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jueves, 11 de julio de 2024

¿Resultarán las nuevas medidas económicas?

Las recientes medidas económicas del Gobierno cubano de tope de precios y exención arancelaria no son tan nuevas. Esa estrategia no ha resultado antes, ¿por qué la dirección del país apuesta una vez más por ellas? ¿qué repercusión tendrán en las tasas de cambio del mercado informal de divisas?

Por Pavel Vidal
Investigador principal OMFi

Actualidades sobre el entorno macroeconómico

En las últimas semanas, las autoridades han develado nuevas medidas que formarían parte del plan de estabilización macroeconómica, en el marco de lo que el Gobierno ha denominado «economía de guerra». Varios indicadores económicos cubanos ciertamente parecen ser el resultado de un país que está en guerra, pero son generados en situación de paz y sobre todo son consecuencia del desacertado manejo de las políticas fiscales y cambiarias; así como de la reticencia a aplicar reformas de fondo a un aparato productivo monopolizado por empresas estatales sin viabilidad financiera.

Aún dentro de un entorno internacional marcado por las sanciones económicas y con limitado acceso a financiamiento externo, existen en la isla espacios para transformaciones internas que se han pospuesto. Las nuevas medidas del Gobierno cubano anunciadas este año preservan la fragmentación, la poca profundidad y la falta de integralidad que han caracterizado sus reformas y políticas económicas.

A partir de la continuidad de la recesión económica y del estancamiento de los ingresos externos en 2024, el Gobierno ha anunciado algunas medidas de austeridad, aunque sin ofrecer números sobre el impacto esperado en el pronunciado desbalance fiscal y en la inflación. Se plantea una reducción de diversas partidas de los gastos planificados para 2024. En primer lugar, de los que no se pueden ejecutar (previsiblemente debido a la escasez de divisas); también, una mayor centralización para la aprobación de los gastos y la paralización de inversiones no esenciales, entre otras acciones fiscales contractivas.

Las cifras oficiales del primer trimestre daban cuenta de un frenazo en las inversiones, las cuales disminuyeron un 3.5 % en relación con igual período de 2023 (aunque se mantiene la desproporcionada estructura que prioriza el complejo hotelero).

Se impuso un tope del 30 % sobre la tasa de ganancia en los contratos del sector privado con entidades estatales, el cual persigue contener los gastos del presupuesto del Estado por ese concepto. Se promulgó, además, una norma que impone precios minoristas máximos a seis productos (leche en polvo, aceite, salchichas, pollo, pastas y detergente en polvo) que son comercializados principalmente por el sector privado con base en importaciones. Se estableció una exención arancelaria para esos rubros. Se ha enfatizado también en que se busca aumentar la recaudación tributaria mediante el combate de la evasión fiscal.

Las medidas se concentran casi exclusivamente en la contención de los gastos, en la administración de la crisis en el muy corto plazo y en el uso de instrumentos de control directo de la economía de probado fracaso (como son los topes de precio). Una parte de las propuestas generan previsibles efectos negativos y mayor incertidumbre sobre el sector privado, en especial en el que comercializa productos importados.

Las nuevas decisiones se añaden a la evidencia anecdótica de empresarios privados que este año han percibido cierto agotamiento de la demanda, un crecimiento de sus inventarios y refieren menor disposición a contratar operaciones de importación sensibles a las prolongadas afectaciones del fluido eléctrico.

De confirmarse un impacto contractivo en las dinámicas de las compras externas del sector privado, se produciría un efecto moderador en el tipo de cambio. No obstante, hasta el cierre de mayo no se ha podido verificar el efecto. En los primeros cinco meses de 2024, las importaciones desde Estados Unidos han aumentado un 65 % y casi un 59 % en mayo con respecto a iguales períodos de 2023.

Se debe tomar en cuenta también que el equilibrio del mercado cambiario informal —si bien ha mostrado una alta sensibilidad a las importaciones de las mipymes— depende de otro grupo de variables sobre las cuales no queda claro el impacto que tendrán las medidas gubernamentales.

