El análisis de la eficiencia económica y social como objetivo estratégico fundamental y su relación con el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista, resulta la clave para la asimilación de los elementos generales sobre un tema que, aunque polémico hoy, por desviaciones de la práctica o por atraso de la teoría, merece, sin dudas, una esmerada atención desde las condiciones de un pais subdesarrollado y dependiente de sus relaciones externas.
El perfeccionamiento de la empresa estatal en tanto medio para lograr el objetivo, sigue constituyendo elemento base para el logro del bienestar en el socialismo. De ahí el empeño de las valoraciones que a continuación se realizan.
El desarrollo de la sociedad como sistema se basa en leyes objetivas, pero la manifestación concreta de las mismas depende, en gran medida, de la capacidad del factor subjetivo para cambiar el terreno bajo el cual actúan, es decir, para diseñar a priori el marco real en el cual cristalizan los nexos económico-sociales. La cuestión radica en que las relaciones de producción se establecen de manera consciente y la empresa ha de establecer tal mecanismo económico que propicie que lo que sea beneficioso para el individuo, lo sea al mismo tiempo para el colectivo, y, para la sociedad en general. Ante semejante lógica, la problemática referente al perfeccionamiento de la empresa estatal socialista, centro neurálgico donde convergen todas las interacciones, rebasa las fronteras de la teoría para convertirse también en un fenómeno práctico de cuya solución dependen los designios de la sociedad.
Como es conocido, cualquier proceso económico abarca, al menos, tres vertientes básicas, a saber: La diversificación de las formas de propiedad, La remodelación del mecanismo económico; y los cambios sustanciales en el sistema empresarial, como escenario concreto donde convergen estrategia y políticas económicas.
El perfeccionamiento de la empresa estatal viene a ser el medio necesario para trazar y materializar una estrategia que responda a los intereses nacionales. Por su esencia, el perfeccionamiento de una empresa debe tener en cuenta un conjunto de principios, normas, procedimientos y acciones de carácter técnico-administrativo, económico, político y de gobernanza general, para determinar así la gestión eficiente de la empresa, sobre la base de lograr el desarrollo de la iniciativa, la creatividad y la responsabilidad de todos los propietarios y trabajadores, en interés del individuo, el colectivo, la entidad y la sociedad en general.
La empresa, como forma organizativa que asume la propiedad, constituye el fundamento económico de cualquier modelo en construcción. Por tanto, el éxito depende en gran medida de los niveles de eficiencia, eficacia y competitividad alcanzados por aquella. Esta batalla trascendental para Cuba fructifica concretamente en los ámbitos territoriales. Para Cuba, la lucha por la eficiencia tiene una extraordinaria significación práctica, al estar relacionada estrechamente con la consecución del objetivo supremo del sistema: garantizar el bienestar de la ciudadanía.
El tema del perfeccionamiento de la empresa en el mundo y la eficiencia ha sido tratado por diferentes autores, pero comúnmente el análisis se enfoca en dos elementos esenciales:
Eficacia: Hacer siempre lo necesario.
Eficiencia: Hacer las cosas de la manera correcta.
Se relegan a un segundo plano competitividad, las nuevas relaciones de la empresa, la influencia del perfeccionamiento de esta sobre el entorno o la comunidad donde está enclavada.
Las palabras eficiencia, excelencia y competitividad, resultan de los términos más utilizados, tanto en medios empresariales como políticos y socioeconómicos. Ello se debe a la ampliación del marco de referencia de los agentes económicos que han pasado por necesidades prácticas a planteamientos más abiertos y expansivos. Esta exposición a un medio tan dinámico hace que cualquier iniciativa económica deba afrontarse con una perspectiva amplia de futuro, del entorno y de la competencia, muy distinta a la óptica tradicional y esto está incidiendo en la forma de plantear y desarrollar cualquier iniciativa empresarial.
Dada la importancia que reviste la eficiencia económica y social en la construcción de una nueva empresa, corresponde a los verdaderos economistas despojar a esta categoría de enfoques economicistas al margen del hombre y su desarrollo como ser social, del enfoque dogmático y unilateral al respecto, borrando la esencia y las razones espirituales de existencia de los hombres.
Se trata pues de apreciar que la eficiencia no está determinada solo por el nivel de concientización que se ha alcanzado en el proceso de desarrollo económico. La eficiencia debe contemplar en sí el desarrollo espiritual del hombre, y la ciencia económica debe ocuparse también de los instrumentos necesarios para la movilización de las masas en la construcción de la nueva sociedad.
Los conceptos claros se convierten en arma poderosa de transformación práctica. Así ha de ocurrir con el perfeccionamiento de la empresa y la eficiencia económica y social en Cuba.
En fin, el alcance de eficiencia en estos órdenes de la empresa estatal socialista cubana, transita por la solución de problemáticas cuya complejidad necesita ser tratada en su dimensión integral, dada la realidad concreta de las condiciones del entorno en que esta se desarrolla y en correspondencia con las aspiraciones de lograr una nación independiente, soberana, democrática, socialista, próspera y sostenible, tal y como se plantea en los documentos programáticos que sustentan la actualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista.
*MSc. en Estudios Sociales, MSc. en Administración Pública; profesor auxiliar de la Escuela Provincial del Partido “Alejandro Nápoles Fajardo”.
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