Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Edilberto Carmona Tamayo, Lissett Izquierdo Ferrers
Hoy las matemáticas están, sin lugar a duda, de moda en los hogares cubanos y los números son los protagonistas. Precios y necesidades de compra se conjugan en una compleja ecuación, cuyo cálculo se ve superado a diario por la realidad. Pero, ¿qué es el Índice de Precios al Consumidor (IPC)? ¿Cómo impacta en nuestras vidas? ¿Cómo se mueven los precios hoy en Cuba?
Si le preguntas el concepto a Luis Cordero Machado, director de Precios de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), rápidamente lo define: El IPC es un indicador macroeconómico que refleja la inflación, y se obtiene a partir de tres elementos esenciales:
- una canasta de bienes y servicios,
- la ponderación de esos bienes (o sea, importancia de un producto sobre otro), y
- una estructura del gasto final de los hogares.
En otras palabras pudiera decirse que el IPC “permite conocer la variación promedio experimentada por los precios de una canasta de bienes y servicios, representativa del consumo de la población en un período determinado”*.
En el caso de Cuba, para calcular el índice se toman de referencia datos de 2010, cuando se realizó la última encuesta nacional de ingresos y gastos en los hogares, que recoge las preferencias -con un período semanal, mensual, semestral y anual- en la adquisición de bienes y servicios.
Elementos a tener en cuenta en este análisis, según la ONEI:
- La canasta de bienes y servicios cuenta con 298 artículos, y representan más del 90% del gasto de los hogares.
- Mensualmente se recolectan aproximadamente 31 300 precios, en alrededor de 7 900 establecimientos, ubicados en 18 municipios de toda Cuba (la zona urbana de los municipios cabecera de 14 provincias y 4 municipios de la provincia La Habana (Playa Plaza de la Revolución, Centro Habana y La Habana Vieja). Son los lugares donde hay más establecimientos.
Cordero Machado precisó que se estudian más establecimientos no estatales que estatales, porque la gente forma más precios en ese sector: estatales 30% (y se incluyen las tiendas en MLC), no estatales 66% y el resto son mercados agropecuarios.
Se captan todos los precios, hasta los del mercado ilegal, dando un seguimiento continuo al comercializador o comprador. Por ejemplo, “la leche en polvo no es un producto que se pueda seguir por la bodega, porque los productos del IPC tienen que ser de acceso a todo el mundo. En el caso de la leche, no es así, ya que por la bodega solo se distribuye a determinadas edades y por tanto ese precio se toma del mercado informal”.
Hay un tema interesante que se da con el IPC y los tiempos de escasez. “Antes en las tiendas había tres tipos de papel sanitario. Si el de la línea económica estaba en falta, usted como cliente tiene que comprar el de la gama media o el más caro. El bolsillo del cliente se afectó, pero el IPC no, porque estos tres precios ya estaban reconocidos dentro del IPC y no hubo variaciones. Lo que cambia en ese caso es la disponibilidad de oferta pero no el precio.
“Cuando el producto está en falta se coloca en la categoría de ‘no disponibilidad’ o ‘no presencia'. Se cataloga en ‘no presencia’ cuando ese producto no está en el lugar de comprobación (es una falta ocasional), sin embargo si ese mismo producto usted lo chequea varias veces y tampoco está en otros establecimientos pasa a no disponibilidad”.
Inflación: Las variaciones de los precios en Cuba
El IPC más reciente publicado por la ONEI indica que en diciembre de 2021 el incremento de precios al consumidor (con respecto a 2010) fue de 94.17%, y al cierre de ese año de 77.33%.
De diciembre de 2020 a enero de 2021 la variación del índice de precios fue de 48.26 y se debió “al incremento de los precios en correspondencia con el proceso de unificación monetaria y cambiaria”. En este aumento incidieron fundamentalmente los precios de:
- Alimentación y bebidas no alcohólicas. Eliminación de los subsidios de los productos alimenticios.
- Servicios de la vivienda. Incremento de las tarifas de cobro en los servicios de gas, electricidad y agua.
- Transporte. Incremento de la tarifa del transporte en ómnibus y del pasaje en avión.
Ciertamente asumir estructuras de consumo de hace 10 años imposibilita un acercamiento certero a la realidad actual.
El director de Precios de la ONEI reconoció que la canasta de referencia (2010) está muy envejecida y, por tanto, hay indicadores que hoy inciden y no están reconocidos porque no participaron en la encuesta.
Por ejemplo, “en el año 2010 cuando se aplicó la encuesta no concurren gastos en viajar al exterior porque no se había aprobado la nueva ley migratoria, sin embargo eso es un gasto hoy. Eso mismo pasa con la venta de casas, carros o la visita a hoteles, porque esos elementos no se tenían en cuenta”.
Otras debilidades del IPC
- La División 8- Comunicaciones, en el 2010 representaba un 5.45% del consumo. Esta división tiene mayor participación en los gastos de la población a partir del año 2017, pero no es posible reflejar su incidencia en el cálculo del índice.
- La actividad del trabajo por cuenta propia y del mercado no estatal representaban en 2010 un 18%. Hasta la fecha, aunque se conoce que el incremento de este tipo de actividad -que también incorpora a las cooperativas no agropecuarias-, supera esta participación, el mismo no tiene un efecto mayor en el cálculo del índice.
Cordero Machado informó que, para que esta información sea más completa y real, se está preparando una nueva encuesta nacional de ingresos y gastos en los hogares.
El IPC, como resumió el experto, es un indicador perseguido en el mundo entero tanto por los trabajadores como por los empresarios, y más ahora que la inflación se ha convertido en un problema global. En Cuba, sigue siendo una estadística poco conocida, pero que refleja números que a diario inciden en las economías familiares.
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