No era un purista del libre comercio, pero no se parecía en nada a Trump.
Fuente: Meidas Touch
Demasiadas cosas personales para una publicación completa hoy, y además, estoy sobrecargado de absurdo. Es difícil superar esto:
Pero pensé que tomaría unos minutos para opinar sobre un aspecto absurdo: la reacción histérica de Donald Trump a un anuncio publicado por la provincia canadiense de Ontario que incluía un audio de Ronald Reagan denunciando los aranceles y elogiando el libre comercio.
Sospecho que el anuncio enfureció especialmente a Trump porque mostraba a Reagan, todavía el referente republicano, argumentando con seriedad y razonamiento por qué los aranceles son, en general, perjudiciales para el país. En el anuncio, Reagan sonaba presidencial y confiable, un claro recordatorio de lo mucho que se ha hundido el Partido Republicano bajo el control de un niño arrogante, gruñón y quejoso.
Trump afirmó que el anuncio era "FALSO" y que a Reagan "le ENCANTAban los aranceles". En realidad, el anuncio transmitía con precisión el sentido de las declaraciones de Reagan, y no, a Reagan no le gustaban los aranceles.
Es fácil repasar el historial para descubrir la postura real de Reagan sobre el comercio. Como lo expresa el Financial Times , Reagan «era un ferviente defensor del libre comercio que utilizaba los aranceles con moderación y reticencia».
También puedo dar fe personalmente de la realidad de las políticas arancelarias de Reagan porque serví un año en la administración Reagan como miembro tecnócrata y subpolítico del personal que trabajaba en política internacional en el Consejo de Asesores Económicos:
De hecho, Reagan enfatizó repetidamente las virtudes del libre comercio. Como todos los presidentes modernos, impuso algunos aranceles por motivos políticos. Sin embargo, Reagan siempre se mantuvo dentro de la legalidad, utilizando su derecho a imponer aranceles discrecionales como válvulas de escape en lugar de abusar de su autoridad para convertir la política arancelaria en un instrumento de sus caprichos personales.
Ahora bien, Reagan hizo muchas cosas que, en mi opinión, perjudicaron a Estados Unidos. De hecho, diría que sus recortes de impuestos, su desregulación y sus políticas antisindicales, así como su explotación de las tensiones raciales, fueron cruciales para sentar las bases de la plutocracia que ahora está destruyendo nuestra democracia. Pero algo que me quedó claro mientras trabajaba en la administración Reagan fue que Reagan y su gente, a diferencia de Trump, se tomaban en serio sus promesas a otros países. Si una política propuesta violaba claramente nuestros acuerdos internacionales, simplemente estaba fuera de lugar.
En cambio, hasta donde sé, todo lo que ha hecho Trump en materia de aranceles implica romper compromisos pasados, solemnes y supuestamente vinculantes, con otras naciones y esperar que esos países los acepten dócilmente.
Nunca conocí a Reagan. Pero estuve lo suficientemente cerca como para presenciar cómo se gestó la política arancelaria durante su administración, y no se parecía en nada al caos sin ley que reina bajo Trump.
CODA MUSICAL
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