Selección Lic. Ismael Zuaznabar guarairarepano1@yahoo.es
No es utopía, llegan las sociedades sin
dinero efectivo: los casos de Escandinavia
1 Febrero 2017. DERBLAUEMOND @DerBlaueMond http://www.elblogsalmon.com
Desde
el nacimiento de las monedas de libre circulación, no han sido pocos los
cambios que hemos visto en nuestros sistemas económicos. Una nueva ola de cambio ya está rompiendo aguas en
el Mar Báltico, es mucho más disruptora que las anteriores, viene de la mano de
la tecnología, y, a juzgar por la fuerza de la corriente, se
dispone a barrer Europa de Norte a Sur.
La
ola de la que les vamos a hablar hoy es ni más ni menos que la de la sociedad
sin efectivo, donde el "cash" pierde su nombre literal, y pasa a
transformarse en un mero apunte en los registros contables de una entidad
financiera.
Ya no habrá más papeles con numeritos típicos
del dinero fiduciario, ahora ya pasamos a tener tan sólo los numeritos en
soporte digital. No les estamos
hablando de un futurible,
como podrán leer en las próximas líneas, ya hay países que han
apostado decididamente por ello, ondeando importantes beneficios como son el poner cerco a la
economía sumergida, dificultar la evasión de impuestos y capitales, así como
acotar el margen de actuación de corruptos, mafias, y traficantes.
Una Escandinavia que ya reniega del efectivo
Como
pueden leer en el artículo de Bloomberg con título "Scandinavia's
Disappearing Cash Act", ( ), la
última Casa de la Moneda escandinava ha cerrado. Efectivamente, Dinamarca ha seguido los pasos que en su día ya
dieron sus vecinos escandinavos, Suecia y Noruega, y ha externalizado la
producción de monedas a
su también vecino nórdico (que no escandinavo) Finlandia. Pero por si esta
noticia no les parece lo suficientemente significativa, además tenemos que
añadir que este país, Dinamarca, también ha decidido dejar de imprimir billetes;
es más, además lo ha hecho sin tener por el momento una alternativa tangible
(nunca mejor dicho) para producir el papel moneda: en el país de la península
de Jutlandia los billetes están tan pasados de moda que no tienen absolutamente
ninguna prisa por subcontratar su impresión.
De
hecho, según podrán observar por ejemplo en Suecia sólo un 2% del PIB se
traduce en billetes o monedas en circulación, mientras que en USA, en Suiza o
en la Zona Euro, las cifras están en torno al 10%, y en Japón se duplica
ampliamente este porcentaje.
Dinamarca
alcanza unos mínimos similares a los de su vecino sueco, y de hecho ha pasado
desde el 80% de transacciones monetarias en billetes y monedas en 1991, al 20%
actual. En Dinamarca sólo una de cada cinco transacciones se realizan en
efectivo, como resultado de la innegable y constante tendencia
seguida desde principios de los 90, por la que el "cash" va viniendo
siendo dejado de lado por sus ciudadanos y empresas.
Pero
como indica el autor de Bloomberg, la transición de Escandinavia hacia una
sociedad sin efectivo no ha hecho más que empezar, y de hecho, profundizando en
la tendencia, el gobierno danés ya permite a algunos comercios incluso rechazar
el pago con billetes y monedas. A la par, el Banco Central danés está explorando el campo de las monedas
virtuales basadas en tecnologías tipo Blockchain. Podemos decir
por lo tanto que el giro de este país no está basado simplemente en una
preferencia o comodidad de los ciudadanos al hacer los pagos de sus
transacciones, sino que además estos cambios se enmarcan también dentro de una
política orquestada y auspiciada por estamentos gubernamentales.
Las ventajas que ha traído el cambio hacia el
dinero electrónico
Obviamente
hay desventajas en la adopción temprana de opciones como las cripto-monedas o
el mismo dinero electrónico, pero vamos a empezar analizado las ventajas,
puesto que son la parte más tangible ( ) en forma de las cifras que ya a día de hoy el cambio está
arrojando en los países escandinavos.