Nuevamente, no se aprecian iniciativas desde las políticas oficiales para estimular la oferta interna, en tanto no se contempla la reestructuración necesaria de las empresas estatales ni incentivos para el sector privado. Las autoridades han reconocido que los datos dan cuenta de que se mantiene un elevado déficit fiscal, altas tasas de inflación, que hubo un retroceso de la economía en 2023 y un pobre desempeño durante el primer semestre de 2024 (probablemente también con valores recesivos). El número de visitantes internacionales solo creció un 2.7 % hasta mayo.

El cierre de la brecha fiscal (si se logra) es positivo para el control de la inflación y para el valor del peso. Sin embargo, la ausencia de medidas de fondo augura la continuidad de la fragilidad productiva y de la moneda. Corregir el déficit fiscal y la inflación de manera sostenible no solo implica poner en práctica medidas de austeridad y de precios, sino también la actualización de las tasas de cambio oficiales y la aplicación de reformas que garanticen la reestructuración de las empresas estatales irrentables.

Tasas de cambio

En junio, el mercado cambiario informal convergió hacia los valores mínimos de las tasas previstas por los modelos de pronóstico del OMFi para el cierre del mes. Se produjo la mayor corrección prevista en el equilibrio entre la oferta y la demanda de divisas en el mercado informal, lo que llevó a variaciones más acotadas en las tasas en la segunda mitad del mes.

Desde mediados de mayo se observaron pronunciadas oscilaciones en las tasas que rompieron el relativo orden con el que el mercado asumía la constante depreciación del peso durante el primer cuatrimestre de 2024. En mayo y junio, el mercado informal trató de descifrar un nuevo equilibrio, pero le costó llegar a un consenso.

El proceso de corrección natural y de ajuste de expectativas que se produce en los mercados financieros fueron más turbulentos y agitados debido a que se sumaron elementos atípicos que acrecentaron la confusión y la incertidumbre. Junto a los cambios en las expectativas, las pujas entre actores fundamentales del mercado, las compras y ventas de divisas con carácter especulativo y el «efecto rebaño» acontecieron exaltadas campañas en las redes sociales; aparecieron varias teorías de la conspiración; hubo una amplia politización y polarización de los debates; hubo ataques (incluso desde la prensa oficial) al medio independiente elTOQUE que calcula diariamente la mediana de la tasa del mercado; así como un incremento de las ofertas falsas que afectó la operatoria de los espacios virtuales —esenciales para el funcionamiento del mercado informal de cambio—.

Tanto en mayo como en junio el dólar y el euro acumularon fluctuaciones mayores al 20 %, con signos contrarios. En junio se anuló la apreciación que se había producido en el valor del peso en mayo. En ambos meses, el valor 400 representó un límite de resistencia para la tasa del peso cubano en relación con el dólar.

El límite máximo, al que se ha aproximado dos veces el mercado informal, coincide con el valor de equilibrio que para 2024 han señalado los modelos macroeconómicos del OMFi (que es consistente con la magnitud del déficit fiscal presupuestado para este año, el estancamiento del PIB, el aumento de la cantidad de dinero en circulación y la tasa de inflación doméstica e internacional).

En junio, el peso cubano cerró con tasas de 358 CUP por 1 USD, 370 CUP por 1 EUR y 305 CUP por 1 MLC. Las tasas han caído gradualmente desde los últimos días de junio. En la primera semana de julio, el mercado de cambio informal extendió la dinámica apreciativa del peso cubano.

Rentabilidad y volatilidad en el mercado informal

La rentabilidad mensual para los tenedores de dólares, euros y MLC volvió a ser marcadamente positiva debido a la corrección al alza en las tasas durante los primeros días de junio. Calculado sobre las tasas de cambio del peso cubano de cierre (último día del mes), el dólar reportó una ganancia de 23.45 %, el euro de 23.3 % y la MLC de 17.3 %.

