CENTRO DE INVESTIGACIONES DE LA
ECONOMÍA MUNDIAL. CUBA
(del 17 al 24 de agosto 2020 – No.34/2020)
El Banco Mundial
(BM) declara que la Covid-19 ha precipitado a las naciones más pobres de la
recesión a la depresión. El presidente del BM, David
Malpass, ha solicitado para esas naciones un plan de alivio de la deuda más
ambicioso pues considera que la recesión de la Covid-19 se está convirtiendo en
una depresión en las zonas más afectadas del planeta. En una entrevista con el
diario inglés The Guardian, D.
Malpass destacó que desde la primera condonación sistemática de deudas (2005),
en la actualidad las cifras muestran que 100 millones de personas más se han
visto empujadas a la pobreza por la actual crisis. Las consecuencias económicas
de la Covid-19, no se pueden solventar exclusivamente mediante la suspensión
temporal de pagos, hasta 2021, ofrecidas por los países ricos a principios de
este año, y se requiere un enfoque más radical. Agregó que: "Esto es peor
que la crisis financiera de 2008 y para América Latina es peor que la crisis de
la deuda de los años 80”.
La deuda de los países subdesarrollados se ha duplicado
en la última década y ha dejado a más de 50 países
debiendo enfrentar una crisis de reembolso, incluso sin tener plenamente en
cuenta el impacto de la pandemia del coronavirus. La Campaña del Jubileo de la Deuda revela un fuerte aumento en el
número de países en dificultades desde 2018. El alivio de la deuda o Jubileo,
se concedió a los países pobres a finales del decenio de 1990 y a mediados del
decenio de 2000, pero el Comité Mixto de
Coordinación señaló que los pagos de la deuda externa como proporción de
los ingresos públicos se habían duplicado con creces, pasando del 6,7% al 14,3%
desde 2010 y se encontraban en su nivel más alto desde 2001. Esta institución
advierte sobre los riesgos de una nueva crisis de la deuda y han instado a los
acreedores del sector privado a unirse a los gobiernos y los acreedores
multilaterales en la elaboración de un amplio paquete de medidas de alivio. Más
de 100 países han pedido ayuda al FMI desde que comenzó la crisis. El número de
países en crisis ha aumentado de 30 a 52 desde
2018.
Desafíos fiscales de América Latina en tiempos de
pandemia. Según predicciones del Fondo
Monetario Internacional, se prevé una contracción económica regional del
9.4% para este año. Tomando en cuenta este y otros pronósticos elaborados por
la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) el jueves 20 de agosto se desarrolló, en el marco del XXXII Seminario Regional de Política Fiscal que
anualmente organiza la CEPAL, un debate virtual con autoridades de los
Ministerios de Finanzas de varios países de América Latina sobre los desafíos
de la política fiscal en la mitigación de los efectos económicos y sociales de
la pandemia del Covid-19 y en los procesos de reactivación de las economías. En
el encuentro fue presentado el informe Panorama
Fiscal de América Latina y el Caribe 2020, publicado por la Comisión el 6 de julio pasado, destacando que
durante esta crisis sin precedentes se ha puesto de manifiesto la importancia
de la intervención pública para fortalecer los sistemas de salud, proteger los
ingresos de los hogares, especialmente de los más vulnerables, cuidar el empleo
y la capacidad productiva
para mitigar los efectos de la pandemia y retomar el crecimiento. La CEPAL ha
planteado que: “La austeridad fiscal no es una opción, se requiere mantener los
esfuerzos públicos para impulsar la reactivación. En este sentido, la política fiscal
jugará un papel clave para impulsar la demanda a través de medidas que buscan
fomentar la inversión, apoyar el consumo de hogares y generar empleo, además de
fortalecer la oferta a través del acceso a financiamiento y liquidez
–particularmente para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES)-,
apoyar los sectores estratégicos e incentivar el desarrollo productivo y
tecnológico. Al mismo tiempo, la región debe avanzar hacia la universalización
de los sistemas de protección social y salud”.
