Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

viernes, 7 de marzo de 2025

ECONOMIA DE GUERRA. ¿Cuál es su significado, en términos económicos y de planificación?

Por Joaquin Benavides*

Según el resumen publicado en Cubadebate, el Primer ministro, en las conclusiones del balance de trabajo del 2024 del Ministerio de Economía y Planificación enfatizo que desde ese organismo se actue en consecuencia con la economía de guerra que vive la nación, insistiendo en asumir como hilo conductor, el Programa aprobado para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en el 2025. En la propia reunión, también según Cubadebate, el jefe de Gobierno valoro que los resultados alcanzados en el 2024 distan mucho de lo que se requiere para reimpulsar, recuperar y fortalecer la economía desde el trabajo de ese organismo.

Cabría preguntarse, ¿es el concepto de ¨economía de guerra¨ que es un concepto de administración, y de resistencia, el adecuado para definirle al Órgano de Planificación de la economía cubana, la estrategia que debe proyectar para sacar al País de la crisis, o sea de la economía de guerra, y ponerla nuevamente en una vía que le permita comenzar a crecer y desarrollarse? El concepto de ¨resistencia creativa¨ supone, en mi opinión, planificar como salir de la crisis para lograr comenzar a crecer y acceder al desarrollo. Es un concepto dinámico, supone planificar para salir de la crisis. El concepto de economía de guerra es un concepto estático, solo de resistencia. No supone planificar las vías para salir de la resistencia y comenzar a avanzar.

La planificación de la economía cubana ha estado lastrada de concepciones erróneas que nos hemos demorado demasiado en erradicar. Al menos 35 años. Y no puede erradicarlas solo el Órgano de Planificación, pues no son técnicas, sino concepciones de economía política que han sido superadas por otros Partidos y Países socialistas, que les han permitido comenzar a crecer y desarrollarse, para salir del subdesarrollo y la pobreza, y que nosotros los cubanos no hemos tenido el valor político de reconocer su existencia objetiva, debatirlas a fondo, y superarlas para poder salir adelante en la construcción económica y socialista. Fue el Partido Chino quien encontró donde estaba el error y tuvo la valentía política de afrontarlo y asumirlo, lo que constituyo sin duda, en mi opinión, el principal aporte histórico de ese Partido y País a la teoría de la construcción del socialismo. Le siguió Vietnam, después de ganarle la guerra a Estados Unidos, que la dejo desbastada, y en solo 30 años ha dado un salto monumental en la economía, en beneficio de su pueblo, demostrando que la interpretación marxista de reconocer el funcionamiento del mercado en la construcción socialista es la que realmente hace viable que en vez de la burocracia, sea la clase obrera y demás trabajadores quienes hagan posible que la economía comience a funcionar sin restricciones de la burocracia, poniendo en evidencia todas las posibilidades de las fuerzas productivas.

Estamos posiblemente en el momento más difícil, complicado y peligroso que haya tenido que enfrentar la Revolución cubana en los 65 años de su existencia. La acumulación de sanciones del Gobierno de los Estados Unidos, durante todo ese periodo, con independencia del partido que en ese País haya estado gobernando, con la intención de lograr que perdiendo el apoyo del Pueblo hacerla claudicar, unido a errores innegables en la conducción de la economía, principalmente en los últimos diez años, y la reticencia a reconocerlos y analizarlos críticamente con el Pueblo, tal como nos acostumbró Fidel a hacer, ha conducido a una situación de falta de credibilidad en una parte no despreciable de la población que históricamente apoyo sin reservas a la Revolución y que se incorporó a todas las tareas, incluidas las de carácter internacionalista.

La Revolución es fuerte aun y tiene muchos amigos, algunos de ellos poderosos económica y militarmente. Pero tiene enfrente a su enemigo histórico, que lleva 65 años aspirando a destruirla para recuperar su dominio sobre nuestro Pueblo sin haberlo logrado, y pudiera creer que ha llegado el momento, en medio de la crisis geopolítica que atraviesa el mundo, de hacer el intento por recuperar la ¨presa¨ que logro su libertad hace 65 años. Fidel nos dejó la formula revolucionaria para superar los problemas que se han acumulado y cuya solución no se corresponde a las formas que veníamos empleando hasta 1990. Ya entonces incluso se venía haciendo evidente que no se correspondían con los requerimientos del desarrollo de la economía cubana. Y Fidel, superando opiniones no coincidentes de algunos, en los momentos en que escaseaban mucho las divisas para casi todo, incluido el combustible, decidió desarrollar a fondo el Programa de la Biotecnología y del Turismo. Y en el 2001 desde la Plaza de la Revolución proclamo que Revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado.