En junio de 2024, la MLC se depreció un 5.2 % en relación con el dólar (en mayo, la MLC se había apreciado un 13.4 %). La tasa promedio se ubicó en 1.17 MLC por 1 USD en junio. Comparado con igual mes de 2023, la MLC acumula una depreciación de 9.4 %. La MLC depreciada es consistente con su reducido valor de uso, su cada vez más limitada convertibilidad y la escasa liquidez en divisas internacionales del sistema financiero para poder respaldar el «dólar bancario» cubano.

En junio de 2024 volvió a crecer notablemente la volatilidad (desviación estándar) de las tasas. Creció un 317 % para el dólar, 283 % para el euro y 195 % para la MLC, en comparación con mayo. La cantidad de alertas de mercado inestable emitidas se mantuvieron altas, en similares cantidades que en mayo. En junio, el Ratio Sharpe (ver glosario) fue muy cercano a cero, dado que la alta rentabilidad estuvo acompañada de un incremento significativo del riesgo (medido por la desviación estándar).

El Índice de Fuerza Relativa (ver glosario) se ubicó cerca de 70 en junio; es decir, todavía en el límite a partir del cual comenzaría a indicarse una posible reversión a la baja.

Dinámica de las operaciones en el mercado informal

En los datos que monitoreamos en espacios virtuales, se evidenció un nuevo punto de inflexión en el mercado informal de divisas desde el 29 de mayo. A partir de esa fecha, se produjo un aumento acelerado de la demanda de dólares, a lo que le siguieron incrementos en la demanda de euros y MLC —lo cual ayudó a impulsar la corrección al alza en las tasas durante esos días—. Sin embargo, el pico en la demanda de divisas se diluyó rápidamente. A lo largo de junio, la muestra que tenemos de la demanda de divisas ha convergido con los valores históricos promedios (ver Gráfico 2).

La oferta de divisas, en cambio, presentó mayores fluctuaciones en junio. Después de caer desde el 30 de mayo y mantenerse baja en la primera semana de junio (a partir del 8 de junio se disparó momentáneamente hacia niveles que superaron los máximos históricos). El pico en la oferta de divisas ocurrió en los días en los que la tasa del dólar se comenzaba a acercar por segunda ocasión a los 400 CUP, lo cual provocó la corrección a la baja en las tasas en la siguiente semana. En la segunda mitad de junio y la primera semana de julio, la oferta de divisas ha presentado mayor estabilidad, aunque se mantiene en valores relativamente altos; ello explica la mayor estabilidad en el precio de las divisas y la dinámica apreciativa del peso cubano (ver Gráfico 1).







Perspectivas para la tasa de cambio informal del peso cubano

En el momento de redactar el reporte, se conservan las señales de un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda de divisas en el mercado informal. Los modelos de pronóstico, al considerar la situación actual del mercado, estiman que las tasas variarían dentro de un rango mucho más acotado que en los meses previos.

A partir de los niveles que presentan la muestra de la oferta y de la demanda de divisas hasta el 7 de julio, los modelos consideran que las tasas están cerca de tocar fondo y que aumentarán ligeramente en lo que resta de julio. Sin embargo, el incremento mantendrá las tasas del dólar y del euro por debajo o muy cercanas al cierre de junio. Para el 30 de julio se prevén tasas de 348-360 CUP por 1 USD, 356-366 CUP por 1 EUR y 297-306 CUP por 1 MLC en los escenarios central y máximo.

El pronóstico a corto plazo es consistente con un escenario macroeconómico en el que es probable que interactúen dos fuerzas opuestas sobre el equilibrio del mercado informal de divisas. Si bien se espera una menor importación por parte de las mipymes (que todavía se debe confirmar en los datos) que llevaría a una menor compra de divisas, por otra parte se distingue que las políticas económicas anunciadas son insuficientes para corregir los desequilibrios que han alimentado la debilidad de la moneda nacional y la inflación en los últimos años.

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