante generalizado que todas las divisas que ingresen al territorio nacional deben concentrarse en manos del Estado, específicamente en el Banco Central de Cuba (BCC), y que esta entidad otorgue las divisas a las empresas y entidades económicas estatales y no estatales según las indicaciones puntuales del Ministerio de Economía y Finanzas (MEP) y depositando los montos de divisas asignados por el MEP en las cuentas que las empresas tengan en los bancos comerciales. Sobre esta base, se concibe que el Estado administre centralmente las finanzas del país. De esta concepción se desprende que las transacciones en divisas que se realicen por fuera de este mecanismo centralizador y, aún peor, fuera de los bancos comerciales, son ilegales y perniciosas para la economía nacional y, por tanto, deben ser perseguidas y eliminadas. 

En mi opinión, éste es el verdadero objetivo no declarado de la Resolución 111 del 2 de agosto de 2023 del BCC el cual consiste en obligar a las entidades no estatales a depositar todo su efectivo en los bancos para impedir las libres transacciones económicas y financieras en divisas y CUP que están teniendo lugar entre ellas y controlarlas administrativamente. Este objetivo interventor ya se logra actualmente con las entidades que tienen sus cuentas en los bancos pues, aunque posean divisas depositadas de su propiedad no pueden usarlas en sus transacciones si no tienen la autorización del BCC plasmada en los llamados Certificados de Liquidez (CL). Este mecanismo promueve que las empresas busquen y se intercambien CL y no divisas directamente, aunque el CL tiene que estar respaldado por las divisas que posea la entidad en cuestión y que no puede usar libremente. Considero que el basamento conceptual de la Resolución 111 del BCC es el rechazo al mercado como regulador de la economía, a sus leyes objetivas y a sus categorías. La solución que concibo para una organización y funcionamiento de las finanzas que promueva el aumento y la eficiencia de la producción de bienes y prestación de servicios se basa en que las divisas ingresadas al país por las diferentes vías no tengan que estar todas necesariamente centralizadas en el BCC. Las divisas que tenga el BCC para sus operaciones serían solamente las reservas internacionales y las que resulten del procedimiento de encaje dispuesto para los bancos comerciales en determinados momentos. Las divisas que obtengan las entidades estatales y no estatales deben permanecer en sus cuentas para que puedan utilizarlas libremente. 

Es conocido que los depositantes no acuden masivamente a los bancos a extraer todo su depósito, salvo en momentos de pánico bancario. Mundialmente se ha calculado que solo el 15-20% del monto de los depósitos es suficiente para mantener el flujo normal de divisas que extraen las entidades. El 80-85% restante queda en manos del banco (que también es una empresa) para otorgar créditos, comprar bonos del Estado, cumplir el monto del encaje dispuesto por el BCC y otros objetivos. Por su parte, el presupuesto del Estado se nutre de divisas y CUP mediante el sistema tributario.

En el momento actual considero que no se debe definir como ilegal y pernicioso el movimiento cambiario que realizan las entidades fuera de los bancos, los cuales no deben ser ni perseguidos ni sancionados. Para que el Estado influya positivamente en la economía y en la gestión de las entidades estatales y no estatales debe utilizar las propias reglas del mercado creando un entorno facilitador para el aumento de la producción y de la oferta en el mercado, dejando en libertad de actuación a las empresas en su gestión. Puede, por ejemplo, reducir aranceles para incrementar la importación de productos seleccionados, disponer tasas de interés atractivas para los depósitos, otorgar facilidades a créditos que soliciten las entidades siempre que éstas tengan sus activos financieros en cuentas en el banco donde solicita el crédito, etc. Lo ideal es que las entidades vendan sus divisas al banco recibiendo CUP y se las compren con CUP cuando las necesiten, en ambos casos a la tasa de cambio vigente ese día.