La
primera y más contundente ventaja viene de la mano de eliminar
el efectivo es poder poner cerco a la economía sumergida.
El dinero electrónico implica mayor trazabilidad y menor anonimato, dos
premisas en las que se escudan muchas transacciones ilegales o realizadas con
dinero defraudado a las arcas públicas.
( ) con el dinero electrónico no sólo es más
difícil tener los medios habituales para gastarse de manera legal el dinero
ilicitico o defraudado, sino que además es que la puerta que se abre a la
minería de datos y el Big Data con los datos de las transacciones electrónicas
se lo van a poner muy difícil a los consumidores con dinero negro para gastar.
En el caso
danés hay una correlación entre el auge del dinero electrónico y un acusado
descenso de la economía sumergida
De
hecho, habrán leído antes que, en lo referente a poner coto a la economía
sumergida, el Ministerio de Hacienda danés ya ha hecho públicas unas cifras que
revelan que la economía sumergida del país ha caído un 30% entre 2012 y
2014.
El
Ministerio no concluye que esto tenga que ser debido necesariamente al giro
hacia el dinero electrónico en el país, pero resulta como mínimo muy llamativa
la coincidencia en el tiempo de ambas tendencias. Habrá que ver en un futuro
cifras comparables de los casos de otros países como Suecia o Noruega, para
poder concluir si la coincidencia se traduce finalmente en certeza.
Pero,
aparte de los factores anteriores, hay también otros motivos importantes. Por
un lado, un informe ( )del Banco Central
de Dinamarca concluía que el coste de manejar efectivo es más del doble que el de trabajar
con pagos de tarjetas de débito del mercado local.
Por otro lado, el mismo informe afirmaba que
apenas ningún comerciante danés prefiere las operaciones en efectivo a día de
hoy, aduciendo como razón principal de su preferencia el temor a los atracos.
Los mismos motivos seguramente vendrán de la mano de los compradores, que ya no
tienen que ir al cajero a retirar dinero, y para los que la complejidad que
añade el dinero electrónico disminuye la posibilidad de sufrir un simple atraco
callejero que sea efectivo.
Con
el dinero de plástico no basta con amenazar, coger el efectivo y salir
corriendo, sino que hay que ir al cajero con la víctima, obligarle a sacar
efectivo, y todo ello aumentando el tiempo y el riesgo de poder ser sorprendido por las
fuerzas de seguridad en plena acción criminal, o incrementando la
posibilidad de ir dejando muchas más pistas para futuras acusaciones cuando el
atracador sea finalmente arrestado.
El futuro tras la eliminación del dinero en efectivo
Una
vez eliminado el efectivo, realmente, de cara a estas ventajas, hay que
analizar los escenarios basados en si el dinero electrónico se usa con tarjetas
de crédito/débito, o bien en si se hace con monedas virtuales. - Las tarjetas
mejoran la trazabilidad y reducen el anonimato, pero no ocurre así con Bitcoin,
que preserva un anonimato total, motivo por el cual, como sabrán, es la
principal moneda de cambio en la Dark Web, o por ejemplo para pagos a las
mafias que extorsionan secuestrando ordenadores con algún ransom-ware. Pero
claro, es de suponer que precisamente este motivo está tras la iniciativa del
Banco Central danés de explorar las cripto-monedas y Blockchain.
Como
tal vez sepan, Blockchain únicamente es un protocolo que permite distribuir entre
la comunidad las transacciones de Bitcoins realizadas, con lo
que para poder hackear este particular registro de transacciones distribuido, y
poder atribuirse ilegítimamente la propiedad de bitcoins ajenos, es necesario
literalmente hackear de forma simultánea todos los nodos que participan en la
red validando transacciones por todo el planeta. Algo a día de hoy virtualmente
imposible, y que hace de Blockchain una aproximación extremadamente inteligente a
la virtualización del dinero teniendo la seguridad bajo el foco (y que por cierto, su gran potencial
está en su generalización a otras áreas más allá del FinTech). Pero que en el
caso de Bitcoin se preserve el anonimato de las partes que se transfieren las
monedas virtuales, no significa que no se pueda modificar Blockchain para hacer
un nuevo protocolo con un nuevo Bitcoin, que por ejemplo se convierta en la
nueva moneda emitida por el estado danés, y que elimine el anonimato de las
transacciones.
