Buscando una
forma de explicarnos la inflación llegamos a la Ley del Valor como raíz
fundamental del problema en cuestión. Qué es el dinero, eso que sobra cuando
hay poco que comprar y escasea cuando el mercado está abarrotado. Y es que
el origen y funciones del dinero que
para los economistas resulta aparentemente lógico y normal resulta
incompresible y confuso para otros.
“El tiempo es Oro”, frase que siempre oímos cuando nos quieren señalar que
estamos sin hacer nada, en ella está implícito un concepto económico que muchos
no apreciamos. El dinero es la medida del trabajo y este se mide en tiempo.
Cuando Carlos Marx conforma su teoría económica demostró, a partir de los teóricos
que le antecedieron, que el dinero
expresa la cantidad de trabajo invertida en la creación de un objeto o
servicio. En ese momento da explicación científica a esta frase tan común que
la sabiduría popular había puesto en boca de los pueblos.
El tiempo de trabajo invertido en la producción de objetos, es la unidad de
medida que homogeniza y por tanto permite comparar cuánto vale un producto respecto
a otro. Visto de otra forma, cuántos objetos de un tipo se pueden intercambiar
por otros. Comprender esto, nos remonta a la prehistoria donde un hombre
invertía parte de su vida (tiempo) en producir un objeto para intercambiar por
otro que le era necesario. En ese momento sin tener conciencia de lo que
ocurría sabía que no podía cambiar el objeto producido que le costó un mes de
trabajo por otro que solo representaba tres días de trabajo de otro hombre,
ante todo porque después de realizar el intercambio tardaría otro mes en
producir un nuevo objeto y es muy probable que el
producto recibido a cambio no alcanzara para los consumos de subsistencia
mientras creaba un nuevo objeto y así repetir el ciclo de producción-consumo.
Pongamos un ejemplo, el hombre 1 produce un par de zapatos en un mes,
mientras que el hombre 2, procesa alimentos en un día. El hombre 1 necesita
cambiar el par de zapatos por alimentos para un mes y el hombre 2 necesita
comprar un par de zapatos para poder producir alimentos. Esto enfrenta el
trabajo de un hombre contra otro y por lo tanto valoriza el esfuerzo de ambos.
Por consiguiente se establece un equivalente
entre ambos esfuerzos de forma tal que uno es representado por otro y
viceversa.
Teniendo en cuenta que los hombres necesitan consumir varios objetos
(mercancías) y que la producción es especializada (cada uno produce un solo
tipo de objeto o sus similares), el valor de la producción de los hombres
necesariamente tiene que alcanzar un nivel que les permita adquirir todos los
objetos para su subsistencia (la canasta básica), de ahí que la necesaria
reproducción continua determina el tiempo utilizado para la producción en condiciones de intercambio
(ciclo de producción). El hombre
necesita intercambiar su tiempo de trabajo por el de otros hombres que producen
la variedad de objetos que él necesita consumir durante la creación de un nuevo
objeto-mercancía.
Por este hecho y otros factores, causas y limitaciones en el intercambio es
que surge el DINERO como una mercancía
especial que tiene por característica principal su intercambiabilidad por todas
las demás. Y de hecho el Oro su mejor representante, por dos condiciones
principales, una la de encerrar gran
cantidad de trabajo en pequeñas cantidades y la otra la de mantener su
peso y calidad en el tiempo. Para que entender mejor, una onza de Oro pesará lo
mismo, pase el tiempo que pase, tenga golpes o este en contacto con un ambiente adverso
(humedad, altas temperaturas, acides),
diferentes metales fueron usados para hacer monedas, pero el Oro resulto
ser el mejor. Debemos aclarar que otros objetos mercancías también sirvieron de
medida de valor-trabajo para el intercambio. Esta es la relación tiempo – Oro,
identificando al tiempo de trabajo con su resultado en dinero -Oro, pero sin
dejar de tener en cuenta que el trabajo es la transferencia de energía al
producto creado y por ende necesita ser restaurada con el consumo de alimentos
y objetos necesarios. “El tiempo es Oro”.
Con el surgimiento del dinero, el grado de socialización del hombre aumentó
haciéndose más complejo el sistema de relaciones sociales principalmente para
garantizar la reproducción de la vida como sociedad, siendo el dinero el medio
que propicia la circulación de mercancías y su distribución entre los miembros
de esta. El dinero funciona como la sangre, oxigena la vida de la sociedad y
alimenta el complejo sistema de intercambio que establecen los hombres a fin de
proveerse de los medios de subsistencia y bienestar.
Si analizamos estos elementos podemos ver como la emisión de dinero (hoy
papel moneda) requiere de un conjunto de condiciones que sobrepasan los deseos
voluntariosos de los hombres, se necesita ante todo estar seguro de la
existencia de un mercado con productos prestos al intercambio, de lo contrario
se aumentara la masa de dinero y los productos a intercambiar seguirán siento
los mismos. Se necesita conocer que el trabajo realizado ha sido útil. Se
necesita conocer en cuanto se ha incrementado la producción para saber hasta
qué punto se debe incrementa la circulación monetaria, para que no exista
inflación o que esta no sobrepase los límites estándares propios del entorno en
que se desarrolle la actividad producción-consumo.
La emisión y circulación de dinero es una responsabilidad del Estado o
entidades estrechamente vinculadas a este, no tener en cuenta las condiciones, necesidades del mercando y sus
límites, es de su entera responsabilidad.