Estoy convencido, como economista y como revolucionario, en disposición de defender esta opinión en cualquier debate académico, institucional, e incluso partidista, que no hay otra opción de salida para la situación actual de la economía cubana, que introducir el mercado en las relaciones entre las empresas estatales, las privadas y la población. Quien demore esta decisión, por incomprensión, o tozudez o ignorancia tendrá que cargar con la responsabilidad histórica de lo que ocurra no solo con la economía cubana, sino con la posibilidad de que pueda mantener la opción socialista en el mundo que va surgiendo.

En mi opinión Cuba no podrá incorporarse e integrarse como Socio a los BRICS sin que sus empresas produzcan para el mercado. Y tampoco podrá hacerlo si el Banco Central no establece una tasa de cambio oficial del peso cubano con las principales monedas internacionales. Sin ello no será posible comerciar. Y para Cuba, con la realidad que nos viene para arriba, la principal y casi única alternativa viable serán los BRICS. ¿Alguien se ha puesto a pensar que pasara con la economía europea cuando el gobierno de Trump comience a aplicarle tarifas arancelarias del 25%? ¿Y con Canadá? ¿Y con México? ¿Y qué efecto todo eso tendrá en el precio del Petróleo y de las materias primas imprescindibles de importación para que funcione la economía cubana? ¿Y cómo comerciar con cualquiera de ellas por parte de las empresas cubanas estatales y privadas sin tasa de cambio oficial? Sin empresas estatales y privadas operando en el mercado y sin tasa de cambio oficial, la economía cubana  en el mundo que nos viene para encima será semejante a una botella vacía y cerrada por un tapón, flotando en el océano. Sin futuro. Sé que algunos no quieren aceptar que sea así, pero será. Y ojala no tengamos que comprobarlo.

Para quienes se asustan cuando oyen hablar de mercado como única solución para reflotar la economía subdesarrollada cubana, quizás intoxicados todavía por la lectura o estudios de viejos textos soviéticos, que no se referían nunca a la NEP de Lenin, y cuando lo hacían consideraban que era un paso atrás estratégico, y para los cuales el mercado era equivalente a capitalismo, habrá que hacerlos razonar y ponerlos ante los hechos de la situación real de la economía cubana y de los peligros que nos acechan. Introducir el mercado en las relaciones entre empresas y la población, regulado por una planificación estatal, con la participación creciente del Pueblo y sus Instituciones democráticas desde los municipios hasta la Asamblea Nacional, no nos conducirá al capitalismo, que conocimos los más veteranos y que conocen y sufren las masas en la mayoría de los países de nuestra América y del mundo subdesarrollado.

El mercado como parte del ordenamiento planificado y socialista de la economía, regulado y bajo el control de instituciones democráticas, no nos conducirá jamás al capitalismo. Por otra parte esta situación de carencias y de dificultades de todo tipo, tampoco es socialismo. No ofrece una perspectiva creíble para la mayoría del Pueblo. El mercado operando en las relaciones entre las empresas estatales, privadas y cooperativas y la población producirá riquezas, que si son bien conducidas por una planificación no burocrática, controlada por instituciones realmente democráticas, basada en las realidades del País y en sus potencialidades, permitirá construir una economía sólida que pueda encaminarse hacia un socialismo sostenible a mediano y largo plazo. El propio pueblo con su trabajo, inteligencia y creatividad, organizado en empresas propiedad del Estado y de capital privado y cooperativo, sin ataduras burocráticas y utilizando las posibilidades que le brindaría en esas condiciones un mercado regulado democráticamente por el Estado, sería capaz, sin duda, de crear una economía socialista, de nuevo tipo, cubana, organizada según las características e idiosincrasia de su Pueblo e Historia.

A su vez, en mi opinión habría que modificar profundamente los métodos de planificación en las nuevas condiciones en que tendrá que desarrollarse la economía cubana. Es increíble que el País continúe sin producir azúcar. Ese ha sido históricamente el principal producto exportable del País y ya no se está produciendo ni para garantizar el consumo nacional. El productor es el principal responsable, pero es el planificador el que no ha garantizado que el productor pueda adquirir los recursos para producir. Si le falta el combustible, o las divisas para adquirir sus insumos importados, no es el productor, en la práctica actual, el que tiene que gestionarlo, es el planificador que aseguro que esos recursos para producir iban a existir, pero no se siente responsable de garantizarlo. Es otro el que se ocupa del petróleo, y de las divisas para importar y que le llegue al productor para poder producir azúcar, El planificador y el aparato estatal asociado sustituye al mercado y el productor tiene que quedarse esperando que le llegue el combustible y demás insumos que le gestiona otro que no tiene nada que ver con el negocio de producir azúcar. No debería quedar el problema en el aire. Si al final no hubo combustible e insumos, fallo el plan, y dejo de producirse azúcar. Exime al productor de gestionar el combustible y sus insumos importados, los compre y les lleguen a tiempo para que el central azucarero pueda producir. Pero el planificador que tenía que prever que eso podía pasar, se contenta con informar que se incumplió el Plan de azúcar por dificultades con el combustible y las divisas. Se desvincula de lo que paso, porque realmente no puede hacer otra cosa.

