Bill Loveless • 27 de octubre, 2015
LA HABANA – El deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba aumenta las perspectivas de nuevas oportunidades de negocios para las empresas norteamericanas en la isla, entre ellos la energía.
Esto se evidenció la semana pasada en La Habana, donde más de 120 personas de EE.UU., Cuba y otros países se reunieron para una conferencia de vanguardia acerca del desarrollo del petróleo en alta mar.
El simposio Mares Seguros, Mares Limpios fue organizado por Hunt Petty LLC, firma consultora de Houston, para promover la cooperación en la prevención y respuesta a los derrames en aguas cubanas a medida que La Habana planea reanudar la perforación el próximo año, luego de no tener éxito en la exploración en los últimos años.
Teniendo en cuenta que la perforación se produciría a una distancia de 80 kilómetros de las costas de la Florida, hacerlo de forma segura y con el mejor equipo es fundamental para Cuba y EE.UU., a pesar de que el embargo de EE.UU. contra Cuba que ya tiene décadas sigue restringiendo las transacciones entre los dos países.
Como dijo Jay Hakes, exjefe de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos y uno de los oradores en la conferencia de La Habana: “Si alguna vez hay un derrame como el del pozo Macondo, la contaminación llegaría a EE.UU. en un par de días”.
Esta referencia, por supuesto, era con relación a un pozo de BP en el Golfo de México que hizo explosión en 2010, lo que provocó el mayor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos. El incidente, junto con el embargo de Estados Unidos, fue mencionado en varias oportunidades en el transcurso de la reunión de dos días.
Pero el interés que prevaleció entre los participantes se estaba convirtiendo en algo familiar para los dos países.
“Es oportuna en el sentido de que es la primera vez que ha sido posible que una entidad norteamericana celebre una conferencia en Cuba” desde que la administración Obama y Cuba comenzaron a normalizar las relaciones el año pasado, dijo Lee Hunt, un socio en Hunt Petty LLC y ex presidente de la Asociación Internacional de Contratistas de Perforación.
“Es también la primera vez que hombres de negocios y profesionales que son ciudadanos norteamericanos pudieron viajar a Cuba con el propósito de participar en dicha reunión. Es innovador en ese sentido”.
Entre los asistentes al evento en un hotel de La Habana estuvieron representantes del gobierno cubano y de la empresa petrolera cubana Cupet, así como oficiales de la Guardia Costera de Estados Unidos y personal de la embajada de Estados Unidos que recientemente reabrió sus puertas en La Habana.
Otros en la reunión incluían a representantes de empresas norteamericanas en busca de negocios en Cuba, incluyendo a Cameron, un fabricante de equipos de perforación, y Wild Well Control y Witt O’Brien, dos empresas que responden a las emergencias petroleras, además de empresas ajenas a Estados Unidos, ya activas en el sector petrolero de Cuba.
Las preocupaciones ambientales también estuvieron representadas, incluyendo el Fondo de Defensa del Medio Ambiente y la Fundación del Golfo de México.
Hunt, que ha organizado otras reuniones más pequeñas y de bajo perfil entre funcionarios norteamericanos y cubanos en EE.UU. y en Trinidad, dijo que el interés de los dos gobiernos en el evento fue significativo.
“Ambas partes estaban prestando atención”, dijo.
James Watson, presidente de la División de las Américas de ABS con sede en Houston, un proveedor de normas para operaciones marítimas y orador en el evento, encontró convincente el compromiso de Cuba con una perforación segura.
“He escuchado directamente de los funcionarios del más alto nivel que conocí hoy aquí que no desean comenzar de nuevo (la extracción de petróleo en alta mar), a menos que tengan la mejor tecnología y los apropiados preparativos de respuesta”, dijo Watson, un contralmirante retirado de la Guardia Costera que hasta hace poco era director del Buró de Observación de Leyes de Seguridad y Control Ambiental, las que regulan la perforación en aguas estadounidenses. “Eso es una buena cosa. Con suerte, algunas de las barreras pueden ser derribadas”.
Una visión similar de las conversaciones en La Habana tenía Hakes, cuya labor en el gobierno incluyó una temporada como director de investigación para una comisión de la administración Obama, que investigó el derrame de 2010 en el Golfo de México, y Roberto Suárez, director general adjunto de Cupet.
“Creo que la reunión demuestra que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba están avanzando constantemente, y la energía está desempeñando un papel importante en ese progreso”, dijo Hakes. “Teniendo en cuenta que hace apenas unos años los dos países estaban en conflicto entre sí, resultó notable lo bien que todo el mundo se llevó y tuvieron en general una visión similar de cuáles son los problemas y cómo deben ser tratados”.
“Se logró mucho”, dijo Suárez. “Para mí, se está estableciendo una red de contactos. Es lo más importante”.
(Tomado de USA Today)
No hay comentarios:
Publicar un comentario