El central Primero de Enero arrancó para suplir el espacio dejado por su similar de Ciro Redondo. Foto: Alejandro García
Aun con la incorporación del central Primero de Enero a la presente zafra azucarera desde el pasado 21 de febrero, saldar la deuda de 38 572 toneladas (t) de azúcar con respecto al plan de la provincia demandará un esfuerzo superior, una vez se consiga disponer de la capacidad industrial prevista.
La paralización del central Ciro Redondo, ante la imposibilidad de la caldera de la aledaña bioeléctrica de procesar el bagazo en su totalidad y las roturas de las cosechadoras de marabú, trastrocaron los pronósticos más optimistas.
En lo que esos imponderables llegan a su solución para el necesario despegue de la actividad, Ciego de Ávila había producido hasta el cierre de febrero más de 10 000 t del endulzante, de ellas aproximadamente 7 000 en el central refinería Ecuador, 1 500 en Primero de Enero y el resto en el moderno ingenio pinense, según la información ofrecida a Invasor por Eduardo Larrosa Vázquez, director de coordinación y supervisión técnica del Grupo Azucarero Azcuba en la provincia.
“Las molidas durante los últimos días, previos a las lluvias, estaban bastante aceptables, Primero de Enero tras su arrancada, alcanzó más del 90 por ciento de aprovechamiento de la norma potencial en esas jornadas, después se afectó un poco, pero mantiene el 78 por ciento del acumulado, mientras que el Ecuador registra esa última estadística al 60 por ciento”, dijo el directivo.
Sobre la marcha del proceso productivo de los dos ingenios en activo, explicó que, en el caso del Ecuador, lo más complejo han sido las roturas industriales, principalmente en el área de calderas, además de un nivel de interrupciones operativas; mientras que el Primero de Enero, aun con pocos días para evaluar la zafra, mantiene un desempeño bastante aceptable.
Como elementos positivos, resalta Larrosa Vázquez que el rendimiento industrial se mantiene por encima de lo planificado en ambas fábricas, con destaque para la violeteña, que, en solo una semana de zafra, acumula 9,60 puntos. A su vez, el rendimiento potencial de la caña (RPC) también sobrepasa las expectativas iniciales, al registrarse en el central-refinería baragüense un 86 por ciento y en el Primero de Enero por encima del 90 por ciento.
“Estos dos centrales se mantendrán moliendo durante todo marzo. De acuerdo al arribo del segundo envío de piezas de repuesto para las cosechadoras de marabú y considerando el momento en que dispongamos del inventario suficiente de esa biomasa para arrancar al central Ciro Redondo, estaríamos propiciando una reincorporación del Coloso del Centro en los primeros días de abril. Entonces la proyección sería hacer zafra durante todo abril con los tres centrales en la provincia”, comentó el directivo.
Entre la ruta crítica para la reincorporación del ingenio pinense, se necesitan unas ocho máquinas activas para el corte de marabú y se dispone actualmente de solo la mitad. Sobre el tema, Larrosa Vázquez dijo que las que están en funcionamiento tienen una productividad de más de 80 t diarias por máquina; se espera, entonces, durante este mes, los demás envíos aéreos y por barco, que pudieran garantizar tener un coeficiente de disponibilidad técnica más acorde con las necesidades del corte de marabú.
En cuanto a la siembra de la dulce gramínea, una actividad fundamental para asegurar la sostenibilidad y crecimiento del sector para la venidera contienda, refiere la fuente que al cierre de febrero, de un plan hasta esa fecha de 643,7 hectáreas (ha), solo se había plantado el 69 por ciento.
Añadió que para marzo el plan asciende a 880 ha, de ellas las más comprometidas se encuentran en las áreas pertenecientes a las Empresas Agroindustriales Azucareras Enrique Varona y Primero de Enero, porque las de Ecuador y de Ciro Redondo van cumpliendo según el cronograma.
Sobre el incumplimiento, argumentó que está dado por atraso de la zafra que ha imposibilitado liberar cantidades de plantaciones en demolición, previstas a cultivar de enero a abril.
No obstante a los atrasos en la tarea, la estrategia diseñada es reordenar la cosecha para, en caso que las industrias baragüense y la violeteña estabilicen sus molidas, comenzar el movimiento de tierras y sembrarlas antes del primer cuatrimestre del año.
Sobre este particular, Larrosa Vázquez dijo que actualmente la roturación marcha afectada en la provincia, al iniciarse ese paso en la preparación de tierras del plan de primavera en 3 500 ha, y restarían unas 4 000 ha. “A un ritmo de 88 ha diarias, podemos honrar nuestros compromisos de siembra de caña; ello es posible con la combinación de los equipos de que disponemos, más el apoyo de empresas de la Agricultura, y tractores de campesinos y bases productivas”, señaló.
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