Los procesos inflacionarios, por lo general derivan en incrementos de los precios, tanto de los productos y servicios básicos, como de aquellos que van dirigidos al ocio y la recreación. Es una ley, donde si se deprime la oferta y existe una mayor demanda, los precios se disparan y determinados productos quedan fuera del alcance del poder adquisitivo de la mayoría de la población. En cualquier país del mundo, esto es un común denominador, es así y punto.
En nuestra cultura económica de máxima protección posible, fruto de la Revolución, es diferente, vivimos muchos años apegados a un esquema de igualdad, que no en pocas ocasiones derivó en el igualitarismo, donde todos recibíamos lo mismo con independencia de lo que aportáramos y si la igualdad sustentada en la equidad es positiva, el igualitarismo es todo lo contrario.
La situación actual va dando señales, de que no es posible mantener un escenario donde predomine el igualitarismo, pero si principios de equidad y de oportunidad para todos. La economía sufre el embate de una guerra acrecentada para destruirla desde afuera, a lo que se suma a lo interno factores tales como; lentitud para la toma de decisiones estratégicas con un carácter integral, que impacten en todo el sistema, desde la producción hasta el consumo.
Insistimos en que la economía es un sistema vivo, no en el sentido biológico, lo es en el sentido de que está en constante movimiento, adaptándose a cambios internos y externos, respondiendo a estímulos y evolucionando a lo largo del tiempo, por tanto no se puede aliviar el mal con medidas aisladas, en ocasiones no conectadas entre sí, se requiere integralidad, concentración del esfuerzo, la sabiduría y las buenas prácticas en lo estratégico. ¿Y que es lo estratégico hoy?, buscar los caminos que nos conduzcan al ingreso de divisas y ello solo se logra de tres formas, buscar créditos, algo muy difícil para una economía sancionada vilmente por el gobierno de los EEUU, reformular las bases para la inversión extranjera, haciéndola más flexible y menos burocrática y lo otro es estímulos internos extraordinarios, para cuanto productor o prestador de servicios pueda internacionalizar sus productos e ingresar divisas convertibles frescas al país. Y dentro de lo estratégico y urgente está la producción de alimentos a gran escala, no dé a pedacitos.
Al proclamarse por el gobierno central la economía de guerra, es de manual para este tipo de acontecimiento, volcar los mayores esfuerzos hacia la agricultura y la industria manufacturera, algo que este comentarista aun no ve sobre el tapete. Dentro de lo estratégico está también, poner a la empresa estatal en la condición de fuerza principal de la economía, no por ley, sino por su actuación en el escenario nacional.
Es estratégico que el sector privado en crecimiento busque un equilibrio entre las ganancias para sí y su responsabilidad social, su compromiso y me atrevo a decir su obligación moral con un país, que si bien hoy atraviesa una crisis profunda, ha sido gracias a su Revolución y Fidel, el garante de un bienestar educacional, de salud, de cultura y de igualdad, que hoy se deteriora a ojos vistas. La patria es de todos.
Es difícil de comprender y para muchas personas duro al escuchar que la Educación y la Salud Gratuita no pueden ser una conquista de la revolución.
ResponderEliminarPorqué porque antes del 1959, existía un sistema de educación pública aunque no abarcaba todo el sistema educacional. Existía atención médica pública aunque no un sistema de Salud.
Hay que reconocer que la revolución mejoró y maximizo la salud pública y la educación.
Ahora, bien estamos en 2024 y nos seguimos jactando de la salud y educación cuando ya es muy común que un país tenga educación y salud gratuita aunque coexista con la privada. Entonces cabe decir que en Europa se hizo una revolución, en los EU se hizo una revolución, donde quiera que exista salud y educación gratuita se hizo la revolución. Es caso esto el baluarte de la revolución?
No, para nada, la revolución no se hizo para esto.
La revolución se hizo para la emancipación del hombre y su plena igualdad, cosa que hoy está en tela de juicio, y su sistema de educación y salud en condiciones precarias.
La revolución cumplió con el programa de Moncada y se proyectó con el programa del Partido y hoy ha retrocedido nuevamente al cuestionamiento de si se esta cumpliendo el programa del Moncada, porque del Programa del PCC ya no se habla.