Por Gilberto Rodríguez Rivero/Adelante 05 Abril 2021
Fotos: Leandro Pérez Pérez/Adelante
CAMAGÜEY.- La Unidad Empresarial de Base (UEB) Raúl Cepero Bonilla, popularmente conocida como la Empacadora, se cuenta entre las entidades de la provincia asociadas al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Alimentaria y la Pesca, que supieron sobreponerse a las complejas insuficiencias financieras y otras carencias del 2020, y a golpes de creatividad y voluntad, mostrar cuánto puede lograrse con buenas prácticas. Por esa razón, es uno de los dos colectivos del MINAL a los que les fue conferida la categoría de Vanguardia Nacional.
Casi con las velitas listas para celebrar sus 93 años y a pesar de los múltiples "achaques" de su obsoleta tecnología, mantiene su flujo productivo, impensable sin la decisiva contribución de sus trabajadores y del ingenio de estos que, con la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores en una delantera bien visible, se encarga de dar respuesta a los contratiempos casi diarios.
Pero ni bajan los brazos, ni se dan por vencidos, y ejemplos afloran, como las del incansable Daniel Barrameda Tudurí, gente de chispa siempre encendida, quien con profundo sentido de pertenencia acumula innovaciones, adaptaciones y otro sinfin de alternativas para que la fábrica no tome pausa. Ahora le aguarda un nuevo reconocimiento, por el Diseño, montaje y remodelación del matadero de cerdos, pero nadie olvida su decisiva contribución en otros peldaños internos, como la caldera por ejemplo, que le ganan el respeto y consideración de todos.
Qué decir de la brigada de mantenimiento, de hombres como Piña, Emilito y otros, quienes hacen posible que, junto con el resto de sus 47 integrantes, mantengan como nueva la "veterana" industria.
María de los Ángeles Pérez del Risco, técnica "A" de Gestión de los Recursos Humanos, y con 35 años en el centro, es parte del ejecutivo del Buró Sindical, que aglutina siete secciones sindicales, incluida la de los jubilados, a las que se integran casi 400 trabajadores.
"Tenemos un buen colectivo, gente consagrada, y aun cuando hemos tenido en algún momento que reajustar la plantilla por el tema de la pandemia, los que se quedan evitan cualquier bache que pudiese existir. La comunicación fluye. Hemos informado a los trabajadores qué debe hacerse en cada momento, ya sea en los matutinos o en las áreas de labores. Si por alguna urgencia deben desplazarse horarios, la gente asume", dijo la dirigente sindical.
Con lógico orgullo muestran dos elementos emulativos importantes: no tuvieron accidentes laborales, ni que aplicar sanciones por indisciplinas. Colegiar decisiones, y que el Sindicato se "oiga", es otra de las cuestiones con un avance positivo.
Mencionan las actitudes de compañeros que, una vez concluidas las tareas en la instalación, marchan para cumplir con el apoyo al pesquisaje sanitario, principalmente dentro de la circunscripción 94. También se suman las donaciones de sangre, la atención a los centros de aislamiento y los trabajos voluntarios, siempre apegados al cumplimiento de las medidas de bioseguridad, que ha permitido no tener ningún foco en el centro y entre sus obreros.
La clave, según la representante sindical, radica en la atención a los integrantes del colectivo. Eso es fundamental.
A ello se suman la búsqueda de alternativas como el uso de la sangre para los embutidos rojos (mortadella y morcilla) con tripa natural, un proceso nada novedoso, pues históricamente siempre se ha usado en el empaque de chorizos, salchichones... En el camino de las alternativas, usan como aglomerante, ante las limitaciones con la harina de trigo, la de maíz, y han abaratado costos con la cocción del frijol de soya para obtener una pasta que se emplea en algunos embutidos.
Además han ido proyectando nuevos derroteros e insertándose en nuevos mercados, incluido el online, hacia donde destinan ofertas con gran aceptación como el chorizo, jamón cocido y el potajín.
Milene de la Caridad Rodríguez Suárez, directora del centro, manifestó que "es todo un orgullo alcanzar por primera vez la condición de Vanguardia Nacional. Eso nos obliga a ser cada vez mejores, nos estimula a seguir teniendo capacidad de respuesta ante cualquier dificultad".
Ellos demuestran que la unidad de trabajo, sigue siendo una poderosa vacuna contra las problemáticas actuales, esas que acechan a diario... y que allí han aprendido a sortearla con muchos éxitos.
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