Establezcamos ahora de forma sintética, lo más elemental y básico posible la
relación que ilustra lo dicho hasta este momento, producción = dinero como
garantía del intercambio. Es decir que toda producción tienen que tener su
representación monetaria para poder ser
intercambiada. Si generalizados a nivel social todos los productos y su
representación monetaria tendremos que la suma de (Productos * Precio) = Valor
de la producción = Dinero emitido. Nótese que hemos introducido un nuevo
elemento el precio, una categoría muy controversial, pues funciona como factor
de equilibrio entre la cantidad de productos (oferta) y el dinero (demanda).
En este momento es necesaria una
precisión, la demanda comprende solo
la parte de las necesidades que se pueden satisfacer cuando tenemos el dinero
para hacerlo. Por el contrario la necesidad
existe independientemente del dinero que tengamos en nuestras manos y de los
productos que se ofertan en el mercado. Necesidad no es Demanda.
Ahora bien al ser el dinero una creación arbitraria del hombre para
facilitar el intercambio y establecer la medida del valor (el esfuerzo y tiempo
en realizar un producto), este sin productos no representa nada, es lo que
pudiéramos llamar la inflación absoluta.
Cómo funciona la relación dinero – precio – inflación. Partiendo de que el
preció establece el equilibrio entre oferta y demanda, a un aumento del dinero
sin aumentos de la producción corresponde un aumento de los precios y una
disminución del poder adquisitivo, mucho dinero en manos de la población y poca
oferta de productos. De ahí que la cantidad de dinero que se posee no es
garantía para la adquisición de un producto. El precio es quien dirá cuán rico
o pobre eres.
Ejemplifiquemos, suponiendo que todas las mercancías tienen el mismo precio
o un precio promedio, el cálculo del precio sería muy simple: el total de
dinero emitido entre el total de mercancías, 500 000 pesos / 2000 productos =
250 cada uno. Debemos tener en cuenta que la utilidad de los productos (valor
de uso) y la escala de valores de los consumidores varia tanto como el esfuerzo
de los productores por lo que se establecen diferentes precios por productos. Este
análisis a nivel social nos puede dar la
idea solamente para entender la proporción entre productos y dinero.
Ahora disminuyamos el dinero emitido y la producción constante, los precios
quedarían de la siguiente forma: 75 000 pesos / 2000 productos= 37.50 cada uno.
Diríamos, más baratos, sí, podremos comprar más, no, simplemente hay 2000
productos, no se puede comprar más, esa es la existencia. Por lo tanto, lo
importante no es el dinero que tengamos o el precio que estos tengan, lo
importante es cuantos productos hay.
Por ultimo si la cantidad de dinero emitido fuera la misma y la producción
aumentara entonces los precios fusionarían de la siguiente forma: 500 000 pesos
/ 15 000 productos = 33.33 pesos cada uno. En este caso si somos más ricos,
pues existen 12 000 productos más que cuestan menos. Aunque los productores quisieran mantener los
precios altos no se posee el dinero para adquirirlos todos a esos precios y los
12 000 productos excedentes aunque necesarios no podrán venderse nunca, bajar el
precio para distribuirlos todos es una realidad objetiva. Lo contrario es
destruirlos para no bajar los precios.
En este último caso El Estado debe valorar si la distribución de la
producción incrementada es viable con la cantidad de dinero emitido o si es
necesario aumentar la emisión para facilitar el intercambio. Entrando a jugar
los factores sociales de crecimiento de la población, los asalariados y el
atesoramiento, por solo mencionar algunos, descuidar el equilibrio crea el caos
inflacionario.
Estas tres posibles situaciones nos ilustran diferentes variantes y
acentúan dos conclusiones indispensables, la primera que el aumento de la
producción es lo primordial para el desarrollo de la sociedad no el incremento
del dinero (salario si lo queremos ver de esa forma), y en segundo lugar que
solo una política responsable de emisión y circulación del dinero puede evitar
la disminución del poder adquisitivo de la población demandante.
En el análisis que hemos realizado solo tenemos en cuenta la parte de la
población que trabaja y obtiene dinero como producto de este (demanda), que en
cualquiera de las tres situaciones se verá afectado en mayor o menor medida. El
resto de la población, que no trabaja, se verá afectado por la crisis económica
general que es un fenómeno mayor, que abarca la falta de empleo en primer lugar
y es excluyente para una parte de la población que no formara parte de la
demanda, al menos que reciba subsidios y donativos, reduciendo su participación
en el intercambio a niveles muy por debajo de sus necesidades básicas, pero que
una vez recibido el subsidio se verá afectado doblemente por convivir con la
inflación que existiere a la hora de darle uso al donativo recibido.
Esperamos haber dado al menos una idea de que aunque todos queremos que nos
paguen más para comprar más, esto no será posible porque no hay más productos,
que cuando nos aumentan el salario compran más solo los que su ingresos es
superior a los otros, produciéndose la discriminación social de acuerdo al
ingreso, pues los que fueron beneficiados le arrebatan los productos a los que
no pudieron elevar sus ingresos. Cuando esta situación se mantiene por un
tiempo prolongado la división de la sociedad en clases se acentúa. De otro
punto de vista, el aumento de los salarios si no responde a incrementos
significativos de la producción a nivel social estos repercuten en todos los
precios de los pocos productos en existencia por la necesidad objetiva de
equilibrio y seguiremos comprando y
careciendo de las mismas necesidades que teníamos antes del aumento.
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