Brasil, India y Sudáfrica son los países del G-20
que se enfrentan a la recuperación más difícil. Recientemente, un estudio
identificado como el Índice de Capacidad
de Recuperación de Verisk Maplecroft, perteneciente a una firma de
investigación líder especializada en análisis de riesgo global y de riesgo país
ha concluido que estos países, además de encontrarse entre las 5 primeras posiciones en cuanto a los casos positivos de COVID-19, han sido
identificados como los que encontrarán más problemas para salir de la crisis a
largo plazo.
Los factores que
analiza el índice señalan que las naciones del G-20 de Europa occidental y Asia
oriental, que sufrieron el peor golpe inicial de la pandemia, cuentan ahora con
las bases para recuperarse y obtuvieron de media un 40% más de puntuación que
los mercados emergentes. Sin embargo, estos 3 países (que en conjunto
representan más del 10% del PIB mundial y una quinta parte de la población),
verán contraerse sus economías en un promedio del 7% en 2020, según las
previsiones del FMI. La principal razón que obstaculizará la recuperación de
estos países tiene que ver con sus instituciones. Según el estudio, los
gobiernos corruptos, ineficaces e inestables se verán limitados en su capacidad
de dirigir la financiación hacia donde más se necesita, no pudiendo reactivar
la economía. Otro factor que dificulta la recuperación es la conectividad, es
decir, la distancia física entre las poblaciones y la infraestructura digital
que impulsa la reanudación de la actividad comercial. En este sentido, India es
un país de "alto" riesgo, mientras que Sudáfrica y
Brasil (junto a China y México), presentan un riesgo
"medio". La sensibilidad de la población también reduce la capacidad
de un país para manejar las crisis, y Brasil, India y Sudáfrica se encuentran entre
los países con peores resultados, combinando mayores niveles de pobreza con un
menor "capital humano".
Los precios del café, el azúcar y el cacao se están
recuperando. La debilidad del dólar, tomando en cuenta
que la mayoría de los productos básicos se cotizan en dólares, la caída
limitada de la demanda y la voluntad de los inversores de buscar productos
básicos a medida que los rendimientos se agotan
en otros lugares han contribuido al reciente impulso de los precios. Productos
básicos como el café, el azúcar y el cacao se han recuperado en general en las
últimas semanas, y se han estabilizado después de un período de gran
volatilidad en el punto más álgido de la crisis del coronavirus. Los futuros de
café para entrega en diciembre que se negocian en la Bolsa de
Nueva York (ICE) han subido casi
un 15% en lo que va del trimestre, tras haber iniciado una fuerte subida a
mediados de julio para alcanzar un máximo de cuatro meses a principios de
agosto. Los precios del café se dispararon a finales de marzo, cuando los
países comenzaron a acumular café en medio de los cierres nacionales forzados
por la pandemia.
Los futuros de
azúcar para la entrega de octubre han estado generalmente en una constante
pendiente desde su depresión a finales de abril y actualmente se negocian a
poco más de 13 centavos por libra, habiendo subido más del 21% desde finales de
marzo, incluyendo un fondo de 9,67 centavos por libra a finales de abril.
Mientras tanto, los futuros de cacao de diciembre han aumentado constantemente
desde principios de julio hasta alcanzar un máximo de 2.523 dólares por
tonelada métrica a principios de agosto, lo que supone un aumento del 10% en lo
que va de trimestre.
Los precios del petróleo reflejan
los nuevos confinamientos por el coronavirus y las preocupaciones sobre el
aumento del suministro de crudo. Libia también ha declarado que podría
reiniciar las exportaciones de petróleo después de que el gobierno anunciara un
alto al fuego, lo que influye con presiones sobre los precios del petróleo.
En estos días
Chevron, BP y Shell evacuaron instalaciones petroleras en alta mar, debido a
que dos tormentas tropicales (Marcos y Laura) se dirigieron hacia las costas de Estados Unidos en el
Golfo de México, mientras se calienta aún más la ya activa temporada de
huracanes del Atlántico 2020. El lunes 24 de agosto de 2020, el petróleo West Texas Intermediate (WTI) operaba a
42,63 dólares el barril, mientras el petróleo Brent operaba a 44,67 dólares el
barril.
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