Por
otro lado, resulta obvio que el lado oscuro de la economía sacará nuevas e
innovadores soluciones para sortear la seguridad de las nuevas tecnologías, y
que éstas no le impidan seguir defraudando.
Un
claro ejemplo de este tipo de productos "innovadores" serían las tarjetas
de débito 100% anónimas, una argucia ofrecida por las cuentas opacas de paraísos fiscales,
y que daría al traste con las aspiraciones escandinavas de usar dinero de
plástico como medida para acabar con el fraude.
Estas
tarjetas son tarjetas en las que no consta ningún dato personal ni titular,
sino simplemente una referencia numérica anónima, pero que permiten al portador
tener fondos en un paraíso fiscal allende los mares, y poder disfrutar gastando
euros a diestro y siniestro con las comodidades que ofrecen las sociedades
desarrolladas. Es sin duda uno de los productos estrella de los paraísos
fiscales, y permiten hacer uso de dinero de dudoso origen sin necesidad de
lavarlo previamente.
Por
la cuenta que le trae, el lado oscuro siempre lleva la delantera en esta
deleznable forma de innovar, pero ahí está el deber de las instituciones y
empresas de ir mejorando vulnerabilidades conforme se van detectando y van
siendo explotadas por los delincuentes. Eso sí, no les puedo negar que el hecho
de poner todo el sistema financiero y tributario de un país en manos de una
tecnología concreta, que puede ser hackeada de la noche a la mañana, implica
que en un futuro corramos el riesgo de ver literalmente cerrados estos sistemas
hasta que se encuentre y despliegue un parche para solventar el nuevo agujero
de seguridad descubierto. Un riesgo nada desdeñable según ya demostramos en el artículo
¿Qué pasaría a nivel económico si
se cayese (o hackeasen) todo internet?. http://www.elblogsalmon.com/economia/que-pasaria-a-nivel-economico-si-se-cayese-o-hakeasen-todo-internet
Pero
las desventajas no sólo se pueden medir en términos de seguridad. También hay
que tener muy en cuenta la privacidad. Aquí ya entramos en el eterno debate de
si un Estado debe controlar totalmente a la ciudadanía, pero sobre el que se
cierne la gran pregunta de los adalides de la privacidad: ¿Quién controla al
controlador?. Y lo que es peor, en un mundo donde es imposible estar totalmente
blindado ante vulnerabilidades informáticas, ¿Quién no nos dice que nuestros
datos legalmente recogidos no están expuestos y pueden ser explotados por redes
criminales para perpetrar sus acciones? Cuanta más información nuestra haya expuesta (y por desgracia
expuesta significa simplemente recogida digitalmente), más expuestos estaremos
nosotros mismos.
Todo
avance en la Historia de la Humanidad ha tenido sus ventajas y sus desventajas.
El dinero electrónico no va a ser una excepción. La decisión final de qué hacer
es una mera balanza de pros y contras. Los daneses, suecos y noruegos parecen
tenerlo claro. Tal vez la conclusión de este post pudiera ser que la
tecnificación de todos los aspectos de nuestras vidas, también el económico, es
algo imparable, y que el tema se resume simplemente una evaluación de riesgos:
el potencial riesgo de un posible futuro hackeos del sistema financiero y
tributario de un país, que a los ojos de ciertas entidades e instituciones queda
empequeñecido frente al riesgo cierto del presente de una muerte segura por
quedarse atrás en la transformación digital. Cuando el bordillo
se pone resbaladizo, algunos no ven más alternativa que tirarse a la piscina.