 En mi opinión, este objetivo no se puede lograr de inmediato por falta de divisas en los bancos. Mientras ello no ocurra, concibo que las entidades puedan tener cuentas bancarias en divisas y en CUP a su libre disposición. Al respecto, el Estado aplicaría medidas administrativas de control solo en casos excepcionales. Para aplicar la concepción sobre las finanzas aquí descritas, se requiere establecer un sistema de planificación económica diferente al actual. Hoy este sistema es muy centralizado y funciona sobre la base de órdenes administrativas verticales de arriba abajo en el cual las entidades no tienen la necesaria autonomía en su gestión. Hay que cambiarlo por un sistema de relaciones horizontales entre las empresas de manera que ellas mismas determinen sus clientes y suministradores, dentro o fuera del territorio nacional, y establezcan con ellos contratos mutuamente ventajosos sin la intervención de terceros. Para alcanzar los objetivos aquí propuestos se deben tomar decisiones en otros ámbitos, lo que necesitaría elaborar un programa de medidas integral dentro de un cronograma de antecedentes y consecuentes, debatido y aprobado mediante consulta popular.

 Confío que esta propuesta eliminaría muchos de los problemas económicos y financiero que hoy sufrimos, aunque surgirán otras dificultades que deben estar bajo permanente observación con vistas a preverlas, detectarlas y superarlas a la brevedad. Es una tarea de gran envergadura cuyo diseño y aplicación llevará tiempo por lo que no se debe continuar posponiendo. A su vez, comprendo que hay urgencia por introducir ciertas medidas de inmediato que no pueden esperar a la completa elaboración de un programa integral. Considero que, en el corto plazo, el primer objetivo a lograr consiste en incrementar la oferta en el mercado minorista y multiplicar las entidades económicas participantes para desarrollar una leal competencia entre ellas lo que conduciría a reducir la tasa de inflación a límites aceptables. También, se debe incrementar el salario mínimo, las jubilaciones y pensiones al ritmo de la tasa de inflación.

Un abrazo

Fidel Vascós

(1) https://cubayeconomia.blogspot.com/2024/04/mercado-cambiario-en-cuba-una-apuesta.html

7 comentarios:

  1. El BCC pública cuáles son sus reservas en divisas ....en especial como por ciento del PIB y del M1. Lo demás es hacer ciencia ficción monetaria. Como intento Murillo.

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  2. Sin reforma de la empresa estatal y sin regulación (construcción) de mercados no hay posibilidad de que el sector publico entre como oferente y demandante. En los países en que se ha hecho ha sido una angustiosa devaluación o depreciación de la moneda nacional y las divisas han sido utilizadas para comprar carros para los jefes, aires acondicionados para oficinas, ropa, viajes al exterior y comidas. Es la historia de los países exsocialistas y de África. Es por ello que la simultaneidad y secuencialidad son premisas de cualquier proyecto de reforma económica integral.

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    1. Hay experiencias como las que dices y otras mucho mejores. Incluso hay los que han podido entrar a la UE cumpliendo estrictas políticas monetarias y fiscales. Pero lo que me llama la atención de los economistas locales es la ausencia de datos. Sin datos las ciencias económicas son el reino de la opinión. Ninguno maneja cifras. Y ya se devaluó la moneda local en un 2400 PP., Sin resultado alguno. Pero eso es lo que hay.

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  3. Muy lamentable, y no es precisamente culpa de los economistas, que tienen muchas veces que hacer ciencia a partir de datos dispersos en discursos, reuniones y artículos periodísticos. Pero peor es no hacer nada, amigo anónimo.

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    1. Tienes razón. Pero en realidad no "hacen", solo dan su "opinión".

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  4. Reforzando el comentario anterior, me dice un colega que hace consultorías de viabilidad economica de proyectos de inversión, para las empresas estatales, que cuando propone un microbús o camión a comprar porque es lo más apropiado para el proyecto, el Caliente le dice que no, que lo que necesitan realmente es un auto ligero o camioneta, y con eso resuelven los problemas de la futura inversión.

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  5. Creo que sería bueno que el gobierno chequeara en qué se están invirtiendo las escasas divisas en autos eléctricos y estaciones de carga. Una parte importante es para que los jefes puedan ir y venir a sus casas, no gasten dinero en electricidad doméstica y salgan los fines de semana con familiares y amigos.

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