La Empresa Avícola Sancti Spíritus convierte la eficiencia en la herramienta capaz de sustentar y cumplir la producción de huevos. La distribución se realiza a través de un balance nacional
JOSE LUIS CAMELLÓN, Escambray
El manejo del rebaño es esencial para lograr la eficiencia. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)
Hay noticias reales que a veces chocan y hasta pueden provocar un cacareo similar al que arman las gallinas ponedoras en las naves: desde marzo la Empresa Avícola Sancti Spíritus asume la producción de huevos sin subsidio, un suceso inédito en la historia del sector, por demás expresión de los nuevos tiempos que corren en la economía cubana.
Pero hace rato que el alboroto alrededor del huevo pasó también de las unidades a la mesa familiar; primero, al suprimirse la venta liberada a raíz de las limitaciones económicas y financieras que enfrenta el país y, más reciente, al disminuir la cantidad de unidades por la canasta normada.
Ni lo uno ni lo otro; es una dependencia directa de los resultados productivos de la avicultura espirituana, que cumplió el pasado año la producción planificada, también la de este primer trimestre — cerca de 17 millones de unidades— y en abril reporta favorable ventaja, pero es justo decir que la distribución depende del balance nacional concebido por el Ministerio de Economía y Planificación y en el mes en curso el per cápita en la provincia sube a nueve unidades, entrega materializada ya en varios municipios.
Ángel Mursulí Fernández, director general de la empresa, confirmó a Escambray que aún cuando en el contexto de la Tarea Ordenamiento el precio del pienso para las ponedoras —importado la mayor parte de sus componentes— subió seis veces, los colectivos se han enfrascado en buscar la eficiencia productiva, reducir el número de animales por jaula para evitar el hacinamiento y las muertes, trabajar con eficacia el manejo de las aves, lograr un favorable índice de conversión de pienso por animal —1.4 kilogramos para producir 10 huevos— y explotar un rebaño con vida productiva no más allá del tiempo establecido.
“Hoy tenemos la eficiencia productiva más alta del país con el 74 por ciento —de cada 100 gallinas ponen 74—, una viabilidad con los animales que inician y terminan el ciclo de puesta superior a lo planificado y todas las estrategias de producción y manejo aplicadas nos permitieron cerrar el trimestre con utilidades”, destacó Mursulí Fernández.
Los resultados productivos de la entidad —añade el directivo—, obedecen también al mayor conocimiento técnico y el sentido de pertenencia de los trabajadores en las unidades y demás áreas, “pero incide mucho la calidad de la pollona que estamos recibiendo de la Unidad Empresarial de Base Cabaiguán, al punto que en Vega Grande y La Botella los índices de puesta alcanzan hoy el 78 y el 84 por ciento, respectivamente”.
La Tarea Ordenamiento ha sido factible para la empresa porque tenemos todos los puestos de trabajo cubiertos y “no pensamos solo en producir más huevos, sino en producir con eficiencia”, acotó el directivo.
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