Pero
si me permiten darles mi opinión personal al respecto, me despediré hoy
diciéndoles que el riesgo tecnológico de ser un early-adopter es muy alto como
para encomendar el sistema financiero y fiscal de un país a una tecnología poco
probada. En tecnología, un servidor suele ser partidario de adoptar tecnologías
mínimamente rodadas. Uno se tira siempre decidido a la piscina si la situación
lo requiere, pero en mis años de experiencia ya he aprendido que normalmente es
mucho mejor hacerlo cuando vemos que otros ya están haciendo pie y tocan fondo.
Así que vayamos poniéndonos el bañador, pero sin perder de vista cómo les va
dentro de la piscina a nuestros lanzados vecinos europeos del norte.
Ventajas,
desventajas y consecuencias de una sociedad sin efectivo
30 Agosto 2015JAVIER J NAVARRO @newjavier
De
vez en cuando oímos como algunos piden la prohibición del efectivo. Muchas veces lo hemos visto como gente
lo pide para acabar con el fraude fiscal o con la economía sumergida. El último
ha sido un artículo publicado en el Financial Times, que habla de acabar con
otra “reliquia
bárbara”. Esto es una referencia a cómo John Maynard Keynes definió el oro en su momento.
Eliminar
el efectivo tiene ventajas e inconvenientes, pero también una serie de
consecuencias que habría que asumir. Algunas nos afectarían a todos y otras a
los más débiles de nuestra sociedad. Aparte de que no veríamos el
fin de las transacciones de dinero negro e ilegal, porque este ya puede ser
electrónico.
Este
debate viene porque en Dinamarca se va a permitir a ciertos negocios rechazar los
pagos en metálico, no prohibirlos como se ha dicho por ahí.
Creo que en su negocio cada uno tiene el derecho de aceptar el medio de pago
que quiera (electrónico o físico), pero que en Dinamarca se vaya a dar más libertad
a los tenderos ha hecho que muchos empiecen a imaginar una sociedad sin
billetes ni monedas.
Ventajas de eliminar el efectivo
El
artículo del FT, básicamente afirma que la existencia del efectivo limita la capacidad de los
bancos centrales de aplicar la política monetaria. El argumento viene sobre que las tasas
negativas sobre los tipos de interés son más complicadas de aplicar si existe
efectivo. Hasta ahora las familias han usado el efectivo como un depósito de
valor seguro en los tiempos difíciles, pero no se le pueden aplicar tasas de
interés negativo a alguien que lo guarda en casa.
Es
decir, si nuestros ahorros en efectivo en el banco en vez de darnos intereses
nos costaran intereses, disminuyeran, estos supondrían que se nos forzaría a
gastarlos o invertirlos en otro tipo de activos. Esto no es posible si los
podemos transformar en billetes y guardarlos bajo el colchón (o en una caja
fuerte), pero si no tuviéramos esa alternativa…
Por
supuesto otra supuesta ventaja de acabar con el efectivo sería que muchas
transacciones deberían de salir a la luz, de modo que se aumentara la capacidad
recaudatoria del estado. También supondría una forma de limitar la capacidad de
la economía sumergida y la actividad ilegal, que actualmente se mueve con
efectivo.
Además
se fomentaría la innovación tecnológica de los métodos de pago. Estoy seguro
que pagar se volvería más fácil y menos engorroso, apareciendo nuevos sistemas
alternativos a los actuales.
Desventajas de acabar con el efectivo
Empecemos
con que** si nuestro banco quiebra**, perderíamos nuestros ahorros, esto no
supone un riesgo si la cantidad es inferior a la cubierta por el FGD, pero este no lo puede pagar todo, como
ya se ha comentado alguna vez.
