A la Empresa Productora de Materiales de la Construcción en Ciego de Ávila le han entregado una distinción que no solo reconoce el impacto social de lo que hace, sino el modo en que gestiona su economía y se proyecta el futuro. El Latir Avileño podrá ser una “categoría” en las circunstancias actuales, pero lo de PROMAC viene de antes
El porqué está más claro. Con las nuevas facilidades del empresariado y su flexibilización del objeto social, lo extraño sería que los trabajadores de PROMAC se sienten a la sombra a esperar el acero o los áridos con que levantarán sus planes.
Lo normal, entonces, es que se les vayan abriendo los caminos, que empezaron a ser de “vía rápida” desde que resanaron y pintaron el bulevar avileño. Ahí fue cuando la empresa que dirige Ismel Gómez Colina ganó credibilidad fuera de sus producciones locales. E incluso hoy, después de haberse desatado un aluvión de obras por el 26 de Julio, siguen embelleciendo la ciudad, dejando claro que no trabajan por fechas, sino por necesidad.
Aunque también saben hacer lo otro: “el edificio de ITH nos lo dieron una tarde, y en dos días y medio estaba pintado, en saludo al 26, y pueden revisar la calidad. En el Hospital no pintamos sin antes resanar la fachada y la pintura tiene una probadísima calidad. La adquirimos en La Habana a un emprendedor que tiene todo certificado y un prestigio también ganado. Hasta en México la han comprado para pintar hoteles”, comenta Ismel.
La entrevista ha comenzado por la brigada más visible de PROMAC, Unidad Empresarial de Base (UEB) de Servicios Técnicos. Un grupito de gente que, además, está recuperando las fachadas desde la rotonda Este, por Chicho Valdés, hasta la calle Narciso López. Es la misma gente que cualquier persona podría contratar para pintar los interiores de una vivienda “y ellos lo ponen todo”, acota Ismel.
Pero saliendo del centro de la ciudad está el grueso del encargo de PROMAC. Y es ahí, paradójicamente, donde la entidad se vuelve pequeña siendo grande. Con la capacidad de producción instalada hoy, las industrias locales podrían hacer el doble de lo que hacen.
Produciendo alternativas
Si bien Ismel reconoce que a ellos los priorizan bastante con la entrega de áridos y otros recursos, todavía no les alcanzan para completar algunos planes.
Al cierre de junio apenas les había entrado el 41 por ciento del acero y la producción de techo se mantenía incumplida al 47 por ciento, por esa razón. Asimismo, afectaba la carpintería de hormigón (al 12 por ciento), un renglón que se mantiene bajo, también por la poca aceptación que tiene.
Esas cifras llegaron por “la canalita”. Por otros canales Ismel adquiere los trozos de acero que resultan de algunas obras del Mariel o los compra aquí a Materias Primas, ambos a menor costo. Por eso rebajó una serie de productos en medio de un contexto donde parece que todo lo que sube seguirá subiendo.
Disminuyó el precio de fregaderos, tanques, tapas de tanques, lavaderos, baldosas, ladrillos, mosaicos, ventanas de hormigón; ya sea por el empleo de un acero más barato o porque han logrado bajar en más de siete ocasiones los índices de consumo, respaldados por el laboratorio porque “aquí no improvisamos”, advierte. La realidad es que ahora son un poquito más accesibles, amén de que sus materiales tengan como destino principal el respaldo de subsidios para los cuales ya el morador tiene un presupuesto aprobado, y el aporte a obras sociales del territorio.
Los esfuerzos se han traducido en tener cumplidas las entregas de bloques y los elementos de piso, pese a que en algunos municipios la obsolescencia tecnológica impide mayores avances, al estilo de la Unidad Empresarial de Base Morón-Ciro Redondo, que hoy es la más destacada. No obstante, Ismel habla del reacomodo de tecnología de dos minindustrias en otros territorios que permitirán mayor eficiencia en los procesos.
Mientras, despliega estrategias por otros flancos productivos: compra a Materias Primas el aluminio de desecho, se lo sitúa a un trabajador por cuenta propia que funde los elementos de carpintería, ventanas de cocina, de baño, las dobles, y ya las entregan para los subsidios que construyen. “Lo que todavía no son volúmenes considerables, estamos empezando”, aclara Ismel, que siempre parece tener una (nueva) idea en mente.
La más reciente la implementará en septiembre. Están evaluando las fibras de polietileno que usan en Ciegoplast, “son fibras que pueden sustituir el acero, no todo, pero sí una parte importante, y no es un invento cubano, ya eso se usa en el mundo entero”, confiesa como si estuviera a la zaga del desarrollo y esa posición le incomodara demasiado.
No tendría por qué, en PROMAC se han dado el lujo de tener hasta un especialista en cerraduras magnéticas, y si enuncia los ingresos que percibe la entidad no puede dejar de mencionar a la brigada que labora en la cayería norte. Allí sustituyen carpintería y trabajan, además, la madera y el cristal, que antes asumía una brigada de La Habana. Han ido colándose en un mercado en el que ellos ponen la mano de obra y el equipamiento y Turismo asigna los recursos.
Por ese concepto, cada mes la entidad capta entre 300 000.00 y 500 000.00 pesos y le permite, junto a otros ingresos, “tener modestas utilidades”. Lo recalca porque sus cinco UEB (cuatro de producción de materiales) no halan parejo. No tienen cómo.
En julio, por ejemplo, los hombres que trabajaron sin descanso embelleciendo la ciudad pudieron haber cobrado unos 30 000.00 pesos —es un cálculo que saca sin la confirmación del pago. Sin embargo, la producción de materiales no va a ese ritmo, en parte, por el déficit de combustible y de áridos.
De alguna manera PROMAC intenta navegar en aguas turbulentas donde, al cierre de junio, 20 empresas en la provincia registraban pérdidas por unos 337 millones de pesos. En ese contexto, cualquier alternativa que aporte riquezas es aplaudida. También las que aportan desde lo social.
Ahí están las tres salas que apadrina en los hospitales de Ciego de Ávila y Morón, los consultorios, la circunscripción y tareas que les caen “de pronto” y suma a la lista de pendientes.
Que le hayan entregado, hace menos de un mes, una condición que expresa el latir por los avileños, es solo la confirmación de lo que desde mucho antes ya venía haciendo PROMAC.
Si esto es realmente como se presenta, es envidiable y son merecedores de los máximos elogios, obviamente y de su retribución, mi reconocimiento.
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