A pesar de que el Ministerio del Comercio Interior trabaja desde el 2012 en una política para el reordenamientode la actividad mayorista, todavía persisten muchas insatisfacciones, especialmente por la disponibilidad de los insumos
La tienda especializada Zona +, de la corporación Cimex, responde al concepto de vender productos en grandes formatos dentro de la red de comercialización minorista del país. Foto: Ismael Batista
Poca variedad en la oferta de suministros, insuficiente conocimiento de las comercializadoras para identificar las prioridades de la producción nacional y la importación, obsolescencia tecnológica en industrias y manufacturas, además del estado técnico de los medios de transportación y sistemas de almacenamiento, pudieran catalogarse como algunas de las contrariedades que todavía enfrentan los actores de nuestra economía de cara a la red de ventas mayoristas.
Y es que si bien el Ministerio del Comercio Interior (Mincin) trabaja desde el 2012 en una política para el reordenamiento de esta actividad, que contempla no solo a las empresas estatales sino también el aprovisionamiento a las cooperativas no agropecuarias (CNA) y trabajadores por cuenta propia (TCP) en arrendamiento, todavía persisten muchas insatisfacciones, especialmente por la disponibilidad de los insumos.
Al respecto, Francisco Silva, director general de ventas de mercancías del Mincin, explicó a Granma que a partir de los lineamientos de la política socio-económica del país se ha adoptado un grupo de medidas con enfoque a mediano y corto plazo para reestructurar el sistema de abastecimiento.
Para ello, hay que entender el comercio mayorista desde su concepto primario, y no como una tienda o un lugar específico, precisó Silva. «Es cierto que estamos carentes de un espacio único donde se puedan adquirir las mercancías y artículos necesarios, pero aun así, ese mercado existe y las cadenas de suministro funcionan a través de las empresas comercializadoras».
De ahí, sostuvo, que las primeras acciones en función del reordenamiento estuvieron encaminadas a respaldar financieramente a 11 comercializadoras (entre las que se encuentran Acinox, Cimex, Escambray, Copextel, Almacenes Universales, entre otras), para garantizar la presencia de un grupo de productos no alimenticios de amplía demanda.
A la par de estos procedimientos, comenzamos a introducir en las redes minoristas productos en grandes formatos, con precios inferiores, según lo dispuesto por las resoluciones del Ministerio de Finanzas y Precios del 2015. Un ejemplo de esta política es la tienda especializada Zona +, que sin dejar de ser un establecimiento minorista expende artículos en volúmenes y tamaños considerables, y por ende, estas mercancías ya vienen con una reducción en el precio, expresó.
«Si comparamos cuánto nos costaría la misma cantidad de pomos de aceite que se necesitan para equipar lo que contiene un galón de cuatro o más litros, o cuántas porciones fragmentadas de pollo hacen falta para completar una caja, resulta más económico la compra de esa mercancía en gran formato que en pequeñas unidades».
Ya de cara al sector cooperativo y TCP en arrendamiento (en las actividades de la gastronomía y los servicios), se aprobó la resolución 61/2016 del Mincin para la vinculación directa de productores y proveedores con estas formas de gestión, y existe además un aseguramiento mayorista con el descuento del 20 % para la adquisición de los suministros, destacó Silva.
«En el caso de los cuentapropistas en arrendamiento, la provisión solo incluye ron, tabaco y cigarros, mientras que las CNA mantienen las cifras de mercancías que recibían por plan antes de pasar a gestionarse como cooperativas». Otra disposición adoptada fue la venta mayorista de gases industriales a trabajadores por cuenta propia, inscritos en las actividades de chapistería, herrería y oxicorte.
Al cierre del año pasado, precisó el directivo, las 11 comercializadoras efectuaron ventas por un valor de más de 1 400 millones de pesos, en tanto, suscribieron 433 contratos con CNA y las ventas a estas cooperativas superaban la cifra de 18 millones de pesos en moneda total, de los cuales más de diez millones fueron en CUC.
No obstante, estas mayoristas solo llegan a respaldar, según su nomenclatura de productos, cerca de un 50 y 60 % de las solicitudes identificadas, debido a las propias restricciones financieras, las capacidades de nuestras industrias y también por factores de orden más subjetivo. En este sentido, destacó Francisco Silva, hay que ganar en experiencia y conocer de antemano cuál es la demanda en el mercado.
«La Feria de Negocios, que desde el 2014 convoca el Ministerio de Economía y Planificación, ha saldado en buena lid parte de ese desconocimiento, pues permite que comercializadoras y productores identifiquen sus clientes reales y potenciales, y elaboren con mayor objetividad el plan de la economía».
Por otra parte, la ausencia de tecnologías de punta y el insuficiente desarrollo de un sistema logístico para la gestión de almacenes inciden desfavorablemente en el objetivo de crear las bases de una economía nacional competitiva, señaló.
Como parte de la política sectorial del Mincin para el fortalecimiento del mercado mayorista, existen actualmente cuatro proyectos de inversión extranjera, presentados en la cartera de oportunidades y en fase de estudio para la valoración de los posibles inversionistas, informó a nuestro diario Francisco Silva.
«Uno de ellos va dirigido a la comercialización de artículos de ferretería y materiales de la construcción; y otro, pretende crear un operador logístico para las cadenas de suministro de alimentos refrigerados, especializado fundamentalmente en las funciones de transportación, almacenamiento y distribución, convirtiéndose en un referente para la tercerización de los servicios».
Asimismo, refirió, existe una propuesta para suministrar tejidos, mercería, confecciones textiles y accesorios a partir de la instalación de una comercializadora mayorista; mientras que el último proyecto está relacionado a la importación y venta de piezas de repuesto, partes y agregados de vehículos automotores.
La concertación real de estos planes dotaría al comercio mayorista de mayores posibilidades para enfrentar las carencias que sufre hoy en la balanza oferta-demanda. No obstante, ni es la respuesta definitiva ni el último eslabón para el reordenamiento de la actividad.
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