Por
otro lado, los bancos se encontrarían con muchas transacciones muy pequeñas,
que tendrían que procesar, creando un problema informático sobre las mismas. También habría que
ver hasta qué punto ciertos clientes muy pequeños o de bajo volumen como niños
y estudiantes serían clientes interesantes. Hasta ahora los bancos han aceptado
a cualquier cliente, pero eso no significa que vayan a seguir haciéndolo o que
no opten por cobrarles comisiones.
También
seríamos completamente dependientes de la tecnología. Si
hubiera un fallo en el suministro eléctrico, en las telecomunicaciones, un
fallo en los sistemas informáticos o un cyberataque, las personas se podrían
quedar sin capacidad alguna para pagarse una botella de agua y algo de comida
por ejemplo.
Además
si el uso del efectivo se prohíbe, eso implicará que tendrá que haber penalizaciones
por el mismo, las fuerzas del orden tendrían que dedicar parte
de su tiempo a este delito, así como los sistemas judiciales y carcelarios, que
ya están bastante colapsados.
También
sería un problema para personas mayores o discapacitados que son incapaces de usar
efectivamente el dinero de plástico. Un invidente no tendría forma de saber si
le están cobrando diez o cien euros, porque los terminales no están adaptados.
Tampoco facilitaría las cosas a la población no alfabetizada o con
conocimientos muy básicos. Como saben trabajadores de sucursales bancarias,
muchos van a primeros de mes a cobrar su nómina o pensión y se administran poco
a poco con el dinero en efectivo.
Consecuencias de acabar con el efectivo
Como
nos ha comentado un lector que ha tenido la amabilidad de contactar con
nosotros, para sugerirnos el tema, las personas sin
hogar y por tanto sin capacidad de tener una cuenta bancaria, dejarían de poder
ser ayudadas con monedas o billetes. Los más pobres dependerían más de lo
que el estado o las ONGs quisieran darles, y menos de la ayuda espontánea que
reciben de la que muchos dependen para sobrevivir.
Es
cierto que existen algunos casos de personas sin hogar que aceptan pagos
electrónicos, por ejemplo en Estocolmo los que venden una revistas ya pueden
hacerlo, pero esto es sólo válido para aquellos que se dedican a dicha revista
y tras haber hecho un esfuerzo consciente. No estoy seguro que sea factible
para aquellos que tienen problemas de comunicación o enfermedades mentales.
No me
extrañaría que existieran problemas con el hackeos y manipulación de máquinas
expendedoras en lugares públicos. Si meto monedas para sacar una lata de
refresco, sé exactamente cuánto dinero estoy pagando, pero una máquina
manipulada podría hacerme el cargo del euro de la lata y otro de nueve euros
para el chorizo, porque ya tendría mis datos.
Existiría
un problema grave en aquellas naciones con muchos inmigrantes
ilegales, a los
que no se les podría pagar el sueldo en efectivo. Eso podría suponer un
problema social bastante grave que de repente millones de personas con muy
pocos recursos se encontraran que se les niega su modo de ganarse la vida. Lo
más parecido que se me ocurre es la serie “refugiados”.
También
habría que ver qué sucede con la banca comercial que
cambiaría su negocio. La vida sería más complicada para los pueblos pequeños
sin sucursal bancaria. También se perderían muchos empleos asociados a la
gestión del efectivo. Tanto de cajeros como de transporte y custodia del
efectivo y de herramientas (cajas de seguridad, máquinas de contar dinero,
etc.).
Por
último, imaginemos que todas nuestras
transacciones estuvieran registradas. Esto daría pie a que se pudiera
auditar toda nuestra vida y nuestros gustos. Un ataque informático (cómo ha
desvelado el de Ashley Madison) podría mostrar muchos aspectos de nuestra vida,
por ejemplo nuestras preferencias sexuales, enfermedades, aficiones, etc.
Tampoco
es necesario que se trate de un ataque informático, ya que esta información
puede ser accesible a personas que no nos interese que la tengan o que se
filtre por los encargados de custodiarla. Buena parte de nuestra intimidad
podría ser revelada al mundo en cualquier momento. ¿De verdad queremos esto?
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