La burocracia, por muy eficiente que pretenda ser no puede sustituir la gestión del productor, a lo que lo obligaría el mercado, porque si no produce no puede esconder su responsabilidad.Igual ocurre con el turismo. Todos los años se aprueba un plan de ingresos por turismo y al final el resultado tiene poco que ver con lo que se aprobó. Es un fallo de planificación, del organismo del turismo, pero quien le oficializo el Plan al turismo es el planificador, por lo que también tendría que responder, pero no es quien tiene la responsabilidad de gestionar para que la empresa avance.

Planificar no es sumar lo que plantea el productor, es estar seguro que el objetivo se va a lograr. El desastre de la producción porcina, que es una producción que Fidel logro planificar y asegurar en medio del periodo especial, ha ocurrido, en mi opinión, a causa de un error de planificación al decidir no comprar pienso de importación para garantizar la alimentación de la masa, principalmente de las reproductoras. Sin un análisis a fondo, incluso público, de si en realidad se podía sustituir el pienso basado en maíz de importación, sin afectar la masa porcina y sus reproductoras, ¿cuánto ha costado en este periodo crítico en que nos encontramos importar carne de pollo para poder darle respuesta al balance cárnico del país? ¿Y cuánto ha costado que el País haya perdido una parte significativa de su masa porcina, incluyendo sus reproductoras? En este tema quedaría aún pendiente dilucidar entre el Órgano de Planificación y la Comunidad científica públicamente y con todos los datos sobre la mesa, el importante tema de sembrar maíz transgénico, que pudiera ser producido por nuestra biotecnología, para la alimentación de la masa porcina. Son temas que no deberían quedar en los ámbitos de los debates no públicos que pueden ser de interés de la población.

Planificar no es sumar números, es estar seguros que los números del Plan respondan a la realidad de lo que se va a producir. No es decir que se van a producir tantos ingresos, es estar seguros que se van a producir. Para el planificador el bloqueo no puede ser la excusa. El bloqueo existe objetivamente, pero el planificador, además de tener que buscar e investigar variantes para evitar o disminuir su efecto negativo, está obligado a ser objetivo al calcular su efecto en la producción. Presentar cifras de producción y de crecimientos y de ingresos en divisas que no están asegurados que se puedan obtener, además de un error grave para un planificador, induce a la dirección del Gobierno y a la Asamblea Nacional a errores que pudieran ser no solo económicos, sino políticos. Estoy convencido que mientras que para la economía nacional en su conjunto, en la macroeconomía, la Planificación es un instrumento irrenunciable para que la construcción socialista y su desarrollo hacia etapas superiores, sea viable y objetiva, requerirá que en la microeconomía, en el ámbito de funcionamiento de las empresas y la población, el mercado opere en las relaciones en las empresas entre ellas y la población. Son los productores los que garantizan las cifras de producción y los que conocen las dificultades para producir. En vez de que las cifras del Plan haya que desagregarlas para discutirlas en las base productiva, posiblemente los avances innegables que se han alcanzado en el País en la informática y las comunicaciones, hagan posible que cada empresa proyecte sus planes, los firmen y los envíen a los centros planificadores, sin que la burocracia intermedia ¨les pase la mano¨.

Me quedaría agregar mi convicción de que para planificar en condiciones de que las empresas operen en condiciones de mercado se requeriría necesariamente una banca eficiente y bien dotada que opere también en condiciones de mercado. Pero este aspecto haría que este artículo se hiciera muy largo. Como el tema de la banca en condiciones de mercado puede ser tratado en un artículo aparte, no demorare en redactarlo y circularlo.

07/03/25 /11: 00



*Joaquín Benavides Rodríguez.   Ocupó el cargo de Jefe del Departamento económico del Comité Central (1977- 1980). El de Ministro- Presidente del Comité Estatal de Trabajo y Seguridad Social de Cuba (1980-1986). Fue Ministro de Gobierno y Presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Dirección de la Economía (1986-1991). Entre 1991 y 2003 ocupó el cargo de Viceministro de Economía del Ministerio de Transporte.

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